Garche de bienvenida

Hola gente como andan? Acá les traigo mí cuarto relato!
Resulta que con la soltería empecé a tener una vida social a full. Tenía dos grupos de amigos con los que salía para todos lados: uno eran los chicos del barrio, que íbamos a la cancha, íbamos a bailar y todo, y el otro era el grupo con el que salía a bailar una amiga mía. En ese grupo éramos 5. Mí amiga Jesica, su hermana Paola, Luciano(el que tenía el auto y nos llevaba a todos) y Matías. Acostumbrabamos salir a bailar y a la vuelta quedarnos en la casa de Jésica o que Luciano nos lleve a cada uno a su casa.
Una noche de esas se sumó al grupo otra chica. Se llamaba Yanina. Morocha, pelo bien largo, alta, un cuerpo descomunal, con unas tetas de tamaño normal, una cinturita divina, una cola grande y parada, y unas piernas preciosas. Había ido a bailar con unas calzas animal print y un top negro escotado que le dejaba al descubierto la cintura.
Salimos, bailamos y nos divertimos. Hasta la vuelta que Luciano nos dejaba a cada uno en su casa. Primero lo dejamos Matías en la suya, y ahí Yanina empezó a decir que se hacía pis. El siguiente en bajarse era yo. Así que le dije que le prestaba el baño si quería subir y después se iba con los chicos de nuevo. Cómo la casa de ella no era muy lejos, arreglamos que le prestaba el baño y después la iba a acompañar hasta la casa, así los chicos podían seguir en el auto tranquilos.
Llegando me acordé que mis hermanos no estaban y mí vieja tampoco. Así que si tenía que pasar algo, tenía piedra libre. Entramos al edificio, y mientras subíamos en el ascensor, me detuve a mirarla. Le encontré un piercing en el ombligo y un tatuaje en la cintura, antes de llegar a los pechos.
-tenes ese piercing solo?
-no, tengo otros. Bah, en todo el cuerpo tengo piercings.
-fuaa.. igual se ve ese, el de la nariz y el de la ceja nomás.
-tengo otros más.. ahora te los muestro.
Entramos al departamento y le dije dónde era el baño. Entro y al ratito me llama.
-nacho! Vení que no sé cómo se tira la cadena..!
Fui y pase. Cuando entro la veo. Estaba toda desnuda, a excepción de la tanga que llevaba puesta. Y me muestra dos piercings más. En cada teta tenía uno en la punta del pezón. El chupín que yo tenía puesto empezaba a estirarse en la entrepierna. Se me estaba despertando el amigo. Y ahí Yanina se dio cuenta y me dijo:
-veo que o te gusta ver piercings o te gusta verme a mí. Ahora te muestro el otro y capaz ahí despeje la duda de cual de las dos es la correcta.
Se sacó la tanga. Bien arriba de la concha tenía otro piercing. Bien chiquito. Arriba de un concha enorme y depilada. Me agache para verlo y termine arrodillado adelante de ella.
-lo ves bien o te ayudo a verlo mejor?
Me dijo mientras me ponía una de sus piernas sobre el hombro y me ponía la concha contra la nariz. Ahí se fue todo al carajo. Empecé a chuparle la concha descaradamente hasta hacerla acabar. Salimos del baño y me la lleve a la habitación. La tire en la cama y fui encima. Le seguí chupando un poco más la concha y pase a las tetas. Empecé a morderle los pezones y lamerselos todos. Le lamía todo el cuerpo, mientras ella estaba que ardía.
-para, que yo estoy desnuda y vos no. Sacate la ropa que así estamos iguales.
-bueno dale.
Me saco la ropa y el chupín costaba bajar un poco. Me ayuda ella y mientras me ayuda me saca el boxer.
- veo que el bulto no venía ni con el pantalón ni con el boxer.
Me dijo mientras se ponía mí pija en la boca. Me hizo un pete terrible... La garganta le hacía ruido de lo fuerte que le daba. Cuando estoy por acabar me pidió que quería tomársela, pero que le tiré los chorros en la lengua. Dicho y hecho. Le llene la boca de leche.
Seguimos unas dos horas más de misionero, helicóptero, en cuatro, de parados. Hasta que después de acabar de nuevo los dos, la puse en cuatro y le empecé a dar de nuevo, mientras con los dedos ensalivados le estimulaba el orto. Me pedía que se lo haga, que le gustaba como se lo estaba haciendo. Empecé a puertearla en el orto y me pedía que siga. Seguí, y seguí,y seguí. Se la mandé entera de una. Decí que en mí casa no había nadie. Porque el grito que pegó se habrán enterado todos los vecinos. Le hice el orto y para cuando le acabe nos tiramos a dormir un ratito. Tomamos unos cafés y la acompañe hasta la casa.
-te gustaron mis piercings? Jajaja.
-si, me gustaron todas las perforaciones que tenés.
-bueno, ahora gracias a vos tengo otra. Me perforaste el orto. Jajajaj. Gracias por todo y por prestarme el baño.
-bueno si me lo retribuis así avísame cuando quieras ir al baño y te llevo a casa de nuevo jajajajaj.
Entro a la casa riéndose y me fui.
Al tiempo se puso de novia y corto un poco las salidas con el grupo. Pero que quedó satisfecha, quedo.