Cuando volvió mi marido, a las 2,30 de la madrugada, yo estaba dormida. Tenía todo mi cuerpo dolorido y estaba agotada, ni me enteré de cuando llego, me dijo él la hora al día siguiente, cuando a las 18,00 de la tarde volvió de trabajar. Por la mañana cuando se fue yo seguía dormida, estaba agotada y estuve durmiendo hasta las 10 de la mañana en que Raúl llamó a la puerta, me puse la bata de estar en casa encima de mi camisón y fui abrirle. Tras abrirle nos dirigimos al salón y se sentó en uno de los sillones, yo entonces le dije:
“Raúl, espérame aquí o ven si quieres conmigo al baño, voy a lavarme la cara y asearme un poco, pues me has cogido en la cama cuando has llamado al timbre y no me has dado tiempo siquiera de lavarme”.
Él opta por venir tras de mí al baño y al mirarme en el espejo, descubro la marca de toda una dentadura en mi cuello. Era la marca que Nacho me había quedado al morderme en mi cuello, ayer cuando follábamos y yo fuera de mi le pedí que me mordiera. Yo preocupada le dije a mi ahijado:
“Raúl, mira la marca que me ha dejado Nacho en el cuello, es muy visible y no sé si mi marido me la habrá visto espero que no. Pero como podemos hacer para que no se dé cuenta si está en un lugar tan visible. Y si la ve que explicación le doy que sea convincente”.
Entonces, mi ahijado haciéndome volver la cara hacía él y dándome un beso en la boca, me dice:
“No te preocupes querida, a partir de ahora va a ser corriente que te queden marcas, aunque esta que te ha hecho Nacho es bastante pronunciada. Trata de darte un poco de maquillaje en ella y veremos si se tapa y no se nota, si no ya veremos qué podemos hacer para que tú marido no sospeche nada”
Yo me acerco a la cómoda y cojo mi cajita de maquillaje y con cuidado (pues me duele) comienzo a extenderme un poco de maquillaje sobre la marca y gracias a Dios se va tapando poco a poco, cuando ya me he aplicado varias capas, prácticamente no se nota y menos sin saber (como esperaba que fuera el caso de mi marido) siquiera que tengo la marca. Cuando acabo, le digo a Raúl
“¿Qué te parece? ¿Se nota….?”
Contestándome él:
“No prácticamente no se nota nada. Pero ya que tienes esa marca en el cuello, quítate la bata y quédate desnuda del todo, pues probablemente te hayamos dejado más marcas, aunque no sean tan pronunciadas como la del cuello. Pues con las folladas que te metimos yo y mis amigos y los azotes y golpes que te dimos y sobeteos por todo tu cuerpo, tetas, culos, etc., seguro que al menos alguna señal o moratón te ha salido”
Yo haciéndole caso me desnudé por completo y comencé a mirar mi cuerpo, a la vez que Raúl, hacía lo mismo. Y en efecto tenía más señales en varias partes de mi cuerpo, en mis muslos en la parte de mis glúteos tenía dos pequeños moratones, como consecuencia de los golpes y palmadas que mis jóvenes amantes me dieron a la vez que me follaban. Pero donde más tenia era en mis pechos, tenía en ambos dos o tres chupones grandes que se habían convertido en moratones y después tenía otros cuatro o cinco más pequeños como consecuencia de los pellizcos que me habían dado en ellos. Yo al verme lo marcada que estaba me preocupe, pues no podía aparecer así desnuda delante de mi marido o sería declarar mi culpa solo estar delante de él. Entonces mi ahijado me tranquilizó diciendo:
“Mira madrina, vamos a ir a la farmacia por separado mientras tú te duchas y te preparas voy yo y compro un tubo de Trombocil y cuando tú acabes a eso de la hora o así vas tú a por otro, de esta forma no sospechará la farmacéutica nada y más sin saber siquiera que somos medio parientes. Te darás por todas las zonas que tienes las señales con esa pomada y verás como poco a poco te van desapareciendo los moratones y en dos o tres días ya verás cómo no tienes ninguno. Como sé que tendrás que hacer el amor con tu marido para cargarle el hijo que yo te he engendrado, vas a procurar no quedarte desnuda en unos días delante de él y a ver si tienes suerte y puedes hacerlo con él desnuda. No obstante antes de irte a la cama, te pasas por el baño y en los moratones más grande haces lo mismo que has hecho con el mordisco del cuello, te aplicas varias capas de maquillaje, hasta que no se aprecie lo morado de los moratones. Tú verás como con el maquillaje y lo caliente que va a estar tu marido follándote no se da cuenta y dentro de dos o tres días que ya no los tengas si quieres lo haces con la luz encendida para que él te vea y no sospeche de que lo hagáis tantos días a oscura.”
Yo me quedé duchándome y él marcho a la farmacia, al volver me cogió entre sus brazos y besándome dándome un buen morreo me dijo:
“Te veo preocupada Maribel, no te preocupes, verá como todo va a salir bien y tú marido si tú tienes un poco de astucia no sospecha nada. Venga ven vamos a la cama que al verte desnuda hace un momento me han entrado ganas de follarte y además nuestro trato es que tengo que hacértelo todos los días y no quiero ser yo el que no cumpla el trato, ja, ja, ja…”
Acabó diciendo, echando una carcajada para que yo me calmara. Estuvimos amándonos cerca de hora y media y en este transcurso él se corrió dentro de mí al menos dos veces y yo conseguí varios orgasmos, que no llegue a contar, pero que puedo asegurar que no bajaron de cinco. Al terminar me dio él mismo la pomada de Trombocil en mis moratones y después me dijo:
“Vístete con algo rápido y ve a la farmacia a por el otro tubo de Trombocil. Mientras tú vas a por él yo voy a mirar en tu armario para ver que ropa tienes y te elijo la que quiero que te pongas hoy para salir a dar una vuelta y a comer conmigo”.
Le hice caso me vestí con una falda y una blusa normal, que suelo usar para salir por el barrio cuando tengo que hacer alguna cosa rápida y me coloqué una chaquetita de punto encima, y me fui a la farmacia. Al volver, Raúl me estaba esperando en mi cuarto sentado en una butaca mecedora que tenemos en él y donde a mí me gusta de vez en cuando sentarme y columpiarme. Al entrar me saludo y me dijo:
“¿Qué tal ha ido todo?, mira te he escogido esta ropa de tú armario, para que te la pongas para salir ahora conmigo. Pero me ha sido difícil encontrar esta y aún no es la que deseaba que llevaras hoy. Pero bueno póntela y tendremos que aprovechar e ir de compras para ir haciéndote un nuevo armario adecuado para la nueva Maribel que vas a empezar a ser a partir de ayer”.
Yo le contesto:
“Bien, sin problemas, pero hace hoy calor, fíjate me he puesto esta chaquetita de punto encima y vengo sudando, han subido bastante de ayer a hoy las temperaturas”.
La ropa que me había preparado era ropa que hacía al menos tres o cuatro años que no me ponía pues al ir haciéndome mayor, me parecían las faldas demasiado cortas y la otra ropa atrevida para mi edad, aparte de que me quedaría estrecha. Lo que había elegido para ese día era una falda negra, un cinturón negro ancho y una camisa abierta blanca de un tejido fino semitransparente pero sin llegar a serlo y de ropa interior me había puesto unas bragas mías de tiro alto pero de puntillas caladas y un sujetador haciendo juego (pero al cogerlos del cajón del armario donde estaba toda la ropa que ya no uso (es decir la que él había elegido), seguramente fuera entre dos o tres tallas todo más pequeño que la ropa interior que actualmente uso. Yo entonces le dije:
“Raúl, esta ropa me va a estar pequeña y muy ceñida si me entra, pues es la que tengo desechada desde hace al menos cuatro o cinco años. No la he tirado porque me da pena, pero cualquier día me ato la manta a la cabeza hago limpieza y tiro todo”
Él me contesta:
“Madrina, prueba, a ponértela, verá como no te queda tan pequeña como tú piensas. Anda hazlo por mí, que tengo el capricho de verte y pasear contigo con esta ropa. Así recuerdo como la lucias hace años atrás cuando me gustaba mirarte y verte sin poder decirte lo que te deseaba cuando te veía con ella puesta.”
Yo entonces me quito la ropa que tengo puesta y una vez desnuda comienzo a colocarme la ropa interior que me ha elegido. Comienzo a ponerme las bragas y me entran muy justas (como yo pensaba me están pequeñas) y por tanto aunque son de tiro alto me quedan bastante más bajas que las que uso ahora, no llegan a ser mini braguitas pero son bastantes más cortas que si fueran mi talla. También me marcan toda la raja de mi chocha y los pelos de mi pubis me salen tanto por arriba del elástico de las mismas como por los lados. Cojo el sujetador, me lo pongo y me lo tengo que abrochar en la última fila de enganches y con mucha dificultad. Las copas también se han quedado pequeña pues en estos últimos años mis pechos han aumentado de tamaño, lo que hace que la mitad de mis pechos queden fuera del sujetador tanto por arriba, como por abajo y lados de sus copas, haciendo que prácticamente se me vean todos hasta donde comienzan las aureolas. Me miro al espejo y le digo:
“Raúl esto me está muy pequeño, mira las bragas me quedan cortísimas y me marcan toda la raja de mi coño y el sujetador apenas puede tapar mis pechos. Yo creo que es mejor que me ponga un conjunto de los que uso ahora, aunque sea el más transparente y sexi que encuentre, pero con esto que me he puesto voy prácticamente enseñando todo”.
Él me contesta:
“Maribel, no seas estrecha, yo no veo que te quede tan mal, te tapa tu culo y sexo y los pechos también te los sujetas y tapa ¿no es para eso para lo que están hechas ambas prendas? Entonces para que te las vas a quitar, además a mi me excitas mucho el verte con ellas puestas, mi amor”
Yo no quiero llevarle la contraria y le digo:
“Bueno lo haré por ti, de todas formas es la ropa interior y como va debajo de la otra no se va a ver”.
Luego me pongo unas medias negras de nailon de esas que llamamos de cristal acabadas en mis muslos en una blonda negra bordada, que suelo guardar para las ocasiones en que quiero calentar a mi marido. Me llegan un poco más arriba de medio muslo, prácticamente a unos 5 centímetros de mis ingles.
Continuo vistiéndome, ahora cojo la camisa abierta y me la pongo, esta prenda aunque me queda estrecha no es tanto como la ropa interior. Recuerdo que cuando me la ponía me quedaba un poco holgada y sin embargo ahora me queda muy justa. A la altura de mis pechos no consigo mantener los botones abrochados, solo consigo abrocharla a partir del cuarto botón, con lo que se me ve perfectamente mis pechos apretados por el sujetador , como si estuvieran a punto de reventar, y el canalillo completo que forman. Sigo y me empiezo a poner la falda, la cual es de esas abiertas que se llevaban hace años que cerraban aun lado de mis muslos con un broche o alfiler. Me la abrocho a la cintura, con mucha dificultad y me aprieta bastante, tengo miedo que se pueda romper el botón y saltar. Al estarme estrecha me marca todos mis muslos y culo y en este las bragas. De larga me queda como a unos 25 centímetros de mis rodillas (la verdad que recuerdo que era un poco corta y por eso me la fui dejando de ponér). Luego me calzo unos zapatos negros de medio tacón y al acabar me miro al espejo y me veo reflejado en él. Me veo muy provocativa y sin enseñar nada me da la sensación que voy enseñando todo. No puedo salir así a la calle, pues es como si fuera pidiendo guerra y seguro que las personas que me vean van a tacharme de puta. Entonces le digo:
“¿No pretenderás que salga así a la calle, con esta pinta de puta? Y más aquí en el barrio donde me conocen y respetan todos los vecinos?”
Él acercándose a mi me agarra con las dos manos mi cara y acercando su boca a la mía me besa con pasión, introduciéndome su lengua hasta mi campanilla y con sus manos comienza a tocar mis pechos por encima de la ropa, haciendo hincapié en la zona de mis pezones, lo que hace que me comience a calentar. Tras unos minutos besándonos y sobándome, acaba de darme el beso, pero no así de tocar mis pezones y me dice:
“Estas preciosa, quién dice que parezcas o tengas pinta de puta, a mi me pareces todo lo contrario con ese aire juvenil que te da esa ropa. Quizás por eso al ser ropa más juvenil que la que utilizas normalmente te veas rara o un poco atrevida. Pero mi amor no es así sino todo lo contrario estas guapísima. La verdad puedes hacer lo que quieras si te la quieres quitar quítatela, pero a mí me gustaría que me acompañaras hoy donde vayamos así vestida, me encantas como estas. Pero bueno si a ti no te parece bien, puedes… haz lo que tú creas conveniente, aunque te vuelvo a repetir que no pareces lo que tú dices parecer y que estas guapísima.”
Yo por un lado me veo como he dicho, con una pinta de puta o fulana que no puedo. Pero con lo caliente que me ha puesto mi ahijado y con lo que él está diciendo, que es imaginación mía, que es porque me he puesto una ropa más juvenil, no sé qué hacer y así estando en esa duda, él me vuelve a decir:
“Venga no seas tonta, deja de pensar como una vieja y mírate como lo que en realidad vas a ser a partir de ahora una mujer con el espíritu joven. Mi consejo es que no te lo quites, pues estás divina, es decir preciosa”.
Yo, vanidosa de mí, me dejo embaucar por lo que me dice mi joven amante y decido salir a la calle como estoy, diciéndome a mi misma para auto convencerme, que mi ahijado tiene razón, que lo que a mí me parece atrevido es el aire juvenil que esta ropa me proporciona. Me voy a poner algo de abrigo encima de la ropa, más bien para taparme algo , pues aun con lo que me ha dicho siento aún un poco de vergüenza, y él me dice:
“Que haces madrina, para que te vas a poner eso, si acabas de venir de la calle y dices que del calor has venido sudando y solo llevabas encima la chaquetita esa fina de punto. Fíjate si sales con ese abrigo, anda sal sin nada encima, yo tampoco me voy a llevar el abrigo, lo dejo aquí, voy a ir a cuerpo pues es verdad que hace calor”.
Entre unas cosas y otras, cuando quisimos salir de casa era cerca de la una de la tarde, entonces me dijo, vamos a ir a comer a un lugar que igual conoces, me dijo el nombre y yo le contesté:
“Pero eso está cerca de la oficina de mi marido, ¿no va a ser peligroso si nos ve él u otras personas que me conozcan, así vestida y con un chico joven”
Él me contesta:
“No veo el problema, Maribel, si el padrino nos ve no se sorprenderá de verte con tu ahijado y si alguien que no sea el padrino nos ve y después te pregunta que quien era el joven con el que estabas, con decirle la verdad que estabas conmigo no creo que pase nada. Y de cómo vas vestida no creo que aunque sea él el que te vea, como si es alguien que se conozca diga nada, pues la verdad es que estas guapísima y pareces aún más joven”
Salimos de casa y cuando íbamos a coger el coche me dijo:
“Hace un día espléndido, mejor vamos andando, tampoco esta tan lejos y así damos un paseo y mientras llegamos es la hora de la comida y entramos directo a comer. Por cierto mientras has ido a la farmacia he reservado una mesa y le he dicho que iba contigo y como el padrino es cliente les he pedido que nos den una buena mesa y que este bien situada en el comedor”.
Yo no sé porque, me parece bien lo que dice, sin llegar a pensar que para ello tendría que pasar andando y como iba vestida por todo el barrio. Salimos y comenzamos andar camino del restaurante y me daba la sensación que mis vecinos nos miraban y sobre todo a mí. Comencé a sentir un poco de vergüenza. Me cruce con la mujer de Juan, mis vecinos, ella me miro extrañada pero me sonrió y yo la devolví la sonrisa. Como era de esperar Ezequiel el vecino mayor de la esquina (ya viudo) estaba en la entrada de su casa y no pudo quitar sus ojos de mi cuerpo durante todo el tiempo que pudo estar viéndome, pero esa vez no era capaz de articular palabras para piropearme, se quedaba atascado pareciendo al hablarme un tartamudo. Cuando dejamos el barrio, Raúl me dijo:
“¿Te has dado cuenta lo guapa y juvenil que vas que todos tus vecinos han quedado sorprendidos al verte?”
Yo le contesto:
“Si se han quedado sorprendido al verme, pero yo pienso que es de lo escotada y provocativa que voy no de lo que tú dices. Pues la verdad Raúl es que después de ver como se me han quedado mirando la gente de mi barrio, estoy preocupada, porque pienso que me han tomado por una descarada y que he estropeado el concepto de mujer decente que tengo en el barrio. Espero que solo sean imaginaciones mías.”
Así seguimos andando como veinte minutos más hasta que llegamos a la puerta del restaurante, eran la 1,40 h de la tarde y por consiguiente aún temprano para que hubiera muchos clientes. Entramos y solo había dos mesas ocupadas una en un rincón y la otra próxima a la puerta. Nos saludó el camarero, pues a mí me conocía de haber estado en más de alguna ocasión con mi marido allí. Le noté sorprendido al verme así vestida, pues siempre había ido con ropa elegante y vamos a llamarla decente, en vez de ropa tan corta y “juvenil” como decía que iba mi ahijado. Raúl le dijo que teníamos reservada una mesa a su nombre y nos puso prácticamente en el medio del comedor. Nos sentamos y tras pedir y servirnos comenzamos a comer. Todo transcurría normalmente cuando a eso de las 2,00 de la tarde entraron un grupo de 4 hombres, dos de ellos de la edad de mi marido otro de unos treinta y pocos años y el cuarto era un jovencito que no aparentaba tener más de 20 o 22 años, eran los compañeros de oficina de mi marido. Uno de ellos se acercó a nuestra mesa al vernos y me saludó dándome un beso en la mejilla y pude ver que al hacerlo no apartó sus ojos del canalillo de mis pechos y de mi escote, y después me dijo:
“¿Qué sorpresa Maribel, no esperaba verte aquí? ¿Qué estas esperando a Pepe? Es que le hemos dicho que nos veníamos a comer y no nos ha dicho nada de que tú le estuvieras esperando. Es más nos ha dicho que él hoy no bajaría aquí, pues había quedado con un cliente un poco más tarde en Casa L… (Dijo el nombre de otro restaurante de la zona)”
Entonces yo un poco cortada le digo:
“Hola Fernando, no espero a Pepe, él no sabe nada de que estamos aquí, pues ha sido un imprevisto. Estábamos por la zona mi ahijado y yo, se nos ha hecho tarde para ir a comer a casa y hemos entrado aquí hacerlo. Mira este es Raúl, el ahijado nuestro de Pepe y mío”.
Raúl se levanta dándole la mano y se sienta, entonces Fernando al despedirse de nosotros me dice:
“Estas muy guapa, Maribel, bueno como siempre, pero hoy se te ve más juvenil y diría yo que incluso más guapa y joven. Qué suerte tiene Pepe con tenerte a ti de mujer.”
Yo entonces sonriéndole, contesto:
“Gracias Fernando, tú tan adulador como siempre, da recuerdo a Mercedes de mi parte y a ver si nos juntamos los cuatro pronto”
Él se va a la mesa donde le esperan los otros tres compañeros de mi marido, los cuales no han perdido ojo de mi en todo el tiempo y observo que Fernando al sentarse, justo enfrente de mí, tampoco aparta los ojos de mi. Entonces me miro y observo que la faldita se me ha subido bastante y estoy enseñando todos mis muslos, la blonda donde acaba la media e incluso el comienzo de mis bragas. Yo me pongo colorada, me levanto un poco y trato de bajarme la falda todo lo que puedo. Pero al hacerlo no me doy cuenta de que a Fernando le estoy ofreciendo una visión completa de mi entrepierna en la que puede observar mis bragas ajustadas y notándoseme perfectamente la raja de mi coño y mis pelos que se escapan y salen alrededor de donde acaban mis bragas. Trato de taparme pero al no poder, me pongo la servilleta sobre mis piernas para impedir que él siga viendo tan excitante visión para él. Seguimos comiendo y entonces Raúl me pregunta:
“Maribel, este Fernando es el compañero de tu marido y su mujer se llama Mercedes?
Yo le contesto:
¿Si, por que lo dices?
Me contesta:
“Porque su mujer trabaja en mi negocio, igual que lo hace mi madre y tú comenzaste ayer. Ya te dije que te sorprenderías conocer algunas de las personas que trabajan con nosotros, por tanto no te preocupes, porque te haya visto lo que los dos sabemos que te ha visto, que seguro que cuando se lo cuente a su mujer le convencerá para que no diga nada ni se vaya de la lengua, de eso ya me ocupo yo”
No lo podía creer Mercedes, tan recatada, tan tímida y que trabajara de prostituta en el nuevo negocio de Raúl, me sorprendió muchísimo y así se lo dije a Raúl, el cual me contestó:
“Esta tarde, no porque tengo otros planes para nosotros, pues quiero que vayamos al cine solos, a ver una película. Pero otro día podrás verlo con tus propios ojos o por algún video que te he grabado de ella igual que tengo tuyos y de mi madre”.
Comimos rápido, lo que nos quedaba y pedimos postre y café y después pagué y al marchar me despedí de Fernando. Al salir nos dirigimos a un cine, al que me llevo Raúl, que se encuentra cerca y que había visto las veces que había estado con mi marido por la zona, pero nunca había. Al estar en la puerta vi que lo que yo siempre creí que era un cine normal era un cine donde se proyectaban películas X o pornográficas, seguramente sería el único de este estilo que habría en la ciudad. Cuando él se iba acercar a la taquilla para sacar la entrada le dije:
“Pero cariño, quieres entrar a ver una película de estas. Yo no he visto nunca ninguna, solo la que tú me hiciste y ya me pareció fuerte, contra más estas que sabe Dios lo que saldrá en ellas”.
Entonces se me acercó y metiendo su mano bajo mi faldita y tocándome mis glúteos me dijo:
“Por eso he querido traerte a que veas una película comercial de estas porno, para que sepas como son y para que si es posible aprendas algo, pues en tu nuevo trabajo de puta, vas a tener que hacer muchas de esas cosas y además seguro que tendrás que gravar más de una película de estas. Y también te he traído y con estas ropas porque el cine es un lugar ideal para meterte mano y yo quiero cumplir una de las fantasías que he tenido en sueño contigo que no es otra que esa (meterte mano en el cine) e incluso ya veremos hasta donde podemos llegar mi putita. Pues tengo la intención de pasarme toda la película haciéndolo”.
Y al acabar de decir esto me dio un fuerte pellizco en mi culo. Se acercó de nuevo a la taquilla, compró dos entradas y nos metimos en la sala. Al entrar estuvimos parados un rato al comienzo del pasillo, hasta que se nos hicieron los ojos a la oscuridad y pudimos ver que no había mucha gente, dada la hora y ser un día de diario. Yo solo distinguí cuatro hombres y todos ellos muy separados unos de otros. Entonces Raúl me dijo:
“Vamos a sentarnos en una de estas últimas filas, de esa forma vemos todo lo que pasa delante y no nos molestan ni nos ve nadie lo que nosotros hacemos”.
Yo le dije:
“Ya ha comenzado, no la vamos a poder ver entera”.
Entonces él me contesta:
“No te preocupes es sesión continua y ponen dos películas. Cuando acaba una ponen otra y luego vuelven a repetir la primera y así sucesivamente, de modo que si quieres y te apetece podemos ver las dos o irnos cuando queramos o te canses mi putita, que ya veo que estas interesada en ver como son estas películas”.
En la pantalla aparecía una mujer de unos treinta o treinta y tantos años desnuda con unos pechos enormes y a la que la estaban follando dos hombres a la vez y un tercero la metía su polla en la boca. Uno de los que la estaba follando, el que la estaba dando por el culo, era un negro que de vez en cuando, al sacarla se le podía ver muy bien armado, con un instrumento gordo como de unos 7 u 8 centímetros y largo al menos de unos 25 a 28 centímetros. Al verla no me pude callar y le dije a Raúl:
“Jo que gorda y larga que la tiene ese negro, no sé cómo puede cogerle eso tan enorme a la pobre chica en su culo”
Entonces Raúl me dijo:
“Si la tiene grande, aunque los otros dos tampoco parece que las tengan pequeña, fíjate el que se la mete en la boca y el del coño no se queda manco de tamaño. No te preocupes a medida que vayas entrando en este mundo te darás cuenta que dentro de una mujer puede entrar tamaños como esos y muchos más grandes. Hay medios para hacerlo, desde operaciones de ano, hasta dilatación haciendo llevar durante un tiempo dentro del orificio que se quiera dar de sí, diferentes tipos de consoladores o falos artificiales , llegando cambiando a tamaños mayores que el anterior que han tenido metido dentro hasta llegar a conseguir el diámetro de coño, culo o lo que sea que se desee”.
El oír decir esto a mi ahijado y encontrarme en un cine porno con él, casi vacío, la película, mi ropa, todo influía para que en esos momentos, me sintiera muy excitada y caliente y me entraron unas ganas locas de que él comenzara a meterme mano. Por eso me alegré cuando no tardando mucho de esto Raúl se volvió sobre mí para besarme en la boca. Su mano se dirigió a la apertura de mi camisa dejada por los tres botones que no me abrochaban y comenzó a acariciarme los pechos y mis pezones, ya duros por la excitación, mientras nuestras lenguas se fundían en un beso apasionado. Le toqué el bulto que se formaba bajo su pantalón y pude comprobar que él también estaba muy excitado, le desabroché el pantalón y liberé su maravillosa polla. Él colocó su mano en mi nuca e hizo que yo dirigiera mi cabeza hacia su polla y metiéndomela en mi boca, se la chupé con ganas.
Mientras se la chupaba él me dijo al oído:
“Desnúdate, quítate la ropa, de esa forma podré tocarte mejor y será más cómodo para los dos”
Yo entonces dejando de chupársela le digo:
“Estás loco, aquí no, ¿y si nos ve alguien o viene el acomodador?
Él me contesta:
“No nos dirá nadie nada, es más todos los que están aquí, saben que muchas de las personas que vienen es para eso para follar a la vez que ven la película, y el primero que lo sabe es el acomodador, el cual si viene con darle una propina o dejando que participe no dirá nada y dejará que sigamos”.
Yo no sé porque, si por lo caliente que estaba o porque, no pude negarme y le deje que me la quitara y la echara sobre la butaca que tenía a su lado. Solo le pedí:
“Está bien quítamela, pero por favor déjame puesta la camisa aunque me la dejes abierta y me quites el sujetador, así el que entre al ver la camisa pensará que estoy vestida y no pensará, que a excepción de esa prenda y las bragas, el resto del cuerpo lo tengo desnudo”.
Él a regañadientes me dice:
“Está bien, puedes dejarte la camisa puesta, pues me parece un buen razonamiento el tuyo, pero las bragas también quítatelas e incluso los zapatos, si quieres puedes quedarte también con la medias puestas, así parecerás aún más sexi.”
Le hice caso y tras quitarme los zapatos y quedarme como me había indicado, volví a agacharme para seguir chupándosela. Tan entusiasmada y tan excitada estaba en mi labor de chuparle la polla a mi querido amante, que no me di cuenta, que uno de los hombres que había visto que estaban en la sala sentados delante de nosotros, al oír el ruido de mi boca al chupar y los suspiros que emitía mi ahijado por el placer que le estaba proporcionando, se volvió para ver que era y entonces Raúl le hizo una señal para que se acercara donde estábamos nosotros.
El hombre haciéndole caso se acercó colocándose al lado contrario de donde estaba mi ahijado, es decir detrás de mí. La verdad que yo estaba tan entusiasmada en mi labor de mamársela a mi amante que ni me enteré que había llegado. La visión que debía de tener delante de su cara, viendo mi culo desnudo mientras se la mamaba a Raúl debió de ser espectacular y seguro que hizo que se pusiera a cien de excitación. En esos momentos tenía delante de sí a una mujer madura, aún atractiva y con un cuerpo bien proporcionado para su edad mamándole la polla a un chaval joven y teniendo expuesto totalmente mi culo hacía la posición en que él estaba. Cuando con más interés yo estaba realizando la mamada a mi querido amante, me sorprendí al notar una mano, (que no era la de mi ahijado), áspera quizás por los trabajos que realizara con ella, tocándome y sobándome mi culo. Quise incorporarme para ver quién era y que ocurría, pero Raúl me sujetó la cabeza y le dijo al que me estaba tocando:
“Fóllala el culo a esta puta, no ves que te lo está pidiendo a grito con ese culo que tiene”
Entonces sentí como unas fuertes manos me agarraban de mis caderas y una cosa dura, que no era otra cosa que su enorme polla, empezaba a presionar sin siquiera prepararme, para introducirse dentro de mi culo. Quise protestar y decirle a Raúl que no le dejara:
“Unnnm diiiggg que meeedegggjjjeee”.
Contestándome él:
“Que dices, no se te entiende nada. Cállate y comienza ya a ser lo que vas a ser desde ahora, una buena puta y déjate follar por este amigo desconocido sin protestar”.
El muy bruto seguía empujando sin conseguir entrarla, hasta que dando un fuerte golpe de cadera empujando hacia delante, consiguió entrar casi toda su enorme polla dentro de mi culo. Provocándome con ello un inmenso dolor, pero me era imposible gritar al tener la polla de mi ahijado llenándome toda mi boca. Lo que si brotaron de mis ojos fue un reguero de lágrimas producidas por el fino e inmenso dolor que en esos momentos sentía en mi culito. Con el ruido que producíamos con nuestros gemidos, al oírlos los otros tres hombres que quedaban en la sala miraron hacía donde estábamos y viendo lo que pasaba se acercaron a nosotros. Al llegar y ver lo que pasaba, de la sorpresa se quedaron como hipnotizados, estaban presenciando una película como la que se estaba proyectando, pero en esta ocasión en vivo y en directo. Mi ahijado ya no aguantaba más y se comenzó a correr abundantemente en mi boca, llenándomela por completo con su semen, a la vez que le temblaban las piernas y me decía queriendo gritar pero sin poder:
“Si, si así puta así madrina, sigue, sigue putaaaa como me gusta cómo me la chupas me corro, me corro, quiero que te la tragues toda tan golfa como eres que hasta lo haces en un cine publico aaahhh que diría el padrino si pudiera verte como estas en estos momentos pedazo de zorra… aaahhh”
Cuando acabó y dejo de tener los temblores se levantó de su asiento y el muy sinvergüenza sin consultarme siquiera pregunto a uno de los tres hombres que nos miraban:
“¿Quiere ocupar mi lugar, estoy seguro que ella te la querrá chupar con tanto entusiasmo como ha hecho conmigo, es una puta mamadora de campeonato y muy caliente y golfa, seguro que está deseando que digas que sí?”
El hombre era un señor ya mayor de al menos unos sesenta años, de medía estatura, calvo y con un poco de barriga, no se lo pensó dos veces y se sentó en la butaca de donde se había levantado mi ahijado, pero antes de que lo hiciera, Raúl me dijo:
“Maribel, estas bastante sofocada y ya no importa nada que te vean o no, pues las personas que hay en la sala los tienes aquí presente, yo creo que debías quitarte la camisa y dármela para ponerla con tu otra ropa, pues si no me parece a mí que al final te la vamos a poner perdida de semen y sabe Dios de que más”.
Yo pensé que tenía razón y sin cambiar de posición para que el que me enculara no se saliera de mi culo, me la quite la camisa como pude y se la entregue a él. El hombre se sentó en la butaca que había dejado mi amante y tras sentarse se abrió la bragueta y se sacó su polla, que por aquel entonces ya la tenía bien dura y tiesa y sin decirme nada me cogió de la nuca (como antes había hecho mi ahijado) y me hizo llevar mi boca hasta su herramienta. Esta era también de buen tamaño, aunque no tan grande como la que tenía en esos momentos en mi culito ni como la de Raúl, pero si era considerable. Cuando mis labios tocaron la punta de su polla me empujo la cabeza hacía ella haciendo que me la metiera prácticamente hasta mi garganta, llenándome prácticamente toda mi boca. Yo comencé a chupársela con pasión, pues en esos momentos estaba excitadísima y me lleve también una de mis manos a mi clítoris y comencé a masturbarme y él me decía:
“Eso es puta, abre bien esa boca sucia de guarra que tienes, mmmm tienes buena boca zorra, que bien me lo estas haciendooo…”
El hombre acompañaba mi mamada con movimientos como si me estuviera follando por mi boca y a medida que se la mamaba empezó a emitir gemidos de placer producidos por la buena labor que yo le estaba haciendo. Me parecía mentira que hacía tampoco que había chupado mi primera polla, y que ahora fuera una de las cosas que más me gustaban y que me encantaba hacer a los hombres y sobre todo tragarme y saborear el semen que depositan en mi boca. Cuando más entusiasmada estaba mamando la polla noté que mi enculador aumenta sus envites a mi culo, ahora estos son salvajes, mueve toda la butaca de tal forma que parece que la va a desprender del suelo. El cabrón empuja como loco, fuera de sí, con el movimiento de dentro fuera como si fuera una sierra cortando, es brutal. Comienza a darme cachetes en mis nalgas y culo y suelta mis caderas llevando sus manos a mis pechos cogiéndome los pezones y pechos que me los pellizca con fuerza. Me está follando, casi partiendo mi culo, bien pero que bien, cuando me da con su pelvi en mi culo noto su sudor tocando mis carnes, está sudando como un cerdo. Noto como se tensa y apretando sus dientes siento como se comienza a correr dentro de mi culo llenándome todo su interior con su caliente y abundante leche a la vez, que como había hecho hacía unos momentos mi ahijado al no poder gritar, me decía a media voz:
“¡Me corro puta, me corro! Oggg, me corro, ufff que bueno me corro, aggg… me estoy viniendo dentro de tu culo pedazo de golfa ohhh que culazo tienes perra…”
Yo entonces metí mi mano entre mis piernas y las lleve hasta sus huevos y comencé a acariciárselos, se los arañaba con mis uñas, haciéndole unos cosquilleos que hicieron que él se corriera más rápidamente del gusto que le estaba dando, a la vez que a mí me llegaba también el orgasmo y le decía:
-¡Mas! ¡Más! ¡Rómpeme el culo, Dios mío que placer! Me estoy corriendo como una burra, esto es increíble... Dios... Dios... Dame más cabrón, dame más, que rico es esto. La noto, mmmm, si noto toda tu leche, calentita llenándome toda mi culo…”
Tras mi corrida seguí mamando por un momento la polla del hombre que me follaba por mi boca, con verdadera ansía, estaba súper excitada y quería que se corriera rápido, deseaba que se corriera igual que había hecho Raúl en mi boca, no sé lo que me pasaba en ese momento pero deseaba que me diera toda su leche y tragármela. No tardó mucho en hacerlo y muy abundantemente de tal forma que no fui capaz de tragarme todo y su esperma comenzó a correrme por mis labios y se deslizo por mis pechos, él al ver que no podía tragarme toda me la saca y los últimos chorros me caen en mi cara y mis pechos, a la vez que me decía:
“¡Trágate toda la leche, puta, trágatela, trágatela, joder como me la has chupado eres toda una experta puta, pero que golfa y puta que eres y delante de su hijo!"
Yo entonces con mi cara y todas mis tetas recubierta de semen, le dije:
“No, no, él no es mi hijo es mi chulo y me ha traído a este cine porque le gusta ver como otros hombres me follan”
Yo al oírme me sorprendí de lo que había sido capaz de decir. Pero luego pensándolo un poco, no había dicho nada más que la verdad. Después volví a meterme su polla en mi boca y se la chupe dejándosela lo más limpia que pude. Los dos hombres se apartaron de mí dejándome libre un momento y aproveché para sentarme y relamerme el semen que goteaba de mi boca.
Delante de mí mientras me relamía la leche que resbalaba por mis labios podía ver a los otros dos hombres, que aún no habían intervenido, y que se masajeaban sus pollas fuera de sus pantalones, esperando aún su turno y por la cara que ponían yo enseguida supe que no pensaban irse sin antes disfrutar de mí. No habían pasado ni dos minutos que yo había acabado de chupar mi última polla, cuando mi ahijado invitó a los dos hombres que aún quedaban a que disfrutaran de mi cuerpo, pero no le pareció bien que lo hicieran en el mismo lugar que él y los otros dos me habían disfrutado, de modo que les dijo:
“Amigos ayudarme entre todos a llevar a esta putilla hasta el pasillo, seguro que allí os la folláis más cómodamente que aquí entre las butacas”
Los otros cuatro no dijeron nada, solo aceptaron la propuesta de Raúl y entre todos me cogieron, como estaba desnuda, y me llevaron a uno de los pasillos laterales de la sala, donde había más espacio y me tumbaron en el suelo. Primero uno y después el otro me fueron follando estos dos hombres por turno. Cuando estaban a punto de terminar, se presentó el acomodador y exigió follarme también si no queríamos que llamara a la policía y formar un escándalo. Yo toda nerviosa y por miedo al posible escándalo y a que mi marido se enterara, miraba a mi ahijado suplicándole que hiciera algo para evitar la amenaza del acomodador. Entonces Raúl le dijo:
“De acuerdo, es normal que quieras participar y que tengas tu parte del pastel de esta puta, ahora cuando acabe este que se la está follando puedes hacerlo tú por el agujero de su cuerpo que desees pero me gustaría ocupar el lugar del agujero opuesto al que tú ocupes y que uno de estos amigos de los que aún no se la ha mamado ocupe su boca mientras tú y yo nos la follamos a la vez por su coño y culo, ¿te parece? ¿Estás de acuerdo?”.
El acomodador con una sonrisa en su cara me dijo:
“De acuerdo, yo prefiero follarla por el coño, nunca me ha gustado dar ni recibir por el culo, eso me parece de maricones y a mí me gustan demasiado las mujeres (y sobre todo si son como estas) como para dar por el culo”
Él acomodador comenzó a quitarse los pantalones y la chaqueta y abrirse la camisa. Mientras entre dos de los hombres me levantaban del suelo para que se tumbara mi ahijado y luego me hicieron que yo con mis propias manos me abriera a tope mi culo y me fuera sentando sobre la tiesa polla de Raúl, que poco a poco me la fue metiendo en mi culito, luego hicieron que me tumbara de espalda sobre el pecho de mi ahijado y cuando ya estaba, me abrieron todo lo que pudieron mis piernas y el empleado del cine se colocó entre ellas y las de Raúl y cogiéndomelas por los tobillos colocó mis pies sobre sus hombros, aproximo tu polla, ya erecta a mi coño, y de un empujón me la metió por completo dentro de mi chocho, comenzando a moverse como un poseso, con muchas ganas, empujando salvajemente y haciéndome incluso daño. Raúl como pudo se fue acoplando a su ritmo y comenzó también su mete y saca en mi culo. Mientras uno de los hombres de los últimos que me habían follado me acerco su polla a mi boca para que comenzara a mamársela pero cuando en esto estaba otro de los mirones, el primero que me dio por el culo, me obligo abrir la boca al máximo para meter también su polla en mi boca obligándome a tragarme las dos pollas a la vez y haciendo que apenas pudiera entrarme aire para respirar.
Se conoce que estaban todos muy calientes o yo era quizás la que estaba ardiendo, pues me pareció rapidísimo que comenzaran a correrse uno tras otro tanto en mi boca, chocha, como culo, inundándome mis tres agujeros con su esperma. Tras acabar, se levantaron todos los 5 y mi ahijado y agarrándome de mis axilas me hicieron poner de rodilla y ellos formaron un círculo a mí alrededor, comenzando a masturbarse los seis a la vez, hasta que uno tras otro se corrió de nuevo. Cuando le llegó al primero me dijeron que abriera lo más que pudiera mi boca y que procura mantener en ella todo el semen que me iban a comenzar a echar, pero que procurará no tragarlo ni escupirlo. Yo les hice caso y mientras ellos se masturbaban y comenzaban a correrse yo me acariciaba mis tetas, un poco por los nervios que tenía y un poco por la excitación que sentía. Era la primera vez que me follaban en un cine y lugar público y encima por cinco hombres completamente desconocidos que hacía medía hora o una hora no conocía de nada.
También porque deseaba con todas mis ganas sentir placer y como ya sabes mis pechos son una de las zonas más erógenas y sensibles que tengo y que al tocármelo más placer y caliente me ponen. A ellos parecía gustarles y excitarles ver cómo me manoseaba y acariciaba mis grandes tetas, y uno a uno se fueron corriendo en mi boca y en la parte de mi cuerpo que mejor les cogía. Cuando uno terminaba otro le seguía, casi sin parar y poco a poco mi boca y mi cuerpo se fueron llenando de semen. Ya no solo tenía llena mi boca de su leche sino toda mi cara y mi pelo e incluso parte de mi espalda y de mis pechos. El que se me escapaba de mi boca, me goteaba por mi barbilla y caía sobre mis pechos que a su vez corría hasta mi barriga.
Mi ahijado fue el último en correrse, y estoy por decir y asegurar que su cantidad fue la mayor de todas. Es lógico, pensé, es el más joven de todos, pues los demás todos eran hombres maduros y algunos rozando los 65 o 70 años, y su aspecto al menos de dos de ellos era bastante desagradable. Cuando terminaron los seis de correrse se quedaron jadeando y cansados contemplándome, asombrados de ver mi cara blanca de semen y mi boca abierta y también toda llena. Entonces mí ahijado delante de todos me dijo:
“Maribel demuestra a nuestros amigos lo puta que eres, trágate todo lo que tienes en tu boca sin que se pierde ni una gota”.
Yo haciéndole caso cerré mi boca y me lo trague todo por completo, y al acabar, abrí de nuevo la boca otra vez para que todos comprobaran que me lo había tragado.
Entonces varios de ellos me dieron sus pañuelos para que me limpiara, se los cogí y me fui limpiando mi cara, pelo, pecho, coño, culo y resto de mi cuerpo y después les devolví los pañuelos para que tuvieran un recuerdo mío y de esa tarde.
Tras esto me dirigí a la butaca donde tenía mi ropa, seguida por todos, me vestí y del brazo de Raúl salimos del cine. Me sentía toda pegajosa y notaba como mi estrecha y corta ropa se pegaba a los restos que aún había en mi cuerpo del semen de todos los hombres que me habían poseído esa tarde. Deseaba llegar a casa cuanto antes para poder darme un baño, me sentía muy sucia y ahora que todo había pasado, no solo físicamente sino también moralmente ¿Cómo era posible que yo una mujer casada y decente, me hubiera podido entregar a seis hombres en un lugar público y encima cercano a donde mi propio marido trabajaba? Pero a la vez que sentía y pensaba esto reconocía que la experiencia había sido muy excitante y morbosa y más hacerlo sin esperarlo, sino porque surgió, y encima con personas desconocidas totalmente.
No llevaríamos ni quinientos metros andando de la salida del cine cuando oímos unas voces, parecía como que alguien nos llamaba, miramos hacia atrás y eran los cuatro hombres del cine que nos habían seguido. Esperamos a que llegaran donde estábamos nosotros y entonces uno de ellos, hablando en nombre de todos se acercó a Raúl y le dijo:
“Mira, tu puta nos ha encantado, y nos gustaría seguir follando con ella, pero hoy y dada nuestra edad ya no tenemos fuerza, por eso queríamos proponerte si puede venir mañana, por ejemplo a las diez, otra vez para follárnosla los cuatro, pues esta tan buena y es tan caliente y puta que nos ha encantado, y hacía tiempo que no nos follábamos a una hembra como esta”.
Mi ahijado, haciendo con que dudaba, como si no estuviera seguro de la decisión que iba a tomar, aunque yo si le notaba que en el fondo deseaba lo que esos cuatro hombres guarros y sucios, ya mayores le proponían. Yo sabía que lo aceptaría, viendo como estaba actuando últimamente y que ya había decidido emputecerme y convertirme en una prostituta o lo que es lo mismo en una puta de pago, les dijo:
“No sé, no sé amigos, ella no se dedica a esto y por tanto no tiene experiencia, lo de hoy ha sido un calentón al ver las escenas de la película, pero bueno esperad que la pregunte a ella”
Yo antes de que me preguntara mi ahijado, acercándome a su oído le dije:
“Raúl, no quiero, como tú bien has dicho lo que ha pasado ahí dentro ha sido un calentón. Me he dejado llevar por lo caliente que estaba y porque veía que tú disfrutabas viéndome poseída por esos hombres y solo quiero que tú goces, pero míralos su aspecto asqueroso y guarro, son también mayores y de un físico no muy agraciado, sino más bien desagradable, y si te soy sincera me desagradan muchísimo, por favor dilos que no”
Entonces uno de ellos, al ver que yo no quería, le ofreció dinero a Raúl a cambio de follarme diciéndole:
“Mira chaval, ella antes nos ha dicho cuando nosotros creíamos que eras su hijo, que no lo eras , sino que eras su chulo, por eso como tal, danos un precio y nosotros te lo pagaremos , hoy te daremos la mitad y mañana el resto a ella antes de comenzar”
Mi ahijado me miró primero a mí y luego a ellos y les dijo:
“Está bien, tarde o temprano tenía pensado que empezara a trabajar de puta de modo que porque esperar más si encima se ha presentado la ocasión de hacerlo sola. Su precio por una hora para los cuatro y en la cual podéis hacer con ella todo lo que queráis y ella aceptara todo lo que vosotros queráis que haga, es de 500 euros y como bien has dicho tú, ahora nos pagáis la mitad y mañana antes de comenzar la dais a ella la otra mitad. La cama o el hotel es también como buena puta por vuestra cuenta.”
El que llevaba la voz cantante le contestó:
“Es mucho dinero, por una hora y encima para los cuatro, date cuenta que por matemáticas solo nos corresponde un cuarto de hora a cada uno y 125 euros por ese tiempo es muchísimo. Si quieres ese precio pero por dos horas, si lo aceptas aquí tienes el dinero, sino lo olvidamos y si alguno de nosotros quiere estar a solas con ella nos das la dirección donde va a ejercer de puta y el que quiera que vaya. Pero para hacerlo con todos como lo ha hecho en el cine, que es lo que nos ha excitado, tiene que ser si pagamos esa cantidad por dos horas”
Raúl se agarra la barbilla como sopesando la propuesta, me mira y yo le doy de señas diciéndole que no acepte, y él entonces estirando la mano hacía su interlocutor le coge la suya y dándose un apretón de manos le dice:
“De acuerdo, es un chollo, para ser su estreno como puta ese precio y por ese tiempo, pero me habéis caído bien y a ella parece que le habéis gustado (mintió el sinvergüenza) y desea estar de nuevo con vosotros. Entonces nos dais ahora 250 euros y los otros 250 se los entregáis a ella mañana antes de empezar y por esa cantidad podéis hacer lo que queráis con ella. Ella o vosotros os esperareis en ese aparcamiento que hay al lado del cine donde hemos estado, de esa forma ella podrá aparcar ahí su coche. Y después de que la paguéis si queréis para estar más cómodo al lado hay un hotel o pensión donde alquilan habitaciones por hora (precisamente para esto) se llama Med… yo conozco a la dueña y hablaré con ella para decir que entre las 10 o 10,30 iréis para que os tenga reservado el cuarto más grande, dado que soy cuatro y con ella cinco, para que estéis más cómodo. Si no os importa y como va a ser la primera vez que ella se va a prostituir (mintió pues ya me había hecho prostituirme el adía anterior con sus amigos en mi casa) me gustaría estar presente y mirar, de esa forma por si la da apuros o vergüenza yo podré hacer que se la pase y cumpla y haga su trabajo.”
Ellos aceptaron excitadísimo, y pagaron a Raúl, la cantidad acordada. Yo entonces le dije acercándome de nuevo a su oído:
“Por favor Raúl, no lo hagas, vámonos para casa y olvida esto, no me gustan y como te he dicho me desagradan muchísimo, no me hagas hacer esto, por favor”.
Pero él con un tono dominante y hasta cruel me dijo:
“Me dijiste que eras mi puta y qué harías todo lo que yo quisiera y ahora quiero que a partir de mañana te conviertas y trabajes de verdad de prostituta y eso es lo que vas hacer. Además ya han pagado y he cerrado el trato, de modo que por dos horas mañana serás de ellos y harás todo lo que ellos quieran y deseen sin tú negarte a nada de lo que te pidan. Y vete acostumbrado pues desde mañana comienzas a trabajar en mi negocio junto con mi madre y con Mercedes de puta”
Yo por miedo a que se acabara mi relación con él y porque me volvía loca de placer cada rato que pasaba y era poseída por él, le dije:
“De acuerdo, no es que me guste ni ellos ni la idea, pero si es lo que quieres así será. Joder Raúl quién me iba a mí a decir hace un mes y medio o dos meses que acabaría siendo una prostituta y que acabaría vendiendo mi cuerpo a cualquiera que quisiera pagar por él y todo esto por haberme enamorado y estar loca por ti. Por mi propio ahijado, un niño como aquel que dice, que podrías ser perfectamente mi hijo si lo hubiera tenido, por tu edad y la mía”.
Él entonces se despidió de los hombres y dándome un buen beso en mi boca y apretándome contra él, de tal forma que al hacerlo, quedó levantada mi ropa por la parte de mi culo y cualquiera que pasara en esos momentos pudo ver perfectamente la totalidad del mismo. Tras esto pasó su mano por mi cintura y abrazados nos dirigimos hacía mi casa, donde llegamos cerca de las cinco de la tarde. Se despidió de mí y me dijo:
“¿A qué hora viene el padrino?”
Yo le contesté:
“Mientras estábamos en el cine, como lo tenía silenciado y no he oído las llamadas que me ha hecho, me ha puesto un mensaje diciéndome que esta tarde se tiene que quedar a acabar un asunto y que llegara un poco más tarde, sobre las 8 de la tarde. ¿Por qué lo preguntas?”
Me dice, entonces:
“Dúchate, aséate y maquíllate con color carne las zonas donde tienes los moratones, pues además de los que mis amigos te hicieron esta tarde en el cine también te han hecho tus clientes de mañana unos cuantos más. Después si te apetece ponte unas bragas y sujetador o quédate desnuda, el caso es que te vistas cómodamente con una bata sobre tu cuerpo y vete al salón y ponte cómoda. Mientras yo voy a casa a por unos videos de mi madre y de Mercedes prostituyéndose y también traeré el tuyo con mis amigos, para que los veas y compares y aprendas como se hace y tienes que tratar a los clientes. Estaré aquí dentro de media hora poco más o menos. Te los dejo y los ves, yo no me podré quedar contigo a verlos, pues tengo cosas que hacer ya que tengo que acercarme al hotel a donde iréis para hablar con la dueña y preparar todo. Mañana antes de que lleguen los cuatro clientes los comentamos y te explico algunas cosas. Vas a tener al menos una hora u hora y media para verlos antes de que llegue tú marido”
Hice lo que me decía y en efecto a los diez minutos de haber acabado de ducharme y ponerme cómoda llego mi ahijado con los tres DVD en uno ponía Mª Jesús, en otro Mercedes y en los dos a parte del nombre se añadía escrito: trabajando. En el tercero, que era el mío ponía: Maribel con mis amigos prostituyéndose. Me los dio y me dijo:
“Ponlos ahora que no está el padrino y mira cómo trabaja mi madre y tú amiga Mercedes y aprende de ellas y después ve el que te hice ayer cuando te prostituiste con mis amigos y compara y aprende como se hace y lo que debes hacer mañana .¿A qué hora suele marchar el padrino a trabajar?”
Yo le cojo los DVD y me dirijo al aparato reproductor que tenemos junto la televisión de pantalla plana y de 50 pulgadas en el salón lo pongo, lo enciendo y le contesto:
“Mi marido suele marchar a las 7,30 o 7,45 de la mañana para el trabajo, pues le gusta esta temprano en él”
Él me contesta:
“Perfecto, pues cuando se vaya te vistes como normalmente lo haces, pues creo que a tus clientes les gustará que vayas vestida como una mujer o ama de casa normal en vez de como una puta. Estoy seguro que les dará morbo pensar que están con una casada , ama de casa decente (ante los conocidos) pero en realidad una buena golfa que a la espalda de estos y de su marido le pone unos buenos cuernos a este prostituyéndose, es decir siendo una Belle de Jour, como en la película de Buñuel. Yo vendré un poco antes de la hora que hemos quedado con tus clientes, para que comentemos los DVD y ver que enseñanzas has sacado y por si te tengo que dar algún consejo o decirte como debes actuar con los cuatro clientes”.
Dicho esto, me dio un beso y marcho. Yo me senté en el sofá y comencé a ver el primer video, que era el de la madre de Raúl, mi amiga de toda la vida Mª Jesús. Comienza el video ella sola en el salón de su casa, llaman a la puerta se levanta y puedo ver que solo lleva sobre su cuerpo unas braguitas minúsculas negras y un sujetador que apenas pueden cubrirles sus también grandes tetas y encima de esto un salto de cama semitransparente también negro. Abre la puerta y entra un señor regordete de media estatura de unos 50 años, pasan al salón él se sienta en uno de los sillones y ella comienza a pasear y exhibirse ante él. Entonces el hombre la pregunta:
“¿Cuánto cuesta pasar un rato contigo preciosa¿?”
La madre de Raúl le contesta, dando varios precios según el tiempo que quiera pasar y lo que quiera hacer con el cuerpo de Mª Jesús. El hombre acepta uno de los precios y entonces mi amiga, le ofrece su mano, el hombre se la agarra y ella tira un poquito de él para que se levante y agarrados de la mano se dirigen hacía su cuarto. Una vez dentro ella cierra la puerta y le pide el dinero acordado. El cliente se lo da y entonces ella lo pone sobre la mesilla de noche y vuelve a darle la mano al hombre y se dirigen al cuarto de baño. Ya en él ella se quita las bragas y se sienta en el bidel y se lava su coño con agua y jabón líquido. Cuando acaba se vuelve a poner las bragas y cogiéndole a él le baja sus pantalones y calzoncillos y untándose su mano con gel le embadurna su ya medio erecta polla con el jabón, lo acerca al bidel y comienza a lavarle su sexo con suavidad, al acabar acerca su boca a él y le da un beso en su glande para acabar sacando su lengua y lamerle un poquito por encima toda la bola de su polla entreteniéndose unos momentos en su frenillo.
Luego le sube de nuevo el calzoncillo y cuando le va a subir los pantalones él la sujeta la mano y él mismo se los baja y se quita también el calzoncillo y quedándose solo con su camisa puesta. Entonces mi amiga saca del armario del cuarto de baño una caja de preservativos, coge uno y se lo coloca al cliente en la punta de su polla. Luego acerca su boca y con ella empuja la goma hacía abajo hasta que la polla del hombre prácticamente la llega hasta su garganta, entonces se saca de su boca la polla del cliente con el preservativo ya colocado.
Salen del cuarto de baño y se dirigen hacía la cama del dormitorio de Mª Jesús donde esta se entrega a todo lo que el cliente la pide que haga. Son escenas explicitas de sexo, pornografía pura, las cuales me excitan y hacen que me lleve mi mano a mi sexo y me acaricie. Mi amiga se la ve gozar y pone unas caras de vicio y lujuria que nunca antes se la había visto. Tras correrse el cliente, se queda tumbado sobre el cuerpo de mi amiga unos minutos, después se levanta, marcha al cuarto de baño se lava y se viste y al salir se acerca a mi amiga que esta sobre la cama, aún desnuda, la da un beso en la boca, esta se levanta y como esta le acompaña hasta la puerta donde se despiden con otro beso y él la dice:
“Hasta dentro de poco, ha sido fantástico, volveré pronto”.
Ella cierra la puerta y vuelve al cuarto de baño, se lava de nuevo su coño, va al dormitorio se viste muy despacio y de nuevo se va al salón, se sienta y la cámara se queda un rato fija en ella hasta que de nuevo suena el timbre de la casa, ella se levanta y se dirige hacia la puerta de nuevo y aquí acaba el video.
Al terminar el video yo me he corrido varias veces acariciándome mi chocha, estoy totalmente empapada y muy caliente, tengo mis manos tan mojadas por mis jugos como tengo mi coño. Me levanto, quito el DVD que acabo de ver y coloco el de Mercedes y me voy de nuevo al sofá para verle. Le conecto y aparece Mercedes la cual está de rodillas a cuatro patas sobre la cama del dormitorio de Mª Jesús, completamente desnuda y dice sorprendiéndome:
“Hola Maribel, no lo esperabas verdad, me ha pedido Raúl que haga este video para ti y de esta forma superes tus miedos a prostituirte. Si soy Mercedes, tú amiga la mujer de Fernando el compañero de tú marido y sin que él lo sepa me dedico a la prostitución porque me ha pasado hace ya dos años lo mismo que te está pasando ahora a ti con tu ahijado y él, igual que será tuyo y lo es de su madre, es mi chulo. Sé que ahora eres tú su favorita, pero me da igual , pues solo deseo que él me posea, pues este chico de 20 años, cuando me folla me hace vibrar de placer, por eso soy suya completamente. Y para complacerle y porque a mí también me gusta y me encanta soy su puta y una de las putas de su burdel. No me importa lo que vaya hacer con este video, aparte de dártele a ti. Ni tampoco si después quita esta presentación y pone la que le he grabado diciéndole que soy una mujer casada y que me prostituyo para poner los cuernos a mi marido, que lo haga y que lo venda o haga con él lo que quiera. Me da igual quien lo vea e incluso que lo llegue a ver mi marido y se entere que le pongo los cuernos y que me prostituyo.
Porque yo solo deseo complacer en todo a mi chulo y que me emputezca él al máximo. Ahora vas a ver cómo me prostituyo entregándome a estos cinco hombres que están aquí. Como ves son de varias edades desde Javier de 18 años hasta Federico de 65 años, veras como hacen toda clase de cosas con mi cuerpo y yo gozo dejándome hacer todo lo que me piden. Aprende pues, eso es lo que quiere Raúl que tú hagas cuando te estés prostituyendo, porque para eso pagan los clientes, para hacer con nosotras todo los que les apetezca. Nosotras somos meramente una mercancía o una cosa que ellos han pagado y durante el tiempo que han pagado les pertenecemos y como dueños de esa mercancía, (nuestro cuerpo) y en ese tiempo ellos pueden hacer con él lo que realmente quieran. Hoy estos cinco hombres han pagado un buen precio para gozar de mi durante dos horas y veras cosas que me hacen y dejo que me lo hagan, que nunca te has podido imaginar. Y me veras gozar como la gran puta que soy y en la que tu ahijado ha conseguido convertirme y que estoy segura que dentro de poco tú te convertirás.”
Dicho esto se acercan los cinco hombres y comienzan a tocarla y poseerla y hacer todo tipo de atrocidades sexuales con su cuerpo. Yo al verlo me excito muchísimo y de nuevo comienzo a tocarme y a enlazar un orgasmo cono otro, imaginándome que soy yo la que hace todo lo que estoy viendo con esos cinco hombres. Cuando acaba el video, yo estoy tendida en el suelo, con mi bata y piernas completamente abiertas y mis bragas en mis tobillos y con un gran charco de líquidos en el suelo y mi culo y sexo encima de él. Me quedo tendida descansando en esta posición un rato y después me levanto, voy a por un cubo y la fregona y recojo mis propios líquidos vaginales del suelo. Cuando acabo me arreglo un poco y me cambio de bragas y me pongo también un sujetador nuevo, pues con la excitación, no sé cómo he roto el que tenía puesto. Miro el reloj, son las 7,30 de la tarde, dudo si poner o no el tercer video, es decir el mío, pues mi marido no tardará en llegar y no quiero que me coja cuando lo estoy viendo y se lie una buena. Pero las ganas de verlo me pueden y cojo los otros dos videos y los meto en el cajón del mueble donde tenemos la televisión e introduzco en el reproductor el mío. Me voy de nuevo al sofá y le conecto para que empiece. Cuando comienzan a salir las primeras escenas, que es cuando llegan los amigos de Raúl a mi casa y este está haciendo las presentaciones, oigo que se abre la puerta de casa y a mi marido que dice:
“Maribel ya estoy aquí, ¿dónde estás?”
Yo nerviosa, apago el DVD y salta la televisión, en donde hay un programa de reporteros que van por todo el país. Rápidamente compruebo que el DVD no haya quedado, al apagarlo, fuera del reproductor. He tenido suerte está dentro y no se ve. Entonces contesto a mi marido:
“Estoy en el salón viendo un rato la televisión”
Antes de que yo acabe de decir esta frase, él ya está en el salón, (y me doy cuenta que por poco me pilla viendo el video) se me acerca me da un beso y se sienta a mi lado a ver también la televisión. Después me dice:
“Me ha dicho Fernando que te ha visto en el restaurante y que estabas con un chaval, que le has dicho que era tu ahijado”
Yo le contesto:
“Si era Raúl, que ha venido por aquí a verme y me ha invitado a comer y después me ha llevado al cine a ver esa película, que llevo pidiéndote que me lleves a verla desde que se ha estrenado y no hemos ido y estaba deseando de verla. Por eso no te he podido coger el teléfono cuando has llamado, pues al entrar en el cine le puse en modo silencioso y al salir he visto tus mensajes. Al verlo me dijo Raúl, pues ya que no va a ir a la hora de costumbre el padrino, si quieres tomamos una Coca Cola ahora al salir. Y así hemos hecho, total que hace aproximadamente una hora que he vuelto a casa. Me he duchado y me he puesto cómoda a ver la televisión hasta ahora que has llegado tú, mi amor”.
El resto de la jornada transcurrió como de costumbre, cenamos y después vimos un rato la televisión para a eso de las 11,00
“Raúl, espérame aquí o ven si quieres conmigo al baño, voy a lavarme la cara y asearme un poco, pues me has cogido en la cama cuando has llamado al timbre y no me has dado tiempo siquiera de lavarme”.
Él opta por venir tras de mí al baño y al mirarme en el espejo, descubro la marca de toda una dentadura en mi cuello. Era la marca que Nacho me había quedado al morderme en mi cuello, ayer cuando follábamos y yo fuera de mi le pedí que me mordiera. Yo preocupada le dije a mi ahijado:
“Raúl, mira la marca que me ha dejado Nacho en el cuello, es muy visible y no sé si mi marido me la habrá visto espero que no. Pero como podemos hacer para que no se dé cuenta si está en un lugar tan visible. Y si la ve que explicación le doy que sea convincente”.
Entonces, mi ahijado haciéndome volver la cara hacía él y dándome un beso en la boca, me dice:
“No te preocupes querida, a partir de ahora va a ser corriente que te queden marcas, aunque esta que te ha hecho Nacho es bastante pronunciada. Trata de darte un poco de maquillaje en ella y veremos si se tapa y no se nota, si no ya veremos qué podemos hacer para que tú marido no sospeche nada”
Yo me acerco a la cómoda y cojo mi cajita de maquillaje y con cuidado (pues me duele) comienzo a extenderme un poco de maquillaje sobre la marca y gracias a Dios se va tapando poco a poco, cuando ya me he aplicado varias capas, prácticamente no se nota y menos sin saber (como esperaba que fuera el caso de mi marido) siquiera que tengo la marca. Cuando acabo, le digo a Raúl
“¿Qué te parece? ¿Se nota….?”
Contestándome él:
“No prácticamente no se nota nada. Pero ya que tienes esa marca en el cuello, quítate la bata y quédate desnuda del todo, pues probablemente te hayamos dejado más marcas, aunque no sean tan pronunciadas como la del cuello. Pues con las folladas que te metimos yo y mis amigos y los azotes y golpes que te dimos y sobeteos por todo tu cuerpo, tetas, culos, etc., seguro que al menos alguna señal o moratón te ha salido”
Yo haciéndole caso me desnudé por completo y comencé a mirar mi cuerpo, a la vez que Raúl, hacía lo mismo. Y en efecto tenía más señales en varias partes de mi cuerpo, en mis muslos en la parte de mis glúteos tenía dos pequeños moratones, como consecuencia de los golpes y palmadas que mis jóvenes amantes me dieron a la vez que me follaban. Pero donde más tenia era en mis pechos, tenía en ambos dos o tres chupones grandes que se habían convertido en moratones y después tenía otros cuatro o cinco más pequeños como consecuencia de los pellizcos que me habían dado en ellos. Yo al verme lo marcada que estaba me preocupe, pues no podía aparecer así desnuda delante de mi marido o sería declarar mi culpa solo estar delante de él. Entonces mi ahijado me tranquilizó diciendo:
“Mira madrina, vamos a ir a la farmacia por separado mientras tú te duchas y te preparas voy yo y compro un tubo de Trombocil y cuando tú acabes a eso de la hora o así vas tú a por otro, de esta forma no sospechará la farmacéutica nada y más sin saber siquiera que somos medio parientes. Te darás por todas las zonas que tienes las señales con esa pomada y verás como poco a poco te van desapareciendo los moratones y en dos o tres días ya verás cómo no tienes ninguno. Como sé que tendrás que hacer el amor con tu marido para cargarle el hijo que yo te he engendrado, vas a procurar no quedarte desnuda en unos días delante de él y a ver si tienes suerte y puedes hacerlo con él desnuda. No obstante antes de irte a la cama, te pasas por el baño y en los moratones más grande haces lo mismo que has hecho con el mordisco del cuello, te aplicas varias capas de maquillaje, hasta que no se aprecie lo morado de los moratones. Tú verás como con el maquillaje y lo caliente que va a estar tu marido follándote no se da cuenta y dentro de dos o tres días que ya no los tengas si quieres lo haces con la luz encendida para que él te vea y no sospeche de que lo hagáis tantos días a oscura.”
Yo me quedé duchándome y él marcho a la farmacia, al volver me cogió entre sus brazos y besándome dándome un buen morreo me dijo:
“Te veo preocupada Maribel, no te preocupes, verá como todo va a salir bien y tú marido si tú tienes un poco de astucia no sospecha nada. Venga ven vamos a la cama que al verte desnuda hace un momento me han entrado ganas de follarte y además nuestro trato es que tengo que hacértelo todos los días y no quiero ser yo el que no cumpla el trato, ja, ja, ja…”
Acabó diciendo, echando una carcajada para que yo me calmara. Estuvimos amándonos cerca de hora y media y en este transcurso él se corrió dentro de mí al menos dos veces y yo conseguí varios orgasmos, que no llegue a contar, pero que puedo asegurar que no bajaron de cinco. Al terminar me dio él mismo la pomada de Trombocil en mis moratones y después me dijo:
“Vístete con algo rápido y ve a la farmacia a por el otro tubo de Trombocil. Mientras tú vas a por él yo voy a mirar en tu armario para ver que ropa tienes y te elijo la que quiero que te pongas hoy para salir a dar una vuelta y a comer conmigo”.
Le hice caso me vestí con una falda y una blusa normal, que suelo usar para salir por el barrio cuando tengo que hacer alguna cosa rápida y me coloqué una chaquetita de punto encima, y me fui a la farmacia. Al volver, Raúl me estaba esperando en mi cuarto sentado en una butaca mecedora que tenemos en él y donde a mí me gusta de vez en cuando sentarme y columpiarme. Al entrar me saludo y me dijo:
“¿Qué tal ha ido todo?, mira te he escogido esta ropa de tú armario, para que te la pongas para salir ahora conmigo. Pero me ha sido difícil encontrar esta y aún no es la que deseaba que llevaras hoy. Pero bueno póntela y tendremos que aprovechar e ir de compras para ir haciéndote un nuevo armario adecuado para la nueva Maribel que vas a empezar a ser a partir de ayer”.
Yo le contesto:
“Bien, sin problemas, pero hace hoy calor, fíjate me he puesto esta chaquetita de punto encima y vengo sudando, han subido bastante de ayer a hoy las temperaturas”.
La ropa que me había preparado era ropa que hacía al menos tres o cuatro años que no me ponía pues al ir haciéndome mayor, me parecían las faldas demasiado cortas y la otra ropa atrevida para mi edad, aparte de que me quedaría estrecha. Lo que había elegido para ese día era una falda negra, un cinturón negro ancho y una camisa abierta blanca de un tejido fino semitransparente pero sin llegar a serlo y de ropa interior me había puesto unas bragas mías de tiro alto pero de puntillas caladas y un sujetador haciendo juego (pero al cogerlos del cajón del armario donde estaba toda la ropa que ya no uso (es decir la que él había elegido), seguramente fuera entre dos o tres tallas todo más pequeño que la ropa interior que actualmente uso. Yo entonces le dije:
“Raúl, esta ropa me va a estar pequeña y muy ceñida si me entra, pues es la que tengo desechada desde hace al menos cuatro o cinco años. No la he tirado porque me da pena, pero cualquier día me ato la manta a la cabeza hago limpieza y tiro todo”
Él me contesta:
“Madrina, prueba, a ponértela, verá como no te queda tan pequeña como tú piensas. Anda hazlo por mí, que tengo el capricho de verte y pasear contigo con esta ropa. Así recuerdo como la lucias hace años atrás cuando me gustaba mirarte y verte sin poder decirte lo que te deseaba cuando te veía con ella puesta.”
Yo entonces me quito la ropa que tengo puesta y una vez desnuda comienzo a colocarme la ropa interior que me ha elegido. Comienzo a ponerme las bragas y me entran muy justas (como yo pensaba me están pequeñas) y por tanto aunque son de tiro alto me quedan bastante más bajas que las que uso ahora, no llegan a ser mini braguitas pero son bastantes más cortas que si fueran mi talla. También me marcan toda la raja de mi chocha y los pelos de mi pubis me salen tanto por arriba del elástico de las mismas como por los lados. Cojo el sujetador, me lo pongo y me lo tengo que abrochar en la última fila de enganches y con mucha dificultad. Las copas también se han quedado pequeña pues en estos últimos años mis pechos han aumentado de tamaño, lo que hace que la mitad de mis pechos queden fuera del sujetador tanto por arriba, como por abajo y lados de sus copas, haciendo que prácticamente se me vean todos hasta donde comienzan las aureolas. Me miro al espejo y le digo:
“Raúl esto me está muy pequeño, mira las bragas me quedan cortísimas y me marcan toda la raja de mi coño y el sujetador apenas puede tapar mis pechos. Yo creo que es mejor que me ponga un conjunto de los que uso ahora, aunque sea el más transparente y sexi que encuentre, pero con esto que me he puesto voy prácticamente enseñando todo”.
Él me contesta:
“Maribel, no seas estrecha, yo no veo que te quede tan mal, te tapa tu culo y sexo y los pechos también te los sujetas y tapa ¿no es para eso para lo que están hechas ambas prendas? Entonces para que te las vas a quitar, además a mi me excitas mucho el verte con ellas puestas, mi amor”
Yo no quiero llevarle la contraria y le digo:
“Bueno lo haré por ti, de todas formas es la ropa interior y como va debajo de la otra no se va a ver”.
Luego me pongo unas medias negras de nailon de esas que llamamos de cristal acabadas en mis muslos en una blonda negra bordada, que suelo guardar para las ocasiones en que quiero calentar a mi marido. Me llegan un poco más arriba de medio muslo, prácticamente a unos 5 centímetros de mis ingles.
Continuo vistiéndome, ahora cojo la camisa abierta y me la pongo, esta prenda aunque me queda estrecha no es tanto como la ropa interior. Recuerdo que cuando me la ponía me quedaba un poco holgada y sin embargo ahora me queda muy justa. A la altura de mis pechos no consigo mantener los botones abrochados, solo consigo abrocharla a partir del cuarto botón, con lo que se me ve perfectamente mis pechos apretados por el sujetador , como si estuvieran a punto de reventar, y el canalillo completo que forman. Sigo y me empiezo a poner la falda, la cual es de esas abiertas que se llevaban hace años que cerraban aun lado de mis muslos con un broche o alfiler. Me la abrocho a la cintura, con mucha dificultad y me aprieta bastante, tengo miedo que se pueda romper el botón y saltar. Al estarme estrecha me marca todos mis muslos y culo y en este las bragas. De larga me queda como a unos 25 centímetros de mis rodillas (la verdad que recuerdo que era un poco corta y por eso me la fui dejando de ponér). Luego me calzo unos zapatos negros de medio tacón y al acabar me miro al espejo y me veo reflejado en él. Me veo muy provocativa y sin enseñar nada me da la sensación que voy enseñando todo. No puedo salir así a la calle, pues es como si fuera pidiendo guerra y seguro que las personas que me vean van a tacharme de puta. Entonces le digo:
“¿No pretenderás que salga así a la calle, con esta pinta de puta? Y más aquí en el barrio donde me conocen y respetan todos los vecinos?”
Él acercándose a mi me agarra con las dos manos mi cara y acercando su boca a la mía me besa con pasión, introduciéndome su lengua hasta mi campanilla y con sus manos comienza a tocar mis pechos por encima de la ropa, haciendo hincapié en la zona de mis pezones, lo que hace que me comience a calentar. Tras unos minutos besándonos y sobándome, acaba de darme el beso, pero no así de tocar mis pezones y me dice:
“Estas preciosa, quién dice que parezcas o tengas pinta de puta, a mi me pareces todo lo contrario con ese aire juvenil que te da esa ropa. Quizás por eso al ser ropa más juvenil que la que utilizas normalmente te veas rara o un poco atrevida. Pero mi amor no es así sino todo lo contrario estas guapísima. La verdad puedes hacer lo que quieras si te la quieres quitar quítatela, pero a mí me gustaría que me acompañaras hoy donde vayamos así vestida, me encantas como estas. Pero bueno si a ti no te parece bien, puedes… haz lo que tú creas conveniente, aunque te vuelvo a repetir que no pareces lo que tú dices parecer y que estas guapísima.”
Yo por un lado me veo como he dicho, con una pinta de puta o fulana que no puedo. Pero con lo caliente que me ha puesto mi ahijado y con lo que él está diciendo, que es imaginación mía, que es porque me he puesto una ropa más juvenil, no sé qué hacer y así estando en esa duda, él me vuelve a decir:
“Venga no seas tonta, deja de pensar como una vieja y mírate como lo que en realidad vas a ser a partir de ahora una mujer con el espíritu joven. Mi consejo es que no te lo quites, pues estás divina, es decir preciosa”.
Yo, vanidosa de mí, me dejo embaucar por lo que me dice mi joven amante y decido salir a la calle como estoy, diciéndome a mi misma para auto convencerme, que mi ahijado tiene razón, que lo que a mí me parece atrevido es el aire juvenil que esta ropa me proporciona. Me voy a poner algo de abrigo encima de la ropa, más bien para taparme algo , pues aun con lo que me ha dicho siento aún un poco de vergüenza, y él me dice:
“Que haces madrina, para que te vas a poner eso, si acabas de venir de la calle y dices que del calor has venido sudando y solo llevabas encima la chaquetita esa fina de punto. Fíjate si sales con ese abrigo, anda sal sin nada encima, yo tampoco me voy a llevar el abrigo, lo dejo aquí, voy a ir a cuerpo pues es verdad que hace calor”.
Entre unas cosas y otras, cuando quisimos salir de casa era cerca de la una de la tarde, entonces me dijo, vamos a ir a comer a un lugar que igual conoces, me dijo el nombre y yo le contesté:
“Pero eso está cerca de la oficina de mi marido, ¿no va a ser peligroso si nos ve él u otras personas que me conozcan, así vestida y con un chico joven”
Él me contesta:
“No veo el problema, Maribel, si el padrino nos ve no se sorprenderá de verte con tu ahijado y si alguien que no sea el padrino nos ve y después te pregunta que quien era el joven con el que estabas, con decirle la verdad que estabas conmigo no creo que pase nada. Y de cómo vas vestida no creo que aunque sea él el que te vea, como si es alguien que se conozca diga nada, pues la verdad es que estas guapísima y pareces aún más joven”
Salimos de casa y cuando íbamos a coger el coche me dijo:
“Hace un día espléndido, mejor vamos andando, tampoco esta tan lejos y así damos un paseo y mientras llegamos es la hora de la comida y entramos directo a comer. Por cierto mientras has ido a la farmacia he reservado una mesa y le he dicho que iba contigo y como el padrino es cliente les he pedido que nos den una buena mesa y que este bien situada en el comedor”.
Yo no sé porque, me parece bien lo que dice, sin llegar a pensar que para ello tendría que pasar andando y como iba vestida por todo el barrio. Salimos y comenzamos andar camino del restaurante y me daba la sensación que mis vecinos nos miraban y sobre todo a mí. Comencé a sentir un poco de vergüenza. Me cruce con la mujer de Juan, mis vecinos, ella me miro extrañada pero me sonrió y yo la devolví la sonrisa. Como era de esperar Ezequiel el vecino mayor de la esquina (ya viudo) estaba en la entrada de su casa y no pudo quitar sus ojos de mi cuerpo durante todo el tiempo que pudo estar viéndome, pero esa vez no era capaz de articular palabras para piropearme, se quedaba atascado pareciendo al hablarme un tartamudo. Cuando dejamos el barrio, Raúl me dijo:
“¿Te has dado cuenta lo guapa y juvenil que vas que todos tus vecinos han quedado sorprendidos al verte?”
Yo le contesto:
“Si se han quedado sorprendido al verme, pero yo pienso que es de lo escotada y provocativa que voy no de lo que tú dices. Pues la verdad Raúl es que después de ver como se me han quedado mirando la gente de mi barrio, estoy preocupada, porque pienso que me han tomado por una descarada y que he estropeado el concepto de mujer decente que tengo en el barrio. Espero que solo sean imaginaciones mías.”
Así seguimos andando como veinte minutos más hasta que llegamos a la puerta del restaurante, eran la 1,40 h de la tarde y por consiguiente aún temprano para que hubiera muchos clientes. Entramos y solo había dos mesas ocupadas una en un rincón y la otra próxima a la puerta. Nos saludó el camarero, pues a mí me conocía de haber estado en más de alguna ocasión con mi marido allí. Le noté sorprendido al verme así vestida, pues siempre había ido con ropa elegante y vamos a llamarla decente, en vez de ropa tan corta y “juvenil” como decía que iba mi ahijado. Raúl le dijo que teníamos reservada una mesa a su nombre y nos puso prácticamente en el medio del comedor. Nos sentamos y tras pedir y servirnos comenzamos a comer. Todo transcurría normalmente cuando a eso de las 2,00 de la tarde entraron un grupo de 4 hombres, dos de ellos de la edad de mi marido otro de unos treinta y pocos años y el cuarto era un jovencito que no aparentaba tener más de 20 o 22 años, eran los compañeros de oficina de mi marido. Uno de ellos se acercó a nuestra mesa al vernos y me saludó dándome un beso en la mejilla y pude ver que al hacerlo no apartó sus ojos del canalillo de mis pechos y de mi escote, y después me dijo:
“¿Qué sorpresa Maribel, no esperaba verte aquí? ¿Qué estas esperando a Pepe? Es que le hemos dicho que nos veníamos a comer y no nos ha dicho nada de que tú le estuvieras esperando. Es más nos ha dicho que él hoy no bajaría aquí, pues había quedado con un cliente un poco más tarde en Casa L… (Dijo el nombre de otro restaurante de la zona)”
Entonces yo un poco cortada le digo:
“Hola Fernando, no espero a Pepe, él no sabe nada de que estamos aquí, pues ha sido un imprevisto. Estábamos por la zona mi ahijado y yo, se nos ha hecho tarde para ir a comer a casa y hemos entrado aquí hacerlo. Mira este es Raúl, el ahijado nuestro de Pepe y mío”.
Raúl se levanta dándole la mano y se sienta, entonces Fernando al despedirse de nosotros me dice:
“Estas muy guapa, Maribel, bueno como siempre, pero hoy se te ve más juvenil y diría yo que incluso más guapa y joven. Qué suerte tiene Pepe con tenerte a ti de mujer.”
Yo entonces sonriéndole, contesto:
“Gracias Fernando, tú tan adulador como siempre, da recuerdo a Mercedes de mi parte y a ver si nos juntamos los cuatro pronto”
Él se va a la mesa donde le esperan los otros tres compañeros de mi marido, los cuales no han perdido ojo de mi en todo el tiempo y observo que Fernando al sentarse, justo enfrente de mí, tampoco aparta los ojos de mi. Entonces me miro y observo que la faldita se me ha subido bastante y estoy enseñando todos mis muslos, la blonda donde acaba la media e incluso el comienzo de mis bragas. Yo me pongo colorada, me levanto un poco y trato de bajarme la falda todo lo que puedo. Pero al hacerlo no me doy cuenta de que a Fernando le estoy ofreciendo una visión completa de mi entrepierna en la que puede observar mis bragas ajustadas y notándoseme perfectamente la raja de mi coño y mis pelos que se escapan y salen alrededor de donde acaban mis bragas. Trato de taparme pero al no poder, me pongo la servilleta sobre mis piernas para impedir que él siga viendo tan excitante visión para él. Seguimos comiendo y entonces Raúl me pregunta:
“Maribel, este Fernando es el compañero de tu marido y su mujer se llama Mercedes?
Yo le contesto:
¿Si, por que lo dices?
Me contesta:
“Porque su mujer trabaja en mi negocio, igual que lo hace mi madre y tú comenzaste ayer. Ya te dije que te sorprenderías conocer algunas de las personas que trabajan con nosotros, por tanto no te preocupes, porque te haya visto lo que los dos sabemos que te ha visto, que seguro que cuando se lo cuente a su mujer le convencerá para que no diga nada ni se vaya de la lengua, de eso ya me ocupo yo”
No lo podía creer Mercedes, tan recatada, tan tímida y que trabajara de prostituta en el nuevo negocio de Raúl, me sorprendió muchísimo y así se lo dije a Raúl, el cual me contestó:
“Esta tarde, no porque tengo otros planes para nosotros, pues quiero que vayamos al cine solos, a ver una película. Pero otro día podrás verlo con tus propios ojos o por algún video que te he grabado de ella igual que tengo tuyos y de mi madre”.
Comimos rápido, lo que nos quedaba y pedimos postre y café y después pagué y al marchar me despedí de Fernando. Al salir nos dirigimos a un cine, al que me llevo Raúl, que se encuentra cerca y que había visto las veces que había estado con mi marido por la zona, pero nunca había. Al estar en la puerta vi que lo que yo siempre creí que era un cine normal era un cine donde se proyectaban películas X o pornográficas, seguramente sería el único de este estilo que habría en la ciudad. Cuando él se iba acercar a la taquilla para sacar la entrada le dije:
“Pero cariño, quieres entrar a ver una película de estas. Yo no he visto nunca ninguna, solo la que tú me hiciste y ya me pareció fuerte, contra más estas que sabe Dios lo que saldrá en ellas”.
Entonces se me acercó y metiendo su mano bajo mi faldita y tocándome mis glúteos me dijo:
“Por eso he querido traerte a que veas una película comercial de estas porno, para que sepas como son y para que si es posible aprendas algo, pues en tu nuevo trabajo de puta, vas a tener que hacer muchas de esas cosas y además seguro que tendrás que gravar más de una película de estas. Y también te he traído y con estas ropas porque el cine es un lugar ideal para meterte mano y yo quiero cumplir una de las fantasías que he tenido en sueño contigo que no es otra que esa (meterte mano en el cine) e incluso ya veremos hasta donde podemos llegar mi putita. Pues tengo la intención de pasarme toda la película haciéndolo”.
Y al acabar de decir esto me dio un fuerte pellizco en mi culo. Se acercó de nuevo a la taquilla, compró dos entradas y nos metimos en la sala. Al entrar estuvimos parados un rato al comienzo del pasillo, hasta que se nos hicieron los ojos a la oscuridad y pudimos ver que no había mucha gente, dada la hora y ser un día de diario. Yo solo distinguí cuatro hombres y todos ellos muy separados unos de otros. Entonces Raúl me dijo:
“Vamos a sentarnos en una de estas últimas filas, de esa forma vemos todo lo que pasa delante y no nos molestan ni nos ve nadie lo que nosotros hacemos”.
Yo le dije:
“Ya ha comenzado, no la vamos a poder ver entera”.
Entonces él me contesta:
“No te preocupes es sesión continua y ponen dos películas. Cuando acaba una ponen otra y luego vuelven a repetir la primera y así sucesivamente, de modo que si quieres y te apetece podemos ver las dos o irnos cuando queramos o te canses mi putita, que ya veo que estas interesada en ver como son estas películas”.
En la pantalla aparecía una mujer de unos treinta o treinta y tantos años desnuda con unos pechos enormes y a la que la estaban follando dos hombres a la vez y un tercero la metía su polla en la boca. Uno de los que la estaba follando, el que la estaba dando por el culo, era un negro que de vez en cuando, al sacarla se le podía ver muy bien armado, con un instrumento gordo como de unos 7 u 8 centímetros y largo al menos de unos 25 a 28 centímetros. Al verla no me pude callar y le dije a Raúl:
“Jo que gorda y larga que la tiene ese negro, no sé cómo puede cogerle eso tan enorme a la pobre chica en su culo”
Entonces Raúl me dijo:
“Si la tiene grande, aunque los otros dos tampoco parece que las tengan pequeña, fíjate el que se la mete en la boca y el del coño no se queda manco de tamaño. No te preocupes a medida que vayas entrando en este mundo te darás cuenta que dentro de una mujer puede entrar tamaños como esos y muchos más grandes. Hay medios para hacerlo, desde operaciones de ano, hasta dilatación haciendo llevar durante un tiempo dentro del orificio que se quiera dar de sí, diferentes tipos de consoladores o falos artificiales , llegando cambiando a tamaños mayores que el anterior que han tenido metido dentro hasta llegar a conseguir el diámetro de coño, culo o lo que sea que se desee”.
El oír decir esto a mi ahijado y encontrarme en un cine porno con él, casi vacío, la película, mi ropa, todo influía para que en esos momentos, me sintiera muy excitada y caliente y me entraron unas ganas locas de que él comenzara a meterme mano. Por eso me alegré cuando no tardando mucho de esto Raúl se volvió sobre mí para besarme en la boca. Su mano se dirigió a la apertura de mi camisa dejada por los tres botones que no me abrochaban y comenzó a acariciarme los pechos y mis pezones, ya duros por la excitación, mientras nuestras lenguas se fundían en un beso apasionado. Le toqué el bulto que se formaba bajo su pantalón y pude comprobar que él también estaba muy excitado, le desabroché el pantalón y liberé su maravillosa polla. Él colocó su mano en mi nuca e hizo que yo dirigiera mi cabeza hacia su polla y metiéndomela en mi boca, se la chupé con ganas.
Mientras se la chupaba él me dijo al oído:
“Desnúdate, quítate la ropa, de esa forma podré tocarte mejor y será más cómodo para los dos”
Yo entonces dejando de chupársela le digo:
“Estás loco, aquí no, ¿y si nos ve alguien o viene el acomodador?
Él me contesta:
“No nos dirá nadie nada, es más todos los que están aquí, saben que muchas de las personas que vienen es para eso para follar a la vez que ven la película, y el primero que lo sabe es el acomodador, el cual si viene con darle una propina o dejando que participe no dirá nada y dejará que sigamos”.
Yo no sé porque, si por lo caliente que estaba o porque, no pude negarme y le deje que me la quitara y la echara sobre la butaca que tenía a su lado. Solo le pedí:
“Está bien quítamela, pero por favor déjame puesta la camisa aunque me la dejes abierta y me quites el sujetador, así el que entre al ver la camisa pensará que estoy vestida y no pensará, que a excepción de esa prenda y las bragas, el resto del cuerpo lo tengo desnudo”.
Él a regañadientes me dice:
“Está bien, puedes dejarte la camisa puesta, pues me parece un buen razonamiento el tuyo, pero las bragas también quítatelas e incluso los zapatos, si quieres puedes quedarte también con la medias puestas, así parecerás aún más sexi.”
Le hice caso y tras quitarme los zapatos y quedarme como me había indicado, volví a agacharme para seguir chupándosela. Tan entusiasmada y tan excitada estaba en mi labor de chuparle la polla a mi querido amante, que no me di cuenta, que uno de los hombres que había visto que estaban en la sala sentados delante de nosotros, al oír el ruido de mi boca al chupar y los suspiros que emitía mi ahijado por el placer que le estaba proporcionando, se volvió para ver que era y entonces Raúl le hizo una señal para que se acercara donde estábamos nosotros.
El hombre haciéndole caso se acercó colocándose al lado contrario de donde estaba mi ahijado, es decir detrás de mí. La verdad que yo estaba tan entusiasmada en mi labor de mamársela a mi amante que ni me enteré que había llegado. La visión que debía de tener delante de su cara, viendo mi culo desnudo mientras se la mamaba a Raúl debió de ser espectacular y seguro que hizo que se pusiera a cien de excitación. En esos momentos tenía delante de sí a una mujer madura, aún atractiva y con un cuerpo bien proporcionado para su edad mamándole la polla a un chaval joven y teniendo expuesto totalmente mi culo hacía la posición en que él estaba. Cuando con más interés yo estaba realizando la mamada a mi querido amante, me sorprendí al notar una mano, (que no era la de mi ahijado), áspera quizás por los trabajos que realizara con ella, tocándome y sobándome mi culo. Quise incorporarme para ver quién era y que ocurría, pero Raúl me sujetó la cabeza y le dijo al que me estaba tocando:
“Fóllala el culo a esta puta, no ves que te lo está pidiendo a grito con ese culo que tiene”
Entonces sentí como unas fuertes manos me agarraban de mis caderas y una cosa dura, que no era otra cosa que su enorme polla, empezaba a presionar sin siquiera prepararme, para introducirse dentro de mi culo. Quise protestar y decirle a Raúl que no le dejara:
“Unnnm diiiggg que meeedegggjjjeee”.
Contestándome él:
“Que dices, no se te entiende nada. Cállate y comienza ya a ser lo que vas a ser desde ahora, una buena puta y déjate follar por este amigo desconocido sin protestar”.
El muy bruto seguía empujando sin conseguir entrarla, hasta que dando un fuerte golpe de cadera empujando hacia delante, consiguió entrar casi toda su enorme polla dentro de mi culo. Provocándome con ello un inmenso dolor, pero me era imposible gritar al tener la polla de mi ahijado llenándome toda mi boca. Lo que si brotaron de mis ojos fue un reguero de lágrimas producidas por el fino e inmenso dolor que en esos momentos sentía en mi culito. Con el ruido que producíamos con nuestros gemidos, al oírlos los otros tres hombres que quedaban en la sala miraron hacía donde estábamos y viendo lo que pasaba se acercaron a nosotros. Al llegar y ver lo que pasaba, de la sorpresa se quedaron como hipnotizados, estaban presenciando una película como la que se estaba proyectando, pero en esta ocasión en vivo y en directo. Mi ahijado ya no aguantaba más y se comenzó a correr abundantemente en mi boca, llenándomela por completo con su semen, a la vez que le temblaban las piernas y me decía queriendo gritar pero sin poder:
“Si, si así puta así madrina, sigue, sigue putaaaa como me gusta cómo me la chupas me corro, me corro, quiero que te la tragues toda tan golfa como eres que hasta lo haces en un cine publico aaahhh que diría el padrino si pudiera verte como estas en estos momentos pedazo de zorra… aaahhh”
Cuando acabó y dejo de tener los temblores se levantó de su asiento y el muy sinvergüenza sin consultarme siquiera pregunto a uno de los tres hombres que nos miraban:
“¿Quiere ocupar mi lugar, estoy seguro que ella te la querrá chupar con tanto entusiasmo como ha hecho conmigo, es una puta mamadora de campeonato y muy caliente y golfa, seguro que está deseando que digas que sí?”
El hombre era un señor ya mayor de al menos unos sesenta años, de medía estatura, calvo y con un poco de barriga, no se lo pensó dos veces y se sentó en la butaca de donde se había levantado mi ahijado, pero antes de que lo hiciera, Raúl me dijo:
“Maribel, estas bastante sofocada y ya no importa nada que te vean o no, pues las personas que hay en la sala los tienes aquí presente, yo creo que debías quitarte la camisa y dármela para ponerla con tu otra ropa, pues si no me parece a mí que al final te la vamos a poner perdida de semen y sabe Dios de que más”.
Yo pensé que tenía razón y sin cambiar de posición para que el que me enculara no se saliera de mi culo, me la quite la camisa como pude y se la entregue a él. El hombre se sentó en la butaca que había dejado mi amante y tras sentarse se abrió la bragueta y se sacó su polla, que por aquel entonces ya la tenía bien dura y tiesa y sin decirme nada me cogió de la nuca (como antes había hecho mi ahijado) y me hizo llevar mi boca hasta su herramienta. Esta era también de buen tamaño, aunque no tan grande como la que tenía en esos momentos en mi culito ni como la de Raúl, pero si era considerable. Cuando mis labios tocaron la punta de su polla me empujo la cabeza hacía ella haciendo que me la metiera prácticamente hasta mi garganta, llenándome prácticamente toda mi boca. Yo comencé a chupársela con pasión, pues en esos momentos estaba excitadísima y me lleve también una de mis manos a mi clítoris y comencé a masturbarme y él me decía:
“Eso es puta, abre bien esa boca sucia de guarra que tienes, mmmm tienes buena boca zorra, que bien me lo estas haciendooo…”
El hombre acompañaba mi mamada con movimientos como si me estuviera follando por mi boca y a medida que se la mamaba empezó a emitir gemidos de placer producidos por la buena labor que yo le estaba haciendo. Me parecía mentira que hacía tampoco que había chupado mi primera polla, y que ahora fuera una de las cosas que más me gustaban y que me encantaba hacer a los hombres y sobre todo tragarme y saborear el semen que depositan en mi boca. Cuando más entusiasmada estaba mamando la polla noté que mi enculador aumenta sus envites a mi culo, ahora estos son salvajes, mueve toda la butaca de tal forma que parece que la va a desprender del suelo. El cabrón empuja como loco, fuera de sí, con el movimiento de dentro fuera como si fuera una sierra cortando, es brutal. Comienza a darme cachetes en mis nalgas y culo y suelta mis caderas llevando sus manos a mis pechos cogiéndome los pezones y pechos que me los pellizca con fuerza. Me está follando, casi partiendo mi culo, bien pero que bien, cuando me da con su pelvi en mi culo noto su sudor tocando mis carnes, está sudando como un cerdo. Noto como se tensa y apretando sus dientes siento como se comienza a correr dentro de mi culo llenándome todo su interior con su caliente y abundante leche a la vez, que como había hecho hacía unos momentos mi ahijado al no poder gritar, me decía a media voz:
“¡Me corro puta, me corro! Oggg, me corro, ufff que bueno me corro, aggg… me estoy viniendo dentro de tu culo pedazo de golfa ohhh que culazo tienes perra…”
Yo entonces metí mi mano entre mis piernas y las lleve hasta sus huevos y comencé a acariciárselos, se los arañaba con mis uñas, haciéndole unos cosquilleos que hicieron que él se corriera más rápidamente del gusto que le estaba dando, a la vez que a mí me llegaba también el orgasmo y le decía:
-¡Mas! ¡Más! ¡Rómpeme el culo, Dios mío que placer! Me estoy corriendo como una burra, esto es increíble... Dios... Dios... Dame más cabrón, dame más, que rico es esto. La noto, mmmm, si noto toda tu leche, calentita llenándome toda mi culo…”
Tras mi corrida seguí mamando por un momento la polla del hombre que me follaba por mi boca, con verdadera ansía, estaba súper excitada y quería que se corriera rápido, deseaba que se corriera igual que había hecho Raúl en mi boca, no sé lo que me pasaba en ese momento pero deseaba que me diera toda su leche y tragármela. No tardó mucho en hacerlo y muy abundantemente de tal forma que no fui capaz de tragarme todo y su esperma comenzó a correrme por mis labios y se deslizo por mis pechos, él al ver que no podía tragarme toda me la saca y los últimos chorros me caen en mi cara y mis pechos, a la vez que me decía:
“¡Trágate toda la leche, puta, trágatela, trágatela, joder como me la has chupado eres toda una experta puta, pero que golfa y puta que eres y delante de su hijo!"
Yo entonces con mi cara y todas mis tetas recubierta de semen, le dije:
“No, no, él no es mi hijo es mi chulo y me ha traído a este cine porque le gusta ver como otros hombres me follan”
Yo al oírme me sorprendí de lo que había sido capaz de decir. Pero luego pensándolo un poco, no había dicho nada más que la verdad. Después volví a meterme su polla en mi boca y se la chupe dejándosela lo más limpia que pude. Los dos hombres se apartaron de mí dejándome libre un momento y aproveché para sentarme y relamerme el semen que goteaba de mi boca.
Delante de mí mientras me relamía la leche que resbalaba por mis labios podía ver a los otros dos hombres, que aún no habían intervenido, y que se masajeaban sus pollas fuera de sus pantalones, esperando aún su turno y por la cara que ponían yo enseguida supe que no pensaban irse sin antes disfrutar de mí. No habían pasado ni dos minutos que yo había acabado de chupar mi última polla, cuando mi ahijado invitó a los dos hombres que aún quedaban a que disfrutaran de mi cuerpo, pero no le pareció bien que lo hicieran en el mismo lugar que él y los otros dos me habían disfrutado, de modo que les dijo:
“Amigos ayudarme entre todos a llevar a esta putilla hasta el pasillo, seguro que allí os la folláis más cómodamente que aquí entre las butacas”
Los otros cuatro no dijeron nada, solo aceptaron la propuesta de Raúl y entre todos me cogieron, como estaba desnuda, y me llevaron a uno de los pasillos laterales de la sala, donde había más espacio y me tumbaron en el suelo. Primero uno y después el otro me fueron follando estos dos hombres por turno. Cuando estaban a punto de terminar, se presentó el acomodador y exigió follarme también si no queríamos que llamara a la policía y formar un escándalo. Yo toda nerviosa y por miedo al posible escándalo y a que mi marido se enterara, miraba a mi ahijado suplicándole que hiciera algo para evitar la amenaza del acomodador. Entonces Raúl le dijo:
“De acuerdo, es normal que quieras participar y que tengas tu parte del pastel de esta puta, ahora cuando acabe este que se la está follando puedes hacerlo tú por el agujero de su cuerpo que desees pero me gustaría ocupar el lugar del agujero opuesto al que tú ocupes y que uno de estos amigos de los que aún no se la ha mamado ocupe su boca mientras tú y yo nos la follamos a la vez por su coño y culo, ¿te parece? ¿Estás de acuerdo?”.
El acomodador con una sonrisa en su cara me dijo:
“De acuerdo, yo prefiero follarla por el coño, nunca me ha gustado dar ni recibir por el culo, eso me parece de maricones y a mí me gustan demasiado las mujeres (y sobre todo si son como estas) como para dar por el culo”
Él acomodador comenzó a quitarse los pantalones y la chaqueta y abrirse la camisa. Mientras entre dos de los hombres me levantaban del suelo para que se tumbara mi ahijado y luego me hicieron que yo con mis propias manos me abriera a tope mi culo y me fuera sentando sobre la tiesa polla de Raúl, que poco a poco me la fue metiendo en mi culito, luego hicieron que me tumbara de espalda sobre el pecho de mi ahijado y cuando ya estaba, me abrieron todo lo que pudieron mis piernas y el empleado del cine se colocó entre ellas y las de Raúl y cogiéndomelas por los tobillos colocó mis pies sobre sus hombros, aproximo tu polla, ya erecta a mi coño, y de un empujón me la metió por completo dentro de mi chocho, comenzando a moverse como un poseso, con muchas ganas, empujando salvajemente y haciéndome incluso daño. Raúl como pudo se fue acoplando a su ritmo y comenzó también su mete y saca en mi culo. Mientras uno de los hombres de los últimos que me habían follado me acerco su polla a mi boca para que comenzara a mamársela pero cuando en esto estaba otro de los mirones, el primero que me dio por el culo, me obligo abrir la boca al máximo para meter también su polla en mi boca obligándome a tragarme las dos pollas a la vez y haciendo que apenas pudiera entrarme aire para respirar.
Se conoce que estaban todos muy calientes o yo era quizás la que estaba ardiendo, pues me pareció rapidísimo que comenzaran a correrse uno tras otro tanto en mi boca, chocha, como culo, inundándome mis tres agujeros con su esperma. Tras acabar, se levantaron todos los 5 y mi ahijado y agarrándome de mis axilas me hicieron poner de rodilla y ellos formaron un círculo a mí alrededor, comenzando a masturbarse los seis a la vez, hasta que uno tras otro se corrió de nuevo. Cuando le llegó al primero me dijeron que abriera lo más que pudiera mi boca y que procura mantener en ella todo el semen que me iban a comenzar a echar, pero que procurará no tragarlo ni escupirlo. Yo les hice caso y mientras ellos se masturbaban y comenzaban a correrse yo me acariciaba mis tetas, un poco por los nervios que tenía y un poco por la excitación que sentía. Era la primera vez que me follaban en un cine y lugar público y encima por cinco hombres completamente desconocidos que hacía medía hora o una hora no conocía de nada.
También porque deseaba con todas mis ganas sentir placer y como ya sabes mis pechos son una de las zonas más erógenas y sensibles que tengo y que al tocármelo más placer y caliente me ponen. A ellos parecía gustarles y excitarles ver cómo me manoseaba y acariciaba mis grandes tetas, y uno a uno se fueron corriendo en mi boca y en la parte de mi cuerpo que mejor les cogía. Cuando uno terminaba otro le seguía, casi sin parar y poco a poco mi boca y mi cuerpo se fueron llenando de semen. Ya no solo tenía llena mi boca de su leche sino toda mi cara y mi pelo e incluso parte de mi espalda y de mis pechos. El que se me escapaba de mi boca, me goteaba por mi barbilla y caía sobre mis pechos que a su vez corría hasta mi barriga.
Mi ahijado fue el último en correrse, y estoy por decir y asegurar que su cantidad fue la mayor de todas. Es lógico, pensé, es el más joven de todos, pues los demás todos eran hombres maduros y algunos rozando los 65 o 70 años, y su aspecto al menos de dos de ellos era bastante desagradable. Cuando terminaron los seis de correrse se quedaron jadeando y cansados contemplándome, asombrados de ver mi cara blanca de semen y mi boca abierta y también toda llena. Entonces mí ahijado delante de todos me dijo:
“Maribel demuestra a nuestros amigos lo puta que eres, trágate todo lo que tienes en tu boca sin que se pierde ni una gota”.
Yo haciéndole caso cerré mi boca y me lo trague todo por completo, y al acabar, abrí de nuevo la boca otra vez para que todos comprobaran que me lo había tragado.
Entonces varios de ellos me dieron sus pañuelos para que me limpiara, se los cogí y me fui limpiando mi cara, pelo, pecho, coño, culo y resto de mi cuerpo y después les devolví los pañuelos para que tuvieran un recuerdo mío y de esa tarde.
Tras esto me dirigí a la butaca donde tenía mi ropa, seguida por todos, me vestí y del brazo de Raúl salimos del cine. Me sentía toda pegajosa y notaba como mi estrecha y corta ropa se pegaba a los restos que aún había en mi cuerpo del semen de todos los hombres que me habían poseído esa tarde. Deseaba llegar a casa cuanto antes para poder darme un baño, me sentía muy sucia y ahora que todo había pasado, no solo físicamente sino también moralmente ¿Cómo era posible que yo una mujer casada y decente, me hubiera podido entregar a seis hombres en un lugar público y encima cercano a donde mi propio marido trabajaba? Pero a la vez que sentía y pensaba esto reconocía que la experiencia había sido muy excitante y morbosa y más hacerlo sin esperarlo, sino porque surgió, y encima con personas desconocidas totalmente.
No llevaríamos ni quinientos metros andando de la salida del cine cuando oímos unas voces, parecía como que alguien nos llamaba, miramos hacia atrás y eran los cuatro hombres del cine que nos habían seguido. Esperamos a que llegaran donde estábamos nosotros y entonces uno de ellos, hablando en nombre de todos se acercó a Raúl y le dijo:
“Mira, tu puta nos ha encantado, y nos gustaría seguir follando con ella, pero hoy y dada nuestra edad ya no tenemos fuerza, por eso queríamos proponerte si puede venir mañana, por ejemplo a las diez, otra vez para follárnosla los cuatro, pues esta tan buena y es tan caliente y puta que nos ha encantado, y hacía tiempo que no nos follábamos a una hembra como esta”.
Mi ahijado, haciendo con que dudaba, como si no estuviera seguro de la decisión que iba a tomar, aunque yo si le notaba que en el fondo deseaba lo que esos cuatro hombres guarros y sucios, ya mayores le proponían. Yo sabía que lo aceptaría, viendo como estaba actuando últimamente y que ya había decidido emputecerme y convertirme en una prostituta o lo que es lo mismo en una puta de pago, les dijo:
“No sé, no sé amigos, ella no se dedica a esto y por tanto no tiene experiencia, lo de hoy ha sido un calentón al ver las escenas de la película, pero bueno esperad que la pregunte a ella”
Yo antes de que me preguntara mi ahijado, acercándome a su oído le dije:
“Raúl, no quiero, como tú bien has dicho lo que ha pasado ahí dentro ha sido un calentón. Me he dejado llevar por lo caliente que estaba y porque veía que tú disfrutabas viéndome poseída por esos hombres y solo quiero que tú goces, pero míralos su aspecto asqueroso y guarro, son también mayores y de un físico no muy agraciado, sino más bien desagradable, y si te soy sincera me desagradan muchísimo, por favor dilos que no”
Entonces uno de ellos, al ver que yo no quería, le ofreció dinero a Raúl a cambio de follarme diciéndole:
“Mira chaval, ella antes nos ha dicho cuando nosotros creíamos que eras su hijo, que no lo eras , sino que eras su chulo, por eso como tal, danos un precio y nosotros te lo pagaremos , hoy te daremos la mitad y mañana el resto a ella antes de comenzar”
Mi ahijado me miró primero a mí y luego a ellos y les dijo:
“Está bien, tarde o temprano tenía pensado que empezara a trabajar de puta de modo que porque esperar más si encima se ha presentado la ocasión de hacerlo sola. Su precio por una hora para los cuatro y en la cual podéis hacer con ella todo lo que queráis y ella aceptara todo lo que vosotros queráis que haga, es de 500 euros y como bien has dicho tú, ahora nos pagáis la mitad y mañana antes de comenzar la dais a ella la otra mitad. La cama o el hotel es también como buena puta por vuestra cuenta.”
El que llevaba la voz cantante le contestó:
“Es mucho dinero, por una hora y encima para los cuatro, date cuenta que por matemáticas solo nos corresponde un cuarto de hora a cada uno y 125 euros por ese tiempo es muchísimo. Si quieres ese precio pero por dos horas, si lo aceptas aquí tienes el dinero, sino lo olvidamos y si alguno de nosotros quiere estar a solas con ella nos das la dirección donde va a ejercer de puta y el que quiera que vaya. Pero para hacerlo con todos como lo ha hecho en el cine, que es lo que nos ha excitado, tiene que ser si pagamos esa cantidad por dos horas”
Raúl se agarra la barbilla como sopesando la propuesta, me mira y yo le doy de señas diciéndole que no acepte, y él entonces estirando la mano hacía su interlocutor le coge la suya y dándose un apretón de manos le dice:
“De acuerdo, es un chollo, para ser su estreno como puta ese precio y por ese tiempo, pero me habéis caído bien y a ella parece que le habéis gustado (mintió el sinvergüenza) y desea estar de nuevo con vosotros. Entonces nos dais ahora 250 euros y los otros 250 se los entregáis a ella mañana antes de empezar y por esa cantidad podéis hacer lo que queráis con ella. Ella o vosotros os esperareis en ese aparcamiento que hay al lado del cine donde hemos estado, de esa forma ella podrá aparcar ahí su coche. Y después de que la paguéis si queréis para estar más cómodo al lado hay un hotel o pensión donde alquilan habitaciones por hora (precisamente para esto) se llama Med… yo conozco a la dueña y hablaré con ella para decir que entre las 10 o 10,30 iréis para que os tenga reservado el cuarto más grande, dado que soy cuatro y con ella cinco, para que estéis más cómodo. Si no os importa y como va a ser la primera vez que ella se va a prostituir (mintió pues ya me había hecho prostituirme el adía anterior con sus amigos en mi casa) me gustaría estar presente y mirar, de esa forma por si la da apuros o vergüenza yo podré hacer que se la pase y cumpla y haga su trabajo.”
Ellos aceptaron excitadísimo, y pagaron a Raúl, la cantidad acordada. Yo entonces le dije acercándome de nuevo a su oído:
“Por favor Raúl, no lo hagas, vámonos para casa y olvida esto, no me gustan y como te he dicho me desagradan muchísimo, no me hagas hacer esto, por favor”.
Pero él con un tono dominante y hasta cruel me dijo:
“Me dijiste que eras mi puta y qué harías todo lo que yo quisiera y ahora quiero que a partir de mañana te conviertas y trabajes de verdad de prostituta y eso es lo que vas hacer. Además ya han pagado y he cerrado el trato, de modo que por dos horas mañana serás de ellos y harás todo lo que ellos quieran y deseen sin tú negarte a nada de lo que te pidan. Y vete acostumbrado pues desde mañana comienzas a trabajar en mi negocio junto con mi madre y con Mercedes de puta”
Yo por miedo a que se acabara mi relación con él y porque me volvía loca de placer cada rato que pasaba y era poseída por él, le dije:
“De acuerdo, no es que me guste ni ellos ni la idea, pero si es lo que quieres así será. Joder Raúl quién me iba a mí a decir hace un mes y medio o dos meses que acabaría siendo una prostituta y que acabaría vendiendo mi cuerpo a cualquiera que quisiera pagar por él y todo esto por haberme enamorado y estar loca por ti. Por mi propio ahijado, un niño como aquel que dice, que podrías ser perfectamente mi hijo si lo hubiera tenido, por tu edad y la mía”.
Él entonces se despidió de los hombres y dándome un buen beso en mi boca y apretándome contra él, de tal forma que al hacerlo, quedó levantada mi ropa por la parte de mi culo y cualquiera que pasara en esos momentos pudo ver perfectamente la totalidad del mismo. Tras esto pasó su mano por mi cintura y abrazados nos dirigimos hacía mi casa, donde llegamos cerca de las cinco de la tarde. Se despidió de mí y me dijo:
“¿A qué hora viene el padrino?”
Yo le contesté:
“Mientras estábamos en el cine, como lo tenía silenciado y no he oído las llamadas que me ha hecho, me ha puesto un mensaje diciéndome que esta tarde se tiene que quedar a acabar un asunto y que llegara un poco más tarde, sobre las 8 de la tarde. ¿Por qué lo preguntas?”
Me dice, entonces:
“Dúchate, aséate y maquíllate con color carne las zonas donde tienes los moratones, pues además de los que mis amigos te hicieron esta tarde en el cine también te han hecho tus clientes de mañana unos cuantos más. Después si te apetece ponte unas bragas y sujetador o quédate desnuda, el caso es que te vistas cómodamente con una bata sobre tu cuerpo y vete al salón y ponte cómoda. Mientras yo voy a casa a por unos videos de mi madre y de Mercedes prostituyéndose y también traeré el tuyo con mis amigos, para que los veas y compares y aprendas como se hace y tienes que tratar a los clientes. Estaré aquí dentro de media hora poco más o menos. Te los dejo y los ves, yo no me podré quedar contigo a verlos, pues tengo cosas que hacer ya que tengo que acercarme al hotel a donde iréis para hablar con la dueña y preparar todo. Mañana antes de que lleguen los cuatro clientes los comentamos y te explico algunas cosas. Vas a tener al menos una hora u hora y media para verlos antes de que llegue tú marido”
Hice lo que me decía y en efecto a los diez minutos de haber acabado de ducharme y ponerme cómoda llego mi ahijado con los tres DVD en uno ponía Mª Jesús, en otro Mercedes y en los dos a parte del nombre se añadía escrito: trabajando. En el tercero, que era el mío ponía: Maribel con mis amigos prostituyéndose. Me los dio y me dijo:
“Ponlos ahora que no está el padrino y mira cómo trabaja mi madre y tú amiga Mercedes y aprende de ellas y después ve el que te hice ayer cuando te prostituiste con mis amigos y compara y aprende como se hace y lo que debes hacer mañana .¿A qué hora suele marchar el padrino a trabajar?”
Yo le cojo los DVD y me dirijo al aparato reproductor que tenemos junto la televisión de pantalla plana y de 50 pulgadas en el salón lo pongo, lo enciendo y le contesto:
“Mi marido suele marchar a las 7,30 o 7,45 de la mañana para el trabajo, pues le gusta esta temprano en él”
Él me contesta:
“Perfecto, pues cuando se vaya te vistes como normalmente lo haces, pues creo que a tus clientes les gustará que vayas vestida como una mujer o ama de casa normal en vez de como una puta. Estoy seguro que les dará morbo pensar que están con una casada , ama de casa decente (ante los conocidos) pero en realidad una buena golfa que a la espalda de estos y de su marido le pone unos buenos cuernos a este prostituyéndose, es decir siendo una Belle de Jour, como en la película de Buñuel. Yo vendré un poco antes de la hora que hemos quedado con tus clientes, para que comentemos los DVD y ver que enseñanzas has sacado y por si te tengo que dar algún consejo o decirte como debes actuar con los cuatro clientes”.
Dicho esto, me dio un beso y marcho. Yo me senté en el sofá y comencé a ver el primer video, que era el de la madre de Raúl, mi amiga de toda la vida Mª Jesús. Comienza el video ella sola en el salón de su casa, llaman a la puerta se levanta y puedo ver que solo lleva sobre su cuerpo unas braguitas minúsculas negras y un sujetador que apenas pueden cubrirles sus también grandes tetas y encima de esto un salto de cama semitransparente también negro. Abre la puerta y entra un señor regordete de media estatura de unos 50 años, pasan al salón él se sienta en uno de los sillones y ella comienza a pasear y exhibirse ante él. Entonces el hombre la pregunta:
“¿Cuánto cuesta pasar un rato contigo preciosa¿?”
La madre de Raúl le contesta, dando varios precios según el tiempo que quiera pasar y lo que quiera hacer con el cuerpo de Mª Jesús. El hombre acepta uno de los precios y entonces mi amiga, le ofrece su mano, el hombre se la agarra y ella tira un poquito de él para que se levante y agarrados de la mano se dirigen hacía su cuarto. Una vez dentro ella cierra la puerta y le pide el dinero acordado. El cliente se lo da y entonces ella lo pone sobre la mesilla de noche y vuelve a darle la mano al hombre y se dirigen al cuarto de baño. Ya en él ella se quita las bragas y se sienta en el bidel y se lava su coño con agua y jabón líquido. Cuando acaba se vuelve a poner las bragas y cogiéndole a él le baja sus pantalones y calzoncillos y untándose su mano con gel le embadurna su ya medio erecta polla con el jabón, lo acerca al bidel y comienza a lavarle su sexo con suavidad, al acabar acerca su boca a él y le da un beso en su glande para acabar sacando su lengua y lamerle un poquito por encima toda la bola de su polla entreteniéndose unos momentos en su frenillo.
Luego le sube de nuevo el calzoncillo y cuando le va a subir los pantalones él la sujeta la mano y él mismo se los baja y se quita también el calzoncillo y quedándose solo con su camisa puesta. Entonces mi amiga saca del armario del cuarto de baño una caja de preservativos, coge uno y se lo coloca al cliente en la punta de su polla. Luego acerca su boca y con ella empuja la goma hacía abajo hasta que la polla del hombre prácticamente la llega hasta su garganta, entonces se saca de su boca la polla del cliente con el preservativo ya colocado.
Salen del cuarto de baño y se dirigen hacía la cama del dormitorio de Mª Jesús donde esta se entrega a todo lo que el cliente la pide que haga. Son escenas explicitas de sexo, pornografía pura, las cuales me excitan y hacen que me lleve mi mano a mi sexo y me acaricie. Mi amiga se la ve gozar y pone unas caras de vicio y lujuria que nunca antes se la había visto. Tras correrse el cliente, se queda tumbado sobre el cuerpo de mi amiga unos minutos, después se levanta, marcha al cuarto de baño se lava y se viste y al salir se acerca a mi amiga que esta sobre la cama, aún desnuda, la da un beso en la boca, esta se levanta y como esta le acompaña hasta la puerta donde se despiden con otro beso y él la dice:
“Hasta dentro de poco, ha sido fantástico, volveré pronto”.
Ella cierra la puerta y vuelve al cuarto de baño, se lava de nuevo su coño, va al dormitorio se viste muy despacio y de nuevo se va al salón, se sienta y la cámara se queda un rato fija en ella hasta que de nuevo suena el timbre de la casa, ella se levanta y se dirige hacia la puerta de nuevo y aquí acaba el video.
Al terminar el video yo me he corrido varias veces acariciándome mi chocha, estoy totalmente empapada y muy caliente, tengo mis manos tan mojadas por mis jugos como tengo mi coño. Me levanto, quito el DVD que acabo de ver y coloco el de Mercedes y me voy de nuevo al sofá para verle. Le conecto y aparece Mercedes la cual está de rodillas a cuatro patas sobre la cama del dormitorio de Mª Jesús, completamente desnuda y dice sorprendiéndome:
“Hola Maribel, no lo esperabas verdad, me ha pedido Raúl que haga este video para ti y de esta forma superes tus miedos a prostituirte. Si soy Mercedes, tú amiga la mujer de Fernando el compañero de tú marido y sin que él lo sepa me dedico a la prostitución porque me ha pasado hace ya dos años lo mismo que te está pasando ahora a ti con tu ahijado y él, igual que será tuyo y lo es de su madre, es mi chulo. Sé que ahora eres tú su favorita, pero me da igual , pues solo deseo que él me posea, pues este chico de 20 años, cuando me folla me hace vibrar de placer, por eso soy suya completamente. Y para complacerle y porque a mí también me gusta y me encanta soy su puta y una de las putas de su burdel. No me importa lo que vaya hacer con este video, aparte de dártele a ti. Ni tampoco si después quita esta presentación y pone la que le he grabado diciéndole que soy una mujer casada y que me prostituyo para poner los cuernos a mi marido, que lo haga y que lo venda o haga con él lo que quiera. Me da igual quien lo vea e incluso que lo llegue a ver mi marido y se entere que le pongo los cuernos y que me prostituyo.
Porque yo solo deseo complacer en todo a mi chulo y que me emputezca él al máximo. Ahora vas a ver cómo me prostituyo entregándome a estos cinco hombres que están aquí. Como ves son de varias edades desde Javier de 18 años hasta Federico de 65 años, veras como hacen toda clase de cosas con mi cuerpo y yo gozo dejándome hacer todo lo que me piden. Aprende pues, eso es lo que quiere Raúl que tú hagas cuando te estés prostituyendo, porque para eso pagan los clientes, para hacer con nosotras todo los que les apetezca. Nosotras somos meramente una mercancía o una cosa que ellos han pagado y durante el tiempo que han pagado les pertenecemos y como dueños de esa mercancía, (nuestro cuerpo) y en ese tiempo ellos pueden hacer con él lo que realmente quieran. Hoy estos cinco hombres han pagado un buen precio para gozar de mi durante dos horas y veras cosas que me hacen y dejo que me lo hagan, que nunca te has podido imaginar. Y me veras gozar como la gran puta que soy y en la que tu ahijado ha conseguido convertirme y que estoy segura que dentro de poco tú te convertirás.”
Dicho esto se acercan los cinco hombres y comienzan a tocarla y poseerla y hacer todo tipo de atrocidades sexuales con su cuerpo. Yo al verlo me excito muchísimo y de nuevo comienzo a tocarme y a enlazar un orgasmo cono otro, imaginándome que soy yo la que hace todo lo que estoy viendo con esos cinco hombres. Cuando acaba el video, yo estoy tendida en el suelo, con mi bata y piernas completamente abiertas y mis bragas en mis tobillos y con un gran charco de líquidos en el suelo y mi culo y sexo encima de él. Me quedo tendida descansando en esta posición un rato y después me levanto, voy a por un cubo y la fregona y recojo mis propios líquidos vaginales del suelo. Cuando acabo me arreglo un poco y me cambio de bragas y me pongo también un sujetador nuevo, pues con la excitación, no sé cómo he roto el que tenía puesto. Miro el reloj, son las 7,30 de la tarde, dudo si poner o no el tercer video, es decir el mío, pues mi marido no tardará en llegar y no quiero que me coja cuando lo estoy viendo y se lie una buena. Pero las ganas de verlo me pueden y cojo los otros dos videos y los meto en el cajón del mueble donde tenemos la televisión e introduzco en el reproductor el mío. Me voy de nuevo al sofá y le conecto para que empiece. Cuando comienzan a salir las primeras escenas, que es cuando llegan los amigos de Raúl a mi casa y este está haciendo las presentaciones, oigo que se abre la puerta de casa y a mi marido que dice:
“Maribel ya estoy aquí, ¿dónde estás?”
Yo nerviosa, apago el DVD y salta la televisión, en donde hay un programa de reporteros que van por todo el país. Rápidamente compruebo que el DVD no haya quedado, al apagarlo, fuera del reproductor. He tenido suerte está dentro y no se ve. Entonces contesto a mi marido:
“Estoy en el salón viendo un rato la televisión”
Antes de que yo acabe de decir esta frase, él ya está en el salón, (y me doy cuenta que por poco me pilla viendo el video) se me acerca me da un beso y se sienta a mi lado a ver también la televisión. Después me dice:
“Me ha dicho Fernando que te ha visto en el restaurante y que estabas con un chaval, que le has dicho que era tu ahijado”
Yo le contesto:
“Si era Raúl, que ha venido por aquí a verme y me ha invitado a comer y después me ha llevado al cine a ver esa película, que llevo pidiéndote que me lleves a verla desde que se ha estrenado y no hemos ido y estaba deseando de verla. Por eso no te he podido coger el teléfono cuando has llamado, pues al entrar en el cine le puse en modo silencioso y al salir he visto tus mensajes. Al verlo me dijo Raúl, pues ya que no va a ir a la hora de costumbre el padrino, si quieres tomamos una Coca Cola ahora al salir. Y así hemos hecho, total que hace aproximadamente una hora que he vuelto a casa. Me he duchado y me he puesto cómoda a ver la televisión hasta ahora que has llegado tú, mi amor”.
El resto de la jornada transcurrió como de costumbre, cenamos y después vimos un rato la televisión para a eso de las 11,00
2 comentarios - Soy la puta de mi ahijado (VIII)