Hola, mi nombre es Adrián y tengo 31 años. Mido 1,83, soy moreno, ojos marrones, labios finos y pelo corto. De cuerpo me mantengo bastante bien, voy al gimnasio y a mi edad cada vez me gusta menos la mala comida y consumo mas comida sana, lo cual ayuda. Esta mal que yo lo diga pero soy un chico atractivo y nunca he tenido problemas para ligar.
En mi vida he tenido dos relaciones serias. La primera fue con una chica que conocí en la universidad y estuvimos 9 años juntos. Todo el mundo se pensaba que nos casaríamos, tendríamos hijos y estaríamos toda la vida juntos pero un día me pilló en una infidelidad. Supongo que algún día tenía que pasar teniendo en cuenta que fui infiel docenas de veces durante nuestra relación.
Me costó bastante superar la ruptura, eran muchos años juntos y yo ya veía mi vida al lado de ella pero objetivamente, me lo merecía. Fui soltero durante un año hasta que conocí a la que posteriormente sería mi pareja, con la que estuve saliendo ocho meses y con la que tiene relación esta historia.
Normalmente una persona conoce a su pareja y posteriormente conoce a la que será su suegra, en mi caso fue al revés. Años antes de que se acabase mi relación empecé a trabajar en un almacén, donde conocí a Elena. En aquel momento yo tenía 25 años y Elena 39. Elena era una mujer latina, concretamente de Ecuador, y era una perfecta MILF. Medía 1,55, morenita, ojos marrones, labios gruesos y el físico completamente deseable en una MILF, delgada con un buen culo latino y, aunque con el uniforme de trabajo no se apreciaba tanto, unos enormes pechos de la talla 105, que más tarde sabría que eran operados.
No trabajamos juntos más de un par de semanas pero fue suficiente para conseguir su número de teléfono y mantener el contacto durante años. Obviamente mi intención era follármela pero no parecía posible, Elena era muy seria y siempre tenía muchos problemas por lo cual era muy difícil mantener una conversación con ella en la que tantear que opciones había de llevársela a la cama o de convencerla de lo mismo. A pesar de solo tener 39 años ya era viuda aunque ya llevaba años con otra pareja pero su mayor problema en aquellas fechas era que su hija de 18 años se había quedado embarazada. Durante años Elena y yo mantuvimos el contacto aunque no nos volvimos a ver en persona hasta 5 años después cuando yo ya era soltero.
En aquel momento yo tenía 30 años y ella 44, quedamos en una cafetería en la que ella se presentó con su nieto, de ya cuatro años. Fue un gusto volver a verla, conocer a su nieto e incluso hacíamos bromas de si tardaríamos otros 5 años en volver a vernos pero todo cambió cuando su hija vino a la cafetería a recoger a su hijo. Así fue como conocí a Katia y muy poco tiempo después se convertiría en mi novia.
Katia tenía 22 años, medía casi 1,60 y se parecía mucho en la cara a su madre aunque Katia era objetivamente bastante más guapa que su madre. En lo que no le ganaba era en el cuerpo, se notaba que la fisionomía era la misma pero Katia le sobraban unos 10 o 12 kilos, pero la verdad es que los tenía muy bien repartidos y unas tetas naturales de la talla 100 que hacían que se le perdonase cualquier kilito de mas.
Como ya dije antes, Katia se quedó embarazada a los 18 años y la relación con el padre de la criatura acabó antes de que esta diese a luz. La dejó semanas antes del parto para irse con otra chica con la que le era infiel a Katia e inicialmente intentó no hacerse cargo del niño aunque al final no le quedó más remedio que hacerlo.
Nunca llegué a estar enamorado de ella. Sinceramente me pudo su físico, era una niña 8 años más joven que yo con unas tetas como mi cabeza, está mal decirlo así pero me pudo más eso que el amor verdadero. También influyó bastante su madre, el hecho de ser mi “amiga” por decirlo de alguna forma influía en que no quería causarle un dolor a la hija que afectase a mi relación con la madre. Sea como sea, acabó siendo mi novia.
Y en este punto ya puedo empezar a contar la historia. Katia y yo llevábamos 3 meses juntos, yo seguía viviendo sólo mientras que Katia vivía con su hijo y con su madre. El novio de Elena no vivía con ellas ya que sus padres eran muy mayores y el tenía que cuidarlos.
De Lunes a Viernes yo me los pasaba en mi casa porque eran los días que trabajaba y los fines de semana alternábamos entre los que Katia se venía a mi casa o iba yo a la suya.
Llegó un Domingo, yo llevaba desde el Viernes durmiendo en casa de Katia y su madre. Ese fin de semana el hijo de Katia no estaba porque le tocaba la custodia al padre aunque ya era el día que tenía que traer al niño de vuelta.
Estaba previsto que Carlos, el ex novio de Katia, trajese al niño a casa a eso de las 7 de la tarde. En aquella casa se odiaba a Carlos por todo lo que había hecho y Katia siempre evitaba cruzárselo, así que normalmente era Elena quien se encargaba de llevar y recoger al niño. Así que siempre que Carlos tenía que traer el niño a casa, Katia se iba y Carlos le dejaba el niño a Elena. Y cuando Carlos se marchaba, Katia volvía a casa.
_mamá, nos vamos ya que llegará Carlos en cualquier momento –dijo Katia a su madre
_vale cariño, yo te mando un whatsapp cuando se vaya
Katia y yo salimos de casa y nos dirigimos a una terraza cercana para tomarnos algo en lo que esperábamos. Estuvimos cerca mas media hora esperando a que Elena nos avisase para volver a casa.
_Cuanto está tardando hoy –afirmó Katia
_Ya sabes que a tu ex no le caracteriza la puntualidad –dije yo quitándole importancia- te recuerdo que una vez llegó hora y media tarde
_Voy a llamar a mamá –respondió cogiendo el móvil
_¿no responde? –dije tras varios segundos de mi novia con el teléfono en la oreja
_no –respondió colgando la llamada y volviendo hacer otra
_el móvil de tu madre va como el culo, es más viejo que una piedra
_sigue sin responder… cariño ¿te importa ir a casa y ver que todo está bien? –me dijo con voz tierna
_claro que está todo bien –dije yo no queriendo dejar la cerveza a medias- no habrá llegado aún Carlos y tu madre estará haciendo cosas por la casa mientras
_por fa… -me dijo con carita de niña buena y acercándome su llaves
No me quedó otro remedio que aceptar la petición de Katia y dirigirme hacia el piso que estaba a menos de cinco minutos de donde nos encontrábamos. Subí las escaleras y entré en el piso.
_¿Elena? –dije al entrar
No respondió nadie, miré primero en la cocina y luego en el salón, que eran las primeras estancias de la casa y no había nadie. Seguí por el pasillo cuando me pareció escuchar unos primeros sonidos. “ahhh, ahhgg, ohhh”.
No me había dado tiempo ni de procesarlos cuando llegué a la altura del cuarto del hijo de Katia y allí estaba él, sólo y con los cascos puestos viendo dibujos animados en la pequeña tele de su habitación. Estaba tan concentrado en sus dibujos que ni siquiera se había dado cuenta de que yo estaba allí mirándolo desde la puerta, justo iba saludarle cuando…
_¡Ahg! ¡Ahggg! ¡Joder! –escuché con total claridad
Seguí unos pasos más por el pasillo hasta acercarme a la habitación del fondo, la habitación de Elena. Los sonidos eran ya mucho más nítidos, mi pensamiento inicial fue que habría venido Oscar, el novio de Elena, y que esta se habría olvidado de avisarnos de que ya estaba en casa el niño o incluso que ella que ella habría aprovechado para echarle un polvo a su novio antes de avisarnos para tener más intimidad. Desde mi posición podía ver la puerta entreabierta, no quería hacer ruido para que no me escuchasen y se diese una situación incómoda. Me di la vuelta y me fui andando muy despacito para no hacer ruido, apenas llevaba tres pasos cuando lo que escuché me heló la sangre.
_¡Ahhhh diosssss! ¡AHHHHH DIOSSSSSSS! –Se escuchó el gran grito de placer de Elena- Ummphh… joder, eres… eres lo mejor ¡¡¡AHHH!!! Ohhh Carlos fóllame ¡FOLLAME!
¿Carlos? ¡No jodas! Me di la vuelta y me dirigí a la habitación, me puse pegado a la puerta entreabierta y aun habiendo escuchado el nombre de Carlos no pude procesar lo que pasaba hasta que lo vi con mis propios ojos.
Elena estaba tumbada en la cama, sus pelos la cubrían la cara completamente sudada, seguía con el mismo top blanco que llevaba esta tarde pero ahora las tetas abrían salido por arriba, sus piernas estaban en un ángulo recto apoyadas sobre el torso de Carlos, que estaba de rodillas en la cama completamente desnudo clavándosela violentamente a Elena.
_mmmm Elena… que ganas tenía de follarte –decía entre bufidos- te gusta ¿eh?
Yo era la primera vez que veía a Carlos. Sólo sabía de él lo que me habían contado pero nunca me lo habían descrito físicamente. Medía más o menos 1,70, pelo castaño poco poblado con unas entradas que llegaban casi hasta la mitad de la cabeza y de cuerpo era bastante delgado con varios pequeños tatuajes mal repartidos. No entendía que había visto Katia en ese chico… o quizás si.
_¡¡siii, Carlos!! ¡si! ¡¡¡¡Ahhgggg!! ¡Joder, vaya polla tienes! –Elena se retorcía de placer- ¡dame! ¡¡¡Dame!!! Ufff..
_¡¡ahh si… Elena!! Siempre dices que soy yo el cerdo ¿eh? –Carlos con sus manos levantó ligeramente la cadera de Elena y empezó a follarla más duro- ¡tomas más! ¡toma más! ¿Quién es la cerda? Ehh ¿Quién?
_¡¡ahnnggg!! Sii… Ohhh Carlos ¡SIII! –apenas podía hablar del placer- ¡yo! Yo soy tu cerda Carlos ¡YOOO! ¡AHHHHHGGG!
La imagen me tenía atrapado, no sabía si habían pasado 2 minutos o 10 ni sabía en que momento mi polla se había puesto dura como una piedra.
_¡Ahhfff! ¡Ahgggg! ¡DIOSSSS! ¡AHHH DIOSSSSS! –Resoplaba Elena con fuerza las cada vez más duras envestidas de Carlos- ¡¡¡Ahhhh……AHHHHGGG…. Me corro… Voy a llegar otra vez!!! AHHMMM, estoy a puntito…
¿Otra vez? Escuchar esas palabras de Elena había hecho que una gotita de semen saliese de mi polla que pedía a gritos cascarme una paja.
_¡ufff! Joder…. ¡Amo tu coño! ¡JODER! ¡Noto como te corres! –el ritmo y la cara de Carlos indicaban que tampoco le faltaba mucho para correrse- Joder… umffffff… menuda hembra ¿el mierdas de tu novio no te folla asi ehhh?
_no… ¡No me folla como tú! mmmmm…. Dame… ¡ME CORRO! ¡ME CORRO! –Elena se retorcía completamente- mmmm ¡AHHHH! ¡DIOOSSSS!
_¡JODER! YA TERMIDO CERDA –dijo casi poseído Carlos sacando su polla del coño de Elena y arrancándose el preservativo de la polla de un tirón antes de empezar a meneársela–UFFF ¡que corrida! ¡JODERR!
En segundos varios borbotones de leche empezaron a caer sobre el vientre de Elena que estaba empapada en sudor y completamente exhausta. Tras el último Carlos se dejó caer sobre la cama al lado de Elena y ambos completamente callados recuperaban el aire.
En aquel momento fui consciente de que mi presencia allí ahora era más arriesgada que nunca, así despacito y sin hacer ruido recorrí todo el pasillo y salí por la puerta del piso. No sabía que hacer, que decir o que pensar. Me dirigí rápidamente a la terraza en la que se había quedado Katia.
_¿está todo bien Adrián? –Me dijo al verme- tienes mala cara
_ehh si, está todo bien
_¿y mamá?
_bien –tardé unos segundos en procesar que quería decir- no la he visto
_¿cómo que no la has visto? –preguntó extrañada
_Vi el coche de tu ex en la puerta –era mentira, no lo había visto- así que no quise entrar el piso, no quiero generar un conflicto con tu ex. Le estaría dejando al niño y ahora te llamará
Por suerte en segundos Elena llamó a Katia e interrumpió aquella conversación. Volvimos a casa, Elena estaba allí como si nada hubiera pasado haciendo la cena. Yo me fui al cuarto del niño y estuve jugando con él un buen rato, me valió para evadirme de lo que había visto pero todo cambió cuando me llamaron para cenar.
Me fui al salón, ambas estaban allí como un día cualquiera pero yo estaba viendo algo que parecía que sólo yo veía. En el top blanco de Elena había un pequeño lamparón, yo no dudaba de lo que era. Era un resto de corrida de Carlos que Elena no había acertado en limpiarse.
_Estás pálido Adrián –me dijo Elena
_Lleva así un buen rato –dijo Katia- ¿estás bien cariño?
_si –dije y tras pensar un segundo- me duele un poco la cabeza… creo que me voy acostar ya
No tenía nada de sueño pero tenía que escapar de esa situación porque mi nerviosismo era evidente.
_claro amor, vete a la cama si quieres –me dijo Katia
No recuerdo en mi vida haberme acostado en la cama tan pronto y tampoco recuerdo haberme despertado nunca tan pronto sin haberme puesto el despertador. Eran las seis y media de la mañana, llevaba ya un rato mirando hacia el techo cuando me levanté para ir al baño.
_ ¡ay! Que susto –dijo Elena al encontrarse conmigo en el pasillo- ¿Qué haces despierto?
_ya sabes, ayer me acosté muy pronto
_claro-respondió ella- me voy a duchar que me tengo que ir al trabajo y ya voy pillada de tiempo
_yo te llevo –respondí instantáneamente
_¿qué? Te lo agradezco Adrián pero no hace falta
_no te preocupes, ya estoy despierto y en el bus tardas una hora. Dúchate y desayuna tranquila que en coche llegamos en 20 minutos
A las siete y media de la mañana nos montamos en mi coche y nos dirigimos hacia el trabajo de Elena.
_no has dicho ni una palabra en todo el camino –me dijo ella cuando ya estábamos entrando en el polígono- ¿aun te duele la cabeza?
_no, me encuentro bien
_¿qué te pasa entonces?
Estábamos a apenas dos calles de su trabajo y me metí en un callejón por el que parecía que apenas circulaba ningún coche y aparqué.
_¿está todo bien Adrián? ¿pasa algo con Katia? –me preguntó preocupada
_con Katia está todo bien
_¿qué pasa entonces? ¿Por qué te paras aquí?
_te vi ayer –dije mirándola fijamente
_¿me viste qué? –preguntó extrañada
_te vi… con Carlos
_eh… ¿Qué? –se puso completamente nerviosa- me... ¿me viste qué?
_¿hace falta que lo diga? –esperaba que ella dijese algo pero no lo hizo- te vi follando con Carlos
Elena intentaba articular palabra pero no podía, se notaba que estaba a punto de empezar a llorar. Para acabar con ese silencio tan incómodo le conté lo que había ocurrido, que Katia la había llamado, ella no respondía y me había mandado a mí a comprobar que todo estaba bien.
_¿ella sabe algo? –dijo con las primeras lágrimas en sus ojos
_no
_¿se lo vas a decir?
_no Elena –tras unos segundos de silencio en los que ella lloraba cada vez más intensamente- pensaba que lo odiabas, por lo que hizo
_y le odio pero… no sé que decir –Elena ni me miraba a la cara mientras hablaba
_esto… ¿lo hacéis siempre que trae al niño?
_no, ha pasado 3 veces… cuatro con la de ayer. Pensarás que soy horrible
Después de todas las veces que yo había sido infiel a mi anterior pareja no podía no entender lo que había hecho Elena pero siendo el novio de su hija no podía usar ese argumente para reconfortarla.
_no pasa nada Elena –dije dándole un abrazo- estas cosas pasan
_no quiero volver hacerlo –dijo llorando mas fuerte- de verdad, no quiero engañar a Oscar, no se lo merece –sonaba bastante creíble
Durante varios minutos la conversación se resume en ella repitiendo que no volverá a pasar y yo quitándole hierro al asunto.
_pero dime Elena, ¿Cómo empezó todo?
_sniff… fui a su casa a hablar ciertos términos de la custodia para que no tuviese que ir Katia y… llevaba un tiempo sin… sexo con Oscar y Carlos empezó a liarme y cuando fui consciente…-tardó varios segundos en seguir- Carlos ya me estaba haciendo un dedo y yo estaba completamente ida
Escuchar la expresión “hacerme un dedo” de la boca de la madre de mi novia había hecho que mi polla se pusiese como una piedra. Quería preguntarle que había pasado luego, que me contara como se la había chupado a Carlos y luego como Carlos se la había clavado pero era imposible hacerlo sin sonar inadecuado.
_ya… ya se va hacer tarde
_ehh si claro –dije yo arrancando el coche
_entonces ¿no le dirás nada a Katia? –me volvió a preguntar preocupada
_no Elena, este será nuestro secreto –dije dándole confianza
_no volveré hacerlo –dijo con seguridad
Dejé a Elena en el trabajo y me volví a casa. Ya era Lunes y por la tarde trabajaba, así que me tocaba ya recoger mis cosas e irme a mi casa.
_¿dónde estabas? –me preguntó Katia al verme entrar en casa
_llevé a tu madre al trabajo para que no fuese en el bus
_que bueno eres
_voy a ir recogiendo mis cosas
_claro amor
Solo era la ropa de dos días, tardaría segundos en arrugarla y tirarla dentro de mi mochila. Tras hacerlo fui al baño para mear antes de irme. Empecé a mear, con mi mano agarraba mi miembro dirigiendo el chorro mientras mi mirada se perdía en el cesto de la ropa sucia en el que estaba viendo el top blanco que llevaba ayer Elena. Acabé de mear y me acerqué al cesto sin ni siquiera subirme los calzoncillos. Agarré el top y lo olí, olía a Elena y a sudor, mi polla se ponía dura y busqué inmediatamente la mancha que había visto lo noche anterior. La toqué con el dedo y no había duda, era semen reseco.
_ufff –dije en bajito y pasaba el pestillo del baño para que nadie molestase- que cerdita eres Elena
Me saqué mis zapatillas y dejé caer completamente mi pantalón y mi slip quedándome solo con la camiseta puesta. Empecé a restregar el top de Elena en mi polla durante casi un minuto hasta llevarlo otra vez a mi nariz con una mano y empezaba a menearme la polla con la otra. Entre el calentón del día anterior y el mini calentón que se me había producido esa mañana en el coche la paja estaba siendo de las mejores que recordaba en mucho tiempo. No fue una paja muy larga pero si muy satisfactoria, llegó el momento de la corrida y usé su top para descargar toda mi corrida en el mismo, y fue una corrida bien abundante. Así acabó para mí aquel fin de semana.
Pasó la siguiente semana, no había visto a Katia en toda la semana pero ya estábamos a Viernes y me volvería a su casa para pasar el fin de semana juntos. Le tocaba a ella pasarlo con su hijo, así que no tendríamos mucha libertad pero ese mismo Viernes, cuando el niño se fuese a dormir iba echarle un polvo a Katia que haría vibrar las estrellas.
Llegué al piso de Katia y Elena casi a las 11 de la noche, sabía que me estaban esperando para cenar.
_hola -dije al entrar por la puerta
_¿qué tal Adri? –escuché la voz de Oscar, el novio de Elena- te estamos esperando
_hola cariño –me dijo Katia al verme dándome un pico
_¿hoy cena de parejas? –pregunté al ver allí a Oscar
_si –dijo Oscar enseñándome la copa de vino que tenía en la mano- por un día que puedo quedarme a dormir
Katia también tenía una copa de vino en la mano, eso era bueno. Aunque Katia es bastante caliente cuando bebe lo es aún más y además me excitaba como se había vestido. A sus 22 añitos siempre vestía con ropa muy deportiva pero eso no le restaba sensualidad. Llevaba unos simples pantalones negros de chándal y una camiseta blanca ceñida que resaltaba sus enormes pechos.
_¿y el niño? –pregunté
_durmiendo, son las 11 de la noche –dijo Elena saliendo de la cocina con una fuente de comida
_hola suegra –dije con tono cómplice
_Hola –dijo dándome un beso en la mejilla después de dejar la bandeja en la mesa- sentaros, vamos a comer
Elena también se había vestido realmente sexy, se notaba que ese día Oscar se quedaba a dormir en casa y quería estar atractiva. Llevaba unos pantalones negros de piel que simulaban el cuero que le hacían un culo de infarto y una blusa verde con un generoso escote.
Nos sentamos a comer, abrimos vino y tuvimos una cena muy agradable hablando de lo de siempre. Como nos había ido a cada uno la semana y alguna anécdota del niño. Acabamos la primera botella de vino y empezamos con la segunda, así que a lo tonto los cuatro íbamos contentillos.
A pesar de lo agradable de la velada yo quería que terminase ya e irme a la habitación con Katia y destrozarla a polvazos pero no todo iba salir como yo quería. Las desgracias empezaban a sucederse.
_¡joder! ¿Qué quieren ahora? –dijo Oscar mirando su móvil que empezó a vibrar
_ya verás –dijo Elena sarcásticamente mientras Oscar se levantaba y se iba hablar por teléfono
_tengo que irme –dijo Oscar que no había estado ni 10 segundos hablando por teléfono
_¿qué pasa? –preguntó Elena
_lo de siempre, mi madre –dijo Oscar con tono preocupado
_ehh… ¿quieres que te acompañe? –le preguntó ella
_no, si poco puedes hacer
_¿estás para conducir Oscar? –pregunté yo
_no te preocupes –dijo Oscar mientras cogía su chaqueta- si mi casa está aquí al lado
Se despidió rápidamente y se fue. Los padres de Oscar son mayores y además su madre está bastante enferma. Aquello nos cortó bastante el rollo a todos.
_chicos, mejor me voy ya a dormir –dijo Elena
_si, nosotros también –dije tocando la pierna de Katia pensando ya en el pollazo que la iba a meter
Nos fuimos para nuestra habitación, nada mas cerrar la puerta agarré a Katia por la espalda, apoyé mi polla en su voluptuoso culo y mi mano izquierda agarró una de sus tetas.
_¿que? ¿Qué haces? –dijo en voz baja Katia
_¿a ti que te parece? –dije mientras mi otra mano se metía por dentro de su pantalón y empezaba a frotar bruscamente su concha sobre su tanguita
_¡ohh! –Gimió levemente- ¡para! ¡para! –dijo sin alzar la voz
_¿qué pasa?
_eso- dijo mientras señalaba a la cama en la que se veía al niño durmiendo
_¿no jodas? ¿Qué hace aquí? –pregunté en voz baja
_dijo que quería dormir con nosotros y le dije que si –me dijo dándose la vuelta- lo siento, cariño, mañana te lo compenso
Pues no me quedaba otro remedio que aguantarme mis ganas de follar y esperar que me compensase al día siguiente. Nos metimos ambos en la cama con el niño durmiendo en medio.
Llevaba media hora en la cama, Katia estaba ya completamente dormida pero yo no podía, tenía una gran erección. Pasó otra media hora en la que traté de no pensar en nada para ver si conseguía quedarme dormido pero no había forma. Lo único que quería era hacerme una paja que bajase esa erección. No podía hacerme allí una paja con el niño durmiendo al lado así que no me quedaba mas remedio que ir al baño.
Salí de la habitación cerrando con cuidado la puerta y me dirigí al baño, me venía a la mente el momento en el que me había masturbado con el top de Elena y pensaba que quizás habría algo de ropa de ella en el cesto de la ropa. Aquello no hacía más que aumentar mi erección, parecía que la polla me iba a explotar.
Llegué a la altura del baño, estaba a punto de empujar la puerta para entrar cuando me quedé clavado mirando la puerta de la habitación de Elena. Cinco pasos y allí estaría, no sé si era el alcohol o que toda la sangre de mi cuerpo estaba en la polla pero de modo automático y sin pensar me dirigí hacia allí.
_¿Elena? –dije bajito mientras tocaba la puerta- ¿Elena? –volví a tocar
No había respuesta, hacía más de una hora que se había ido a la cama, estaría más que dormida y además… ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿Qué se pasaba por mi cabeza? Ni yo lo sabía.
_¿Elena? ¿estás despierta? – dije ligeramente más alto mientras tocaba otra vez la puerta- ¿Elena? Soy yo –justo en ese momento me pareció escuchar un pequeño sonido en el interior y de repente unos pasos que se acercaban. No sé muy bien el porqué pero mi reacción instantánea fue quitarme la camiseta y tirarla al suelo quedándome solo con la parte de abajo del pijama sobre la que era visible una gran erección
_¿Adrián? –dijo mientras abría ligeramente la puerta asomando solamente su cabeza- ¿Qué haces aquí?
_¿estabas dormida? –pregunté estúpidamente
_ehh… si, ¿Qué quieres? –decía con voz de recién levantada
_¿pu… puedo entrar?
_ehhh… si, supongo
Abrió completamente la puerta y me quedé completamente boquiabierto, en mi vida había visto un pijama tan sexy. Llevaba un short rosa con una fina línea blanca en la cintura y un top del mismo color con unos finos tirantes también blancos que no llegaba a cubrirle todo el vientre y con un generoso escote viéndose también parte del pecho por los lados. Se notaba además que no llevaba sujetador.
Se dirigió directa a la cama y se cubrió completamente con la sabana no privándome de seguir viendo aquel espectáculo.
_dime, ¿Qué quieres? –me preguntó mientras yo la miraba desde los pies de la cama
_ehh… no sé, hablar –dije aún nervioso sin saber que quería
_ya pero…
_¿puedo sentarme ahí? –la interrumpí señalando a su lado en la cama
_s… si –dijo sin entender que ocurría
Me senté al lado de Elena en la cama, se la veía tremendamente nerviosa igual que yo. Ni yo mismo sabía que era lo que estaba haciendo.
_¿por qué te cubres con la sábana?
_yo… no sé. Supongo que así estoy más cómoda
Me quedé mirándola unos segundos, no sabía ni que decir. En mi cerebro había muy poca sangre, toda la sangre estaba en mi polla y parecía que quería ser ella quien asumiese el control de mis actos. Y eso fue lo que ocurrió.
_Ya te he visto desnuda –dije mientras con mi mano agarré la sábana y se la bajé lentamente- y follando…
_no digas eso –dijo mientras con sus brazos parecía querer cubrirse- me dijiste que no dirías nada
_y no lo diré, nunca te traicionaría pero necesito tu ayuda
_¿mi ayuda? ¿a qué te refieres?
En ese momento entendí que hacía allí, que era lo que realmente quería y como iba a conseguirlo.
_te vi follar con Carlos y vi lo que disfrutabas, como gemías, como te corrías…
_Adrián, no quiero hablar de eso, ya te dije que no volvería a ocurrir
_no es eso Elena, desde que te vi como disfrutabas con Carlos pienso si Katia también disfrutaría tantísimo con él –mentía, realmente no tenía ningún problema con eso
_no…no se que quieres que te diga a eso, yo no sé como eran sus relaciones
_¿te has fijado en el bulto de mi pantalón?
_¿qué? Adrián ¿estás loco?
_tienes razón, lo siento, por debajo del pantalón puede engañar
Me bajé el pantalón del pijama quedándome solo con un slip negro en el que mi polla se salía más de la mitad por fuera.
_¿no quieres ayudarme Elena? –dije poniéndome de rodillas en la cama y tratando de girar suavemente su cabeza para que me viese la polla
_si quiero ayudarte pero… -en ese momento conseguí que su mirada se dirigiese a mi polla
_¿te has quedado sin palabras Elena? –Elena no respondía- vamos, di algo, ¿te parece más grande que la de Carlos?
_eh… yo no debería –se quedó pensativa- si, es más grande que la de Carlos
No sabía si lo decía en serio o solo por terminar con aquello, yo tampoco sabía quien de los dos la tendría más grande pero fuera como fuese aquello no se iba terminar allí.
_no sé si puedes valorarlo objetivamente, para verla bien debería quitarme el slip
_deberíamos terminar con esto Adrián
_estamos cerca de terminar, solo tenemos que aclarar quien la tiene más grande
Yo seguía de rodillas y empecé a bajarme el slip despacito saliendo mi polla completamente disparada. Noté como los ojos de Elena se clavaban en mi polla y su respiración se agitaba.
_¿es grande verdad?
_si… muy grande… es enorme… si
_tócala, quiero saber si al tacto también crees que es más grande
Elena no decía nada, estaba completamente paralizada, yo cada vez notaba mas su excitación así que agarré su mano y la dirigí hacia mi polla.
_se quieres tocármela, lo estás deseando y yo también –dije mientras su mano llegaba a mi polla y yo empezaba a guiar su movimiento
No me podía creer que hubiese conseguido que la madre de mi novia me estuviese haciendo una paja. Tras un minuto guiándola solté mi mano y ella no dejó de menearme la polla.
_sigue así bonita… hoy vas a aprender lo que es un auténtico pollón de verdad… sigue así
_sin duda es más grande… y más gorda
_yo no lo tengo tan claro, hay que hacer otra prueba para comprobarlo
_¿cuál? –dijo sin soltar la polla ni desviar su mirada de ella
_métete mi polla en la boca –dije con confianza acariciando la cara de Elena- quiero que me digas si llena tanto tu boca como la llena la de Carlos
_ehh… yo no puedo… Katia… Oscar…-dijo soltando mi polla
_Oscar no está y Katia está durmiendo –dije mientras ahora me tumbaba boca arriba en la cama con mi polla mirando al techo- lo estás deseando Elena, métela en la boca, te encantará lo rica que está
Tardó unos segundos en reaccionar que se me hicieron eternos, se colocó tumbada a la altura de mi polla, la agarró con su mano por la base y después de suspirar muy fuerte empezó a metérsela en la boca.
_Ohhh dios Elenita… madre mía que boquita –dije lleno de placer
_glup, glup… slurpp… glup –sonaba la boca de Elena sin apenas meterse más de media polla en su boca
Elena tenía una gran técnica comiendo pollas, sus gruesos labios hacían una fricción perfecta en mi polla mientras su lengua se movía con maestría. Tras un rato mamándomela se la sacó de su boca para coger aire.
_¿te llena tanto la boca la polla de Carlos?
_mmm si, mucho más –dijo mientras con su mano me la volvía a menear- la tuya apenas puedo meter la mitad en mi boca
_no te preocupes, yo te enseñaré como se mama un pollón de este tamaño
Agarré la cabeza de Elena y la fui acercando a mi polla, ella abrió la boca y mi polla fue entrando despacito en su boca. Ella intentó frenar cuando llevaba media polla dentro pero yo la fui forzando despacito hasta que casi la tenía completa en su boca.
_¡¡UMMGGHH!! ¡glup!¡¡ UMMMHHHH!! –trataba Elena de protestar que no apenas podía ni respirar
_¡vamos guarra! Aguanta –dije yo forzando su cabeza para que mantuviera esa posición-Nunca imaginaste que te entrara un pollón así en la boca
Tras aguantar esa posición un buen tiempo empecé a mover su cabeza dirigiendo su mamada, sobre todo marcarle hasta donde debía metérsela en la boca y dándole el último empujón que necesitaba.
_¡¡Glagg…!! ¡¡Wueggg!! –sonaba casi como una arcada cada vez que Elena se la metía casi entera en la boca
_Ufff Elena, tu puedes… joder… si eres toda una golosa, te entra casi hasta el fondo… noto tu garganta… ¡hasta el fondo! ¡Buena chica!
_¡joder… casi me ahogo! –dijo Elena sacándose la polla de su boca-menudo cacho de polla, es imposible metérsela entera en la boca
Me coloqué a la altura de Elena y nuestras bocas se fundieron en un apasionado beso que yo aproveché para empezar a introducir mi mano dentro de su short. Sólo rozando su braguita con mis dedos notaba lo húmedo que estaba su coñito y no tardé en apartarla para meter directamente dos dedos dentro de su coño que entraron como si nada.
_Veo que estás bien húmeda perra, jeje –saqué mi mano de su coño y le metí mis dedos húmedos en la boca – te voy hacer sentir en la gloria, déjame que te quite esto y dame un condón
Empecé a bajarle su precioso short rosa y sus braguitas negras mientras ella estiraba la mano a su mesilla de noche para agarrar un preservativo. Agarré el condón que Elena me había dado, me puse de rodillas en la cama y empecé a ponerme el condón que era realmente pequeño para el tamaño de mi miembro. Conseguí malamente ponérmelo pero parecía que iba romperse en cualquier momento. Elena permanecía tumbada en la cama, completamente abierta de piernas, yo la agarré de sus piernas y la coloqué en posición para empezar a penetrarla. Mi polla ya rozaba su húmedo coño que pedía a gritos una buena penetración.
_¡esta noche eres mi puta! Dime que quieres que haga con esto –dije mientras mi polla le rozaba el coño y ella no respondía- vamos ¡DILO!
_quiero… quiero que me folles ¡fóllame por favor! ¡fóllame!
_eso es lo que quería oír, prepárate para recibir la follada de tu vida –Agarré las caderas de Elena para acomodarla y mi polla empezó a entrar prácticamente sin esfuerzo en su húmedo coño
_¡¡Gmmmm!! –gimió Elena tratando de no hacer ruido cuando mi polla había entrado casi tres cuartos. En ese punto se notaba que le costaba entrar aunque despacito fui consiguiendo que mi polla entrase completa en su coño- ¡¡GGMMMM!! –gemía Elena de dolor y placer
_¡Psshh! Calla, no queremos despertar a Katia –dije con mi polla completamente dentro- ahora empieza lo bueno, vas a disfrutar como nunca lo hiciste con Oscar o con Carlos
Empecé con unas cuidadosas embestidas para que su coño se acostumbrase al tamaño de polla. Durante varios minutos me follé lentamente mientras Elena hacía obvios intentos de no gritar. Yo estaba tan caliente que en aquel momento ni pensaba que no podíamos hacer ruido y empecé aumentar el ritmo de mis embestidas.
_¡¡¡AHhhh dios!!! ¡¡¡ AHHHH DIOSSSSSSSSSSSS!!! –Elena le estaba ya costando contener sus gritos y su cara de placer era evidente –¡¡AHhhhh…. Ahhhhh!! Mmmmmm ¡¡¡ Como follasss!!!
_Mmmm si Elena…. Te voy a seguir follando
_¡Siiii Adriannn… sigue! ¡Sigue follandome! –pedía ella
Aquellas palabras de Elena provocaban que se la metiese aún con más fuerza y notaba como su placer se incrementaba mientras veía como sus tetas botaban bajo su top. Esas tetas pedían ser libres y con un pequeño tirón hacia abajo saltaron disparadas.
_uffff Elena, que ganas de comerme esas tetas –dije sin dejar de follármela
_¡¡Ayyy!! Haz lo que quieras Adrián pero no dejes de follarme ¡¡Sigue… no pares!! ¡¡no dejes de follarme así de duro!!
Empecé a comerle las tetas mientras me la follaba, eran enormes para una mujer tan bajita y delgada. Entendía perfectamente que Elena se follase en su momento a Carlos y ahora a mí, una mujer así no puede estar desatendida.
_¡¡Ohhh joder!! ¡¡Vaya tetas tienes Elena!! Me encantan
_¡¡Ahhh siii!! Pues aprovechalas, cómeme las tetas todo lo que quieras
_¿y ahora qué? –dije dejando de chuparle las tetas y aumentando el ritmo de mis embestidas- ¿Quién te folla mejor? ¿Carlos? ¿Oscar? ¿YO?
_¡¡AHHHggg!! ¡que duro eres! Tu…. TUUUUU mmmmggggg ¡Me follas mejor que ninguno- afirmó Elena retorciéndose de placer- Ahhh… ¡¡Ahhhhh…. AHHHHH!! Adrian, me corro… ¡Me voy a correr!! –mientras ahora con sus piernas rodeaba mi cintura y notaba el tope de su orgasmo
_¡¡Ahhhh Joder Elena!! ¡Eres una guarra! ¡Zorraaaa… yo tampoco aguanto más!
Saqué mi polla del coño de Elena y apenas rozando el apretado condón reventó ante mi primer lefazo que se perdió en la cama de Elena mientras yo buscaba con los siguientes correrme sobre su monumentales tetas a las que acabé regando con varios contundentes lefazos antes de dejarme caer completamente rendido al lado de Elena.
Ambos nos quedamos tumbados varios minutos en la cama recuperando en aire y parecía que ninguno de los dos quería romper aquel silencio.
_has estado genial Elena –dije yo con mi polla ya en estado natural
_Adrián… -se quedó varios segundos pensativa- lo que ha pasado… está mal, está fatal
_sólo nos hemos dejado llevar
Tras bajársele el calentón a Elena empezaron sus remordimientos y no tardó en volver a romper a llorar.
_yo… yo me arrepiento –mentí- el alcohol y el calentón nos ha jugado una mala pasada. Yo no quiero hacer nada que te haga daño Elena, ¿lo sabes no?
_claro –dijo con los ojos completamente llenos de lágrimas
_No entiendo que ha pasado –dije mintiendo descaradamente- y tienes razón, esto ha estado mal
_si… supongo que es culpa de ambos
_no te preocupes, no volverá a ocurrir, olvidaremos que esto ha pasado
_gracias Adrián –dijo limpiándose las lágrimas
_de nada, sabes que puedes confiar en mí. Será mejor que vuelva con Katia, no vaya ser que se despierte
Tras una fría despedida me puse el pijama y me volví a la habitación orgulloso de lo que había conseguido. Katia y su hijo dormían plácidamente. Antes de meterme en la cama agarré el móvil de Katia que estaba en su mesilla de noche y abrí los whatsapp que tenía con su ex. No había nada especial, conversaciones muy cortas, respuestas con monosílabos y todo relacionado con el niño. Aunque eso no era lo que buscaba.
Copié el número de Carlos, lo grabé en mi móvil y el envié un whatsapp:
“Hola Carlos ¿Cómo estás? Soy Adrián, el novio de Katia”
CONTINUARÁ…
En mi vida he tenido dos relaciones serias. La primera fue con una chica que conocí en la universidad y estuvimos 9 años juntos. Todo el mundo se pensaba que nos casaríamos, tendríamos hijos y estaríamos toda la vida juntos pero un día me pilló en una infidelidad. Supongo que algún día tenía que pasar teniendo en cuenta que fui infiel docenas de veces durante nuestra relación.
Me costó bastante superar la ruptura, eran muchos años juntos y yo ya veía mi vida al lado de ella pero objetivamente, me lo merecía. Fui soltero durante un año hasta que conocí a la que posteriormente sería mi pareja, con la que estuve saliendo ocho meses y con la que tiene relación esta historia.
Normalmente una persona conoce a su pareja y posteriormente conoce a la que será su suegra, en mi caso fue al revés. Años antes de que se acabase mi relación empecé a trabajar en un almacén, donde conocí a Elena. En aquel momento yo tenía 25 años y Elena 39. Elena era una mujer latina, concretamente de Ecuador, y era una perfecta MILF. Medía 1,55, morenita, ojos marrones, labios gruesos y el físico completamente deseable en una MILF, delgada con un buen culo latino y, aunque con el uniforme de trabajo no se apreciaba tanto, unos enormes pechos de la talla 105, que más tarde sabría que eran operados.
No trabajamos juntos más de un par de semanas pero fue suficiente para conseguir su número de teléfono y mantener el contacto durante años. Obviamente mi intención era follármela pero no parecía posible, Elena era muy seria y siempre tenía muchos problemas por lo cual era muy difícil mantener una conversación con ella en la que tantear que opciones había de llevársela a la cama o de convencerla de lo mismo. A pesar de solo tener 39 años ya era viuda aunque ya llevaba años con otra pareja pero su mayor problema en aquellas fechas era que su hija de 18 años se había quedado embarazada. Durante años Elena y yo mantuvimos el contacto aunque no nos volvimos a ver en persona hasta 5 años después cuando yo ya era soltero.
En aquel momento yo tenía 30 años y ella 44, quedamos en una cafetería en la que ella se presentó con su nieto, de ya cuatro años. Fue un gusto volver a verla, conocer a su nieto e incluso hacíamos bromas de si tardaríamos otros 5 años en volver a vernos pero todo cambió cuando su hija vino a la cafetería a recoger a su hijo. Así fue como conocí a Katia y muy poco tiempo después se convertiría en mi novia.
Katia tenía 22 años, medía casi 1,60 y se parecía mucho en la cara a su madre aunque Katia era objetivamente bastante más guapa que su madre. En lo que no le ganaba era en el cuerpo, se notaba que la fisionomía era la misma pero Katia le sobraban unos 10 o 12 kilos, pero la verdad es que los tenía muy bien repartidos y unas tetas naturales de la talla 100 que hacían que se le perdonase cualquier kilito de mas.
Como ya dije antes, Katia se quedó embarazada a los 18 años y la relación con el padre de la criatura acabó antes de que esta diese a luz. La dejó semanas antes del parto para irse con otra chica con la que le era infiel a Katia e inicialmente intentó no hacerse cargo del niño aunque al final no le quedó más remedio que hacerlo.
Nunca llegué a estar enamorado de ella. Sinceramente me pudo su físico, era una niña 8 años más joven que yo con unas tetas como mi cabeza, está mal decirlo así pero me pudo más eso que el amor verdadero. También influyó bastante su madre, el hecho de ser mi “amiga” por decirlo de alguna forma influía en que no quería causarle un dolor a la hija que afectase a mi relación con la madre. Sea como sea, acabó siendo mi novia.
Y en este punto ya puedo empezar a contar la historia. Katia y yo llevábamos 3 meses juntos, yo seguía viviendo sólo mientras que Katia vivía con su hijo y con su madre. El novio de Elena no vivía con ellas ya que sus padres eran muy mayores y el tenía que cuidarlos.
De Lunes a Viernes yo me los pasaba en mi casa porque eran los días que trabajaba y los fines de semana alternábamos entre los que Katia se venía a mi casa o iba yo a la suya.
Llegó un Domingo, yo llevaba desde el Viernes durmiendo en casa de Katia y su madre. Ese fin de semana el hijo de Katia no estaba porque le tocaba la custodia al padre aunque ya era el día que tenía que traer al niño de vuelta.
Estaba previsto que Carlos, el ex novio de Katia, trajese al niño a casa a eso de las 7 de la tarde. En aquella casa se odiaba a Carlos por todo lo que había hecho y Katia siempre evitaba cruzárselo, así que normalmente era Elena quien se encargaba de llevar y recoger al niño. Así que siempre que Carlos tenía que traer el niño a casa, Katia se iba y Carlos le dejaba el niño a Elena. Y cuando Carlos se marchaba, Katia volvía a casa.
_mamá, nos vamos ya que llegará Carlos en cualquier momento –dijo Katia a su madre
_vale cariño, yo te mando un whatsapp cuando se vaya
Katia y yo salimos de casa y nos dirigimos a una terraza cercana para tomarnos algo en lo que esperábamos. Estuvimos cerca mas media hora esperando a que Elena nos avisase para volver a casa.
_Cuanto está tardando hoy –afirmó Katia
_Ya sabes que a tu ex no le caracteriza la puntualidad –dije yo quitándole importancia- te recuerdo que una vez llegó hora y media tarde
_Voy a llamar a mamá –respondió cogiendo el móvil
_¿no responde? –dije tras varios segundos de mi novia con el teléfono en la oreja
_no –respondió colgando la llamada y volviendo hacer otra
_el móvil de tu madre va como el culo, es más viejo que una piedra
_sigue sin responder… cariño ¿te importa ir a casa y ver que todo está bien? –me dijo con voz tierna
_claro que está todo bien –dije yo no queriendo dejar la cerveza a medias- no habrá llegado aún Carlos y tu madre estará haciendo cosas por la casa mientras
_por fa… -me dijo con carita de niña buena y acercándome su llaves
No me quedó otro remedio que aceptar la petición de Katia y dirigirme hacia el piso que estaba a menos de cinco minutos de donde nos encontrábamos. Subí las escaleras y entré en el piso.
_¿Elena? –dije al entrar
No respondió nadie, miré primero en la cocina y luego en el salón, que eran las primeras estancias de la casa y no había nadie. Seguí por el pasillo cuando me pareció escuchar unos primeros sonidos. “ahhh, ahhgg, ohhh”.
No me había dado tiempo ni de procesarlos cuando llegué a la altura del cuarto del hijo de Katia y allí estaba él, sólo y con los cascos puestos viendo dibujos animados en la pequeña tele de su habitación. Estaba tan concentrado en sus dibujos que ni siquiera se había dado cuenta de que yo estaba allí mirándolo desde la puerta, justo iba saludarle cuando…
_¡Ahg! ¡Ahggg! ¡Joder! –escuché con total claridad
Seguí unos pasos más por el pasillo hasta acercarme a la habitación del fondo, la habitación de Elena. Los sonidos eran ya mucho más nítidos, mi pensamiento inicial fue que habría venido Oscar, el novio de Elena, y que esta se habría olvidado de avisarnos de que ya estaba en casa el niño o incluso que ella que ella habría aprovechado para echarle un polvo a su novio antes de avisarnos para tener más intimidad. Desde mi posición podía ver la puerta entreabierta, no quería hacer ruido para que no me escuchasen y se diese una situación incómoda. Me di la vuelta y me fui andando muy despacito para no hacer ruido, apenas llevaba tres pasos cuando lo que escuché me heló la sangre.
_¡Ahhhh diosssss! ¡AHHHHH DIOSSSSSSS! –Se escuchó el gran grito de placer de Elena- Ummphh… joder, eres… eres lo mejor ¡¡¡AHHH!!! Ohhh Carlos fóllame ¡FOLLAME!
¿Carlos? ¡No jodas! Me di la vuelta y me dirigí a la habitación, me puse pegado a la puerta entreabierta y aun habiendo escuchado el nombre de Carlos no pude procesar lo que pasaba hasta que lo vi con mis propios ojos.
Elena estaba tumbada en la cama, sus pelos la cubrían la cara completamente sudada, seguía con el mismo top blanco que llevaba esta tarde pero ahora las tetas abrían salido por arriba, sus piernas estaban en un ángulo recto apoyadas sobre el torso de Carlos, que estaba de rodillas en la cama completamente desnudo clavándosela violentamente a Elena.
_mmmm Elena… que ganas tenía de follarte –decía entre bufidos- te gusta ¿eh?
Yo era la primera vez que veía a Carlos. Sólo sabía de él lo que me habían contado pero nunca me lo habían descrito físicamente. Medía más o menos 1,70, pelo castaño poco poblado con unas entradas que llegaban casi hasta la mitad de la cabeza y de cuerpo era bastante delgado con varios pequeños tatuajes mal repartidos. No entendía que había visto Katia en ese chico… o quizás si.
_¡¡siii, Carlos!! ¡si! ¡¡¡¡Ahhgggg!! ¡Joder, vaya polla tienes! –Elena se retorcía de placer- ¡dame! ¡¡¡Dame!!! Ufff..
_¡¡ahh si… Elena!! Siempre dices que soy yo el cerdo ¿eh? –Carlos con sus manos levantó ligeramente la cadera de Elena y empezó a follarla más duro- ¡tomas más! ¡toma más! ¿Quién es la cerda? Ehh ¿Quién?
_¡¡ahnnggg!! Sii… Ohhh Carlos ¡SIII! –apenas podía hablar del placer- ¡yo! Yo soy tu cerda Carlos ¡YOOO! ¡AHHHHHGGG!
La imagen me tenía atrapado, no sabía si habían pasado 2 minutos o 10 ni sabía en que momento mi polla se había puesto dura como una piedra.
_¡Ahhfff! ¡Ahgggg! ¡DIOSSSS! ¡AHHH DIOSSSSS! –Resoplaba Elena con fuerza las cada vez más duras envestidas de Carlos- ¡¡¡Ahhhh……AHHHHGGG…. Me corro… Voy a llegar otra vez!!! AHHMMM, estoy a puntito…
¿Otra vez? Escuchar esas palabras de Elena había hecho que una gotita de semen saliese de mi polla que pedía a gritos cascarme una paja.
_¡ufff! Joder…. ¡Amo tu coño! ¡JODER! ¡Noto como te corres! –el ritmo y la cara de Carlos indicaban que tampoco le faltaba mucho para correrse- Joder… umffffff… menuda hembra ¿el mierdas de tu novio no te folla asi ehhh?
_no… ¡No me folla como tú! mmmmm…. Dame… ¡ME CORRO! ¡ME CORRO! –Elena se retorcía completamente- mmmm ¡AHHHH! ¡DIOOSSSS!
_¡JODER! YA TERMIDO CERDA –dijo casi poseído Carlos sacando su polla del coño de Elena y arrancándose el preservativo de la polla de un tirón antes de empezar a meneársela–UFFF ¡que corrida! ¡JODERR!
En segundos varios borbotones de leche empezaron a caer sobre el vientre de Elena que estaba empapada en sudor y completamente exhausta. Tras el último Carlos se dejó caer sobre la cama al lado de Elena y ambos completamente callados recuperaban el aire.
En aquel momento fui consciente de que mi presencia allí ahora era más arriesgada que nunca, así despacito y sin hacer ruido recorrí todo el pasillo y salí por la puerta del piso. No sabía que hacer, que decir o que pensar. Me dirigí rápidamente a la terraza en la que se había quedado Katia.
_¿está todo bien Adrián? –Me dijo al verme- tienes mala cara
_ehh si, está todo bien
_¿y mamá?
_bien –tardé unos segundos en procesar que quería decir- no la he visto
_¿cómo que no la has visto? –preguntó extrañada
_Vi el coche de tu ex en la puerta –era mentira, no lo había visto- así que no quise entrar el piso, no quiero generar un conflicto con tu ex. Le estaría dejando al niño y ahora te llamará
Por suerte en segundos Elena llamó a Katia e interrumpió aquella conversación. Volvimos a casa, Elena estaba allí como si nada hubiera pasado haciendo la cena. Yo me fui al cuarto del niño y estuve jugando con él un buen rato, me valió para evadirme de lo que había visto pero todo cambió cuando me llamaron para cenar.
Me fui al salón, ambas estaban allí como un día cualquiera pero yo estaba viendo algo que parecía que sólo yo veía. En el top blanco de Elena había un pequeño lamparón, yo no dudaba de lo que era. Era un resto de corrida de Carlos que Elena no había acertado en limpiarse.
_Estás pálido Adrián –me dijo Elena
_Lleva así un buen rato –dijo Katia- ¿estás bien cariño?
_si –dije y tras pensar un segundo- me duele un poco la cabeza… creo que me voy acostar ya
No tenía nada de sueño pero tenía que escapar de esa situación porque mi nerviosismo era evidente.
_claro amor, vete a la cama si quieres –me dijo Katia
No recuerdo en mi vida haberme acostado en la cama tan pronto y tampoco recuerdo haberme despertado nunca tan pronto sin haberme puesto el despertador. Eran las seis y media de la mañana, llevaba ya un rato mirando hacia el techo cuando me levanté para ir al baño.
_ ¡ay! Que susto –dijo Elena al encontrarse conmigo en el pasillo- ¿Qué haces despierto?
_ya sabes, ayer me acosté muy pronto
_claro-respondió ella- me voy a duchar que me tengo que ir al trabajo y ya voy pillada de tiempo
_yo te llevo –respondí instantáneamente
_¿qué? Te lo agradezco Adrián pero no hace falta
_no te preocupes, ya estoy despierto y en el bus tardas una hora. Dúchate y desayuna tranquila que en coche llegamos en 20 minutos
A las siete y media de la mañana nos montamos en mi coche y nos dirigimos hacia el trabajo de Elena.
_no has dicho ni una palabra en todo el camino –me dijo ella cuando ya estábamos entrando en el polígono- ¿aun te duele la cabeza?
_no, me encuentro bien
_¿qué te pasa entonces?
Estábamos a apenas dos calles de su trabajo y me metí en un callejón por el que parecía que apenas circulaba ningún coche y aparqué.
_¿está todo bien Adrián? ¿pasa algo con Katia? –me preguntó preocupada
_con Katia está todo bien
_¿qué pasa entonces? ¿Por qué te paras aquí?
_te vi ayer –dije mirándola fijamente
_¿me viste qué? –preguntó extrañada
_te vi… con Carlos
_eh… ¿Qué? –se puso completamente nerviosa- me... ¿me viste qué?
_¿hace falta que lo diga? –esperaba que ella dijese algo pero no lo hizo- te vi follando con Carlos
Elena intentaba articular palabra pero no podía, se notaba que estaba a punto de empezar a llorar. Para acabar con ese silencio tan incómodo le conté lo que había ocurrido, que Katia la había llamado, ella no respondía y me había mandado a mí a comprobar que todo estaba bien.
_¿ella sabe algo? –dijo con las primeras lágrimas en sus ojos
_no
_¿se lo vas a decir?
_no Elena –tras unos segundos de silencio en los que ella lloraba cada vez más intensamente- pensaba que lo odiabas, por lo que hizo
_y le odio pero… no sé que decir –Elena ni me miraba a la cara mientras hablaba
_esto… ¿lo hacéis siempre que trae al niño?
_no, ha pasado 3 veces… cuatro con la de ayer. Pensarás que soy horrible
Después de todas las veces que yo había sido infiel a mi anterior pareja no podía no entender lo que había hecho Elena pero siendo el novio de su hija no podía usar ese argumente para reconfortarla.
_no pasa nada Elena –dije dándole un abrazo- estas cosas pasan
_no quiero volver hacerlo –dijo llorando mas fuerte- de verdad, no quiero engañar a Oscar, no se lo merece –sonaba bastante creíble
Durante varios minutos la conversación se resume en ella repitiendo que no volverá a pasar y yo quitándole hierro al asunto.
_pero dime Elena, ¿Cómo empezó todo?
_sniff… fui a su casa a hablar ciertos términos de la custodia para que no tuviese que ir Katia y… llevaba un tiempo sin… sexo con Oscar y Carlos empezó a liarme y cuando fui consciente…-tardó varios segundos en seguir- Carlos ya me estaba haciendo un dedo y yo estaba completamente ida
Escuchar la expresión “hacerme un dedo” de la boca de la madre de mi novia había hecho que mi polla se pusiese como una piedra. Quería preguntarle que había pasado luego, que me contara como se la había chupado a Carlos y luego como Carlos se la había clavado pero era imposible hacerlo sin sonar inadecuado.
_ya… ya se va hacer tarde
_ehh si claro –dije yo arrancando el coche
_entonces ¿no le dirás nada a Katia? –me volvió a preguntar preocupada
_no Elena, este será nuestro secreto –dije dándole confianza
_no volveré hacerlo –dijo con seguridad
Dejé a Elena en el trabajo y me volví a casa. Ya era Lunes y por la tarde trabajaba, así que me tocaba ya recoger mis cosas e irme a mi casa.
_¿dónde estabas? –me preguntó Katia al verme entrar en casa
_llevé a tu madre al trabajo para que no fuese en el bus
_que bueno eres
_voy a ir recogiendo mis cosas
_claro amor
Solo era la ropa de dos días, tardaría segundos en arrugarla y tirarla dentro de mi mochila. Tras hacerlo fui al baño para mear antes de irme. Empecé a mear, con mi mano agarraba mi miembro dirigiendo el chorro mientras mi mirada se perdía en el cesto de la ropa sucia en el que estaba viendo el top blanco que llevaba ayer Elena. Acabé de mear y me acerqué al cesto sin ni siquiera subirme los calzoncillos. Agarré el top y lo olí, olía a Elena y a sudor, mi polla se ponía dura y busqué inmediatamente la mancha que había visto lo noche anterior. La toqué con el dedo y no había duda, era semen reseco.
_ufff –dije en bajito y pasaba el pestillo del baño para que nadie molestase- que cerdita eres Elena
Me saqué mis zapatillas y dejé caer completamente mi pantalón y mi slip quedándome solo con la camiseta puesta. Empecé a restregar el top de Elena en mi polla durante casi un minuto hasta llevarlo otra vez a mi nariz con una mano y empezaba a menearme la polla con la otra. Entre el calentón del día anterior y el mini calentón que se me había producido esa mañana en el coche la paja estaba siendo de las mejores que recordaba en mucho tiempo. No fue una paja muy larga pero si muy satisfactoria, llegó el momento de la corrida y usé su top para descargar toda mi corrida en el mismo, y fue una corrida bien abundante. Así acabó para mí aquel fin de semana.
Pasó la siguiente semana, no había visto a Katia en toda la semana pero ya estábamos a Viernes y me volvería a su casa para pasar el fin de semana juntos. Le tocaba a ella pasarlo con su hijo, así que no tendríamos mucha libertad pero ese mismo Viernes, cuando el niño se fuese a dormir iba echarle un polvo a Katia que haría vibrar las estrellas.
Llegué al piso de Katia y Elena casi a las 11 de la noche, sabía que me estaban esperando para cenar.
_hola -dije al entrar por la puerta
_¿qué tal Adri? –escuché la voz de Oscar, el novio de Elena- te estamos esperando
_hola cariño –me dijo Katia al verme dándome un pico
_¿hoy cena de parejas? –pregunté al ver allí a Oscar
_si –dijo Oscar enseñándome la copa de vino que tenía en la mano- por un día que puedo quedarme a dormir
Katia también tenía una copa de vino en la mano, eso era bueno. Aunque Katia es bastante caliente cuando bebe lo es aún más y además me excitaba como se había vestido. A sus 22 añitos siempre vestía con ropa muy deportiva pero eso no le restaba sensualidad. Llevaba unos simples pantalones negros de chándal y una camiseta blanca ceñida que resaltaba sus enormes pechos.
_¿y el niño? –pregunté
_durmiendo, son las 11 de la noche –dijo Elena saliendo de la cocina con una fuente de comida
_hola suegra –dije con tono cómplice
_Hola –dijo dándome un beso en la mejilla después de dejar la bandeja en la mesa- sentaros, vamos a comer
Elena también se había vestido realmente sexy, se notaba que ese día Oscar se quedaba a dormir en casa y quería estar atractiva. Llevaba unos pantalones negros de piel que simulaban el cuero que le hacían un culo de infarto y una blusa verde con un generoso escote.
Nos sentamos a comer, abrimos vino y tuvimos una cena muy agradable hablando de lo de siempre. Como nos había ido a cada uno la semana y alguna anécdota del niño. Acabamos la primera botella de vino y empezamos con la segunda, así que a lo tonto los cuatro íbamos contentillos.
A pesar de lo agradable de la velada yo quería que terminase ya e irme a la habitación con Katia y destrozarla a polvazos pero no todo iba salir como yo quería. Las desgracias empezaban a sucederse.
_¡joder! ¿Qué quieren ahora? –dijo Oscar mirando su móvil que empezó a vibrar
_ya verás –dijo Elena sarcásticamente mientras Oscar se levantaba y se iba hablar por teléfono
_tengo que irme –dijo Oscar que no había estado ni 10 segundos hablando por teléfono
_¿qué pasa? –preguntó Elena
_lo de siempre, mi madre –dijo Oscar con tono preocupado
_ehh… ¿quieres que te acompañe? –le preguntó ella
_no, si poco puedes hacer
_¿estás para conducir Oscar? –pregunté yo
_no te preocupes –dijo Oscar mientras cogía su chaqueta- si mi casa está aquí al lado
Se despidió rápidamente y se fue. Los padres de Oscar son mayores y además su madre está bastante enferma. Aquello nos cortó bastante el rollo a todos.
_chicos, mejor me voy ya a dormir –dijo Elena
_si, nosotros también –dije tocando la pierna de Katia pensando ya en el pollazo que la iba a meter
Nos fuimos para nuestra habitación, nada mas cerrar la puerta agarré a Katia por la espalda, apoyé mi polla en su voluptuoso culo y mi mano izquierda agarró una de sus tetas.
_¿que? ¿Qué haces? –dijo en voz baja Katia
_¿a ti que te parece? –dije mientras mi otra mano se metía por dentro de su pantalón y empezaba a frotar bruscamente su concha sobre su tanguita
_¡ohh! –Gimió levemente- ¡para! ¡para! –dijo sin alzar la voz
_¿qué pasa?
_eso- dijo mientras señalaba a la cama en la que se veía al niño durmiendo
_¿no jodas? ¿Qué hace aquí? –pregunté en voz baja
_dijo que quería dormir con nosotros y le dije que si –me dijo dándose la vuelta- lo siento, cariño, mañana te lo compenso
Pues no me quedaba otro remedio que aguantarme mis ganas de follar y esperar que me compensase al día siguiente. Nos metimos ambos en la cama con el niño durmiendo en medio.
Llevaba media hora en la cama, Katia estaba ya completamente dormida pero yo no podía, tenía una gran erección. Pasó otra media hora en la que traté de no pensar en nada para ver si conseguía quedarme dormido pero no había forma. Lo único que quería era hacerme una paja que bajase esa erección. No podía hacerme allí una paja con el niño durmiendo al lado así que no me quedaba mas remedio que ir al baño.
Salí de la habitación cerrando con cuidado la puerta y me dirigí al baño, me venía a la mente el momento en el que me había masturbado con el top de Elena y pensaba que quizás habría algo de ropa de ella en el cesto de la ropa. Aquello no hacía más que aumentar mi erección, parecía que la polla me iba a explotar.
Llegué a la altura del baño, estaba a punto de empujar la puerta para entrar cuando me quedé clavado mirando la puerta de la habitación de Elena. Cinco pasos y allí estaría, no sé si era el alcohol o que toda la sangre de mi cuerpo estaba en la polla pero de modo automático y sin pensar me dirigí hacia allí.
_¿Elena? –dije bajito mientras tocaba la puerta- ¿Elena? –volví a tocar
No había respuesta, hacía más de una hora que se había ido a la cama, estaría más que dormida y además… ¿Qué diablos estaba haciendo? ¿Qué se pasaba por mi cabeza? Ni yo lo sabía.
_¿Elena? ¿estás despierta? – dije ligeramente más alto mientras tocaba otra vez la puerta- ¿Elena? Soy yo –justo en ese momento me pareció escuchar un pequeño sonido en el interior y de repente unos pasos que se acercaban. No sé muy bien el porqué pero mi reacción instantánea fue quitarme la camiseta y tirarla al suelo quedándome solo con la parte de abajo del pijama sobre la que era visible una gran erección
_¿Adrián? –dijo mientras abría ligeramente la puerta asomando solamente su cabeza- ¿Qué haces aquí?
_¿estabas dormida? –pregunté estúpidamente
_ehh… si, ¿Qué quieres? –decía con voz de recién levantada
_¿pu… puedo entrar?
_ehhh… si, supongo
Abrió completamente la puerta y me quedé completamente boquiabierto, en mi vida había visto un pijama tan sexy. Llevaba un short rosa con una fina línea blanca en la cintura y un top del mismo color con unos finos tirantes también blancos que no llegaba a cubrirle todo el vientre y con un generoso escote viéndose también parte del pecho por los lados. Se notaba además que no llevaba sujetador.
Se dirigió directa a la cama y se cubrió completamente con la sabana no privándome de seguir viendo aquel espectáculo.
_dime, ¿Qué quieres? –me preguntó mientras yo la miraba desde los pies de la cama
_ehh… no sé, hablar –dije aún nervioso sin saber que quería
_ya pero…
_¿puedo sentarme ahí? –la interrumpí señalando a su lado en la cama
_s… si –dijo sin entender que ocurría
Me senté al lado de Elena en la cama, se la veía tremendamente nerviosa igual que yo. Ni yo mismo sabía que era lo que estaba haciendo.
_¿por qué te cubres con la sábana?
_yo… no sé. Supongo que así estoy más cómoda
Me quedé mirándola unos segundos, no sabía ni que decir. En mi cerebro había muy poca sangre, toda la sangre estaba en mi polla y parecía que quería ser ella quien asumiese el control de mis actos. Y eso fue lo que ocurrió.
_Ya te he visto desnuda –dije mientras con mi mano agarré la sábana y se la bajé lentamente- y follando…
_no digas eso –dijo mientras con sus brazos parecía querer cubrirse- me dijiste que no dirías nada
_y no lo diré, nunca te traicionaría pero necesito tu ayuda
_¿mi ayuda? ¿a qué te refieres?
En ese momento entendí que hacía allí, que era lo que realmente quería y como iba a conseguirlo.
_te vi follar con Carlos y vi lo que disfrutabas, como gemías, como te corrías…
_Adrián, no quiero hablar de eso, ya te dije que no volvería a ocurrir
_no es eso Elena, desde que te vi como disfrutabas con Carlos pienso si Katia también disfrutaría tantísimo con él –mentía, realmente no tenía ningún problema con eso
_no…no se que quieres que te diga a eso, yo no sé como eran sus relaciones
_¿te has fijado en el bulto de mi pantalón?
_¿qué? Adrián ¿estás loco?
_tienes razón, lo siento, por debajo del pantalón puede engañar
Me bajé el pantalón del pijama quedándome solo con un slip negro en el que mi polla se salía más de la mitad por fuera.
_¿no quieres ayudarme Elena? –dije poniéndome de rodillas en la cama y tratando de girar suavemente su cabeza para que me viese la polla
_si quiero ayudarte pero… -en ese momento conseguí que su mirada se dirigiese a mi polla
_¿te has quedado sin palabras Elena? –Elena no respondía- vamos, di algo, ¿te parece más grande que la de Carlos?
_eh… yo no debería –se quedó pensativa- si, es más grande que la de Carlos
No sabía si lo decía en serio o solo por terminar con aquello, yo tampoco sabía quien de los dos la tendría más grande pero fuera como fuese aquello no se iba terminar allí.
_no sé si puedes valorarlo objetivamente, para verla bien debería quitarme el slip
_deberíamos terminar con esto Adrián
_estamos cerca de terminar, solo tenemos que aclarar quien la tiene más grande
Yo seguía de rodillas y empecé a bajarme el slip despacito saliendo mi polla completamente disparada. Noté como los ojos de Elena se clavaban en mi polla y su respiración se agitaba.
_¿es grande verdad?
_si… muy grande… es enorme… si
_tócala, quiero saber si al tacto también crees que es más grande
Elena no decía nada, estaba completamente paralizada, yo cada vez notaba mas su excitación así que agarré su mano y la dirigí hacia mi polla.
_se quieres tocármela, lo estás deseando y yo también –dije mientras su mano llegaba a mi polla y yo empezaba a guiar su movimiento
No me podía creer que hubiese conseguido que la madre de mi novia me estuviese haciendo una paja. Tras un minuto guiándola solté mi mano y ella no dejó de menearme la polla.
_sigue así bonita… hoy vas a aprender lo que es un auténtico pollón de verdad… sigue así
_sin duda es más grande… y más gorda
_yo no lo tengo tan claro, hay que hacer otra prueba para comprobarlo
_¿cuál? –dijo sin soltar la polla ni desviar su mirada de ella
_métete mi polla en la boca –dije con confianza acariciando la cara de Elena- quiero que me digas si llena tanto tu boca como la llena la de Carlos
_ehh… yo no puedo… Katia… Oscar…-dijo soltando mi polla
_Oscar no está y Katia está durmiendo –dije mientras ahora me tumbaba boca arriba en la cama con mi polla mirando al techo- lo estás deseando Elena, métela en la boca, te encantará lo rica que está
Tardó unos segundos en reaccionar que se me hicieron eternos, se colocó tumbada a la altura de mi polla, la agarró con su mano por la base y después de suspirar muy fuerte empezó a metérsela en la boca.
_Ohhh dios Elenita… madre mía que boquita –dije lleno de placer
_glup, glup… slurpp… glup –sonaba la boca de Elena sin apenas meterse más de media polla en su boca
Elena tenía una gran técnica comiendo pollas, sus gruesos labios hacían una fricción perfecta en mi polla mientras su lengua se movía con maestría. Tras un rato mamándomela se la sacó de su boca para coger aire.
_¿te llena tanto la boca la polla de Carlos?
_mmm si, mucho más –dijo mientras con su mano me la volvía a menear- la tuya apenas puedo meter la mitad en mi boca
_no te preocupes, yo te enseñaré como se mama un pollón de este tamaño
Agarré la cabeza de Elena y la fui acercando a mi polla, ella abrió la boca y mi polla fue entrando despacito en su boca. Ella intentó frenar cuando llevaba media polla dentro pero yo la fui forzando despacito hasta que casi la tenía completa en su boca.
_¡¡UMMGGHH!! ¡glup!¡¡ UMMMHHHH!! –trataba Elena de protestar que no apenas podía ni respirar
_¡vamos guarra! Aguanta –dije yo forzando su cabeza para que mantuviera esa posición-Nunca imaginaste que te entrara un pollón así en la boca
Tras aguantar esa posición un buen tiempo empecé a mover su cabeza dirigiendo su mamada, sobre todo marcarle hasta donde debía metérsela en la boca y dándole el último empujón que necesitaba.
_¡¡Glagg…!! ¡¡Wueggg!! –sonaba casi como una arcada cada vez que Elena se la metía casi entera en la boca
_Ufff Elena, tu puedes… joder… si eres toda una golosa, te entra casi hasta el fondo… noto tu garganta… ¡hasta el fondo! ¡Buena chica!
_¡joder… casi me ahogo! –dijo Elena sacándose la polla de su boca-menudo cacho de polla, es imposible metérsela entera en la boca
Me coloqué a la altura de Elena y nuestras bocas se fundieron en un apasionado beso que yo aproveché para empezar a introducir mi mano dentro de su short. Sólo rozando su braguita con mis dedos notaba lo húmedo que estaba su coñito y no tardé en apartarla para meter directamente dos dedos dentro de su coño que entraron como si nada.
_Veo que estás bien húmeda perra, jeje –saqué mi mano de su coño y le metí mis dedos húmedos en la boca – te voy hacer sentir en la gloria, déjame que te quite esto y dame un condón
Empecé a bajarle su precioso short rosa y sus braguitas negras mientras ella estiraba la mano a su mesilla de noche para agarrar un preservativo. Agarré el condón que Elena me había dado, me puse de rodillas en la cama y empecé a ponerme el condón que era realmente pequeño para el tamaño de mi miembro. Conseguí malamente ponérmelo pero parecía que iba romperse en cualquier momento. Elena permanecía tumbada en la cama, completamente abierta de piernas, yo la agarré de sus piernas y la coloqué en posición para empezar a penetrarla. Mi polla ya rozaba su húmedo coño que pedía a gritos una buena penetración.
_¡esta noche eres mi puta! Dime que quieres que haga con esto –dije mientras mi polla le rozaba el coño y ella no respondía- vamos ¡DILO!
_quiero… quiero que me folles ¡fóllame por favor! ¡fóllame!
_eso es lo que quería oír, prepárate para recibir la follada de tu vida –Agarré las caderas de Elena para acomodarla y mi polla empezó a entrar prácticamente sin esfuerzo en su húmedo coño
_¡¡Gmmmm!! –gimió Elena tratando de no hacer ruido cuando mi polla había entrado casi tres cuartos. En ese punto se notaba que le costaba entrar aunque despacito fui consiguiendo que mi polla entrase completa en su coño- ¡¡GGMMMM!! –gemía Elena de dolor y placer
_¡Psshh! Calla, no queremos despertar a Katia –dije con mi polla completamente dentro- ahora empieza lo bueno, vas a disfrutar como nunca lo hiciste con Oscar o con Carlos
Empecé con unas cuidadosas embestidas para que su coño se acostumbrase al tamaño de polla. Durante varios minutos me follé lentamente mientras Elena hacía obvios intentos de no gritar. Yo estaba tan caliente que en aquel momento ni pensaba que no podíamos hacer ruido y empecé aumentar el ritmo de mis embestidas.
_¡¡¡AHhhh dios!!! ¡¡¡ AHHHH DIOSSSSSSSSSSSS!!! –Elena le estaba ya costando contener sus gritos y su cara de placer era evidente –¡¡AHhhhh…. Ahhhhh!! Mmmmmm ¡¡¡ Como follasss!!!
_Mmmm si Elena…. Te voy a seguir follando
_¡Siiii Adriannn… sigue! ¡Sigue follandome! –pedía ella
Aquellas palabras de Elena provocaban que se la metiese aún con más fuerza y notaba como su placer se incrementaba mientras veía como sus tetas botaban bajo su top. Esas tetas pedían ser libres y con un pequeño tirón hacia abajo saltaron disparadas.
_uffff Elena, que ganas de comerme esas tetas –dije sin dejar de follármela
_¡¡Ayyy!! Haz lo que quieras Adrián pero no dejes de follarme ¡¡Sigue… no pares!! ¡¡no dejes de follarme así de duro!!
Empecé a comerle las tetas mientras me la follaba, eran enormes para una mujer tan bajita y delgada. Entendía perfectamente que Elena se follase en su momento a Carlos y ahora a mí, una mujer así no puede estar desatendida.
_¡¡Ohhh joder!! ¡¡Vaya tetas tienes Elena!! Me encantan
_¡¡Ahhh siii!! Pues aprovechalas, cómeme las tetas todo lo que quieras
_¿y ahora qué? –dije dejando de chuparle las tetas y aumentando el ritmo de mis embestidas- ¿Quién te folla mejor? ¿Carlos? ¿Oscar? ¿YO?
_¡¡AHHHggg!! ¡que duro eres! Tu…. TUUUUU mmmmggggg ¡Me follas mejor que ninguno- afirmó Elena retorciéndose de placer- Ahhh… ¡¡Ahhhhh…. AHHHHH!! Adrian, me corro… ¡Me voy a correr!! –mientras ahora con sus piernas rodeaba mi cintura y notaba el tope de su orgasmo
_¡¡Ahhhh Joder Elena!! ¡Eres una guarra! ¡Zorraaaa… yo tampoco aguanto más!
Saqué mi polla del coño de Elena y apenas rozando el apretado condón reventó ante mi primer lefazo que se perdió en la cama de Elena mientras yo buscaba con los siguientes correrme sobre su monumentales tetas a las que acabé regando con varios contundentes lefazos antes de dejarme caer completamente rendido al lado de Elena.
Ambos nos quedamos tumbados varios minutos en la cama recuperando en aire y parecía que ninguno de los dos quería romper aquel silencio.
_has estado genial Elena –dije yo con mi polla ya en estado natural
_Adrián… -se quedó varios segundos pensativa- lo que ha pasado… está mal, está fatal
_sólo nos hemos dejado llevar
Tras bajársele el calentón a Elena empezaron sus remordimientos y no tardó en volver a romper a llorar.
_yo… yo me arrepiento –mentí- el alcohol y el calentón nos ha jugado una mala pasada. Yo no quiero hacer nada que te haga daño Elena, ¿lo sabes no?
_claro –dijo con los ojos completamente llenos de lágrimas
_No entiendo que ha pasado –dije mintiendo descaradamente- y tienes razón, esto ha estado mal
_si… supongo que es culpa de ambos
_no te preocupes, no volverá a ocurrir, olvidaremos que esto ha pasado
_gracias Adrián –dijo limpiándose las lágrimas
_de nada, sabes que puedes confiar en mí. Será mejor que vuelva con Katia, no vaya ser que se despierte
Tras una fría despedida me puse el pijama y me volví a la habitación orgulloso de lo que había conseguido. Katia y su hijo dormían plácidamente. Antes de meterme en la cama agarré el móvil de Katia que estaba en su mesilla de noche y abrí los whatsapp que tenía con su ex. No había nada especial, conversaciones muy cortas, respuestas con monosílabos y todo relacionado con el niño. Aunque eso no era lo que buscaba.
Copié el número de Carlos, lo grabé en mi móvil y el envié un whatsapp:
“Hola Carlos ¿Cómo estás? Soy Adrián, el novio de Katia”
CONTINUARÁ…
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