Hola amigos de Poringa, quiero relatarles algunas experiencias que me conto mi mujer y que tubo antes de conocerme. Cuando cogemos muchas veces le pido que me cuente detalles de sus encuentros sexuales con otros hombres porque me da muchísimo morbo y re calienta, ahora las compartiré con ustedes empezando por esta vez que se cogió la misma tarde/noche a dos chicos que salían con ella.
En ese entonces mi ahora mujer tendría unos 25 años y estaba saliendo con dos muchachos que no tenían relación uno con otro por lo que no se conocían no sabían que ella salía con ambos. Si bien esta situación, de salir con los dos, se dio por poco tiempo sucedió algo un día que le dejó marcas en su memoria.
Todo comenzó un sábado a la tarde cuando uno de ellos, Gabriel, era el más joven de los dos, 20 años, pelo castaño, no muy alto y musculoso, la pasó a buscar con su auto tipo 16:00, ella se apresuró a cambiarse y me contó que se puso una mini tableada que apenas le tapaba el culo, con una remerita bien escotada que le resaltaba las tetas y zapatos de taco. A ella siempre le gusto vestir con calzado de taco alto para estilizar su figura.
Una vez en el auto, un 504, el flaco la llevó por la zona de Uriburu y Circunvalación que en esa época era calle de tierra y no pasaba nadie. Estacionaron bajo un frondoso eucaliptus, se sentaron atrás en el asiento de atrás y ella como es su costumbre, le pelo la verga enseguida y se la empezó a chupar con muchas ganas, me contó que le recalentaba la situación de hacerlo al aire libre y con la posibilidad que alguien los vea. Le pregunte como estaba equipado y esbozó una sonrisa, me dijo que era una pija que le encantaba de unos 23 cm, muy gruesa y cabezona ¡Como me gustan a mí! me dijo.
Enseguida Gabriel se la sube encima a horcajadas, le corre la tanguita y la clava de una. Ella me contó que cabalgaba y gemía como loca mientras él le chupaba las tetas y le agarraba el culo con las dos manos. El tema que el flaco acabó enseguida de la calentura y ella se enojó. Me contó que le dijo que la había dejado con todas las ganas, entonces él la miró y le dijo: “¡Yo te voy a sacar las ganas!”. Se la saca de encima todavía chorreando la concha de leche, la pone en cuatro contra el respaldar del asiento, corrió bien para adelante el asiento de acompañante y se pone detrás, le levanto la mini por sobre la espalda le corre la tanguita y empieza a franelear el culo a dos manos. Ella me dijo que no había tenido sexo anal con el todavía porque no se lo había pedido, pero tampoco le dijo que le gustaba, por lo que creo que el flaco pensó que ella se iba a negar. A esta altura como hacía calor habían dejado la puerta de atrás abierta ya que al auto no le andaba el aire.
Me contó que le acariciaba los cachetes y le arrimaba la cabeza de la pija en el culo y como recién había acabado y la tenía medio floja, pero que se le puso dura de nuevo enseguida. Me dijo mi mujer que cuando la sintió bien dura le dice: “¿Me la vas a meter por el culo o te vas a pajear mirándolo?”. Acá es donde a mí me vuelve loco lo que pasó. Me contó que el flaco se quedó cortado, cuando reaccionó se escupió la mano, le paso saliva por el culo, la puerteo y ella, al sentirla, le dijo que lo hiciera despacito porque era una pija grande y le iba a hacer doler. Entonces Gabriel la empujó despacio hasta que le entro toda y empezó un mete y saca, se la sacaba lentamente hasta la cabeza y se la enterraba hasta el fondo, después empezó a sacársela completa, la escupía y volvía a ponérsela hasta el fondo empujando muy profundo. Ella me contó que parecía un fierro que se le clavaba en las entrañas cada vez que empujaba. En eso el flaco se la clava con fuerza y la aprieta contra el asiento y acabo con un fuerte gemido. Me dijo mi mujer que no podía creer lo fuerte que él había acabado. El se quedó recostado sobre ella sin sacársela y le decía al oído lo que la amaba y que estaba loco por ella. Al poco rato de estar así ella me dice que empezó a sentir como se le ponía dura y le palpitaba la pija de nuevo en el culo. En eso me contó que la empujó con fuerza contra el asiento, ella se apoyó como pudo en la luneta trasera con las dos manos y el flaco empezó a embestirla con mucha rudeza, me dijo que no parecía el mismo que ella sentía que un animal que le estaba destrozando el culo con un fierro caliente. Como Gabriel había acabado ya dos veces (¡20 años!¡quien pudiera tenerlos de nuevo!) esta vez no acabó enseguida, me contó que estuvo como 25 min dándole por el culo con furia. El se la clavaba bien profundo en cada embestida y ella gritaba como si la estuvieran matando, la hizo acabar tantas veces seguidas que casi se descompone, se le aflojaron las piernas y le empezó a decir:”¡Basta, hijo de puta, basta, me estás matando!” con vos entrecortada, pero esto solo hacía que el guacho de diera con más ganas dándole pija.
Y ahora me contó algo que me hizo que me dio vueltas, en lo mejor de la culeada ella mira hacia los árboles y ve que había un pendejito de unos 14/15 años escondido atrás de un árbol, espiándolos y matándose con una paja. En un momento dado el pendejo la mira a los ojos y la guacha de mi mujer le sonríe picarona y sin dejar de mirarlo le dice a Gabriel: “¡Acabame sobre el culo hijo de puta, llénamelo de leche!”. Acá me dice que casi se descompone por la fuerza de las embestidas de Gabriel y que ya no sentía las piernas, pero a todo esto no dejaba de mirar al pendejo. En un momento dado y el flaco se la saca de golpe y me dijo que se escuchó un ¡plock! seco y enseguida sintió unas gotas calientes sobre las nalgas. Ella, siempre mirando al pendejo, se paso la mano por los cachetes desparramando bien la leche.
Después me conto que se bajaron del auto, ella se acomodó la tanguita y el vestido dándole la espalda al pendejo para que le vea bien el culo, (para el que no sabe mi mujer de joven tenía un culo firme y parado que quitaba el aliento), y cuando él se estaba acomodando la pija ella se la agarra, le da una culpadita rápida y le dice que ese juguetito era de ella. Se suben al auto y se van para la casa de mi mujer dejando el pendejo que me conto que había acabado cuando lo Gabriel le sacó la pija de golpe del culo.
El flaco quería salir a la noche con ella, pero, mi mujer tenía otros planes y le dijo que se tenía que quedar a estudiar. En realidad, iba a encontrarse con Nito. Pero eso se los contare en la segunda parte…
En ese entonces mi ahora mujer tendría unos 25 años y estaba saliendo con dos muchachos que no tenían relación uno con otro por lo que no se conocían no sabían que ella salía con ambos. Si bien esta situación, de salir con los dos, se dio por poco tiempo sucedió algo un día que le dejó marcas en su memoria.
Todo comenzó un sábado a la tarde cuando uno de ellos, Gabriel, era el más joven de los dos, 20 años, pelo castaño, no muy alto y musculoso, la pasó a buscar con su auto tipo 16:00, ella se apresuró a cambiarse y me contó que se puso una mini tableada que apenas le tapaba el culo, con una remerita bien escotada que le resaltaba las tetas y zapatos de taco. A ella siempre le gusto vestir con calzado de taco alto para estilizar su figura.
Una vez en el auto, un 504, el flaco la llevó por la zona de Uriburu y Circunvalación que en esa época era calle de tierra y no pasaba nadie. Estacionaron bajo un frondoso eucaliptus, se sentaron atrás en el asiento de atrás y ella como es su costumbre, le pelo la verga enseguida y se la empezó a chupar con muchas ganas, me contó que le recalentaba la situación de hacerlo al aire libre y con la posibilidad que alguien los vea. Le pregunte como estaba equipado y esbozó una sonrisa, me dijo que era una pija que le encantaba de unos 23 cm, muy gruesa y cabezona ¡Como me gustan a mí! me dijo.
Enseguida Gabriel se la sube encima a horcajadas, le corre la tanguita y la clava de una. Ella me contó que cabalgaba y gemía como loca mientras él le chupaba las tetas y le agarraba el culo con las dos manos. El tema que el flaco acabó enseguida de la calentura y ella se enojó. Me contó que le dijo que la había dejado con todas las ganas, entonces él la miró y le dijo: “¡Yo te voy a sacar las ganas!”. Se la saca de encima todavía chorreando la concha de leche, la pone en cuatro contra el respaldar del asiento, corrió bien para adelante el asiento de acompañante y se pone detrás, le levanto la mini por sobre la espalda le corre la tanguita y empieza a franelear el culo a dos manos. Ella me dijo que no había tenido sexo anal con el todavía porque no se lo había pedido, pero tampoco le dijo que le gustaba, por lo que creo que el flaco pensó que ella se iba a negar. A esta altura como hacía calor habían dejado la puerta de atrás abierta ya que al auto no le andaba el aire.
Me contó que le acariciaba los cachetes y le arrimaba la cabeza de la pija en el culo y como recién había acabado y la tenía medio floja, pero que se le puso dura de nuevo enseguida. Me dijo mi mujer que cuando la sintió bien dura le dice: “¿Me la vas a meter por el culo o te vas a pajear mirándolo?”. Acá es donde a mí me vuelve loco lo que pasó. Me contó que el flaco se quedó cortado, cuando reaccionó se escupió la mano, le paso saliva por el culo, la puerteo y ella, al sentirla, le dijo que lo hiciera despacito porque era una pija grande y le iba a hacer doler. Entonces Gabriel la empujó despacio hasta que le entro toda y empezó un mete y saca, se la sacaba lentamente hasta la cabeza y se la enterraba hasta el fondo, después empezó a sacársela completa, la escupía y volvía a ponérsela hasta el fondo empujando muy profundo. Ella me contó que parecía un fierro que se le clavaba en las entrañas cada vez que empujaba. En eso el flaco se la clava con fuerza y la aprieta contra el asiento y acabo con un fuerte gemido. Me dijo mi mujer que no podía creer lo fuerte que él había acabado. El se quedó recostado sobre ella sin sacársela y le decía al oído lo que la amaba y que estaba loco por ella. Al poco rato de estar así ella me dice que empezó a sentir como se le ponía dura y le palpitaba la pija de nuevo en el culo. En eso me contó que la empujó con fuerza contra el asiento, ella se apoyó como pudo en la luneta trasera con las dos manos y el flaco empezó a embestirla con mucha rudeza, me dijo que no parecía el mismo que ella sentía que un animal que le estaba destrozando el culo con un fierro caliente. Como Gabriel había acabado ya dos veces (¡20 años!¡quien pudiera tenerlos de nuevo!) esta vez no acabó enseguida, me contó que estuvo como 25 min dándole por el culo con furia. El se la clavaba bien profundo en cada embestida y ella gritaba como si la estuvieran matando, la hizo acabar tantas veces seguidas que casi se descompone, se le aflojaron las piernas y le empezó a decir:”¡Basta, hijo de puta, basta, me estás matando!” con vos entrecortada, pero esto solo hacía que el guacho de diera con más ganas dándole pija.
Y ahora me contó algo que me hizo que me dio vueltas, en lo mejor de la culeada ella mira hacia los árboles y ve que había un pendejito de unos 14/15 años escondido atrás de un árbol, espiándolos y matándose con una paja. En un momento dado el pendejo la mira a los ojos y la guacha de mi mujer le sonríe picarona y sin dejar de mirarlo le dice a Gabriel: “¡Acabame sobre el culo hijo de puta, llénamelo de leche!”. Acá me dice que casi se descompone por la fuerza de las embestidas de Gabriel y que ya no sentía las piernas, pero a todo esto no dejaba de mirar al pendejo. En un momento dado y el flaco se la saca de golpe y me dijo que se escuchó un ¡plock! seco y enseguida sintió unas gotas calientes sobre las nalgas. Ella, siempre mirando al pendejo, se paso la mano por los cachetes desparramando bien la leche.
Después me conto que se bajaron del auto, ella se acomodó la tanguita y el vestido dándole la espalda al pendejo para que le vea bien el culo, (para el que no sabe mi mujer de joven tenía un culo firme y parado que quitaba el aliento), y cuando él se estaba acomodando la pija ella se la agarra, le da una culpadita rápida y le dice que ese juguetito era de ella. Se suben al auto y se van para la casa de mi mujer dejando el pendejo que me conto que había acabado cuando lo Gabriel le sacó la pija de golpe del culo.
El flaco quería salir a la noche con ella, pero, mi mujer tenía otros planes y le dijo que se tenía que quedar a estudiar. En realidad, iba a encontrarse con Nito. Pero eso se los contare en la segunda parte…
0 comentarios - Mi mujer con sus dos novios el mismo día (1ra parte)