BUENO, ACÁ ESTÁ LA ÚLTIMA PARTE DE LA HISTORIA QUE ME CONTÓ "GABRIELA". DISFRUTEN Y NO SE OLVIDEN DE LOS PUNTOS, QUE ES COMO LOS QUE POSTEAMOS SENTIMOS EL AGRADECIMIENTO DE ESTA COMUNIDAD!
Pasamos un par de días como padre e hija normales. Cocinamos juntos, salimos a caminar e hicimos algo de ejercicio adentro. El viernes de esa semana hubo un sol divino y ina temperatura más que agradable. Le avisé a mi papá que iba a tomar sol. El dijo que tenía una reunión en zoom y que luego se uniría a mí.
Me fui al parque trasero y me acosté boca abajo con mi bikini roja en una reposera. Me había quedado dormida cuando vino papá.
- Hija, te vas a quemar! No te pusiste protector?
- No traje...
- Ya vuelvo!
Volvió con un pomo grande de proctector solar y en malla.
- Te paso?
- Por favor! (Dije moviendo la cola como perra contenta)
Se sentó a mi lado y tiró de la tanga.
- Porque no tomás sol desnuda? Si ya tenemos confianza y así vas a tomar color bien parejo sin marcas.
- Tenés razón! Total nadie más me puede ver!
Me quité la bikini y me volví a tumbar, ahora boca arriba.
- Lista! Encremame!
Me pasó por todas partes, amasándome las tetas un buen rato. Yo cerré blos ojos y lo dejé terminar.
- Me pasás a mí?
Estaba totalmente desnudo parado al lado mío. Mi sonrisa delataba mi ansiedad.
- Por todos lados?
- Por favor!
Masajeé su pecho con la crema, luego sus piernas, se las separé y me dediqué a masajearle los testículos. Enseguida se le paró. Froté el tronco un poco y acerqué mi cara. El olor me generó algo nuevo en mi calentura. Abrí la boca y se la chupé.
- Ahh... Gaby... Como sabés!
Me entusiasmé y me la metí hasta la garganta. Lamía, bajaba y volvía a subir y lamer la puntita. Era riquísimo. Quise tenerlo todo en mi boca. Le di la mejor mamada que pude.
- Voy a acabar, mi amor!
Sentí un volcán en mi boca. Caliente, espesa, mucha y dulce, así era la leche de papá. Misterio resuelto. Je. Tragué todo de a poco para no ahogarme.
- Ahh... Rica!
- Sos la mejor Gaby! Nunca antes se la tragaron.
- Se lo perdió mamá! Jaja
- Que suerte que te tengo a vos, mi hijita!
- Ahora voy a tomar sol de espalda.
Me puso desde la nuca, por toda la espalda, luego mis piernas y por último le dio mucha atención a mi cola. Yo me reía pero no dije nada. Con ayuda de la crema me empezó a meter un dedo. Al rato, ya estaba haciéndome la cola con un dedo.
Yo gemía despacito para que no nos oigan los vecinos.
- Vamos adentro, Gaby?
- Sí, mejor!
Me levantó upa y me llevó así hasta la escalera. Amaba sus brazos fuertes. Subimos a su habitación y me tiré boca abajo.
- Creo que estábamos en medio de algo...
- Sí, no creas que me olvidé!
Buscó otra crema en el baño y volvió a la carga con mi cola. Metió un dedo y luego fue intentando con dos. Me desvirgaba la cola con dedos.
- No me imaginaba tener un papá tan atrevido!
- Es que tu cola es una locura, hija! No resisto la tentación!
- No preferirías usar otra cosa que tus dedos?
- Pero sería pasarme de los límites...
- No me la metas, pasala por el medio!
- Mmm... Ok. Dale!
Se acomodó en la cama y presionó con su pija en mi raya. Me calentaba a tope esa sensación.
La pasaba arriba y abajo, presionando con la punta en mi agujero por un segundo y siguiendo con todo el tronco después. No lo soporté más. A la mierda los límites, pensé. Levanté la cola y empujé la punta adentro con una mano. Me tomó diez segundos tener la mitad de su pija cogiéndome el culo. Él no se opuso.
- Aaaaayy papiii... Está adentro!
- Te estoy haciendo el culo mi amor! No lo puedo creer!
- Te gusta mi cola?
- Me encanta!
- Movete! Cogeme el culo papi!
Se tomó su tiempo para meter toda la pija que pudiera y se quedó ahí un toque. Luego arrancó el mete-saca con suavidad. Fue aumentando el ritmo pero nunca duro.
- Aah mi amorrr! Papá va a acabar!
- La quiero! Damelá papitooo!
- Aahh... Ufff... Aaahhhhh!
Me clavó al fondo, haciéndome doler y gozar. Su leche caliente me llenó las entrañas. Me sentí la hija más puta del mundo.
Descansamos unos momentos. Se puso arriba mío y empezó a besarme por todas partes, bajando hasta llegar a mi concha. Me la comió sin piedad.
- Tenés la concha más rica que probé en mi vida!
- Toda para vos, papito! Aahhh!
Acabé entre nubes. Me relajó tanto que casi me duermo. Me despertó del letargo su pija frotándose en mi pubis. La miré y lo miré a él, era lo único que nos faltaba, el único límite que no habíamos transgredido.
- Sólo una cosa me impide hacerlo... Vos me lo permitirías?
- Me estás pidiendo permiso para cogerme? Después de que casi te obligué a desvirgarme la cola?
- Sí. Pará eras virgen?
- Era, de ahí nada más. Tuve novio y cogimos, sabés?
- Ok, no me lo sigas así que me pongo celoso!
- Como si vos no cogieras con nadie!
- Ehh...
- No?
- No. La última vez fue con tu madre, ya hace más de un año! Por eso exploto tan fuerte con vos! Al placer de lo prohibido se le suma el tiempo sin uso!
- Guau! O sea que soy tu única amante?
- Ah, sos mi amante ahora?
Estaba muy cerca de mi cara, el muy provocador. Lo traje hacia mí del cuello y besé su boca. El sabor a mí me recordó que íbamos a hacer algo. Lo miré a los ojos y le dije:
- Cogeme papi! Metémela!
- No puedo! Me muero de ganas... Pero no me animo...
Mientras hablaba movía su cadera, frotándolo en mi concha. Yo levantaba la cola para aumentar el roce, me volvía loca de deseo.
- Hagamos una cosa. Vamos a darnos una ducha y a pensarlo.
Se levantó y me dejó ahí, caliente y satisfecha a la vez.
Nos bañamos, merendamos y le dije que me iba a la farmacia a comprar artículos femeninos, me dio mucha plata y me dijo que me cuidara con un tierno beso.
En la farmacia compré varias cosas que necesitaba y encontré un lubricante que retardaba la eyaculación. Lo compré y pedí también por las dudas una caja grande de preservativos. Esta chica tenía un plan.
Llegó la noche y nos pusimos a mirar una película "hot" mala, que elegí a propósito.
- Bah, para ver esto prefiero ver porno!
- Hace mucho que no veo porno, me aburría...
- Porque no conocés el porno que me gusta a mí!
- A ver!
Puse una selección mía y le pasé mi teléfono. Mientras él miraba, yo me desvestía. A los 3 minutos se le había parado.
Me arrodillé en el piso y le bajé el short.
- Seguí mirando y quedate quieto!
- Está bien...
Se la chupé para calentarlo nada más. Lo hacía lento, metiéndomela en la boca, succionando y lamiendo el tronco. Me encantaba ver lo larga que era de cerca. Lo pajeé un poco y me subí upa. Me punteaba el ombligo.
- Epa... Que vas a hacer Gaby?
- Nada que vos no quieras, papi!
Se lo dije en modo bebota. Agarré su pija y la golpeé contra mi concha. El ruido que hacían los golpecitos era muy porno.
Me tiré en el sillón con las piernas bien abiertas y le pedí:
- Haceme gozar papi!
- Pero claro que sí, mi amor!
Me tocó y me chupó las tetas, la boca, la concha. Yo gemía como putita.
- Ay, ay, Papi!
- Uff... Me ponés loco hijita! No aguanto más! Así no hay límite que resista!
- Esperá! Voy a buscar una cosa!
Fui a buscar la caja de forros. Papá estaba recostado tocándosela. Se la mostré.
- Yo te pongo uno y me pongo como estaba antes. Vos acomodate arriba mío.
En cuanto me acosté con las piernas abiertas, se me vino encima. Estiré una mano y dirigí su pija a mi concha. La cabeza entró solita.
- Aaahh no me hagas estoooo!
- Ahora decidí si la sacás o la metés!
Se movía como indeciso, metiendo y sacando la punta. No resistí más y lo empujé para adentro.
- Cogeme de una vez, por favooor!
- Aahh... Que apretada que estás mi amor!
- Sabía que te iba a gustar papi!
En ese momento, papá dejó de hablar y empezó a cogerme con ganas, como una locomotora agarrando velocidad. Me bombeaba cada vez más duro. Yo estaba en la luna, gozaba de la pija larga de mi padre. Él estaba en buen estado para ser un hombre maduro, pero me partía la cadera con sus pijazos violentos. Me llegaba hasta el fondo, abriéndome la concha a la fuerza. Me encantaba!
- Aaah... No puedo más! Voy a acabar!
- Dale! No lo aguantes!
Se vino con fuerza. Me clavó bien adentro y se quedó ahí. Podía sentir los latidos de esa verga soltando semen.
Cuando se retiró, le preservativo rebosaba de lleno. Se lo sacó y lo tiró al piso. Su verga acabada era más que apetecible.
- Me encantó papi!
Me subí encima y lo besé por todas partes. Él se envició con mis tetas y me pajeó con dos dedos. Me calentó tanto que me puse en cuatro en el sillón y le hice un pete, así con restos de leche. Se la lustré con un hambre y una putez desconocida en mí. Se puso dura otra vez en mi boca.
- Papá, otra vez la tenés parada!
- Es que me enloquece tenerte como amante! Sos una pendeja hermosa!
- Soy tu amante?
- Sos la única que deseo!
Sus palabras me shockearon y excitaron a la vez. Sin que me diera cuenta, me había dado vuelta y me lamía la concha así en cuatro. Sin decir nada más, me volvió a penetrar.
Cogimos en silencio. Yo porque no podía reaccionar y él, porque se había soltado al fin, y solo quería poseerme una y otra vez. Sus gemidos eran de gozo, los míos eran de entrega. Tuve un orgasmo largo con ese pensamiento. Me entregué!
Mis jadeos y temblores lo calentaron más.
Me di cuenta que estaba por acabar, su pija se hinchaba en mi interior. Me quedé esperando sentir su explosión en mi interior, pero la sacó y se descargó en mi culo. El calor de esa leche en mi piel era erótico. Él me la frotaba con una mano, acariciando mi culo, evitando que cayera una sola gota.
Descansamos, nos duchamos juntos y dormimos en la misma cama. Su mano sobre mi cuerpo me hacía sentir que tenía un padre que me quería y un amante que me deseaba.
Este tiempo de pandemia fue el peor para mucha gente, pero el mejor para mí.
Pasamos un par de días como padre e hija normales. Cocinamos juntos, salimos a caminar e hicimos algo de ejercicio adentro. El viernes de esa semana hubo un sol divino y ina temperatura más que agradable. Le avisé a mi papá que iba a tomar sol. El dijo que tenía una reunión en zoom y que luego se uniría a mí.
Me fui al parque trasero y me acosté boca abajo con mi bikini roja en una reposera. Me había quedado dormida cuando vino papá.
- Hija, te vas a quemar! No te pusiste protector?
- No traje...
- Ya vuelvo!
Volvió con un pomo grande de proctector solar y en malla.
- Te paso?
- Por favor! (Dije moviendo la cola como perra contenta)
Se sentó a mi lado y tiró de la tanga.
- Porque no tomás sol desnuda? Si ya tenemos confianza y así vas a tomar color bien parejo sin marcas.
- Tenés razón! Total nadie más me puede ver!
Me quité la bikini y me volví a tumbar, ahora boca arriba.
- Lista! Encremame!
Me pasó por todas partes, amasándome las tetas un buen rato. Yo cerré blos ojos y lo dejé terminar.
- Me pasás a mí?
Estaba totalmente desnudo parado al lado mío. Mi sonrisa delataba mi ansiedad.
- Por todos lados?
- Por favor!
Masajeé su pecho con la crema, luego sus piernas, se las separé y me dediqué a masajearle los testículos. Enseguida se le paró. Froté el tronco un poco y acerqué mi cara. El olor me generó algo nuevo en mi calentura. Abrí la boca y se la chupé.
- Ahh... Gaby... Como sabés!
Me entusiasmé y me la metí hasta la garganta. Lamía, bajaba y volvía a subir y lamer la puntita. Era riquísimo. Quise tenerlo todo en mi boca. Le di la mejor mamada que pude.
- Voy a acabar, mi amor!
Sentí un volcán en mi boca. Caliente, espesa, mucha y dulce, así era la leche de papá. Misterio resuelto. Je. Tragué todo de a poco para no ahogarme.
- Ahh... Rica!
- Sos la mejor Gaby! Nunca antes se la tragaron.
- Se lo perdió mamá! Jaja
- Que suerte que te tengo a vos, mi hijita!
- Ahora voy a tomar sol de espalda.
Me puso desde la nuca, por toda la espalda, luego mis piernas y por último le dio mucha atención a mi cola. Yo me reía pero no dije nada. Con ayuda de la crema me empezó a meter un dedo. Al rato, ya estaba haciéndome la cola con un dedo.
Yo gemía despacito para que no nos oigan los vecinos.
- Vamos adentro, Gaby?
- Sí, mejor!
Me levantó upa y me llevó así hasta la escalera. Amaba sus brazos fuertes. Subimos a su habitación y me tiré boca abajo.
- Creo que estábamos en medio de algo...
- Sí, no creas que me olvidé!
Buscó otra crema en el baño y volvió a la carga con mi cola. Metió un dedo y luego fue intentando con dos. Me desvirgaba la cola con dedos.
- No me imaginaba tener un papá tan atrevido!
- Es que tu cola es una locura, hija! No resisto la tentación!
- No preferirías usar otra cosa que tus dedos?
- Pero sería pasarme de los límites...
- No me la metas, pasala por el medio!
- Mmm... Ok. Dale!
Se acomodó en la cama y presionó con su pija en mi raya. Me calentaba a tope esa sensación.
La pasaba arriba y abajo, presionando con la punta en mi agujero por un segundo y siguiendo con todo el tronco después. No lo soporté más. A la mierda los límites, pensé. Levanté la cola y empujé la punta adentro con una mano. Me tomó diez segundos tener la mitad de su pija cogiéndome el culo. Él no se opuso.
- Aaaaayy papiii... Está adentro!
- Te estoy haciendo el culo mi amor! No lo puedo creer!
- Te gusta mi cola?
- Me encanta!
- Movete! Cogeme el culo papi!
Se tomó su tiempo para meter toda la pija que pudiera y se quedó ahí un toque. Luego arrancó el mete-saca con suavidad. Fue aumentando el ritmo pero nunca duro.
- Aah mi amorrr! Papá va a acabar!
- La quiero! Damelá papitooo!
- Aahh... Ufff... Aaahhhhh!
Me clavó al fondo, haciéndome doler y gozar. Su leche caliente me llenó las entrañas. Me sentí la hija más puta del mundo.
Descansamos unos momentos. Se puso arriba mío y empezó a besarme por todas partes, bajando hasta llegar a mi concha. Me la comió sin piedad.
- Tenés la concha más rica que probé en mi vida!
- Toda para vos, papito! Aahhh!
Acabé entre nubes. Me relajó tanto que casi me duermo. Me despertó del letargo su pija frotándose en mi pubis. La miré y lo miré a él, era lo único que nos faltaba, el único límite que no habíamos transgredido.
- Sólo una cosa me impide hacerlo... Vos me lo permitirías?
- Me estás pidiendo permiso para cogerme? Después de que casi te obligué a desvirgarme la cola?
- Sí. Pará eras virgen?
- Era, de ahí nada más. Tuve novio y cogimos, sabés?
- Ok, no me lo sigas así que me pongo celoso!
- Como si vos no cogieras con nadie!
- Ehh...
- No?
- No. La última vez fue con tu madre, ya hace más de un año! Por eso exploto tan fuerte con vos! Al placer de lo prohibido se le suma el tiempo sin uso!
- Guau! O sea que soy tu única amante?
- Ah, sos mi amante ahora?
Estaba muy cerca de mi cara, el muy provocador. Lo traje hacia mí del cuello y besé su boca. El sabor a mí me recordó que íbamos a hacer algo. Lo miré a los ojos y le dije:
- Cogeme papi! Metémela!
- No puedo! Me muero de ganas... Pero no me animo...
Mientras hablaba movía su cadera, frotándolo en mi concha. Yo levantaba la cola para aumentar el roce, me volvía loca de deseo.
- Hagamos una cosa. Vamos a darnos una ducha y a pensarlo.
Se levantó y me dejó ahí, caliente y satisfecha a la vez.
Nos bañamos, merendamos y le dije que me iba a la farmacia a comprar artículos femeninos, me dio mucha plata y me dijo que me cuidara con un tierno beso.
En la farmacia compré varias cosas que necesitaba y encontré un lubricante que retardaba la eyaculación. Lo compré y pedí también por las dudas una caja grande de preservativos. Esta chica tenía un plan.
Llegó la noche y nos pusimos a mirar una película "hot" mala, que elegí a propósito.
- Bah, para ver esto prefiero ver porno!
- Hace mucho que no veo porno, me aburría...
- Porque no conocés el porno que me gusta a mí!
- A ver!
Puse una selección mía y le pasé mi teléfono. Mientras él miraba, yo me desvestía. A los 3 minutos se le había parado.
Me arrodillé en el piso y le bajé el short.
- Seguí mirando y quedate quieto!
- Está bien...
Se la chupé para calentarlo nada más. Lo hacía lento, metiéndomela en la boca, succionando y lamiendo el tronco. Me encantaba ver lo larga que era de cerca. Lo pajeé un poco y me subí upa. Me punteaba el ombligo.
- Epa... Que vas a hacer Gaby?
- Nada que vos no quieras, papi!
Se lo dije en modo bebota. Agarré su pija y la golpeé contra mi concha. El ruido que hacían los golpecitos era muy porno.
Me tiré en el sillón con las piernas bien abiertas y le pedí:
- Haceme gozar papi!
- Pero claro que sí, mi amor!
Me tocó y me chupó las tetas, la boca, la concha. Yo gemía como putita.
- Ay, ay, Papi!
- Uff... Me ponés loco hijita! No aguanto más! Así no hay límite que resista!
- Esperá! Voy a buscar una cosa!
Fui a buscar la caja de forros. Papá estaba recostado tocándosela. Se la mostré.
- Yo te pongo uno y me pongo como estaba antes. Vos acomodate arriba mío.
En cuanto me acosté con las piernas abiertas, se me vino encima. Estiré una mano y dirigí su pija a mi concha. La cabeza entró solita.
- Aaahh no me hagas estoooo!
- Ahora decidí si la sacás o la metés!
Se movía como indeciso, metiendo y sacando la punta. No resistí más y lo empujé para adentro.
- Cogeme de una vez, por favooor!
- Aahh... Que apretada que estás mi amor!
- Sabía que te iba a gustar papi!
En ese momento, papá dejó de hablar y empezó a cogerme con ganas, como una locomotora agarrando velocidad. Me bombeaba cada vez más duro. Yo estaba en la luna, gozaba de la pija larga de mi padre. Él estaba en buen estado para ser un hombre maduro, pero me partía la cadera con sus pijazos violentos. Me llegaba hasta el fondo, abriéndome la concha a la fuerza. Me encantaba!
- Aaah... No puedo más! Voy a acabar!
- Dale! No lo aguantes!
Se vino con fuerza. Me clavó bien adentro y se quedó ahí. Podía sentir los latidos de esa verga soltando semen.
Cuando se retiró, le preservativo rebosaba de lleno. Se lo sacó y lo tiró al piso. Su verga acabada era más que apetecible.
- Me encantó papi!
Me subí encima y lo besé por todas partes. Él se envició con mis tetas y me pajeó con dos dedos. Me calentó tanto que me puse en cuatro en el sillón y le hice un pete, así con restos de leche. Se la lustré con un hambre y una putez desconocida en mí. Se puso dura otra vez en mi boca.
- Papá, otra vez la tenés parada!
- Es que me enloquece tenerte como amante! Sos una pendeja hermosa!
- Soy tu amante?
- Sos la única que deseo!
Sus palabras me shockearon y excitaron a la vez. Sin que me diera cuenta, me había dado vuelta y me lamía la concha así en cuatro. Sin decir nada más, me volvió a penetrar.
Cogimos en silencio. Yo porque no podía reaccionar y él, porque se había soltado al fin, y solo quería poseerme una y otra vez. Sus gemidos eran de gozo, los míos eran de entrega. Tuve un orgasmo largo con ese pensamiento. Me entregué!
Mis jadeos y temblores lo calentaron más.
Me di cuenta que estaba por acabar, su pija se hinchaba en mi interior. Me quedé esperando sentir su explosión en mi interior, pero la sacó y se descargó en mi culo. El calor de esa leche en mi piel era erótico. Él me la frotaba con una mano, acariciando mi culo, evitando que cayera una sola gota.
Descansamos, nos duchamos juntos y dormimos en la misma cama. Su mano sobre mi cuerpo me hacía sentir que tenía un padre que me quería y un amante que me deseaba.
Este tiempo de pandemia fue el peor para mucha gente, pero el mejor para mí.
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