Esta mañana vino a casa un muchacho, albañil, de unos 25 años, de nombre R, para presupuestar unos trabajos a realizar. No bien lo vi, me lo imaginé cojiendo a mi esposa, pero no imaginé que fuera a suceder. En un momento tuve que salir y los dejé solos a mi esposa y el pendejo. Cuando regresé, a la media hora mas o menos, no bien entro escucho unos gritos de mi esposa que me parecieron que la estaban asaltando; asustado y listo para intervenir, me dirijo hacia donde venían los gritos y cual sería mi hermosa sorpresa de ver a mi esposa, en cuatro, con la tanga negra corrida a un costado y el albañil penetrándola por el culo brutalmente, sin piedad, mandandole su gran pija de unos 22 cm hasta los huevos, haciendola gritar entre dolor y gozo; ay ay ay ay, pará pará, suplicaba, ante lo cual R aflojaba el ritmo de la penetración hasta que mi esposa le pedia que por favor siguiera cojiendola con fuerza. Increible cómo tenía dilatado al ano, yo extasiado mirando y soltando leche en los pantalones, boxer y zapatillas, sin siquiera tocarme la pija. Era tal la calentura que acabé solo. El pendejo seguía penetrándola con fuerza hasta que mi esposa tuvo dos orgasmos tremendos, unos tras otro, siendo en ese momento que el pendejo, le soltò una enorme cantidad de leche en el culo. Sin hacer ruido, me fui y al rato volví a casa. El albañil se habia ido y mi esposa estaba con una cierta dificultad al caminar. No era para menos. De paso, contratamos al pendejo para que trabaje en casa.-
4 comentarios - Tremenda culeada a mi esposa