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Insaciable y delicada. Casi lo mejor que me pasó

Buenas noches y feliz día del empleado de comercio. Quería arrancar este breve relato contando un poco sobre mi ausencia. Cambie de trabajo y digamos que me cuesta manejar mis nuevos tiempos, y a todo esto se suma una ambición personal. Nunca, por impericia, falta de tiempos o de motivación, exploté mi potencial físico. Si, soy flaco, muy flaco, y seis meses encerrado por pandemia hicieron que mis pocos músculos desaparecieran, así que me embarque a poner mi puesta a punto, forzar un poco el cuerpo, recuperar y superar mi límite y ponerme más lindo que nunca. Tengo una "fecha límite" digamos y voy a volver con más de mi contenido, responder los MD, etc.

Hecha está aclaración, vamos a lo que nos compete.. coyuntura. Voy a alterar nombres y lugares por privacidad. Esto pasó en 2019, tras una relación algo tóxica con final sórdido, volví a viejos hábitos, las confiables dating apps. Tras hablar con algunas chicas interesantes, recordé que tenía un teléfono viejo con línea, al que le funcionaba el popular mensajero verde. Era simple, por las dudas, nunca daba mi número, para cerciorarme que no sea una persona que podría ser perjudicial para mi vida. Les pase mi número y subí algunas historias haciéndome el lindo a ver si morboseaban. Al rato me escribe una chica con la que había hablado hace por lo menos dos o tres años, con la que había charlado un par de semanas, muy poco contenido sexual y nunca nos habíamos visto. Ella, llamemosla Carla, me comenta que me vio en su ciudad (aprox a unos 15-20 km de dónde yo vivía) en un MC, y a partir de eso me empezó a sacar charla. Comenzamos a charlar nuevamente y a los dos días, las cosas se comenzaron a poner picantes... fotos, videos, gustos, anecdotas, etc, hasta que me dice que vaya a la casa, que está sola toda la noche y me podía quedar ya que iba desde lejos y ya eran cerca de 19.30 hs. Rápidamente, me duche, me depile, me prepare y salir a tomar 5 transportes para llegar, aproximadamente dos horas después. La zona era fea pero nada que supere las cosas que ví en mi vida, por lo que me mande, algo desconfiado y predispuesto a pelear si era necesario para defenderme. Al llegar, Carla abrió la puerta y me recibió con un vestido completo muy suelto que le llegaba un poquito más arriba de las rodillas, en ojotas y con una cerveza, mientras cocinaba para la noche con algo de música (muy variada) de fondo. Me puse cómodo, tomé una cerveza y comenzamos a charlar en la cocina, mientras cocinaba y yo "ayudaba" jaja. Charla va, charla viene, cuando puso la comida al horno, salió un supuesto temazo de algún género bailable el cual desconozco, comenzamos a bailar mientras ella me provocaba. Sabía que era eso, un juego de provocación, por lo que decidí seguirle la corriente, acercándome de más, sugestionando y calentando un poco más el ambiente. "Trae las cervezas que dejamos en la cocina" me dijo, fui, las tomé, y cuando me di vuelta, la vi meneando, subiéndose el vestido desde el costado, por lo que pude notar que abajo no llevaba nada puesto, así que decidí acercarme ya sabiendo que ese vestido iba a durar poco sobre el cuerpo de Carla. La situación se intensificó, comenzó a tocarme más, acercarme la boca entre risas, mientras de a poco la iba llevando hacia una pared. Ella se dió vuelta, se puso contra la pared y comenzó a mover su descomunal culo, grande, rico, movedizo y muy lindo, mientras el vestido suelto comenzaba a rebotar sobre el. La apoye mientras la agarre de las manos y soltó un gemido, con cara de placer y mordiéndose los labios, sonrió y comenzó a moverse muy despacio, para luego ir haciéndolo más rápido. A los cinco minutos de esta situación no aguanté, la di vuelta y le di un beso, a lo que ella respondio tocando mi verga con una mano, y con la otra tras mi cabeza. Por suerte, ahí tuvo un rapto de lucidez y fue a poner el horno en mínimo, y mientras volvía del horno al comedor, veo como comienza a quitarse el vestido, revelando un cuerpo muy equilibrado y muy parecido a sus fotos pero con un culo descomunal, que no me imaginaba. Instantáneamente me acerque a ella, me arrodillé y comencé a chupársela por unos pocos minutos, y me pidió que me parara para desvestirme, contándome que le da mucho morbo desvestir a un hombre mientras besa su cuerpo. Acto seguido comenzó hacerlo, hasta que empezó a chuparla, con una delicadeza y ganas que yo no me lo creía, se la veía completamente enamorada de mi pija, sin perder la delicadeza pero metiendosela hasta la garganta. Fuimos a la pieza y seguimos con sexo oral ambos, entre fetiches, fuego y previa cogimos poco, y fuimos sacar la comida, cenamos y descansamos unos minutos más. Volvimos a la pieza y comenzó el descontrol. No solo hicimos una previa repleta de estímulos, sino que también cogimos de todas las formas y por todos los lados posibles. Carla no solo era muy fogosa y apasionada, sino que también era sumamente delicada y se la notaba muy metida en un personaje de calentura insaciable y eterna que duró casi cuatro horas, dónde parabamos la penetración para hacernos sexo oral. Muy de madrugada terminamos cansados y durmiendo. A las 8 yo tenía que salir al trabajo, pero no me iba a ir tan fácil. Me levanté (con tiempo) y me fui a duchar para encontrarme con que a los cinco minutos ella entraba a la ducha conmigo y otra vez empezamos. Eran las 6 y solo habíamos dormido dos horas, pero ella seguía queriendo chuparla y que la cogiera, a lo que obviamente accedí. Tras un polvo cortito en el baño, ella salió a colgar las toallas, en tanga y remera muy ajustada, salí tras ella y comencé a chuparle el culo en el patio. No tardó un minuto en volver a mojarse y terminamos cogiendo ahí mismo unos minutos, con el morbo de que cualquier vecino pudiera vernos, hasta que fuimos adentro y, tras un ratito cogiendo, me pidió terminar acabando mientras se la chupaba y claro, con lo bien que la pasé le dije que si. Mientras pedía un auto para ir a tomarme el tren y tomaba un café, ella se acercó y comenzó a chuparmela otra vez, indicando que hasta que me pusiera un pie fuera de su casa, yo iba a ser su juguete sexual, a lo que retrasé un poco el auto (llegando tarde a laburar) para disfrutar de lo bien que la chupaba y una última acabada antes de irme.

Si bien el polvo estuvo genial, pasó mucho tiempo hasta que nos vimos de vuelta por la lejanía y por qué no siempre coincidíamos en los tiempos, pero al día de hoy, que estamos más cerca porque me mudé al conurbano, cada tanto nos vemos. Es innegable como cuando hay ganas, pueden pasar años que las ganas siguen y es evidente que cuando hay química, una vez cada tanto volvés, por comodidad, gusto y por qué no se encuentra gente así con frecuencia, con la que lleguen a un climax entre ambos y siempre hayan las mismas ganas.

M.A.~

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