Métanse a mi perfil que van aencontrar muy buenos relatos, para recordarles son 100% verídicos todos. Quecomience la historia:
Era el año 2017, yo estaba enplena joda de ultimo año, salía con A, que ya deben conocerla por historiasanteriores, pero si no la conocen les explico de nuevo. A era una chicabastante atlética, aunque no tenía un cuerpo muy voluminoso, de culo y tetaschata, flaca, morochita, pelo rizado, era bastante bonita y lo poco que teníase notaba entrenado.
Era una noche de primavera, en lacual hacia frio, pero no tanto, lo típico de estar de bermuda y buzo o algosimilar, estábamos en una fiesta en la casa de una compañera nuestra. No sé cómohacíamos para ese entonces, pero poniendo poca plata entre todos, hacíamos terriblejoda con alcohol y otras sustancias, aunque nunca las consumí.
Siempre las fiestas con ese grupoeran similares, jodiamos y bailábamos hasta un punto en el que todos estábamos mamadosy se empezaban a desconocer, obvio que la mayoría terminaban a los besos ysiempre eran muy pocos los que seguían bailando, me incluyo en esos que empezabana ver con ojos cariñosos a sus compañeras.
Nunca vi tanto talento juntobailando cuarteto y cumbia, en la industrial eran todos más de la electrónica yacá tenían un movimiento de cadera impresionante, más me quedaba viendo quebailando. Yo con A siempre bailábamos juntos, entre vino, fernet y whisky que había,yo ya veía con hambre al culo con pantalón engomado que tenía A. entre baile ybaile más le apoyaba y tocaba las tetas y el culo, y ella cada vez se pegaba mása mi y nuestras respiraciones ya pasaban a ser leves gemidos y suspiros de loque se avecinaba, hasta que en un momento le tire una buena idea:
Yo: che, te parece que vayamos a afueraa dar una vuelta
A: mmm no se si lo que querés esdar una vuelta, pero dale.
Al salir noté, a mi agrado, quehabía una neblina muy pero muy densa en todo San Juan, la verdad que parecía sacadode Silent Hill. Caminamos alrededor de la cuadra hasta llegar a una esquina, latomé del brazo, giré y apoyé sobre un árbol que había y comenzamos a besarnos.
Los besos eran bastantesapasionados, ella llevó mi mano hacia su culo, mientras que con la otramanoseaba todo su pecho, estaba recibiendo una pequeña paja por debajo del pantalóny yo no aguanté más e hice que se agache, desabrochó mi bermuda y se dispuso ahacerme un pete. Imagínense que estar en la calle a eso de las 5am recibiendoun pete era muy pero muy excitante. Le pregunté si la podía coger y medio quela dudó, pero después de seguir peteandome y que le colara los dedos aceptó.
No hizo falta mucho, la agarré ehice que se pare, baje su pantalón y me puse a penetrarla, era algo incomodo,pero tenía tantas ganas de cojermela que no me importó ni las casas de alrededor,la vía pública ni la posición.
Después de estar varios minutos,en los cuales sentía como se mezclaba mi liquido preseminal con sus fluidosvaginales a medida que aumentaba la cantidad de embestidas que sufría esajugosa concha, mis manos manoseando ese orto y tetas que tenía, mientrasnuestras lenguas se entrelazaban una con la otra.
Me pidió cambiar de posición ynos colocamos en misionero, esa posición me favorece ya que tengo un buenestado físico, estuve reventándola unos 15 minutos más, ella solo gemía y gemía,ver sus tetitas rebotar mientras ella gritaba de placer era una sensación única.Cuando estaba cerca de acabar le advertí y ella también quería hacerlo, yo teníami truco para hacerla acabar. Con frotarle un poco el clítoris ella se empezabaa retorcer y largaba ese riquísimo jugo vaginal a chorros. En esa noche me ganóel morbo y para acabar saqué mi pija de su concha, y empecé a pajearme en su clítoris,ella se retorcía y me pedía que siguiera entre gritos, ella empezó a acabar y amojarme todos mis huevos y parte inferior de mi pija, yo no aguante y comencé alargarle chorros y chorros de semen, inundándole el clítoris y parte baja delabdomen, no aguante y mientras acababa seguí cojiendomela a lo que ella solorespondió largando un fuerte grito de placer… Que fue perfectamente cortadoporque la casa que estaba detrás de la vereda en la que estábamos cojiendo, prendiólas luces y salió gente de ahí a corrernos. Volvimos a la fiesta y todo siguiócomo si nada hubiera pasado.
Era el año 2017, yo estaba enplena joda de ultimo año, salía con A, que ya deben conocerla por historiasanteriores, pero si no la conocen les explico de nuevo. A era una chicabastante atlética, aunque no tenía un cuerpo muy voluminoso, de culo y tetaschata, flaca, morochita, pelo rizado, era bastante bonita y lo poco que teníase notaba entrenado.
Era una noche de primavera, en lacual hacia frio, pero no tanto, lo típico de estar de bermuda y buzo o algosimilar, estábamos en una fiesta en la casa de una compañera nuestra. No sé cómohacíamos para ese entonces, pero poniendo poca plata entre todos, hacíamos terriblejoda con alcohol y otras sustancias, aunque nunca las consumí.
Siempre las fiestas con ese grupoeran similares, jodiamos y bailábamos hasta un punto en el que todos estábamos mamadosy se empezaban a desconocer, obvio que la mayoría terminaban a los besos ysiempre eran muy pocos los que seguían bailando, me incluyo en esos que empezabana ver con ojos cariñosos a sus compañeras.
Nunca vi tanto talento juntobailando cuarteto y cumbia, en la industrial eran todos más de la electrónica yacá tenían un movimiento de cadera impresionante, más me quedaba viendo quebailando. Yo con A siempre bailábamos juntos, entre vino, fernet y whisky que había,yo ya veía con hambre al culo con pantalón engomado que tenía A. entre baile ybaile más le apoyaba y tocaba las tetas y el culo, y ella cada vez se pegaba mása mi y nuestras respiraciones ya pasaban a ser leves gemidos y suspiros de loque se avecinaba, hasta que en un momento le tire una buena idea:
Yo: che, te parece que vayamos a afueraa dar una vuelta
A: mmm no se si lo que querés esdar una vuelta, pero dale.
Al salir noté, a mi agrado, quehabía una neblina muy pero muy densa en todo San Juan, la verdad que parecía sacadode Silent Hill. Caminamos alrededor de la cuadra hasta llegar a una esquina, latomé del brazo, giré y apoyé sobre un árbol que había y comenzamos a besarnos.
Los besos eran bastantesapasionados, ella llevó mi mano hacia su culo, mientras que con la otramanoseaba todo su pecho, estaba recibiendo una pequeña paja por debajo del pantalóny yo no aguanté más e hice que se agache, desabrochó mi bermuda y se dispuso ahacerme un pete. Imagínense que estar en la calle a eso de las 5am recibiendoun pete era muy pero muy excitante. Le pregunté si la podía coger y medio quela dudó, pero después de seguir peteandome y que le colara los dedos aceptó.
No hizo falta mucho, la agarré ehice que se pare, baje su pantalón y me puse a penetrarla, era algo incomodo,pero tenía tantas ganas de cojermela que no me importó ni las casas de alrededor,la vía pública ni la posición.
Después de estar varios minutos,en los cuales sentía como se mezclaba mi liquido preseminal con sus fluidosvaginales a medida que aumentaba la cantidad de embestidas que sufría esajugosa concha, mis manos manoseando ese orto y tetas que tenía, mientrasnuestras lenguas se entrelazaban una con la otra.
Me pidió cambiar de posición ynos colocamos en misionero, esa posición me favorece ya que tengo un buenestado físico, estuve reventándola unos 15 minutos más, ella solo gemía y gemía,ver sus tetitas rebotar mientras ella gritaba de placer era una sensación única.Cuando estaba cerca de acabar le advertí y ella también quería hacerlo, yo teníami truco para hacerla acabar. Con frotarle un poco el clítoris ella se empezabaa retorcer y largaba ese riquísimo jugo vaginal a chorros. En esa noche me ganóel morbo y para acabar saqué mi pija de su concha, y empecé a pajearme en su clítoris,ella se retorcía y me pedía que siguiera entre gritos, ella empezó a acabar y amojarme todos mis huevos y parte inferior de mi pija, yo no aguante y comencé alargarle chorros y chorros de semen, inundándole el clítoris y parte baja delabdomen, no aguante y mientras acababa seguí cojiendomela a lo que ella solorespondió largando un fuerte grito de placer… Que fue perfectamente cortadoporque la casa que estaba detrás de la vereda en la que estábamos cojiendo, prendiólas luces y salió gente de ahí a corrernos. Volvimos a la fiesta y todo siguiócomo si nada hubiera pasado.
1 comentario - En la Calle