Una vez cerrada la puerta de la habitación, Andre se giró, me agarró los testículos y me susurró al oído "no veía este momento" mientras me comía a besos.
Espera, espera, le dije yo. Cierra los ojos y promete no abrirlos. Fui a por el antifaz y el arnés para la boca, de esos que llevan una bola que impide hablar y se los puse, me aseguré que no veía nada. La desnudé despacito, besando tiernamente la piel que se iba liberando de la ropa y la llevé a la cama. La tumbé boca arriba y le até los correajes en las muñecas y en los tobillos y a las cuatro esquinas de la cama.
Me quedé unos instantes contemplándola, desnuda, abierta de piernas, con sus pezones duros de excitación. Cogí la fusta y roce con ella todo su cuerpo, empezando por la planta de los pies, subiendo por sus piernas hasta llegar a su clítoris, al que de premio se llevó unos pequeños golpecitos, al igual que sus pezones.
Su piel erizada delataba la excitación que recorría su cuerpo, deseoso de ser profanado sin compasión. Yo sin prisa la besaba, acariciaba y fustigaba y a la hora convenida, llegaron Bruno y Valeria, que entraron sin hacer ruido tal y como quedé con ellos (al volver de Cancún los busqué en el hotel y les hice una propuesta que sabía que no rechazarían puesto que el brillo en los ojos de Valeria de la noche anterior al conocer a André la delató)
Se desnudaron en silencio y Valeria comenzó a besar y acariciar su piel. Andre enseguida se dio cuenta que esos besos y caricias no eran los mismos y comenzó a revolverse y a intentar gritar pero las correas y el arnés cumplían a la perfección con su función. Valeria le acariciaba las tetas y le mordía los pezones con ternura y delicadeza, baja por su torso hasta llegar a su pubis sin importarle cuánto se retorciera, Valeria seguía a lo suyo mientras Bruno y ello contemplábamos el espectáculo divertidos y excitados.
Cuando la lengua de Valeria comenzó a hacer diabluras en el coño de Andrea se calmó, bueno mejor dicho, dejó de intentar zafarse de sus ataduras y se dejó hacer. Su respiración era cada vez más intensa, el vello de su piel se erizaba y elevaba su pelvis todo lo que podía para que la lengua de Valeria llegara a todos los rincones de su húmeda vagina. Valeria era la primera vez que se comía un coño pero como bruno se lo había comido muchas veces pues no hacía más que intentar hacer con su lengua y sus dedos lo que hacía Bruno con los suyos cuando se lo comía a ella. De esta manera llegó el primer orgasmo de Andre.
Miré a Bruno que se estaba acariciando la verga y le dije creo que es tu turno, se acercó a ella y poniéndose de rodillas en la cama, justo delante de la vagina de Andrea, comenzó a acariciársela con su pija dura, arriba y abajo, abajo y arriba, hasta que, alzándola un poco por las nalgas se la metió hasta el fondo. Andrea se contoneó un poco para acomodársela dentro de su coño y comenzó a mover la pelvis. La polla de Bruno era parecida a la mía así que en esos momentos quizá Andre no supiera quien la estaba penetrando
Valeria mientras se acercó a mí y me beso con pasión. Su boca sabía a la concha de Andrea y eso me excitó muchísimo, mis dedos acariciaron su concha que estaba mojadísima y deseando ser penetrada, pero a mí polla le apetecía ser engullida por su boca, así que me tumbé boca arriba en el sofá y ella se sentó en mi boca, dándome su sexo a cambio del mío.
Bruno le quitó el antifaz a Andre porque quería verle la cara y asegurarse de que supiera que era él, el que se la estaba follando y cuando lo hizo vio la lujuria en sus ojos. Andrea estaba embriagada de nuevo pero esta vez lo era de sexo y no de alcohol y estaba en ese punto que todo se le hacía poco. El bozal la impedía gemir pero yo sabía que si no lo hubiera tenido estaría jadeando y gritando como una loca, pero los gemidos del resto ya inundaban la habitación
Luego de un rato sintiendo la lengua de Valeria en mi polla, la senté encima de ella y comencé a darle duro mientras me llenaba la boca con sus tetas, y mis manos agarraban sus nalgas hasta que tuvo su primer orgasmo, después la acomodé a cuatro patas, de tal forma que veía cómo Bruno embestía a Andrea mientras yo la taladraba a ella.
Una vez que ambas se corrieron de nuevo, liberé a Andrea de su bozal y la suerte de improperios que me comenzó a decir no son para reproducirlos en un sitio decente y de prestigio como éste, así que no me quedó más remedio que callarla metiéndole la polla en la boca. El olor a excitación de la misma la calmó en el acto y comenzó a mamarla con ansía. Bruno, envidioso, me apartó y puso la suya en lugar de la mía para que se la mamará a él también, Valeria todavía excitada la cogió por banda y comenzó a chupármela a mí.
-Voy a acabar oí decir a Bruno- palabras que excitaron tanto a Andre como a Valeria porque ambas aceleraron el ritmo como si de una competición se tratara para hacernos a acabar a nosotros también.
ambos nos corrimos en sus bocas y con la leche caliente todavía sin tragar Valeria y Andrea se fundieron en un largo y profundo beso.
Espera, espera, le dije yo. Cierra los ojos y promete no abrirlos. Fui a por el antifaz y el arnés para la boca, de esos que llevan una bola que impide hablar y se los puse, me aseguré que no veía nada. La desnudé despacito, besando tiernamente la piel que se iba liberando de la ropa y la llevé a la cama. La tumbé boca arriba y le até los correajes en las muñecas y en los tobillos y a las cuatro esquinas de la cama.
Me quedé unos instantes contemplándola, desnuda, abierta de piernas, con sus pezones duros de excitación. Cogí la fusta y roce con ella todo su cuerpo, empezando por la planta de los pies, subiendo por sus piernas hasta llegar a su clítoris, al que de premio se llevó unos pequeños golpecitos, al igual que sus pezones.
Su piel erizada delataba la excitación que recorría su cuerpo, deseoso de ser profanado sin compasión. Yo sin prisa la besaba, acariciaba y fustigaba y a la hora convenida, llegaron Bruno y Valeria, que entraron sin hacer ruido tal y como quedé con ellos (al volver de Cancún los busqué en el hotel y les hice una propuesta que sabía que no rechazarían puesto que el brillo en los ojos de Valeria de la noche anterior al conocer a André la delató)
Se desnudaron en silencio y Valeria comenzó a besar y acariciar su piel. Andre enseguida se dio cuenta que esos besos y caricias no eran los mismos y comenzó a revolverse y a intentar gritar pero las correas y el arnés cumplían a la perfección con su función. Valeria le acariciaba las tetas y le mordía los pezones con ternura y delicadeza, baja por su torso hasta llegar a su pubis sin importarle cuánto se retorciera, Valeria seguía a lo suyo mientras Bruno y ello contemplábamos el espectáculo divertidos y excitados.
Cuando la lengua de Valeria comenzó a hacer diabluras en el coño de Andrea se calmó, bueno mejor dicho, dejó de intentar zafarse de sus ataduras y se dejó hacer. Su respiración era cada vez más intensa, el vello de su piel se erizaba y elevaba su pelvis todo lo que podía para que la lengua de Valeria llegara a todos los rincones de su húmeda vagina. Valeria era la primera vez que se comía un coño pero como bruno se lo había comido muchas veces pues no hacía más que intentar hacer con su lengua y sus dedos lo que hacía Bruno con los suyos cuando se lo comía a ella. De esta manera llegó el primer orgasmo de Andre.
Miré a Bruno que se estaba acariciando la verga y le dije creo que es tu turno, se acercó a ella y poniéndose de rodillas en la cama, justo delante de la vagina de Andrea, comenzó a acariciársela con su pija dura, arriba y abajo, abajo y arriba, hasta que, alzándola un poco por las nalgas se la metió hasta el fondo. Andrea se contoneó un poco para acomodársela dentro de su coño y comenzó a mover la pelvis. La polla de Bruno era parecida a la mía así que en esos momentos quizá Andre no supiera quien la estaba penetrando
Valeria mientras se acercó a mí y me beso con pasión. Su boca sabía a la concha de Andrea y eso me excitó muchísimo, mis dedos acariciaron su concha que estaba mojadísima y deseando ser penetrada, pero a mí polla le apetecía ser engullida por su boca, así que me tumbé boca arriba en el sofá y ella se sentó en mi boca, dándome su sexo a cambio del mío.
Bruno le quitó el antifaz a Andre porque quería verle la cara y asegurarse de que supiera que era él, el que se la estaba follando y cuando lo hizo vio la lujuria en sus ojos. Andrea estaba embriagada de nuevo pero esta vez lo era de sexo y no de alcohol y estaba en ese punto que todo se le hacía poco. El bozal la impedía gemir pero yo sabía que si no lo hubiera tenido estaría jadeando y gritando como una loca, pero los gemidos del resto ya inundaban la habitación
Luego de un rato sintiendo la lengua de Valeria en mi polla, la senté encima de ella y comencé a darle duro mientras me llenaba la boca con sus tetas, y mis manos agarraban sus nalgas hasta que tuvo su primer orgasmo, después la acomodé a cuatro patas, de tal forma que veía cómo Bruno embestía a Andrea mientras yo la taladraba a ella.
Una vez que ambas se corrieron de nuevo, liberé a Andrea de su bozal y la suerte de improperios que me comenzó a decir no son para reproducirlos en un sitio decente y de prestigio como éste, así que no me quedó más remedio que callarla metiéndole la polla en la boca. El olor a excitación de la misma la calmó en el acto y comenzó a mamarla con ansía. Bruno, envidioso, me apartó y puso la suya en lugar de la mía para que se la mamará a él también, Valeria todavía excitada la cogió por banda y comenzó a chupármela a mí.
-Voy a acabar oí decir a Bruno- palabras que excitaron tanto a Andre como a Valeria porque ambas aceleraron el ritmo como si de una competición se tratara para hacernos a acabar a nosotros también.
ambos nos corrimos en sus bocas y con la leche caliente todavía sin tragar Valeria y Andrea se fundieron en un largo y profundo beso.
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