A juzgar por el ritmo al que mi chica empezó a cabalgar a su maduro amante aquello la había excitado enormemente… ella montaba la polla de un extraño ante mis ojos… besaba y acariciaba los turgentes pechos de una desconocida mientras yo la culeaba salvajemente frente a ella, era una sensación extraña… estábamos follando con otras personas pero nuestra conexión visual… afectiva… espiritual… vital… hacía como si realmente lo hiciésemos juntos, como si aquellas personas no estuviesen allí, que solo fueran un mero instrumento para nuestro goce… como si fuesen un elemento más en nuestros juegos de placer… una nueva extensión de nuestra sexualidad. El hombre invadido de un ardor sexual extremo, aferró a mi chica por ambos brazos, deteniendo aquellas placenteras sentadillas sobre su miembro… quizá viendo que su orgasmo estaba cerca, y resuelto a disfrutar de la escena que delante de ellos se estaba produciendo, y que él se estaba perdiendo al solo ver la espalda y el bonito trasero de mi chica… trasero que le venía excitando desde hacía un rato. Sin volverla, de espaldas nuevamente la hizo colocarse en posición de perrito frente a nosotros, arrodillado separó con ambas manos las nalgas de mi chica y lamió con ansia su vagina, abierta… chorreante… su clítoris palpitaba extasiado… su lengua se deslizó hacia su esfínter, cerradito y prieto, lo empezó a estimular… a llenar de saliva… mi chica besaba a la mujer sin parar, sus ojos cerrados… luego entreabiertos… su melena cubriendo la mitad de su cara… jadeaba… gemía…, aquella lengua en su culo la hacía gozar demasiado y una de sus manos masturbaba su empapada vagina a una vertiginosa velocidad, la lengua de aquel hombre fue ayudada por su grueso dedo corazón, que previamente había llenado de saliva, el culito de mi chica lo engulló sin problema, bien acostumbrada al sexo anal, para sorpresa y goce de aquel hombre: “veo que un dedo no es suficiente para ti amor… pero tengo algo más grueso a mano…” Se escupió abundante saliva en la palma de su mano, la frotó por su voluminoso y enrojecido glande, después dejó caer directamente de su boca sobre el ano de mi chica otra buena parte de saliva, tomó su miembro firmemente en su mano y loco de deseo lo insertó completamente en su estrecho orificio, los ojos de mi chica se abrieron como platos, su boca totalmente abierta lanzó un grito mezcla de sorpresa y dolor por lo violento de la penetración, esto excitó aún más la polla madura que se abría paso en él, con ambas manos sobre las caderas de mi novia bombeaba sin piedad el apretado ano de mi amada, que lejos de rechazarlo lo buscaba con su culo, en cada embestida… cada penetración… tan profundas… “tu mujercita no te entrega el culo ¿verdad? no te deja gozar de él ¿no es cierto? Toma el mío…rómpemelo… tómalo duro” le gritó mi novia mientras apretaba sus dientes con furia, conteniendo el dolor con entrega mientras se masturbaba terriblemente excitada, aquellas palabras y su contenido volvieron loco a aquel hombre que aumentó el ritmo de las penetraciones anales, y en un arrebato me gritó “rómpele su culo de zorra muchacho, rompe su culo virgen y estrecho que nunca me quiso entregar” La mujer rubia era presa de una gran excitación, con mi polla en su vagina y besada y acariciada por mi chica, las palabras de su esposo la calentaron… la hicieron sentirse regalada… sucia… aquello la excitó, pero no tanto como para aceptar de primeras mi verga en su culo. Saqué mi miembro de su coñito cubierto de pre semen y flujos vaginales, con ambas manos separé sus nalgas y posé mi capullo sobre su exageradamente cerrado esfínter: “no por favor… te lo ruego… no lo metas te lo suplico” Masturbé mi frenillo frotándolo contra él, resbalaba sin problema lubricado por los jugos salidos de su vagina, la cual no dejé de pajear, regularmente escupía sobre su chiquito… pasaba una y otra vez mi pene sobre él… ella comenzó a relajarse de nuevo y su esfínter comenzó a abrirse un poquito más, tomé aceite bronceador y lo apliqué con la punta de mi miembro sin presionar demasiado… gemía excitada, parecía gustarle… lubriqué mi dedo índice y lo introduje, retiró un poco su culo pero acabó aceptándolo… seguidamente repetí con el dedo corazón, llegando más profundo… su vagina babeaba de nuevo… el hombre insistió: “No tengas piedad joven… quiero disfrutarlo, rómpele ese estrecho culo… quiero ver su cara… quiero ver como lo goza”.
Yo, un poco dubitativo, incorporé y abracé el bronceado cuerpo de mi amante rubia, ambos de rodillas, mi pecho sobre su espalda, una de mis manos acariciando sus pechos y la otra su vagina, exponiéndola a los ojos de su marido y de mi chica, mientras clavaba mis ojos en los de mi novia, con cada embestida anal sus hermosos pechos bailaban de un lado a otro, su melena despeinada se agitaba con cada movimiento de su cabeza, rebosante de deseo susurre al oído de mi amante rubia: “no te preocupes, seré cuidadoso”, ella volvió a la posición de perrito algo temblorosa, tomé el aceite bronceador y empapé abundantemente mi pene, lo froté, apliqué un buen chorro sobre su ano, con una de mis manos tomé mi verga con firmeza y con la otra en su cadera acerqué su cuerpo hacia el mío, mi glande comenzó a penetrar su estrecho culo, estaba muy apretado, ella se retiró un poco hacia delante inconscientemente, pero con un leve movimiento de mi cadera ayudado por mi mano, que empujó hacia detrás la suya conseguí penetrarlo haciendo desaparecer mi glande y un par de centímetros más en el: “Aah… aaaaayyy… aaaaaayyyy joder…” gimoteaba dolorida… “Aaayyy noooo…” músculos se tensaban y se estremecía con cada centímetro que se introducía en su ano, lo que provocaba que entrase aún más apretado y le doliese más, incorporándola y abrazando de nuevo su cuerpo susurro en su oído: “relájate… déjate llevar… si no te dolerá más…” volviendo a la posición de perrito, para hacer olvidar el dolor de mi verga penetrando su ano, aumento la intensidad de la masturbación en su vagina, consiguiendo que sus músculos se relajasen, terminando de penetrar su apretado culito, con dos tercios de mi polla dentro de ella: “Aaaaarrgg… aaaaahhhh… aaaaayyy”, sus ojos debieron de abrirse mucho para luego cerrarse… abriendo su boca… dejando ver sus dientes apretados.
Mientras la penetraba miraba a mi novia, su culo engullía frenética y endiabladamente rápido el miembro maduro que la penetraba sin piedad, aquella escena le estaba provocando un éxtasis sexual difícil de contener, aquél macho resoplaba y gemía retorciéndose de placer, estaba a punto de explotar, bombeando violentamente el redondeado trasero de mi chica, agarrado a sus caderas, acariciando sus pechos unas veces… su vagina… besando y lamiendo su espalda arqueada… los gritos de su mujer al recibir mi verga en el ano desencadenaron su orgasmo, sus ojos quedaron en blanco, su boca abierta lanzaba pequeños gemidos y gruñidos, aferrado a las caderas de mi chica lanzaba unas secas y salvajes embestidas con cada eyaculación, el semen caliente y abundante comenzaba a llenar el ano de mi novia, ella sonreía pícaramente como si hubiese conseguido cumplir la travesura planeada, sus ojos me miraban complacientes… confidentes… su satisfecho amante la besó con dulzura para caer desplomado sobre la arena por el esfuerzo, mi novia gateó hacia nosotros, rodeó mi cuello con sus brazos y me besó apasionadamente, conscientemente acercando su vagina a la cara y la boca de la mujer rubia a la que delicadamente penetraba analmente, la cual inundada por la excitación comenzó a lamer sumisamente, mi chica perversamente la tomó por el cabello con una mano y la barbilla con la otra diciéndole: “ tengo el semen de tu hombre en mi ano… ¿lo quieres?” al tiempo que se giraba y tendía de rodillas sujeta con sus codos, con su pecho y su cabeza reposando sobre la arena, con su culo en pompa, ofreciéndola su ano, abierto y dilatado, enrojecido y rebosante de espeso y abundante esperma… Tímidamente acercó su cara al ano de mi chica, con pudor comenzó a lamer el grumoso esperma, acariciando con su lengua el esfínter, mientras la atenta mirada de su exhausto marido, aquella visión provocó que involuntariamente clavase mi verga hasta el fondo de su cavidad anal, arrancándola un seco grito de dolor, su cuerpo tembló y se tensó, lo que hizo que me excitase aún más, tomé su pelo con ambas manos y salvajemente impulsado por un instinto primitivo la penetre profundamente, cada embestida… seca… marcada… sin freno… ella gemía… gimoteaba dolorida… lanzaba pequeños grititos… daba la sensación que era presa de muchas sensaciones encontradas, el dolor… el placer de ser entregada a un joven amante… dominada, sometida… de estar limpiando el esperma de su marido en el culo de otra mujer… Aquella situación sumada a lo apretado de su ano hicieron que yo también llegase al orgasmo, no podía aguantar más… mi chica me animaba a ello mientras la lengua de aquella mujer recorría su ano y su mano jugueteaba en su vagina auto masturbándose: “Uhmm amor vente ya… llena su culo de leche… quiero tomar tu leche de su culo hermoso y redondo…uuuhmmmm”…Continuará...
Yo, un poco dubitativo, incorporé y abracé el bronceado cuerpo de mi amante rubia, ambos de rodillas, mi pecho sobre su espalda, una de mis manos acariciando sus pechos y la otra su vagina, exponiéndola a los ojos de su marido y de mi chica, mientras clavaba mis ojos en los de mi novia, con cada embestida anal sus hermosos pechos bailaban de un lado a otro, su melena despeinada se agitaba con cada movimiento de su cabeza, rebosante de deseo susurre al oído de mi amante rubia: “no te preocupes, seré cuidadoso”, ella volvió a la posición de perrito algo temblorosa, tomé el aceite bronceador y empapé abundantemente mi pene, lo froté, apliqué un buen chorro sobre su ano, con una de mis manos tomé mi verga con firmeza y con la otra en su cadera acerqué su cuerpo hacia el mío, mi glande comenzó a penetrar su estrecho culo, estaba muy apretado, ella se retiró un poco hacia delante inconscientemente, pero con un leve movimiento de mi cadera ayudado por mi mano, que empujó hacia detrás la suya conseguí penetrarlo haciendo desaparecer mi glande y un par de centímetros más en el: “Aah… aaaaayyy… aaaaaayyyy joder…” gimoteaba dolorida… “Aaayyy noooo…” músculos se tensaban y se estremecía con cada centímetro que se introducía en su ano, lo que provocaba que entrase aún más apretado y le doliese más, incorporándola y abrazando de nuevo su cuerpo susurro en su oído: “relájate… déjate llevar… si no te dolerá más…” volviendo a la posición de perrito, para hacer olvidar el dolor de mi verga penetrando su ano, aumento la intensidad de la masturbación en su vagina, consiguiendo que sus músculos se relajasen, terminando de penetrar su apretado culito, con dos tercios de mi polla dentro de ella: “Aaaaarrgg… aaaaahhhh… aaaaayyy”, sus ojos debieron de abrirse mucho para luego cerrarse… abriendo su boca… dejando ver sus dientes apretados.
Mientras la penetraba miraba a mi novia, su culo engullía frenética y endiabladamente rápido el miembro maduro que la penetraba sin piedad, aquella escena le estaba provocando un éxtasis sexual difícil de contener, aquél macho resoplaba y gemía retorciéndose de placer, estaba a punto de explotar, bombeando violentamente el redondeado trasero de mi chica, agarrado a sus caderas, acariciando sus pechos unas veces… su vagina… besando y lamiendo su espalda arqueada… los gritos de su mujer al recibir mi verga en el ano desencadenaron su orgasmo, sus ojos quedaron en blanco, su boca abierta lanzaba pequeños gemidos y gruñidos, aferrado a las caderas de mi chica lanzaba unas secas y salvajes embestidas con cada eyaculación, el semen caliente y abundante comenzaba a llenar el ano de mi novia, ella sonreía pícaramente como si hubiese conseguido cumplir la travesura planeada, sus ojos me miraban complacientes… confidentes… su satisfecho amante la besó con dulzura para caer desplomado sobre la arena por el esfuerzo, mi novia gateó hacia nosotros, rodeó mi cuello con sus brazos y me besó apasionadamente, conscientemente acercando su vagina a la cara y la boca de la mujer rubia a la que delicadamente penetraba analmente, la cual inundada por la excitación comenzó a lamer sumisamente, mi chica perversamente la tomó por el cabello con una mano y la barbilla con la otra diciéndole: “ tengo el semen de tu hombre en mi ano… ¿lo quieres?” al tiempo que se giraba y tendía de rodillas sujeta con sus codos, con su pecho y su cabeza reposando sobre la arena, con su culo en pompa, ofreciéndola su ano, abierto y dilatado, enrojecido y rebosante de espeso y abundante esperma… Tímidamente acercó su cara al ano de mi chica, con pudor comenzó a lamer el grumoso esperma, acariciando con su lengua el esfínter, mientras la atenta mirada de su exhausto marido, aquella visión provocó que involuntariamente clavase mi verga hasta el fondo de su cavidad anal, arrancándola un seco grito de dolor, su cuerpo tembló y se tensó, lo que hizo que me excitase aún más, tomé su pelo con ambas manos y salvajemente impulsado por un instinto primitivo la penetre profundamente, cada embestida… seca… marcada… sin freno… ella gemía… gimoteaba dolorida… lanzaba pequeños grititos… daba la sensación que era presa de muchas sensaciones encontradas, el dolor… el placer de ser entregada a un joven amante… dominada, sometida… de estar limpiando el esperma de su marido en el culo de otra mujer… Aquella situación sumada a lo apretado de su ano hicieron que yo también llegase al orgasmo, no podía aguantar más… mi chica me animaba a ello mientras la lengua de aquella mujer recorría su ano y su mano jugueteaba en su vagina auto masturbándose: “Uhmm amor vente ya… llena su culo de leche… quiero tomar tu leche de su culo hermoso y redondo…uuuhmmmm”…Continuará...
0 comentarios - Sexo playero, las excitantes vacaciones en España, parte 5