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"La pája", el segundo despertar al placer

Llevaba cinco méses mirando las "perfomances" de mi viejo, durante toda su licencia por viudéz de gendarmería estuvimos sólos los dos conviviendo en nuestra casa; fué en ese veráno donde sin querer descubrí "el placer del pecádo" y no se lo dije a nadie solo por reservarme el placer y no ser descubierto en mi nuevo entretenimiento... cinco méses de astúto trabajo haciendome "el bolúdo" para que mi papá creyera que me iba a "callejear" mientras él se quedába en la casa "mateando" con sus amigas sin imaginarse que aprovechaba la mateada prévia para escabullirme en el ropéro viejo a ver como se cojia a las tres amigas que venían a verlo casi siempre a la hora de la siesta.
"La pája", el segundo despertar al placer
Me quedába muy quieto y acomodado dentro del mueble a médio metro de la cama donde mi viejo confiado en mi ausencia, se tomaba casi tres horas en complacer a sus hembras adictas a esa pija de algarrobo que las bombeaba hasta que se chorreaban encíma y dejában las sábanas empapadas de flújo y la leche que mi padre les escurría en la rája y que escurrían chorreandole los huevos negros enormes y pelúdos .
Ser testígo de esas cojídas tremendas me exitaba al punto de que mi "pito" virgo y no desarrollado se ponía tan duro que llegaba a doler mientras cada tanto entre espámos sentía como que me orinaba " en séco"... mis priméros "orgásmos" inténsos y maravillosos, contagiado de escuchar sus gemídos y jadéos enloquecedores, de oler en el aire ese aróma a garche, sémen , sudor y concha...
papa
Estába "tan cebádo", tan conectado a esa visión extraordinaria del fálo durísimo de papá deslizandosé entre las piernas de esas putas bien abiertas y entregadas con sus conchitas hinchádas y mojádas, que se veían enrojecidas y palpitantes haciendo el esfuerzo de envainar esa pieza de carne gruésa y curtida hasta el tope.
Voyeur
Era una delícia extréma mirar como los pliégues de la concha se salían rodeando ese tronco cuando mi viejo les retiraba la pija... el forro de la conchita envolvía la herramienta de mi papá como en un béso de lengua con los lábios bien ceñídos a el grosos de esa verga rústica pero "bancadora"....
padre

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