Mi delirio por las maduras. 2

Cuando era más chico, veía en los puestos de periódicos esos pequeños libros con imágenes exóticas de mujeres voluptuosas, figuras masculinas y leche por aquí y por allá.
Han pasados ya varios años y he visto un poco de todo, sin embargo, tendrá 3 meses que llevo leyendo relatos y que debo decir que le dedico tiempo para encontrar algo bueno, me encanta leer.
Precisamente por eso estoy aquí, compartiendo y recordando mis vivencias, esperando que les guste y excite como pasa ahora que voy reviviendo aquellos momentos del pasado...
Sono la apertura de la puerta principal, era Steph que estaba de regreso.
Podran decir que lo que había pasado minutos atrás con la señora Karen fue nada para estar excitado, pero en verdad una señora digna de mil pajas.
Con 18 años y ella tremendo culo, cualquier mínima cosa me hacía volverme loco.
Steph era bastante rara, pero me fascinaba su carácter de niña ruda, siendo más pequeña y la forma en la que me besaba. Un deseo que me lo transmitía a traves de sus labios y mirada restante.
Ella tenía clases de hawaiiano e iba a ballet. Pueden imaginarse como se movia?
Entro a la habitación y le dio eo encargo a su madre. Me tomo de la mano tirando haciendo pararme rapidamente de la cama.
Sabia que era el momento perfecto para desquitar mis ganas de estar con ella y de imaginar a su madre ahí acostada tan cerca de mi siendo mía.
Sin voltear a ver a Karen solo dije; permiso señora.
Escuche un tenue, si. Entramos a el cuarto de Steph y apenas los dos primeros pasos sentí un golpe de puño en mi espalda.
Me gusta el drama,. A quien no? Fingiendo dolor, me contraje un poco y de re ojo estirando su pie, cerro la puerta y me empujo a la cama.
Esa niña era una delicia y es que sabía lo que quería y obvio era que la penetrara, pero tan hábil e inteligente, que limitaba toda carrera, haciendo de ello un deseo mayor.
Ya habían pasado incluso el año de estar así Steph y yo. Me quedé sentado al filo de la cama y mirándola a los ojos, sin decir ni una palabra, se puso de rodillas, abrió mis piernas y sin despegar su mirada de la mía, desamarro el cordón de mi short . Yo estaba fascinado, no podía creer que Karen me preguntará eso, estar tan cerca de su cuerpo solo en licra y remataba con que Steph me haría sexo oral. Pffff el di más feliz de mi vida.
Metio su mano dentro de mi short y boxer y con sus delicadas manos tomo mi pene ya súper duro y venoso y comenzó a masturbarlo lentamente, pero ni un segundo retiro la mirada de la mía.
De una sola bocanada y yo sin perder detalle mínimo, sentí su garganta en mi glande, dios! Su boca estaba ardiendo. Movia su cabeza y lengua como toda una experta. Era mi perra sin duda alguna. Estaba tan idiotizados en verla chupármela que nunca escuché ni percate de algún ruido que tenía que tener precaución
La puerta del cuarto de Steph se abrió de un jalón. Aun en ocasiones me sigo preguntando. cómo le hizo? o de plano Karen no puso atención al entrar?
No lo sé, pero Steph en microsegundo tuvo la habilidad de sin verse tan obvia de que me hacía sexo oral, guarde mi pene erecto y como era típico, fingir que me golpeaba. Karen por un segundo se quedó estática para luego entrar y tomar del armario una toalla. La tomo y sin voltear a nosotros, arrojó un comentario diciendo: ustedes van a terminar casados. Continuo para salir de la habitación cerrando la puerta.
Steph sin decir nada, se separó de mi e inmediatamente, con firmeza y desición, bajo mi short y boxer para poder continuar con lo pendiente.
Estaba fascinado y con adrenalina a tope. Mi mente pensaba en Karen, en poder tener de cerca su trasero y piernas, pero de igual forma poder meter los dedos en la vagina de Steph o tan si quiera tocar sus nalgas ya que como comento, era una chica difícil y eso me encantaba.
Al cabo de unos minutos simplemente paro, se retiró de mi pene, subió mi boxer y short y fue directo a montarse en mi, abriendo sus nalgas y dejando en mi cara sus hermosos y pequeños pechos.
Yo procuraba no hacer más de lo que ella me iba indicando ya que, tenía miedo de que fuera a pasarme más allá de lo que ella quería, que básicamente era un enigma.
Decidí tomar valor de la mano de la situacion y metí mis manos bajo su licra, si, igual que su madre.
Sentí unas redondas, suaves y paradas nalgas en mis manos. Apreté un poco para saber su reacción y pude notar como se iban formando puntos producto de una escalofrío que recorría al estímulo de mis manos.
Eso me emociono aun más y quería yo llegar a la vagina. Cuando noto ese deseo, rapidamente me empujo y se quitó de encima mío. Pensé que la había regado al hacer eso, y si, pero no. Habíamos dado un paso más allá que los dos deseábamos, pero ella tenía el poder de esfumar cada detalle.
Termino la noche bastante bien. Cuando regrese a casa iba totalmente mojado. Llendo directo a el baño para sacar lo que había acumulado aquella noche.
Pasaron los días y las cosas seguían de igual manera, pero no podía dejar de pensar en Karen. Quería encontrar la forma para poder decirle que deseaba sentirlo, lamerlo, cogerlo, ese hermo trasero aún que fuese una vez.
Comencé a asistir a talleres de electrónica y eran de 7 a 10 la Noche. No había problema, pero ya no vería tanto a Karen.... continuará

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