Luis me sacó la remera, me sacó la pollera y mientras los tres amigos me miraban me empezó a besar y a tocar la cola. Uno de los tipos se puso detrás, muy excitado y también me empezó a besar el cuello y a meter mano. La situación me calentó bastante y me dejé llevar. Luis se agachó, me giró, me inclinó y corrió la bombacha para pasarme la lengua por la concha. El otro quedó de frente mío después de sacarse la remera y los pantalones me agarró la nuca para que siga agachándome y le chupe la pija. Me resistí pero empecé a acariciarla con la mano, la tenía durísima y terminé chupándosela mientras Luis seguía con lo suyo hasta que se paró y me volvió a ponerme frente a él para sacarme el corpiño, besarme las tetas y pedirme que me agache para que se la chupe. Empecé a chuparsela y al toque se sumó el otro, al principio fue complicado pero me fui acomodando para ir entre uno y otro.
Los otros dos intentaron sumarse pero les dije que no, Luis les dijo “después”. Luego de un rato fuimos a una pieza, bastante grande y con una cama de dos plazas. Ahí luis me sacó la bombacha, me puso en cuatro y empezó a coger por la concha, el otro se puso de frente y puso la pija en mi boca. Los otros dos miraban desde un costado, diciendo algunas cosas que no lograba divisar. Ya el placer me estaba ganando y no pude evitar empezar a gemir, lo cual parece que a los dos los motivó más porque empezaron a moverse con más fuerza. Intercambiaron la posición y el que estaba atrás acabó. Después de eso me subí arriba de Luis y me moví mientras el resto me miraba, acabé en una explosión del placer.
Los otros dos que estaban mirando, se acercaron a la cama, ya desnudos. Les dije que no estaba para seguir, pero Luis me recostó boca arriba se subió, me cogió un poco hasta acabar y después aprovechando que ya estaba caliente de vuelta, siguieron ellos dos. Uno me cogió de frente acostado arriba mientras el otro iba manoseandome, cuando él terminó, el otro me dió vuelta, y me puso en 4 para cogerme por el culo. Le pedí que por ahí no pero siguió, lo hizo suavemente al principio, sabiendo lo que hacía. Luis me metió mano en la concha y entre medio de ambas cosas volví a acabar.
Después de eso, paré y fui al baño, después busqué mi ropa, pero no encontré la bombacha ni el corpiño y ellos seguían desnudos. Me miraron y noté sus intenciones. Lo miré a Luis como diciendo, ni se te ocurra, pero los cuatro se me vinieron encima y me rodearon, ya estaban con la pija parada de vuelta. Luis empezó a besarme, otro me manoseó las tetas, otro se puso atrás y me apoyó. Volví a sentir sensaciones encontradas, me sentía excitada pero también apabullada, nunca había tenido cuatro tipos alrededor mío.
Me hicieron arrodillar y me rodearon con las pijas. “Dale, chupá”, dijo uno. “Unos besos nomás”, dijo otro. Fui chupandoselas uno a uno, en ronda. Agarraron mis manos para que los vaya pajeando y ellos también se tocaban y me tocaban. Fue impactante tener las cuatro pijas en la cara. cada vez era más intenso y me iba gustando más y más.
Luego me subieron a la cama, uno de ellos se tiró y yo me subí arriba. Juan se puso detrás, y me metió la pija por el culo. Siendo la segunda vez que experimentaba una doble penetración al principio costó, pero cuando fuimos tomando ritmo lo gocé más y más, no podía evitar gritar. Uno de los que estaba al costado se paró en la punta de la cama y me puso la pija en la boca. Me sentía abrumada pero no podía parar de gozar. Yo acabé, ellos siguieron. Juan le dejó el lugar al cuarto, quién me cogió con mucha fuerza. Volví a acabar, el que estaba abajo salió, el que estaba atrás también, pensé que me iban a dar respiro. Al que se la estaba chupando se acostó, me agarró de la cintura, me sentó arriba de él, quedé boca arriba y Juam se puso encima. Volvieron a cogerme con mucha intensidad, ellos se hacían señas. Después de un rato paran los dos, quedo acostada en la cama, totalmente rendida, ellos se ponen alrededor mio pajeandosé, trate de salir, ya no tenía mucha fuerza y con que uno me apoyara la mano en el hombro alcanzó para volver a acostarme. Acabó el primero con un chorro sobre mi cara desde la izquierda. Al lado de él estaba Luis e hizo lo propio. De frente estaba uno sobre mis tetas y también acabó, hasta que el cuarto también terminó encima mío.
Las tetas, el cuello y sobre todo la cara estaban llenas de leche, no podía ver. Le pedí a Juan que me acompañe al baño. Ahí le dije que ya fue suficiente, que nos fueramos. El no me respondió, me preguntó si no me gustó, le dije que sí, pero que ya estaba muerta.
Volvimos a la pieza, ellos seguían desvestidos, pero se los veía más tranquilos. Les pregunté donde estaba mi ropa, se rieron pero no contestaron. Me senté en la cama, ellos sacaban charla. Luis se me acercó, y me dijo, acá está la ropa. Estuviste espectacular, “ya podemos irnos”. Después de un poco de charla nos fuimos.
Los otros dos intentaron sumarse pero les dije que no, Luis les dijo “después”. Luego de un rato fuimos a una pieza, bastante grande y con una cama de dos plazas. Ahí luis me sacó la bombacha, me puso en cuatro y empezó a coger por la concha, el otro se puso de frente y puso la pija en mi boca. Los otros dos miraban desde un costado, diciendo algunas cosas que no lograba divisar. Ya el placer me estaba ganando y no pude evitar empezar a gemir, lo cual parece que a los dos los motivó más porque empezaron a moverse con más fuerza. Intercambiaron la posición y el que estaba atrás acabó. Después de eso me subí arriba de Luis y me moví mientras el resto me miraba, acabé en una explosión del placer.
Los otros dos que estaban mirando, se acercaron a la cama, ya desnudos. Les dije que no estaba para seguir, pero Luis me recostó boca arriba se subió, me cogió un poco hasta acabar y después aprovechando que ya estaba caliente de vuelta, siguieron ellos dos. Uno me cogió de frente acostado arriba mientras el otro iba manoseandome, cuando él terminó, el otro me dió vuelta, y me puso en 4 para cogerme por el culo. Le pedí que por ahí no pero siguió, lo hizo suavemente al principio, sabiendo lo que hacía. Luis me metió mano en la concha y entre medio de ambas cosas volví a acabar.
Después de eso, paré y fui al baño, después busqué mi ropa, pero no encontré la bombacha ni el corpiño y ellos seguían desnudos. Me miraron y noté sus intenciones. Lo miré a Luis como diciendo, ni se te ocurra, pero los cuatro se me vinieron encima y me rodearon, ya estaban con la pija parada de vuelta. Luis empezó a besarme, otro me manoseó las tetas, otro se puso atrás y me apoyó. Volví a sentir sensaciones encontradas, me sentía excitada pero también apabullada, nunca había tenido cuatro tipos alrededor mío.
Me hicieron arrodillar y me rodearon con las pijas. “Dale, chupá”, dijo uno. “Unos besos nomás”, dijo otro. Fui chupandoselas uno a uno, en ronda. Agarraron mis manos para que los vaya pajeando y ellos también se tocaban y me tocaban. Fue impactante tener las cuatro pijas en la cara. cada vez era más intenso y me iba gustando más y más.
Luego me subieron a la cama, uno de ellos se tiró y yo me subí arriba. Juan se puso detrás, y me metió la pija por el culo. Siendo la segunda vez que experimentaba una doble penetración al principio costó, pero cuando fuimos tomando ritmo lo gocé más y más, no podía evitar gritar. Uno de los que estaba al costado se paró en la punta de la cama y me puso la pija en la boca. Me sentía abrumada pero no podía parar de gozar. Yo acabé, ellos siguieron. Juan le dejó el lugar al cuarto, quién me cogió con mucha fuerza. Volví a acabar, el que estaba abajo salió, el que estaba atrás también, pensé que me iban a dar respiro. Al que se la estaba chupando se acostó, me agarró de la cintura, me sentó arriba de él, quedé boca arriba y Juam se puso encima. Volvieron a cogerme con mucha intensidad, ellos se hacían señas. Después de un rato paran los dos, quedo acostada en la cama, totalmente rendida, ellos se ponen alrededor mio pajeandosé, trate de salir, ya no tenía mucha fuerza y con que uno me apoyara la mano en el hombro alcanzó para volver a acostarme. Acabó el primero con un chorro sobre mi cara desde la izquierda. Al lado de él estaba Luis e hizo lo propio. De frente estaba uno sobre mis tetas y también acabó, hasta que el cuarto también terminó encima mío.
Las tetas, el cuello y sobre todo la cara estaban llenas de leche, no podía ver. Le pedí a Juan que me acompañe al baño. Ahí le dije que ya fue suficiente, que nos fueramos. El no me respondió, me preguntó si no me gustó, le dije que sí, pero que ya estaba muerta.
Volvimos a la pieza, ellos seguían desvestidos, pero se los veía más tranquilos. Les pregunté donde estaba mi ropa, se rieron pero no contestaron. Me senté en la cama, ellos sacaban charla. Luis se me acercó, y me dijo, acá está la ropa. Estuviste espectacular, “ya podemos irnos”. Después de un poco de charla nos fuimos.
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