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Mi delirio por las maduras.

El gusto insaciable por las señoras que poco a poco fue siendo mayor.
Desde que.cumpli los 18 mi gusto por las mujeres mayores de edad.(hablo de 35 a 45 años) se fue haciendo mayor.
Me llamo Velkan. Actualmente tengo 27 años. En 2012 cuando cumplía los 18 ya tenía el conocimiento de lo que era tener relaciones sexuales. Por lo general todas las personas me catalogan como un joven tranquilo, atento, simpático. Lo que fui conociendo al paso del tiempo me hizo entender de que forma podía.tratar a una mujer.
Tenia una novia que no era mi novia. Éramos amigos a vista de todos, pero ella me generaba un fuego increíble. Supongo que el hecho de no tener el título de novios y estar a escondidas lo hacía aun más deseable.
Era mi vecina de toda la vida. Con 3 hermanos y única mujer, era la locura total.
Mi vecina, madre de mis amigos con.apenas la edad perfecta. 41 años. Karen. Una señora de estatura media, piel blanca, cabello corto, delgada, con pechos pequeños, pero unas caderas y trasero de infarto.
El hecho de verla con sus leggins de siempre me volvía loco. Cómo si fuera.al GYM pero lo cierto era que no.
Una mujer viuda con la que tenía tremendas fantasías.
El pasar de los meses yo estando a diario durante horas en su casa, generó confianza, mas y más.
Con Stephania, su hija, a vista de los demás siempre la pasábamos peleando. No sé por qué la manera de entrar conmigo era siempre con piquetes en modo de cosquillas, para pasar a golpes en el cuerpo y terminar besándonos por horas. Ella me tenía loco. Carita de ángel, delgada y de estatura baja. Eso me facilitaba poder cargarla. Nunca hubo algún tipo de comentario respecto a qué con Steph me la pasaba horas en su habitación. Era tal confianza que podían entrar a el cuarto y por lo regular estábamos abrazados. La confianza por la monotonía de mi estancia en su casa a diario, generó que de un momento a otro, Karen comenzó a estar en su casa estando yo ahí, solo con licra. Una licra blanca que deseaba tener en mis manos. Sus hermanos de Steph nunca estaban en.casa. siempre llegaban a altas.horas de la madrugada. Una de tantas noches, estando con Steph acostados, su madre desde la habitación.de a lado, llamo a Steph. Ella se levantó y fue con su madre, solo desde la puerta del cuarto me dijo. Ahora vuelvo, no tardo. A pesar de la confianza ya generada, mi educación siempre me limito a ciertas cosas. Tan solo escuchar la puerta cerrarse de la entrada principal, me pare de la cama y salí de la habitación llendo directo a el sofá para ahí esperar a Steph.
No paso ni un minuto, la puerta de la recámara de la señora Karen estaba abierta, deseando yo poder ver aquellas hermosas piernas, en mi mente pasaban infinidad de cosas.
De repente, con voz suave pero firme. De la habitación Karen me habló. Siempre se dirigió a mi como hijo. Hijo. Ven! Sin pensar me levanté y con una sonrisa y felicidad mental, me acerque a la puerta, quedando en la entrada. Ella estaba recostada en su cama viendo la TV.
Se enderezó un poco y con su mano haciendo referencia me invitó a sentarme a lado de sus pies. Estaba en licra y con la habilidad que me generaba el deseo pude ver de cerca mientras me sentaba ese hermoso trasero. El diablo en persona me tentaba a decirle que me fascinaba. Me contuve y con pena mire hacia el televisor, tratando de ocultar mi deseo tan solo por verla.
Como estás hijo? Tu mamá?! Una breve plática de cosas normales. Yo de vez en vez sobre la plática volteaba a verla pero a los ojos. Ella tenía una mirada que ba conveniencia me invitaba a cruzar esa línea de prohibición y respeto. En la TV comenzó un comercial de lencería de encaje, si, mis favoritas. Sin duda imaginé a la senora Karen con uno.de esos. De sorpresa me arroja una pregunta que me hizo ponerme duro y nervioso. Hijo, como se me vería uno de esos? Segundos, no podia creer lo que estaba escuchando. No quise ni siquiera voltear a verla y así tal cual, viendo la TV. Respondí que muy bien. Tenía tantas ganas de verla y tocar sus piernas y decirle que la deseaba con locura, pero no lo hice. Me límite a verla a los ojos y continúe diciéndole; es muy hermosa señora y con todo respeto tiene un cuerpo espectacular. Volteé mi vista al televisor y enseguida con un movimiento en la cama sentí su mano en mi espalda y como reconfortando mi deseo me dijo, gracias hijo, eres muy lindo. Era un chaval lleno de fantasía deseo y obvio leche. Procuraba estar en su casa en short, para que estando con Steph sintiera mi deseo, duro y grueso. Era tal cachondeo con ella que, siempre regresaba a casa totalmente mojado y corriendo a el baño para sacar mi acumulación de éxtasis con tremedas pajas que cuando terminaba, las piernas me temblaban.
La puerta principal se abrió, era Steph. Sabía que era el momento de desquitarme aquella incómoda y excitante situación con su mamá.... Continuará

1 comentarios - Mi delirio por las maduras.

gust7387 +1
Muy bueno el inicio de tu relato espero saber como sigue
Velkan1
Gracias por tu comentario. Espero te guste el desenlace