Bienvenidos de nuevo a la vida de estos “traviesos” hermanos y sus sesiones de fotografía. En el capítulo anterior María José desnudó algo más que su cuerpo: su fantasía más obscena y Gabriel, al parecer, no tiene problemas en cumplírsela.
En este episodio además de una sesión nueva (creo que hasta ahora todos los capítulos tienen 1) vuelven los flashbacks del pasado, ahondando en el terreno inexplorado de las relaciones de Gabriel con sus parejas, en especial Brenda.
La musa de esta historia es la ucraniana Alexandra Kroha, trabajo para diversas compañías como Met-Art, Teen Funs, 18 Only Girls o Fleexy Teens, bajo los seudónimos de Isabella Kalinka, Isabella A, Grace, Mary… nació en 1988, de 1, 65 mts de altura y 87, 64, 90 de medidas.
La confesión de la espía
La cámara de fotografiar reposando en un lado fue fiel testigo de un nuevo capítulo en nuestro historial de perversiones. Quizás hasta estaba por presenciar el capítulo más impensado y placentero de nuestras vidas.
María José se retorcía suavemente entre mis brazos que la tomaban desde atrás, besaba su cuello y acariciaba su cuerpo escultural desde sus hombros hasta su vientre. Quería cumplir su fantasía, sí, por supuesto, pero no quería meterme de lleno en ello. Sentía que debía pasar por todo su cuerpo antes, construir la tensión y hacerla desear hasta que, cuando llegase el momento, estallara de placer.
- Se buenita, antes contale a tu hermano a que se debe ese pedido. Tu hermano mayor tiene que saber. – Le pregunté en un susurró en su oído mientras empezaba a acariciar sus tetas con mis manos, masajeándolas con suavidad, procurando rozar sus preciosos pezones.
- Los vi… los vi a Brenda y a vos… los veía siempre que podía.
Brenda, una de las novias que más me marco en lo sexual, por lo visto, también había marcado a mi hermana de forma indirecta. Aunque su historia conmigo fue breve, estuvo plagada de buenos momentos, en especial en el sexo. Fue gracias a ella que aprendí el fino arte del cunnilingus y conocí lo que era un buen pete. Como tenía mis inseguridades con el sexo convencional porque, básicamente, nunca confié en los preservativos y no quería traer a nadie al mundo, pasábamos el rato ejercitando nuestras bocas, nuestras manos y toda clase de arte que puede catalogarse como “previa”.
También fue mi victoria moral y estratégica más importante. En esa época el pelo corto en las mujeres no estaba tan de moda y su look “tomboyish” era el hazmerreír de varios poco avispados de la escuela de fotografía que siempre hacían chistes tontos sobre su aspecto andrógino, en especial me molestaban unos pelotudos que le decían Justin por el cantante pop. Brenda lidiaba casi a diario con los chistes fáciles de lesbianismo y confusiones de género afrontándolos con mucha simpatía y respuestas inteligentes, noté eso al instante y en vez de sumarse a esas boberas le pedí el whatsapp y al poco tiempo ya la estaba chamuyando con mucho éxito.
Cuando todos se enfocaban en su pelo corto y vaqueros yo había fijado como blanco su culo pulposo capaz de llenar cualquier jean. Incluso usando ropa holgada sus cantos gruesos y parados se imponían entre las multitudes. No tardé en avanzar casilleros tanto con mensajes de texto como cara a cara y al poco tiempo de sentarme junto a ella y dejarle en claro mis intenciones, mi cara-durismo y decisión dieron frutos y empezamos una historia.
Gracias a mi acompañamiento se dejaron de hacer los chistosos, además de que respondía de forma cortante a sus bromas y le recomendé además que dejara de seguirles la corriente si de verdad le molestaban.
Aunque nuestro noviazgo no duró mucho tuvimos la suerte de contar con muchos momentos fogosos y cuando le pusimos un punto final, al menos terminamos en buenos términos. Nos seguimos comunicando por un tiempo y hasta pude obtener unos valiosos trofeos de guerra: un pequeño pero suculento pack, cuando el término no estaba tan de moda.
- Ah, ya me parecía, aunque tenía sospechas nunca lo hubiera imaginado. – Recibiendo un precioso flashback en mi mente. Ahora que sabía que Majo espiaba lo que hacía con mi novia, esos recuerdos cobraban un valor aún mayor del que ya les otorgaba.
Con Brenda habíamos tenido casi un triángulo amoroso que estuvo cerca de los dos años, cargado de celos y tensiones que mi hermana nunca pudo disimular. Me celaba en exceso, eso llevaba a constantes fricciones con Brenda, en especial la situación se tornaba hostil cuando mamá se iba de peregrinaje y yo la invitaba a escondidas.
- Siempre me pregunté porque si la odiabas tanto nunca me buchoneaste con mamá, digo, le aseguraba que no iba a invitarla y nunca le hice caso.
Para el que no conozca el modismo argentino buchonear, para nosotros es sinónimo de delatar, acusar de forma rastrera.
- Es que si le decía a mamá no iba a poder espiarlos, y me encantaba espiarlos, ver todo lo que hacían… fue así que aprendí tantas cosas y me dio curiosidad cosas que ni siquiera había imaginado que existían.
Majo tomo la iniciativa y me empujo en la entrepierna con su cola, rozándose contra mi bulto erecto apenas contenido mientras giraba su rostro para llegar a mis labios. Mis manos seguían en sus senos, calentando sus ubres con caricias para que no sintiera frio.
- Me acuerdo cuando hicimos un 69 en el que yo estaba arriba y de cara a la puerta, mientras le chupaba la concha me pareció que la luz que entraba por la puerta entreabierta iba y venía ¿Eras vos detrás de la puerta, espiando cada vez que podías, tapando la luz por asomarte?
Brenda, a la que le gustaba estar debajo, no se había dado cuenta de los cambios de iluminación, de seguro por chupármela con los ojos cerrados, en cambio yo, que estaba de frente a la puerta y tenía la barra de luz rectangular que entraba me daba cuenta.
- Si… era yo, apenas me asomaba con miedo para ver lo que hacían, me acuerdo como te hacía petes y vos le devolvías el favor, ese día en ese 69 descubrí que una boca podía darle placer a un culo y no era el fin del mundo, no había pecado en ello, no había castigo divino, no había consecuencias, solo placer y morbo.
Aunque no dejaba de besarla y acariciarla la confesión continuaba. Parecía tan deseosa de su fetiche como de revelarme ese secreto que acarreó por tanto tiempo.
- Recuerdo que me preocupé por tu salud porque metías tu boca de lleno en su vagina, de lleno en su culo mientras separabas sus nalgas… con el tiempo me di cuenta de lo tonta que era al creer que te ibas a morir por haberlo hecho.
- Siempre fuiste una curiosa, de seguro no dejaste de preguntarte porque lo hacía y cómo debía de sentirse.
- Si… todavía me pregunto ambas cosas.
- Es muy simple, nos encantan los culos, son redondos, suaves, puede hacerse tanto con ellos, es la parte del cuerpo más tabú de una mujer y darle placer de una forma u otra es abrazar lo más secreto, lo más sagrado y prohibido de la otra persona.
Me sorprendía a mí mismo de haber soltado dichas palabras sin ensayo previo, considerándolas tan espontaneas como indicadas. Mientras lo hice, la tome de la cadera y frote mi entrepierna contra el centro de su raya para que no olvidara mi erección.
- Quiero que me lo hagas concentrada en mí, por eso antes te voy a dar una chupadita de pija ¿Si? – Me pidió en un tono infantil que buscaba aparentar inocencia. – Si te dejo los huevos vacíos vas a poder hacérmelo mejor.
- Me parece espléndido, aunque te lo iba a hacer sin importar nada, ni aunque se nos venga el techo encima por un terremoto te lo iba a negar.
- Necesitas un pete, ya empezaste a decir cualquiera, cállate y dejámelo a mí.
Tras desabrocharme el pantalón y bajarlo, mi pene emergió como un misil desde su hangar Y Majo se inclinó para conectar sus labios con mi glande, dándole la bienvenida a mi falo en su boca con un tierno y húmedo beso.
- Oooh, uuh sí, sí, que rico por favor…
Teniendo ambas manos apoyadas en la mesada (el cuerpo de Majo había dejado la losa tibia por subirse durante la sesión) ella empezó rodeo mi tronco con sus labios y comenzó esa danza tan mágica como sencilla conformado por solo dos movimientos, cabeza arriba y cabeza abajo, tirándome el cuerito cada vez que llegaba abajo, sintiendo su nariz pequeña contra mi pubis y mi glande rozando donde la boca se convierte en garganta.
A diferencia de la vez anterior, que me hizo ver el cielo raso del placer, esta vez no deje de observarla sin que se diera cuenta. Me la estaba chupando muy concentrada, haciendo ruiditos monótonos de succión húmeda muy sensuales (chup, chup, chup, slurp, slurp, such…). Podía sentir y escuchar a su saliva acumulándose en su boca y mi pene batiéndola con cada empellón, se estaba formando una espesa y tibia piscina en la que me encantaba zabullir mi glande.
- Que rápido que te volviste buena en esto mmm que rico pete me estás haciendo por favor. – La alenté sin dejar de observarla desde arriba.
Sin decirme nada, me devolvió la mirada mientras seguía cabeceando, esa mirada impagable que nos obsequian las mujeres en pleno oral, desde abajo, apenas visible por el ángulo. Vista así desde mi ángulo su frente se veía aún más grande de lo que era (esa frente amplia reforzaba su aspecto de bebota) tomarla de los cabellos fue casi un acto involuntario.
- Pone las manos en mis piernas, así, así, eso, chupa, chupala toda, así. Eso uuuh.
Tomándola del pelo a la altura de la nuca la hice cabecear a una velocidad más avanzada que antes. Había algo tan salvaje como excitante en usar la boca de una mujer de esa forma tan desinteresada y lujuriosa, llevando su cabeza inclinada de atrás hacia adelante sin parar… el hecho de que seamos hermanos solo potenciaba dichos factores, lo que para otros era un tabú insoslayable para nosotros era el ingrediente principal.
- Que bien las chupas por dios uh, uh, uh, por favor… - La felicite dándole un descanso, y por descanso me refiero a que dejé de intentar llegar a su tráquea y pase a refregarle el glande por todos los labios y la nariz, haciéndola poner unas caras tan obscenas que incluso en el porno estarían mal vistas.
- ¿Cuándo te vas a venir? Quiero que me comas el culo con las ganas que le meto a al pete. – Me recordó.
- Tenemos todo el día y sí, no tenes nada de qué preocuparte, te voy a borrar las líneas del asterisco de tanto que te lo voy a lamer.
- Eso espero… sino me voy a sentir muy desilusio…- No pudo terminar la oración porque mis generosos 18 centímetros y medio de hombría volvían a pujar directo hacia dentro de su boca, haciéndola salpicar saliva por las comisuras de la boca.
- Escupí cada tanto, pendeja babosa, o te vas a ahogar sola. – Obediente, Majo dejo caer un pesado y ardiente chorrito de saliva blancuzca y espumosa que se escurrió por mi tronco hasta el suelo. Esta vez, ayudada por su mano, me la mamó a mayor velocidad sincronizando su cabeza y su brazo, haciendo movimiento ascendentes y descendentes con una leve rotación.
Me arrepentí de no haber dejado la cámara del celular estacionada filmando, mi hermana y su cuerpo escultural cabeceando como poseída por una súcubo, con sus cabellos castaños en mis manos formando una cola de caballo era material digno de un buen porno, ideal para algún blog dedicado al incesto o alguna página más oscura que las conocidas Xvideos, Pornhub, etc. Cada tanto descansaba su garganta y le dejaba lamer mis huevos, pasándoselos por su boca. A la muy incestuosa ni eso le parecía cruzar la raya.
- ¿Y la corrida para cuándo? ¿No estarás estirando el momento porque no te animas a mandarme lengua en el orto no? – Me pregunto tras salivar en mi glande y esparcirlo con la mano, mirándome a los ojos mientras me pajeaba con su mano pegajosa.
Como habíamos dicho, ella quería que le comiera el culo y si lo hacía, consideraría hacerme artífice de su debut sexual. Sin embargo, para que todo eso ocurriera tenía que completar ese interludio oral al que tanto empeño le echábamos. Era como un videojuego sexual en el que para realizar determinada acción antes tenía que adquirir cierto nivel.
- ¿Tanto queres la lechita de tu hermano mayor? Ahora vas a ver… - Dándole una cachetadita de reprimenda para probar si le gustaba que la traten así. - ¿Y qué es eso de decir orto? No seas mal hablada enfrente de tu hermano mayor. – Dándole un segundo bofetón. - ¿Entendiste pendeja?
- Enlechame la boca hijo de puta, quiero que me chupes bien el orto como a esa trola de Brenda.
Semejante sarta de blasfemias le valieron un par de bofetadas más. Sin dudas a la muy trolita le gustaba el castigo. Ya la venía probando de hace rato, desde esa vez en que le abrí la boca con las manos para escupirle en la lengua hasta cuando le refregué los genitales por toda la boca y la nariz, nunca obtuve una negativa, nunca un “no” como respuesta.
- ¿Así tratas a tu hermanita menor? Son un hermano de mierda, te voy a denunciar.
- ¿A quién vas a denunciar vos si te encanta, putita hermosa? Ahora te voy te vas a tomar toda mi mema y te voy a mandar lengua en ese culo atrevido…
Me incliné sobre ella, ahora arrodillada, y apuntando a su boca abierta de manera amenazante, comencé a pajearme a una velocidad inédita. – Dale, decime canto la queres, cuanto te gusta la leche de tu hermano… - Le pedí sintiendo a mi excitación tomando el control de mi cuerpo, preparando el lanzamiento del semiente.
- Mmm quiero tu leche Gabo, servime toda tu leche calentita en la boca, dale, dale, dale, uh, ah, uh…
Sentí ese relajamiento generalizado y un escalofrío recorriendo mi espinazo a medida que la sensación de placer inenarrable me invadía.
- Ahí sale, sele toda, uh, uh, uh, sí, aah…- sosteniendo su cabeza tomada de los pelos, comencé a eyacular en su boca, viendo como mis chorros gruesos y blancos de esperma se acumulaban en su boca abierta. - ¡Espera! Esperame, te quiero sacar una foto para el Onlyfans.
Majo abrió los ojos como platos ante mi idea y conservo mi leche formando un charco en su boca hasta que regresé con el teléfono y capturé el momento. Mi idea no era solo fotografiarla sino también que se familiarice con el sabor del semen manteniéndolo en su boca.
- Eso es, esto va a ser contenido Premium, con esto tu cuenta se va a elevar más que el dólar. – Auguré sin mucha claridad mientras tomaba unas fotos. - Bien, ahora tomese toda la leche, sea buena nena y no desperdicie ni una gota…
- Aogha log agho… - “Ahora lo hago” le entendí con la boca entrecerrada cargadita de mi regalo de amor.
María José se tomó unos segundos para tomar valor (recordemos que no le agradaba para nada el sabor) y tras engullirlo de sopetón, su boca quedó limpia como siempre: - Listo, ufff, fue bastante, ni yo me creo que me haya tomado todo eso.
- Todavía no empecé a intentar cambiarle el sabor, ya sabes, eso del ananá, kiwi, mandarinas, nuestro pequeño experimento.
Con la misión secundaria de nuestro juego incestuoso resuelta, estaba listo para retomar la campaña principal, comerle el culo de pendeja como nadie se lo había comido ni comerá. La levanté del suelo del brazo y tras ponerla dándome la espalda contra la mesada (ya esa mesada había visto más que un testigo de crímenes de guerra) le di una nalgada, la apoyé, y le dije:
- ¿Lista para que te meta lengua donde no te da el sol? – Le pregunte al oído mientras le apretujaba una nalga con la mano.
- Mmmm sí, no puedo esperar más, quiero que me hagas todo lo que le hacías a las zorras con las que salías.
- Bien, entonces ahora vas a ser mi zorra, trata de no gritar tan fuerte que no quiero que nos rajen del edificio… - Agachándome entre besos y caricias en su espalda, me arrodille y tuve su portentoso culo frente a mí, expectante e irreal como una visión divina. Lo tenía cerradito y lo prefería así, para poder abrirlo con mis manos y observar sus agujeros en toda la gloria.
Capas de morbo
Que un video porno cualquier tuviera una escena de anilingus no era la gran cosa. Había compañías pornográficas que le dedicaban insalubres minutos a esa práctica, casi todo video anal tenía un anilinugos o alguna variante. Si uno quiere sumarle algún ingrediente a la formula puede ser que la mujer este vestida de enfermera, secretaria, sea madrastra o algo así. A medida que uno consume más y más porno exige un número mayor de capaz de perversión, al menos así fue las pocas veces que recurrí a la pornografía.
Lo nuestro estaba en una liga más avanzada, no solo sería un anilingus, además veníamos de una sesión fotográfica con ella producida como prostituta y, el tag principal, éramos sanguíneos y nos íbamos a conectar de una forma insana que nadie siquiera podría imaginar.
“Bueno, aquí vamos” me dije a mi mismo ante su escultural trasero turgente.
Empecé hundiendo mi nariz en el comienzo de su línea, donde la cascada de su espalda se zambullía en su valle firme de carne, rendido ante mi nueva droga, me hundí entre sus nalgas prohibidas y fui bajando hasta que sentí su orificio más austral, sintiéndolo en su totalidad al respirar contra y pegado a él. Mi primera impresión fue que Majito hizo una regresión severa a cuando aprendía el alfabeto, específicamente las vocales:
- ¡Ooh! uh, ah, uh, aaah heey es mejor, mucho mejor de lo que creía uuuuuh…
Pude notar como por el placer sus manos se deslizaban de izquierda a derecha por la losa, rechinando por la fricción y hablando de fricción…
Y todavía no había conectado mi boca, tan solo me había hundido lo más posible en su orifico y había aspirado el aire filtrado entre sus dos hermosas nalgas, impregnado con sus efluvios sexuales. Mis brazos se abrazaron a su cadera para presionarla contra mi rostro como si quisiera meterme, mis manos sobre su cuerpo, mi nariz en su culo y mi boca pegada a su vagina formaron una unión demencial que nos enloqueció de placer.
No tarde en subir un poco y darle un sonoro chupón en el ano, iniciando así con su tan deseado anilinugus, lento, profundo y continuo, beso a beso la hice derretirse entre mis brazos alternando chupones con lamidas.
- Oh, oh, ooohh, no puedo más… ¿Por qué me gusta tanto? – Gimió entregada a la placentera práctica. – Tendría que habértelo pedido hace muuuucho hermanito.
- ¿Por qué no lo hiciste? – Pregunté mientras me separaba para admirar el paisaje, un hermoso valle de carne con una pequeña laguna brillante y húmeda al sur. Las fotografías aún no le habían hecho justicia a su precioso anillo.
- Ya sabes… pensé que unos besos, unas caricias y lo que empezábamos a hacer era suficiente.
- Desde que volvimos a nuestras travesuras lo hubiera hecho, obvio que me habría sorprendido, hubiera dicho “qué diablos” y hubiera hecho esto…
Puse mis pulgares a izquierda y derecha de su asterisco, lo estiré lo más que pude y tras admirarlo así de dilatado, como nunca pensé vérselo, le metí lengua tan profundo como pude, lengüeteándole desde el centro hacia todas direcciones. La volvía loca de placer, en especial cuando intentaba llegar más profundo pujando con mi lengua.
- Dios, Dios ¡Dios! Aaahhh, ah, ah… – Gimió fuera de control. – No puedo creer como usas esa boca, esas zorras sí que te enseñaron bien.
- Yo les enseñe a ellas. – Contesté curioso ante el hecho de que seguía trayendo a mis ex en la conversación, aunque estaban totalmente fuera de mi sistema. – Hay algo más que le hacía a Brenda y que capaz no viste. – Tras dejársela picando me volví a zambullir apretujándole las nalgas contra mi cara.
- ¿Qué cosa? ¿Quéee? ¿¿Quéeeee!? – Pregunto mientras me entretenía mandándole lengua una vez más, esta vez, formando un pico y presionando su centro húmedo y dilatado.
- Ahora te muestro, pendeja ansiosa. – Dándole una nalgueada. – Ahora vas a ver.
Separé el comienzo de mi órgano digestivo con su final y le estampé un beso de lengua húmedo y prolongado en los labios, compartiendo así el gustito que me había dejado su cuerpo. Acto seguido, sin darle tiempo a reacción, la cargué entre mis brazos (pesaba más de lo que imaginaba, recordando que el músculo pesa más que la grasa era lo lógico) como si fuéramos recién casados y la acosté en el sofá de living, con la espalda bien pegada al sillón tome sus tobillos y lleve sus piernas hacia sus hombros para que los sostuviera con los brazos, dejando sus dos agujeros servidos como el mejor plato de un tenedor libre.
- ¿Qué vas hacerme? Tengo que saber, verás…
- Confía en mí, te va a gustar tanto como el anilingus o sino más.
- Si me vas a meter la verga en algún lado no sé si estoy lista. – Se atajó tapándose los agujeros con la mano (aunque sin cerrar las piernas). – Sé que dije que te dejaría si me lo chupabas, pero es que no sé sí.
- Majito, silencio, no pienso hacerte debutar si no estás 110% segura. – La reconforté. – No todo en la vida es escupirte, darte cachetadas y tratarte rudo, como tu hermano mayor quiero que tu primera vez sea especial y no lo voy a hacer sin tu consentimiento expreso.
- ¿Entonces estoy en esta posición para…
- Para esto:
Ante su atenta mirada, llevé mi dedo índice al centro de su ano y lo introduje con facilidad hasta la unión de mis falanges. Majo en lugar de cerrar sus piernas y sacarme a patadas dio vuelta los ojos a medida que retiraba mi dedo, solo para hacerlo entrar en su culo una vez más.
- Uh, uh, uh, uuuuuh… que rico por favor, aunque no me hago responsable de cómo te quede el dedo he. No quiero escucharte quejarte uh, uh, uuuuh aaah.
- Tranquila Majito, no rompas el momento diciendo esas cosas, un hombre sabe con lo que lidia cuando se adentra en lo desconocido. – Confesé. - Espero que te hayas hidratado bien porque con esto te vas a correr como las olas de la película 2012.
Al ver que la muy trolita lo gozaba, seguí poniéndome su culo de anillo y hasta me animé a hacer ganchitos en su interior hacia arriba, inflando levemente su vagina. La pared que separaba el recto de la vulva era tan fina que todo lo que hacía en su habitación contigua podía notarse, acto seguido, mientras seguía colándole el dedo, volví a hundir mi boca entre sus labios vaginales, como si intentara tocarme la yema del dedo dentro de su culo con la lengua, tal ataque coordinado en el mismo punto la volvió catatónica por unos segundos.
- Oh, oh, uh, uh, aaah, aaah, oooooh. – Gimió haciendo grandes esfuerzos por mantener sus piernas bien apresadas en una pose conocida como full nelson (aunque sin penetración, claro). - Seguí, no pares, no pares, chupa, chúpame toda, toda, oh, oh, oh, ahia, ahia, ahia…
No solo no deje de chupar su vagina dándole lengüeteadas lentas y profundas como de perro sediento, sino que retire mi dedo para volverlo a introducir acompañado de mi dedo mayor. Luego gire mi mano dejando mi palma hacia arriba y puje el interior de su culo con ambos dedos. No tarde en hacer más ganchos hacia arriba y remolinos, enloqueciéndola de placer con mi trabajo manual y oral combinados.
- Dijiste que querías que te hiciera todo lo que le hice a Brenda, y esto era lo que más disfrutaba, sabía que te gustaría. – Exprese tomándome una breve pausa de mi labor oral, observándola gemir con los ojos cerrados. Un mechón de cabello castaño dividía su rostro en dos, así como gotas de sudor recorrían su frente brillante y su pecho, estaba sufriendo una combustión espontánea por culpa de mis dedos, parecía que dentro de su culo tenía el botón que le derribaba la razón como un endeble castillo de naipes al lado de una ventana. ¿Acaso tenía múltiples puntos G en ese sitio tan polémico?
- Que… rico… seguí… seguí… “porfis”.
No escuchaba porfis de su boca al menos de hace cinco años atrás. Sin dudas estaba perdiendo la razón.
- No hagas mucha regresión que no quiero terminar preso. – Bromeé poniendo mi lengua en acción una vez más, esta vez sobre sus pequeñas alas de mariposa, golpeteando su semioculto clítoris.
- Méteme… lengua… de nuevo… métemela más…
Sin pensarlo dos veces, retire mis dedos y puje su dilatado orificio con mi lengua. Mi boca y mis dedos hicieron relevo táctico y pase a frotar su clítoris con varios de mis dedos de manera desordenada. Aunque me salpicaba algunas gotitas de excitación en mi rostro no era su corrida característica, parecía estar conteniéndose sin éxito, como un grifo con el cuerito gastado ya tenía pérdidas.
- Te voy a comer el culito travieso que tenés hasta que te corras, esto va a durar lo que vos quieras que dure, de acá no me muevo más. – Le advertí besándole el asterisco de la misa forma que besaba sus labios.
- Bien, bien, porqué quiero quedarme así… por… horas… uh, uh, uh, uh si tan solo… pudiera aguantar más, uh, oh, aaaaaah…
Como se dice en mi barrio, se mufó a sí misma, es decir, se elogió, dijo poder hacer o realizó alguna predicción que, tras terminar su sentencia, falló en realizar o se dio a la inversa, una expresión común en el fútbol donde se suele elogiar un jugador que de inmediato se equivoca demostrando lo apresuradas que fueron dichas palabras y que quizás fueron las causantes del yerro. Majito quiso que durara una hora, no obstante, como si hablar le hubiera significado un esfuerzo mayor al que podía afrontar, comenzó a correrse en todo mi rostro mientras mi lengua intentaba abrirse paso en su culo y mis dedos le golpeteaban la vulva como Steve Harris golpetea las cuerdas de su bajo.
Aunque no era precisamente un instrumento, pude escuchar mis dedos chapotear en su corrida como pequeños pies en miniatura corriendo en la lluvia y hablando de lluvia, fue tanto el descontrol psíquico de Majo que hasta dejó salir varios chorros de orina que emergieron dibujando una comba sobre mí y de la vergüenza, intento cubrirse con sus manos logrando que los chorros se esparcieran en todas direcciones.
- ¡Oia, oia, oia, la puta madre, ah, ah, uuuhh, la puta madre! - Gimió a modo de nota final en su descontrolada sinfonía. - ¡Deja de chuparme de una vez hijo de puta!
- Ah, creo que yo si hubiera aguantado una hora. – Reconocí admirando la obra de arte de su culo abierto y todo salivado, pronto a ser cubierto por una marejada de flujos provenientes de arriba. Sin poder contenerme, volví a colocar mi lengua en su asterisco y sube hasta su vulva, recolectando el fruto de su excitación con mi lengua, sintiendo el humedal de su sexo en cada milímetro.
- Vos también podrías empezar el experimento de la fruta, digo, aunque no sabe mal podría ser mejor. – Reconocí saboreando todo el líquido juntado por mi lengua. - ¿Y? ¿Qué te pareció? Te di el servicio completo y faltaste a tu palabra he.
Majo lentamente dejo descansar sus piernas cerrándolas y se fue sentando en el sofá, desnuda, despeinada, sudada y agitada, más linda que nunca. Su rostro era de bochorno, más no parecía horrorizada, más bien desbordada.
- Creí que sería algo de unos segundos, un minuto como mucho, que te daría asquito y seguiríamos en otra cosa, no pensé que le pondrías tanto empeño.
- ¿Asquito? No seas boluda he. – Sentándome a su lado. – Es algo normal, no tanto que lo disfrutes vos que sos mujer, que lo disfrute yo. Son cosas de hombres diría.
- Si, sabía eso, igual fue como muy… woaaao, es decir ¿Qué te pasaba? – Abriendo los ojos como platillos voladores, sin dudas caía en la cuenta de que había vivido más que un acto sexual, sino una experiencia cercana a lo sobrenatural. - ¿Querías llegar a mi estómago o algo así? Yisus, como te gusta mi culo por favor.
- No rompas el romanticismo, ya te dije que a los hombres nos gusta. – La reprimí haciéndola reír. Yo también estaba semidesnudo y con la pija muerta reposando sobre mis piernas sin un ápice de pudor. – Sé que tenías expectativas porque era tu fantasía ¿Di la talla de lo que imaginabas?
- Fue mejor, mucho mejor de lo que siempre pensé. – Me comentó tras tomarse como cinco segundos de pausa. – Tuve miedo cuando me metiste el dedo, por obvias razones. Se sintió muy bien igual.
- ¿Vos nunca te masturbaste así? – Pregunté bajando el tono, pasando de la acción a la confesión. – Digo, se nota que te gustan los estímulos ahí.
- Si, varias veces me mande un dedo, lápices, lapiceras, intente con unos desodorantes de esos finos y largos, pero fue demasiado para mi… no es lo mismo de todas formas.
Me dio un golpecito cariñoso en la pierna, me obsequio un pico (manteniendo sus labios un par de segundos contra los míos) y dijo que me dejaba la tarea de editar la sesión y subirla al Onlyfans, ella en cambio necesitaba bañarse.
Tenía muchísimas fotos a las que ponerles la marca de agua y subir a su página, nuestro último trabajo había incrementado mis expectativas y con signos de dólar en los ojos, me vestí y puse manos a la obra a la espera de nuevos suscriptores y de las opiniones.
Con la misma piedra
Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misa piedra y nuestra piedra era la incertidumbre económica y jugar con el peligro.
Los siguientes días invertimos ávidamente en material para nuestras sesiones, tanto en conjuntos y accesorios para que Majo luciera en las fotos como en adornos y arreglos para nuestros sets. Aunque trataba de hacer más con lo menos posible, con cada sesión la ambición y las ganas de más nos llevaron a descontrolarnos y volver a los números rojos.
El último set, por ejemplo, fue la excusa perfecta para una sesión formal en interiores estrenando una blusa verde militar abierta en el pecho, una calza negra tan trasparente que dejaba ver el color de sus panties y un top rojo labial. Lo dividimos en dos partes, en el primero ella se desvistió en el living, frente a nuestra tv con en un striptease cuadro a cuadro y lo dejamos ahí para enfocarnos toda una tarde en el desnudo más adelante.
No hay mucho que agregar al respecto, nos volvimos muy sistemáticos en nuestro trabajo y por ende dejaré que las fotos describan todo lo que yo ya no sé cómo retratar:
No era necesario que se desnudara e hiciera poses obscenas para que Majo no desbordara sensualidad en las fotos. De hecho, muchos suscriptores preferían ese lado “soft” antes que sus producciones abierta de piernas o con el trasero al aire.
Se preguntarán si ahora todos nuestros días eran puro sexo oral y besos de lengua, en realidad no. Esos momentos candentes se daban en nosotros en intervalos de aire, como todo gran incendio, es necesario una gran cantidad de oxígeno para que semejante llama respire y esos días de sesiones más tranquilas con salidas de compras eran la pausa necesaria para volver a construir la tensión.
Lo malo era que nuestras caminatas de compras se volvieron una mala costumbre más que una necesidad, tanto como nuestros comentarios picantes y besuqueos en la vía pública solo por el morbo de ser descubiertos. Así terminamos llegando al edificio varias veces cargados de gastos innecesarios felices pero quebrados. También nos exponíamos a ser vistos juntos (por ende, de manera sospechosa) por Juan Ignacio, que como si nos hubiera instalado un rastreador, parecía estar siempre cerca cuando queríamos besarnos.
Una mañana fría de invierno a la hora de la siesta, cuando llegamos de las compras, nos sacamos los barbijos para apretarnos un poco en el descanso de la escalera (que rara vez se usan si los elevadores funcionan) y sentir el picor único que sentíamos cando podíamos ser descubiertos. Llegamos al lugar, nos miramos, nos acercamos y escuchamos pasos provenientes del séptimo piso antes de empezar. Era él…
- ¿Cómo andan? ¿Qué hacen en el descanso de la escalera a oscuras?
- Creo que perdió un billete de 500. – Inventó Majo con una velocidad admirable. – Y nos olvidamos los teléfonos, por eso lo buscamos a oscuras. – Su último argumento fue tan débil que perdió más credibilidad que nuestros políticos.
- ¿Y están sin barbijo porque… - El muy hijo de mil era observador y notó que los teníamos en la mano.
- Estamos dele subir y bajar viendo en que parte de la escalera lo perdió, eso nos agitó. – Intervine. - ¿Vos que haces usando las escaleras si el ascensor funciona?
- Estoy metiéndole a los aeróbicos y me pareció buena idea. – Comento, sin una pizca de malicia en su tono de voz, aunque sus preguntas siempre parecían maliciosas. Era una de esas personas que podían ser o muy buenas o muy difíciles de leer. - No es que necesite bajar de peso, es que me di cuenta que por culpa de la pandemia perdí mucha resistencia pulmonar, uno que se entrenó tanto tiempo lo siente.
- ¿Hace mucho que te entrenas? – Preguntó Majo sacado conversación.
- La verdad que sí, empecé de chico. – Comento muy interesado en hablar de él mismo. - Eso de que te atrofia el físico son puras gansadas, siempre fui marcado como Bruce Lee y no tuve ningún problema. – Y como dándose cuenta de que la conversación se estaba dilatando demasiado se apresuró a agregar. – Bueno, sigo viaje, por supuesto que si encuentro el billete se los guardó.
- Gracias, nos vemos. – Lo saludamos viéndolo perderse escaleras abajo.
- Es como el Depredador, nos detecta con su máscara con visión infrarroja y nos persigue incansablemente. – Le dije a Majo al oído haciéndola reír.
- Más bien a lo caza recompensas como Boba Fett, capaz por lo que hicimos nuestra cabeza tiene precio. – Me siguió la corriente regresando a nuestro departamento. Nuestro pequeño besuqueo en terreno peligroso quedó cancelado.
- Con lo que venimos haciendo nuestra cabeza debe de tener un buen precio, sino vamos a tener que esmerarnos más.
- Bueno, bueno, tranquilo que dijimos que íbamos a ponernos a trabajar y dejar nuestras travesuras más serias para la noche. – Me reprimió entrando al departamento. - Ya que nuestra travesura ligera fue descubierta podemos empezar con la sesión al desnudo que nos quedó pendiente.
- Ese es el espíritu, hagámoslo.
Si había algún empleo mejor que el que tenía, no podía ni imaginarlo, para colmo las suscripciones subieron en un promedio de 5 por set (también un porcentaje, por algún motivo, la dejó de seguir cuando cumplimos un nuevo mes) dato de vital importancia para nuestras aspiraciones. Por más que varios extrañaron sus poses de gimnasta, entendieron que no íbamos a hacer lo mismo siempre y que, por trabajar en interiores, pasaríamos a hacer más sets casuales luciendo nuevas vestimentas.
De vuelta en el presente, de vuelta con María José detrás del lente, hicimos el set casual en el living empezando con el nivel de desnudo al 100%. No había mejor manera de arranar.
- Escucha esto, es una teoría. – Me dijo cuando ya empezaba a gatillar - ¿Y si Juan Ignacio es viajero del tiempo?
- A ver, te escucho. – Majo era horrible para las teorías. Era de las que pensó que Thanos en Endgame solo sería derrotado si Ant-Man entraba en forma microscópica en su culo y se maximizaba. De las que adhería a la idea de que Jar Jar Binks era un Lod Sith moviendo los hilos de la trama desde las sombras. También dijo que Jurassic World Fallen Kingdom era una precuela de Cadillacs y Dinosaurios. Ni siquiera quiero mencionar sus teorías sobre el universo Cars, son tan numerosas como escabrosas.
- Es nuestro hijo. Juan Ignacio es nuestro hijo que viene del futuro enviado como a un Terminator para ver que cojamos y lo tengamos.
Me hizo sacar una carcajada con su locura. En ese momento lo tome como una broma e ignore todas las implicancias que su teoría remarcaban.
- No tiene ningún sentido Majito, no seas bobita. – La contradije sin dejar de gatillar. Ahora estaba en el suelo acostada de lado jugando con sus piernas.
- ¿Para qué van a enviar a alguien en el tiempo para eso? No creo que sea barato, ni esencial, en todo caso intenta evitar que lo tengamos porque es inmoral, lo cual tampoco tiene sentido porque el dejaría de existir.
- No viene a impedirlo tontito, nos excita el peligro de ser descubiertos y su presencia nos alienta a… mejorar en… ya sabes. Se percató de que sin estar husmeando por el edificio cruzándose con nosotros no íbamos a… ya sabes.
Fue la primera vez que la conversación se llevó mi atención, más que las fotos. Para colmo de distracciones, mi celular comenzaba a sonar.
- Podes ver si queres, no me enojo. – Me preguntó sentada en el suelo, de frente. De la desconcentración esas fotos salieron con otro contraste:
- Debe ser Noe, estuvo mandando memes todo el día. – Le resté importancia. - Tu teoría se pone interesante, o sea que nuestro hijo viene del futuro, con todo el gasto y esfuerzo que conlleva, a dar vueltas por el edificio porque su mera presencia nos sube la libido de sus incestuosos padres. Todo esto siendo consciente de que es un hijo nacido de… nosotros…
- Bueno, tiene que asegurarse que va a nacer. – Su teoría era más retorcida que esos memes de Endgame sobre la muerte de Thanos siendo invadido en la retaguardia, y hablando de retaguardia, más pronto que en otras sesiones, Majito me obsequiaba la visión de su lado B.
- Ay Majito, Majito, tus teorías son cada vez peores. - Aunque trataba de no hacer temblar la cámara con mis risas no creo haberlo podido lograr. Estaba divertido debatir locuras para variar.
Antes de que se pusiera más y más retorcido mi teléfono comenzó a sonar de nuevo. Esta vez mire y en efecto, era Noe.
- Noe, otra vez, estuve recibiendo whatsapps de ella todo el día, quiere hablar a toda costa.
- ¿Y por qué no aceptas sus llamadas? Mira si es importante, no seas mal amigo. – Me preguntó aun dándome la espalda, aunque lo que menos notaba era su espalda. Parecía tenerme hipnotizado con sus atributos traseros sin poder pensar en otra cosa que en una nueva travesura.
- Para serte franco la notó demasiado interesada en nuestro proyecto. No deja de sacarme el tema siempre que hablamos y preguntarme como va “lo nuestro”. También suele mandarme memes de chistes santiagueños, de Monterrey o de Alabama (ya hablamos de lo que son) y tratándome de degenerado… que en sí es cierto, pero no me lo tiene porque decir si ella no sabe nada.
- Bueno, podrías invitarla a tomar algo o a comer así te sacas las dudas. – Me sugirió, algo bastante raro ya que siempre saco a escopetazos a novias y amigas por igual.
- Aunque hace mucho que no nos vemos no sé, me da mala espina que se entere de esto y de los celos me denuncie. ¿Qué carajo hago si me pide ver tu Onlyfans y ve que te saque fotos en culo y en concha? Acordate que hasta donde sé, cree que lo mantenemos soft.
- ¿De los celos? ¿Por qué una amiga estaría celosa de lo que vos hagas? Además, si no alteramos el orden público nadie nos puede decir nada.
- No contaría con eso hermanita, es muy peligroso si se llega a destapar la olla porque creo que hay algo más... – De solo pensar en las repercusiones y los posibles encabezados (“hermano le saca fotos a su hermana desnuda para el sitio Onlyfans”). Los medios se harían una orgía mediática con nuestras vidas.
Entre foto y foto le mencioné también algo que tenía reservado solo para mí por ser solo una conjetura. Aunque lo hombres somos lentos para las indirectas y para darnos cuenta de cuando una mujer nos coquetea, este no era el caso. Notaba un apego y un nivel de interés en Noe que me hacía teorizar que quería algo más que mi amistad. Era bastante probable que desde la ruptura con su última pareja esos deseos hayan aflorado en ella. Aunque, así como somos despistados los hombres podemos ser malpensados, la simpatía que mostraba conmigo no se la vi mostrársela a nadie y desde nuestra época de estudiantes de fotografía que esa idea casi fantasiosa sobrevolaba mi pensamiento.
- Más razón para invitarla a comer y sacarte las dudas. – Insistió. - Yo puedo irme para dejarlos solos o puedo pensar en otra cosa.
- ¿Te parece? En parte la extraño y me vendría bien ver una cara nueva después de tanto tiempo.
- Insisto, invitala, que venga a cenar al menos, es una excelente idea para romper la monotonía… te prometo que la voy a tratar bien, no tengas miedo. – Cómo lo dijo, tanto el tono como su sonrisita siniestra me hicieron levantar una ceja de manera involuntaria.
- Aunque no sé qué estás planeando, te voy a hacer caso. Permitime…
Bajé la cámara y Majo abandonó la escena (desnuda al completo, meneando esas nalguitas deliciosas como cascabeles de gato) para buscar algo de comer. Mientras respondía los memes de mal gusto de mi amiga uno por uno, comencé a creer que Majo no tenía intenciones de dejarnos a solas y que en su cabecita traviesa una idea peligrosa estaba comenzando a tomar forma: quería espiarme como me espiaba con Brenda.
Continuará…
Gracias por leer, como lo prometí, le metí pata y por ser que tarde bastante menos quedó interesante. Ustedes dirán. ¿Qué esperan que pase en el siguiente capítulo?
Capítulos anteriores:
Capítulo 1:http://www.poringa.net/posts/relatos/4020235/El-Onlyfans-de-mi-Hermana.html
Capítulo 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/4027496/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-2.html
Capítulo 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/4041501/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-3.html
Capítulo 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/4072304/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-4.html
Capítulo 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/4103216/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-5.html
Capítulo 6:http://www.poringa.net/posts/relatos/4141400/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-6.html
Capítulo 7:http://www.poringa.net/posts/relatos/4194586/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-7.html
En este episodio además de una sesión nueva (creo que hasta ahora todos los capítulos tienen 1) vuelven los flashbacks del pasado, ahondando en el terreno inexplorado de las relaciones de Gabriel con sus parejas, en especial Brenda.
La musa de esta historia es la ucraniana Alexandra Kroha, trabajo para diversas compañías como Met-Art, Teen Funs, 18 Only Girls o Fleexy Teens, bajo los seudónimos de Isabella Kalinka, Isabella A, Grace, Mary… nació en 1988, de 1, 65 mts de altura y 87, 64, 90 de medidas.
La confesión de la espía
La cámara de fotografiar reposando en un lado fue fiel testigo de un nuevo capítulo en nuestro historial de perversiones. Quizás hasta estaba por presenciar el capítulo más impensado y placentero de nuestras vidas.
María José se retorcía suavemente entre mis brazos que la tomaban desde atrás, besaba su cuello y acariciaba su cuerpo escultural desde sus hombros hasta su vientre. Quería cumplir su fantasía, sí, por supuesto, pero no quería meterme de lleno en ello. Sentía que debía pasar por todo su cuerpo antes, construir la tensión y hacerla desear hasta que, cuando llegase el momento, estallara de placer.
- Se buenita, antes contale a tu hermano a que se debe ese pedido. Tu hermano mayor tiene que saber. – Le pregunté en un susurró en su oído mientras empezaba a acariciar sus tetas con mis manos, masajeándolas con suavidad, procurando rozar sus preciosos pezones.
- Los vi… los vi a Brenda y a vos… los veía siempre que podía.
Brenda, una de las novias que más me marco en lo sexual, por lo visto, también había marcado a mi hermana de forma indirecta. Aunque su historia conmigo fue breve, estuvo plagada de buenos momentos, en especial en el sexo. Fue gracias a ella que aprendí el fino arte del cunnilingus y conocí lo que era un buen pete. Como tenía mis inseguridades con el sexo convencional porque, básicamente, nunca confié en los preservativos y no quería traer a nadie al mundo, pasábamos el rato ejercitando nuestras bocas, nuestras manos y toda clase de arte que puede catalogarse como “previa”.
También fue mi victoria moral y estratégica más importante. En esa época el pelo corto en las mujeres no estaba tan de moda y su look “tomboyish” era el hazmerreír de varios poco avispados de la escuela de fotografía que siempre hacían chistes tontos sobre su aspecto andrógino, en especial me molestaban unos pelotudos que le decían Justin por el cantante pop. Brenda lidiaba casi a diario con los chistes fáciles de lesbianismo y confusiones de género afrontándolos con mucha simpatía y respuestas inteligentes, noté eso al instante y en vez de sumarse a esas boberas le pedí el whatsapp y al poco tiempo ya la estaba chamuyando con mucho éxito.
Cuando todos se enfocaban en su pelo corto y vaqueros yo había fijado como blanco su culo pulposo capaz de llenar cualquier jean. Incluso usando ropa holgada sus cantos gruesos y parados se imponían entre las multitudes. No tardé en avanzar casilleros tanto con mensajes de texto como cara a cara y al poco tiempo de sentarme junto a ella y dejarle en claro mis intenciones, mi cara-durismo y decisión dieron frutos y empezamos una historia.
Gracias a mi acompañamiento se dejaron de hacer los chistosos, además de que respondía de forma cortante a sus bromas y le recomendé además que dejara de seguirles la corriente si de verdad le molestaban.
Aunque nuestro noviazgo no duró mucho tuvimos la suerte de contar con muchos momentos fogosos y cuando le pusimos un punto final, al menos terminamos en buenos términos. Nos seguimos comunicando por un tiempo y hasta pude obtener unos valiosos trofeos de guerra: un pequeño pero suculento pack, cuando el término no estaba tan de moda.
- Ah, ya me parecía, aunque tenía sospechas nunca lo hubiera imaginado. – Recibiendo un precioso flashback en mi mente. Ahora que sabía que Majo espiaba lo que hacía con mi novia, esos recuerdos cobraban un valor aún mayor del que ya les otorgaba.
Con Brenda habíamos tenido casi un triángulo amoroso que estuvo cerca de los dos años, cargado de celos y tensiones que mi hermana nunca pudo disimular. Me celaba en exceso, eso llevaba a constantes fricciones con Brenda, en especial la situación se tornaba hostil cuando mamá se iba de peregrinaje y yo la invitaba a escondidas.
- Siempre me pregunté porque si la odiabas tanto nunca me buchoneaste con mamá, digo, le aseguraba que no iba a invitarla y nunca le hice caso.
Para el que no conozca el modismo argentino buchonear, para nosotros es sinónimo de delatar, acusar de forma rastrera.
- Es que si le decía a mamá no iba a poder espiarlos, y me encantaba espiarlos, ver todo lo que hacían… fue así que aprendí tantas cosas y me dio curiosidad cosas que ni siquiera había imaginado que existían.
Majo tomo la iniciativa y me empujo en la entrepierna con su cola, rozándose contra mi bulto erecto apenas contenido mientras giraba su rostro para llegar a mis labios. Mis manos seguían en sus senos, calentando sus ubres con caricias para que no sintiera frio.
- Me acuerdo cuando hicimos un 69 en el que yo estaba arriba y de cara a la puerta, mientras le chupaba la concha me pareció que la luz que entraba por la puerta entreabierta iba y venía ¿Eras vos detrás de la puerta, espiando cada vez que podías, tapando la luz por asomarte?
Brenda, a la que le gustaba estar debajo, no se había dado cuenta de los cambios de iluminación, de seguro por chupármela con los ojos cerrados, en cambio yo, que estaba de frente a la puerta y tenía la barra de luz rectangular que entraba me daba cuenta.
- Si… era yo, apenas me asomaba con miedo para ver lo que hacían, me acuerdo como te hacía petes y vos le devolvías el favor, ese día en ese 69 descubrí que una boca podía darle placer a un culo y no era el fin del mundo, no había pecado en ello, no había castigo divino, no había consecuencias, solo placer y morbo.
Aunque no dejaba de besarla y acariciarla la confesión continuaba. Parecía tan deseosa de su fetiche como de revelarme ese secreto que acarreó por tanto tiempo.
- Recuerdo que me preocupé por tu salud porque metías tu boca de lleno en su vagina, de lleno en su culo mientras separabas sus nalgas… con el tiempo me di cuenta de lo tonta que era al creer que te ibas a morir por haberlo hecho.
- Siempre fuiste una curiosa, de seguro no dejaste de preguntarte porque lo hacía y cómo debía de sentirse.
- Si… todavía me pregunto ambas cosas.
- Es muy simple, nos encantan los culos, son redondos, suaves, puede hacerse tanto con ellos, es la parte del cuerpo más tabú de una mujer y darle placer de una forma u otra es abrazar lo más secreto, lo más sagrado y prohibido de la otra persona.
Me sorprendía a mí mismo de haber soltado dichas palabras sin ensayo previo, considerándolas tan espontaneas como indicadas. Mientras lo hice, la tome de la cadera y frote mi entrepierna contra el centro de su raya para que no olvidara mi erección.
- Quiero que me lo hagas concentrada en mí, por eso antes te voy a dar una chupadita de pija ¿Si? – Me pidió en un tono infantil que buscaba aparentar inocencia. – Si te dejo los huevos vacíos vas a poder hacérmelo mejor.
- Me parece espléndido, aunque te lo iba a hacer sin importar nada, ni aunque se nos venga el techo encima por un terremoto te lo iba a negar.
- Necesitas un pete, ya empezaste a decir cualquiera, cállate y dejámelo a mí.
Tras desabrocharme el pantalón y bajarlo, mi pene emergió como un misil desde su hangar Y Majo se inclinó para conectar sus labios con mi glande, dándole la bienvenida a mi falo en su boca con un tierno y húmedo beso.
- Oooh, uuh sí, sí, que rico por favor…
Teniendo ambas manos apoyadas en la mesada (el cuerpo de Majo había dejado la losa tibia por subirse durante la sesión) ella empezó rodeo mi tronco con sus labios y comenzó esa danza tan mágica como sencilla conformado por solo dos movimientos, cabeza arriba y cabeza abajo, tirándome el cuerito cada vez que llegaba abajo, sintiendo su nariz pequeña contra mi pubis y mi glande rozando donde la boca se convierte en garganta.
A diferencia de la vez anterior, que me hizo ver el cielo raso del placer, esta vez no deje de observarla sin que se diera cuenta. Me la estaba chupando muy concentrada, haciendo ruiditos monótonos de succión húmeda muy sensuales (chup, chup, chup, slurp, slurp, such…). Podía sentir y escuchar a su saliva acumulándose en su boca y mi pene batiéndola con cada empellón, se estaba formando una espesa y tibia piscina en la que me encantaba zabullir mi glande.
- Que rápido que te volviste buena en esto mmm que rico pete me estás haciendo por favor. – La alenté sin dejar de observarla desde arriba.
Sin decirme nada, me devolvió la mirada mientras seguía cabeceando, esa mirada impagable que nos obsequian las mujeres en pleno oral, desde abajo, apenas visible por el ángulo. Vista así desde mi ángulo su frente se veía aún más grande de lo que era (esa frente amplia reforzaba su aspecto de bebota) tomarla de los cabellos fue casi un acto involuntario.
- Pone las manos en mis piernas, así, así, eso, chupa, chupala toda, así. Eso uuuh.
Tomándola del pelo a la altura de la nuca la hice cabecear a una velocidad más avanzada que antes. Había algo tan salvaje como excitante en usar la boca de una mujer de esa forma tan desinteresada y lujuriosa, llevando su cabeza inclinada de atrás hacia adelante sin parar… el hecho de que seamos hermanos solo potenciaba dichos factores, lo que para otros era un tabú insoslayable para nosotros era el ingrediente principal.
- Que bien las chupas por dios uh, uh, uh, por favor… - La felicite dándole un descanso, y por descanso me refiero a que dejé de intentar llegar a su tráquea y pase a refregarle el glande por todos los labios y la nariz, haciéndola poner unas caras tan obscenas que incluso en el porno estarían mal vistas.
- ¿Cuándo te vas a venir? Quiero que me comas el culo con las ganas que le meto a al pete. – Me recordó.
- Tenemos todo el día y sí, no tenes nada de qué preocuparte, te voy a borrar las líneas del asterisco de tanto que te lo voy a lamer.
- Eso espero… sino me voy a sentir muy desilusio…- No pudo terminar la oración porque mis generosos 18 centímetros y medio de hombría volvían a pujar directo hacia dentro de su boca, haciéndola salpicar saliva por las comisuras de la boca.
- Escupí cada tanto, pendeja babosa, o te vas a ahogar sola. – Obediente, Majo dejo caer un pesado y ardiente chorrito de saliva blancuzca y espumosa que se escurrió por mi tronco hasta el suelo. Esta vez, ayudada por su mano, me la mamó a mayor velocidad sincronizando su cabeza y su brazo, haciendo movimiento ascendentes y descendentes con una leve rotación.
Me arrepentí de no haber dejado la cámara del celular estacionada filmando, mi hermana y su cuerpo escultural cabeceando como poseída por una súcubo, con sus cabellos castaños en mis manos formando una cola de caballo era material digno de un buen porno, ideal para algún blog dedicado al incesto o alguna página más oscura que las conocidas Xvideos, Pornhub, etc. Cada tanto descansaba su garganta y le dejaba lamer mis huevos, pasándoselos por su boca. A la muy incestuosa ni eso le parecía cruzar la raya.
- ¿Y la corrida para cuándo? ¿No estarás estirando el momento porque no te animas a mandarme lengua en el orto no? – Me pregunto tras salivar en mi glande y esparcirlo con la mano, mirándome a los ojos mientras me pajeaba con su mano pegajosa.
Como habíamos dicho, ella quería que le comiera el culo y si lo hacía, consideraría hacerme artífice de su debut sexual. Sin embargo, para que todo eso ocurriera tenía que completar ese interludio oral al que tanto empeño le echábamos. Era como un videojuego sexual en el que para realizar determinada acción antes tenía que adquirir cierto nivel.
- ¿Tanto queres la lechita de tu hermano mayor? Ahora vas a ver… - Dándole una cachetadita de reprimenda para probar si le gustaba que la traten así. - ¿Y qué es eso de decir orto? No seas mal hablada enfrente de tu hermano mayor. – Dándole un segundo bofetón. - ¿Entendiste pendeja?
- Enlechame la boca hijo de puta, quiero que me chupes bien el orto como a esa trola de Brenda.
Semejante sarta de blasfemias le valieron un par de bofetadas más. Sin dudas a la muy trolita le gustaba el castigo. Ya la venía probando de hace rato, desde esa vez en que le abrí la boca con las manos para escupirle en la lengua hasta cuando le refregué los genitales por toda la boca y la nariz, nunca obtuve una negativa, nunca un “no” como respuesta.
- ¿Así tratas a tu hermanita menor? Son un hermano de mierda, te voy a denunciar.
- ¿A quién vas a denunciar vos si te encanta, putita hermosa? Ahora te voy te vas a tomar toda mi mema y te voy a mandar lengua en ese culo atrevido…
Me incliné sobre ella, ahora arrodillada, y apuntando a su boca abierta de manera amenazante, comencé a pajearme a una velocidad inédita. – Dale, decime canto la queres, cuanto te gusta la leche de tu hermano… - Le pedí sintiendo a mi excitación tomando el control de mi cuerpo, preparando el lanzamiento del semiente.
- Mmm quiero tu leche Gabo, servime toda tu leche calentita en la boca, dale, dale, dale, uh, ah, uh…
Sentí ese relajamiento generalizado y un escalofrío recorriendo mi espinazo a medida que la sensación de placer inenarrable me invadía.
- Ahí sale, sele toda, uh, uh, uh, sí, aah…- sosteniendo su cabeza tomada de los pelos, comencé a eyacular en su boca, viendo como mis chorros gruesos y blancos de esperma se acumulaban en su boca abierta. - ¡Espera! Esperame, te quiero sacar una foto para el Onlyfans.
Majo abrió los ojos como platos ante mi idea y conservo mi leche formando un charco en su boca hasta que regresé con el teléfono y capturé el momento. Mi idea no era solo fotografiarla sino también que se familiarice con el sabor del semen manteniéndolo en su boca.
- Eso es, esto va a ser contenido Premium, con esto tu cuenta se va a elevar más que el dólar. – Auguré sin mucha claridad mientras tomaba unas fotos. - Bien, ahora tomese toda la leche, sea buena nena y no desperdicie ni una gota…
- Aogha log agho… - “Ahora lo hago” le entendí con la boca entrecerrada cargadita de mi regalo de amor.
María José se tomó unos segundos para tomar valor (recordemos que no le agradaba para nada el sabor) y tras engullirlo de sopetón, su boca quedó limpia como siempre: - Listo, ufff, fue bastante, ni yo me creo que me haya tomado todo eso.
- Todavía no empecé a intentar cambiarle el sabor, ya sabes, eso del ananá, kiwi, mandarinas, nuestro pequeño experimento.
Con la misión secundaria de nuestro juego incestuoso resuelta, estaba listo para retomar la campaña principal, comerle el culo de pendeja como nadie se lo había comido ni comerá. La levanté del suelo del brazo y tras ponerla dándome la espalda contra la mesada (ya esa mesada había visto más que un testigo de crímenes de guerra) le di una nalgada, la apoyé, y le dije:
- ¿Lista para que te meta lengua donde no te da el sol? – Le pregunte al oído mientras le apretujaba una nalga con la mano.
- Mmmm sí, no puedo esperar más, quiero que me hagas todo lo que le hacías a las zorras con las que salías.
- Bien, entonces ahora vas a ser mi zorra, trata de no gritar tan fuerte que no quiero que nos rajen del edificio… - Agachándome entre besos y caricias en su espalda, me arrodille y tuve su portentoso culo frente a mí, expectante e irreal como una visión divina. Lo tenía cerradito y lo prefería así, para poder abrirlo con mis manos y observar sus agujeros en toda la gloria.
Capas de morbo
Que un video porno cualquier tuviera una escena de anilingus no era la gran cosa. Había compañías pornográficas que le dedicaban insalubres minutos a esa práctica, casi todo video anal tenía un anilinugos o alguna variante. Si uno quiere sumarle algún ingrediente a la formula puede ser que la mujer este vestida de enfermera, secretaria, sea madrastra o algo así. A medida que uno consume más y más porno exige un número mayor de capaz de perversión, al menos así fue las pocas veces que recurrí a la pornografía.
Lo nuestro estaba en una liga más avanzada, no solo sería un anilingus, además veníamos de una sesión fotográfica con ella producida como prostituta y, el tag principal, éramos sanguíneos y nos íbamos a conectar de una forma insana que nadie siquiera podría imaginar.
“Bueno, aquí vamos” me dije a mi mismo ante su escultural trasero turgente.
Empecé hundiendo mi nariz en el comienzo de su línea, donde la cascada de su espalda se zambullía en su valle firme de carne, rendido ante mi nueva droga, me hundí entre sus nalgas prohibidas y fui bajando hasta que sentí su orificio más austral, sintiéndolo en su totalidad al respirar contra y pegado a él. Mi primera impresión fue que Majito hizo una regresión severa a cuando aprendía el alfabeto, específicamente las vocales:
- ¡Ooh! uh, ah, uh, aaah heey es mejor, mucho mejor de lo que creía uuuuuh…
Pude notar como por el placer sus manos se deslizaban de izquierda a derecha por la losa, rechinando por la fricción y hablando de fricción…
Y todavía no había conectado mi boca, tan solo me había hundido lo más posible en su orifico y había aspirado el aire filtrado entre sus dos hermosas nalgas, impregnado con sus efluvios sexuales. Mis brazos se abrazaron a su cadera para presionarla contra mi rostro como si quisiera meterme, mis manos sobre su cuerpo, mi nariz en su culo y mi boca pegada a su vagina formaron una unión demencial que nos enloqueció de placer.
No tarde en subir un poco y darle un sonoro chupón en el ano, iniciando así con su tan deseado anilinugus, lento, profundo y continuo, beso a beso la hice derretirse entre mis brazos alternando chupones con lamidas.
- Oh, oh, ooohh, no puedo más… ¿Por qué me gusta tanto? – Gimió entregada a la placentera práctica. – Tendría que habértelo pedido hace muuuucho hermanito.
- ¿Por qué no lo hiciste? – Pregunté mientras me separaba para admirar el paisaje, un hermoso valle de carne con una pequeña laguna brillante y húmeda al sur. Las fotografías aún no le habían hecho justicia a su precioso anillo.
- Ya sabes… pensé que unos besos, unas caricias y lo que empezábamos a hacer era suficiente.
- Desde que volvimos a nuestras travesuras lo hubiera hecho, obvio que me habría sorprendido, hubiera dicho “qué diablos” y hubiera hecho esto…
Puse mis pulgares a izquierda y derecha de su asterisco, lo estiré lo más que pude y tras admirarlo así de dilatado, como nunca pensé vérselo, le metí lengua tan profundo como pude, lengüeteándole desde el centro hacia todas direcciones. La volvía loca de placer, en especial cuando intentaba llegar más profundo pujando con mi lengua.
- Dios, Dios ¡Dios! Aaahhh, ah, ah… – Gimió fuera de control. – No puedo creer como usas esa boca, esas zorras sí que te enseñaron bien.
- Yo les enseñe a ellas. – Contesté curioso ante el hecho de que seguía trayendo a mis ex en la conversación, aunque estaban totalmente fuera de mi sistema. – Hay algo más que le hacía a Brenda y que capaz no viste. – Tras dejársela picando me volví a zambullir apretujándole las nalgas contra mi cara.
- ¿Qué cosa? ¿Quéee? ¿¿Quéeeee!? – Pregunto mientras me entretenía mandándole lengua una vez más, esta vez, formando un pico y presionando su centro húmedo y dilatado.
- Ahora te muestro, pendeja ansiosa. – Dándole una nalgueada. – Ahora vas a ver.
Separé el comienzo de mi órgano digestivo con su final y le estampé un beso de lengua húmedo y prolongado en los labios, compartiendo así el gustito que me había dejado su cuerpo. Acto seguido, sin darle tiempo a reacción, la cargué entre mis brazos (pesaba más de lo que imaginaba, recordando que el músculo pesa más que la grasa era lo lógico) como si fuéramos recién casados y la acosté en el sofá de living, con la espalda bien pegada al sillón tome sus tobillos y lleve sus piernas hacia sus hombros para que los sostuviera con los brazos, dejando sus dos agujeros servidos como el mejor plato de un tenedor libre.
- ¿Qué vas hacerme? Tengo que saber, verás…
- Confía en mí, te va a gustar tanto como el anilingus o sino más.
- Si me vas a meter la verga en algún lado no sé si estoy lista. – Se atajó tapándose los agujeros con la mano (aunque sin cerrar las piernas). – Sé que dije que te dejaría si me lo chupabas, pero es que no sé sí.
- Majito, silencio, no pienso hacerte debutar si no estás 110% segura. – La reconforté. – No todo en la vida es escupirte, darte cachetadas y tratarte rudo, como tu hermano mayor quiero que tu primera vez sea especial y no lo voy a hacer sin tu consentimiento expreso.
- ¿Entonces estoy en esta posición para…
- Para esto:
Ante su atenta mirada, llevé mi dedo índice al centro de su ano y lo introduje con facilidad hasta la unión de mis falanges. Majo en lugar de cerrar sus piernas y sacarme a patadas dio vuelta los ojos a medida que retiraba mi dedo, solo para hacerlo entrar en su culo una vez más.
- Uh, uh, uh, uuuuuh… que rico por favor, aunque no me hago responsable de cómo te quede el dedo he. No quiero escucharte quejarte uh, uh, uuuuh aaah.
- Tranquila Majito, no rompas el momento diciendo esas cosas, un hombre sabe con lo que lidia cuando se adentra en lo desconocido. – Confesé. - Espero que te hayas hidratado bien porque con esto te vas a correr como las olas de la película 2012.
Al ver que la muy trolita lo gozaba, seguí poniéndome su culo de anillo y hasta me animé a hacer ganchitos en su interior hacia arriba, inflando levemente su vagina. La pared que separaba el recto de la vulva era tan fina que todo lo que hacía en su habitación contigua podía notarse, acto seguido, mientras seguía colándole el dedo, volví a hundir mi boca entre sus labios vaginales, como si intentara tocarme la yema del dedo dentro de su culo con la lengua, tal ataque coordinado en el mismo punto la volvió catatónica por unos segundos.
- Oh, oh, uh, uh, aaah, aaah, oooooh. – Gimió haciendo grandes esfuerzos por mantener sus piernas bien apresadas en una pose conocida como full nelson (aunque sin penetración, claro). - Seguí, no pares, no pares, chupa, chúpame toda, toda, oh, oh, oh, ahia, ahia, ahia…
No solo no deje de chupar su vagina dándole lengüeteadas lentas y profundas como de perro sediento, sino que retire mi dedo para volverlo a introducir acompañado de mi dedo mayor. Luego gire mi mano dejando mi palma hacia arriba y puje el interior de su culo con ambos dedos. No tarde en hacer más ganchos hacia arriba y remolinos, enloqueciéndola de placer con mi trabajo manual y oral combinados.
- Dijiste que querías que te hiciera todo lo que le hice a Brenda, y esto era lo que más disfrutaba, sabía que te gustaría. – Exprese tomándome una breve pausa de mi labor oral, observándola gemir con los ojos cerrados. Un mechón de cabello castaño dividía su rostro en dos, así como gotas de sudor recorrían su frente brillante y su pecho, estaba sufriendo una combustión espontánea por culpa de mis dedos, parecía que dentro de su culo tenía el botón que le derribaba la razón como un endeble castillo de naipes al lado de una ventana. ¿Acaso tenía múltiples puntos G en ese sitio tan polémico?
- Que… rico… seguí… seguí… “porfis”.
No escuchaba porfis de su boca al menos de hace cinco años atrás. Sin dudas estaba perdiendo la razón.
- No hagas mucha regresión que no quiero terminar preso. – Bromeé poniendo mi lengua en acción una vez más, esta vez sobre sus pequeñas alas de mariposa, golpeteando su semioculto clítoris.
- Méteme… lengua… de nuevo… métemela más…
Sin pensarlo dos veces, retire mis dedos y puje su dilatado orificio con mi lengua. Mi boca y mis dedos hicieron relevo táctico y pase a frotar su clítoris con varios de mis dedos de manera desordenada. Aunque me salpicaba algunas gotitas de excitación en mi rostro no era su corrida característica, parecía estar conteniéndose sin éxito, como un grifo con el cuerito gastado ya tenía pérdidas.
- Te voy a comer el culito travieso que tenés hasta que te corras, esto va a durar lo que vos quieras que dure, de acá no me muevo más. – Le advertí besándole el asterisco de la misa forma que besaba sus labios.
- Bien, bien, porqué quiero quedarme así… por… horas… uh, uh, uh, uh si tan solo… pudiera aguantar más, uh, oh, aaaaaah…
Como se dice en mi barrio, se mufó a sí misma, es decir, se elogió, dijo poder hacer o realizó alguna predicción que, tras terminar su sentencia, falló en realizar o se dio a la inversa, una expresión común en el fútbol donde se suele elogiar un jugador que de inmediato se equivoca demostrando lo apresuradas que fueron dichas palabras y que quizás fueron las causantes del yerro. Majito quiso que durara una hora, no obstante, como si hablar le hubiera significado un esfuerzo mayor al que podía afrontar, comenzó a correrse en todo mi rostro mientras mi lengua intentaba abrirse paso en su culo y mis dedos le golpeteaban la vulva como Steve Harris golpetea las cuerdas de su bajo.
Aunque no era precisamente un instrumento, pude escuchar mis dedos chapotear en su corrida como pequeños pies en miniatura corriendo en la lluvia y hablando de lluvia, fue tanto el descontrol psíquico de Majo que hasta dejó salir varios chorros de orina que emergieron dibujando una comba sobre mí y de la vergüenza, intento cubrirse con sus manos logrando que los chorros se esparcieran en todas direcciones.
- ¡Oia, oia, oia, la puta madre, ah, ah, uuuhh, la puta madre! - Gimió a modo de nota final en su descontrolada sinfonía. - ¡Deja de chuparme de una vez hijo de puta!
- Ah, creo que yo si hubiera aguantado una hora. – Reconocí admirando la obra de arte de su culo abierto y todo salivado, pronto a ser cubierto por una marejada de flujos provenientes de arriba. Sin poder contenerme, volví a colocar mi lengua en su asterisco y sube hasta su vulva, recolectando el fruto de su excitación con mi lengua, sintiendo el humedal de su sexo en cada milímetro.
- Vos también podrías empezar el experimento de la fruta, digo, aunque no sabe mal podría ser mejor. – Reconocí saboreando todo el líquido juntado por mi lengua. - ¿Y? ¿Qué te pareció? Te di el servicio completo y faltaste a tu palabra he.
Majo lentamente dejo descansar sus piernas cerrándolas y se fue sentando en el sofá, desnuda, despeinada, sudada y agitada, más linda que nunca. Su rostro era de bochorno, más no parecía horrorizada, más bien desbordada.
- Creí que sería algo de unos segundos, un minuto como mucho, que te daría asquito y seguiríamos en otra cosa, no pensé que le pondrías tanto empeño.
- ¿Asquito? No seas boluda he. – Sentándome a su lado. – Es algo normal, no tanto que lo disfrutes vos que sos mujer, que lo disfrute yo. Son cosas de hombres diría.
- Si, sabía eso, igual fue como muy… woaaao, es decir ¿Qué te pasaba? – Abriendo los ojos como platillos voladores, sin dudas caía en la cuenta de que había vivido más que un acto sexual, sino una experiencia cercana a lo sobrenatural. - ¿Querías llegar a mi estómago o algo así? Yisus, como te gusta mi culo por favor.
- No rompas el romanticismo, ya te dije que a los hombres nos gusta. – La reprimí haciéndola reír. Yo también estaba semidesnudo y con la pija muerta reposando sobre mis piernas sin un ápice de pudor. – Sé que tenías expectativas porque era tu fantasía ¿Di la talla de lo que imaginabas?
- Fue mejor, mucho mejor de lo que siempre pensé. – Me comentó tras tomarse como cinco segundos de pausa. – Tuve miedo cuando me metiste el dedo, por obvias razones. Se sintió muy bien igual.
- ¿Vos nunca te masturbaste así? – Pregunté bajando el tono, pasando de la acción a la confesión. – Digo, se nota que te gustan los estímulos ahí.
- Si, varias veces me mande un dedo, lápices, lapiceras, intente con unos desodorantes de esos finos y largos, pero fue demasiado para mi… no es lo mismo de todas formas.
Me dio un golpecito cariñoso en la pierna, me obsequio un pico (manteniendo sus labios un par de segundos contra los míos) y dijo que me dejaba la tarea de editar la sesión y subirla al Onlyfans, ella en cambio necesitaba bañarse.
Tenía muchísimas fotos a las que ponerles la marca de agua y subir a su página, nuestro último trabajo había incrementado mis expectativas y con signos de dólar en los ojos, me vestí y puse manos a la obra a la espera de nuevos suscriptores y de las opiniones.
Con la misma piedra
Dicen que el ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misa piedra y nuestra piedra era la incertidumbre económica y jugar con el peligro.
Los siguientes días invertimos ávidamente en material para nuestras sesiones, tanto en conjuntos y accesorios para que Majo luciera en las fotos como en adornos y arreglos para nuestros sets. Aunque trataba de hacer más con lo menos posible, con cada sesión la ambición y las ganas de más nos llevaron a descontrolarnos y volver a los números rojos.
El último set, por ejemplo, fue la excusa perfecta para una sesión formal en interiores estrenando una blusa verde militar abierta en el pecho, una calza negra tan trasparente que dejaba ver el color de sus panties y un top rojo labial. Lo dividimos en dos partes, en el primero ella se desvistió en el living, frente a nuestra tv con en un striptease cuadro a cuadro y lo dejamos ahí para enfocarnos toda una tarde en el desnudo más adelante.
No hay mucho que agregar al respecto, nos volvimos muy sistemáticos en nuestro trabajo y por ende dejaré que las fotos describan todo lo que yo ya no sé cómo retratar:
No era necesario que se desnudara e hiciera poses obscenas para que Majo no desbordara sensualidad en las fotos. De hecho, muchos suscriptores preferían ese lado “soft” antes que sus producciones abierta de piernas o con el trasero al aire.
Se preguntarán si ahora todos nuestros días eran puro sexo oral y besos de lengua, en realidad no. Esos momentos candentes se daban en nosotros en intervalos de aire, como todo gran incendio, es necesario una gran cantidad de oxígeno para que semejante llama respire y esos días de sesiones más tranquilas con salidas de compras eran la pausa necesaria para volver a construir la tensión.
Lo malo era que nuestras caminatas de compras se volvieron una mala costumbre más que una necesidad, tanto como nuestros comentarios picantes y besuqueos en la vía pública solo por el morbo de ser descubiertos. Así terminamos llegando al edificio varias veces cargados de gastos innecesarios felices pero quebrados. También nos exponíamos a ser vistos juntos (por ende, de manera sospechosa) por Juan Ignacio, que como si nos hubiera instalado un rastreador, parecía estar siempre cerca cuando queríamos besarnos.
Una mañana fría de invierno a la hora de la siesta, cuando llegamos de las compras, nos sacamos los barbijos para apretarnos un poco en el descanso de la escalera (que rara vez se usan si los elevadores funcionan) y sentir el picor único que sentíamos cando podíamos ser descubiertos. Llegamos al lugar, nos miramos, nos acercamos y escuchamos pasos provenientes del séptimo piso antes de empezar. Era él…
- ¿Cómo andan? ¿Qué hacen en el descanso de la escalera a oscuras?
- Creo que perdió un billete de 500. – Inventó Majo con una velocidad admirable. – Y nos olvidamos los teléfonos, por eso lo buscamos a oscuras. – Su último argumento fue tan débil que perdió más credibilidad que nuestros políticos.
- ¿Y están sin barbijo porque… - El muy hijo de mil era observador y notó que los teníamos en la mano.
- Estamos dele subir y bajar viendo en que parte de la escalera lo perdió, eso nos agitó. – Intervine. - ¿Vos que haces usando las escaleras si el ascensor funciona?
- Estoy metiéndole a los aeróbicos y me pareció buena idea. – Comento, sin una pizca de malicia en su tono de voz, aunque sus preguntas siempre parecían maliciosas. Era una de esas personas que podían ser o muy buenas o muy difíciles de leer. - No es que necesite bajar de peso, es que me di cuenta que por culpa de la pandemia perdí mucha resistencia pulmonar, uno que se entrenó tanto tiempo lo siente.
- ¿Hace mucho que te entrenas? – Preguntó Majo sacado conversación.
- La verdad que sí, empecé de chico. – Comento muy interesado en hablar de él mismo. - Eso de que te atrofia el físico son puras gansadas, siempre fui marcado como Bruce Lee y no tuve ningún problema. – Y como dándose cuenta de que la conversación se estaba dilatando demasiado se apresuró a agregar. – Bueno, sigo viaje, por supuesto que si encuentro el billete se los guardó.
- Gracias, nos vemos. – Lo saludamos viéndolo perderse escaleras abajo.
- Es como el Depredador, nos detecta con su máscara con visión infrarroja y nos persigue incansablemente. – Le dije a Majo al oído haciéndola reír.
- Más bien a lo caza recompensas como Boba Fett, capaz por lo que hicimos nuestra cabeza tiene precio. – Me siguió la corriente regresando a nuestro departamento. Nuestro pequeño besuqueo en terreno peligroso quedó cancelado.
- Con lo que venimos haciendo nuestra cabeza debe de tener un buen precio, sino vamos a tener que esmerarnos más.
- Bueno, bueno, tranquilo que dijimos que íbamos a ponernos a trabajar y dejar nuestras travesuras más serias para la noche. – Me reprimió entrando al departamento. - Ya que nuestra travesura ligera fue descubierta podemos empezar con la sesión al desnudo que nos quedó pendiente.
- Ese es el espíritu, hagámoslo.
Si había algún empleo mejor que el que tenía, no podía ni imaginarlo, para colmo las suscripciones subieron en un promedio de 5 por set (también un porcentaje, por algún motivo, la dejó de seguir cuando cumplimos un nuevo mes) dato de vital importancia para nuestras aspiraciones. Por más que varios extrañaron sus poses de gimnasta, entendieron que no íbamos a hacer lo mismo siempre y que, por trabajar en interiores, pasaríamos a hacer más sets casuales luciendo nuevas vestimentas.
De vuelta en el presente, de vuelta con María José detrás del lente, hicimos el set casual en el living empezando con el nivel de desnudo al 100%. No había mejor manera de arranar.
- Escucha esto, es una teoría. – Me dijo cuando ya empezaba a gatillar - ¿Y si Juan Ignacio es viajero del tiempo?
- A ver, te escucho. – Majo era horrible para las teorías. Era de las que pensó que Thanos en Endgame solo sería derrotado si Ant-Man entraba en forma microscópica en su culo y se maximizaba. De las que adhería a la idea de que Jar Jar Binks era un Lod Sith moviendo los hilos de la trama desde las sombras. También dijo que Jurassic World Fallen Kingdom era una precuela de Cadillacs y Dinosaurios. Ni siquiera quiero mencionar sus teorías sobre el universo Cars, son tan numerosas como escabrosas.
- Es nuestro hijo. Juan Ignacio es nuestro hijo que viene del futuro enviado como a un Terminator para ver que cojamos y lo tengamos.
Me hizo sacar una carcajada con su locura. En ese momento lo tome como una broma e ignore todas las implicancias que su teoría remarcaban.
- No tiene ningún sentido Majito, no seas bobita. – La contradije sin dejar de gatillar. Ahora estaba en el suelo acostada de lado jugando con sus piernas.
- ¿Para qué van a enviar a alguien en el tiempo para eso? No creo que sea barato, ni esencial, en todo caso intenta evitar que lo tengamos porque es inmoral, lo cual tampoco tiene sentido porque el dejaría de existir.
- No viene a impedirlo tontito, nos excita el peligro de ser descubiertos y su presencia nos alienta a… mejorar en… ya sabes. Se percató de que sin estar husmeando por el edificio cruzándose con nosotros no íbamos a… ya sabes.
Fue la primera vez que la conversación se llevó mi atención, más que las fotos. Para colmo de distracciones, mi celular comenzaba a sonar.
- Podes ver si queres, no me enojo. – Me preguntó sentada en el suelo, de frente. De la desconcentración esas fotos salieron con otro contraste:
- Debe ser Noe, estuvo mandando memes todo el día. – Le resté importancia. - Tu teoría se pone interesante, o sea que nuestro hijo viene del futuro, con todo el gasto y esfuerzo que conlleva, a dar vueltas por el edificio porque su mera presencia nos sube la libido de sus incestuosos padres. Todo esto siendo consciente de que es un hijo nacido de… nosotros…
- Bueno, tiene que asegurarse que va a nacer. – Su teoría era más retorcida que esos memes de Endgame sobre la muerte de Thanos siendo invadido en la retaguardia, y hablando de retaguardia, más pronto que en otras sesiones, Majito me obsequiaba la visión de su lado B.
- Ay Majito, Majito, tus teorías son cada vez peores. - Aunque trataba de no hacer temblar la cámara con mis risas no creo haberlo podido lograr. Estaba divertido debatir locuras para variar.
Antes de que se pusiera más y más retorcido mi teléfono comenzó a sonar de nuevo. Esta vez mire y en efecto, era Noe.
- Noe, otra vez, estuve recibiendo whatsapps de ella todo el día, quiere hablar a toda costa.
- ¿Y por qué no aceptas sus llamadas? Mira si es importante, no seas mal amigo. – Me preguntó aun dándome la espalda, aunque lo que menos notaba era su espalda. Parecía tenerme hipnotizado con sus atributos traseros sin poder pensar en otra cosa que en una nueva travesura.
- Para serte franco la notó demasiado interesada en nuestro proyecto. No deja de sacarme el tema siempre que hablamos y preguntarme como va “lo nuestro”. También suele mandarme memes de chistes santiagueños, de Monterrey o de Alabama (ya hablamos de lo que son) y tratándome de degenerado… que en sí es cierto, pero no me lo tiene porque decir si ella no sabe nada.
- Bueno, podrías invitarla a tomar algo o a comer así te sacas las dudas. – Me sugirió, algo bastante raro ya que siempre saco a escopetazos a novias y amigas por igual.
- Aunque hace mucho que no nos vemos no sé, me da mala espina que se entere de esto y de los celos me denuncie. ¿Qué carajo hago si me pide ver tu Onlyfans y ve que te saque fotos en culo y en concha? Acordate que hasta donde sé, cree que lo mantenemos soft.
- ¿De los celos? ¿Por qué una amiga estaría celosa de lo que vos hagas? Además, si no alteramos el orden público nadie nos puede decir nada.
- No contaría con eso hermanita, es muy peligroso si se llega a destapar la olla porque creo que hay algo más... – De solo pensar en las repercusiones y los posibles encabezados (“hermano le saca fotos a su hermana desnuda para el sitio Onlyfans”). Los medios se harían una orgía mediática con nuestras vidas.
Entre foto y foto le mencioné también algo que tenía reservado solo para mí por ser solo una conjetura. Aunque lo hombres somos lentos para las indirectas y para darnos cuenta de cuando una mujer nos coquetea, este no era el caso. Notaba un apego y un nivel de interés en Noe que me hacía teorizar que quería algo más que mi amistad. Era bastante probable que desde la ruptura con su última pareja esos deseos hayan aflorado en ella. Aunque, así como somos despistados los hombres podemos ser malpensados, la simpatía que mostraba conmigo no se la vi mostrársela a nadie y desde nuestra época de estudiantes de fotografía que esa idea casi fantasiosa sobrevolaba mi pensamiento.
- Más razón para invitarla a comer y sacarte las dudas. – Insistió. - Yo puedo irme para dejarlos solos o puedo pensar en otra cosa.
- ¿Te parece? En parte la extraño y me vendría bien ver una cara nueva después de tanto tiempo.
- Insisto, invitala, que venga a cenar al menos, es una excelente idea para romper la monotonía… te prometo que la voy a tratar bien, no tengas miedo. – Cómo lo dijo, tanto el tono como su sonrisita siniestra me hicieron levantar una ceja de manera involuntaria.
- Aunque no sé qué estás planeando, te voy a hacer caso. Permitime…
Bajé la cámara y Majo abandonó la escena (desnuda al completo, meneando esas nalguitas deliciosas como cascabeles de gato) para buscar algo de comer. Mientras respondía los memes de mal gusto de mi amiga uno por uno, comencé a creer que Majo no tenía intenciones de dejarnos a solas y que en su cabecita traviesa una idea peligrosa estaba comenzando a tomar forma: quería espiarme como me espiaba con Brenda.
Continuará…
Gracias por leer, como lo prometí, le metí pata y por ser que tarde bastante menos quedó interesante. Ustedes dirán. ¿Qué esperan que pase en el siguiente capítulo?
Capítulos anteriores:
Capítulo 1:http://www.poringa.net/posts/relatos/4020235/El-Onlyfans-de-mi-Hermana.html
Capítulo 2:http://www.poringa.net/posts/relatos/4027496/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-2.html
Capítulo 3:http://www.poringa.net/posts/relatos/4041501/El-Onlyfans-de-mi-Hermana-Parte-3.html
Capítulo 4:http://www.poringa.net/posts/relatos/4072304/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-4.html
Capítulo 5:http://www.poringa.net/posts/relatos/4103216/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-5.html
Capítulo 6:http://www.poringa.net/posts/relatos/4141400/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-6.html
Capítulo 7:http://www.poringa.net/posts/relatos/4194586/El-Onlyfans-de-mi-hermana-Parte-7.html
7 comentarios - El Onlyfans de mi Hermana. Parte 8