Basada en fantasías
Era un viernes noche, me quede sola bailando, un hombre se acerca y baila cerca mío, la punta de la navaja tocando uno de mis pechos y él llevándome a un reservado.
-Desnúdate putita– ordeno el hombre.
Me despoje de mi ropa bajo la mirada del hombre.
-Ponte esto puta
Una, pollera corta que apenas me tapaba la cola y una remera super escotada que hacía sobresalir mis tetas, se desabrochó sus pantalones y mostró su pija, era muy gruesa, larga, bastante grande.
-Chúpala putita.
Me agarro del pelo y obligándome a metérmela en la boca, el ritmo con el que me bligaba a mamarla era fuerte, sentía que me atragantaba. El violador saco su pija de mi boca, me puso a cuatro patas y me penetro por la concha agarrándome de mi pelo.
-Aahhh que estrecho lo tienes putita.
-Ah animal, no me tires del pelo.
El tiró con más fuerza, bombeándo con mayor brutalidad, varias lágrimas salían de mis ojos. Así estuvo un buen tiempo.
-Me voy, me voy dentro de ti.
-¡NOOOOO!
Termino dentro, caí agotada mientras que él observaba como salía su semen de forma lenta de mi concha
Me sacó la ropa y se fue, un hombre entro ak reservado y me empezó a devorar mis tetas mientras me metia la pija en mi concha y bombeaba con mucha fuerza su enorme pija hasta que acabo y se fue, entro otro más, que me la metio de una
-¡Toma puta! ¡Toma!
Lloraba de dolor, él no paraba de bombear hasta que eyaculo dentro.
-Uf, puta, tienes la mejor concha
Mi concha me dolía horrores, note que me salía algo de sangre, era inútil pedir ayuda, los patovicas vigilaban y eran los que hacian entrar a los hombres para que me violaran y yo ya estaba cansada y dolorida.
Entro otro, un negro que me agarró de los tobillos y separó mis piernas, apuntó su pija en mi concha, me cojia cada vez más fuerte, me reventó, su pija era descomunal hasta acabar
Para cuando esté terminó el boliche ya había cerrado, ahora era el turno de los patovicas y del restó de los hombres que trabajaban en el lugar, me hicieron de todo, doble y triple vaginal, doble oral. En un momento perdí el conocimiento pero eso no los detuvo
Era un viernes noche, me quede sola bailando, un hombre se acerca y baila cerca mío, la punta de la navaja tocando uno de mis pechos y él llevándome a un reservado.
-Desnúdate putita– ordeno el hombre.
Me despoje de mi ropa bajo la mirada del hombre.
-Ponte esto puta
Una, pollera corta que apenas me tapaba la cola y una remera super escotada que hacía sobresalir mis tetas, se desabrochó sus pantalones y mostró su pija, era muy gruesa, larga, bastante grande.
-Chúpala putita.
Me agarro del pelo y obligándome a metérmela en la boca, el ritmo con el que me bligaba a mamarla era fuerte, sentía que me atragantaba. El violador saco su pija de mi boca, me puso a cuatro patas y me penetro por la concha agarrándome de mi pelo.
-Aahhh que estrecho lo tienes putita.
-Ah animal, no me tires del pelo.
El tiró con más fuerza, bombeándo con mayor brutalidad, varias lágrimas salían de mis ojos. Así estuvo un buen tiempo.
-Me voy, me voy dentro de ti.
-¡NOOOOO!
Termino dentro, caí agotada mientras que él observaba como salía su semen de forma lenta de mi concha
Me sacó la ropa y se fue, un hombre entro ak reservado y me empezó a devorar mis tetas mientras me metia la pija en mi concha y bombeaba con mucha fuerza su enorme pija hasta que acabo y se fue, entro otro más, que me la metio de una
-¡Toma puta! ¡Toma!
Lloraba de dolor, él no paraba de bombear hasta que eyaculo dentro.
-Uf, puta, tienes la mejor concha
Mi concha me dolía horrores, note que me salía algo de sangre, era inútil pedir ayuda, los patovicas vigilaban y eran los que hacian entrar a los hombres para que me violaran y yo ya estaba cansada y dolorida.
Entro otro, un negro que me agarró de los tobillos y separó mis piernas, apuntó su pija en mi concha, me cojia cada vez más fuerte, me reventó, su pija era descomunal hasta acabar
Para cuando esté terminó el boliche ya había cerrado, ahora era el turno de los patovicas y del restó de los hombres que trabajaban en el lugar, me hicieron de todo, doble y triple vaginal, doble oral. En un momento perdí el conocimiento pero eso no los detuvo
0 comentarios - Bailando en el boliche