Me cogí a mi compadre
Me llamo Patricia, soy la empleada de una farmacia en la frontera mexicana con estados unidos. Tengo 31 años, 2 hijos a quienes adoro y, hasta hace poco, un esposo que pensaba que me amaba. Soy una mujer chaparrita (1.52), peso 65 kgs y algo llenita… según me han dicho los únicos dos hombres con los que he estado. Uso una talla 32D de bra y mi culit 😳 esta muy bien cuidado gracias a las dos horas que siempre salgo a correr por las mañanas.
Pues bien, mi aventura comienza cuando Gabriel, mi esposo empezó a tener muchos problemas en su trabajo. Las presiones iban en aumento hasta que finalmente perdió su empleo. Nunca lo supe hasta el dia que llego borracho a nuestra casa y me golpeo por preguntarle porque venia asi. Antes de esa escena, nuestra vida matrimonial sufrió muchos altibajos. Casi no me tocaba, se ponía celoso con cualquier ropa que me pusiera y en las noches, cuando lo buscaba íntimamente, el solo me esquivaba diciendo que el trabajo lo tenia muy mal. Fue un tiempo de mucha angustia, ya que apenas alcanzábamos para la casa, siempre estábamos de pleito y, a pesar de que yo quería ayudarlo el no me dejaba. Pense en muchísimas cosas, en que tenia una amante, en que tal vez yo estaba muy fea por la edad, o hasta pensé que era homosexual, pero no llegaba la respuesta a mis inquietudes. Poco tiempo después de golpearme ya ni siquiera me miraba, hasta una mañana que encontré una nota donde decía que no podía mas, que se iba al norte a buscar una mejor vida para nosotros… la noticia me dejo devastada y con mi autoestima por los suelos, ¿que clase de mujer era que ni mi esposo me quería tocar?
Cierto día, mientras atendía la farmacia, llegaron un par de chicos a comprar condones. Ya los había visto pasearse por la tienda, y ese dia los note particularmente nerviosos; les pregunte porque no estaban en la secundaria y si traían uniforme, a lo que me dijeron que por favor no les dijera a sus padres o llamara a la policía, que se habían salido porque ese dia se iban a estrenar con Laura, una de sus compañeras quien, por 500 pesos, les iba a dejar que le hicieran lo que quisieran con la condición que se lo hicieran por separado. La situación me provoco morbo y senti un cosquilleo en mi pecho, al pensar que estos chicos tendrían mas sexo del que yo había tenido en un año. Pense en lo afortunada que era la tal Laura y confieso que despertó en mi el apetito por sentirme mujer una vez mas. Mientras estaba sumida en mis pensamientos, uno de los chicos me confeso que nunca había usado un condon, que ya había roto dos intentando ponérselo y que el nervio lo estaba matando. Al ser un chico de 14 años me dio ternura su situación y le di instrucciones de como ponérselo, pero el simplemente no atinaba a las instrucciones que yo le daba. En ese momento, y como no había nadie en la tienda, me propuse a ayudarle. Su compañero ya había salido y el estaba muerto de vergüenza. Le pedi que pasara al baño y que en un segundo estaba con el. Cuando llegue al baño, el estaba temblando, sudaba y me miraba con cara de preocupado. Lo abrace un poco intentando calmarlo y grande fue mi sorpresa al sentirlo pegado junto a mi. Apenas atino a tocar mi culito y apretarme fuertemente hacia el, pero el bulto que se cargaba me acaloró… era mas de lo que jamás le senti a mi marido. Lentamente procedi a desabrochar su pantalón y, como resorte, salto una verga increíble. Calculo que debia medirle mas de 20 centimetros; gruesa y con muchas venitas marcadas. Uff!!! Senti que mi conchita se humedecia totalmente y una descarga eléctrica desde los pezones hasta la cuquita me hicieron temblar. Trate de aparentar normalidad y le dije… vaya! Que escondidito te lo tenias amiguito, el solo se rio timidamente y me dijo… ayúdeme a ponerme el condon… Abrimos un paquetito y con dificultad le mostre gráficamente como enrollar ese plástico en aquel enorme miembro. Mis manos temblaban cada vez que lo rozaba y mi respiración se iba haciendo cada vez mas agitada. El, sin embargo prestaba atención a todo lo que le decía y muy diligente seguía mis instrucciones. Finalmente aprendio a como ponerse y quitarse el condon, se subio el boxer, el pantalón y agradecido se fue de la farmacia.
Pasaron horas para lograr bajarme un poco la calentura, no podía sacar de mi mente aquel pedazo de carne y a cada minuto envidiaba mas a la dichosa Laura… pensaba, en este minuto debe estar bien ensartada por mi amiguito y yo aquí, sola como perro. No había forma de saciar mi hambre.
No pudo haber un mejor momento para aparecer en mi vida Pepe, nuestro compadre. El era el típico hombre trabajador y dedicado a su familia, era gerente de una empresa local y siempre estaba rodeado de muchísima gente, siempre los seguían las mujeres de todo tipo y siempre, pero siempre, estaba dispuesto a ayudarnos como familia. El había sido el compadre nuestro porque bautizo a nuestros dos hijos y desde el dia que Gabriel nos dejó cada semana llevaba a mis hijos al parque y nos dejaba un sobre de dinero en la mesita de centro, siempre intentando que nadie se diera cuenta. Por demás esta decir que ese hombre me hacia sentir una confianza total y una seguridad que no podría tener con nadie mas. Por ese motivo, ese dia en la noche decidí enviarle un mensaje de whatsapp. Me contesto enseguida:
– Compadre. Buenas noches.
– Buenas noches, comadre. Todo bien?
– Si, si. Gracias. Disculpe la molesta.
– No, para nada. Usted nunca molesta. Digame, en que le puedo servir. Los niños están bien?
– Si, no se trata de sus ahijados.
– Digame, me esta preocupando.
– Vera. Se trata de mi. Le dije inmediatamente.
– Que pasa Patricia, me pregunto intrigado.
Al pronunciar mi nombre pude sentir el mismo cosquilleo que senti cuando estaba con el muchacho hace unas horas, no se si era que estaba calentona o era que siempre había sentido esa atracción por el compadre, pero no lo sabia. Le dije que necesitaba pedirle un favor, pero que tenia que pedírselo por whatsapp porque no me animaba a hacerlo de frente.
– Comadre, me estas poniendo nervioso. Ya dime que pasa?
– Puesssss… veras. Te agradezco todo tu apoyo que siempre nos das. Cuando Gabriel nos dejo, pensé que ya no contariamos con tu ayuda. Y, al contrario, tu ayuda nunca se ha ido, por eso me animo a pedirte un favor especial… mira, si te lo pido a ti es por confianza, no se a quien mas pedírselo.
– Paty, ya dime que esta pasando por favor!
– Bueno. Pues tu sabes que estoy sola. Y pues, como mujer también tengo necesidades.
– Si
– Me da mucha vergüenza. Pero…
– Estamos en confianza, dime.
– Es que quería pedirte… si por favor, me puedes conseguir un consolador en la sex shop.
Los momentos que tardo el compadre en contestar se me hicieron eternos… podía ver que escribía y luego borraba, pero no publicaba nada.. sentía un nudo increíble en la garganta y la boca seca… no me había visto, pero instintivamente, mi mano estaba en mi entrepierna acariciando involuntariamente mi conchita… que nervios!
– Mira comadre. (Escribio…)
– Me da mucho gusto que puedas contar conmigo. Tambien me da mucho gusto que no te andes quemando por ahí con cualquiera. Una mujer como tu, podría tener a quien quisiera y saber que prefieres un consolador, me da mucha tranquilidad, pues podras darte gusto a tu antojo y seguiras siendo una mujer muy decente. Gracias por la confianza!
– Ay compadre… gracias por tus palabras y si… me da muchísima pena, pero siento que contigo hay mucha confianza. Te agradezo. Pero no se porque dices que una mujer como yo…
– Mira comadre, eres una mujer hermosa en toda la extensión de la palabra, tienes unos ojos increíbles y una voz muy bonita. Y mejor ya le sigo porque…
– Porque compadre?… por primera vez en mucho tiempo me sentía mujer. Saber que un hombre como nuestro compadre me admiraba, me hacia sentir especial y quería saber todo!
– Ya no le sigo por respeto comadre. Y porque quiero que puedas seguir contando conmigo.
– Puessss mira compadre, necesito tener toda tu confianza. Asi que si no me dices lo que estabas pensando ya no te pedire el favor que te había pedido antes. Conteste.
– Mira, a lo macho. Eres una mujer increíble. Me encanta tu voz, tu boca, tus labios. Tienes un cuerpo que me encantaría conocer y darte placer hasta que grites de gusto, pero tu sabes que te respeto y siempre he respetado los limites.
Era increíble! Ese hombre exitoso, de mucho mundo y con posibilidades de tener a la hembra que quisiera, y saber que yo le gustaba… hizo que mi ego se inflara…
– Gracias por tu sinceridad compadre, aunque creo que has conocido mujeres mas interesantes que yo. Te agradezco que me dígas lo que piensas.
– Y bien. Como quieres tu consolador? Me pregunto sin mas preámbulos!
– Esteeeeee…. No se!
– Te gustaría uno con apariencia natural o uno tipo plástico?
– No seee… es que nunca he comprado uno.
– Mmmm… y… mas o menos de que tamaño lo quieres comadre?
La pregunta me dejo helada… no sabia que responder.
– Pues normalita… le dije.
– ¿Normalita como yo, o normalita como la gente normal?
– A que se refiere compadre?
– Pues… si quieres te consigo uno de las dimensiones de mi aparato… o uno normalito.
– Y como es tu aparato, le pregunte curiosamente…
– Pues mira comadre, se me hace que no te cabria… jaja(risa nerviosa)
– Ay compadre… que cosas dice!
– Pues es que estas chiquita y las manitas también son chiquitas, se me hace que no la abarcarias…
– A jijo! A poco la tienes muy grande compadre? Le pregunte incrédula!
– Que cosa?
– Tu cosa…
– Mi que?
– Tu cosota?
– No comadre… llamala por su nombre o no hay trato.
– Tu vvvvvvvverg@… tartamudee
– Jaja… ándele, asi me gusta comadrita. Y si… debe de andar por las 18 cms.
Para este momento del chat mi cuquita escurria liquidos a todo lo que da… sentía mi respiración super agitada… y mis manos temblaban mientras escribía los mensajes.
– grandísima , compadre?
– Pues mas o menos 18 centimetros… pero eso no es lo importante… lo i mportante es que esta bien gruesa comadre…
– Aaaagggh!
– Que paso?
– Es que me excito imaginármela… perdón.
– No te preocupes. Pero, que te parece si paso a tu casa para que veas el modelo… y pues vamos a la tienda a comprarte la de plástico… me dijo el muy cabron!
– No!!! Como crees!
– Ándale comadre, además estoy a 1 cuadra de tu casa.
Senti que el corazón me volcaba…
– Es mas… ya estoy llegando. Abreme la puerta para no tocar y no hacer tiempo en la puerta.
Instintivamente, corri a la puerta principal… le quite el seguro y me arregle como pude el pelo. No habían pasado ni dos minutos cuando ahí estaba el… alto, fuerte, seguro de si mismo y con una ereccion que me atemorizaba… rápidamente le baje el zipper y ahhhhhgggg!!! Era cierto!
Una hermoso ejemplar de verg@ quedo ante mis ojos… la cabeza era enorme y muy oscura, las venas saltaban y daba la impresión que latian al ritmo del corazón… los huevos peludos y muy grandes, estaban frente a mi… senti desvanecerme al ver semejante pedazo de carne.
Cai frente a el y con mis pequeñas manitas intente abarcar el tronco, no pude. Pero lo que si pude fue comenzar a menear de arriba abajo su verga… estaba caliente, desafiante. Lentamente puse mis labios sobre su glande y mi lengua comenzó a lamer en todas direcciones ese falo que ahora me pertenecia. El me tomo del pelo y de un jalon me arranco la bata de trabajo… mis enormes tetas quedaon expuestas frente a el y con sus dedos pellizcaba mis adoloridos pezones.
No paso mucho tiempo cuando me levanto totalmente y me llevo a un sillon. Comenzamos a besarnos como desesperados y mientras su lengua hurgaba mi boca, centimetro a centimetro aquel pedazo de carne taladraba mi panochita… me trataba con una dulzura embriagante… sus movimientos eran acompasados, mi cuquita (que jamás había sentido algo igual) se amoldo a su cuerpo y por su falo corrian mis jugos llenándolo todo…
– Te gusta mi verga?
– Siiiiiii
– Sientes como te lleno completamente?
– Ssssiii
– Tienes una panochita bien apretadita… me encantas perrita!
– Aaaaggggghhh! Aaaaahh aaaaaaahhhh aaaaaaaahhhhh!!! Aaaaaaaagh!
– Siii… hazlo! Hazlo! Hazlo…. Aaaaaaaaaaahhhhhh!!!!
No lo podía creer! Estaba en el paraíso!!! Aquel macho era, por mucho, superior a lo que antes había sentido. Sus manos recorrían mi cuerpo, no había un solo espacio que sus poderosas manos no tocaran… amasaba mis tetas, tocaba mi espalda… juagaba con mi cabello… yo estaba en la gloria. De pronto uno de sus enormes dedos comenzó a perforar mi culito… aaaaaaaaahhhhh!!!! Aaaaaaaahhhhh!!! Jamás había sentido algo igual! Ese hombre me estaba poseyendo total y completamente!!! Yo era su puta, su perra… yo era lo que el quisiera!!! Aaaaahhhaaaaaaahhhh…
No se cuanto tiempo paso, perdi la cuenta de los orgasmos … mis jugos corrian por todo su cuerpo… senti morir y revivir… definitivamente el compadre me hizo suya. Despues de haberse asegurado de darme suficiente placer me dijo… ahora sigo yo comadrita. Empezó a bombear de una manera frenética en mi adolorido cuerpecito, me puso en cuatro, pego mi pecho al piso… me sentía una put@ cualquiera y al mismo tiempo la mas afortunada de las mujeres… quería que mi hombre terminara dentro de mi… que me usara a su antojo… y asi fue… tan solo unos minutos y el estaba acabando de una manera violenta… podía sentir como se hinchaba su gorda verg@ y una enorme cantidad de leche me llenaba las entrañas… por mi parte me sentía feliz y realizada… que hombreeeee!!!1 aaaaaaaaaaaghhhhhh!!!! Aaaaaaaaahhhhh!
Me levante y comencé a limpiarle con mi lengua su verg@… lo hice a consciencia, lubrique cada parte de su hermoso tronco y me tome los restos de leche que aun conservaba dentro de el… al final de la faena, apenas y podíamos movernos. El estaba desmayado de placer y yo, no podía sentarme en muchos días… conocí el lado mas perverso de Pepe, mi gran compadre… finalmente nos despedimos con la promesa de ir los dos a comprar el dichoso consolador… me ha usado de muchas maneras, me ha pervertido y a mi me encanta…
Espero les haya gustado mi pequeño relato.
Leído por ahí 😉
Me llamo Patricia, soy la empleada de una farmacia en la frontera mexicana con estados unidos. Tengo 31 años, 2 hijos a quienes adoro y, hasta hace poco, un esposo que pensaba que me amaba. Soy una mujer chaparrita (1.52), peso 65 kgs y algo llenita… según me han dicho los únicos dos hombres con los que he estado. Uso una talla 32D de bra y mi culit 😳 esta muy bien cuidado gracias a las dos horas que siempre salgo a correr por las mañanas.
Pues bien, mi aventura comienza cuando Gabriel, mi esposo empezó a tener muchos problemas en su trabajo. Las presiones iban en aumento hasta que finalmente perdió su empleo. Nunca lo supe hasta el dia que llego borracho a nuestra casa y me golpeo por preguntarle porque venia asi. Antes de esa escena, nuestra vida matrimonial sufrió muchos altibajos. Casi no me tocaba, se ponía celoso con cualquier ropa que me pusiera y en las noches, cuando lo buscaba íntimamente, el solo me esquivaba diciendo que el trabajo lo tenia muy mal. Fue un tiempo de mucha angustia, ya que apenas alcanzábamos para la casa, siempre estábamos de pleito y, a pesar de que yo quería ayudarlo el no me dejaba. Pense en muchísimas cosas, en que tenia una amante, en que tal vez yo estaba muy fea por la edad, o hasta pensé que era homosexual, pero no llegaba la respuesta a mis inquietudes. Poco tiempo después de golpearme ya ni siquiera me miraba, hasta una mañana que encontré una nota donde decía que no podía mas, que se iba al norte a buscar una mejor vida para nosotros… la noticia me dejo devastada y con mi autoestima por los suelos, ¿que clase de mujer era que ni mi esposo me quería tocar?
Cierto día, mientras atendía la farmacia, llegaron un par de chicos a comprar condones. Ya los había visto pasearse por la tienda, y ese dia los note particularmente nerviosos; les pregunte porque no estaban en la secundaria y si traían uniforme, a lo que me dijeron que por favor no les dijera a sus padres o llamara a la policía, que se habían salido porque ese dia se iban a estrenar con Laura, una de sus compañeras quien, por 500 pesos, les iba a dejar que le hicieran lo que quisieran con la condición que se lo hicieran por separado. La situación me provoco morbo y senti un cosquilleo en mi pecho, al pensar que estos chicos tendrían mas sexo del que yo había tenido en un año. Pense en lo afortunada que era la tal Laura y confieso que despertó en mi el apetito por sentirme mujer una vez mas. Mientras estaba sumida en mis pensamientos, uno de los chicos me confeso que nunca había usado un condon, que ya había roto dos intentando ponérselo y que el nervio lo estaba matando. Al ser un chico de 14 años me dio ternura su situación y le di instrucciones de como ponérselo, pero el simplemente no atinaba a las instrucciones que yo le daba. En ese momento, y como no había nadie en la tienda, me propuse a ayudarle. Su compañero ya había salido y el estaba muerto de vergüenza. Le pedi que pasara al baño y que en un segundo estaba con el. Cuando llegue al baño, el estaba temblando, sudaba y me miraba con cara de preocupado. Lo abrace un poco intentando calmarlo y grande fue mi sorpresa al sentirlo pegado junto a mi. Apenas atino a tocar mi culito y apretarme fuertemente hacia el, pero el bulto que se cargaba me acaloró… era mas de lo que jamás le senti a mi marido. Lentamente procedi a desabrochar su pantalón y, como resorte, salto una verga increíble. Calculo que debia medirle mas de 20 centimetros; gruesa y con muchas venitas marcadas. Uff!!! Senti que mi conchita se humedecia totalmente y una descarga eléctrica desde los pezones hasta la cuquita me hicieron temblar. Trate de aparentar normalidad y le dije… vaya! Que escondidito te lo tenias amiguito, el solo se rio timidamente y me dijo… ayúdeme a ponerme el condon… Abrimos un paquetito y con dificultad le mostre gráficamente como enrollar ese plástico en aquel enorme miembro. Mis manos temblaban cada vez que lo rozaba y mi respiración se iba haciendo cada vez mas agitada. El, sin embargo prestaba atención a todo lo que le decía y muy diligente seguía mis instrucciones. Finalmente aprendio a como ponerse y quitarse el condon, se subio el boxer, el pantalón y agradecido se fue de la farmacia.
Pasaron horas para lograr bajarme un poco la calentura, no podía sacar de mi mente aquel pedazo de carne y a cada minuto envidiaba mas a la dichosa Laura… pensaba, en este minuto debe estar bien ensartada por mi amiguito y yo aquí, sola como perro. No había forma de saciar mi hambre.
No pudo haber un mejor momento para aparecer en mi vida Pepe, nuestro compadre. El era el típico hombre trabajador y dedicado a su familia, era gerente de una empresa local y siempre estaba rodeado de muchísima gente, siempre los seguían las mujeres de todo tipo y siempre, pero siempre, estaba dispuesto a ayudarnos como familia. El había sido el compadre nuestro porque bautizo a nuestros dos hijos y desde el dia que Gabriel nos dejó cada semana llevaba a mis hijos al parque y nos dejaba un sobre de dinero en la mesita de centro, siempre intentando que nadie se diera cuenta. Por demás esta decir que ese hombre me hacia sentir una confianza total y una seguridad que no podría tener con nadie mas. Por ese motivo, ese dia en la noche decidí enviarle un mensaje de whatsapp. Me contesto enseguida:
– Compadre. Buenas noches.
– Buenas noches, comadre. Todo bien?
– Si, si. Gracias. Disculpe la molesta.
– No, para nada. Usted nunca molesta. Digame, en que le puedo servir. Los niños están bien?
– Si, no se trata de sus ahijados.
– Digame, me esta preocupando.
– Vera. Se trata de mi. Le dije inmediatamente.
– Que pasa Patricia, me pregunto intrigado.
Al pronunciar mi nombre pude sentir el mismo cosquilleo que senti cuando estaba con el muchacho hace unas horas, no se si era que estaba calentona o era que siempre había sentido esa atracción por el compadre, pero no lo sabia. Le dije que necesitaba pedirle un favor, pero que tenia que pedírselo por whatsapp porque no me animaba a hacerlo de frente.
– Comadre, me estas poniendo nervioso. Ya dime que pasa?
– Puesssss… veras. Te agradezco todo tu apoyo que siempre nos das. Cuando Gabriel nos dejo, pensé que ya no contariamos con tu ayuda. Y, al contrario, tu ayuda nunca se ha ido, por eso me animo a pedirte un favor especial… mira, si te lo pido a ti es por confianza, no se a quien mas pedírselo.
– Paty, ya dime que esta pasando por favor!
– Bueno. Pues tu sabes que estoy sola. Y pues, como mujer también tengo necesidades.
– Si
– Me da mucha vergüenza. Pero…
– Estamos en confianza, dime.
– Es que quería pedirte… si por favor, me puedes conseguir un consolador en la sex shop.
Los momentos que tardo el compadre en contestar se me hicieron eternos… podía ver que escribía y luego borraba, pero no publicaba nada.. sentía un nudo increíble en la garganta y la boca seca… no me había visto, pero instintivamente, mi mano estaba en mi entrepierna acariciando involuntariamente mi conchita… que nervios!
– Mira comadre. (Escribio…)
– Me da mucho gusto que puedas contar conmigo. Tambien me da mucho gusto que no te andes quemando por ahí con cualquiera. Una mujer como tu, podría tener a quien quisiera y saber que prefieres un consolador, me da mucha tranquilidad, pues podras darte gusto a tu antojo y seguiras siendo una mujer muy decente. Gracias por la confianza!
– Ay compadre… gracias por tus palabras y si… me da muchísima pena, pero siento que contigo hay mucha confianza. Te agradezo. Pero no se porque dices que una mujer como yo…
– Mira comadre, eres una mujer hermosa en toda la extensión de la palabra, tienes unos ojos increíbles y una voz muy bonita. Y mejor ya le sigo porque…
– Porque compadre?… por primera vez en mucho tiempo me sentía mujer. Saber que un hombre como nuestro compadre me admiraba, me hacia sentir especial y quería saber todo!
– Ya no le sigo por respeto comadre. Y porque quiero que puedas seguir contando conmigo.
– Puessss mira compadre, necesito tener toda tu confianza. Asi que si no me dices lo que estabas pensando ya no te pedire el favor que te había pedido antes. Conteste.
– Mira, a lo macho. Eres una mujer increíble. Me encanta tu voz, tu boca, tus labios. Tienes un cuerpo que me encantaría conocer y darte placer hasta que grites de gusto, pero tu sabes que te respeto y siempre he respetado los limites.
Era increíble! Ese hombre exitoso, de mucho mundo y con posibilidades de tener a la hembra que quisiera, y saber que yo le gustaba… hizo que mi ego se inflara…
– Gracias por tu sinceridad compadre, aunque creo que has conocido mujeres mas interesantes que yo. Te agradezco que me dígas lo que piensas.
– Y bien. Como quieres tu consolador? Me pregunto sin mas preámbulos!
– Esteeeeee…. No se!
– Te gustaría uno con apariencia natural o uno tipo plástico?
– No seee… es que nunca he comprado uno.
– Mmmm… y… mas o menos de que tamaño lo quieres comadre?
La pregunta me dejo helada… no sabia que responder.
– Pues normalita… le dije.
– ¿Normalita como yo, o normalita como la gente normal?
– A que se refiere compadre?
– Pues… si quieres te consigo uno de las dimensiones de mi aparato… o uno normalito.
– Y como es tu aparato, le pregunte curiosamente…
– Pues mira comadre, se me hace que no te cabria… jaja(risa nerviosa)
– Ay compadre… que cosas dice!
– Pues es que estas chiquita y las manitas también son chiquitas, se me hace que no la abarcarias…
– A jijo! A poco la tienes muy grande compadre? Le pregunte incrédula!
– Que cosa?
– Tu cosa…
– Mi que?
– Tu cosota?
– No comadre… llamala por su nombre o no hay trato.
– Tu vvvvvvvverg@… tartamudee
– Jaja… ándele, asi me gusta comadrita. Y si… debe de andar por las 18 cms.
Para este momento del chat mi cuquita escurria liquidos a todo lo que da… sentía mi respiración super agitada… y mis manos temblaban mientras escribía los mensajes.
– grandísima , compadre?
– Pues mas o menos 18 centimetros… pero eso no es lo importante… lo i mportante es que esta bien gruesa comadre…
– Aaaagggh!
– Que paso?
– Es que me excito imaginármela… perdón.
– No te preocupes. Pero, que te parece si paso a tu casa para que veas el modelo… y pues vamos a la tienda a comprarte la de plástico… me dijo el muy cabron!
– No!!! Como crees!
– Ándale comadre, además estoy a 1 cuadra de tu casa.
Senti que el corazón me volcaba…
– Es mas… ya estoy llegando. Abreme la puerta para no tocar y no hacer tiempo en la puerta.
Instintivamente, corri a la puerta principal… le quite el seguro y me arregle como pude el pelo. No habían pasado ni dos minutos cuando ahí estaba el… alto, fuerte, seguro de si mismo y con una ereccion que me atemorizaba… rápidamente le baje el zipper y ahhhhhgggg!!! Era cierto!
Una hermoso ejemplar de verg@ quedo ante mis ojos… la cabeza era enorme y muy oscura, las venas saltaban y daba la impresión que latian al ritmo del corazón… los huevos peludos y muy grandes, estaban frente a mi… senti desvanecerme al ver semejante pedazo de carne.
Cai frente a el y con mis pequeñas manitas intente abarcar el tronco, no pude. Pero lo que si pude fue comenzar a menear de arriba abajo su verga… estaba caliente, desafiante. Lentamente puse mis labios sobre su glande y mi lengua comenzó a lamer en todas direcciones ese falo que ahora me pertenecia. El me tomo del pelo y de un jalon me arranco la bata de trabajo… mis enormes tetas quedaon expuestas frente a el y con sus dedos pellizcaba mis adoloridos pezones.
No paso mucho tiempo cuando me levanto totalmente y me llevo a un sillon. Comenzamos a besarnos como desesperados y mientras su lengua hurgaba mi boca, centimetro a centimetro aquel pedazo de carne taladraba mi panochita… me trataba con una dulzura embriagante… sus movimientos eran acompasados, mi cuquita (que jamás había sentido algo igual) se amoldo a su cuerpo y por su falo corrian mis jugos llenándolo todo…
– Te gusta mi verga?
– Siiiiiii
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– Ssssiii
– Tienes una panochita bien apretadita… me encantas perrita!
– Aaaaggggghhh! Aaaaahh aaaaaaahhhh aaaaaaaahhhhh!!! Aaaaaaaagh!
– Siii… hazlo! Hazlo! Hazlo…. Aaaaaaaaaaahhhhhh!!!!
No lo podía creer! Estaba en el paraíso!!! Aquel macho era, por mucho, superior a lo que antes había sentido. Sus manos recorrían mi cuerpo, no había un solo espacio que sus poderosas manos no tocaran… amasaba mis tetas, tocaba mi espalda… juagaba con mi cabello… yo estaba en la gloria. De pronto uno de sus enormes dedos comenzó a perforar mi culito… aaaaaaaaahhhhh!!!! Aaaaaaaahhhhh!!! Jamás había sentido algo igual! Ese hombre me estaba poseyendo total y completamente!!! Yo era su puta, su perra… yo era lo que el quisiera!!! Aaaaahhhaaaaaaahhhh…
No se cuanto tiempo paso, perdi la cuenta de los orgasmos … mis jugos corrian por todo su cuerpo… senti morir y revivir… definitivamente el compadre me hizo suya. Despues de haberse asegurado de darme suficiente placer me dijo… ahora sigo yo comadrita. Empezó a bombear de una manera frenética en mi adolorido cuerpecito, me puso en cuatro, pego mi pecho al piso… me sentía una put@ cualquiera y al mismo tiempo la mas afortunada de las mujeres… quería que mi hombre terminara dentro de mi… que me usara a su antojo… y asi fue… tan solo unos minutos y el estaba acabando de una manera violenta… podía sentir como se hinchaba su gorda verg@ y una enorme cantidad de leche me llenaba las entrañas… por mi parte me sentía feliz y realizada… que hombreeeee!!!1 aaaaaaaaaaaghhhhhh!!!! Aaaaaaaaahhhhh!
Me levante y comencé a limpiarle con mi lengua su verg@… lo hice a consciencia, lubrique cada parte de su hermoso tronco y me tome los restos de leche que aun conservaba dentro de el… al final de la faena, apenas y podíamos movernos. El estaba desmayado de placer y yo, no podía sentarme en muchos días… conocí el lado mas perverso de Pepe, mi gran compadre… finalmente nos despedimos con la promesa de ir los dos a comprar el dichoso consolador… me ha usado de muchas maneras, me ha pervertido y a mi me encanta…
Espero les haya gustado mi pequeño relato.
Leído por ahí 😉
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