Autor : claudiomarried
Capítulo 11.- La deuda con Biocha
En nuestro regreso, llevamos a su casa a Montse, la recién desvirgada, Ani nos dejó a ambos atrás y se fue adelante con Isa, permitiendo que yo llenara de arrumacos y caricias a la novia de mi hermano y mi nueva amante, ella aún nerviosa e incrédula por todo lo sucedido me devolvía mis caricias con timidez, pero comprendiendo sus estado, no la abandone en ningún instante, al llegara a su casa tras los 15 minutos de trayecto me bajé a dejarla en su portal, allí ella me dijo
Gracias por ser tan cariñoso y gentil, no lo olvidaré nunca.
De nada, fuiste maravillosa y tampoco lo olvidaré, dije besándola.
Abrió el portón y caminó a la entrada de la casa donde las esperaba su madre que me saludó de lejos afectuosamente, nos preguntó ¿por qué tan temprano? y luego de las breves explicaciones de su hija me hizo señas y nos invitó a pasar a todos, por lo que me volví y les dije a mis chicas que bajaran un rato ya que aún era temprano, doña Montserrat nos ofreció unos refrescos con pastelillos los cuales aceptaron gustosas las tres chicas, yo comí algunos, más por apetito que por gusto, ya que siempre voy por lo salado, en un momento doña Montserrat se acerca y me dice casi como un susurro mientras las otras parloteaban de lo lindo:
Te veo en el baño de mi cuarto en tres minutos.
Okey conteste casi como un suspiro.
Estábamos conversando cuando doña Montserrat se excusó y nos dejó solos, sin mirar mi reloj, cuando creí que los tres minutos habían pasado, me excusé para ir al baño, mi corazón latía a mil, recién había desvirgado a su hija y ahora iba a su encuentro, caminé de prisa acudiendo al llamado de doña Montserrat. Entré al baño nervioso de su reacción, pensando que su hija algo podría haberle dicho, aún cuando era imposible por el breve lapso transcurrido, ella estaba allí sin vestido, solo lucía un encantador conjunto que resaltaba sus redondeces.
Por fin vienes, plantándome un efusivo beso francés.
Claudio: Mmmm,…. ¿qué es lo que me quiere decir?
Doña Montserrat: Que bueno estas, no sabes todo lo que he esperado a que me llamaras, y ahora desde que llegaste solo he esperado este momento para sentirte.
Claudio: Si pero es peligroso que estemos juntos, ocultándonos mientras las chicas están a solo pasos de nosotros.
Doña Montserrat: Es que verte me pone lujuriosa cabrón, solo te quiero dentro de mí, estoy muy cachonda.
Claudio: Igual yo, pero creo que tenemos que hacer esto en forma diferente.
Doña Montserrat: ¿Qué podríamos hacer?, tú en tu casa con todas tus parientes y yo con Montse gran parte del tiempo.
Claudio: Bueno, creo que podríamos incluir a Montse en esto y así disponer de mucho tiempo, le dije atrayéndola tomada de su culo hacia mí.
Doña Montserrat: ¡Estás loco!... ¿cómo podríamos incluir a mi hija en sesiones de sexo en que ella y yo participemos?, más encima Montse es la novia de tu hermano, además creo que es virgen aún, me espetó, separando nuestros pechos con sus brazos.
Claudio: Estas atrasada de noticias, lo último que dijiste ya no es efectivo, le dije mientras le tomaba con sus manos el redondo culo pegándola a mi verga.
Doña Montserrat: ¿Qué estás diciendo?,
Claudio: Que Montse ya no es virgen y que la podemos incluir, subiendo una de mis para sobarle una teta
Doña Montserrat: ¿Cómo sabes que no es virgen?, ¿a caso tu hermano te lo contó?
Claudio: La verdad es que no me contó él, porque yo tomé su virginidad, hace solo unas horas, le dije mientras sacaba una de sus maravillosas tetas de su encierro y se la comenzaba a comer, ella incrédula no atinó a rechazarme.
Doña Montserrat: Pero….tú…. ¿cómo fue?, ¿la forzaste? Preguntó mientras suspiraba y jadeaba de lo caliente que estaba, cada palabra y acción mía la ponía más cachonda, ahora además de comerle las tetas le masajeaba el húmedo coñito.
Claudio: Mmmm,…no, no la forcé, solo se dieron las cosas cuando estábamos en casa de Biocha
Doña Montserrat: Pero como lo hiciste con ellas presentes ¡ahhh….me enloqueces…mmmm!
Claudio: Fue extraño, pero ellas estuvieron presente ya que fue casi un juego.
Doña Montserrat: Ellas presentes, ¿pero como? ¿La trataste como una vulgar zorra?
Claudio: La traté como una princesa, y puedo afirmar al igual que las otras presentes, que lo disfrutó mucho, tanto que creo querrá repetir, dije mientras continuaba chupándole sus tetas y le bajaba un poco las braguitas para invadir mejor su coño mientras ella ayudaba con un erótico contoneo.
Doña Montserrat: Mmmm…..ahh y que hacían las otras mientras le hacías el amor a mi hija, preguntó dejándose pasar mi verga por el coño, que a cada segundo estaba más húmedo de flujos vaginales
Claudio: Ellas se tocaban su coño y miraban como la hice gozar, tal como yo te haré ahora, mientras la penetraba casi de un golpe de mi caliente verga, agarrándole su fenomenal culo.
Doña Montserrat: Ah… ¿Le…le gustó como a mí tu verga?, me preguntó, mientras sentía que la partían en dos y me pedía que le chupara la otra teta recién liberada.
La tomé por su culo con las dos manos y la pegué al muro, ella se colgó de mi cuello pegando mi cara a sus tetas. El mete saca en el baño fue intenso a pesar de lo rápido que lo hicimos, la calentura de doña Montserrat hizo que se corriera al cabo de tan solo tres a cuatro minutos, casi con los brazos acalambrados la deposite en el wáter y la forcé a que me comiera la verga hasta correrme en su boca, ella se lo tragó todo y me sonrió traviesa diciéndome.
Qué maravilla de polvo que me has dado, ¿mi hija lo disfrutó tanto como yo?
Claudio: Sí gozó tanto como tú, es una gatita tan caliente como tú.
Doña Montserrat: ¿Pero no sé como incluirla en nuestros juegos?
Claudio: Yo tampoco lo sé aún, pero Montse también ha gozado como tú, además me dijo que deseaba que esa experiencia se repitiera, por lo que encontraré la forma.
Doña Montserrat: Yo también deseo que la encuentres, Montserrat limpiándome la verga con su boca. Listo, regresa con el resto mientras me compongo y me visto.
Regresé donde estaban las chicas, las que seguían parloteando de lo bueno que había sido el sexo conmigo y las ganas que tenía Isa de que yo la poseyera como lo hice con Montse, la cual aclaraba que yo era el mejor para tal trabajo, como si fuera la más experimentada de las tres, cosa que evidentemente no era, pero así son las chicas creo yo, al asomar me preguntaron ¿por qué había demorado tanto?, ¿que dónde estaba?, solo les respondí:
En el baño haciendo algo privado o creen que estaba teniendo sexo con la madre de Montse, jajaja.
Ani: Dudo que pudieses ya que la hija te dejó sequito apuntando a Montse terminando con una risita
Montse: Además mi madre es una dama dijo algo mal humorada.
Claudio: No lo dudo, es tan dama como tú, pero no es de acero, claro que no le he hecho nada…..
Isa: Ya ves, es solo un pardillo con el estómago indigesto, jajaja
Montse: Sí, además no te quedan fuerzas, jajaja.
Claudio; Es cierto, pero me estoy recuperado, te advierto que tu madre no deja de ser mujer y por cierto que bellísima, tanto como tú… corazoncito.
Montse: Eres un cabrón y al mismo tiempo zalamero, jajaja
Me acerqué a Montse para besarla, a lo que ella no se resistió por lo que me envalentoné y le tomé una teta por sobre la ropa, ella suspiró y me tomó de la mano como queriendo alejarla, pero no se lo permití, luego fui donde Ani e Isa y les hice lo mismo, dejando en claro que yo era su macho dominante y ellas mis leonas hambrientas. Un poco más tarde, después de la kilométrica despedida, Montse llamó a su madre y nos despedimos de ambas. En ese momento es que aproveché de acariciarles disimuladamente a las dos, me situé entre ellas y les tomé su culo para disimuladamente amasarlos y sobarlos, ellas disimularon no enterarse de mis lascivas caricias, pero de alguna forma Isabel notó mis maniobras y se puso roja de vergüenza ajena, por lo que una vez en la calle me dijo algo mal humorada:
Empiezo a creer que efectivamente te tiraste a doña Montserrat.
Claudio: ¿Pero qué dices hermanita?, jajaja.
Isa: Lo que escuchaste, vi como le tocabas el culo a las dos mientras te despedías.
Claudio: Es cierto, la tentación era muy grande ya que me las tiré bien tiradas por separado y ahora deseo que luego las pueda juntar, y me las tiraré cara a cara.
Ani: Eres un degenerado follador, pero recuerda que nos tienes que dar nuestra dosis de verga a las dos, y a las otras parientes también, jajaja.
Esa noche me dediqué a descansar, pues las exigencias de mi cuasi harem eran altas, por lo que me acosté en la cama de Juan, haciendo caso omiso a las invitaciones recibidas por tres de las cuatro parientes. Al otro día temprano en la mañana me llamó Biocha, algo afligida, diciéndome que necesitaba de mí desesperadamente, pensé que quería que cumpliese mi promesa, por lo que le dije que estaba ocupado y que debía de ir al centro comercial, ella estaba acongojada y que necesitaba de mí desesperadamente, agregando que ella estaba más que dispuesta a ir donde fuese necesario para tal fin, nuevamente pensé que la había dejado muy caliente, cosa que me extraño, pues no consideraba que fuese para tanto, por lo que le pregunté a qué se debía tanta urgencia y deseos de concretar la cita, a lo que respondió con algo que me pareció más raro aún dado el tiempo transcurrido.
No quiero ser la única virgen del grupo y después de hablar con Ani y Montse, estoy convencida que tú eres el indicado para la tarea.
Bueno juntémonos a conversar del tema como quieres, que te parece tipo 10 de la mañana.
Bicha: No sé donde podemos juntarnos, pero no puede ser en mi casa.
Tras un largo dialogo donde quedé con más dudas que respuestas, le propuse que nos juntáramos a conversar sobre el tema cara a cara; en el centro, frente a las puertas de nuestra tienda “favorita”, o sea el comercio de los bañadores y lencería. Llegué un poco antes de la hora acordada, pues no quería sorpresas, creo que me sentía perseguido como en las películas de acción, pero algo aburrido de esperar me puse a vitrinear con el fin de matar el tiempo, cuando miraba casi distraídamente la vidriera se me acerca la dependiente que ya me conocía de las anteriores oportunidades, saludándome:
Buenos días, así que el joven de las parientes voluptuosas viene a comprar algo.
Claudio: No solo miraba
Dependiente: ¿Interés científico o buscas o necesitas ayuda en algo?, ¿donde están las parientes?
Claudio: Estoy solo
Dependiente: ¡No puedo creer que te han mandado solo!
Claudio: En realidad, me quedé de juntar en un rato más con una de ellas.
Dependiente: Entonces podemos conversar adentro hasta que llegue, dado que la mañana está muy lenta.
Claudio: Si, sería agradable conversar mientras espero
Dependiente: Conversemos como lo haces con tus parientas en uno de los probadores sugirió.
Claudio: ¡¿Perdón que me dijo?!
Dependiente: Que entremos a uno de los probadores a conversar como vi que haces con tus parientas cada vez que vienes acá o ¿creerás que no me di cuenta lo que sucedió en ambas oportunidades?
Claudio: ¿Está segura? ¿qué dirán las otras dependientes?
Dependiente: Nada, si saben los que les conviene, ya que soy la supervisora de este turno.
Claudio: Pero yo no tengo mucho tiempo, solo dispongo de diez a quince minutos.
Dependiente: Son suficientes para mí, dijo dibujando una sonrisa en su rostro.
Claudio: Si así lo prefiere, bueno que le voy a hacer.
Dependiente: Me harás lo que yo quiero, jejeje
Para ser honesto, la dependiente es una atractiva mujer de unos treinta años de un salero increíble, todo en ella sugería sensualidad, pese a que solo vestía una falda y blusa de la tienda, en cuanto a su cuerpo, las prendas dejaban adivinar un gran culo, una sinuosa cintura pero unas tetas pequeñas, no mediría más allá de 1,6 metros, pero a mí el tamaño no me importa mayormente.
Entramos al probador más grande, el mismo donde nos habíamos metido la última vez con las chicas, tan solo al entrar ella toma la iniciativa y me asalta, colgándose de mi cuello y siendo besado, su accionar me sorprendió, atinando solo a responder el intenso beso francés que me propinaba, luego bajé mis manos a su culo, masajeado sus amplias nalgas, cosa que me calentó de sobremanera, ella me miró y se sonrió maliciosamente, por lo que me sentí autorizado a proceder a abrir el cierre de la falda y con alguna dificultad dejarla caer al piso, comenzando a amasar el enorme culo de la mujer, la cual sin cortarse un pelo, se abrió la blusa dejando al descubierto sus pequeñas tetas adornadas por unos preciosos pezones abultados y erectos, en ese momento pensé que eran muy grandes en comparación al tamaño de ellas, pero se veían deliciosamente atractivos, comencé a comerlos con pasión encontrando, chupando, lengüeteando y mordiéndolos suavemente, de ellos salía un líquido blanquecino como la leche de un sabor agradable; ella suspiraba y gemía bajito, yo estaba excitadísimo y más aún cuando liberó mi enhiesta verga, la que quedó rozando su estómago por sobre la blusa, por lo que se la sacó completamente.
Dependiente: ¡Sigue que me calienta!
Claudio: ¿Que es lo que le sale a tus tetas, que está tan rico?
Dependienta: Leche, contestó lacónicamente mientras se corría el calzón y m e tomaba la verga para apuntarla a su concha.
Claudio: ¿Tienes un bebé?
Dependiente: Si paro ya es mayorcito, por lo que ya regresé a trabajar, métemela.
Claudio: Pe…pero tu marido no cubre tus necesidades.
Dependiente: No solo se preocupa del niño y nada de mí, es un cretino picha floja.
Claudio: Si quieres que te ensarte, déjame sentar le dije mientras ella se restragaba mi verga con su coño descubierto.
Dependiente: Bueno, mmmm qué grande, es mucho más grande que el de mi marido dijo al meterse mi verga en su coño.
Claudio: ¿Te gusta?
Dependiente: Sí, está mmmm….muy llenadora, dale, métemela fuerte.
Inicié un mete saca con la dependienta masajeándole el culo y chupando la leche de los hinchados pezones que enriquecían esas pequeñas tetas, ella me acaricia por todas partes mientras gemía y suspiraba intensamente. Estábamos en eso cuando noté unas risitas apagadas, casi imperceptibles, miré hacia la cortina y vi varios ojos que nos miraban mientras yo penetraba a la “Jefa del Turno”, eran las otras dos dependientes y la cajera que me miraron avergonzadas al sentirse sorprendidas, pero no se retiraron. Me sentí algo extraño, pese a que no era la primera vez que tenía sexo con público. Volví a mi faena y sentí como el coño de la dependienta es un río de flujo vaginal que refleja las emociones, necesidades y calentura de la dependienta, ella rebotaba sobre mí marcando el ritmo del coito, hasta que en un silente orgasmo le llega y se abraza a mi casi desmadeja, mientras mi verga aún está llenándole el coño.
Claudio: ¿Te gustó?
Dependienta: Mmmm si mucho pero tu no te corriste.
Claudio: No pero no importa ya lo haré, pero nunca he tenido sexo con una desconocida, ¿cómo te llamas?
Dependienta: Verónica, contesta mientras se desmonta para lamer mi verga.
Claudio: Verónica (al igual que la madre de Biocha pensé), como Jefe de Turno, puedes llamar a las otras chicas para que te ayuden en esto.
Verónica: ¿mmm…qué?
Claudio: A las tres mironas que veían como su jefa se corría.
Verónica: Entren las guarras calientes, que quiero verlas.
Entraron las tres mujeres, una era delgada de buen porte y curvas, la otra del mismo alto que Verónica algo fea pero tremendamente tetona y la cajera una mujer de unos sesenta años algo obesa que no tenía mucho atractivo. Mi nueva amante se paró y mirándola a los ojos les dijo:
Debería darles vergüenza espiarme, en castigo deben comerle la verga hasta que se corra.
Claudio: Sí, pero dejen sus tetas al descubierto para que se las llene de leche.
Cajera: pero nunca le he sido infiel a mi marido, solo he chupado su verga.
Verónica: Siempre hay una primera vez y todas debemos estar en esto, sin excepción.
Las tres mujeres se abrieron las blusas, sacaron sus tetas al aire y comenzaron a turnarse comiendo mi verga, la primera fue la más alta, sus tetas eran medianas adornadas con unos pezones pequeños, las tenía puntiagudas y paraditas, su desempeño fue más que aceptable, dada mi calentura no podía aguantar mucho más por lo que pedí que viniera la segunda, que fue la feíta parecida en físico a Verónica, le puso mucho empeño y logró meterse mi verga hasta la garganta, casi hace que me corra en el instante, apelando a mi profesor de matemáticas logré evitarlo, luego le tomé sus inmensas tetas y se las estrujaba con cada mamada que hacía, pero no podía exceptuar a la cajera por lo que le indiqué que era su turno, ella indudablemente perturbada se metió mi verga en su boca, comenzó a mamarla con muchas vacilaciones, por lo que tomé su cabeza y una teta, para marcarle el ritmo, lo hacía mal, pero el morbo pudo más y mientras la delgada me ofrecía sus tetas para que las libara, me corrí profusamente en la boca de la madura mujer, ella puso cara de asco pero se la tragó toda. Terminada mi corrida Verónica les ordenó que se compusieran y volvieran a sus puestos reabriendo la tienda que había dejado cerrada por el rato. Me compuse al igual que ella y le dije:
Verónica tengo que irme, pero espero volver para continuar esto en otra ocasión, ya que debo poseer este inmenso culo y seguir tomando tu leche.
Verónica: Cuando quieras.
Claudio: ¿Te puedo preguntar algo?
Verónica: Sí, claro, dime
Claudio:¿Cuánto mide tu culo?
Verónica: Mis medidas son 108 de culo, 67 de cintura, 82 de busto y mi copa es 32ª.
Claudio: Te las sabes muy bien, terminando de vestirme y acomodar mi ropa para acudir a la cita.
Verónica: Como veras, trabajo en esto hace ya mucho tiempo y puedo decir las tallas de cualquier chica con solo mirarla, por lo que me sé perfectamente mis medidas dijo esbozando una sonrisa.
Claudio: Así veo,…espero poder usar ese culo de 108 centímetros
Verónica: Pocos lo han usado, pero será un placer tenerte dentro de él.
Me despedí de todo el turno, ellas avergonzadas con la excepción de Verónica lo hicieron sin mirarme a los ojos, salí de la tienda y me puse a caminar por el lugar, estaba en eso cuando a los pocos minutos llegó Biocha, se veía arrebatadora y así lo sabía ella, me saludó efusivamente, con un gran beso en la boca, cualquier transeúnte hubiese supuesto que éramos novios, pero me dejé llevar.
Hola mi amor, como has estado
Claudio: Bien Biocha, ¿y tu cómo estás?
Biocha: Bien, como lo sabes tengo que pedirte algo que es muy importante para mí.
Claudio: ¿Qué sería, algo relacionado con la deuda?
Biocha: Aun que no lo creas no lo es, en todo caso lo de la deuda es sí o sí, a lo que me refiero es otra cosa.
Claudio: Me intrigas
Biocha: No sé cómo decirlo, pero necesito tu ayuda dentro del más absoluto secreto.
Claudio: Cuanta con ello
Biocha: Necesito que me ayudes con mamá, está en un lío del que no puede salir y no puedo recurrir a papá.
Claudio: Dime para que soy bueno.
Biocha: Descubrí que mamá tiene un amante que la extorsiona.
Claudio: Mmm,..¿pero qué puedo hacer yo al respecto?
Biocha: Ayudarme a espantarlo, pues también me afecta a mí.
Claudio: Pero yo soy un muchacho y el probablemente un hombre.
Biocha: Estoy desesperada y no sé a quién otro recurrir sin que se rompa el matrimonio de mis padres.
Claudio: Okey, cuéntamelo todo para ver qué podemos hacer.
Biocha: Es un amigo de la familia, casado con hijos que aparentemente se acostó en alguna oportunidad con mamá y para que no le cuente a mi padre, quiere que yo también me acueste con él, dice que si las dos nos acostamos con él, no le dirá a nadie.
Claudio: Eso no lo permitiré, pero no se me ocurre que hacer.
Biocha: Podríamos grabarlo y delatarlo a su esposa de ser necesario.
Claudio: Buena idea pero debemos planearlo muy bien.
Nos sentamos en una cafetería trazando un plan para que podamos tomar el control de la situación y evitar o superar la extorsión que sufre mi encantadora Biocha y su madre, por lo que luego de varias vueltas pudimos concebir un plan, tenía sus riesgos pero el que no se arriesga no cruza el rio, para poder materializarlo debíamos citar al susodicho a casa de Biocha cuando estuviese sola, pero previamente colocando dos videograbadoras una que tenía su padre al interior de la morada como parte del sistema de seguridad, a la que tenía que intervenir para que grabara sin estar la alarma puesta, la otra era de las típicas handycam muy populares en esa época, la cual sería operada por mi desde lo alto de las escalas que dan a los cuartos de la familia, nos preparamos todo lo que pudimos, aprovechando que sus padres habían salido de la ciudad, Biocha lo llamó para decirle que aceptaba el trato. El sujeto llegó a la casa feliz preguntando:
Está Verónica
Biocha: No, no está, solo estoy yo.
Sujeto: O sea estamos solitos Biocha.
Biocha: Sí, porque quiero que aclaremos que es lo que quiere.
Sujeto: Simple, quiero tener sexo contigo y luego con tu madre y si es posible con tu madre y contigo juntos en un trío.
Biocha: Pero mi madre es casada y yo menor de edad, le respondió y usted es un viejo que podría ser mi padre, además que soy amiga de sus dos hijas.
Sujeto: Pero eres un bombón sexy al que quiero hacerle muchas cositas, le dijo a Biocha mientras se le acercaba para comenzar a tocar.
Biocha: Déjeme, solo lo invité a hablar, le dijo mientras lo rechazaba como podía.
Sujeto: Mira niñita si te resistes tu mamá lo pasará muy mal, por lo que es mejor que seas cariñosa conmigo, le respondía mientras le tocaba el culo y lo que podía de tetas siempre siendo rechazado por Biocha que ya se encontraba muy nerviosa.
Claudio: Oiga degenerado deje a mi novia tranquila o le pesará me asomé al ver que la situación se descontrolaba por la lascivia del sujeto.
Sujeto: Veo que la putita tiene a su pequeño cabrón que la quiere defender, dijo el agresor, de mi estatura pero bastante mas grueso que yo.
Claudio: Le dije que la dejara en paz viejo #%Q@....
Sujeto: ¿Qué me vas a hacer alfeñique cabrón?, ¿me vas a golpear?
Claudio: Si es necesario lo haré imbécil pelotudo de la gran #%Q@....
Sujeto: Lárgate de aquí para que estrene este culo a esta zorrita, que merece que se lo partan por ser tan tonta para traer a un niñito insignificante y grosero.
Claudio: No me largaré, es más si no la suelta en el acto, le partiré la cara.
El sujeto empujó a Biocha contra uno de los sofá de la sala, como dije era notoriamente más pesado que yo, por lo que creo presumía que también era mucho más fuerte que yo; pero lo que no contaba era que luego de 7 años de práctica de artes marciales y varios enfrentamientos, tanto en el colegio como en campeonatos, mi habilidad junto con mi agilidad eran a todas luces superiores a él, que estaba bastante excedido de peso. Como era casi de esperarse, en todo este encuentro Biocha gritaba y lloraba, pero no le presté atención, concentrándome solo en mi oponente. El sujeto me lanzó un golpe dirigido a mi cara, cosa que yo esperaba por lo que lo esquivé por escasos centímetros, siguiendo de largo abanicando el aire, por lo que quedó en una posición ventajosa para mi contraataque, pese a que no lo golpeé muy fuerte le impacté en el cuello cercano a la tráquea, dejándolo con problemas de respiración, lo vi con dificultades serias, frenando mi ataque al igual que lo hacía en las competencias.
Craso error mío, aún cuando eran evidentes sus dificultades respiratorias, el que vio su oportunidad de acabar conmigo, abalanzándose sobre mí con todo su peso, cayendo ambos al piso; pero como me enseñaron en judo otras de las artes marciales que practico, aproveché su inercia, para que el feroz embate siguiera con su inercia por sobre mí, debo reconocer que me dolió y me dejó casi sin aire, pero me repuse rápidamente. Me levanté colocándome en guardia; pese al golpe contra el piso, el sujeto se puso de pie y bufando volvió a la carga, yo reaccioné golpeando al estúpido en ambas orejas y con la rodilla en su estómago, cayendo nuevamente al suelo. Increíblemente, volvió a incorporarse intentando contraatacar, lanzando golpes bastante descontrolados, se notaba que no sabía pelear y menos ocupar sus ventajas potenciales, por lo que volví a rechazar los golpes y en un momento de descuido de él, vi la oportunidad de romperle la nariz de un golpe seco que llegó retumbó en toda la habitación, arrancándole lágrimas de dolor. Me impresionó como saltaba la sangre en forma profusa, por lo que el combate se detuvo mientras yo adoptaba una actitud de espera para proseguir la pelea.
Sujeto: Jodido cabrón me has roto la nariz,
Biocha: Se lo merece por atacarme dijo llorosa.
Claudio: Será mejor que se vaya si no quiere que le rompa otras cosas viejo #%Q@....
Sujeto: Ya verán los dos, le contaré a tu padre y a todos, lo puta que es tu madre.
Biocha: Si les cuenta todo, yo mandaré el video de todo lo que ha acontecido aquí, y no creo que a las autoridades les guste que intente forzar a una menor de edad, como tampoco a su esposa e hijas sepan que tiene un padre degenerado, dijo aún con lágrimas en la cara.
Sujeto: Entréguenme la filmación o les pesará, dijo viéndose atrapado.
Claudio: Eso no pasará, la guardaremos hasta que usted sea solo historia.
Sujeto: Estúpido niñato, me dijo intentando atacarme nuevamente,
Pero la sorpresa ya estaba perdida y solo consiguió recibir una nueva patada que le dio en plena mandíbula soltándole dos dientes y derribándolo al piso donde se golpeó en la mesa central de la sala, a estas alturas ya no era un adversario al que temer.
Claudio: No sea estúpido, si intenta atacarme y no se va de inmediato, lo volveré a golpear y ahora sería por placer.
Biocha: Márchese viejo degenerado y métase su picha floja por su propio culo.
Sujetos: malditos cabrones, ahora perdí, pero cuídense las espaldas, porque esto no quedará así.
Claudio: Si vuelve a amenazarnos o nos pasa algo, me aseguraré que las autoridades y su familia sepan lo que ha ocurrido y usted tiene mucho más que perder que yo.
Finalmente el extorsionador, viendo que tenía todas las de perder, se incorporó como pudo y se marchó sin decir nada, mientras yo consolaba a Biocha que aún lloraba después de la sucedido, pues la escena fue bastante compleja y los restos así lo demostraban.
Claudio: Vamos no llores Biochita, ya pasó todo y no creo que este tipo quiera volver a molestarlas. Ahora debemos guardar la filmaciones y contarle a tu madre en cuanto llegue lo sucedido y que evite frecuentar al tipo este.
Biocha: Ay mi Claudio, no sé cómo darte las gracias, dijo abrazándome.
Claudio: ¡Ayyy!!!! me quejé cuando me abrazó la princesa italiana liberada del ogro.
Biocha: ¿Qué te pasa Claudito?
Claudio: Cuando se tiró encima el golpe fue bastante duro y ahora me duele,
Biocha: Déjame ver dijo levantándome la camisa. Se te ve entre rojo y morado en parte de las costillas y la espalda, el golpe debió ser duro.
Claudio: Si pero afortunadamente solo son hematomas, no creo tener ningún hueso roto.
Biocha: Creo que tendré que hacerte cariñito para agradecer tu valentía y excelente ejecución del plan.
Claudio: En ese caso creo que ya puedes empezar, jajaja
Comenzamos a besarnos tiernamente, mi temperatura como la de ella subió sin darnos cuenta y comenzamos a acariciarnos hasta que en un momento Biocha me tomó de la mano y me condujo a su cuarto donde con suma delicadeza me comenzó a desnudar, me deja hacer en silencio, hasta quedar como dios me hecho al mundo, para cuando finalizó mi amiguito estaba más que tieso, por lo que le dije:
Déjame desnudarte
Biocha: No, quédate tranquilo que te haré un pequeño show de agradecimiento.
Claudio: ¿En serio?
Biocha: En serio, dijo besándome y tomando mi verga por un isntante.
Veo que mi baile te gusta.
Claudio: Estaría loco si no me gustara o alguno de los golpes me afectó el cerebro corazón.
Biocha: Mmm espero que no…. Y por lo que aprecio veo a que tampoco a tu amiguito.
Biocha comenzó a buscar entre sus discos y puso música, la reconocí de inmediato, era "You Can Leave Your Hat On" de Joe Cocker, y comenzó a bailar desnudándose pausadamente, cosa que me excitó aún más, tanto que a los pocos segundos olvidé mi dolor, me acerqué a ella, pero me detuvo dándome un besito en la punta de la verga, la que continuaba totalmente estirada.
Continuando con el baile deja caer sucesivamente su blusa, los pantalones… las bragas y el sujetador, que espectáculo mas excitante, solo pensaba tanta carne para mí solo, que felicidad, ya deseaba metérsela completa a este ángel agradecido. De pronto Biocha se subió a la cama donde me había tendido después del rechazo inicial y tomándole la verga para pajearla, me besa introduciéndome su lengua hasta la garganta.
Ahora terminaremos lo que quedó pendiente
Si ya no puedo esperar más para hacerte mía.
Acto seguido, se puso a mamarme la verga y a mi sugerencia iniciamos un espectacular sesenta y nueve, su coñito tenía ese perfume a hembra que me excitaba cada segundo más y más, mi lengua empezó a explorar cada resquicio de su vagina hasta encontrar su hinchado clítoris, mientras sentía como ella se esmeraba por deleitar mi verga, estábamos en el cielo dándonos placer los dos, le tomaba sus tetas y se las masajeaba sin descanso, ¡que gustooo!!!! Llegó un momento que ambos empezamos a gemir y suspirar por la proximidad al orgasmo, dejé sus tetas para tomar su culo y mientras la masajeaba enterraba mi cara en su Monte de Venus para profundizar su goce con mi lengua, así nos llegó el orgasmo a los dos; el ansiado orgasmo que al llegar, nos elevó a las nubes. Por lo que ella se derrumbó sobre mi sin abandonar mi verga, recibiendo toda la leche que pronto le rebalsó la boca corriendo por la comisura de los labios, creo que nunca me había corrido tanto en las últimas semanas.
Biocha: Guau, eso estuvo genial exclamó. luego de tragar toda mí leche.
Claudio: Ni que lo digas bombón. Ponte a mi lado para que te coma las maravillosas tetas que tienes.
Biocha: Bueno si ese es el caso, voy gustosa respondió levantándose y acostándose mi lado bueno para no molestarme.
Luego de unos minutos en que nos dedicamos a acariciarnos, Biocha se levantó para treparse sobre mí, le intenté decir que para su primera vez yo debía de esforzarme, pero ella chocando literalmente su culo contra mi verga me lo impidió, rebatiéndome que ya había trabajado lo suficiente y ahora le tocaba a ella “sufrir”, cosa que le dije que no pasaría, aprovechando de tomar uno de sus turgentes tetas cuyo pezón estaba total y completamente erecto, mientras con la mano libre, llegaba a su coño que lo encontré completamente encharcado por su casi incontenible flujo…comenzamos a jugar, ella restregaba la rajita del culo contra mi verga, mientras yo la excitaba en sus labios mayores y clítoris. Biocha empezó a gemir, y suspirar pidiéndome que la dejara, mientras su enorme culo se echaba hacia atrás, casi doblando mi verga erecta, le dije que no escapara que si no me la iba a romper, le deje el monte de Venus libre y tomé sus tatas, dos blancos melones preciosos, ella comenzó a restregar su rajita del coño sin cesar, moviéndose como una gata en celo, como una gata que quería la verga de su gato.
Yo no podía más de caliente y pronto le metí la verga suavemente en el inicio de su coñito, atrayendo su magistral culo hacia mí, deslizando la hirviente herramienta como un cuchillo caliente en mantequilla, sentí como ella bajaba voluntariamente su culo sobre mí, siendo casi imperceptible el momento en que el himen se rajó para siempre; Biocha gimió dejando escapar varios suspiros ahogados al sentir como iba poco a poco introduciéndose mi verga en su interior; despacio, con suavidad, profundamente, sin pausa. En todo momento siguió el acompasado movimiento que le imponía, ambos continuabamos con caricias y besos, su boca iba de mi cuello a miss orejas, de allí a mis ojos, de allí a mi boca, era como si quisiéramos aprender de memoria nuestros cuerpos, ella comenzó a agitar el ritmo nuevamente, gatillando mi respuesta casi feroz, lo que me permitió arrancarle gemidos y suspiros cada vez más intensos…su conchita se incrustaba cada vez más profundo contra mi verga, de pronto, en una profunda acometida, su vagina estallo en un gran orgasmo que no alcancé a presentir… así de caliente estaba Biocha, la cual se desplomó casi inconsciente sobre mi cálido pecho. Yo aún no me corría, creo que por mi anterior corrida estaba casi seco, se irguió un poco y me sonrió con dulzura, le correspondí con mi mejor sonrisa, comencé un lento y pausado movimiento que ella no rechazó y luego de un largo rato pletórico de caricias y besos nos corrimos los dos, de recuperarnos algo, mi ya reducida verga manchada de semen, sangre y flujo vaginal, salió de su conchita, ella se estiro alcanzando unos pañuelos de papel que estaba en el velador limpiándola con delicadeza.
Seguimos acostados en la cama regaloneando, acariciándose mutuamente con ternura y conversando sobre lo ocurrido, ella lucía feliz tanto por su recién entregada virginidad, como la pequeña victoria que habíamos tenido sobre el chantajista, el tiempo pasaba y solo estabamos intercambiando palabras dulces, cosa que yo complementaba con suaves lengüetazos y chupadas de las magníficas tetas de Biocha. Por lo que ella le decía
Me las vas a gastar de tanto chupones
Claudio: Me encantaría gastarlas de esa manera
Biocha: ¿Te gusto realmente o solo estás conmigo por que eres un caliente salido?
Claudio: Las dos cosas, me encantas y es cierto soy un caliente salido, pero tú eres maravillosa y sinceramente me encantas.
Biocha: ¿A quien prefieres a Montse o a mí?
Claudio: No debes preguntar cosas de ese estilo, porque yo te podría preguntar a quién prefieres a Francisco o a mí.
Biocha: A ti y contéstame te lo pido.
Claudio: La verdad es que a Ani, pues a ella la amo a todas ustedes las quiero, a unas más que a otras.
Biocha: Me dices que estas enamorado de Ani y que te has metido con otras.
Claudio: Si, ya que solo quiero ser sincero y no engañarte, corazón.
Biocha: Bueno, es mejor tu sinceridad que una mentira que luego me estalle en la cara.
Verónica:¿Qué significa esto?, dice la madre de Biocha entrando al cuarto.
Biocha: ¡Mamá!!! Dijo tapándose las tetas con la sábana.
Verónica:¿Estás acostada con este chiquillo ¡en mi casa!!!...que dirá tu padre de todo esto.
Biocha: Mi padre no dirá nada, porque tú no querrás que sepa que me estabas entregando a tu amante, el que por cierto se fue bastante maltratado de esta casa luego del que el chiquillo que está a mi lado lo golpeara.
Verónica: Pero eres tonta, el me denunciará a tu padre tal como me amenazó…serás estúp..
Biocha: ¡Shito!!!, silencio, calla mamá, dudo que te acuse a ti o a mí, incluso a Claudio, pues grabamos todo, partiendo su acoso a mí y las tonteras que decía con respecto a acostarse conmigo y contigo.
Verónica: ¿Qué has hecho qué?
Biocha: Con mi chiquillo, que por cierto me desvirgó antes de que tu amante lo hiciera, planeamos una trampa que funcionó a la perfección y confesó todas sus malévolas intenciones sin involucrarte mayormente, por lo que tu secreto está solo en posesión de él, de mí y de Claudio.
Verónica: ¿Pero como sabías todo esto, si nunca te lo dije?
Biocha: Fácil mamá, un día que noté que hablabas con alguien en forma muy extraña, levanté el teléfono de la sala y escuche lo que el degenerado te pedía y que a pesar de tu negativa inicial, estabas dispuesta a concederle lo que pedía, que era ni más ni menos el virgen coñito de ti hija. Lo llamé y el vino corriendo a desflorarme, gracias a lo putas que has sido.
Verónica: No sé si decirte gracias o castigarte dijo la madre de Biocha sentándose en la cama entre sollozos.
Biocha: De nada mamá,… sabes que te quiero mucho, pero creo que le debes agradecer a Claudio ya que él fue de la idea y se enfrentó a golpes con el estúpido cabrón.
Verónica: Gracias, pero tú no eres el primo de Francisco el novio de esta put…chiquilla
Claudio: Sí, de nada doña Verónica, fue un placer ayudarla a usted y su hija, a la que quiero mucho, en cuanto a mi primo, el no está aquí y me pidió que cuidara de Biocha y eso es lo que he hecho.
Biocha: Mamá, esas gracias no valen, creo que es mejor que Claudio te tire como tu pretendías que me tirara tu amante, el nunca va a delatarte ni extorsionarte por conseguirme, pues ya me obtuvo.
Verónica: Pero que dices so insolente, pides que este chiquillo tenga sexo conmigo.
Biocha: Sí, aún que no te lo merezcas y pases un buen rato con él, ya que es un excelente amante, además pienso grabar como te da por todos lados.
Verónica: Estás loca no quiero que un desconocido me viole por qué tu lo quieras.
Biocha: Es el mismo caso que estabas permitiendo que yo hiciera con tu amante. Es la única forma que quedemos a mano y sea seguro para las dos y la única manera que te perdonaré tu infidelidad con papá.
Verónica: Pero podemos arreglarlo de otra forma…. no sé un auto nuevo….algo diferente.
Biocha: No mamá, es Claudio o le cuento todo a papá.
Verónica: Bueno, acepto, pero en el entendido que nunca podrás chantajearme con tu padre y siempre y cuando el chiquillo acepte, ya que no ha dicho nada.
Claudio: Si Biocha está de acuerdo, yo estaré encantado de tenerla en mis brazos dije levantándome desnudo y con mi gran verga extendida nuevamente.
Verónica: Hay que grande tienes la herramienta chiquillo, nunca había visto una así.
Claudio: Espero que le guste, ¿por qué no vamos a su cuarto para estar más cómodos?
Verónica: ¿Quieres hacerlo de inmediato?
Claudio: Sí, para que no tengamos problemas luego
Biocha: Si vamos.
Verónica: ¿Tú también iras Biocha?
Biocha: Sí mamá, quiero ver como el chiquillo que salvó tu matrimonio y el coñito de tu hija te empala.
Continuará.....
Capítulo 11.- La deuda con Biocha
En nuestro regreso, llevamos a su casa a Montse, la recién desvirgada, Ani nos dejó a ambos atrás y se fue adelante con Isa, permitiendo que yo llenara de arrumacos y caricias a la novia de mi hermano y mi nueva amante, ella aún nerviosa e incrédula por todo lo sucedido me devolvía mis caricias con timidez, pero comprendiendo sus estado, no la abandone en ningún instante, al llegara a su casa tras los 15 minutos de trayecto me bajé a dejarla en su portal, allí ella me dijo
Gracias por ser tan cariñoso y gentil, no lo olvidaré nunca.
De nada, fuiste maravillosa y tampoco lo olvidaré, dije besándola.
Abrió el portón y caminó a la entrada de la casa donde las esperaba su madre que me saludó de lejos afectuosamente, nos preguntó ¿por qué tan temprano? y luego de las breves explicaciones de su hija me hizo señas y nos invitó a pasar a todos, por lo que me volví y les dije a mis chicas que bajaran un rato ya que aún era temprano, doña Montserrat nos ofreció unos refrescos con pastelillos los cuales aceptaron gustosas las tres chicas, yo comí algunos, más por apetito que por gusto, ya que siempre voy por lo salado, en un momento doña Montserrat se acerca y me dice casi como un susurro mientras las otras parloteaban de lo lindo:
Te veo en el baño de mi cuarto en tres minutos.
Okey conteste casi como un suspiro.
Estábamos conversando cuando doña Montserrat se excusó y nos dejó solos, sin mirar mi reloj, cuando creí que los tres minutos habían pasado, me excusé para ir al baño, mi corazón latía a mil, recién había desvirgado a su hija y ahora iba a su encuentro, caminé de prisa acudiendo al llamado de doña Montserrat. Entré al baño nervioso de su reacción, pensando que su hija algo podría haberle dicho, aún cuando era imposible por el breve lapso transcurrido, ella estaba allí sin vestido, solo lucía un encantador conjunto que resaltaba sus redondeces.
Por fin vienes, plantándome un efusivo beso francés.
Claudio: Mmmm,…. ¿qué es lo que me quiere decir?
Doña Montserrat: Que bueno estas, no sabes todo lo que he esperado a que me llamaras, y ahora desde que llegaste solo he esperado este momento para sentirte.
Claudio: Si pero es peligroso que estemos juntos, ocultándonos mientras las chicas están a solo pasos de nosotros.
Doña Montserrat: Es que verte me pone lujuriosa cabrón, solo te quiero dentro de mí, estoy muy cachonda.
Claudio: Igual yo, pero creo que tenemos que hacer esto en forma diferente.
Doña Montserrat: ¿Qué podríamos hacer?, tú en tu casa con todas tus parientes y yo con Montse gran parte del tiempo.
Claudio: Bueno, creo que podríamos incluir a Montse en esto y así disponer de mucho tiempo, le dije atrayéndola tomada de su culo hacia mí.
Doña Montserrat: ¡Estás loco!... ¿cómo podríamos incluir a mi hija en sesiones de sexo en que ella y yo participemos?, más encima Montse es la novia de tu hermano, además creo que es virgen aún, me espetó, separando nuestros pechos con sus brazos.
Claudio: Estas atrasada de noticias, lo último que dijiste ya no es efectivo, le dije mientras le tomaba con sus manos el redondo culo pegándola a mi verga.
Doña Montserrat: ¿Qué estás diciendo?,
Claudio: Que Montse ya no es virgen y que la podemos incluir, subiendo una de mis para sobarle una teta
Doña Montserrat: ¿Cómo sabes que no es virgen?, ¿a caso tu hermano te lo contó?
Claudio: La verdad es que no me contó él, porque yo tomé su virginidad, hace solo unas horas, le dije mientras sacaba una de sus maravillosas tetas de su encierro y se la comenzaba a comer, ella incrédula no atinó a rechazarme.
Doña Montserrat: Pero….tú…. ¿cómo fue?, ¿la forzaste? Preguntó mientras suspiraba y jadeaba de lo caliente que estaba, cada palabra y acción mía la ponía más cachonda, ahora además de comerle las tetas le masajeaba el húmedo coñito.
Claudio: Mmmm,…no, no la forcé, solo se dieron las cosas cuando estábamos en casa de Biocha
Doña Montserrat: Pero como lo hiciste con ellas presentes ¡ahhh….me enloqueces…mmmm!
Claudio: Fue extraño, pero ellas estuvieron presente ya que fue casi un juego.
Doña Montserrat: Ellas presentes, ¿pero como? ¿La trataste como una vulgar zorra?
Claudio: La traté como una princesa, y puedo afirmar al igual que las otras presentes, que lo disfrutó mucho, tanto que creo querrá repetir, dije mientras continuaba chupándole sus tetas y le bajaba un poco las braguitas para invadir mejor su coño mientras ella ayudaba con un erótico contoneo.
Doña Montserrat: Mmmm…..ahh y que hacían las otras mientras le hacías el amor a mi hija, preguntó dejándose pasar mi verga por el coño, que a cada segundo estaba más húmedo de flujos vaginales
Claudio: Ellas se tocaban su coño y miraban como la hice gozar, tal como yo te haré ahora, mientras la penetraba casi de un golpe de mi caliente verga, agarrándole su fenomenal culo.
Doña Montserrat: Ah… ¿Le…le gustó como a mí tu verga?, me preguntó, mientras sentía que la partían en dos y me pedía que le chupara la otra teta recién liberada.
La tomé por su culo con las dos manos y la pegué al muro, ella se colgó de mi cuello pegando mi cara a sus tetas. El mete saca en el baño fue intenso a pesar de lo rápido que lo hicimos, la calentura de doña Montserrat hizo que se corriera al cabo de tan solo tres a cuatro minutos, casi con los brazos acalambrados la deposite en el wáter y la forcé a que me comiera la verga hasta correrme en su boca, ella se lo tragó todo y me sonrió traviesa diciéndome.
Qué maravilla de polvo que me has dado, ¿mi hija lo disfrutó tanto como yo?
Claudio: Sí gozó tanto como tú, es una gatita tan caliente como tú.
Doña Montserrat: ¿Pero no sé como incluirla en nuestros juegos?
Claudio: Yo tampoco lo sé aún, pero Montse también ha gozado como tú, además me dijo que deseaba que esa experiencia se repitiera, por lo que encontraré la forma.
Doña Montserrat: Yo también deseo que la encuentres, Montserrat limpiándome la verga con su boca. Listo, regresa con el resto mientras me compongo y me visto.
Regresé donde estaban las chicas, las que seguían parloteando de lo bueno que había sido el sexo conmigo y las ganas que tenía Isa de que yo la poseyera como lo hice con Montse, la cual aclaraba que yo era el mejor para tal trabajo, como si fuera la más experimentada de las tres, cosa que evidentemente no era, pero así son las chicas creo yo, al asomar me preguntaron ¿por qué había demorado tanto?, ¿que dónde estaba?, solo les respondí:
En el baño haciendo algo privado o creen que estaba teniendo sexo con la madre de Montse, jajaja.
Ani: Dudo que pudieses ya que la hija te dejó sequito apuntando a Montse terminando con una risita
Montse: Además mi madre es una dama dijo algo mal humorada.
Claudio: No lo dudo, es tan dama como tú, pero no es de acero, claro que no le he hecho nada…..
Isa: Ya ves, es solo un pardillo con el estómago indigesto, jajaja
Montse: Sí, además no te quedan fuerzas, jajaja.
Claudio; Es cierto, pero me estoy recuperado, te advierto que tu madre no deja de ser mujer y por cierto que bellísima, tanto como tú… corazoncito.
Montse: Eres un cabrón y al mismo tiempo zalamero, jajaja
Me acerqué a Montse para besarla, a lo que ella no se resistió por lo que me envalentoné y le tomé una teta por sobre la ropa, ella suspiró y me tomó de la mano como queriendo alejarla, pero no se lo permití, luego fui donde Ani e Isa y les hice lo mismo, dejando en claro que yo era su macho dominante y ellas mis leonas hambrientas. Un poco más tarde, después de la kilométrica despedida, Montse llamó a su madre y nos despedimos de ambas. En ese momento es que aproveché de acariciarles disimuladamente a las dos, me situé entre ellas y les tomé su culo para disimuladamente amasarlos y sobarlos, ellas disimularon no enterarse de mis lascivas caricias, pero de alguna forma Isabel notó mis maniobras y se puso roja de vergüenza ajena, por lo que una vez en la calle me dijo algo mal humorada:
Empiezo a creer que efectivamente te tiraste a doña Montserrat.
Claudio: ¿Pero qué dices hermanita?, jajaja.
Isa: Lo que escuchaste, vi como le tocabas el culo a las dos mientras te despedías.
Claudio: Es cierto, la tentación era muy grande ya que me las tiré bien tiradas por separado y ahora deseo que luego las pueda juntar, y me las tiraré cara a cara.
Ani: Eres un degenerado follador, pero recuerda que nos tienes que dar nuestra dosis de verga a las dos, y a las otras parientes también, jajaja.
Esa noche me dediqué a descansar, pues las exigencias de mi cuasi harem eran altas, por lo que me acosté en la cama de Juan, haciendo caso omiso a las invitaciones recibidas por tres de las cuatro parientes. Al otro día temprano en la mañana me llamó Biocha, algo afligida, diciéndome que necesitaba de mí desesperadamente, pensé que quería que cumpliese mi promesa, por lo que le dije que estaba ocupado y que debía de ir al centro comercial, ella estaba acongojada y que necesitaba de mí desesperadamente, agregando que ella estaba más que dispuesta a ir donde fuese necesario para tal fin, nuevamente pensé que la había dejado muy caliente, cosa que me extraño, pues no consideraba que fuese para tanto, por lo que le pregunté a qué se debía tanta urgencia y deseos de concretar la cita, a lo que respondió con algo que me pareció más raro aún dado el tiempo transcurrido.
No quiero ser la única virgen del grupo y después de hablar con Ani y Montse, estoy convencida que tú eres el indicado para la tarea.
Bueno juntémonos a conversar del tema como quieres, que te parece tipo 10 de la mañana.
Bicha: No sé donde podemos juntarnos, pero no puede ser en mi casa.
Tras un largo dialogo donde quedé con más dudas que respuestas, le propuse que nos juntáramos a conversar sobre el tema cara a cara; en el centro, frente a las puertas de nuestra tienda “favorita”, o sea el comercio de los bañadores y lencería. Llegué un poco antes de la hora acordada, pues no quería sorpresas, creo que me sentía perseguido como en las películas de acción, pero algo aburrido de esperar me puse a vitrinear con el fin de matar el tiempo, cuando miraba casi distraídamente la vidriera se me acerca la dependiente que ya me conocía de las anteriores oportunidades, saludándome:
Buenos días, así que el joven de las parientes voluptuosas viene a comprar algo.
Claudio: No solo miraba
Dependiente: ¿Interés científico o buscas o necesitas ayuda en algo?, ¿donde están las parientes?
Claudio: Estoy solo
Dependiente: ¡No puedo creer que te han mandado solo!
Claudio: En realidad, me quedé de juntar en un rato más con una de ellas.
Dependiente: Entonces podemos conversar adentro hasta que llegue, dado que la mañana está muy lenta.
Claudio: Si, sería agradable conversar mientras espero
Dependiente: Conversemos como lo haces con tus parientas en uno de los probadores sugirió.
Claudio: ¡¿Perdón que me dijo?!
Dependiente: Que entremos a uno de los probadores a conversar como vi que haces con tus parientas cada vez que vienes acá o ¿creerás que no me di cuenta lo que sucedió en ambas oportunidades?
Claudio: ¿Está segura? ¿qué dirán las otras dependientes?
Dependiente: Nada, si saben los que les conviene, ya que soy la supervisora de este turno.
Claudio: Pero yo no tengo mucho tiempo, solo dispongo de diez a quince minutos.
Dependiente: Son suficientes para mí, dijo dibujando una sonrisa en su rostro.
Claudio: Si así lo prefiere, bueno que le voy a hacer.
Dependiente: Me harás lo que yo quiero, jejeje
Para ser honesto, la dependiente es una atractiva mujer de unos treinta años de un salero increíble, todo en ella sugería sensualidad, pese a que solo vestía una falda y blusa de la tienda, en cuanto a su cuerpo, las prendas dejaban adivinar un gran culo, una sinuosa cintura pero unas tetas pequeñas, no mediría más allá de 1,6 metros, pero a mí el tamaño no me importa mayormente.
Entramos al probador más grande, el mismo donde nos habíamos metido la última vez con las chicas, tan solo al entrar ella toma la iniciativa y me asalta, colgándose de mi cuello y siendo besado, su accionar me sorprendió, atinando solo a responder el intenso beso francés que me propinaba, luego bajé mis manos a su culo, masajeado sus amplias nalgas, cosa que me calentó de sobremanera, ella me miró y se sonrió maliciosamente, por lo que me sentí autorizado a proceder a abrir el cierre de la falda y con alguna dificultad dejarla caer al piso, comenzando a amasar el enorme culo de la mujer, la cual sin cortarse un pelo, se abrió la blusa dejando al descubierto sus pequeñas tetas adornadas por unos preciosos pezones abultados y erectos, en ese momento pensé que eran muy grandes en comparación al tamaño de ellas, pero se veían deliciosamente atractivos, comencé a comerlos con pasión encontrando, chupando, lengüeteando y mordiéndolos suavemente, de ellos salía un líquido blanquecino como la leche de un sabor agradable; ella suspiraba y gemía bajito, yo estaba excitadísimo y más aún cuando liberó mi enhiesta verga, la que quedó rozando su estómago por sobre la blusa, por lo que se la sacó completamente.
Dependiente: ¡Sigue que me calienta!
Claudio: ¿Que es lo que le sale a tus tetas, que está tan rico?
Dependienta: Leche, contestó lacónicamente mientras se corría el calzón y m e tomaba la verga para apuntarla a su concha.
Claudio: ¿Tienes un bebé?
Dependiente: Si paro ya es mayorcito, por lo que ya regresé a trabajar, métemela.
Claudio: Pe…pero tu marido no cubre tus necesidades.
Dependiente: No solo se preocupa del niño y nada de mí, es un cretino picha floja.
Claudio: Si quieres que te ensarte, déjame sentar le dije mientras ella se restragaba mi verga con su coño descubierto.
Dependiente: Bueno, mmmm qué grande, es mucho más grande que el de mi marido dijo al meterse mi verga en su coño.
Claudio: ¿Te gusta?
Dependiente: Sí, está mmmm….muy llenadora, dale, métemela fuerte.
Inicié un mete saca con la dependienta masajeándole el culo y chupando la leche de los hinchados pezones que enriquecían esas pequeñas tetas, ella me acaricia por todas partes mientras gemía y suspiraba intensamente. Estábamos en eso cuando noté unas risitas apagadas, casi imperceptibles, miré hacia la cortina y vi varios ojos que nos miraban mientras yo penetraba a la “Jefa del Turno”, eran las otras dos dependientes y la cajera que me miraron avergonzadas al sentirse sorprendidas, pero no se retiraron. Me sentí algo extraño, pese a que no era la primera vez que tenía sexo con público. Volví a mi faena y sentí como el coño de la dependienta es un río de flujo vaginal que refleja las emociones, necesidades y calentura de la dependienta, ella rebotaba sobre mí marcando el ritmo del coito, hasta que en un silente orgasmo le llega y se abraza a mi casi desmadeja, mientras mi verga aún está llenándole el coño.
Claudio: ¿Te gustó?
Dependienta: Mmmm si mucho pero tu no te corriste.
Claudio: No pero no importa ya lo haré, pero nunca he tenido sexo con una desconocida, ¿cómo te llamas?
Dependienta: Verónica, contesta mientras se desmonta para lamer mi verga.
Claudio: Verónica (al igual que la madre de Biocha pensé), como Jefe de Turno, puedes llamar a las otras chicas para que te ayuden en esto.
Verónica: ¿mmm…qué?
Claudio: A las tres mironas que veían como su jefa se corría.
Verónica: Entren las guarras calientes, que quiero verlas.
Entraron las tres mujeres, una era delgada de buen porte y curvas, la otra del mismo alto que Verónica algo fea pero tremendamente tetona y la cajera una mujer de unos sesenta años algo obesa que no tenía mucho atractivo. Mi nueva amante se paró y mirándola a los ojos les dijo:
Debería darles vergüenza espiarme, en castigo deben comerle la verga hasta que se corra.
Claudio: Sí, pero dejen sus tetas al descubierto para que se las llene de leche.
Cajera: pero nunca le he sido infiel a mi marido, solo he chupado su verga.
Verónica: Siempre hay una primera vez y todas debemos estar en esto, sin excepción.
Las tres mujeres se abrieron las blusas, sacaron sus tetas al aire y comenzaron a turnarse comiendo mi verga, la primera fue la más alta, sus tetas eran medianas adornadas con unos pezones pequeños, las tenía puntiagudas y paraditas, su desempeño fue más que aceptable, dada mi calentura no podía aguantar mucho más por lo que pedí que viniera la segunda, que fue la feíta parecida en físico a Verónica, le puso mucho empeño y logró meterse mi verga hasta la garganta, casi hace que me corra en el instante, apelando a mi profesor de matemáticas logré evitarlo, luego le tomé sus inmensas tetas y se las estrujaba con cada mamada que hacía, pero no podía exceptuar a la cajera por lo que le indiqué que era su turno, ella indudablemente perturbada se metió mi verga en su boca, comenzó a mamarla con muchas vacilaciones, por lo que tomé su cabeza y una teta, para marcarle el ritmo, lo hacía mal, pero el morbo pudo más y mientras la delgada me ofrecía sus tetas para que las libara, me corrí profusamente en la boca de la madura mujer, ella puso cara de asco pero se la tragó toda. Terminada mi corrida Verónica les ordenó que se compusieran y volvieran a sus puestos reabriendo la tienda que había dejado cerrada por el rato. Me compuse al igual que ella y le dije:
Verónica tengo que irme, pero espero volver para continuar esto en otra ocasión, ya que debo poseer este inmenso culo y seguir tomando tu leche.
Verónica: Cuando quieras.
Claudio: ¿Te puedo preguntar algo?
Verónica: Sí, claro, dime
Claudio:¿Cuánto mide tu culo?
Verónica: Mis medidas son 108 de culo, 67 de cintura, 82 de busto y mi copa es 32ª.
Claudio: Te las sabes muy bien, terminando de vestirme y acomodar mi ropa para acudir a la cita.
Verónica: Como veras, trabajo en esto hace ya mucho tiempo y puedo decir las tallas de cualquier chica con solo mirarla, por lo que me sé perfectamente mis medidas dijo esbozando una sonrisa.
Claudio: Así veo,…espero poder usar ese culo de 108 centímetros
Verónica: Pocos lo han usado, pero será un placer tenerte dentro de él.
Me despedí de todo el turno, ellas avergonzadas con la excepción de Verónica lo hicieron sin mirarme a los ojos, salí de la tienda y me puse a caminar por el lugar, estaba en eso cuando a los pocos minutos llegó Biocha, se veía arrebatadora y así lo sabía ella, me saludó efusivamente, con un gran beso en la boca, cualquier transeúnte hubiese supuesto que éramos novios, pero me dejé llevar.
Hola mi amor, como has estado
Claudio: Bien Biocha, ¿y tu cómo estás?
Biocha: Bien, como lo sabes tengo que pedirte algo que es muy importante para mí.
Claudio: ¿Qué sería, algo relacionado con la deuda?
Biocha: Aun que no lo creas no lo es, en todo caso lo de la deuda es sí o sí, a lo que me refiero es otra cosa.
Claudio: Me intrigas
Biocha: No sé cómo decirlo, pero necesito tu ayuda dentro del más absoluto secreto.
Claudio: Cuanta con ello
Biocha: Necesito que me ayudes con mamá, está en un lío del que no puede salir y no puedo recurrir a papá.
Claudio: Dime para que soy bueno.
Biocha: Descubrí que mamá tiene un amante que la extorsiona.
Claudio: Mmm,..¿pero qué puedo hacer yo al respecto?
Biocha: Ayudarme a espantarlo, pues también me afecta a mí.
Claudio: Pero yo soy un muchacho y el probablemente un hombre.
Biocha: Estoy desesperada y no sé a quién otro recurrir sin que se rompa el matrimonio de mis padres.
Claudio: Okey, cuéntamelo todo para ver qué podemos hacer.
Biocha: Es un amigo de la familia, casado con hijos que aparentemente se acostó en alguna oportunidad con mamá y para que no le cuente a mi padre, quiere que yo también me acueste con él, dice que si las dos nos acostamos con él, no le dirá a nadie.
Claudio: Eso no lo permitiré, pero no se me ocurre que hacer.
Biocha: Podríamos grabarlo y delatarlo a su esposa de ser necesario.
Claudio: Buena idea pero debemos planearlo muy bien.
Nos sentamos en una cafetería trazando un plan para que podamos tomar el control de la situación y evitar o superar la extorsión que sufre mi encantadora Biocha y su madre, por lo que luego de varias vueltas pudimos concebir un plan, tenía sus riesgos pero el que no se arriesga no cruza el rio, para poder materializarlo debíamos citar al susodicho a casa de Biocha cuando estuviese sola, pero previamente colocando dos videograbadoras una que tenía su padre al interior de la morada como parte del sistema de seguridad, a la que tenía que intervenir para que grabara sin estar la alarma puesta, la otra era de las típicas handycam muy populares en esa época, la cual sería operada por mi desde lo alto de las escalas que dan a los cuartos de la familia, nos preparamos todo lo que pudimos, aprovechando que sus padres habían salido de la ciudad, Biocha lo llamó para decirle que aceptaba el trato. El sujeto llegó a la casa feliz preguntando:
Está Verónica
Biocha: No, no está, solo estoy yo.
Sujeto: O sea estamos solitos Biocha.
Biocha: Sí, porque quiero que aclaremos que es lo que quiere.
Sujeto: Simple, quiero tener sexo contigo y luego con tu madre y si es posible con tu madre y contigo juntos en un trío.
Biocha: Pero mi madre es casada y yo menor de edad, le respondió y usted es un viejo que podría ser mi padre, además que soy amiga de sus dos hijas.
Sujeto: Pero eres un bombón sexy al que quiero hacerle muchas cositas, le dijo a Biocha mientras se le acercaba para comenzar a tocar.
Biocha: Déjeme, solo lo invité a hablar, le dijo mientras lo rechazaba como podía.
Sujeto: Mira niñita si te resistes tu mamá lo pasará muy mal, por lo que es mejor que seas cariñosa conmigo, le respondía mientras le tocaba el culo y lo que podía de tetas siempre siendo rechazado por Biocha que ya se encontraba muy nerviosa.
Claudio: Oiga degenerado deje a mi novia tranquila o le pesará me asomé al ver que la situación se descontrolaba por la lascivia del sujeto.
Sujeto: Veo que la putita tiene a su pequeño cabrón que la quiere defender, dijo el agresor, de mi estatura pero bastante mas grueso que yo.
Claudio: Le dije que la dejara en paz viejo #%Q@....
Sujeto: ¿Qué me vas a hacer alfeñique cabrón?, ¿me vas a golpear?
Claudio: Si es necesario lo haré imbécil pelotudo de la gran #%Q@....
Sujeto: Lárgate de aquí para que estrene este culo a esta zorrita, que merece que se lo partan por ser tan tonta para traer a un niñito insignificante y grosero.
Claudio: No me largaré, es más si no la suelta en el acto, le partiré la cara.
El sujeto empujó a Biocha contra uno de los sofá de la sala, como dije era notoriamente más pesado que yo, por lo que creo presumía que también era mucho más fuerte que yo; pero lo que no contaba era que luego de 7 años de práctica de artes marciales y varios enfrentamientos, tanto en el colegio como en campeonatos, mi habilidad junto con mi agilidad eran a todas luces superiores a él, que estaba bastante excedido de peso. Como era casi de esperarse, en todo este encuentro Biocha gritaba y lloraba, pero no le presté atención, concentrándome solo en mi oponente. El sujeto me lanzó un golpe dirigido a mi cara, cosa que yo esperaba por lo que lo esquivé por escasos centímetros, siguiendo de largo abanicando el aire, por lo que quedó en una posición ventajosa para mi contraataque, pese a que no lo golpeé muy fuerte le impacté en el cuello cercano a la tráquea, dejándolo con problemas de respiración, lo vi con dificultades serias, frenando mi ataque al igual que lo hacía en las competencias.
Craso error mío, aún cuando eran evidentes sus dificultades respiratorias, el que vio su oportunidad de acabar conmigo, abalanzándose sobre mí con todo su peso, cayendo ambos al piso; pero como me enseñaron en judo otras de las artes marciales que practico, aproveché su inercia, para que el feroz embate siguiera con su inercia por sobre mí, debo reconocer que me dolió y me dejó casi sin aire, pero me repuse rápidamente. Me levanté colocándome en guardia; pese al golpe contra el piso, el sujeto se puso de pie y bufando volvió a la carga, yo reaccioné golpeando al estúpido en ambas orejas y con la rodilla en su estómago, cayendo nuevamente al suelo. Increíblemente, volvió a incorporarse intentando contraatacar, lanzando golpes bastante descontrolados, se notaba que no sabía pelear y menos ocupar sus ventajas potenciales, por lo que volví a rechazar los golpes y en un momento de descuido de él, vi la oportunidad de romperle la nariz de un golpe seco que llegó retumbó en toda la habitación, arrancándole lágrimas de dolor. Me impresionó como saltaba la sangre en forma profusa, por lo que el combate se detuvo mientras yo adoptaba una actitud de espera para proseguir la pelea.
Sujeto: Jodido cabrón me has roto la nariz,
Biocha: Se lo merece por atacarme dijo llorosa.
Claudio: Será mejor que se vaya si no quiere que le rompa otras cosas viejo #%Q@....
Sujeto: Ya verán los dos, le contaré a tu padre y a todos, lo puta que es tu madre.
Biocha: Si les cuenta todo, yo mandaré el video de todo lo que ha acontecido aquí, y no creo que a las autoridades les guste que intente forzar a una menor de edad, como tampoco a su esposa e hijas sepan que tiene un padre degenerado, dijo aún con lágrimas en la cara.
Sujeto: Entréguenme la filmación o les pesará, dijo viéndose atrapado.
Claudio: Eso no pasará, la guardaremos hasta que usted sea solo historia.
Sujeto: Estúpido niñato, me dijo intentando atacarme nuevamente,
Pero la sorpresa ya estaba perdida y solo consiguió recibir una nueva patada que le dio en plena mandíbula soltándole dos dientes y derribándolo al piso donde se golpeó en la mesa central de la sala, a estas alturas ya no era un adversario al que temer.
Claudio: No sea estúpido, si intenta atacarme y no se va de inmediato, lo volveré a golpear y ahora sería por placer.
Biocha: Márchese viejo degenerado y métase su picha floja por su propio culo.
Sujetos: malditos cabrones, ahora perdí, pero cuídense las espaldas, porque esto no quedará así.
Claudio: Si vuelve a amenazarnos o nos pasa algo, me aseguraré que las autoridades y su familia sepan lo que ha ocurrido y usted tiene mucho más que perder que yo.
Finalmente el extorsionador, viendo que tenía todas las de perder, se incorporó como pudo y se marchó sin decir nada, mientras yo consolaba a Biocha que aún lloraba después de la sucedido, pues la escena fue bastante compleja y los restos así lo demostraban.
Claudio: Vamos no llores Biochita, ya pasó todo y no creo que este tipo quiera volver a molestarlas. Ahora debemos guardar la filmaciones y contarle a tu madre en cuanto llegue lo sucedido y que evite frecuentar al tipo este.
Biocha: Ay mi Claudio, no sé cómo darte las gracias, dijo abrazándome.
Claudio: ¡Ayyy!!!! me quejé cuando me abrazó la princesa italiana liberada del ogro.
Biocha: ¿Qué te pasa Claudito?
Claudio: Cuando se tiró encima el golpe fue bastante duro y ahora me duele,
Biocha: Déjame ver dijo levantándome la camisa. Se te ve entre rojo y morado en parte de las costillas y la espalda, el golpe debió ser duro.
Claudio: Si pero afortunadamente solo son hematomas, no creo tener ningún hueso roto.
Biocha: Creo que tendré que hacerte cariñito para agradecer tu valentía y excelente ejecución del plan.
Claudio: En ese caso creo que ya puedes empezar, jajaja
Comenzamos a besarnos tiernamente, mi temperatura como la de ella subió sin darnos cuenta y comenzamos a acariciarnos hasta que en un momento Biocha me tomó de la mano y me condujo a su cuarto donde con suma delicadeza me comenzó a desnudar, me deja hacer en silencio, hasta quedar como dios me hecho al mundo, para cuando finalizó mi amiguito estaba más que tieso, por lo que le dije:
Déjame desnudarte
Biocha: No, quédate tranquilo que te haré un pequeño show de agradecimiento.
Claudio: ¿En serio?
Biocha: En serio, dijo besándome y tomando mi verga por un isntante.
Veo que mi baile te gusta.
Claudio: Estaría loco si no me gustara o alguno de los golpes me afectó el cerebro corazón.
Biocha: Mmm espero que no…. Y por lo que aprecio veo a que tampoco a tu amiguito.
Biocha comenzó a buscar entre sus discos y puso música, la reconocí de inmediato, era "You Can Leave Your Hat On" de Joe Cocker, y comenzó a bailar desnudándose pausadamente, cosa que me excitó aún más, tanto que a los pocos segundos olvidé mi dolor, me acerqué a ella, pero me detuvo dándome un besito en la punta de la verga, la que continuaba totalmente estirada.
Continuando con el baile deja caer sucesivamente su blusa, los pantalones… las bragas y el sujetador, que espectáculo mas excitante, solo pensaba tanta carne para mí solo, que felicidad, ya deseaba metérsela completa a este ángel agradecido. De pronto Biocha se subió a la cama donde me había tendido después del rechazo inicial y tomándole la verga para pajearla, me besa introduciéndome su lengua hasta la garganta.
Ahora terminaremos lo que quedó pendiente
Si ya no puedo esperar más para hacerte mía.
Acto seguido, se puso a mamarme la verga y a mi sugerencia iniciamos un espectacular sesenta y nueve, su coñito tenía ese perfume a hembra que me excitaba cada segundo más y más, mi lengua empezó a explorar cada resquicio de su vagina hasta encontrar su hinchado clítoris, mientras sentía como ella se esmeraba por deleitar mi verga, estábamos en el cielo dándonos placer los dos, le tomaba sus tetas y se las masajeaba sin descanso, ¡que gustooo!!!! Llegó un momento que ambos empezamos a gemir y suspirar por la proximidad al orgasmo, dejé sus tetas para tomar su culo y mientras la masajeaba enterraba mi cara en su Monte de Venus para profundizar su goce con mi lengua, así nos llegó el orgasmo a los dos; el ansiado orgasmo que al llegar, nos elevó a las nubes. Por lo que ella se derrumbó sobre mi sin abandonar mi verga, recibiendo toda la leche que pronto le rebalsó la boca corriendo por la comisura de los labios, creo que nunca me había corrido tanto en las últimas semanas.
Biocha: Guau, eso estuvo genial exclamó. luego de tragar toda mí leche.
Claudio: Ni que lo digas bombón. Ponte a mi lado para que te coma las maravillosas tetas que tienes.
Biocha: Bueno si ese es el caso, voy gustosa respondió levantándose y acostándose mi lado bueno para no molestarme.
Luego de unos minutos en que nos dedicamos a acariciarnos, Biocha se levantó para treparse sobre mí, le intenté decir que para su primera vez yo debía de esforzarme, pero ella chocando literalmente su culo contra mi verga me lo impidió, rebatiéndome que ya había trabajado lo suficiente y ahora le tocaba a ella “sufrir”, cosa que le dije que no pasaría, aprovechando de tomar uno de sus turgentes tetas cuyo pezón estaba total y completamente erecto, mientras con la mano libre, llegaba a su coño que lo encontré completamente encharcado por su casi incontenible flujo…comenzamos a jugar, ella restregaba la rajita del culo contra mi verga, mientras yo la excitaba en sus labios mayores y clítoris. Biocha empezó a gemir, y suspirar pidiéndome que la dejara, mientras su enorme culo se echaba hacia atrás, casi doblando mi verga erecta, le dije que no escapara que si no me la iba a romper, le deje el monte de Venus libre y tomé sus tatas, dos blancos melones preciosos, ella comenzó a restregar su rajita del coño sin cesar, moviéndose como una gata en celo, como una gata que quería la verga de su gato.
Yo no podía más de caliente y pronto le metí la verga suavemente en el inicio de su coñito, atrayendo su magistral culo hacia mí, deslizando la hirviente herramienta como un cuchillo caliente en mantequilla, sentí como ella bajaba voluntariamente su culo sobre mí, siendo casi imperceptible el momento en que el himen se rajó para siempre; Biocha gimió dejando escapar varios suspiros ahogados al sentir como iba poco a poco introduciéndose mi verga en su interior; despacio, con suavidad, profundamente, sin pausa. En todo momento siguió el acompasado movimiento que le imponía, ambos continuabamos con caricias y besos, su boca iba de mi cuello a miss orejas, de allí a mis ojos, de allí a mi boca, era como si quisiéramos aprender de memoria nuestros cuerpos, ella comenzó a agitar el ritmo nuevamente, gatillando mi respuesta casi feroz, lo que me permitió arrancarle gemidos y suspiros cada vez más intensos…su conchita se incrustaba cada vez más profundo contra mi verga, de pronto, en una profunda acometida, su vagina estallo en un gran orgasmo que no alcancé a presentir… así de caliente estaba Biocha, la cual se desplomó casi inconsciente sobre mi cálido pecho. Yo aún no me corría, creo que por mi anterior corrida estaba casi seco, se irguió un poco y me sonrió con dulzura, le correspondí con mi mejor sonrisa, comencé un lento y pausado movimiento que ella no rechazó y luego de un largo rato pletórico de caricias y besos nos corrimos los dos, de recuperarnos algo, mi ya reducida verga manchada de semen, sangre y flujo vaginal, salió de su conchita, ella se estiro alcanzando unos pañuelos de papel que estaba en el velador limpiándola con delicadeza.
Seguimos acostados en la cama regaloneando, acariciándose mutuamente con ternura y conversando sobre lo ocurrido, ella lucía feliz tanto por su recién entregada virginidad, como la pequeña victoria que habíamos tenido sobre el chantajista, el tiempo pasaba y solo estabamos intercambiando palabras dulces, cosa que yo complementaba con suaves lengüetazos y chupadas de las magníficas tetas de Biocha. Por lo que ella le decía
Me las vas a gastar de tanto chupones
Claudio: Me encantaría gastarlas de esa manera
Biocha: ¿Te gusto realmente o solo estás conmigo por que eres un caliente salido?
Claudio: Las dos cosas, me encantas y es cierto soy un caliente salido, pero tú eres maravillosa y sinceramente me encantas.
Biocha: ¿A quien prefieres a Montse o a mí?
Claudio: No debes preguntar cosas de ese estilo, porque yo te podría preguntar a quién prefieres a Francisco o a mí.
Biocha: A ti y contéstame te lo pido.
Claudio: La verdad es que a Ani, pues a ella la amo a todas ustedes las quiero, a unas más que a otras.
Biocha: Me dices que estas enamorado de Ani y que te has metido con otras.
Claudio: Si, ya que solo quiero ser sincero y no engañarte, corazón.
Biocha: Bueno, es mejor tu sinceridad que una mentira que luego me estalle en la cara.
Verónica:¿Qué significa esto?, dice la madre de Biocha entrando al cuarto.
Biocha: ¡Mamá!!! Dijo tapándose las tetas con la sábana.
Verónica:¿Estás acostada con este chiquillo ¡en mi casa!!!...que dirá tu padre de todo esto.
Biocha: Mi padre no dirá nada, porque tú no querrás que sepa que me estabas entregando a tu amante, el que por cierto se fue bastante maltratado de esta casa luego del que el chiquillo que está a mi lado lo golpeara.
Verónica: Pero eres tonta, el me denunciará a tu padre tal como me amenazó…serás estúp..
Biocha: ¡Shito!!!, silencio, calla mamá, dudo que te acuse a ti o a mí, incluso a Claudio, pues grabamos todo, partiendo su acoso a mí y las tonteras que decía con respecto a acostarse conmigo y contigo.
Verónica: ¿Qué has hecho qué?
Biocha: Con mi chiquillo, que por cierto me desvirgó antes de que tu amante lo hiciera, planeamos una trampa que funcionó a la perfección y confesó todas sus malévolas intenciones sin involucrarte mayormente, por lo que tu secreto está solo en posesión de él, de mí y de Claudio.
Verónica: ¿Pero como sabías todo esto, si nunca te lo dije?
Biocha: Fácil mamá, un día que noté que hablabas con alguien en forma muy extraña, levanté el teléfono de la sala y escuche lo que el degenerado te pedía y que a pesar de tu negativa inicial, estabas dispuesta a concederle lo que pedía, que era ni más ni menos el virgen coñito de ti hija. Lo llamé y el vino corriendo a desflorarme, gracias a lo putas que has sido.
Verónica: No sé si decirte gracias o castigarte dijo la madre de Biocha sentándose en la cama entre sollozos.
Biocha: De nada mamá,… sabes que te quiero mucho, pero creo que le debes agradecer a Claudio ya que él fue de la idea y se enfrentó a golpes con el estúpido cabrón.
Verónica: Gracias, pero tú no eres el primo de Francisco el novio de esta put…chiquilla
Claudio: Sí, de nada doña Verónica, fue un placer ayudarla a usted y su hija, a la que quiero mucho, en cuanto a mi primo, el no está aquí y me pidió que cuidara de Biocha y eso es lo que he hecho.
Biocha: Mamá, esas gracias no valen, creo que es mejor que Claudio te tire como tu pretendías que me tirara tu amante, el nunca va a delatarte ni extorsionarte por conseguirme, pues ya me obtuvo.
Verónica: Pero que dices so insolente, pides que este chiquillo tenga sexo conmigo.
Biocha: Sí, aún que no te lo merezcas y pases un buen rato con él, ya que es un excelente amante, además pienso grabar como te da por todos lados.
Verónica: Estás loca no quiero que un desconocido me viole por qué tu lo quieras.
Biocha: Es el mismo caso que estabas permitiendo que yo hiciera con tu amante. Es la única forma que quedemos a mano y sea seguro para las dos y la única manera que te perdonaré tu infidelidad con papá.
Verónica: Pero podemos arreglarlo de otra forma…. no sé un auto nuevo….algo diferente.
Biocha: No mamá, es Claudio o le cuento todo a papá.
Verónica: Bueno, acepto, pero en el entendido que nunca podrás chantajearme con tu padre y siempre y cuando el chiquillo acepte, ya que no ha dicho nada.
Claudio: Si Biocha está de acuerdo, yo estaré encantado de tenerla en mis brazos dije levantándome desnudo y con mi gran verga extendida nuevamente.
Verónica: Hay que grande tienes la herramienta chiquillo, nunca había visto una así.
Claudio: Espero que le guste, ¿por qué no vamos a su cuarto para estar más cómodos?
Verónica: ¿Quieres hacerlo de inmediato?
Claudio: Sí, para que no tengamos problemas luego
Biocha: Si vamos.
Verónica: ¿Tú también iras Biocha?
Biocha: Sí mamá, quiero ver como el chiquillo que salvó tu matrimonio y el coñito de tu hija te empala.
Continuará.....
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