Esto ocurrió en el verano.
Me subí a una micro (así se le dice al transporte público, específicamente al bus, en Chile) porque debía ir a casa de mi abuela. Hacía tanto calor que sólo esperaba llegar pronto. Al rato se subió un heladero vendiendo unos deliciosos helados de mango leche, compré uno y empecé a lamerlo. Pero mientras lo chupaba, me di cuenta de que un tipo me estaba mirando de forma caliente. Ese sujeto, era un ex compañero de la escuela que no he visto en muchos años y que siempre sentí afecto por él. Sin embargo, él no me reconoció.
De la nada se levantó y prefirió irse de pie al lado mío. Me fijé que tenía una erección levemente disimulada en ese pantalón deportivo...le había gustado la forma en que saboreaba el helado.
Así que para provocarlo aún más me eché todo el helado en la boca y dejaba que la crema derretida me manchara un poco los labios. Nuestras miradas chocaron y le sonreí. Él puso su pene en mi brazo (estaba durísimo) y con los movimientos de la micro sentí sus bolas. Terminé mi helado y él se sentó solo en el último asiento de la micro a un rincón.
Me senté junto a él y puso su mano en mi muslo. La verdad es que ni siquiera me dijo ni una palabra, así que de todas maneras me senté encima de él. Sentí su pene erecto queriendo entrar en mí, pero empecé a moverme y lo dejé aún más caliente.
Con los movimientos de la micro, las frotación de mi colita lo dejaba aún más ganoso. Así que me agarró las tetas y yo le dije que las metiera adentro de mi polera, para que así el tocara de forma más placentera y tenga donde agarrarse.
Él se sorprendió, pero es que de verdad lo amaba y quería puro sentir su pene adentro. Así que sólo dejé que me manoseara lo que podía. Empezó a besar mi cuello y yo movía mi colita aún más porque era el encuentro más cercano que tendría con él.
A unos minutos de mi destino, él acabó porque sentí la humedad de su pantalón. Me levanté y me arreglé un poco antes de bajar. Él se bajó un poco el pantalón y me mostró su pene todo manchado.
Eso me calentó y quería saborear su pene, pero ya tenía que bajarme. Así que sólo le di un beso bien marcado en la mejilla.
Me bajé de la micro y llegue a la casa de mi abuela. Apenas entré la saludé y me encerré en el baño a mojarme un poco la cara para bajar la calentura.
Sólo quería aliviarme un poco de esa experiencia con el hombre que me rechazó pero que ahora ni me reconoció y aún así me dio todo lo que pudo en aquel momento.
Me subí a una micro (así se le dice al transporte público, específicamente al bus, en Chile) porque debía ir a casa de mi abuela. Hacía tanto calor que sólo esperaba llegar pronto. Al rato se subió un heladero vendiendo unos deliciosos helados de mango leche, compré uno y empecé a lamerlo. Pero mientras lo chupaba, me di cuenta de que un tipo me estaba mirando de forma caliente. Ese sujeto, era un ex compañero de la escuela que no he visto en muchos años y que siempre sentí afecto por él. Sin embargo, él no me reconoció.
De la nada se levantó y prefirió irse de pie al lado mío. Me fijé que tenía una erección levemente disimulada en ese pantalón deportivo...le había gustado la forma en que saboreaba el helado.
Así que para provocarlo aún más me eché todo el helado en la boca y dejaba que la crema derretida me manchara un poco los labios. Nuestras miradas chocaron y le sonreí. Él puso su pene en mi brazo (estaba durísimo) y con los movimientos de la micro sentí sus bolas. Terminé mi helado y él se sentó solo en el último asiento de la micro a un rincón.
Me senté junto a él y puso su mano en mi muslo. La verdad es que ni siquiera me dijo ni una palabra, así que de todas maneras me senté encima de él. Sentí su pene erecto queriendo entrar en mí, pero empecé a moverme y lo dejé aún más caliente.
Con los movimientos de la micro, las frotación de mi colita lo dejaba aún más ganoso. Así que me agarró las tetas y yo le dije que las metiera adentro de mi polera, para que así el tocara de forma más placentera y tenga donde agarrarse.
Él se sorprendió, pero es que de verdad lo amaba y quería puro sentir su pene adentro. Así que sólo dejé que me manoseara lo que podía. Empezó a besar mi cuello y yo movía mi colita aún más porque era el encuentro más cercano que tendría con él.
A unos minutos de mi destino, él acabó porque sentí la humedad de su pantalón. Me levanté y me arreglé un poco antes de bajar. Él se bajó un poco el pantalón y me mostró su pene todo manchado.
Eso me calentó y quería saborear su pene, pero ya tenía que bajarme. Así que sólo le di un beso bien marcado en la mejilla.
Me bajé de la micro y llegue a la casa de mi abuela. Apenas entré la saludé y me encerré en el baño a mojarme un poco la cara para bajar la calentura.
Sólo quería aliviarme un poco de esa experiencia con el hombre que me rechazó pero que ahora ni me reconoció y aún así me dio todo lo que pudo en aquel momento.
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