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Madurez no equivale a experiencia

A menudo leo relatos sobre encuentros de jóvenes con mujeres mayores (la amiga de la madre, de la abuela, etc.) por lo que me gustaría contarles mi experiencia.
Conocí a Juana (no es su nombre real) en una de esas oficinas estatales en las que es habitual que la burocracia ponga a prueba nuestra paciencia.
Ella era una hermosa mujer de 60 años, de rasgos delicados, mediana estatura, de piel blanca, cabello hasta los hombros teñido de castaño rojizo, vestía de manera elegante sin evidenciar gran atractivo, aunque su cola (para su edad) obligaba a la mirada furtiva.
Por el hastío de la espera, fue inevitable cruzar palabras y comenzar a charlar, en la que me puso al tanto que era viuda de hacia varios años y que era directiva de un establecimiento educativo privado.
Una vez desocupados, se ofreció a llevarme en su auto, acepté ya que era demasiado evidente que buscaba alargar la charla; viaje que sirvió para intercambiar números de teléfonos, en esa época solo existían los mensajes de texto.
Esa misma noche comenzó el intercambio de mensajes y creo que ni llego a la tercera noche que comenzó todo. Indagar sobre si ya había hecho realidad sus fantasías y si le quedaba alguna por cumplir fue el detonante, “la mía es hacer realidad tus fantasías” contestó (Mujer no sabes en lo que te estas metiendo, pensé), aunque fue muy directa, su respuesta me pareció un poco vaga también, por lo que le pregunté cual era "Su”  fantasía, a lo que contesto que era estar con un hombre como yo, y luego preguntó: “Te animas a estar con una mujer mayor como yo?”, obviamente contesté que si. Rápidamente caí en la tentación de estar con una milf, al fin y al cabo era una de mis fantasías no cumplidas el estar con una mujer mayor, en especial por su experiencia.
Luego de incontables desencuentros por variados motivos, al fin llegó el día en que pudimos encontrarnos en su departamento, tranquilos y con la seguridad que nadie interrumpiría. Ella estaba vestida con una remera y un pantalón de jeans que marcaba perfectamente su llamativa cola.
Comenzaron los besos y las caricias a su cuerpo, mientras la desvestía, noté su nerviosismo y este aumentaba con cada prenda que le quitaba, sus besos eran torpes y bruscos, se estremecía violentamente a cada segundo por lo que trate de calmarla pero ella quiso seguir a pesar de todo.
Una de sus tantas promesas previas fue que me daría un buen oral pero desafortunadamente no tenia ni idea de lo que hacía, solo se limitaba a introducir la cabeza de la pija en la boca y la retenía por unos segundos sin hacer nada, sin siquiera apoyarle la lengua.
Su concha rosadita, perfectamente depilada, resaltaba en su piel blanca, la boca se me hizo agua al instante pero no se la pude chupar bien, su actitud inquieta no me dejaba disfrutarla como me gusta, se movía constantemente exigiendo cambiar de posición. Lo que si pude apreciar es que su ano lucía muy cerrado y evidenciaba escasa o nula atención, lo que me sorprendió porque su cola era una invitación a encularla bien hasta el fondo.
Quise chuparle sus tetas pequeñas y aplastadas pero no me lo permitió, exigía que la penetrara (los deseos de una dama son ordenes, pensé), se colocó boca arriba abriendo sus piernas y entregándome su conchita para que la penetrara, al introducir mi pija, descubrí una vagina amplia pero en ese momento fue la única vez que demostró cierta destreza, abrió sus labios mayores, me pidió que me acostara sobre ella, cerró sus piernas y arqueó su espalda hundiendo su cola contra la cama, sentía como la cabeza y el primer tercio de la pija, eran apretados y masajeados por su vagina (increíble, sabia moverla), todo el resto del tronco era abrazado por sus labios y su clítoris se aplastaba contra la base de mi pene.
Naturalmente ella fue la que hizo la mayor parte del trabajo al moverse hacia arriba y abajo, luchando con su cola para vencer la resistencia de la cama pero ese era su deseo, era eso a lo que estaba acostumbrada (luego lo supe) por lo que la deje hacer.
No mas de 10 minutos de tremendos movimientos duró la acción, culminando con gemidos de placer indicando su orgasmo, junto a leves movimientos involuntarios y arrítmicos de su cuerpo. Yo no había terminado por lo que mi miembro aun estaba muy rígido y al retirarlo lentamente, aun tuvo un par de estremecimientos hasta que lo saqué por completo.
Me recosté a su lado mientras ella trataba de calmar su agitada respiración, su cara de frustración al ver mi pija aún parada y dura apuntando al techo, me hizo sentir un poco culpable por no acabar. Quizás eso fue lo que la motivó a contarme que su marido fue su único hombre; que solo la penetraba en esa posición y no duraba mucho; que nunca le hizo la cola porque la única vez que lo intentó fue violento; que la primera vez que le chupó la pija le acabo en la boca y le dio asco la leche; que no le chupaba la concha ni el culo; que colándose tres dedos recién pudo conocer el orgasmo, etc.; ni siquiera básica fue la experiencia sexual en toda su vida. Traté de calmarla diciéndole que la próxima vez sería mejor ya que no estaría tan nerviosa y gracias a eso (y a muchas caricias) mejoró su ánimo.
Todos merecemos una segunda oportunidad, así que fui por la revancha en otra ocasión, pero desgraciadamente fue mas de lo mismo, no lograba calmar sus nervios, quería chuparle su hermosa concha blanca y ese orto divino, pero no se quedaba quieta exigiendo cambiar la posición en la que estuviera. Nuevamente acabó y yo habiendo quedado con ganas, la puse a cuatro patas y mientras la bombeaba con ritmo buscando acabar, fue cuando vi mi oportunidad teniendo a mi disposición su cerradito culo, entonces saqué mi pija, afirmé la cabeza en el centro de su anillo y le pregunté si se animaba a intentarlo, a lo que contestó que no, que por favor no lo hiciera, obviamente que ni lo intenté. Me senté en el borde de la cama y la hice sentar sobre mi pija dándome la espalda, la penetraba en esa posición mientras con mi mano estimulaba su clítoris; volvió a acabar y cuando se levantó, de su concha cayó un montón de jugo que mojó el piso y el borde de la cama, trató de hacerme acabar pajeándome pero tampoco sabía como hacerlo, amablemente le pedí que no lo hiciera, que lo dejara así nomas, no se lo dije pero me hacía doler.
Posterior a ese par de encuentros, decidí no volver a verla, no tanto por su inexperiencia, sino porque se puso densa, mandaba mensajes a cada rato exigiendo respuestas acerca de lo que hacía y/o dejaba de hacer y por sobre todo, para tener un nuevo encuentro, y aunque no fue nada fácil despegar de esa historia, pude lograrlo quedándome con una decepcionante experiencia con una mujer mayor.

3 comentarios - Madurez no equivale a experiencia

Parejatucuman2 +1
Buena historia no todas las historias deben ser buenas .
Parejatucuman2
@edudalio se aprende mucho de los errores
edudalio
@Parejatucuman2 claro que se aprende de los errores pero como podía saber que una mujer de 60 años no tenía idea de nada.
Parejatucuman2 +1
@edudalio eran otras épocas estaban muy mal visto l exploración sexual femenina
DnIncubus
Al parecer la doña quería algo serio contigo 😁, si te mandaba mensajes, quería saber todo lo que hacías, en fin, modo tóxica ☠️☠️ que va bro, mejor que la dejaste 👍, Saludos gente 👍 Excélsior 👏
edudalio
@DnIncubus quedaron claras sus intenciones al ponerse en modo toxica pero no daba para eso. Saludos.