No dejes de pasar por mi mejor post
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No te vas a arrepentir!
DE ALUMNA A MAESTRA
PARTE 5
POR LA COLA NO!
En los siguientes cinco años mi vida daría un vuelco. Después de coger varias veces con Charly llegué a la conclusión de que no encontraría verga hermosa como esa, y solo quise que el me cogiera, caí rendida a sus encantos, sin importarme nada, que el cogiera con todas, que mi imagen pública en la facultad se fuera al mismo infierno, que me humillara, hasta incluso que le entregara mi más preciado tesoro, mi culito...
En poco tiempo había dejado de lado mi vida liberal, había dejado de acostarme con hombres de ocasión y me emperré con la verga de Charly, como decirlo, él nunca me daría amor, pero el placer que su tamaño me daba era incomparable, con su pija había aprendido lo que era un verdadero orgasmo, que me cogieran tan profundo que su aroma quedara impregnado en todo mi cuerpo haciéndome morir en placenteros escalofríos.
Y fue rara la coincidencia de que él y mi esposo se hicieran amigos por decirlo de alguna manera, se había hecho una rica pero enfermiza costumbre que uno observara como el otro me cogía. Charly venía a menudo por casa a cenar, y mientras yo cocinaba ambos hombres se quedaban solo dialogando de cosas de hombres, quien no conocían la situación hubieran pensado en una historia familiar de padre e hijo.
Pero en verdad la historia era otra, al ver a ambos hombres me di cuenta que mi rol estaba cambiando rápidamente, años atrás Esteban bebía toda mi juventud y yo me apoyaba en su experiencia, pero ahora era Charly el que disfrutaba de mis años, mientras que yo añoraba su corta edad.
Y yo dejé todo por él, incluso mi fuego interno se vio potenciado, devoraba todo a mi paso. En la facultad, era ya famosa y conocida por mis fotos sexis de Instagram, era la profesora deseada por alumnos y colegas, pero nadie imaginaba que se harían virales mis fotos desnudas o mis videos sexuales junto al chico de la pija perfecta.
Y no me importaron los problemas, estaba decidida a todo y creo que en alguna forma terminaba probando las históricas teorías de mi marido, el amor y el sexo, no tenían que ir de la mano.
Y como dije al principio, hacía todo por Charly, hasta llegaría a entregarle mi culo, algo que me había parecido repugnante y se terminaría transformando en mi más perversa obsesión...
En esos días mi amante me cogía a gusto y antojo, me había transformado en su marioneta y mis negativas a sus ideas terminaban en el momento en el que el me mostraba su verga desnuda, la profesora estaba fuera de eje perdida a su suerte.
Habíamos quedado en ir a un motel luego de mis horas de clase, es que mi esposo estaba bastante enfermo ya y para él hubiera sido demasiado sexo, él sabía que nos íbamos a coger por ahí, pero el médico le había prohibido las fuertes sorpresas, su corazón estaba débil.
Y todo parecía encaminado, a no ser por la sorpresa que ya me venía venir, llegaron mis días femeninos, por lo que ya saben, estaba de mal humor, dolorida y me sentía la mujer menos sexual del planeta.
Charly pasó a buscarme y le comenté sobre el cambio de planes, que estaba indispuesta, pero el pareció no escucharme, nunca parecía escucharme, así que, al cabo de unos minutos, nuevamente estábamos encerrados en un hotel.
Y volví a decirle por décima vez que no haríamos nada, pero al mismo tiempo el con una sonrisa en sus labios dejaba de lado su jean y su slip, y su verga dura como un riel quedó ante mis ojos, como siempre, mi vista se perdió en su sexo y empecé a morderme el labio inferior en deseo, entonces me dijo
Vení hermosa, hace tu trabajo...
Él se recostó sobre una pared y puso una almohada en el piso, le dije que lo haría, pero solo si me filmaba al tiempo que le daba mi celular, es que me ponía de pelos ser filmada. Y ahí fui, una vez más me arrodillé a sus pies y empecé a mamársela como una buena puta, mirando la cámara del móvil, abriendo bien mi boca para tener los mejores planos, masturbándolo, haciéndolo enloquecer, buscando saciar mi apetito con su savia bendita.
No tardé mucho, de pronto Charly comenzó a ceder, a retorcerse, se veía venir, hasta que su leche caliente empezó a llenar mi boca, exquisita, me encantaba beberle hasta la última gota, y así lo hice.
Y de mi parte no había mucho más por esperar, me puse de pie, acomodándome la pollera, la camisa, y limpiando la comisura de mis labios que se encontraban aun pegotes, Charly parecía meditar su siguiente paso, aun su pija seguía dura a pesar de todo el semen que yo le había sacado, lo miré a los ojos y encogiéndome de hombros pregunté
Y ahora?
Definitivamente mi inocente pregunta tendría un final inesperado...
Charly vino a mi lado de manera loca e impulsiva, me tomó por los brazos con sus fuertes manos y me llevó reculando hasta una de las paredes, me acorraló y empezó a besarme de una forma muy dulce, loca y apasionada, apretaba fuerte sus labios contra los míos y los sentía respirar agitado, mi cabeza se convulsionaba porque hacía que lo deseara y sabía que por mi situación me quedaría demasiado caliente, quería evitarlo, pero al mismo tiempo no quería hacerlo.
De repente me giró sobre mi eje, mi frente había quedado ahora pegado a la pared y mi espalda a su lado, empezó dulcemente a mordisquear mi cuello y mis hombros, me causaba escalofríos y me encantaba, sus manos se habían colado bajo mi ropa y parecían adheridas a mis pechos, a mis pezones, y solo sentía refregar su pija dura por mi trasero, tan sexi...
Pero por décima vez le supliqué que se detuviera, que yo no podía hacer nada, pero como respuesta solo me levantó la pollera y siguió con su sexo pegado a mis glúteos, tomó aceite y untó sus dedos, y me di cuenta de sus intenciones, solo que ya no tenía fuerzas para resistirme, él había jugado tan bien sus cartas y me había llevado al infierno de tal manera que solo ya no podía...
Corrió mi ropa interior y lo sentí llegar con sus dedos, no podía creer que permitiera hacer lo que estaba haciendo, apenas susurraba como acto reflejo 'no... por la cola no...' pero lentamente sentí una de sus falanges invadirme y asumí que era el principio del fin...
Luego sentí un segundo dedo, mientras me decía al oído que me tranquilizara, que me gustaría, y solo cerré mis ojos para sentir un extraño y placentero dolor desconocido para mí.
Y llegaría el momento, lo vi lubricar su enorme verga, tuve miedo, pero Charly se acomodó a mis espaldas, me pidió que sacara culo hacia su lado, y sentí su glande buscar abrirse paso, y empujó, y un poquito más, y otro poco, y darme tiempo y volver a probar, sentí que poco a poco me rompía el culo y que mierda, quería que lo hiciera...
Al fin ni esfínter cedió y su enorme verga se incrustó profundo arrancándome un grito contenido, fue nuevo, fue diferente...
Mi amante empezó a moverse lentamente, dándome tiempo a acostumbrarme y se empezó a sentir rico, un placer distinto, no era sexo tradicional, pero sin dudas mierda... me hacía gemir...
Después de unos minutos coincidimos en que estábamos incómodos, así que fuimos a la cama, me puso en cuatro de manera que mi generoso trasero quedara a su lado, sacó mi bombacha, me pidió que me abriera para él, y entonces sí, entró toda una y otra vez, solo cerré mis ojos bien fuertes y lo deje hacer, era exquisito y me sorprendí a mí misma gritando demasiado, acariciándome el clítoris y logrando uno de los orgasmos más perfectos e impensados por mi...
Terminé tirada sobre la cama, de lado, con mi culito todo abierto y chorreando leche...
Fui a tomar una ducha, y bajo el agua que me pegaba en el rostro traté de rearmar el confuso rompecabezas de mi vida, sentía la cola terriblemente adolorida, pero era un dolor que había valido la pena y asumí que me había enloquecido la experiencia, años de negarme solo por conceptos de crianza...
Emprendimos el viaje de regreso, ya estaba oscuro en las calles, las luces blanquecinas parecían acariciar la curvatura del parabrisas del coche, Charly había puesto música y hablaba demasiado, evidentemente había conquistado mi más preciado deseo, y yo solo miraba por la ventanilla con la mirada perdida en la nada, con la mente en blanco, solo que, en cada imperfección del pavimento, en cada pequeño salto mi culito me hacía recordar lo puta que había sido.
Llegamos a casa, mi amante me acompaño hasta adentro, quería saludar a mi esposo, hacía un tiempo que no lo veía, pero Esteban estaba en el sillón grande del comedor, dormido de lado, con la tv encendida, ya no podía con sus años. Despedí entonces a Charly, fui por una frazada y solo me acurruqué a su lado hasta quedarme dormida.
El sol entrando por la ventana acarició mi rostro y pareció despertarme, estaba sola, acostada y tapada, un rico aroma a café llegó a mi nariz y al tomar conciencia, noté que mi veterano marido me esperaba sentado a la mesa del comedor, con tostadas, dulces y mantecas, con una sonrisa pintada en los labios preguntó
La pasaste bien con Charly? no te sentí llegar...
Me excusé por unos minutos para ir al baño, tenía que higienizarme, la sangre de mi indisposición había vencido todas las contenciones...
Aproveché el momento, sentía curiosidad, me toqué el culito con mis dedos para comprobar solo una cosa... estaba todo estirado...
Volví a la mesa, besé en la boca a mi viejo marido, y mientras compartimos el desayuno le conté los detalles de lo que había sucedido, de cómo el joven me había metido su terrible verga por el culo y aunque no hicimos nada, pude notar la excitación en su mirada, un tanto incrédulo, pero con suma atención escuchó como había sido mi loca primera experiencia anal.
Días después, invitaría a mi amante a almorzar a casa, solo tenía una idea entre ceja y ceja, mostrarle mi esposo como Charly me metía su enorme trozo de carne por el culo.
En los siguientes años, mi vida solo se centraría entre dos hombres, el sexo con mi amante y el amor con mi esposo.
Charly se había transformado en eje de mi sexualidad, el andaba con todas, pero yo estaba enloquecida con su verga y la forma en que él me cogía, no me interesaban otras experiencias, otros hombres. El hizo realidad cada una de mis fantasías, incluso me había hecho una adicta al sexo anal y mi esfínter fue testigo de mis más bajos instintos.
Esteban seguía siendo el dueño de mi corazón, él ya se había retirado, estaba muy enfermo y la diabetes le había robado por completo la vista, así que yo era sus ojos y me pasaba largas tardes bajo la tenue brisa de un sol primaveral, ambos en silencio, tan solo siendo parte de su vida.
Pero toda la tranquilidad personal que sentía entre mis dos hombres, contrastaba con mi alborotada vida laboral, me había hechos famosa, pero no por mi capacidad, sino por mi extrovertida sexualidad, en cada móvil de cada alumno, de cada colega, hombres, mujeres, pululaban mis fotos provocativas de Instagram, y las 'triple x' que mis amantes me habían tomado. Y eso me encantaba, me encantaba sentirme deseada y tener innumerables propuestas para ir a la cama, de los más previsibles, de los más impensados, hombres, y hasta mujeres.
Y había decidido hacer una locura más, era un morbo que tenía muy recurrente en mis fantasías, quería pasar todos los límites, quería una fiesta íntima, yo sola, con todos los hombres que quisieran cogerme, algo loco, le dije a Charly que se encargara de todo, de hacer las invitaciones, de hacer correr la bolilla, quería ser la peor de todas, estaba en mi plenitud sexual y ya tenía todo calculado, sexo toda la noche.
Pero casualmente, el hombre que había transformado mi vida, mi mentor, mi amor eterno, el que me había enseñado a ser libre, sin quererlo, sería quien cambiaría nuevamente el curso de mi vida...
Pero eso es parte de otra historia...
CONTINUARA MAÑANA
Si te gustó la historia puedes escribirme con título DE ALUMNA A MAESTRA a dulces.placeres@live.com
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No te vas a arrepentir!
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PARTE 5
POR LA COLA NO!
En los siguientes cinco años mi vida daría un vuelco. Después de coger varias veces con Charly llegué a la conclusión de que no encontraría verga hermosa como esa, y solo quise que el me cogiera, caí rendida a sus encantos, sin importarme nada, que el cogiera con todas, que mi imagen pública en la facultad se fuera al mismo infierno, que me humillara, hasta incluso que le entregara mi más preciado tesoro, mi culito...
En poco tiempo había dejado de lado mi vida liberal, había dejado de acostarme con hombres de ocasión y me emperré con la verga de Charly, como decirlo, él nunca me daría amor, pero el placer que su tamaño me daba era incomparable, con su pija había aprendido lo que era un verdadero orgasmo, que me cogieran tan profundo que su aroma quedara impregnado en todo mi cuerpo haciéndome morir en placenteros escalofríos.
Y fue rara la coincidencia de que él y mi esposo se hicieran amigos por decirlo de alguna manera, se había hecho una rica pero enfermiza costumbre que uno observara como el otro me cogía. Charly venía a menudo por casa a cenar, y mientras yo cocinaba ambos hombres se quedaban solo dialogando de cosas de hombres, quien no conocían la situación hubieran pensado en una historia familiar de padre e hijo.
Pero en verdad la historia era otra, al ver a ambos hombres me di cuenta que mi rol estaba cambiando rápidamente, años atrás Esteban bebía toda mi juventud y yo me apoyaba en su experiencia, pero ahora era Charly el que disfrutaba de mis años, mientras que yo añoraba su corta edad.
Y yo dejé todo por él, incluso mi fuego interno se vio potenciado, devoraba todo a mi paso. En la facultad, era ya famosa y conocida por mis fotos sexis de Instagram, era la profesora deseada por alumnos y colegas, pero nadie imaginaba que se harían virales mis fotos desnudas o mis videos sexuales junto al chico de la pija perfecta.
Y no me importaron los problemas, estaba decidida a todo y creo que en alguna forma terminaba probando las históricas teorías de mi marido, el amor y el sexo, no tenían que ir de la mano.
Y como dije al principio, hacía todo por Charly, hasta llegaría a entregarle mi culo, algo que me había parecido repugnante y se terminaría transformando en mi más perversa obsesión...
En esos días mi amante me cogía a gusto y antojo, me había transformado en su marioneta y mis negativas a sus ideas terminaban en el momento en el que el me mostraba su verga desnuda, la profesora estaba fuera de eje perdida a su suerte.
Habíamos quedado en ir a un motel luego de mis horas de clase, es que mi esposo estaba bastante enfermo ya y para él hubiera sido demasiado sexo, él sabía que nos íbamos a coger por ahí, pero el médico le había prohibido las fuertes sorpresas, su corazón estaba débil.
Y todo parecía encaminado, a no ser por la sorpresa que ya me venía venir, llegaron mis días femeninos, por lo que ya saben, estaba de mal humor, dolorida y me sentía la mujer menos sexual del planeta.
Charly pasó a buscarme y le comenté sobre el cambio de planes, que estaba indispuesta, pero el pareció no escucharme, nunca parecía escucharme, así que, al cabo de unos minutos, nuevamente estábamos encerrados en un hotel.
Y volví a decirle por décima vez que no haríamos nada, pero al mismo tiempo el con una sonrisa en sus labios dejaba de lado su jean y su slip, y su verga dura como un riel quedó ante mis ojos, como siempre, mi vista se perdió en su sexo y empecé a morderme el labio inferior en deseo, entonces me dijo
Vení hermosa, hace tu trabajo...
Él se recostó sobre una pared y puso una almohada en el piso, le dije que lo haría, pero solo si me filmaba al tiempo que le daba mi celular, es que me ponía de pelos ser filmada. Y ahí fui, una vez más me arrodillé a sus pies y empecé a mamársela como una buena puta, mirando la cámara del móvil, abriendo bien mi boca para tener los mejores planos, masturbándolo, haciéndolo enloquecer, buscando saciar mi apetito con su savia bendita.
No tardé mucho, de pronto Charly comenzó a ceder, a retorcerse, se veía venir, hasta que su leche caliente empezó a llenar mi boca, exquisita, me encantaba beberle hasta la última gota, y así lo hice.
Y de mi parte no había mucho más por esperar, me puse de pie, acomodándome la pollera, la camisa, y limpiando la comisura de mis labios que se encontraban aun pegotes, Charly parecía meditar su siguiente paso, aun su pija seguía dura a pesar de todo el semen que yo le había sacado, lo miré a los ojos y encogiéndome de hombros pregunté
Y ahora?
Definitivamente mi inocente pregunta tendría un final inesperado...
Charly vino a mi lado de manera loca e impulsiva, me tomó por los brazos con sus fuertes manos y me llevó reculando hasta una de las paredes, me acorraló y empezó a besarme de una forma muy dulce, loca y apasionada, apretaba fuerte sus labios contra los míos y los sentía respirar agitado, mi cabeza se convulsionaba porque hacía que lo deseara y sabía que por mi situación me quedaría demasiado caliente, quería evitarlo, pero al mismo tiempo no quería hacerlo.
De repente me giró sobre mi eje, mi frente había quedado ahora pegado a la pared y mi espalda a su lado, empezó dulcemente a mordisquear mi cuello y mis hombros, me causaba escalofríos y me encantaba, sus manos se habían colado bajo mi ropa y parecían adheridas a mis pechos, a mis pezones, y solo sentía refregar su pija dura por mi trasero, tan sexi...
Pero por décima vez le supliqué que se detuviera, que yo no podía hacer nada, pero como respuesta solo me levantó la pollera y siguió con su sexo pegado a mis glúteos, tomó aceite y untó sus dedos, y me di cuenta de sus intenciones, solo que ya no tenía fuerzas para resistirme, él había jugado tan bien sus cartas y me había llevado al infierno de tal manera que solo ya no podía...
Corrió mi ropa interior y lo sentí llegar con sus dedos, no podía creer que permitiera hacer lo que estaba haciendo, apenas susurraba como acto reflejo 'no... por la cola no...' pero lentamente sentí una de sus falanges invadirme y asumí que era el principio del fin...
Luego sentí un segundo dedo, mientras me decía al oído que me tranquilizara, que me gustaría, y solo cerré mis ojos para sentir un extraño y placentero dolor desconocido para mí.
Y llegaría el momento, lo vi lubricar su enorme verga, tuve miedo, pero Charly se acomodó a mis espaldas, me pidió que sacara culo hacia su lado, y sentí su glande buscar abrirse paso, y empujó, y un poquito más, y otro poco, y darme tiempo y volver a probar, sentí que poco a poco me rompía el culo y que mierda, quería que lo hiciera...
Al fin ni esfínter cedió y su enorme verga se incrustó profundo arrancándome un grito contenido, fue nuevo, fue diferente...
Mi amante empezó a moverse lentamente, dándome tiempo a acostumbrarme y se empezó a sentir rico, un placer distinto, no era sexo tradicional, pero sin dudas mierda... me hacía gemir...
Después de unos minutos coincidimos en que estábamos incómodos, así que fuimos a la cama, me puso en cuatro de manera que mi generoso trasero quedara a su lado, sacó mi bombacha, me pidió que me abriera para él, y entonces sí, entró toda una y otra vez, solo cerré mis ojos bien fuertes y lo deje hacer, era exquisito y me sorprendí a mí misma gritando demasiado, acariciándome el clítoris y logrando uno de los orgasmos más perfectos e impensados por mi...
Terminé tirada sobre la cama, de lado, con mi culito todo abierto y chorreando leche...
Fui a tomar una ducha, y bajo el agua que me pegaba en el rostro traté de rearmar el confuso rompecabezas de mi vida, sentía la cola terriblemente adolorida, pero era un dolor que había valido la pena y asumí que me había enloquecido la experiencia, años de negarme solo por conceptos de crianza...
Emprendimos el viaje de regreso, ya estaba oscuro en las calles, las luces blanquecinas parecían acariciar la curvatura del parabrisas del coche, Charly había puesto música y hablaba demasiado, evidentemente había conquistado mi más preciado deseo, y yo solo miraba por la ventanilla con la mirada perdida en la nada, con la mente en blanco, solo que, en cada imperfección del pavimento, en cada pequeño salto mi culito me hacía recordar lo puta que había sido.
Llegamos a casa, mi amante me acompaño hasta adentro, quería saludar a mi esposo, hacía un tiempo que no lo veía, pero Esteban estaba en el sillón grande del comedor, dormido de lado, con la tv encendida, ya no podía con sus años. Despedí entonces a Charly, fui por una frazada y solo me acurruqué a su lado hasta quedarme dormida.
El sol entrando por la ventana acarició mi rostro y pareció despertarme, estaba sola, acostada y tapada, un rico aroma a café llegó a mi nariz y al tomar conciencia, noté que mi veterano marido me esperaba sentado a la mesa del comedor, con tostadas, dulces y mantecas, con una sonrisa pintada en los labios preguntó
La pasaste bien con Charly? no te sentí llegar...
Me excusé por unos minutos para ir al baño, tenía que higienizarme, la sangre de mi indisposición había vencido todas las contenciones...
Aproveché el momento, sentía curiosidad, me toqué el culito con mis dedos para comprobar solo una cosa... estaba todo estirado...
Volví a la mesa, besé en la boca a mi viejo marido, y mientras compartimos el desayuno le conté los detalles de lo que había sucedido, de cómo el joven me había metido su terrible verga por el culo y aunque no hicimos nada, pude notar la excitación en su mirada, un tanto incrédulo, pero con suma atención escuchó como había sido mi loca primera experiencia anal.
Días después, invitaría a mi amante a almorzar a casa, solo tenía una idea entre ceja y ceja, mostrarle mi esposo como Charly me metía su enorme trozo de carne por el culo.
En los siguientes años, mi vida solo se centraría entre dos hombres, el sexo con mi amante y el amor con mi esposo.
Charly se había transformado en eje de mi sexualidad, el andaba con todas, pero yo estaba enloquecida con su verga y la forma en que él me cogía, no me interesaban otras experiencias, otros hombres. El hizo realidad cada una de mis fantasías, incluso me había hecho una adicta al sexo anal y mi esfínter fue testigo de mis más bajos instintos.
Esteban seguía siendo el dueño de mi corazón, él ya se había retirado, estaba muy enfermo y la diabetes le había robado por completo la vista, así que yo era sus ojos y me pasaba largas tardes bajo la tenue brisa de un sol primaveral, ambos en silencio, tan solo siendo parte de su vida.
Pero toda la tranquilidad personal que sentía entre mis dos hombres, contrastaba con mi alborotada vida laboral, me había hechos famosa, pero no por mi capacidad, sino por mi extrovertida sexualidad, en cada móvil de cada alumno, de cada colega, hombres, mujeres, pululaban mis fotos provocativas de Instagram, y las 'triple x' que mis amantes me habían tomado. Y eso me encantaba, me encantaba sentirme deseada y tener innumerables propuestas para ir a la cama, de los más previsibles, de los más impensados, hombres, y hasta mujeres.
Y había decidido hacer una locura más, era un morbo que tenía muy recurrente en mis fantasías, quería pasar todos los límites, quería una fiesta íntima, yo sola, con todos los hombres que quisieran cogerme, algo loco, le dije a Charly que se encargara de todo, de hacer las invitaciones, de hacer correr la bolilla, quería ser la peor de todas, estaba en mi plenitud sexual y ya tenía todo calculado, sexo toda la noche.
Pero casualmente, el hombre que había transformado mi vida, mi mentor, mi amor eterno, el que me había enseñado a ser libre, sin quererlo, sería quien cambiaría nuevamente el curso de mi vida...
Pero eso es parte de otra historia...
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