Ha pasado ya un tiempo de la mamada de Verónica en el sofá sin poder jugar de nuevo, en este tiempo todo fue agarrones de paquete en el pasillo, coladas de dedos en su conchita, agarrones de tetas en fin, solo calentones frustrados. Pero por fin tuvimos la oportunidad, hoy acabe antes mis estudios y me dirigí hacia la casa de Marta y Verónica, al llegar me abrió mi cuñada:
– Hola Pepe.
– Hola Blanca !! Que silencio… donde están todos?
– Se fueron , mis primos con su padre ,mis abuelos al hospital a hora médica ,Marta y mi madre al centro comercial a mirar algunas cosas y hacer la compra del mes, solo estamos mi tía y yo, pero dentro de poco también me voy.
– Vaya… tu hermana no me dijo nada de eso,que mal, te importa si espero aquí en la casa.
– no no, pasa y pon la tele si quieres.
Así lo hice, de camino al salón pase por delante del cuarto de Verónica y allí estaba con una alfombra haciendo pilates o yoga (no idea lo que es), me miró y me guiñó un ojo a lo que yo le sonreí. Esperé impaciente en el salón hasta que 15 min después Blanca grito «me voy, adiós». Dejé que pasaran unos 30 segundos después de que se cerrara la puerta y me dirigí a ver a Verónica, cuando llegué a su cuarto estaba en cuatro con sus tetas en el piso y el culo bien levantado dando la espalda a la puerta.
– Creía que no se iría nunca – dijo
Llevaba unos leggins grises super pegados que marcaban sus nalgas y la abertura entre estas , un pequeño top deportivo con una cremallera delante que no aguantaba tamaña maravilla que eran sus tetas. Me acerque y empecé a tocar ese culo perfecto, ella se levantó devorándome con los ojos y con sonrisa de diabla.
– Te estaba esperando – dijo con voz seductora.
Al decir esto abrió la cremallera del top y NO LLEVABA NADA ,sus enormes pechos salieron con fuerza y yo empecé a manosearlos mientras la besaba y besaba su cuello, me quitó la camiseta, yo le quité el top por completo y la llevaba hacia la cama entre besos, y agarrones a sus pechos y todo su torso, de repente ella me da la vuelta y me llevo de espalda al colchón, haciéndose una cola con su cabello me miró como todo un animal cazando a su presa . Me desnudó completamente sobre la cama , se sentó encima de mi verga y empezó a rozarse, un movimiento rítmico pero lento de atrás a adelante, sus leggins estaban mojándose lentamente debido a mis jugos y los de ella.
No parábamos de besarnos y cada vez de forma más caliente, al mismo tiempo el roce de Verónica contra mi verga me ponía más caliente aún sentía que mi iba a explotar de lo hinchada que la tenia, Verónica ya empezaba dar unos excitantes gemidos y a moverse más rápido, estaba prácticamente cabalgándome con ropa mientras jugaba con sus propias tetas, no pude aguantar ver como se movían y les di un par de manotazos a cada una, solo conseguí que la lujuria de Verónica aumentara. La quité de encima y la tumbe en la cama , le acerqué mi verga a su boca , ella la escupió y empezó a tragárselo mientras yo trataba de quitarle los leggins y así poder tocarle su rica conchita mojada, estuvimos un buen rato, ella me chupaba y yo la dedeaba y manoteaba sus tetas de vez en cuando, se notaba que le encantaba el sexo fuerte, cada vez que le pegaba a sus tetas me mamaba mucho más fuerte. Me encantaba ver a Verónica sin parar de gemir mientras tenía la boca llena con mi miembro. Paró un momento y se puso en la misma pose que la había encontrado momentos antes y dijo «cómeme el culo».
Uff con las ganas que tenía de probarlo, no alcanzó a terminar y ya mis manos abrían sus nalgas, saqué mi lengua y la pasé un poco por su asterisco, lentamente de arriba a abajo, no pensaba que me gustara tanto un culo. Me lo seguí comiendo y ella disfrutaba como una perra, entonces empezó a masturbarse mientras yo seguía en lo mío y de a poco empujando mi lengua para poder adentrarme en su interior . La situación me estaba poniendo como nunca lo había estado, así que empecé a meterle un dedo en el culo y lo turnaba con la lengua. Como sabía que no me iba a permitir metérselo le dije a Verónica que hiciéramos un 69. Ver esa conchita jugosa acercarse a tu cara era un sueño y antes de que ella pudiera reaccionar yo ya se la estaba lamiendo, ella soltó un gran gemido y con voz de zorra dijo «ya verás de lo que soy capaz así ».
Me agarró la verga y empezó a moverlo bastante rápido, con la velocidad de Verónica, la calentura de la montada y el 69 ya estaba que acaba y no quería dejar a semejante hembra a medias. Así que empecé a comérselo mucho más rápido a lo que ella respondió tragándosela entera y mientras subía y bajaba hacia círculos con su lengua al rededor de mi miembro. Yo tenía que conseguir que ella también se corriese así que dirigí mi dedo corazón a la entrada de su culo mojado y de una sola estocada se lo metí hasta el fondo, ella cuando lo noto grito «hijo de puta, me vas a matar del gusto». Comenzamos una competición por ver quien se corría primero, yo estaba sufriendo por aguantar todo lo posible, pero era el sufrimiento más placentero de toda mi vida. Estábamos los dos empapados en sudor y yo veía mi derrota acercarse, como supuse que le gustaba él anal, en un de las metidas agregué otro dedo más, igual que la vez anterior de una hasta el fondo, cuando inicié el mete y saca con ambos dedos en su asterisco Verónica acabó, su cuerpo temblaba y sus fluidos inundaban mi boca, se movían como tratando de que ese orgasmo fuese interminable, chillaba como una loca y no paraba de rozarse contra mi boca, no me lo creía, había logrado ganar esta batalla . Me relajé y disfruté del sabor de la victoria mezclado con el sabor de la corrida de mi diosa la cual se tumbó al lado mío.
– Que morbo me das y que cachonda me pones tengo la concha y el culo palpitando, las piernas me tiemblan y me falta el aire.
– tu a mi me pones caliente con solo verte, se me pone tan dura que me comienza a doler, mira como me la dejaste, toda roja.
Me miro a los ojos me agarro la verga y dijo «aun no he acabado contigo». Volvió a la carga, me estaba haciendo una señora mamada, pero me puse de pie, la puse de rodillas frente a mi e hice que me la chupara de nuevo mientras le agarraba de los cabellos acompañando el vaivén de la mamada. Ella paro de chupármela, la escupió lubricante un par de veces y se la metió entre sus tetas, a los 2 min notaba que mi leche quería salir así que la cogí firme del pelo y ella, como sabiendo lo que venía, esperaba con la boca abierta, se la metí sin pudor hasta que sus labios tocaron mi ingle, y comencé a penetrar su boca muy rápido en una garganta profunda, cada embestida era hasta que desapareciera todo mi miembro, al tenerla por los cabellos ayudaba mucho a que no se escapara de eso.
Pasaron muy pocos segundos cuando explote llenándole directamente su tráquea con mi leche, no la solté hasta que comenzó a pegar manotazos para poder respirar, quedé lacio como sin fuerzas mientras ella tosía y se limpiaba la boca, me dijo << eres un puto, casi me ahogas>> y mientras yo reía le dijera << lo más bien que te gustó >> Ya con mi verga flácida le dió un par de besos y lamidas como tratando de limpiar lo que antes había pasado, aquella imagen era tan morbosa que cogí mi celular y le hice una foto, ahora tengo una foto de una diosa con mirada de diabla en celo.
Lo recogimos todo y nos dimos juntos una ducha rápida. No puedo quitarme de la cabeza esa imagen del agua recorriendo cada rincón de ese magnifico y apetecible cuerpo bronceado, ni la sensación de recorrer cada centímetro de esa cálida piel.
Estábamos en el salón esperando que llegaran los demás mientras veíamos una peli en la televisión, hubo una escena caliente donde un profesor le abría la camisa a una alumna y la tumbaba sobre la mesa de su despacho, Verónica me miro y dijo:
– Ojalá me hicieran eso a mi.
– Con tus tetas esa escena ganaría muchísimo más , ese cuerpo que tienes ufff – le respondí.
Entonces ella se sacó las tetas y comenzó a tocárselas mirándome con cara de diabla otra vez<< ¿estas tetas? Y del cuerpo te refieres a esto?>> me dijo mientras se ponía en 4 delante de mi cara y y se abría las nalgas , a mi se me empezó a poner dura de nuevo y comencé a tocarle esa conchita.
– Pfff otra vez se me la has parado perra….
– Tendré que hacer algo para que baje y te quedes tranquilo, con esa voz de puta caliente enviada desde el infierno.
– Verónica, yo si me hablas con esa voz y me calientas así esta vez no te escapas sin que te la meta por todas partes.
– tengo ganas de ser una niña muy mala- dijo abalanzándose sobre mi.
– Entonces tendré que castigarte…
En ese preciso instante abrieron la puerta de la casa Marta y mi suegra jodiendo todo lo que allí estaba apunto de ocurrir. Verónica y yo nos miramos desilusionados, solo alcance a darle una última nalgada a mi diabla y decirle «Salvada por la campana».
– Hola Pepe.
– Hola Blanca !! Que silencio… donde están todos?
– Se fueron , mis primos con su padre ,mis abuelos al hospital a hora médica ,Marta y mi madre al centro comercial a mirar algunas cosas y hacer la compra del mes, solo estamos mi tía y yo, pero dentro de poco también me voy.
– Vaya… tu hermana no me dijo nada de eso,que mal, te importa si espero aquí en la casa.
– no no, pasa y pon la tele si quieres.
Así lo hice, de camino al salón pase por delante del cuarto de Verónica y allí estaba con una alfombra haciendo pilates o yoga (no idea lo que es), me miró y me guiñó un ojo a lo que yo le sonreí. Esperé impaciente en el salón hasta que 15 min después Blanca grito «me voy, adiós». Dejé que pasaran unos 30 segundos después de que se cerrara la puerta y me dirigí a ver a Verónica, cuando llegué a su cuarto estaba en cuatro con sus tetas en el piso y el culo bien levantado dando la espalda a la puerta.
– Creía que no se iría nunca – dijo
Llevaba unos leggins grises super pegados que marcaban sus nalgas y la abertura entre estas , un pequeño top deportivo con una cremallera delante que no aguantaba tamaña maravilla que eran sus tetas. Me acerque y empecé a tocar ese culo perfecto, ella se levantó devorándome con los ojos y con sonrisa de diabla.
– Te estaba esperando – dijo con voz seductora.
Al decir esto abrió la cremallera del top y NO LLEVABA NADA ,sus enormes pechos salieron con fuerza y yo empecé a manosearlos mientras la besaba y besaba su cuello, me quitó la camiseta, yo le quité el top por completo y la llevaba hacia la cama entre besos, y agarrones a sus pechos y todo su torso, de repente ella me da la vuelta y me llevo de espalda al colchón, haciéndose una cola con su cabello me miró como todo un animal cazando a su presa . Me desnudó completamente sobre la cama , se sentó encima de mi verga y empezó a rozarse, un movimiento rítmico pero lento de atrás a adelante, sus leggins estaban mojándose lentamente debido a mis jugos y los de ella.
No parábamos de besarnos y cada vez de forma más caliente, al mismo tiempo el roce de Verónica contra mi verga me ponía más caliente aún sentía que mi iba a explotar de lo hinchada que la tenia, Verónica ya empezaba dar unos excitantes gemidos y a moverse más rápido, estaba prácticamente cabalgándome con ropa mientras jugaba con sus propias tetas, no pude aguantar ver como se movían y les di un par de manotazos a cada una, solo conseguí que la lujuria de Verónica aumentara. La quité de encima y la tumbe en la cama , le acerqué mi verga a su boca , ella la escupió y empezó a tragárselo mientras yo trataba de quitarle los leggins y así poder tocarle su rica conchita mojada, estuvimos un buen rato, ella me chupaba y yo la dedeaba y manoteaba sus tetas de vez en cuando, se notaba que le encantaba el sexo fuerte, cada vez que le pegaba a sus tetas me mamaba mucho más fuerte. Me encantaba ver a Verónica sin parar de gemir mientras tenía la boca llena con mi miembro. Paró un momento y se puso en la misma pose que la había encontrado momentos antes y dijo «cómeme el culo».
Uff con las ganas que tenía de probarlo, no alcanzó a terminar y ya mis manos abrían sus nalgas, saqué mi lengua y la pasé un poco por su asterisco, lentamente de arriba a abajo, no pensaba que me gustara tanto un culo. Me lo seguí comiendo y ella disfrutaba como una perra, entonces empezó a masturbarse mientras yo seguía en lo mío y de a poco empujando mi lengua para poder adentrarme en su interior . La situación me estaba poniendo como nunca lo había estado, así que empecé a meterle un dedo en el culo y lo turnaba con la lengua. Como sabía que no me iba a permitir metérselo le dije a Verónica que hiciéramos un 69. Ver esa conchita jugosa acercarse a tu cara era un sueño y antes de que ella pudiera reaccionar yo ya se la estaba lamiendo, ella soltó un gran gemido y con voz de zorra dijo «ya verás de lo que soy capaz así ».
Me agarró la verga y empezó a moverlo bastante rápido, con la velocidad de Verónica, la calentura de la montada y el 69 ya estaba que acaba y no quería dejar a semejante hembra a medias. Así que empecé a comérselo mucho más rápido a lo que ella respondió tragándosela entera y mientras subía y bajaba hacia círculos con su lengua al rededor de mi miembro. Yo tenía que conseguir que ella también se corriese así que dirigí mi dedo corazón a la entrada de su culo mojado y de una sola estocada se lo metí hasta el fondo, ella cuando lo noto grito «hijo de puta, me vas a matar del gusto». Comenzamos una competición por ver quien se corría primero, yo estaba sufriendo por aguantar todo lo posible, pero era el sufrimiento más placentero de toda mi vida. Estábamos los dos empapados en sudor y yo veía mi derrota acercarse, como supuse que le gustaba él anal, en un de las metidas agregué otro dedo más, igual que la vez anterior de una hasta el fondo, cuando inicié el mete y saca con ambos dedos en su asterisco Verónica acabó, su cuerpo temblaba y sus fluidos inundaban mi boca, se movían como tratando de que ese orgasmo fuese interminable, chillaba como una loca y no paraba de rozarse contra mi boca, no me lo creía, había logrado ganar esta batalla . Me relajé y disfruté del sabor de la victoria mezclado con el sabor de la corrida de mi diosa la cual se tumbó al lado mío.
– Que morbo me das y que cachonda me pones tengo la concha y el culo palpitando, las piernas me tiemblan y me falta el aire.
– tu a mi me pones caliente con solo verte, se me pone tan dura que me comienza a doler, mira como me la dejaste, toda roja.
Me miro a los ojos me agarro la verga y dijo «aun no he acabado contigo». Volvió a la carga, me estaba haciendo una señora mamada, pero me puse de pie, la puse de rodillas frente a mi e hice que me la chupara de nuevo mientras le agarraba de los cabellos acompañando el vaivén de la mamada. Ella paro de chupármela, la escupió lubricante un par de veces y se la metió entre sus tetas, a los 2 min notaba que mi leche quería salir así que la cogí firme del pelo y ella, como sabiendo lo que venía, esperaba con la boca abierta, se la metí sin pudor hasta que sus labios tocaron mi ingle, y comencé a penetrar su boca muy rápido en una garganta profunda, cada embestida era hasta que desapareciera todo mi miembro, al tenerla por los cabellos ayudaba mucho a que no se escapara de eso.
Pasaron muy pocos segundos cuando explote llenándole directamente su tráquea con mi leche, no la solté hasta que comenzó a pegar manotazos para poder respirar, quedé lacio como sin fuerzas mientras ella tosía y se limpiaba la boca, me dijo << eres un puto, casi me ahogas>> y mientras yo reía le dijera << lo más bien que te gustó >> Ya con mi verga flácida le dió un par de besos y lamidas como tratando de limpiar lo que antes había pasado, aquella imagen era tan morbosa que cogí mi celular y le hice una foto, ahora tengo una foto de una diosa con mirada de diabla en celo.
Lo recogimos todo y nos dimos juntos una ducha rápida. No puedo quitarme de la cabeza esa imagen del agua recorriendo cada rincón de ese magnifico y apetecible cuerpo bronceado, ni la sensación de recorrer cada centímetro de esa cálida piel.
Estábamos en el salón esperando que llegaran los demás mientras veíamos una peli en la televisión, hubo una escena caliente donde un profesor le abría la camisa a una alumna y la tumbaba sobre la mesa de su despacho, Verónica me miro y dijo:
– Ojalá me hicieran eso a mi.
– Con tus tetas esa escena ganaría muchísimo más , ese cuerpo que tienes ufff – le respondí.
Entonces ella se sacó las tetas y comenzó a tocárselas mirándome con cara de diabla otra vez<< ¿estas tetas? Y del cuerpo te refieres a esto?>> me dijo mientras se ponía en 4 delante de mi cara y y se abría las nalgas , a mi se me empezó a poner dura de nuevo y comencé a tocarle esa conchita.
– Pfff otra vez se me la has parado perra….
– Tendré que hacer algo para que baje y te quedes tranquilo, con esa voz de puta caliente enviada desde el infierno.
– Verónica, yo si me hablas con esa voz y me calientas así esta vez no te escapas sin que te la meta por todas partes.
– tengo ganas de ser una niña muy mala- dijo abalanzándose sobre mi.
– Entonces tendré que castigarte…
En ese preciso instante abrieron la puerta de la casa Marta y mi suegra jodiendo todo lo que allí estaba apunto de ocurrir. Verónica y yo nos miramos desilusionados, solo alcance a darle una última nalgada a mi diabla y decirle «Salvada por la campana».
2 comentarios - La tía de mi novia (III)