Autor Original http://www.poringa.net/BarcenaG
Después de aquella noche, no pasó nada más. Para volverme a acercarme como lo hice, tendría que esperar a que vuelva a tomar de más ya que tiene el sueño liviano.
Fue así que empecé a olvidarme de ella y seguí haciendo mi cosas de todos los días. Trabajando y esforzándome se me presentó la oportunidad de comprar un auto. Para mí fue lo mejor, lo usaba para ir a todos lados, llevar a familia, ero quien más lo disfrutaba era mi madre. Me pedía que la llevará al club y al trabajo. Así nos hicimos más cercano y entrar en confianza. Ella además de ser profesora, tenía un trabajo en una oficina del centro. Cada vez que la iba a buscar al trabajo y la llevaba al club me insistía para que me anoté con ella a natación. Después de tanto insistirme, me anoté. La pasábamos bien, los viernes siempre se quedaban a comer los chicos del club y nos invitaban.
Después de una de estas reuniones, emprendimos el viaje a casa. De camino, hablábamos de todo un poco. Hasta que llegando a casa, me comentó que tenía una deuda en el banco y como me estaba yendo bien quería saber si le podía ayudar con la deuda. Yo le comenté que con lo del auto nuevo y otros gastos no iba a poder.
Ella se enojó y se bajó del auto. Para calmarla le agarre la mano y le dije que suba. Como estaba medio tomado, me salió de adentro y solté.
- Está bien, yo te presto la plata, pero vos vas hacer algo por mi...
- Si si, yo te voy a pagar con intereses, no te preocupes yo cuand...
- Jajaja no no, yo te presto la plata, pero quiero que me la chupes un ratito.- Dije mientras me desabrochaba el cinturón.
- Estás enfermo, pajero? Como se te ocurre pedirme eso?- Ella ofendida y enojada, se bajó del auto hecha una furia.
Yo no sabía que hacer, me quedé preocupado en el auto un rato largo pensando en las cosas que iban a pasar. Pero al final reuní el valor suficiente y entre. Para mi suerte estaba todo en silencio y nadie sabía nada. Me fui a dormir pensando lo que me esperaba mañana.
Cuando me desperté, estaba todo normal. Bueno, todo no, ya que mi madre seguía sin querer mirarme. Al rato mi hermano se fue con sus amigos y mi abuela estaba durmiendo la siesta, fui hasta donde estaba mi vieja.
- Che, estaba jodiendo, no lo tomes enserio.
- A mi esas cosas no me gustan. Esos chiste raros tuyos me pusieron muy incómoda, no lo hagas más.
- Está bien.
Durante los siguientes días, ella comenzó a ir al club sola. Hasta que llego el viernes, que como todos los vienes, nos quedábamos a comer. Ver a mi madre con esas calzas que le resaltaban el culo, y más aun su tanga, me estaba calentando. No podía dejar de verla. Como siempre, se hizo tarde y esa madrugada empezó a llover. Esto impulso a mi madre pedirme que nos fuéramos juntos. Manejaba en silencio hasta que me pidió que pare en una gasolinera a comprar cigarrillos. Cuando subió rompió el silencio.
- Sabes... Estuve pensando en lo que me pediste...- De la nada empieza a lagrimear, se veía desesperada.- Los del banco no paran de llamar.-
- Ma, yo... no tengo tanta plata ahora.- Le dije para ver hasta donde llegaba.
- Está bien, si queres que me humille, lo voy a hacer, pedazo de mierda.- Mientras decía esto, empezó a bajarme el short y el bóxer. Se inclino hasta tener mi pija cerca de su cara, abrió la boca y lengüeteó el jugo preseminal que recorría mi glande.
- Ahh, gracias mami...- Solté mientras me preparaba para disfrutar.
Mientras ella me chupaba la cabeza de la pija, subiendo y bajando como una profesional.
- Dale, ma. Más rápido.- Le decía mientras la tironeaba del pelo.
Mientras se escuchaba como se atragantaba como mi pija. Trate de tocarle las tetas, pero no me dejo.
- Vos me pediste solo esto, no jodas.- Dijo, deteniendo mi mano.
- Perdón, dale seguí.-
Siguió chupando hasta que acabé. No le avisé y me le solté todo en la boca. Ella molesta escupió todo en una servilleta.
- Más te vale que tengas la plata.- Sentenció
- Sí, gracias mami. Me encanto.-
- Dale, maneja que quiero dormir.-
Cuando llegamos, le di la plata y nos fuimos a dormir cada uno a su cama.
Después de aquella noche, no pasó nada más. Para volverme a acercarme como lo hice, tendría que esperar a que vuelva a tomar de más ya que tiene el sueño liviano.
Fue así que empecé a olvidarme de ella y seguí haciendo mi cosas de todos los días. Trabajando y esforzándome se me presentó la oportunidad de comprar un auto. Para mí fue lo mejor, lo usaba para ir a todos lados, llevar a familia, ero quien más lo disfrutaba era mi madre. Me pedía que la llevará al club y al trabajo. Así nos hicimos más cercano y entrar en confianza. Ella además de ser profesora, tenía un trabajo en una oficina del centro. Cada vez que la iba a buscar al trabajo y la llevaba al club me insistía para que me anoté con ella a natación. Después de tanto insistirme, me anoté. La pasábamos bien, los viernes siempre se quedaban a comer los chicos del club y nos invitaban.
Después de una de estas reuniones, emprendimos el viaje a casa. De camino, hablábamos de todo un poco. Hasta que llegando a casa, me comentó que tenía una deuda en el banco y como me estaba yendo bien quería saber si le podía ayudar con la deuda. Yo le comenté que con lo del auto nuevo y otros gastos no iba a poder.
Ella se enojó y se bajó del auto. Para calmarla le agarre la mano y le dije que suba. Como estaba medio tomado, me salió de adentro y solté.
- Está bien, yo te presto la plata, pero vos vas hacer algo por mi...
- Si si, yo te voy a pagar con intereses, no te preocupes yo cuand...
- Jajaja no no, yo te presto la plata, pero quiero que me la chupes un ratito.- Dije mientras me desabrochaba el cinturón.
- Estás enfermo, pajero? Como se te ocurre pedirme eso?- Ella ofendida y enojada, se bajó del auto hecha una furia.
Yo no sabía que hacer, me quedé preocupado en el auto un rato largo pensando en las cosas que iban a pasar. Pero al final reuní el valor suficiente y entre. Para mi suerte estaba todo en silencio y nadie sabía nada. Me fui a dormir pensando lo que me esperaba mañana.
Cuando me desperté, estaba todo normal. Bueno, todo no, ya que mi madre seguía sin querer mirarme. Al rato mi hermano se fue con sus amigos y mi abuela estaba durmiendo la siesta, fui hasta donde estaba mi vieja.
- Che, estaba jodiendo, no lo tomes enserio.
- A mi esas cosas no me gustan. Esos chiste raros tuyos me pusieron muy incómoda, no lo hagas más.
- Está bien.
Durante los siguientes días, ella comenzó a ir al club sola. Hasta que llego el viernes, que como todos los vienes, nos quedábamos a comer. Ver a mi madre con esas calzas que le resaltaban el culo, y más aun su tanga, me estaba calentando. No podía dejar de verla. Como siempre, se hizo tarde y esa madrugada empezó a llover. Esto impulso a mi madre pedirme que nos fuéramos juntos. Manejaba en silencio hasta que me pidió que pare en una gasolinera a comprar cigarrillos. Cuando subió rompió el silencio.
- Sabes... Estuve pensando en lo que me pediste...- De la nada empieza a lagrimear, se veía desesperada.- Los del banco no paran de llamar.-
- Ma, yo... no tengo tanta plata ahora.- Le dije para ver hasta donde llegaba.
- Está bien, si queres que me humille, lo voy a hacer, pedazo de mierda.- Mientras decía esto, empezó a bajarme el short y el bóxer. Se inclino hasta tener mi pija cerca de su cara, abrió la boca y lengüeteó el jugo preseminal que recorría mi glande.
- Ahh, gracias mami...- Solté mientras me preparaba para disfrutar.
Mientras ella me chupaba la cabeza de la pija, subiendo y bajando como una profesional.
- Dale, ma. Más rápido.- Le decía mientras la tironeaba del pelo.
Mientras se escuchaba como se atragantaba como mi pija. Trate de tocarle las tetas, pero no me dejo.
- Vos me pediste solo esto, no jodas.- Dijo, deteniendo mi mano.
- Perdón, dale seguí.-
Siguió chupando hasta que acabé. No le avisé y me le solté todo en la boca. Ella molesta escupió todo en una servilleta.
- Más te vale que tengas la plata.- Sentenció
- Sí, gracias mami. Me encanto.-
- Dale, maneja que quiero dormir.-
Cuando llegamos, le di la plata y nos fuimos a dormir cada uno a su cama.
0 comentarios - Madre Argentina 3 (2021)