Hola, como siempre, ojala disfrutes del relato.
Por cierto, en este relato habrán unas imágenes para representar el acto del Shibari, solo eso, no tienen nada que ver con Saeko.
Si esta es la primera vez que lees este relato, puede leer las anteriores partes aquí:
Amante japonesa: http://www.poringa.net/posts/relatos/4109453/Amante-japonesa.html
Me quedé dormido, estaba cansado y me sentía terrible por la resaca, no quería abrir los ojos, menos cuando podía sentir que me acariciaban mientras dormía.
Abrí los ojos inmediatamente para ver que era aquello que me acariciaba, y vi a Saeko, entonces fue cuando recordé, me entró la calentura después de tomar tanto y la cargué a su cama, donde ambos nos quedamos dormidos. Ella había despertado primero y se dedicó a acariciar mi cabeza y pasar sus dedos por las cicatrices en mis manos, se le notaba que se preocupaba bastante por estas, incluso si eran heridas viejas que ya estaban cerradas.
-<Buenos días>-
-<Buenos días, ya me preguntaba cuando ibas a saludarme>
- <¿Cuándo te despertaste?>
-<No hace mucho, minutos antes de que notase que te estabas despertando... Tus cicatrices son tan malas, pero las haces sonar como si no fueran importante>
-<Porque no lo son, sucedieron porque fui un idiota de pequeño y eso es todo> -Dije con u n tono burlón mientras miraba mis manos y luego la miré a ella, su expresión no era una alegre o algo, era preocupada, mirando mi mano y moviendo su cabeza para mirarme a los ojos -<Pero... Me alegra que te preocupes... Incluso si es algo tan pequeño>
Los dos solo sonreímos, e inmediatamente sentí la resaca, el dolor de cabeza fue tan fuerte, que tuve que irme al baño para echarme algo de cara y tomar un poco, mientras que Saeko se levantó para ir a la cocina.
Me contó que a ella le dio apenas despertó, pero que como no quería despertarme, se mantuvo quieta y se aguantó el dolor de cabeza tanto como pudo. Los dos estábamos en la cocina, encargándonos de limpiar el desastre que hicimos con las latas de cerveza.
Nos sentamos para hablar más cómodamente, el tema de lo que hicimos ayer borrachos y con lujuria no fue tocado, manteníamos una sencilla conversación, que, nuevamente, tocaba en la vida del otro sin pena.
Luego de ver la hora y ver que eran las ocho de la mañana, seguramente nos despertamos a las siete, me levante y decidí irme, ella quiso detenerme para que al menos me vaya después de haber desayunado algo por ella, pero no quería seguir molestándola, por lo que rechacé su oferta y salí de su apartamento, encontrándome de lleno con una pareja de ancianos japoneses que me miraron, luego miraron a la puerta y soltaron una pequeña risa mientras entraban a su casa, seguramente por saber que si salí de la puerta de Saeko, es porque hicimos algo, me olí un poco, y solo pude pensar "Necesito un baño".
Pasaron los meses, mi relación con Saeko se mantenía en encuentros casuales que la mayoría de las veces terminaban en sexo, muchas en las que yo mantenía el control, y otras donde ella cambiaba por completo y decidía hacerlo todo ella.
En uno de nuestros encuentros, Saeko me reveló que tenía un pequeño kink con el shibari, un arte japonés que se centra en la atracción por el confinamiento del cuerpo mediante ataduras, como el bondage, pero más centrado en la belleza de este, pues no solo se considera parte del acto sexual, sino también como una forma de expresión artística, aunque proviene de que antes se utilizaba como un método para atrapar prisioneros.
Mi reacción fue mínima, porque me lo imaginaba, ya que su actitud nunca fue la de una mujer pura, la forma en la que actúa mientras hablamos y como actúa mientras cogemos es tan distinta que ya me estaba preocupando que no me dijera algún kink suyo.
No paso nada importante por un tiempo, hasta que Saeko me volvió a invitar a su casa y me mostro una cuerda, justamente, una especializada para el shibari, para que no hiciera tanto daño en el proceso del amarrado, y solo me dijo "¿Podrías amarrarme?", a lo que solo agarre la cuerda y me puse a buscar la mejor forma de hacerlo para no lastimarla.
Luego de posiblemente dos horas, una de búsqueda y otra mientras lo hacia, la termine amarrando de una forma donde sus brazos quedaban detrás de su espalda y todo su torso era cubierto por las cuerdas, incluso tapando sus pezones, pero creando varios diamantes que dejaban ver algo de su piel. Sus piernas, de igual manera, estaban amarradas, haciéndola quedar en una especie de posición fetal, pero me encargue de dejar su trasero completamente libre, solo siendo rodeado por las cuerdas y resaltándolo bastante.
Verla así hizo que casi me diera un infarto, ella parecía como si la pudiera agarrar como una simple maleta para moverla por toda la casa, con su trasero estando de tal forma que podía hacerle lo que yo quisiera.
- <¿No dijiste que esta era tu primera vez?
- <¿Huh? Pues sí, es mi primera vez amarrando a alguien>
- <¿Seguro? Porque lo hiciste muy bien... ¿Puedes acomodarme para no estar así?> -Dijo, mientras se encontraba de lado en la cama en esa posición fetal forzada.
Me acerqué para hacerlo, pero me detuve en seco por la vista de ese gran trasero y muslos, ya llevaba excitado por toda la situación de amarrar a una mujer desnuda y dejarla así en la cama, pero como siempre, ese culo no dejaba de ganarle a todo autocontrol que pueda tener.
Acerqué mi mano a sus nalgas y les di una pequeña caricia, Saeko me miró como pudo al sentir mi mano, con una sonrisa en su cara, yo le sonreí de vuelta y moví mi mano a su vagina, la cual tenía dos pedazos de la cuerda rodeándola, le unos pequeños roces para comenzar a prenderla, a lo que ella me respondió con un pequeño gemido.
La levanté agarrándola de los hombros para acomodarla y darme espacio suficiente, ella se dejaba, ya que literalmente no podía moverse, ni siquiera como para intentar acomodarse por su cuenta. Me quité la ropa que llevaba, liberando la terrible erección que ya tenía por un buen rato, me coloqué un condón, ya que Saeko me dijo que no era un día seguro, y me acosté a su lado, haciendo una cucharita, rodeando su torso con mi brazo y metiendo mi pene sin juego previo ni nada, haciendo que ambos soltáramos un suspiro de placer al unísono.
Para que tengan contexto, Saeko y yo llevábamos dos semanas sin vernos, por la simple y llana razón de que los dos tenemos nuestras vidas, e incluso si queremos estar junto al otro como dos personas que se dejan llevar por la lujuria, yo tengo que estudiar en la universidad, o si no pierdo la beca y me regresan a Colombia, y ella debe de trabajar en su bar.
Volver a sentir el calor del otro después de dos semanas sin coger fue algo indescriptible, tanto así que sentí la vagina de Saeko tensarse hasta el punto en el que no me permitía moverme, y ella lo sabía, porque empezó a mover sus caderas como pudo para hacerme sentir la presión y su coño envolviéndome aún más.
No aguanté más y la alcé para colocarla encima de mí, aún estaba acostado, por lo que solo nos movimos un poco. El movimiento hizo que Saeko se relajara más y me permitió por fin poder penetrarla a mi gusto, alzando mis caderas para meterlo lo más profundo que podía llegar y sacándolo al dejar caer mi cuerpo a la cama otra vez.
Estuvimos así por unos minutos hasta que me cansé, acomodé otra vez a Saeko en la cama y me puse a embestir contra ella en la misma posición de cuchara de antes, ella gemía mientras acercaba mi mano a su vagina, ahora peluda al no interesarse en rasurarse por saber que la prefiero así, para masturbarla, haciéndola terminar, causando que haga presión en su vagina otra vez, no aguanté más y solté todo mi semen dentro del condón mientras la besaba con lengua.
-<Mierda, quería aguantar más, estos solo fueron siete minutos>- Dije rompiendo el beso para recuperar el aire.
- <¿Te preocupas por eso cuando siempre me haces correrme?>
-<O sea, es que tampoco quiero terminar así como si nada y ya tener que soltar el nudo>
Saeko me miró de forma pícara, el lunar bajo su labio de verdad la hacía ver hermosa. Ella me dijo que le quitara la mayoría de nudos y que solo dejara sus brazos atados, hice tal y como me pidió y Saeko se arrodilló en el piso frente a mí.
-<Ven aquí>- Dijo sonriendo y moviendo su cabeza para que me acerque.
Hice tal y como me pidió, quedando justamente con mi miembro frente a su boca, y sin que se lo pidiera, comenzó a darme una mamada sin dudar, metiéndolo en su boca de una sin dudar, dándome una chupada descuidada al no poder usar sus brazos, pero que, aun así, se sentía genial, tanto que me hizo correrme dos veces más, una dentro de su boca y otras por encima de su trasero.
Después de todo eso, la libere de las ataduras y nos volvimos a bañar juntos como la primera vez que nos conocimos, volvimos a estar en la bañera juntos, acomodados como podíamos, terminando en una posición con ella encima de mi regazo, lo cual hizo que me entre la calentura otra vez, y cuando salimos de la bañera, comencé a masturbar otra vez a Saeko, cosa que a ella no le molestó, dejándose con gusto y hasta diciéndome que podía masturbarme entre sus muslos, lo cual hice sin siquiera pensar, rosando mi verga otra vez dura entre ambos muslos y su vagina, jugando con su clítoris y haciéndonos terminar otra vez.
Saliendo del baño, luego de habernos enjuagado otra vez el cuerpo para sacar todo el sudor, Saeko fue directamente a su cuarto mientras que yo fui a la cocina para tomar un vaso de agua, y entonces vi una puerta, una a la que nunca le he prestado atención. que esta justamente al lado del cuarto de Saeko y del baño. La puerta siempre se ha mantenido cerrada, pero solo ahora me ponía a pensar en ese detalle, aun así, decidí dejar la cosa así, ya que de seguro solo era un cuarto de invitados, y fui al cuarto para vestirme otra vez, besarla, darle un fuerte apretón a su culo e irme.
Pasaron unos cuantos meses más después de eso, ya estábamos en diciembre, ya casi era nuestro segundo año de vivir en Japón. Saiba decidió que nos volviéramos a encontrar para celebrar la época de navidad y el hecho de que ya llevábamos dos años viviendo como estudiantes en Japón, todos estuvimos de acuerdo, Lisandro y Saiba quedaron en que podíamos invitar a cualquier persona, lo cual era obviamente para llevar a Hina y a Aoi, las dos chicas del karaoke que se terminaron convirtiendo en sus novias.
Yo quedé en que invitaría a Saeko, la cual se ya todos habían conocido y se llevaban muy bien con ella, todos menos Takao, que seguía amargado por lo del día del karaoke, además de estar algo fastidioso por ser el único sin novia, porque Wilfrido había dejado a una en su país.
Llegó el 24 de diciembre y todos nos reunimos en un parque, donde Wilfrido nos sorprendió al traer a su novia de desde Republica Dominicana, una chica de 21 llamada Mariana, Saeko invitó a algunas de sus amigas, dos mujeres, una de 28 llamada Kaori que vestía normal para el invierno, y otra de 33 llamada Natsuki, que venía justo de trabajar de su oficina, por lo que llevaba su uniforme y una chaqueta para el frio. Ya todos las conocíamos, así que no nos molestó tener más gente, ni siquiera Takao, porque la Natsuki se pegaba a él para intentar calentarse más.
Es mejor que les describa a Hina, Aoi y a Natsuki, ya que las tres tendrán mucha importancia.
Comenzando con Hina, ella es una joven de 20 años y mide un metro sesenta y cinco, es delgada, tiene los ojos de un tono tan oscuro que no se ni de qué color son, su pelo es marrón tintado y es una gyaru o gal, las cuales son jóvenes que tomaron la moda de vestirse y actuar como adolescentes de estados unidos de las épocas de los ochentas o noventas, hay muchos estilos, pero ella solo se maquilla un poco y viste con ropa un poco reveladora, aun así, ella es bastante callada. Su cuerpo no es la gran cosa, senos pequeños que apenas y se desarrollaron y un culo firme pero apenas grande. Ella es la novia de Lisandro.
Aoi tiene 22 y mide un metro sesenta y cinco, lo mismo que Saiba, el cual es su novio. Aoi no gusta del estilo gal, por lo que su pelo es del típico color negro japonés y tiene ojos café claros que necesitan gafas por miopia, tiene un lunar como el de Saeko, pero el suyo está por encima del labio. Su cuerpo está mucho más desarrollado que el de Hina, todo porque ella hizo kendo en la escuela y quedó con uno que otro musculo, un culo y muslos firmes y unas buenas tetas.
Natsuki mide un metro sesenta y nueve, haciéndola dos centímetros más alta que Takao, tiene pelo corto en un estilo bob cut, de ojos rasgados y de color café claro, muy llamativos por lo brillantes que llegan a ser. Al ser una mujer adulta como Saeko, las dos compartes un cuerpo muy parecido, senos grandes, aunque los de Natsuki lo son más, pero no tiene muslos ni un trasero tan prominente como ella, ya que nunca realizó ejercicios como para que se le agrandaran.
Del parque donde nos reunimos fuimos al bar de Saeko, el cual ella decidió mantener cerrado solo para nosotros, en el momento que entramos, ella sacó tres botellas, una de whisky, otra de sake y otra de vodka, las tres apartadas para nosotros.
La fiesta comenzó, todos hablábamos entre nosotros, tomando alcohol controladamente para no terminar vomitando en las calles o despertar a la mañana siguiente como un oficinista en una reunión de empresa, Wilfrido y Mariana hablaban con Saiba y Aoi, Lisandro y Hina jugaban a un pequeño juego con Takao y Natsuki, ellos estaban en las sillas, mientras que yo estaba sentado en la barra, hablando con Saeko y con Kaori.
-<Todavía no me creo que ustedes dos estén de amantes porque a Saeko le dio por detenerte en la calle>
-<Yo tampoco, no te imaginas de la fuerza que utilizó para ponerme contra la pared>
-<Exageras, no te di tan duro>- Dijo ella mientras se metía otro trago.
-<Tengo una duda ¿Por qué siguen como amantes? Ya va a ser medio año desde ese día y siguen sin ser algo serio>
Todos se quedaron callados, incluyéndonos, las miradas de mis amigos en mi nuca casi me hacen un agujero.
-Es verdad hermano <¿Por qué no se hacen novios de una vez? Con lo unidos que son ya... Para tu información Saeko, Miguel no deja de hablar de ti cada que puede> -Dijo Wilfrido con una sonrisa burlona en su cara, haciendo que Kaori me viera sorprendida por seguir sin pedirle a Saeko que fuera mi novia.
-<Primero que nada> Cállate sapo hijueputa- Dije amenazándolo con darle un puñetazo por hablar de más, haciendo reír a todos los que hablaban y entendían español -<Ahora, yo no he dicho nada porque no se si a Saeko le gustaría... Ya de por si la ven mal por andar conmigo por la calle, sin ser pareja, por es>- No pude terminar de hablar por verme interrumpido por un beso de Saeko.
Saeko estaba del otro lado de la barra, jalándome por el cuello de mi camisa, y por la fuerza de su agarre, se notaba que no me iba a soltar, acepté el beso, haciendo que por fin me soltara. Podía escuchar a Saiba y a Wilfrido riéndose, y veía por el rabillo del ojo a Kaori con la boca abierta, sorprendida por lo atrevida que Saeko estaba siendo.
-<A mí no me importa lo que gente que no conozco piense... Si quiero estar contigo, esa es mi decisión>- Dijo apenas comenzó a alejarse, bebiendo otro trago de su sake.
-... <Entendido... Entonces, creo que ya no es necesario que lo pregunte>- No sabía cómo actuar, era la primera vez que una mujer se comportaba así conmigo, estoy seguro que mi cara estaba roja por la pena que sentía de parecer un idiota.
-<No, quiero que me lo preguntes>
Natsuki se levantó de su mesa para acercarse a mí y mantenerme sentado, dándome una mirada digna de una amiga queriendo ver la reacción del hombre que anda con su amiga, Kaori me miraba igual, por lo que no podía cambiar de tema y preguntárselo después.
-<Saeko Nakamura... ¿Te gustaría ser mi novia?>
Las tres se miraron entre sí y sonrieron, Saeko asintió y se inclinó hacia mí para que la besara de nuevo, lo cual hice con gusto, porque si he empezado a amarla. En cuanto rompimos el beso, todos
empezaron a hacerme burla, tuve la suerte de que mi celular comenzó a sonar para poder escapar de esa situación, cuando salí, mire de quien era la llamada, pero era un numero desconocido que venía de Colombia.
- ¿Hola?
- ¿Cuándo piensas volver? -La voz era la de mi ex, Andrea, como dije antes, una mujer celosa, mandona, controladora y posesiva.
- ¿Acaso cambiaste de numero o algo? porque recuerdo haberte bloqueado.
-Eso no te incumbe, y más te vale que me escuches, quiero que vuelvas a Colombia y regresemos, porque te perdono.
-Espera ¿Desde cuándo tú me mandas? También ¿Me perdonas? Mira malparida, me tratabas como un maldito muñeco de trapo, no podía en contra de lo que tu querías hacer, si hablaba con algunas de mis amigas o incluso si era una antigua compañera de curso, te ponías como loca y no me hablabas por semanas.
- ¿Malparida? ¡Malparida tu madre! ¡Siempre es la misma mierda contigo, te quejas por cosas estúpidas! -Apenas la escuché decir eso, perdí la paciencia por completo.
-Mira, será mejor que te olvides de mí, porque no pienso regresar a Colombia por ahora, y menos para verte, y no me vuelvas a llamar, que te prometo que no conseguirás nada, te bloqueare apenas note que eres otra vez tú, adiós.
Colgué la llamada antes de que pudiera responderle, pude escucharla a punto de gritarme, así que al menos me ahorre el dolor de oído, bloquee inmediatamente el numero con el que me llamo y entre al bar, Lisandro y Takao estaban en la puerta, seguramente habían escuchado la llamada.
-Chico, nunca te había escuchado hablar así ¿Quién era?
-Mi ex.
- <¿En serio? ¿De que hablaron?
-Nada importante, solo que la muy creída salió diciendo que me "perdonaba"
Los dos se miraron entre si levantando una ceja, ya antes había recibido una llamada de ella insultándome cuando la "abandone" al venirme a Japón, y los dos la escucharon, por lo que ambos conocen muy bien el tipo de persona que es.
-Si... Aun así ¿Dónde están Saeko y Wilfrido? -Pregunte al notar que ambos no estaban, pero los dos justo aparecieron bajando unas escaleras cargando con una máquina.
Colocaron la máquina en el piso y Wilfrido volvió a subir las escaleras corriendo, mientras que Saeko conectaba la máquina a un televisor que tenía en la pared, Natsuki y Hina se levantaron de sus sillas al entender de que era la máquina, lo mismo con Takao, que salió corriendo en su dirección.
- <¿Una máquina de karaoke?>
-<Si, es algo vieja, ya que cuando me conseguí el bar, pensé que sería un buen toque, pero solo los viejos que vienen de vez en cuando querían utilizarla, así que la guardé>
-<Dime ¿Le metiste alguna de Cómo un dragón?>
-<Pues claro, sino no me sentía completa>
Takao celebró alzando las manos, creo que por fin aceptaba a Saeko y la "perdonaba" por hacerme abandonarlos. "Como un dragón" o Yakuza, el cual es el nombre traducido internacionalmente, es una saga de videojuegos de Sega centrada en la historia de un integrante de la mafia japonesa, es un drama criminal y es el juego favorito de Takao, dónde viene su canción favorita "Orgullo desde la desesperación".
En el juego, si te sientes algo cansado por la historia, puedes pasar el rato haciendo cualquier otra cosa que quieras, jugar a los bolos, apostar o ir a un karaoke, y orgullo desde la desesperación viene de un karaoke del segundo juego.
En cuanto Wilfrido bajo por las escaleras con los micrófonos, Takao le quitó uno de la mano se buscó enseguida la canción, la puso, y comenzó a cantarla a todo pulmón.
La canción habla de vivir la vida incluso si te toca soportar de cosas injustas, que siempre mantengas la cabeza en alto, incluso si eres engullido por la desesperación. Takao terminó de cantarla y todos le aplaudimos, se la sabía de memoria, y hasta lograba mantener el mismo tono de voz que el actor de voz del protagonista.
En vez de que otro saltase a buscar una canción para cantar, Mariana empezó a pedirle a Wilfrido que cante una canción en español.
- ¿Para qué? Los únicos que la entenderían serían Takao y Saiba, Natsuki, Saeko, Kaori Hina y Aoi no saben español.
- <Les explicamos después de que va la canción, tu canta una, que hace rato no te escuchamos cantar>- Le respondió Saiba, el cual les explico la situación a las chicas y ellas empezaron a rogar también por escucharlo.
Al final, Wilfrido cedió y nos pidió a Lisandro y a mí de que le dieramos ritmo, y de ahí, comenzó a cantar "Volveré" de Wilfrido Vargas, cantada por Ruby Pérez. Para el que nunca la haya escuchado por no gustarle el merengue, Volveré es acerca de un romance entre un marinero y una mujer que lo recibe en un puerto, ambos se enamoran y el marinero, en el día que se va, le deja un anillo a la mujer para que así, cuando el vuelva, pueda recuperarlo.
Wilfrido terminó de cantar y se le notaba que le estaba empezando a ganar la vergüenza, su voz era algo grave, por lo que no le salía tan melodiosa, pero si se podía disfrutar. Cuando se les explicó a las chicas de que iba la canción, todas dijeron lo mismo.
- <¡Que lindo!>
Los aplausos dirigidos hacían él lo hicieron sentirse más avergonzado y terminó sentándose para tomar más de su vodka.
Las siguientes en cantar fueron Aoi y Hina, las cuales buscaron y se encontraron con una canción vieja de Japón, llamada "Stay With Me" o sea, quédate conmigo, el nombre es lo suficientemente descriptivo.
La noche siguió, Saiba se levantó y cantó "Dragostea Din Tei", traducida literalmente a "El amor de tilo", una canción rumana que, es mayormente conocida como el "Numa Numa".
Cantó dos versiones, la japonesa, que, por alguna razón, habla puramente de sexo, y la original, porque todos le pedimos que la cantará después de haber cantado la primera solamente en broma. El amor de tilo es una canción de amor entre tres hombres a una mujer, cada uno llamándola y dándole razones para que esta los elija.
Lisandro cantó Rasputín, Mariana intento cantar junto con Wilfrido Colgando en tus manos, Natsuki y Kaori cantaron la apertura de Sailor Moon y a mí me obligaron a cantar también en español, por lo que terminé cantando Ay Amor de Cuco Valoy.
Todos habíamos cantado, menos Saeko, la cual se levantó algo borracha de mi regazo, porque si, ella había decidido sentarse en mis piernas, por lo que tuve que esconder como pude la erección que me dio tener su culo tan cerca de mi miembro. Buscó entre las canciones de la máquina, hasta encontrar otra de la saga Yakuza, llamada "Rouge of Love", que traduce a "Amor rojizo".
La canción, que no solo era otra de las favoritas de Takao, también lo era de todos nosotros, empezamos a hacer las mismas líneas de algunos de los personajes que acompañaban a la cantante, porque para cantar Rouge of Love, debes llevar a una mujer contigo al karaoke.
La canción es algo triste, porque es la historia de una mujer que ya no sabe amar, dejándose llevar por los deseos, maquillándose para tapar lo que ella piensa es una cara indigna de ser amada, por hacerse cirugías y por haber sufrido de desamores anteriores.
Todos salimos del bar por las diez de la noche, estábamos pasados de trago, se notaba por la forma en la que caminábamos, pero los únicos que no estaban tan jodidos eran Wilfrido y Mariana.
-Hey, yo me voy directamente para mi apartamento, si ustedes deciden hacer algo más, háganlo solos, Mariana solo se quedará una semana, por lo que quiero aprovechar el tiempo con ella.
Nos despedimos de ellos y todos empezamos a caminar, Kaori se había ido hace mucho, porque necesitaba regresar al trabajo temprano, por lo que Natsuki se quedó pegada a Takao toda la noche, cuando repentinamente dijo.
- <¿Y si vamos a todos a pasar unos minutos en un hotel?>- Cuando lo dijo, todos dejamos de caminar, ya que lo que dijo era literalmente que fuéramos todos juntos a un motel.
Les voy a ser sincero, esta parte se alargó más de lo que esperaba, por lo que se queda por aquí ahora, pero quería continuar y dejarlo más adelanté, pero eso lo haría demasiado largo. Espero que te haya gustado, aquí te dejo el link para que vayas a la siguiente parte;
Amante japonesa parte IV: http://www.poringa.net/posts/relatos/4193574/Amante-japonesa-parte-IV.html
Si te interesa, puedes leer otro de mis relatos:
Casa compartida: https://m.poringa.net/posts/relatos/4105810/Casa-compartida.html
Bye!
Por cierto, en este relato habrán unas imágenes para representar el acto del Shibari, solo eso, no tienen nada que ver con Saeko.
Si esta es la primera vez que lees este relato, puede leer las anteriores partes aquí:
Amante japonesa: http://www.poringa.net/posts/relatos/4109453/Amante-japonesa.html
Me quedé dormido, estaba cansado y me sentía terrible por la resaca, no quería abrir los ojos, menos cuando podía sentir que me acariciaban mientras dormía.
Abrí los ojos inmediatamente para ver que era aquello que me acariciaba, y vi a Saeko, entonces fue cuando recordé, me entró la calentura después de tomar tanto y la cargué a su cama, donde ambos nos quedamos dormidos. Ella había despertado primero y se dedicó a acariciar mi cabeza y pasar sus dedos por las cicatrices en mis manos, se le notaba que se preocupaba bastante por estas, incluso si eran heridas viejas que ya estaban cerradas.
-<Buenos días>-
-<Buenos días, ya me preguntaba cuando ibas a saludarme>
- <¿Cuándo te despertaste?>
-<No hace mucho, minutos antes de que notase que te estabas despertando... Tus cicatrices son tan malas, pero las haces sonar como si no fueran importante>
-<Porque no lo son, sucedieron porque fui un idiota de pequeño y eso es todo> -Dije con u n tono burlón mientras miraba mis manos y luego la miré a ella, su expresión no era una alegre o algo, era preocupada, mirando mi mano y moviendo su cabeza para mirarme a los ojos -<Pero... Me alegra que te preocupes... Incluso si es algo tan pequeño>
Los dos solo sonreímos, e inmediatamente sentí la resaca, el dolor de cabeza fue tan fuerte, que tuve que irme al baño para echarme algo de cara y tomar un poco, mientras que Saeko se levantó para ir a la cocina.
Me contó que a ella le dio apenas despertó, pero que como no quería despertarme, se mantuvo quieta y se aguantó el dolor de cabeza tanto como pudo. Los dos estábamos en la cocina, encargándonos de limpiar el desastre que hicimos con las latas de cerveza.
Nos sentamos para hablar más cómodamente, el tema de lo que hicimos ayer borrachos y con lujuria no fue tocado, manteníamos una sencilla conversación, que, nuevamente, tocaba en la vida del otro sin pena.
Luego de ver la hora y ver que eran las ocho de la mañana, seguramente nos despertamos a las siete, me levante y decidí irme, ella quiso detenerme para que al menos me vaya después de haber desayunado algo por ella, pero no quería seguir molestándola, por lo que rechacé su oferta y salí de su apartamento, encontrándome de lleno con una pareja de ancianos japoneses que me miraron, luego miraron a la puerta y soltaron una pequeña risa mientras entraban a su casa, seguramente por saber que si salí de la puerta de Saeko, es porque hicimos algo, me olí un poco, y solo pude pensar "Necesito un baño".
Pasaron los meses, mi relación con Saeko se mantenía en encuentros casuales que la mayoría de las veces terminaban en sexo, muchas en las que yo mantenía el control, y otras donde ella cambiaba por completo y decidía hacerlo todo ella.
En uno de nuestros encuentros, Saeko me reveló que tenía un pequeño kink con el shibari, un arte japonés que se centra en la atracción por el confinamiento del cuerpo mediante ataduras, como el bondage, pero más centrado en la belleza de este, pues no solo se considera parte del acto sexual, sino también como una forma de expresión artística, aunque proviene de que antes se utilizaba como un método para atrapar prisioneros.
Mi reacción fue mínima, porque me lo imaginaba, ya que su actitud nunca fue la de una mujer pura, la forma en la que actúa mientras hablamos y como actúa mientras cogemos es tan distinta que ya me estaba preocupando que no me dijera algún kink suyo.
No paso nada importante por un tiempo, hasta que Saeko me volvió a invitar a su casa y me mostro una cuerda, justamente, una especializada para el shibari, para que no hiciera tanto daño en el proceso del amarrado, y solo me dijo "¿Podrías amarrarme?", a lo que solo agarre la cuerda y me puse a buscar la mejor forma de hacerlo para no lastimarla.
Luego de posiblemente dos horas, una de búsqueda y otra mientras lo hacia, la termine amarrando de una forma donde sus brazos quedaban detrás de su espalda y todo su torso era cubierto por las cuerdas, incluso tapando sus pezones, pero creando varios diamantes que dejaban ver algo de su piel. Sus piernas, de igual manera, estaban amarradas, haciéndola quedar en una especie de posición fetal, pero me encargue de dejar su trasero completamente libre, solo siendo rodeado por las cuerdas y resaltándolo bastante.
Verla así hizo que casi me diera un infarto, ella parecía como si la pudiera agarrar como una simple maleta para moverla por toda la casa, con su trasero estando de tal forma que podía hacerle lo que yo quisiera.
- <¿No dijiste que esta era tu primera vez?
- <¿Huh? Pues sí, es mi primera vez amarrando a alguien>
- <¿Seguro? Porque lo hiciste muy bien... ¿Puedes acomodarme para no estar así?> -Dijo, mientras se encontraba de lado en la cama en esa posición fetal forzada.
Me acerqué para hacerlo, pero me detuve en seco por la vista de ese gran trasero y muslos, ya llevaba excitado por toda la situación de amarrar a una mujer desnuda y dejarla así en la cama, pero como siempre, ese culo no dejaba de ganarle a todo autocontrol que pueda tener.
Acerqué mi mano a sus nalgas y les di una pequeña caricia, Saeko me miró como pudo al sentir mi mano, con una sonrisa en su cara, yo le sonreí de vuelta y moví mi mano a su vagina, la cual tenía dos pedazos de la cuerda rodeándola, le unos pequeños roces para comenzar a prenderla, a lo que ella me respondió con un pequeño gemido.
La levanté agarrándola de los hombros para acomodarla y darme espacio suficiente, ella se dejaba, ya que literalmente no podía moverse, ni siquiera como para intentar acomodarse por su cuenta. Me quité la ropa que llevaba, liberando la terrible erección que ya tenía por un buen rato, me coloqué un condón, ya que Saeko me dijo que no era un día seguro, y me acosté a su lado, haciendo una cucharita, rodeando su torso con mi brazo y metiendo mi pene sin juego previo ni nada, haciendo que ambos soltáramos un suspiro de placer al unísono.
Para que tengan contexto, Saeko y yo llevábamos dos semanas sin vernos, por la simple y llana razón de que los dos tenemos nuestras vidas, e incluso si queremos estar junto al otro como dos personas que se dejan llevar por la lujuria, yo tengo que estudiar en la universidad, o si no pierdo la beca y me regresan a Colombia, y ella debe de trabajar en su bar.
Volver a sentir el calor del otro después de dos semanas sin coger fue algo indescriptible, tanto así que sentí la vagina de Saeko tensarse hasta el punto en el que no me permitía moverme, y ella lo sabía, porque empezó a mover sus caderas como pudo para hacerme sentir la presión y su coño envolviéndome aún más.
No aguanté más y la alcé para colocarla encima de mí, aún estaba acostado, por lo que solo nos movimos un poco. El movimiento hizo que Saeko se relajara más y me permitió por fin poder penetrarla a mi gusto, alzando mis caderas para meterlo lo más profundo que podía llegar y sacándolo al dejar caer mi cuerpo a la cama otra vez.
Estuvimos así por unos minutos hasta que me cansé, acomodé otra vez a Saeko en la cama y me puse a embestir contra ella en la misma posición de cuchara de antes, ella gemía mientras acercaba mi mano a su vagina, ahora peluda al no interesarse en rasurarse por saber que la prefiero así, para masturbarla, haciéndola terminar, causando que haga presión en su vagina otra vez, no aguanté más y solté todo mi semen dentro del condón mientras la besaba con lengua.
-<Mierda, quería aguantar más, estos solo fueron siete minutos>- Dije rompiendo el beso para recuperar el aire.
- <¿Te preocupas por eso cuando siempre me haces correrme?>
-<O sea, es que tampoco quiero terminar así como si nada y ya tener que soltar el nudo>
Saeko me miró de forma pícara, el lunar bajo su labio de verdad la hacía ver hermosa. Ella me dijo que le quitara la mayoría de nudos y que solo dejara sus brazos atados, hice tal y como me pidió y Saeko se arrodilló en el piso frente a mí.
-<Ven aquí>- Dijo sonriendo y moviendo su cabeza para que me acerque.
Hice tal y como me pidió, quedando justamente con mi miembro frente a su boca, y sin que se lo pidiera, comenzó a darme una mamada sin dudar, metiéndolo en su boca de una sin dudar, dándome una chupada descuidada al no poder usar sus brazos, pero que, aun así, se sentía genial, tanto que me hizo correrme dos veces más, una dentro de su boca y otras por encima de su trasero.
Después de todo eso, la libere de las ataduras y nos volvimos a bañar juntos como la primera vez que nos conocimos, volvimos a estar en la bañera juntos, acomodados como podíamos, terminando en una posición con ella encima de mi regazo, lo cual hizo que me entre la calentura otra vez, y cuando salimos de la bañera, comencé a masturbar otra vez a Saeko, cosa que a ella no le molestó, dejándose con gusto y hasta diciéndome que podía masturbarme entre sus muslos, lo cual hice sin siquiera pensar, rosando mi verga otra vez dura entre ambos muslos y su vagina, jugando con su clítoris y haciéndonos terminar otra vez.
Saliendo del baño, luego de habernos enjuagado otra vez el cuerpo para sacar todo el sudor, Saeko fue directamente a su cuarto mientras que yo fui a la cocina para tomar un vaso de agua, y entonces vi una puerta, una a la que nunca le he prestado atención. que esta justamente al lado del cuarto de Saeko y del baño. La puerta siempre se ha mantenido cerrada, pero solo ahora me ponía a pensar en ese detalle, aun así, decidí dejar la cosa así, ya que de seguro solo era un cuarto de invitados, y fui al cuarto para vestirme otra vez, besarla, darle un fuerte apretón a su culo e irme.
Pasaron unos cuantos meses más después de eso, ya estábamos en diciembre, ya casi era nuestro segundo año de vivir en Japón. Saiba decidió que nos volviéramos a encontrar para celebrar la época de navidad y el hecho de que ya llevábamos dos años viviendo como estudiantes en Japón, todos estuvimos de acuerdo, Lisandro y Saiba quedaron en que podíamos invitar a cualquier persona, lo cual era obviamente para llevar a Hina y a Aoi, las dos chicas del karaoke que se terminaron convirtiendo en sus novias.
Yo quedé en que invitaría a Saeko, la cual se ya todos habían conocido y se llevaban muy bien con ella, todos menos Takao, que seguía amargado por lo del día del karaoke, además de estar algo fastidioso por ser el único sin novia, porque Wilfrido había dejado a una en su país.
Llegó el 24 de diciembre y todos nos reunimos en un parque, donde Wilfrido nos sorprendió al traer a su novia de desde Republica Dominicana, una chica de 21 llamada Mariana, Saeko invitó a algunas de sus amigas, dos mujeres, una de 28 llamada Kaori que vestía normal para el invierno, y otra de 33 llamada Natsuki, que venía justo de trabajar de su oficina, por lo que llevaba su uniforme y una chaqueta para el frio. Ya todos las conocíamos, así que no nos molestó tener más gente, ni siquiera Takao, porque la Natsuki se pegaba a él para intentar calentarse más.
Es mejor que les describa a Hina, Aoi y a Natsuki, ya que las tres tendrán mucha importancia.
Comenzando con Hina, ella es una joven de 20 años y mide un metro sesenta y cinco, es delgada, tiene los ojos de un tono tan oscuro que no se ni de qué color son, su pelo es marrón tintado y es una gyaru o gal, las cuales son jóvenes que tomaron la moda de vestirse y actuar como adolescentes de estados unidos de las épocas de los ochentas o noventas, hay muchos estilos, pero ella solo se maquilla un poco y viste con ropa un poco reveladora, aun así, ella es bastante callada. Su cuerpo no es la gran cosa, senos pequeños que apenas y se desarrollaron y un culo firme pero apenas grande. Ella es la novia de Lisandro.
Aoi tiene 22 y mide un metro sesenta y cinco, lo mismo que Saiba, el cual es su novio. Aoi no gusta del estilo gal, por lo que su pelo es del típico color negro japonés y tiene ojos café claros que necesitan gafas por miopia, tiene un lunar como el de Saeko, pero el suyo está por encima del labio. Su cuerpo está mucho más desarrollado que el de Hina, todo porque ella hizo kendo en la escuela y quedó con uno que otro musculo, un culo y muslos firmes y unas buenas tetas.
Natsuki mide un metro sesenta y nueve, haciéndola dos centímetros más alta que Takao, tiene pelo corto en un estilo bob cut, de ojos rasgados y de color café claro, muy llamativos por lo brillantes que llegan a ser. Al ser una mujer adulta como Saeko, las dos compartes un cuerpo muy parecido, senos grandes, aunque los de Natsuki lo son más, pero no tiene muslos ni un trasero tan prominente como ella, ya que nunca realizó ejercicios como para que se le agrandaran.
Del parque donde nos reunimos fuimos al bar de Saeko, el cual ella decidió mantener cerrado solo para nosotros, en el momento que entramos, ella sacó tres botellas, una de whisky, otra de sake y otra de vodka, las tres apartadas para nosotros.
La fiesta comenzó, todos hablábamos entre nosotros, tomando alcohol controladamente para no terminar vomitando en las calles o despertar a la mañana siguiente como un oficinista en una reunión de empresa, Wilfrido y Mariana hablaban con Saiba y Aoi, Lisandro y Hina jugaban a un pequeño juego con Takao y Natsuki, ellos estaban en las sillas, mientras que yo estaba sentado en la barra, hablando con Saeko y con Kaori.
-<Todavía no me creo que ustedes dos estén de amantes porque a Saeko le dio por detenerte en la calle>
-<Yo tampoco, no te imaginas de la fuerza que utilizó para ponerme contra la pared>
-<Exageras, no te di tan duro>- Dijo ella mientras se metía otro trago.
-<Tengo una duda ¿Por qué siguen como amantes? Ya va a ser medio año desde ese día y siguen sin ser algo serio>
Todos se quedaron callados, incluyéndonos, las miradas de mis amigos en mi nuca casi me hacen un agujero.
-Es verdad hermano <¿Por qué no se hacen novios de una vez? Con lo unidos que son ya... Para tu información Saeko, Miguel no deja de hablar de ti cada que puede> -Dijo Wilfrido con una sonrisa burlona en su cara, haciendo que Kaori me viera sorprendida por seguir sin pedirle a Saeko que fuera mi novia.
-<Primero que nada> Cállate sapo hijueputa- Dije amenazándolo con darle un puñetazo por hablar de más, haciendo reír a todos los que hablaban y entendían español -<Ahora, yo no he dicho nada porque no se si a Saeko le gustaría... Ya de por si la ven mal por andar conmigo por la calle, sin ser pareja, por es>- No pude terminar de hablar por verme interrumpido por un beso de Saeko.
Saeko estaba del otro lado de la barra, jalándome por el cuello de mi camisa, y por la fuerza de su agarre, se notaba que no me iba a soltar, acepté el beso, haciendo que por fin me soltara. Podía escuchar a Saiba y a Wilfrido riéndose, y veía por el rabillo del ojo a Kaori con la boca abierta, sorprendida por lo atrevida que Saeko estaba siendo.
-<A mí no me importa lo que gente que no conozco piense... Si quiero estar contigo, esa es mi decisión>- Dijo apenas comenzó a alejarse, bebiendo otro trago de su sake.
-... <Entendido... Entonces, creo que ya no es necesario que lo pregunte>- No sabía cómo actuar, era la primera vez que una mujer se comportaba así conmigo, estoy seguro que mi cara estaba roja por la pena que sentía de parecer un idiota.
-<No, quiero que me lo preguntes>
Natsuki se levantó de su mesa para acercarse a mí y mantenerme sentado, dándome una mirada digna de una amiga queriendo ver la reacción del hombre que anda con su amiga, Kaori me miraba igual, por lo que no podía cambiar de tema y preguntárselo después.
-<Saeko Nakamura... ¿Te gustaría ser mi novia?>
Las tres se miraron entre sí y sonrieron, Saeko asintió y se inclinó hacia mí para que la besara de nuevo, lo cual hice con gusto, porque si he empezado a amarla. En cuanto rompimos el beso, todos
empezaron a hacerme burla, tuve la suerte de que mi celular comenzó a sonar para poder escapar de esa situación, cuando salí, mire de quien era la llamada, pero era un numero desconocido que venía de Colombia.
- ¿Hola?
- ¿Cuándo piensas volver? -La voz era la de mi ex, Andrea, como dije antes, una mujer celosa, mandona, controladora y posesiva.
- ¿Acaso cambiaste de numero o algo? porque recuerdo haberte bloqueado.
-Eso no te incumbe, y más te vale que me escuches, quiero que vuelvas a Colombia y regresemos, porque te perdono.
-Espera ¿Desde cuándo tú me mandas? También ¿Me perdonas? Mira malparida, me tratabas como un maldito muñeco de trapo, no podía en contra de lo que tu querías hacer, si hablaba con algunas de mis amigas o incluso si era una antigua compañera de curso, te ponías como loca y no me hablabas por semanas.
- ¿Malparida? ¡Malparida tu madre! ¡Siempre es la misma mierda contigo, te quejas por cosas estúpidas! -Apenas la escuché decir eso, perdí la paciencia por completo.
-Mira, será mejor que te olvides de mí, porque no pienso regresar a Colombia por ahora, y menos para verte, y no me vuelvas a llamar, que te prometo que no conseguirás nada, te bloqueare apenas note que eres otra vez tú, adiós.
Colgué la llamada antes de que pudiera responderle, pude escucharla a punto de gritarme, así que al menos me ahorre el dolor de oído, bloquee inmediatamente el numero con el que me llamo y entre al bar, Lisandro y Takao estaban en la puerta, seguramente habían escuchado la llamada.
-Chico, nunca te había escuchado hablar así ¿Quién era?
-Mi ex.
- <¿En serio? ¿De que hablaron?
-Nada importante, solo que la muy creída salió diciendo que me "perdonaba"
Los dos se miraron entre si levantando una ceja, ya antes había recibido una llamada de ella insultándome cuando la "abandone" al venirme a Japón, y los dos la escucharon, por lo que ambos conocen muy bien el tipo de persona que es.
-Si... Aun así ¿Dónde están Saeko y Wilfrido? -Pregunte al notar que ambos no estaban, pero los dos justo aparecieron bajando unas escaleras cargando con una máquina.
Colocaron la máquina en el piso y Wilfrido volvió a subir las escaleras corriendo, mientras que Saeko conectaba la máquina a un televisor que tenía en la pared, Natsuki y Hina se levantaron de sus sillas al entender de que era la máquina, lo mismo con Takao, que salió corriendo en su dirección.
- <¿Una máquina de karaoke?>
-<Si, es algo vieja, ya que cuando me conseguí el bar, pensé que sería un buen toque, pero solo los viejos que vienen de vez en cuando querían utilizarla, así que la guardé>
-<Dime ¿Le metiste alguna de Cómo un dragón?>
-<Pues claro, sino no me sentía completa>
Takao celebró alzando las manos, creo que por fin aceptaba a Saeko y la "perdonaba" por hacerme abandonarlos. "Como un dragón" o Yakuza, el cual es el nombre traducido internacionalmente, es una saga de videojuegos de Sega centrada en la historia de un integrante de la mafia japonesa, es un drama criminal y es el juego favorito de Takao, dónde viene su canción favorita "Orgullo desde la desesperación".
En el juego, si te sientes algo cansado por la historia, puedes pasar el rato haciendo cualquier otra cosa que quieras, jugar a los bolos, apostar o ir a un karaoke, y orgullo desde la desesperación viene de un karaoke del segundo juego.
En cuanto Wilfrido bajo por las escaleras con los micrófonos, Takao le quitó uno de la mano se buscó enseguida la canción, la puso, y comenzó a cantarla a todo pulmón.
La canción habla de vivir la vida incluso si te toca soportar de cosas injustas, que siempre mantengas la cabeza en alto, incluso si eres engullido por la desesperación. Takao terminó de cantarla y todos le aplaudimos, se la sabía de memoria, y hasta lograba mantener el mismo tono de voz que el actor de voz del protagonista.
En vez de que otro saltase a buscar una canción para cantar, Mariana empezó a pedirle a Wilfrido que cante una canción en español.
- ¿Para qué? Los únicos que la entenderían serían Takao y Saiba, Natsuki, Saeko, Kaori Hina y Aoi no saben español.
- <Les explicamos después de que va la canción, tu canta una, que hace rato no te escuchamos cantar>- Le respondió Saiba, el cual les explico la situación a las chicas y ellas empezaron a rogar también por escucharlo.
Al final, Wilfrido cedió y nos pidió a Lisandro y a mí de que le dieramos ritmo, y de ahí, comenzó a cantar "Volveré" de Wilfrido Vargas, cantada por Ruby Pérez. Para el que nunca la haya escuchado por no gustarle el merengue, Volveré es acerca de un romance entre un marinero y una mujer que lo recibe en un puerto, ambos se enamoran y el marinero, en el día que se va, le deja un anillo a la mujer para que así, cuando el vuelva, pueda recuperarlo.
Wilfrido terminó de cantar y se le notaba que le estaba empezando a ganar la vergüenza, su voz era algo grave, por lo que no le salía tan melodiosa, pero si se podía disfrutar. Cuando se les explicó a las chicas de que iba la canción, todas dijeron lo mismo.
- <¡Que lindo!>
Los aplausos dirigidos hacían él lo hicieron sentirse más avergonzado y terminó sentándose para tomar más de su vodka.
Las siguientes en cantar fueron Aoi y Hina, las cuales buscaron y se encontraron con una canción vieja de Japón, llamada "Stay With Me" o sea, quédate conmigo, el nombre es lo suficientemente descriptivo.
La noche siguió, Saiba se levantó y cantó "Dragostea Din Tei", traducida literalmente a "El amor de tilo", una canción rumana que, es mayormente conocida como el "Numa Numa".
Cantó dos versiones, la japonesa, que, por alguna razón, habla puramente de sexo, y la original, porque todos le pedimos que la cantará después de haber cantado la primera solamente en broma. El amor de tilo es una canción de amor entre tres hombres a una mujer, cada uno llamándola y dándole razones para que esta los elija.
Lisandro cantó Rasputín, Mariana intento cantar junto con Wilfrido Colgando en tus manos, Natsuki y Kaori cantaron la apertura de Sailor Moon y a mí me obligaron a cantar también en español, por lo que terminé cantando Ay Amor de Cuco Valoy.
Todos habíamos cantado, menos Saeko, la cual se levantó algo borracha de mi regazo, porque si, ella había decidido sentarse en mis piernas, por lo que tuve que esconder como pude la erección que me dio tener su culo tan cerca de mi miembro. Buscó entre las canciones de la máquina, hasta encontrar otra de la saga Yakuza, llamada "Rouge of Love", que traduce a "Amor rojizo".
La canción, que no solo era otra de las favoritas de Takao, también lo era de todos nosotros, empezamos a hacer las mismas líneas de algunos de los personajes que acompañaban a la cantante, porque para cantar Rouge of Love, debes llevar a una mujer contigo al karaoke.
La canción es algo triste, porque es la historia de una mujer que ya no sabe amar, dejándose llevar por los deseos, maquillándose para tapar lo que ella piensa es una cara indigna de ser amada, por hacerse cirugías y por haber sufrido de desamores anteriores.
Todos salimos del bar por las diez de la noche, estábamos pasados de trago, se notaba por la forma en la que caminábamos, pero los únicos que no estaban tan jodidos eran Wilfrido y Mariana.
-Hey, yo me voy directamente para mi apartamento, si ustedes deciden hacer algo más, háganlo solos, Mariana solo se quedará una semana, por lo que quiero aprovechar el tiempo con ella.
Nos despedimos de ellos y todos empezamos a caminar, Kaori se había ido hace mucho, porque necesitaba regresar al trabajo temprano, por lo que Natsuki se quedó pegada a Takao toda la noche, cuando repentinamente dijo.
- <¿Y si vamos a todos a pasar unos minutos en un hotel?>- Cuando lo dijo, todos dejamos de caminar, ya que lo que dijo era literalmente que fuéramos todos juntos a un motel.
Les voy a ser sincero, esta parte se alargó más de lo que esperaba, por lo que se queda por aquí ahora, pero quería continuar y dejarlo más adelanté, pero eso lo haría demasiado largo. Espero que te haya gustado, aquí te dejo el link para que vayas a la siguiente parte;
Amante japonesa parte IV: http://www.poringa.net/posts/relatos/4193574/Amante-japonesa-parte-IV.html
Si te interesa, puedes leer otro de mis relatos:
Casa compartida: https://m.poringa.net/posts/relatos/4105810/Casa-compartida.html
Bye!
1 comentarios - Amante japonesa III