Hola, como dije en Casa compartida, este es el segundo relato que tengo pensado subir aquí a Poringa, en este relato, verán estos dos signos "<>" lo cual significara que están hablando en japonés, no se preocupen, es solo para hacer caracterización, y ustedes no tendrán que leer nada en japonés, solo mantengan en mente que "<>" significa que hablan en japonés.
Iba caminando normal por las calles de Shinjuku, uno de los distritos de Japón en la prefectura Tokio, dónde, se encuentran una gran cantidad de establecimientos para adultos, la mayoría lugares simples de conocer mujeres para tener una sola noche de encuentro, o los soaplands, lugares donde puedes recibir masajes y baños por las trabajadoras.
Caminaba por esas calles buscando un karaoke bar al que fui invitado por mis amigos, pero me encontraba totalmente perdido, ya que, incluso si se el suficiente japonés para defenderme, no soy tan fluido en este como para reconocer cada Kanji.
-Hey ¿Dónde mierda estás? Takao anda desesperado por tener que esperarte- Me dijo Lisandro por el celular dónde manteníamos la llamada.
-No sé la verdad, me perdí, no logro encontrar el lugar.
- ¿Diste vuelta por la 13?
- ¿Había una 13? - Pregunté con un tono sorprendido, a lo que pude escuchar unos fuertes suspiros de todos mis amigos.
-<Hey, será mejor que vengas, ya sabes que Takao pierde la paciencia cuando llegamos tarde a nuestros encuentros.>- Dijo Saiba, arrancándole el cell a Lisandro por lo que se escuchaba.
-<Si, pero no es mi culpa, ustedes mismos dijeron que el lugar estaba algo escondido... ¿Cómo era que se llamaba?>
-One Night Stand, apúrate de una vez- Me respondió Lisandro, recuperando su celular y colgando la llamada.
Mis amigos y yo no somos de Japón, como puede ser obvio al ser que hablamos en español, cada uno somos de un país diferente de América del sur, todos estudiantes de intercambio que nos ganamos una colegiatura para el país por estudiar el idioma y conseguir un buen rango de dominio.
Es mejor que me presenté mientras camino, me llamo Miguel, tengo 23 y mido un metro setenta y cinco, no hago mucho ejercicio, pero sí que me dedico a mantenerme delgado, tengo pelo marrón algo liso y ojos cafés oscuro, mi piel está algo quemada por el país del que vengo, pero soy mucho más blanco que algunos de mis amigos.
Mientras caminaba regresando por donde vine, vi a una mujer que caminaba en sentido contrario al mío, estaba algo lejos como para decir si era atractiva o no, pero si era obvio que su nacionalidad era japonesa.
La mujer vestía una simple camisa a botones blanca que tenía metida por debajo de un pantalón azul con bordados de rosas, mirándola de lejos, podía decir que era mayor que yo y que media algo entre metro sesenta o sesenta y cuatro.
Cuando caminamos al lado del otro, sentí a alguien agarrar mi brazo, al darme la vuelta, la mujer tenía un fuerte agarre en mi brazo, y tomándome por sorpresa, me empujó contra la pared de uno de los edificios, quedando ella inclinada en mi cuerpo prácticamente encima de mí.
Su cabeza se movió de arriba hacia abajo, escaneándome un poco, y mientras ella me miraba, aproveche para mirarla también, tenía ojos café claros y un pelo negro liso que le caía hasta la mitad de la espalda, en su rostro, justo debajo de la boca, a la izquierda, tenía un pequeño lunar.
Le ponía unos 35 años, era joven y con buen cuerpo, aunque la ropa no me dejaba ver tan bien, quedábamos a una altura prácticamente igual, por lo que era seguro que ella media solo dos o tres centímetros menos que yo.
-<Oye ¿Qué quieres de mí?>
-<Ah, perfecto, hablas japonés.>- Su voz era algo dulce y tranquila.
-<Pues sí, no vendría aquí sin saber algo del idioma... Pregunto otra vez ¿Qué quieres de mí?>
La mujer se quedó pensando un momento, aflojando el agarre que tenía en mi brazo y quitando algo de su peso, no era gorda, estaba en ese punto de mujer adulta que cuida de sí misma, tal vez con algo de músculo y con algunas curvas bajo la ropa.
- <¿Te interesa tener sexo conmigo?>
La pregunta fue tan repentina que estoy seguro que tuve una cara de sorpresa muy evidente, ya que la mujer soltó una pequeña risa. Pensé por un momento lo que me acababa de preguntar, solo había dos opciones, o era una trabajadora sexual de algún establecimiento, recuerden, ando en Shinjuku, o era una mujer que quería robarme.
-<Si piensas que te voy a hacer algo, puedes relajarte, ganó suficiente dinero con mi trabajo como para robarle a la gente... Y no, no soy prostituta>- Me dijo como si hubiera leído mi mente, aunque seguramente solo se basó en mis expresiones.
-<Que ganas con proponerme tener sexo?>
-<Nada... Solo quiero saber que se siente hacerlo con alguien joven y de otro país.>
Escucharla hablar tan suelta y calmada, siendo que es normal para los japoneses darle mil vueltas a algo tan fácil como decir "¿Quieres coger?" Todo por lo penosos que son, me dejó realmente perplejo, incluso Saiba y Takao tenían problemas al hablar con mujeres.
Terminé aceptando, a lo que ella me agarró de la mano y me jaló a través de la carretera hasta llegar a un motel que cobraba barato por quedarte una noche, los dos entramos, ella pagando por los dos, no porque no fuera caballero, sino porque ella no me dejó pagar.
Entramos al cuarto que nos dieron, el de la recepción se veía algo celoso por verme junto con una mujer con la que me encontraba, incluso yo estaba sorprendido con como todo acababa de escalar tan rápido.
-<Ves desnudándote, quiero tomar un baño antes de empezar.>
Hice como se me indicó y me quité la ropa, dejándome mi celular debajo de la cama del cuarto, la cual era lo suficientemente grande para dos personas. Llevaba un buen tiempo desde la última vez que tuve sexo, posiblemente desde que dejé mi país, lo cual fue hace un año, todo por una ex novia la cual dejé de querer por lo controladora y celosa que era.
- ¡Mierda! El bar karaoke- Agarre mi celular de debajo de la cama, tenía unas cuantas llamadas perdidas llamadas perdidas, las cuales no sentí por poner mi celular en silencio y no molestar a nadie por la calle.
Todo encuentro fue idea de Takao para alegrarme la vida y que me olvidase de esa ex, ya que es muy normal que saliendo o entrando en dicho establecimiento, te puedes encontrar con mujeres que quieran pasar una noche.
Las llamadas y los mensajes que recibía de parte de Takao mostraban lo poco de paciencia que le quedaba, lo estaba dejando mal en una noche donde él pensaba invitar de todo, lo cual es lo que más detestaba, dude un buen tiempo en que hacer, si contarles lo que me acababa de pasar o simplemente irme, hasta que escuche la puerta del baño abriéndose y la vi salir con el pelo mojado.
- <¿Qué haces?> El cuerpo desnudo de la mujer era tal y como me lo imaginaba, no era el cuerpo de una modelo, era el cuerpo normal de una mujer de su edad bien cuidada, con algo de músculos en su abdominal que la hacían ver muy atrayente, con senos de lo que podría decir solo por verlos, eran copa B, no muy grandes, pero su trasero era lo que más me llamaba, sus muslos gruesos y tonificados se unían a un trasero firme y de un tamaño que podrías ver a una actriz porno de primera.
-<.... Nada, no es importante>- Le respondí dejando mi celular nuevamente debajo de la cama, ya me encargaría de excusarme con los otros después.
Me levanté de la cama y me acerqué a ella, la cual me había dado la espalda para terminar de secarse, la agarre de la cintura y la hice girarse para verme, tenernos así de cerca nos dejó contemplar bien lo diferentes que éramos, y mientras nos veíamos, ella soltó un pequeño suspiro de sorpresa al ver mi entrepierna, la cual, incluso si estaba flácida, se mostraba ante ella en un tamaño de 14 cm.
-<Eso no se ve duro>- Dijo mientras comenzaba a tocar mi pene un poco.
-<Por qué no lo está, todavía no estoy tan excitado, tengo un pene de carne>- Dije soltando una pequeña risa, no era la primera vez que sacaba esta reacción de las mujeres con las que he llegado a estar.
Para aquellos que no tengan idea de que es un pene de carne, existen dos tipos de penes, de carne y de sangre, los de sangre son los que se ven de un tamaño pequeño cuando están flácidos, pero que sorprenden al repentinamente ver el cambio cuando se endurecen, mientras que los de carne, mantienen un tamaño flácido muy cercano al erecto, mi miembro no es la gran cosa, solo crece dos centímetros más al excitarme, y no es algo de lo que estoy muy orgulloso, ya que puede ser incómodo.
-<Interesante>- Dijo luego de escucharme explicar la razón de mi pene, se veía muy interesada en este, por lo que la jale hasta la cama, sentándome y dejando mi verga a su disposición para que hiciera lo que quisiera.
La mujer se arrodilló frente a mí y comenzó a masajear mi miembro con deseo, dándole pequeños roses al glande con sus dedos y palpando cada pedazo del tronco, era obvio que su objetivo era ponerme duro de una vez, por lo que relaje mi cuerpo para disfrutar de su tacto, hasta que mi sexo empezó a crecer a su tamaño normal erecto.
En el momento que comenzó a endurecerse, ella fue dándole pequeñas olfateadas y restregándolo contra su cara, casi como si quisiera entender aquello que estaba frente suyo, como si fuera algo desconocido. Cuando abrió su boca, inmediatamente comenzó a lamer el tronco, pasando su lengua por toda la base, asegurándose de pasarla por cada rincón de mi pene, para acto seguido, meter todo el glande a su boca para comenzar a jugar con este en su boca.
Su lengua lo envolvió mientras que comenzaba a succionar en este, la sensación de su lengua jugando apretada contra mi glande por culpa de la succión, me hacía jadear un poco, y parece que escucharme así solo la hizo querer jugar más conmigo.
Sacando mi pene de su boca, dejó caer un poco de saliva por encima para comenzar a masturbarme y chupármela siguiendo el ritmo de su mano, subiendo y bajando.
-<Tranquilízate, lo haces como si me fuera a escapar.>
-<Ahh~>- Sacó mi pene de su boca, tomando una gran bocanada de aire -<No te irás, pero al menos quiero disfrutar de esto por un rato más.>
Regreso mi miembro a su boca, el cual comenzó a chupar con más ímpetu, yendo más rápido y obligándome a morderme los dedos para ver si podía aguantar más.
Para cuándo por fin se detuvo, me sentía agotado, logré aguantar la corrida hasta el final para liberarlo todo dentro de ella, pero esa tortura placentera me había dejado algo lento.
-<Creo que eso ya fue suficiente juego previo>- Dijo levantándose y moviendo algunos mechones de pelo en su cara, se sentó en mi regazo, colocando mi pene en frente de su sexo, el cual estaba inmaculado y sin ningún, pelo, se veía recién rasurado.
- <¿Esperabas tener una situación como esta?>
-<Se vale soñar ¿O no?>- Dijo inclinándose para robarme un beso con lengua, alzando su cuerpo lo suficiente para acomodar así mi pene y dejarlo en la zona perfecta para introducirlo sin problemas.
Mientras continuábamos con el beso, ella empezó a bajar lentamente sus caderas, dejando que mi pene se deslizara fácilmente por lo mojados que ambos estábamos, yo por la mezcla de líquido pre seminal y saliva, y ella por sus jugos. Para cuándo ella logró llegar a la base, ni siquiera le dimos importancia por lo centrados que estábamos en el beso.
Rodeé su cuerpo con mis brazos y llevé mis manos a su trasero, apretándolo para tener un buen agarre en este para alzarla nuevamente y dejarla caer, causando que todo el cuarto se llenará del sonido del choque entre carnes.
-<No te preocupes por correrte dentro~ Hoy es un día seguro.>
Escucharla susurrar eso a mí odio solo me dio luz verde para simplemente disfrutar y no preocuparme por nada. Mientras la levanta y dejaba caer, empecé a también moverme, alzando mis caderas mientras la alzaba a ella y sentándolas otra vez mientras la dejaba caer, los gemidos que empezaba a soltar hacían que el cuarto pareciera uno donde se grababa una película porno.
Dejé de alzarla y solo moví mis caderas, moviéndola a ella también para que la sensación sea incluso mejor, la mujer no tenía una vagina que se sintiera usada, era apretada y de vez en cuando tenía momentos dónde cerraba más el camino vaginal, evitando que pudiera meterlo nuevamente de golpe, lo cual se notan que era por múltiples mini orgasmos que estaba sintiendo.
-<Ya estoy cerca>
-<Suéltalo dentro, no te atrevas a sacarlo, ahh~>
Ambos estábamos jadeando y teniendo dificultad para tomar grandes bocanadas de aire, por lo que, para no alargarlo más, me levanté cargándola y comencé a empujar mis caderas lo más rápido que podía, terminando mi primera eyaculación sentándonos otra vez en la cama.
La mujer saco mi miembro por sí sola y se acostó a mi lado, el calor que nuestros cuerpos emanaban y el sudor que dejábamos caer en la sábana nos hizo dar cuenta de cuánto llevábamos haciéndolo y cuántas ganas le echamos para ser nuestro primer polvo.
Pero incluso sabiendo el estado en el que estábamos, ella se irguió y miró mi verga por un momento, se acomodó arrastrándose hacia el espaldar de la cama y abriéndose de piernas otra vez, invitándome a hacerle lo que quiera y para tener otro rapidín.
De su vagina comenzaba a asomarse un poco de mi semen, por lo que, con dos de mis dedos, el anular y el del medio, comencé a escarbar un poco para sacarlo y comenzar a masturbarla, moviendo mis dedos rápidamente y haciéndolos chocar contra las paredes vaginales, su reacción fue sorpresa al sentirlo tan repentinamente.
La masturbe por un buen rato de esa forma, consiguiendo un squirt que llegó voló por toda la cama y llegó hasta el piso.
- <¿Es que nunca te habías masturbado así?> -Le pregunté en un tono jocoso, pero al verla asentir un poco no pude evitar reírme -No puedo creer que fui la primera persona que consiguió que te corrieras así.
- <¿Hmm? ¿Eso es español? Pensaba que eras de América>
-<Bueno, si soy de América, pero del sur, no soy de España>- Este error es algo normal en los japoneses, al vivir años en una isla tan separada del mundo exterior, la mayoría confunde Europa con América o piensan que América es solo Estados Unidos, lo bueno es que reconocen su error y se disculpan por faltar por sí faltaron el respeto.
-<Enséñame algunas palabras en español>- Dijo mientras se levantaba y se acercaba a mi
-<Pues... "Cabello, ojos">- Comencé a señalarle partes de su cuerpo, mientras decía sus respectivos nombres en español -<"Labios... Senos">- Empecé a pasar mis dedos por estos, rozando su pezón, el cual estaba tan duro que dejaba muy en claro su excitación -<"Estómago... Vagina">
La mujer prosiguió a saltarme encima para robarme un par de besos, uno apasionado y otro metiendo lengua, tocando mi pene y masajeándolo un poco para volverme a poner duro.
- <¿Y esto?>
-<Eso es un "Pene">
La mujer mostró una pequeña sonrisa volvió a colocarse en la misma posición de antes, con las piernas abiertas, pero ahora con los brazos extendidos para abrazarme y mantenerme cerca, incluso rodeándome con sus piernas.
Ya con mi pene otra vez duro, empecé a rozar el glande contra su clítoris y la entrada para prenderla más, a lo que ella respondió obligándome a metérsela de golpe y haciéndola soltar un fuerte gemido, el cual corte por la mitad tapándole la boca.
-<Aguántalos>- Cualquier persona haya visto porno japones con actrices, sabrá lo escandalosas que pueden ser, quería disfrutar del polvo sin tener que aguantar esos gritos en mi odio. Pensaba que me vería mal por pedirle algo así, pero ella solo me dedicó una mirada lasciva y mantuvo su boca cerrada para intentar aguantar cuántos gemidos podía.
No dejé de moverme ni una sola vez, incluso cuando sentía que mi cadera se estaba cansando, el placer que sentía me lo impedía, junto con la insistencia de ella de no dejarme ni sacarlo para parar, aunque sea un momento, por lo que termine corriéndome por segunda vez dentro y cayendo a su lado cuando por fin aflojó su agarre.
-<Ahora que lo pienso, nunca dijimos nuestros nombres>- Le dije sonriendo mientras recuperaba el aliento -<Me llamo Miguel, creo que las formalidades no son necesarias viendo lo que ya hicimos>
-<hmmm, tienes razón, me llamo Saeko, es un gusto Miguel>- Dijo sonriendo y acariciando mi cabeza.
Disculpen si sintieron que este relato era demasiado largo, pero era necesario para presentar a los dos protagonistas de la historia, espero y aún así hayan disfrutado de este relato. Aquí les dejo el link para la siguiente parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/4114147/Amante-japonesa-parte-II.html
Aquí tienen mi otro relato por sí se interesan en lo que escribo: https://m.poringa.net/posts/relatos/4105810/Casa-compartida.html
Muchas gracias por leer, adiós.
Iba caminando normal por las calles de Shinjuku, uno de los distritos de Japón en la prefectura Tokio, dónde, se encuentran una gran cantidad de establecimientos para adultos, la mayoría lugares simples de conocer mujeres para tener una sola noche de encuentro, o los soaplands, lugares donde puedes recibir masajes y baños por las trabajadoras.
Caminaba por esas calles buscando un karaoke bar al que fui invitado por mis amigos, pero me encontraba totalmente perdido, ya que, incluso si se el suficiente japonés para defenderme, no soy tan fluido en este como para reconocer cada Kanji.
-Hey ¿Dónde mierda estás? Takao anda desesperado por tener que esperarte- Me dijo Lisandro por el celular dónde manteníamos la llamada.
-No sé la verdad, me perdí, no logro encontrar el lugar.
- ¿Diste vuelta por la 13?
- ¿Había una 13? - Pregunté con un tono sorprendido, a lo que pude escuchar unos fuertes suspiros de todos mis amigos.
-<Hey, será mejor que vengas, ya sabes que Takao pierde la paciencia cuando llegamos tarde a nuestros encuentros.>- Dijo Saiba, arrancándole el cell a Lisandro por lo que se escuchaba.
-<Si, pero no es mi culpa, ustedes mismos dijeron que el lugar estaba algo escondido... ¿Cómo era que se llamaba?>
-One Night Stand, apúrate de una vez- Me respondió Lisandro, recuperando su celular y colgando la llamada.
Mis amigos y yo no somos de Japón, como puede ser obvio al ser que hablamos en español, cada uno somos de un país diferente de América del sur, todos estudiantes de intercambio que nos ganamos una colegiatura para el país por estudiar el idioma y conseguir un buen rango de dominio.
Es mejor que me presenté mientras camino, me llamo Miguel, tengo 23 y mido un metro setenta y cinco, no hago mucho ejercicio, pero sí que me dedico a mantenerme delgado, tengo pelo marrón algo liso y ojos cafés oscuro, mi piel está algo quemada por el país del que vengo, pero soy mucho más blanco que algunos de mis amigos.
Mientras caminaba regresando por donde vine, vi a una mujer que caminaba en sentido contrario al mío, estaba algo lejos como para decir si era atractiva o no, pero si era obvio que su nacionalidad era japonesa.
La mujer vestía una simple camisa a botones blanca que tenía metida por debajo de un pantalón azul con bordados de rosas, mirándola de lejos, podía decir que era mayor que yo y que media algo entre metro sesenta o sesenta y cuatro.
Cuando caminamos al lado del otro, sentí a alguien agarrar mi brazo, al darme la vuelta, la mujer tenía un fuerte agarre en mi brazo, y tomándome por sorpresa, me empujó contra la pared de uno de los edificios, quedando ella inclinada en mi cuerpo prácticamente encima de mí.
Su cabeza se movió de arriba hacia abajo, escaneándome un poco, y mientras ella me miraba, aproveche para mirarla también, tenía ojos café claros y un pelo negro liso que le caía hasta la mitad de la espalda, en su rostro, justo debajo de la boca, a la izquierda, tenía un pequeño lunar.
Le ponía unos 35 años, era joven y con buen cuerpo, aunque la ropa no me dejaba ver tan bien, quedábamos a una altura prácticamente igual, por lo que era seguro que ella media solo dos o tres centímetros menos que yo.
-<Oye ¿Qué quieres de mí?>
-<Ah, perfecto, hablas japonés.>- Su voz era algo dulce y tranquila.
-<Pues sí, no vendría aquí sin saber algo del idioma... Pregunto otra vez ¿Qué quieres de mí?>
La mujer se quedó pensando un momento, aflojando el agarre que tenía en mi brazo y quitando algo de su peso, no era gorda, estaba en ese punto de mujer adulta que cuida de sí misma, tal vez con algo de músculo y con algunas curvas bajo la ropa.
- <¿Te interesa tener sexo conmigo?>
La pregunta fue tan repentina que estoy seguro que tuve una cara de sorpresa muy evidente, ya que la mujer soltó una pequeña risa. Pensé por un momento lo que me acababa de preguntar, solo había dos opciones, o era una trabajadora sexual de algún establecimiento, recuerden, ando en Shinjuku, o era una mujer que quería robarme.
-<Si piensas que te voy a hacer algo, puedes relajarte, ganó suficiente dinero con mi trabajo como para robarle a la gente... Y no, no soy prostituta>- Me dijo como si hubiera leído mi mente, aunque seguramente solo se basó en mis expresiones.
-<Que ganas con proponerme tener sexo?>
-<Nada... Solo quiero saber que se siente hacerlo con alguien joven y de otro país.>
Escucharla hablar tan suelta y calmada, siendo que es normal para los japoneses darle mil vueltas a algo tan fácil como decir "¿Quieres coger?" Todo por lo penosos que son, me dejó realmente perplejo, incluso Saiba y Takao tenían problemas al hablar con mujeres.
Terminé aceptando, a lo que ella me agarró de la mano y me jaló a través de la carretera hasta llegar a un motel que cobraba barato por quedarte una noche, los dos entramos, ella pagando por los dos, no porque no fuera caballero, sino porque ella no me dejó pagar.
Entramos al cuarto que nos dieron, el de la recepción se veía algo celoso por verme junto con una mujer con la que me encontraba, incluso yo estaba sorprendido con como todo acababa de escalar tan rápido.
-<Ves desnudándote, quiero tomar un baño antes de empezar.>
Hice como se me indicó y me quité la ropa, dejándome mi celular debajo de la cama del cuarto, la cual era lo suficientemente grande para dos personas. Llevaba un buen tiempo desde la última vez que tuve sexo, posiblemente desde que dejé mi país, lo cual fue hace un año, todo por una ex novia la cual dejé de querer por lo controladora y celosa que era.
- ¡Mierda! El bar karaoke- Agarre mi celular de debajo de la cama, tenía unas cuantas llamadas perdidas llamadas perdidas, las cuales no sentí por poner mi celular en silencio y no molestar a nadie por la calle.
Todo encuentro fue idea de Takao para alegrarme la vida y que me olvidase de esa ex, ya que es muy normal que saliendo o entrando en dicho establecimiento, te puedes encontrar con mujeres que quieran pasar una noche.
Las llamadas y los mensajes que recibía de parte de Takao mostraban lo poco de paciencia que le quedaba, lo estaba dejando mal en una noche donde él pensaba invitar de todo, lo cual es lo que más detestaba, dude un buen tiempo en que hacer, si contarles lo que me acababa de pasar o simplemente irme, hasta que escuche la puerta del baño abriéndose y la vi salir con el pelo mojado.
- <¿Qué haces?> El cuerpo desnudo de la mujer era tal y como me lo imaginaba, no era el cuerpo de una modelo, era el cuerpo normal de una mujer de su edad bien cuidada, con algo de músculos en su abdominal que la hacían ver muy atrayente, con senos de lo que podría decir solo por verlos, eran copa B, no muy grandes, pero su trasero era lo que más me llamaba, sus muslos gruesos y tonificados se unían a un trasero firme y de un tamaño que podrías ver a una actriz porno de primera.
-<.... Nada, no es importante>- Le respondí dejando mi celular nuevamente debajo de la cama, ya me encargaría de excusarme con los otros después.
Me levanté de la cama y me acerqué a ella, la cual me había dado la espalda para terminar de secarse, la agarre de la cintura y la hice girarse para verme, tenernos así de cerca nos dejó contemplar bien lo diferentes que éramos, y mientras nos veíamos, ella soltó un pequeño suspiro de sorpresa al ver mi entrepierna, la cual, incluso si estaba flácida, se mostraba ante ella en un tamaño de 14 cm.
-<Eso no se ve duro>- Dijo mientras comenzaba a tocar mi pene un poco.
-<Por qué no lo está, todavía no estoy tan excitado, tengo un pene de carne>- Dije soltando una pequeña risa, no era la primera vez que sacaba esta reacción de las mujeres con las que he llegado a estar.
Para aquellos que no tengan idea de que es un pene de carne, existen dos tipos de penes, de carne y de sangre, los de sangre son los que se ven de un tamaño pequeño cuando están flácidos, pero que sorprenden al repentinamente ver el cambio cuando se endurecen, mientras que los de carne, mantienen un tamaño flácido muy cercano al erecto, mi miembro no es la gran cosa, solo crece dos centímetros más al excitarme, y no es algo de lo que estoy muy orgulloso, ya que puede ser incómodo.
-<Interesante>- Dijo luego de escucharme explicar la razón de mi pene, se veía muy interesada en este, por lo que la jale hasta la cama, sentándome y dejando mi verga a su disposición para que hiciera lo que quisiera.
La mujer se arrodilló frente a mí y comenzó a masajear mi miembro con deseo, dándole pequeños roses al glande con sus dedos y palpando cada pedazo del tronco, era obvio que su objetivo era ponerme duro de una vez, por lo que relaje mi cuerpo para disfrutar de su tacto, hasta que mi sexo empezó a crecer a su tamaño normal erecto.
En el momento que comenzó a endurecerse, ella fue dándole pequeñas olfateadas y restregándolo contra su cara, casi como si quisiera entender aquello que estaba frente suyo, como si fuera algo desconocido. Cuando abrió su boca, inmediatamente comenzó a lamer el tronco, pasando su lengua por toda la base, asegurándose de pasarla por cada rincón de mi pene, para acto seguido, meter todo el glande a su boca para comenzar a jugar con este en su boca.
Su lengua lo envolvió mientras que comenzaba a succionar en este, la sensación de su lengua jugando apretada contra mi glande por culpa de la succión, me hacía jadear un poco, y parece que escucharme así solo la hizo querer jugar más conmigo.
Sacando mi pene de su boca, dejó caer un poco de saliva por encima para comenzar a masturbarme y chupármela siguiendo el ritmo de su mano, subiendo y bajando.
-<Tranquilízate, lo haces como si me fuera a escapar.>
-<Ahh~>- Sacó mi pene de su boca, tomando una gran bocanada de aire -<No te irás, pero al menos quiero disfrutar de esto por un rato más.>
Regreso mi miembro a su boca, el cual comenzó a chupar con más ímpetu, yendo más rápido y obligándome a morderme los dedos para ver si podía aguantar más.
Para cuándo por fin se detuvo, me sentía agotado, logré aguantar la corrida hasta el final para liberarlo todo dentro de ella, pero esa tortura placentera me había dejado algo lento.
-<Creo que eso ya fue suficiente juego previo>- Dijo levantándose y moviendo algunos mechones de pelo en su cara, se sentó en mi regazo, colocando mi pene en frente de su sexo, el cual estaba inmaculado y sin ningún, pelo, se veía recién rasurado.
- <¿Esperabas tener una situación como esta?>
-<Se vale soñar ¿O no?>- Dijo inclinándose para robarme un beso con lengua, alzando su cuerpo lo suficiente para acomodar así mi pene y dejarlo en la zona perfecta para introducirlo sin problemas.
Mientras continuábamos con el beso, ella empezó a bajar lentamente sus caderas, dejando que mi pene se deslizara fácilmente por lo mojados que ambos estábamos, yo por la mezcla de líquido pre seminal y saliva, y ella por sus jugos. Para cuándo ella logró llegar a la base, ni siquiera le dimos importancia por lo centrados que estábamos en el beso.
Rodeé su cuerpo con mis brazos y llevé mis manos a su trasero, apretándolo para tener un buen agarre en este para alzarla nuevamente y dejarla caer, causando que todo el cuarto se llenará del sonido del choque entre carnes.
-<No te preocupes por correrte dentro~ Hoy es un día seguro.>
Escucharla susurrar eso a mí odio solo me dio luz verde para simplemente disfrutar y no preocuparme por nada. Mientras la levanta y dejaba caer, empecé a también moverme, alzando mis caderas mientras la alzaba a ella y sentándolas otra vez mientras la dejaba caer, los gemidos que empezaba a soltar hacían que el cuarto pareciera uno donde se grababa una película porno.
Dejé de alzarla y solo moví mis caderas, moviéndola a ella también para que la sensación sea incluso mejor, la mujer no tenía una vagina que se sintiera usada, era apretada y de vez en cuando tenía momentos dónde cerraba más el camino vaginal, evitando que pudiera meterlo nuevamente de golpe, lo cual se notan que era por múltiples mini orgasmos que estaba sintiendo.
-<Ya estoy cerca>
-<Suéltalo dentro, no te atrevas a sacarlo, ahh~>
Ambos estábamos jadeando y teniendo dificultad para tomar grandes bocanadas de aire, por lo que, para no alargarlo más, me levanté cargándola y comencé a empujar mis caderas lo más rápido que podía, terminando mi primera eyaculación sentándonos otra vez en la cama.
La mujer saco mi miembro por sí sola y se acostó a mi lado, el calor que nuestros cuerpos emanaban y el sudor que dejábamos caer en la sábana nos hizo dar cuenta de cuánto llevábamos haciéndolo y cuántas ganas le echamos para ser nuestro primer polvo.
Pero incluso sabiendo el estado en el que estábamos, ella se irguió y miró mi verga por un momento, se acomodó arrastrándose hacia el espaldar de la cama y abriéndose de piernas otra vez, invitándome a hacerle lo que quiera y para tener otro rapidín.
De su vagina comenzaba a asomarse un poco de mi semen, por lo que, con dos de mis dedos, el anular y el del medio, comencé a escarbar un poco para sacarlo y comenzar a masturbarla, moviendo mis dedos rápidamente y haciéndolos chocar contra las paredes vaginales, su reacción fue sorpresa al sentirlo tan repentinamente.
La masturbe por un buen rato de esa forma, consiguiendo un squirt que llegó voló por toda la cama y llegó hasta el piso.
- <¿Es que nunca te habías masturbado así?> -Le pregunté en un tono jocoso, pero al verla asentir un poco no pude evitar reírme -No puedo creer que fui la primera persona que consiguió que te corrieras así.
- <¿Hmm? ¿Eso es español? Pensaba que eras de América>
-<Bueno, si soy de América, pero del sur, no soy de España>- Este error es algo normal en los japoneses, al vivir años en una isla tan separada del mundo exterior, la mayoría confunde Europa con América o piensan que América es solo Estados Unidos, lo bueno es que reconocen su error y se disculpan por faltar por sí faltaron el respeto.
-<Enséñame algunas palabras en español>- Dijo mientras se levantaba y se acercaba a mi
-<Pues... "Cabello, ojos">- Comencé a señalarle partes de su cuerpo, mientras decía sus respectivos nombres en español -<"Labios... Senos">- Empecé a pasar mis dedos por estos, rozando su pezón, el cual estaba tan duro que dejaba muy en claro su excitación -<"Estómago... Vagina">
La mujer prosiguió a saltarme encima para robarme un par de besos, uno apasionado y otro metiendo lengua, tocando mi pene y masajeándolo un poco para volverme a poner duro.
- <¿Y esto?>
-<Eso es un "Pene">
La mujer mostró una pequeña sonrisa volvió a colocarse en la misma posición de antes, con las piernas abiertas, pero ahora con los brazos extendidos para abrazarme y mantenerme cerca, incluso rodeándome con sus piernas.
Ya con mi pene otra vez duro, empecé a rozar el glande contra su clítoris y la entrada para prenderla más, a lo que ella respondió obligándome a metérsela de golpe y haciéndola soltar un fuerte gemido, el cual corte por la mitad tapándole la boca.
-<Aguántalos>- Cualquier persona haya visto porno japones con actrices, sabrá lo escandalosas que pueden ser, quería disfrutar del polvo sin tener que aguantar esos gritos en mi odio. Pensaba que me vería mal por pedirle algo así, pero ella solo me dedicó una mirada lasciva y mantuvo su boca cerrada para intentar aguantar cuántos gemidos podía.
No dejé de moverme ni una sola vez, incluso cuando sentía que mi cadera se estaba cansando, el placer que sentía me lo impedía, junto con la insistencia de ella de no dejarme ni sacarlo para parar, aunque sea un momento, por lo que termine corriéndome por segunda vez dentro y cayendo a su lado cuando por fin aflojó su agarre.
-<Ahora que lo pienso, nunca dijimos nuestros nombres>- Le dije sonriendo mientras recuperaba el aliento -<Me llamo Miguel, creo que las formalidades no son necesarias viendo lo que ya hicimos>
-<hmmm, tienes razón, me llamo Saeko, es un gusto Miguel>- Dijo sonriendo y acariciando mi cabeza.
Disculpen si sintieron que este relato era demasiado largo, pero era necesario para presentar a los dos protagonistas de la historia, espero y aún así hayan disfrutado de este relato. Aquí les dejo el link para la siguiente parte: http://www.poringa.net/posts/relatos/4114147/Amante-japonesa-parte-II.html
Aquí tienen mi otro relato por sí se interesan en lo que escribo: https://m.poringa.net/posts/relatos/4105810/Casa-compartida.html
Muchas gracias por leer, adiós.
3 comentarios - Amante japonesa parte I