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Mi timidez y las mujeres de mi familia 45

Mi timidez y mi responsabilidad guiaron mi juventud, hasta que mis tías, mi madre y mi prima y otras chicas me hicieron despertar, pero las circunstancias me abrieron los horizontes





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Por la mañana mi madre se levantó pronto como siempre, y cuando estaba cambiándose para bajar al restaurante me beso en la frente, yo la abracé y la eche en mi cama a mi lado, ella protestó, no era tiempo para jugar, pero le dije al oído.


-        Mamá estoy muchos días sin gozar contigo, necesito tu calor.


No fue necesario decirle más, me quitó la ropa de encima y me bajó el pantalón de pijama, mi polla ya estaba semi dura y ella la acabó de endurecer, me lamió, me chupo y se tragó toda la leche que me salió, cuando se incorporó relamiéndose me dijo…


-        Esto solo es un anticipo, esta noche será el resto.


Le apreté una teta y le di un beso en la boca, luego la dejé ir.


Cuando salí de mi habitación me cruce con Lisa, hacía tiempo que no hablábamos con tranquilidad, estábamos uno u otro demasiado ocupados, ella solo me paró y me dijo…


-        Te tengo que contar algo, la otra noche vi a mi madre subir a hurtadillas arriba, solo llevaba un camisón cortito.


-        Uf, que fuerte, me habría gustado pillarla a mí.


-        Seguro que irías detrás y la pillarías de verdad!


-        Seguro que sí.


Nos reímos los dos, ella me apretó la polla, yo acabado de eyacular, no la tenía dura y lo notó.


-        Te encuentro flojo últimamente, te tendré que animar yo, mis amigas todo es llamarme a ver cuando hacemos una reunión todos.


-        Desde luego, aunque me gustaría más comerme este cuerpo serrano yo solo.


Le estiré del sujetador hacia adelante y las tetas se le cayeron por debajo, los pezones se le marcaron en la camiseta, me dio un bofetón cariñoso.


-        Ah! Se me olvidaba, ayer me llamó el tío Jorge, me dijo que quería hablar contigo urgente.


-        Pues vaya recado urgente Lisa, te podías haber acordado antes


-        Lo siento Manu.


Me dio un besito en los labios y se fue corriendo.


Volví a mi habitación y llame a mi tío Jorge, estaba en el trabajo, me dijo que ya no era urgente, que le había surgido un problema de pago con un cliente de Ámsterdam y tenía que ir a hablar con él, pero que había anulado la cita porque no quería dejar sola a su mujer, le dije que lo sentía mucho, pero me acababa de dar el recado mi prima Lisa, se le había olvidado, pero que ahora mismo saldría en el primer tren a su casa.


El se animó y vio la oportunidad de poder acudir a la cita todavía.


-        Si es así, creo que aún podría coger el último avión y llegaría a tiempo, es muy importante, voy a reservar el vuelo, confío contigo Manu, y gracias por todo, te traeré un regalo.


-        De nada, no hace falta que me traigas nada Jorge, sabes que lo hago con todo gusto,


Metí varias cosas en una bolsa de deporte y bajé las escaleras de dos en dos escalones, al llegar al bar le di un beso a mi madre y cogiendo dos madalenas del mostrador le dije que me iba a casa de la tía Ana un par de días para cuidarla porque Jorge tenía que viajar.


Salí disparado hacia la estación, tuve mala suerte pues el tren acababa de pasar, pero compré el billete para el próximo, dentro de una hora.


Me dispuse a pasar el tiempo como pude, me leí todos los anuncios de la sala de espera, los horarios, las tarifas, me senté y me levanté mil veces, me fijaba con las personas que poco a poco iban acudiendo, no conocí a nadie con quien hablar, ya estaba desesperado cuando el altavoz anunció la llegada del tren, salté al andén, creo que aún no se había detenido del todo cuando ya estaba subido.


Cuando llegué a la ciudad cogí un taxi, tuve suerte y lo encontré pronto pero era hora punta y tardó lo indecible en llegar, todas las calles estaban atestadas de coches.


Cuando abrí en casa de mi tía iba a llamarla desde la puerta, pero el silencio que reinaba me contuvo, estaba toda la casa en penumbra, no se oía la tele ni nada, fui buscándola por el salón, la cocina y demás habitaciones, al fin me asomé a la suya, estaba acostada, solo se le veía un poco la cabeza y el pelo, las cortinas corridas hacían un ambiente tranquilo.


Me senté en una silla y la estuve mirando, respiraba sosegadamente, me descalce y me tumbé vestido a su lado, sobre la ropa, estuve pensando un buen rato como había empezado todo, los estudios, el cambio de domicilio, la vida con mis tíos, cuando Ana se giró y me pasó un brazo por encima, abrió los ojos lentamente y me dio un beso en la mejilla.


-        Hola Manu, me alegro de que hayas venido, tenía muchas ganas de verte, como está la familia?


-        La familia está de maravilla, tus hermanas me envían recuerdos para ti y para Jorge.


-        Gracias, pero… que haces ahí? Desde cuando estás? Vas a coger frio, entra conmigo.


Ana se corrió a un lado dejándome más sitio en la cama de matrimonio, yo me quité la ropa dejándola en la silla, me quedé con el bóxer puesto, cuando Ana levantó la sabana para que entrara vi que ella no llevaba nada de ropa, me quité el bóxer también y entre.


Ana se volvió hacia mí y se acurruco sobre mi pecho, me dijo…


-        Jorge está muy agradecido porque has venido, tiene un problema grave con un  cliente que no paga a la empresa, de todas formas está agobiado.


-        Sí, me contó algo, pero no le noté nada además de la preocupación del trabajo.


-        Bueno Jorge es muy equilibrado emocionalmente, pero hay algo que le afecta mucho, el sexo, antes era por su problema con la eyaculación precoz, pero ahora es por la falta de sexo.


-        Debería comprender que ahora tú no estás en plena forma.


-        Yo hago lo que puedo, le doy más mamadas que nunca, le dedico todas las caricias posibles pero le falta algo siempre.


-        Espero que tenga paciencia, siempre la ha tenido.


-        De todas formas se le nota mucho cuando está agobiado, yo siempre me he dado cuenta, cuando viene de sus viajes a veces viene relajado, es porque ha follado con alguien, yo me hago la desentendida porque sé como es, el día que vinieron mis hermanas cuando se levantó por la mañana era una persona totalmente distinta a la que se acostó.


-        Si, ya me lo contó mi madre.


-        Dices que tu madre te lo contó?


-        Sí, me lo contó todo, tenemos mucha confianza.


-        Pero todo, todo?


-        Sí me contó que se había acostado en el sofá y que tu hermana Julia le había 
ayudado, le había dado una mamada y luego se lo había follado.


-        Y todo eso te lo ha contado tu madre?


-        Además luego mi madre también se subió encima de él y se lo folló también, lo dejaron relajado del todo.


-        Estoy admirada y contenta por la confianza que tenéis Clara y tú, es cierto, Julia es más emprendedora y cuando ve un problema es la primera en dar soluciones, no hubo que explicarle nada, simplemente quiso ayudar, luego como vi a tu madre acariciarse la entrepierna, le invité a colaborar, imagino que le hacía falta también.


-        Mi madre es una mujer especial, yo procuro que no le falte de nada.


-        Quieres decir que también la consuelas?


-        No lo diría así, simplemente que nos damos amor en todos los sentidos.


-        No me dirás que con Julia también has estado?


-        Pues sí, claro y con Lisa también, sois una familia especial.


-        Uf, la verdad, sí que somos especiales, las cuatro, bueno las cinco.


-        Pero sois todas diferentes, Cris es una chica que tiene problemas con las parejas que encuentra, prefiere las chicas, pero no desprecia a los hombres, pero parece que yo tengo todo lo que ella buscaría en un hombre, mi madre es diferente, al cariño que nos tenemos como madre e hijo se une una ternura que traspasa la piel, los dos nos deseamos lo mejor y si eso es sexo pues no nos lo negamos, con Julia nada es igual, ella sabe lo que quiere, si quiere follar, folla, y lo hace muy bien, con Lisa fue más una represalia, era una niña pija y malcriada, quise darle una  lección y a la primera la aprendió, ahora es una chica encantadora y distinta.


-        Y yo?


-        Bueno, tú eres el conjunto de todas, eres delicada, cálida, tierna, sensible, me gustaste desde siempre, aunque no había soñado llegar hasta aquí, contigo tengo toda la confianza del mundo, eres mi amiga, mi confidente, mi chica, eres la mujer que todo hombre querría para él.


-        Vaya, no me esperaba tanta sinceridad ni tanto elogio y te digo una cosa, me encanta que tengas tanto trato con todas nosotras, yo siempre he respetado tu intimidad y no he querido saber nada de tu vida privada, pero me siento muy orgullosa de que me cuentes todo, tus noches con tu profesora y las relaciones con mis hermanas, no creo que ellas sepan nada, aunque tu madre te conoce mucho y creo que sospecha algo de nosotros, aunque cree que es solo complicidad, de todas formas no le sabría nada mal.


-        No he querido contarle nada de nosotros y de mis otras tías, no por nada, pero me da un poco de reparo, tampoco quisiera herirla ni que pensara mal de mí.


-        No lo creas, y menos si se lo explicas tan bien como me lo has dicho a mí, Uy! 
Que patada! Dame la mano.



Ana me cogió la mano y me la puso en su vientre, me quedé asombrado, la última vez que la vi apenas tenía un poco de tripa, pero ahora parecía un melón, me pasó la mano por todo el bombo, dentro se movía algo, daba golpes y cambiaba de postura, era muy curioso, estuve un rato siguiendo al pequeñín, mi tía se me pegó a mí y me dijo al oído…


-        Te digo un secreto?, me gustaría que Manuel fuera como tú, si fuera como tú no me importaría follar con él cuando fuera mayor.


-        Eres una mujer maravillosa, y seguro que serás una madre especial, estoy muy contento de que seas mi tía.


-        Y esta tía es toda tuya, mira como me has puesto los pezones ya.


-        Ana! Pero que tetas tienes! Si te han crecido el doble o más!


-        Si, era una sorpresa que te tenía guardada y los pezones se me han oscurecido y se me han hecho más anchos y duros. Y mira el ombligo.


Después de rodearle las tetas y comprobar la dureza de los pezones le puse la mano en el ombligo, lo tenía diferente, más salido, ella que siempre había tenido el vientre plano y el ombligo muy hundido ahora era todo lo contrario, me cogió la mano y la dejó deslizarse por el vientre, la dejó sobre su pubis, estaba poblado de una gran mata de pelo, hacía tiempo que no se había depilado, se extendía por las ingles, era suave  y seguía entre los labios y los muslos, se apretó contra mí, sus tetas se deformaban contra mi pecho cuando me dijo…


-        Sabes una cosa? Manuel me ha preguntado muchas veces por ti, ahora mismo te ha reconocido y le gustaría saludarte.


Me cogió la polla que descansaba entre mi muslo y el suyo, la descubrió de la piel y con el pulgar le abrió la boquita, con los dedos la mojó de saliva y se dio la vuelta, me dio la espalda y me acerco su culo en mi regazo, levantó la pierna y cogiéndome la polla se la puso en la entrada de la vagina, se hizo hacia atrás y se la metió, la oí decir…


-        Manuel ya casi te ve, métela más honda.


-        Pero Ana, no te va a perjudicar?


-        No lo creo, me dijeron que no hiciera excesos y esto no es un exceso, es lo más dulce que me puede pasar.


Me cogí a las tetas que tenía al alcance de las manos, eran una maravilla, ahora parecían a las de Julia, pero más tiernas, le fui presionando la polla, el glande que tenía metido fue progresando, con sumo cuidado iba entrando centímetro a centímetro, Ana me facilitaba la entrada con unos ligeros movimientos oscilantes de sus caderas, se iba acoplando la polla para que no lastimara a Manuel, el crío debió alegrarse de verme pues empezó a brincar dentro de Ana, fue moviéndose hacia adelante y hacia atrás, mi polla ya estaba toda dentro, ella mantenía la pierna levantada y los labios no molestaban para nada, le acaricié el clítoris, hasta eso creí que le había crecido, estaba duro y suave, el vello le llegaba hasta el culo, en menos cantidad pero rodeaba al ano, me gustó el tacto sedoso, mi tía descansaba de lado en la cama mientras recibía mi polla caliente, su cintura se arqueaba para llegar más a mí, yo me escurrí en la cama hacia abajo para que mi polla entrara más, estaba con mis piernas enredadas con las suyas, mi polla hundida al máximo y mis huevos entre sus nalgas, Ana me masajeaba con sus músculos vaginales el glande, cuando me cogió las manos y las cruzó sobre su pecho pegándolas a sus tetas sabía que se iba a correr, lo hizo en silencio casi, musitando palabras cariñosas, solo le entendí que me corriera dentro de ella, cuando llegó el calambre a mi huevos, no me contuve, simplemente me relajé, una cantidad de semen llenó su útero, imagino que Manuel lo vería, para Ana fue como un bálsamo, abrazada como estaba se durmió entre mis brazos.


Cuando pude saqué los brazos y la polla, que ya descansaba entre sus nalgas, el vello estaba todo empapado de leche mía, salí de la cama y desnudo como iba me metí en la ducha, esta vez estuve mucho rato, dejé caer el agua tibia sobre mí, estaba afectado por la conversación que había tenido con Ana, me había demostrado un gran cariño, noté la maravilla que debía ser la maternidad, me imaginé a Manuel ya de mi edad follando con Ana, le envidié, con una envidia sana, yo no tenía porqué pero lo sentía, también envidié a Jorge, la tenía todos los días junto a él y aunque follara con alguna otra seguro que estaría pensando con Ana, era una mujer especial, incluso deseé que su hijo fuera mío aunque enseguida me arrepentí, era mejor así, cuando salí pasé a la habitación a por mi ropa, Ana seguía durmiendo plácidamente, ahora casi roncaba, no me vestí y me metí otra vez a su lado, quería sentirme por unos momentos su marido.

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