Capítulo 2: Las fantasías de Sandra
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Mi nombre es Enzo y te cuento cómo me convertí en un comeviejas. En el capítulo anterior te conté mi primera experiencia con una mujer mayor. Yo tenía 19 años, mis viejos se fueron de vacaciones y yo me tuve que quedar por culpa de una materia de la universidad. Un día volví antes de tiempo a mi casa y me encontré con que Sandra, la mujer que limpia la casa, estaba trabajando desnuda. A partir de ahí me propuse coger con esa señora de 53 años y lo logré.
El capítulo completo te lo dejo acá: http://www.poringa.net/posts/relatos/4102746/Me-converti-en-un-comeviejas-Capitulo-1-Debut-con-la-muca.html
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Después de lo que pasó ese último Jueves quedé con la cabeza explotada. Sandra, la mujer que limpia, me había pegado la mejor cogida de mi vida. Sandra, la vieja de 53 años. Los días siguientes no me la pude sacar de la cabeza y esperé con ansias a que sea Martes para volver a verla. Fueron días de mucha paja. El fin de semana, de lo caliente que estaba, decidí salir solo. Era la primera vez que lo hacía. Por lo general siempre salgo con mis amigos, pero ellos también estaban de vacaciones.
El sábado me puse fachero. Camisita, bermudas y un buen perfume y salí a un bar que me quedaba cerca de casa. Fui con la idea fija de salir de allí con una mujer para coger. Llegué al rededor de la medianoche y el bar estaba a la mitad de su capacidad. Me pedí un fernet y me quedé en la barra observando. Después de cogerme a Sandra mi confianza estaba por las nubes. Miré todo el bar en busca de una mujer que me gustara y debo admitir que había muy lindas chicas, pero había un problema. No podía olvidarme del culo de Sandra, de sus manos un poco arrugadas, de su concha peluda, de sus tetas grandes pero levemente caídas. Ninguna de las mujeres de ese bar superaba los 30 años. La única mujer que aparentaba mayor edad era la barman del lugar pero cuando intenté encararla me sacó con un "nene, dejame laburar en paz" y supe que no tenía chance alguna de lograr algo. Volví a mi casa totalmente desilusionado y tuve que descargarme con una paja en honor a Sandra.
Finalmente llegó el Martes y era el día que Sandra venía a casa. ¿La facultad? No era mi prioridad en ese momento asique decidí faltar otra vez. El día anterior me dediqué a hacer una limpieza exhaustiva de la casa; no quería que Sandra tuviese ninguna excusa para no pasarse todo el día sobre mi verga. A las 10 en puntos sonó el timbre y fui a abrirle ya en pija.
Y: Hola hermosa
S: (Me miró de arriba a abajo y dijo) No empecemos nene. Vengo a trabajar.
Y: Pasá. Tengo una sorpresa.
Sandra entró. La notaba un poco distante pero yo seguía con la pija semierecta.
Y: Mirá. Todo limpio. Ayer me la pasé limpiando toda la casa para que hoy no tengas que preocuparte de nada. Los pisos, los muebles, la ropa... todo limpio.
S: Pero me hubieses avisado así no venía y me tomaba el día.
Y: Tomate el día conmigo.
Me le tiré para comerle la boca pero ella se corrió.
S: No no, lo del otro día fue un error. Yo soy una mujer casada...
Y: No te noté muy fiel cuando me pedías que te coja más fuerte.
S: Me agarraste en un mal momento, yo venía de pelearme con mi marido. Si no nunca hubiese pasado nada.
Y: Dale Sandra, no seas así. Fue el mejor polvo de mi vida y no me podés negar que vos también la pasaste bien.
S: Sí, pero no estuvo bien. Sos más chico que mi hijo menor, es una barbaridad lo que hice.
Y: Bueno, hacé lo que quieras. Yo me voy a estudiar a mi pieza. Si querés irte cerrá la puerta.
Me fui como nene encaprichado. Se me había pinchado el globo de volver a coger con ella. Me encerré en mi pieza y traté de ponerme a estudiar. Todavía estaba a tiempo de irme a la facultad, pero seguía pensando en Sandra. Escuché el ruido de la aspirado así que supe que no se había ido. Después de una hora decidí bajar. Esta vez fui vestido y, para mi desgracia, ella también lo estaba. Fui a la cocina y preparé unos mates.
Y: ¿Estás para unos mates?
S: Dale.
Y: No te fuiste...
S: Siempre hay cosas para hacer.
Y: Disculpá si me puse caprichoso más temprano.
S: No pasa nada, nene. Entiendo que a tu edad lo único que se piensa es en coger.
Y: Es que lo del jueves... fue tremendo.
S: Sí, pero fue algo de una vez. Yo estoy casada.
Y: Sí, yo no sabía, me lo tiraste después a eso jajajaj. ¿Hace mucho que estás casada?
S: Este año cumplo 33 de casada.
Y: Aaah una bocha. Te casaste jovencita.
S: A los 20. Fue mi primer novio.
Y: ¿Nunca le fuiste infiel?
S: El jueves pasado con vos... y alguna otra vez, pero una dama no tiene memoria jajajaja.
Y: Ahh menos mal. Debe ser un bajón pasar 33 años sin probar nada nuevo.
Cada vez se iba haciendo más distendida la charla. Ella ya no estaba tan cerrada y me empezó a contar cosas de su matrimonio. Me contó que tuvo 3 hijos varones, el más chico tenía 15 años. Me contó que las cosas con su marido no iban del todo bien, que sospechaba que le metía los cuernos y que cada vez discutían más. Hasta me contó que más de una vez le había levantado la mano. Yo la escuchaba atento.
Y: Pero vos también me dijiste que le fuiste infiel...
S: Sí, pero al principio era por despecho. No iba a ser la única cornuda.
Y: ¿Y por qué no se separan?
S: Me caga a palos si le llego a decir eso.
Y: Está mal eso...
S: Es lo que hay.
Y: Bueno, con más razón necesitás un amante como yo...
S: Ay nene, sos muy chico vos. Lo que necesito es un macho que me mantenga jajajaja.
Y: Sos terrible jajajaja. ¿Esa es tu fantasía? ¿Tener un viejo con guita?
S: No sé si "fantasía". Pero me vendría bien jajajaj
Y: ¿Con qué cosas fantaseas?
S: Tengo varias. Pero no te voy a contar pendejo pajero jajaja.
Y: Daaale, contame y yo te cuento las mías.
S: A ver, contá vos si sos tan vivo.
Y: Yo te cuento una y después vos me contas una ¿Sí?
S: Dale
Y: Coger con una mina más grande
S: No vale boludo. Esa te la cumplí el otro día.
Y: Pero estás arrepentida así que deja de tener validez. Ahora contame una vos.
S: Mmm bueno. Siempre tuve la fantasía de coger en algún lugar público con la adrenalina de que te descubran. Pero también me gustaría que me descubran y se queden mirando.
Y: Apa, es bueno esa. Te la voy a robar.
S: A ver vos, ¿Tenés otra?
Y: Está muy quemada, pero un trío o una orgía estaría bueno.
S: Bien de pajero jajajaja.
Y: Bueno che, sobre gustos no hay nada escrito jajaja. Otra vos...
S: Una vez le puse a mi marido hacer swinger. Tengo una amiga que está metida en eso. Pero mi marido me sacó cagando, me dijo que eso era de puta.
Y: Que pelotudo tu marido. Esa fantasía también te la robo.
La charla siguió y yo ya estaba excitado. Sandra se notaba que también. Los dos éramos conscientes de la situación y a mi se me había ocurrido una idea.
Y: ¿Y si cumplimos alguna fantasía juntos?
S: Dejate de joder nene.
Y: En serio te digo.
S: A ver pajero, ¿Qué se te ocurrió?
Y: Vamos al patio. ¿Ves los edificios de allá atrás? Desde esos balcones tiene vista directa al patio. Me da mucho morbo que me vean cogiendo al aire libre.
S: Ay no, mirá si vive alguien que me reconoce.
Y: Ahí está el morbo, en que no lo sabemos.
Ahí me lancé a comerle la boca. Sandra se dejó. Ya habían quedado atrás las excusas de ser una mujer casada. Ya estaba en modo puta. Me manoteó la verga mientras yo abría la puerta del patio y la sacaba para afuera. El patio no es muy grande, tiene una parte de baldosas y una parte de pasto donde hay una humilde pelopincho. Detrás hay una pared que da a otra casa y cruzando la calle hay un edificio de varios pisos cuyos balcones más altos tienen vista directa al patio.
A Sandra la fui desnudando. Le saqué la remera y el jogging. Seguía con la concha peluda, pero más prolija. La muy trola se había emprolijado para mi. Se arrodilló y empezó a chuparme la pija. Mientras ella me la chupaba yo miraba al edificio de en frente buscando algún movimiento o alguna cabeza curiosa. Hasta el momento no había nada.
Me chupaba la pija con muchas ganas, se la metía entera y jugaba con mis huevos. A mí el sol me pegaba en la espalda y ya me estaba empezando a arder. Le dije que me esperara ahí que ya volvía. Busqué el protector solar, unas toallas y una jarra de jugo con hielo (era temprano para escabiar) y le dije que íbamos a ir despacio. La hice acostar en el pasto sobre unas toallas y le empecé a pasar el bronceador por la espalda. Yo estaba sobre ella y le fui masajeando la espalda mientras mi pija hacía fricción con su culo. La notaba cada vez más mojada. La di vuelta y le pasé el protector por las tetas y por todo su cuerpo. Aproveché que la tenía en esa posición para que me haga una turca.
Era la primera vez que me hacían una. Hasta el momento yo había cogido sólo con chicas de mi edad y ninguna tenía las tetas suficientes para hacerlo. En cambio Sandra hacía que mi verga desapareciera en sus pechos. Levanté la cabeza y vi que en una de las ventanas del edificio asomaba una cabeza.
Y: Ya tenemos un espectador. Arrancamos con el show.
Nos paramos, hice que se agarrara a la baranda de la pelopincho y empecé a cogerla en cuatro de parados.
Y: Mirá, ya asomó otro.
Nuestros espectadores eran dos tipos. Uno, el que miraba desde adentro, me pareció que era un adolescente. El otro era un tipo grande que sin ningún tapujo estaba apoyado en la baranda de su balcón mirando hacia nosotros.
Sandra tomó las riendas de la situación y empezó a mover el ojete cada vez más rápido. La situación le estaba gustando y cada vez estaba más mojada. Yo le di un chirlo en la cola que la hizo gritar de placer pero me frenó.
S: AY Hijo de puta. Me encanta que me cachetees el culo pero si me dejás un moretón se me arma quilombo.
Y: Disculpame, pero este ojete me pide que le dé.
Seguimos cogiendo por otros diez minutos en esa posición. Al pibe del edificio lo había perdido de vista, pero el otro tipo se apretaba la chota sobre el pantalón.
Y: Mirá cómo nos mira ese pajero. ¿Te gusta que te vean?
S: Me encanta pendejo.
Y: Date vuelta que te acabo en las tetas.
Sandra se dio vuelta y se puso de rodillas. Le acabé una buena cantidad en sus tetas. La ayudé a pararse y me dio un beso con tanta lengua que casi me toca la garganta. Sandra estaba exultante y como frutilla del postre se empezaron a escuchar unos aplausos y el tipo del edificio de en frente gritó "GRANDE, TITÁN". Yo me cagué de risa y levanté una mano saludando. Sandra se tapó la cara pero también la escuché reírse.
Esa tarde ya no volvimos a vestirnos. Almorzamos desnudos, lavamos los platos desnudos y a la tarde nos tiramos abajo del aire acondicionado desnudos. Cogimos una vez más, esta vez dentro de casa, y mientras descansábamos empezamos a charla de nuevo.
Y: Bueno, ya cumplimos una fantasía hoy.
S: Que bueno que estuvo! Pero qué vergüenza si algún día me cruzo a ese tipo que nos estaba mirando jajaja.
Y: Jajajaja. Pero esto es el inicio recién. Tenemos que cumplir todas.
S: Mmmm. ¿Qué se te está ocurriendo?
Y: Meternos en lo de los swingers. En vez de ir con tu marido vas conmigo.
S: Estás loco pendejo. Mi marido me mata.
Y: No se tiene por qué enterar. Pensalo y después me decís.
Después de eso Sandra volvió a venir el Jueves y ese día nos dedicamos a coger sin excusas. Volvimos a hacerlo en el patio pero nuestro se vio frustrado cuando una vieja apareció en el balcón y sacó su celular. Lo que menos queríamos era terminar escrachados en alguna red social. Una vez dentro seguimos garchando y en un momento de descanso Sandra me dice:
S: Estuve pensando lo que me dijiste el otro día.
Y: ¿Qué cosa?
S: Ya sabés. Lo de ir de swingers juntos.
Y: ¿Y qué pensás?
S: Hablé con mi amiga y me dijo que el Sábado se juntan varias parejas en una quinta con pileta. Le dije que me lleve con vos.
Y: ¿Al cornudo qué le vas a decir?
S: Le dije que me van a pagar por cuidar una casa todo el finde.
Y: Que trola hermosa que sos.
La idea de juntarnos con más parejas maduras me hizo excitar de nuevo y volví a coger con Sandra. No podía para de imaginarme lo lindo que sería coger con una mujer nueva y desconocida. Sandra también se mostraba caliente y juntos nos pegamos uno de los nuestros mejores polvos. Cuando terminamos organizamos cómo sería lo del sábado. Ella me pasó la dirección de su amiga y me dijo que nos encontrábamos allá y luego ellos nos llevarían al lugar del encuentro.
Era toda una experiencia nueva para mí. Intenté buscar información sobre el tema en internet y en distintos foros, pero la ansiedad era cada vez mayor. Tomé la decisión de no pajearme para juntar leche para el sábado y la verdad es que fue un calvario. Por suerte aguanté.
El sábado me preparé temprano. Me bañé, me vestí, guardé los forros y agarré el auto de mi viejo para ir a la casa de la amiga de Sandra. De la ansiedad que tenía llegué media hora antes de lo acordado. Comprobé que la dirección fuera la correcta y fui hasta la casa a tocar el timbre. Era una casa sencilla en un barrio normal, nada del otro mundo. Toqué el timbre y esperé. Al rato abrió la puerta un hombre pelado, alto y un poco barrigón.
R: Sí ¿Qué querés?
Me puse un poco nervioso y empecé a tartamudear, no sabía ni qué decirle y hasta me entraba la duda de que estuviera en el lugar correcto. Me salió decirle entrecortadamente:
Y: S... Soy Enzo, me dieron esta dirección.
R: A ver. Esperá acá. ¡NORMA!
Un minuto después apareció una mujer detrás de él. Era una mujer morocha, delgada con pocas tetas. Me miró de arriba a abajo.
N: Es el chonguito de Sandra. Pasá, pasá.
Abrí el portón y pasé. Todavía estaba nervioso. Saludé con un apretón de manos al hombre y con un beso en el cachete a Norma. Me hicieron pasar al living donde me senté y enseguida me trajeron una cerveza.
N: Sandra todavía no llegó. Él es mi marido, Ricardo. Sandra no me dijo que eras tan chiquito. Sos un bebé
R: ¿Primera vez en esto, pibe?
Yo asentí con la cabeza. Seguía con timidez. Norma me preguntó cómo había conocido a Sandra y le fui contando toda la secuencia. Cuando terminé soltó:
N: Volvió a ser la trola que era cuando éramos jóvenes jajajaja. Menos mal, desde que se casó con ese boludo que estaba hecha una monja.
Por suerte al rato llegó Sandra. A penas llegó me clavó un beso, se la notaba muy alegre. Enseguida se fue con Norma a cambiarse y mientras tanto yo me quedé con Ricardo. No hablábamos mucho, prendió la tele y miramos un poco de fútbol. Al rato bajaron ambas mujeres. Sandra vestida con un vestido negro con un muy escote y Norma iba con un jean que le apretaba bien el orto. En menos de 15 minutos ya estábamos los cuatro arriba de la camioneta de Ricardo yendo para Pilar, lugar en el que estaba la quinta. Sandra iba en el asiento de atrás conmigo. Íbamos chapando como dos adolescentes. Norma en el asiento de adelante cada tanto giraba para vernos y soltaba alguna risita.
Yo ya me estaba calentando con tanto franeleo y decidí mandarle mano a Sandra. Le subí un poco ese vestidito y noté que no ropa interior. Estaba lista para la guerra. La sentí mojada y empecé a mandarle dedos. Yo ya estaba con la pija dura y me hacía presión sobre el jean. Sandra me iba tocando el bulto por arriba del pantalón. Saqué la pija por la bragueta y vi cómo se le iluminaron los ojitos a Sandra. Enseguida empezó a chuparmela.
N: No aguantaron a llegar a la fiesta estos dos jajajaja.
Ricardo acomodó el espejito retrovisor y pude ver que cada tanto espiaba cómo Sandra me la chupaba. Yo estaba en un estado de éxtasis. Con mi mano en su cabeza iba guiando el ritmo de la mamada. Escuché que Norma le murmuraba algo a Ricardo pero no le di mucho bola. Sandra estaba emputecida chupándome la verga.
R: Voy a parar a cargar nafta. Ustedes sigan si quieren.
La camioneta entró a una YPF, Sandra me guardó la pija en el pantalón.
Y: ¿Ahora te agarró vergüenza de que nos vea el playero jajaja?
S: No, ahora te toca a vos chuparmela.
Se subió más el vestido y levantó una pierna sobre el asiento. Yo me abalancé sobre su concha en una posición completamente incómoda pero se la empecé a chupar. Ricardo se bajó para abrir el tanque de nafta y Norma fue a comprar algo.
S: Ay pendejo, me hacés olvidar que tengo 53 años. Vuelvo a ser la puta que era en mi adolescencia.
Y: ¿Te gusta como nos miran tus amigos?
S: Me encanta bebé, seguí seguí.
Terminaron de llenar el tanque y Ricardo se subió. Norma tardó unos minutos en llegar pero cuando le hizo, dejó una botellas de agua en el asiento de adelante y se vino para los asientos de atrás.
N: Permiiiso, haganme un lugarsito jajaja.
Nos acomodamos mejor y quedé sentado en el medio de estas dos señoras.
N: Sandrita, ¿me convidás un poco de pija? No podía quedarme adelante solo mirando.
Sandra me sacó nuevamente la pija del pantalón y se la ofreció a su amiga.
S: Como cuando éramos pendejas.
Ambas me la empezaron a chupar. Era una experiencia única. Ricardo miraba cada vez más por el retrovisor y a mí ya me estaba entrando el cagazo de que fuera a chocar por no mirar para adelante.
N: MMM cuanto hacía que no me comía una pija de un pendejo tan chico. Sos una robacunas Sandrita
S: ¿Viste? Y no sabés como coge el pendejo.
Las muy putas se iban turnando para chuparmela y por momentos lo hacían las dos a la vez. Yo ya estaba por acabar.
Y: Uff chicas, ya acabo.
R: No me ensucien el tapizado eh.
N: Yo me encargo amor, no va a caer ni una gota
Y se metió mi pija bien profunda en su garganta. Cumplió con su palabra, no cayó ni una gota fuera.
Poco después llegamos al lugar del encuentro. Era una casa quinta grande, de dos pisos y con pileta. Ricardo y Norma iban delante nuestro y se saludaban afectuosamente con cada pareja que se iban cruzando. Llegué a contar por lo menos 10 parejas. Había mucha variedad de personas. Altos, bajos, gordos, flacos, algunos más jóvenes, otros más viejos. Norma nos llevó hacia la pareja que parecían ser los organizadores. Ambos debían rondar los 40 años. Nos explicaron las "reglas" del lugar y nos trajeron un par de tragos.
Las reglas eran muy básicas: siempre se primaba el respeto y el consentimiento. A la primera que alguno se sobrepasaba lo sacaban para afuera. Se podía coger en cualquier lugar del terreno y si había una pareja cogiendo te podías quedar mirando sin molestar a menos que estuvieran en una habitación porque es lugar se consideraba privado. Dicho todo, Ricardo y Norma desaparecieron y con Sandra nos quedamos solos, sin saber muy bien qué hacer.
Y: ¿Cómo te sentís?
S: Un poco nerviosa, no te voy a mentir.
Y: Mal, yo también. Tengo el pitito metido para adentro del cagazo jajajaj
S: Jajajaja.
Y: ¿Ves alguna pareja que te guste? Vos encará que yo te sigo.
S: ¿Ahora te agarró la timidez, pendejo?
Estuvimos un rato tomando birra y fernet. Cuando ya estuvimos un poco entonados agarramos valor y empezamos a deambular por el lugar. La gente charlaba, algunos chapaban y poco más. Se notaba que la mayoría se conocía de hace rato y que nosotros éramos los nuevos. Finalmente una señora se apiadó de nosotros y vino a darnos charla. Era por lejos la mujer más vieja del lugar, tenía el pelo rubio teñido por los hombros, era petisa y tendía a la obesidad, pero era sumamente simpática. Le sorprendió la diferencia de edad que teníamos con Sandra y me decía que nunca había visto a alguien tan joven frecuentar esas fiestas. Su nombre era Mariela y estaba con su marido Víctor.
La noche fue pasando y cada vez estábamos más en pedo. Mariela ya me había estado tocando más de la cuenta pero yo no estaba muy atraído, pero fue ella la que nos empujó a la acción. Habíamos estado charlando y bailando más de media hora cuando dijo:
M: Tengo a la pareja perfecta para ustedes. Víctor, traé a Coni y a Javier.
Víctor hizo caso y se fue. Yo abracé a Sandra y le di un largo beso.
Y: Llegó la hora de cumplir la fantasía.
Coni tendría poco más de 40 años, se la notaba en buen estado físico, traía el pelo suelto de un color rojo totalmente artificial. Javier era un tipo promedio, también en buen estado físico, un poco más bajo que yo y con el pelo casi rapado.
M: Coniiii, divina, vení que te presento a Enzo y Sandra. Son los nuevitos. Mirá lo nene que es este.
Nos saludamos los cuatro con mucho afecto. Coni me devoraba con la miraba, tenía unos ojos de loca que me asustaban un poco. Javier le agarró la mano a Sandra y la alejó un poco de nosotros. Quedamos cara a cara con Coni.
C: Ayy que ternura, estás cagado de miedo. Me encantan los nenitos inexpertos.
Y: S... Sí, es la primera vez acá.
C: Y espero que no sea la última. A ver cómo venimos por acá... (me manoteó la verga sobre el pantalón) Estás a punto caramelo. ¿Vamos?
La seguí hasta una habitación donde ya estaban Javier y Sandra. Ambos estaban en bolas, Sandra recibiendo un oral. Coni me desvistió y me tiró sobre una cama; ella dominaba la situación. Puso un poco de música y empezó a bailar sensualmente. Tenía una silueta envidiable, muy diferente a Sandra. Yo ya estaba al palo. Encima escuchaba los gemidos de Sandra. Yo ya quería tener mi verga dentro de Coni, pero ella seguía bailando. Yo empecé a pajearme muy despacio pero cuando Coni me vio me pegó en la mano.
C: No te di permiso para que te pajees pendejo.
Ese jueguito de dominación me estaba volviendo loco. Obedecí la orden y levanté las manos.
C: Muy bien, guachito.
El baile sensual siguió su curso, Coni me pasaba todo su culo entangado sobre mi pija. Mientras tanto a Sandra se la estaban cogiendo en cuatro.
C: ¿Te gusta ver como se cogen a tu novia?
Y: Si
C: Vamos a ver cual de las dos grita más.
Se corrió la tanga para un costado, me puso un forro y muy suavemente introdujo mi pija en su concha. Era una concha muy estrecha, completamente depilada. La calidez de su interior me encantó y ella empezó a gemir. De a poco empezó con los sentones, ella controlaba todo.
C: AAA Si bebé, si. Mirá como te cojo todo.
Y: Que trola que sos
Me pegó un cachetazo.
C: Nene maleducado. Soy una señora yo y me vas a respetar.
Javier se reía y Sandra seguía gozando. Yo estaba entregado a Coni. En un momento se bajó de arriba mio, me agarró de la pija y me llevó a donde estaban Javier y Sandra.
C: ¿La estás pasando bien San?
S: Ayy si, que pija tiene tu marido.
C: Vení nene, dale pija en la boca a tu mujer.
Obediente fui y mientras Javier se la cogía Sandra me chupaba la pija. Coni se pajeaba mirando la escena. Seguimos así por unos minutos hasta que me sobresalté. Coni se había puesto detrás mío y me estaba chupando el culo mientras yo le daba pija a Sandra por la boca. Era la primera vez que alguien me tocaba el culo y la verdad es que no estaba nada mal. Coni siguió jugando con su lengua en mi asterisco y eso hizo que me dieran ganas de acabar.
Y: Frená porque acabo.
C: Y acabá pendejo. Tenemos toda la noche para seguir.
Le agarré la cabeza a Sandra y le enterré la verga mientras largaba chorros y chorros de leche en su boca. Enseguida Coni me agarró de los pelos y me llevó para la otra cama.
C: Ahora te toca a vos chuparmela. Espero que seas bueno.
Abrió las gambas de par en par y yo empecé a besarle las piernas. Fui subiendo de a poco, recorriendo cada centímetro de sus muslos. En frente mío tenía una concha impoluta, pulcra y estilizada. Jugué con sus labios, le fui pasando la lengua por todo el canal vaginal hasta llegar al clítoris. Coni estaba gozando. La dominante había domada. Seguí chupando mientras ellas jugaba con sus dedos en mi pelo y cuando sentí que acababa decidí ir con mi lengua a otra parte. Ella supo al instante lo que yo pretendía así que recostó más su cuerpo, dejando el culo en una posición perfecta para recibir mis lengüetazos.
C: Ayy bebé, que lindo. Me lo estás devolviendo.
Y: Que puta que sos.
C: Sii nene, muy puta.
Y: A las putas hay que romperle el culo. (Metí un dedo)
C: AAAY SI SI
Ahora el que dominaba era yo. Era la primera vez que iba a hacer un culo y al parecer estaba haciendo bien las cosas porque pronto ya tenía dos dedos en su ano. Empecé a jugarle con la cabeza de la pija y de a poco fue entrando.
C: AAAH. Despacito.
Y: No me digas que te duele. Al final eras puro chamuyo.
Esta frase la encendió porque de repente empezó a mover el orto hasta que toda mi pija estuvo dentro. Yo empecé a bombearla suavemente. Mi verga ya entraba a gusto en su culito apretado y ya íbamos agarrando el ritmo de cogida. Esas nalgas me pedían un buen chirlo y se lo di.
C: AAAAY Dame otro
*PLAF*
C: OTRO MÁS
*PLAF PLAF*
C: AAAAH Más duro.
Le dejé los cachetes del culo colorados, algo que Sandra no me había permitido nunca. Coni estaba completamente loca. Gritaba, se movía y cada vez estaba más mojada.
C: Rompeme la concha.
Se la saqué del culo, la cambié de posición y con sus piernas en mis hombros empecé a darle en la concha. Cuando levanté la mirada, Sandra y Javier nos estaban mirando. Sandra tenía leche por las tetas y Javier tenía la chota dormida sobre una pierna. Sandrita se estaba tocando mientras miraba la escena. Eso me calentó más todavía y me hizo querer acabar.
Y: Preparate yegua porque te acabo en la boca
C: Acabame donde quieras.
Me saqué el forro y rápidamente se la llevé a la boca. Coni empezó a chuparla, con momentos de succión. Le vacié el semen en la boca y vi como se lo tragaba todo. Caí rendido a un costado.
Estaba agotado. Nunca había cogido tan fuerte. Nos quedamos los cuatro recostados un rato, el olor a sexo y sudor inundaba la habitación. Al rato Javier trajo unas botellas de agua y algo de comida para recuperarnos. Nos quedamos un rato charlando entre todos, como si fuera una reunión de amigos. Coni nos contó que con Javier eran novios desde la secundaria y que hacía unos años habían decidido abrir la pareja y que eso les salvó el matrimonio. Sandra y yo les contamos nuestra historia. Después de ese recreo ya todos habíamos recuperado las fuerzas y habíamos arrancado a coger de nuevo. En eso se abre la puerta y entran Mariela y Víctor.
M: Permiiiso. Que olor a sexo que hay acá eh. ¿Hay lugar para una más?
C: Pasá Mari, vení que este pendejo todavía tiene leche.
Mariela se acercó, ya desnuda. Víctor se fue a un rincón y empezó a pajearse mirando todo el panorama. Como dije antes, Mariela no era nada linda, pero ya estábamos en el juego. No le iba a decir que no. La gorda me manoteó la pija y me la empezó a chupar. ¡Que hija de puta! Nunca me habían chupado la pija tan bien. Era una chupada suave, su lengua parecía estar en todos lados al mismo tiempo.
Y: uf que bien que la chupás gorda hija de puta
M: Va a ser la mejor de tu vida.
Y no mentía. Enseguida me dieron ganas de acabar, pero me contuve. Quería retribuirle el gusto que me estaba dando. Así que cerré los ojos y me concentré en no acabar. En mi cabeza estaba repasando mentalmente los once titulares del River de Ramón Díaz. No podía más, me iba a explotar la verga.
Y: Pará pará que no quiero acabar.
Le saqué la pija y me acosté.
Y: Sentate en mi cara.
Mariela obedeció y me puso su inmenso orto en la cara. Que linda sensación. Ella se movía para atrás y para adelante, yo chupaba por donde podía y de a ratos parecía asfixiarme. Mariela estaba chocha.
M: Cogeme hijo de puta.
La tiré sobre la cama y cumplí sus deseos. El bamboleo de esas tetas obesas me ponía loco. Ella disfrutaba y pedía más y más.
M: Ahhh me vas a hacer acabar, seguí seguí seguí.
Yo ya no daba más, no tenía energías pero sus gritos me daban la vitalidad necesaria para seguir embistiéndola hasta saciar sus deseos. Caí rendido a su lado cuando la escuché gritar de placer. Ella tomó la iniciativa y subiéndose arriba mío me cabalgó con locura.
Y: Que hija de puta, me vas a sacar toda la leche.
M: Damela en la boca.
Se bajó, me sacó el forro y con su gran maestría me la chupó hasta acabar.
Y: AAAAAH
No puedo parar de recalcar que fue una chupada de verga descomunal. Me vació los huevos y empezó a escupir la leche sobre sus tetas. Nuevamente quedé rendido.
C: De esta noche no te olvidás más pendejo.
Agotado de tanto sexo me fui con Sandra que también la había pasado bien. Tomamos un par de birras más y nos fuimos antes de que amaneciera. Pedimos un remís que me salió un ojo de la cara y nos fuimos a mí casa. Una vez ahí charlamos de lo que acabábamos de vivir.
S: Nunca me sentí tan bien. Que placer
Y: Gracias por llevarme.
S: Gracias a vos pendejo por cumplirme la fantasía.
Vimos el amanecer juntos y esta vez no garchamos, sino que hicimos el amor suavemente y luego nos bañamos juntos. A eso de las 8 de la mañana ella se fue a su casa con el cornudo de su marido. Yo me fui a dormir con ardor en la pija y calambres en las piernas.
Al otro día me desperté a las 5 de la tarde con una resaca infernal. Me bañé, me hice un café y empecé a recordar lo vivido. Estaba lleno de alegría. En eso me llega un WhatsApp de mi mamá que decía:
"Mañana volvemos a casa con Papá, espero que esté todo bien. Te hago una consulta, ¿el Viernes vas a la facultad? Porque tu tía Denise nos invitó a todos a la pileta. Besos"
Continuará...
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Muchas gracias a todos por los comentarios y los puntos que tuvo el primer capítulo. Espero que disfruten de éste tanto como lo hice yo al escribirlo. Creo que quedó un poco largo, pero quería terminar con Sandra para poder avanzar y contarles sobre otras mujeres maduras con las que estuve. Como dije en el capítulo anterior: esto es 80% realidad y 20% exageración. Tal vez fue 70-30 en este capítulo jajaja.
Anteriormente...
Mi nombre es Enzo y te cuento cómo me convertí en un comeviejas. En el capítulo anterior te conté mi primera experiencia con una mujer mayor. Yo tenía 19 años, mis viejos se fueron de vacaciones y yo me tuve que quedar por culpa de una materia de la universidad. Un día volví antes de tiempo a mi casa y me encontré con que Sandra, la mujer que limpia la casa, estaba trabajando desnuda. A partir de ahí me propuse coger con esa señora de 53 años y lo logré.
El capítulo completo te lo dejo acá: http://www.poringa.net/posts/relatos/4102746/Me-converti-en-un-comeviejas-Capitulo-1-Debut-con-la-muca.html
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Después de lo que pasó ese último Jueves quedé con la cabeza explotada. Sandra, la mujer que limpia, me había pegado la mejor cogida de mi vida. Sandra, la vieja de 53 años. Los días siguientes no me la pude sacar de la cabeza y esperé con ansias a que sea Martes para volver a verla. Fueron días de mucha paja. El fin de semana, de lo caliente que estaba, decidí salir solo. Era la primera vez que lo hacía. Por lo general siempre salgo con mis amigos, pero ellos también estaban de vacaciones.
El sábado me puse fachero. Camisita, bermudas y un buen perfume y salí a un bar que me quedaba cerca de casa. Fui con la idea fija de salir de allí con una mujer para coger. Llegué al rededor de la medianoche y el bar estaba a la mitad de su capacidad. Me pedí un fernet y me quedé en la barra observando. Después de cogerme a Sandra mi confianza estaba por las nubes. Miré todo el bar en busca de una mujer que me gustara y debo admitir que había muy lindas chicas, pero había un problema. No podía olvidarme del culo de Sandra, de sus manos un poco arrugadas, de su concha peluda, de sus tetas grandes pero levemente caídas. Ninguna de las mujeres de ese bar superaba los 30 años. La única mujer que aparentaba mayor edad era la barman del lugar pero cuando intenté encararla me sacó con un "nene, dejame laburar en paz" y supe que no tenía chance alguna de lograr algo. Volví a mi casa totalmente desilusionado y tuve que descargarme con una paja en honor a Sandra.
Finalmente llegó el Martes y era el día que Sandra venía a casa. ¿La facultad? No era mi prioridad en ese momento asique decidí faltar otra vez. El día anterior me dediqué a hacer una limpieza exhaustiva de la casa; no quería que Sandra tuviese ninguna excusa para no pasarse todo el día sobre mi verga. A las 10 en puntos sonó el timbre y fui a abrirle ya en pija.
Y: Hola hermosa
S: (Me miró de arriba a abajo y dijo) No empecemos nene. Vengo a trabajar.
Y: Pasá. Tengo una sorpresa.
Sandra entró. La notaba un poco distante pero yo seguía con la pija semierecta.
Y: Mirá. Todo limpio. Ayer me la pasé limpiando toda la casa para que hoy no tengas que preocuparte de nada. Los pisos, los muebles, la ropa... todo limpio.
S: Pero me hubieses avisado así no venía y me tomaba el día.
Y: Tomate el día conmigo.
Me le tiré para comerle la boca pero ella se corrió.
S: No no, lo del otro día fue un error. Yo soy una mujer casada...
Y: No te noté muy fiel cuando me pedías que te coja más fuerte.
S: Me agarraste en un mal momento, yo venía de pelearme con mi marido. Si no nunca hubiese pasado nada.
Y: Dale Sandra, no seas así. Fue el mejor polvo de mi vida y no me podés negar que vos también la pasaste bien.
S: Sí, pero no estuvo bien. Sos más chico que mi hijo menor, es una barbaridad lo que hice.
Y: Bueno, hacé lo que quieras. Yo me voy a estudiar a mi pieza. Si querés irte cerrá la puerta.
Me fui como nene encaprichado. Se me había pinchado el globo de volver a coger con ella. Me encerré en mi pieza y traté de ponerme a estudiar. Todavía estaba a tiempo de irme a la facultad, pero seguía pensando en Sandra. Escuché el ruido de la aspirado así que supe que no se había ido. Después de una hora decidí bajar. Esta vez fui vestido y, para mi desgracia, ella también lo estaba. Fui a la cocina y preparé unos mates.
Y: ¿Estás para unos mates?
S: Dale.
Y: No te fuiste...
S: Siempre hay cosas para hacer.
Y: Disculpá si me puse caprichoso más temprano.
S: No pasa nada, nene. Entiendo que a tu edad lo único que se piensa es en coger.
Y: Es que lo del jueves... fue tremendo.
S: Sí, pero fue algo de una vez. Yo estoy casada.
Y: Sí, yo no sabía, me lo tiraste después a eso jajajaj. ¿Hace mucho que estás casada?
S: Este año cumplo 33 de casada.
Y: Aaah una bocha. Te casaste jovencita.
S: A los 20. Fue mi primer novio.
Y: ¿Nunca le fuiste infiel?
S: El jueves pasado con vos... y alguna otra vez, pero una dama no tiene memoria jajajaja.
Y: Ahh menos mal. Debe ser un bajón pasar 33 años sin probar nada nuevo.
Cada vez se iba haciendo más distendida la charla. Ella ya no estaba tan cerrada y me empezó a contar cosas de su matrimonio. Me contó que tuvo 3 hijos varones, el más chico tenía 15 años. Me contó que las cosas con su marido no iban del todo bien, que sospechaba que le metía los cuernos y que cada vez discutían más. Hasta me contó que más de una vez le había levantado la mano. Yo la escuchaba atento.
Y: Pero vos también me dijiste que le fuiste infiel...
S: Sí, pero al principio era por despecho. No iba a ser la única cornuda.
Y: ¿Y por qué no se separan?
S: Me caga a palos si le llego a decir eso.
Y: Está mal eso...
S: Es lo que hay.
Y: Bueno, con más razón necesitás un amante como yo...
S: Ay nene, sos muy chico vos. Lo que necesito es un macho que me mantenga jajajaja.
Y: Sos terrible jajajaja. ¿Esa es tu fantasía? ¿Tener un viejo con guita?
S: No sé si "fantasía". Pero me vendría bien jajajaj
Y: ¿Con qué cosas fantaseas?
S: Tengo varias. Pero no te voy a contar pendejo pajero jajaja.
Y: Daaale, contame y yo te cuento las mías.
S: A ver, contá vos si sos tan vivo.
Y: Yo te cuento una y después vos me contas una ¿Sí?
S: Dale
Y: Coger con una mina más grande
S: No vale boludo. Esa te la cumplí el otro día.
Y: Pero estás arrepentida así que deja de tener validez. Ahora contame una vos.
S: Mmm bueno. Siempre tuve la fantasía de coger en algún lugar público con la adrenalina de que te descubran. Pero también me gustaría que me descubran y se queden mirando.
Y: Apa, es bueno esa. Te la voy a robar.
S: A ver vos, ¿Tenés otra?
Y: Está muy quemada, pero un trío o una orgía estaría bueno.
S: Bien de pajero jajajaja.
Y: Bueno che, sobre gustos no hay nada escrito jajaja. Otra vos...
S: Una vez le puse a mi marido hacer swinger. Tengo una amiga que está metida en eso. Pero mi marido me sacó cagando, me dijo que eso era de puta.
Y: Que pelotudo tu marido. Esa fantasía también te la robo.
La charla siguió y yo ya estaba excitado. Sandra se notaba que también. Los dos éramos conscientes de la situación y a mi se me había ocurrido una idea.
Y: ¿Y si cumplimos alguna fantasía juntos?
S: Dejate de joder nene.
Y: En serio te digo.
S: A ver pajero, ¿Qué se te ocurrió?
Y: Vamos al patio. ¿Ves los edificios de allá atrás? Desde esos balcones tiene vista directa al patio. Me da mucho morbo que me vean cogiendo al aire libre.
S: Ay no, mirá si vive alguien que me reconoce.
Y: Ahí está el morbo, en que no lo sabemos.
Ahí me lancé a comerle la boca. Sandra se dejó. Ya habían quedado atrás las excusas de ser una mujer casada. Ya estaba en modo puta. Me manoteó la verga mientras yo abría la puerta del patio y la sacaba para afuera. El patio no es muy grande, tiene una parte de baldosas y una parte de pasto donde hay una humilde pelopincho. Detrás hay una pared que da a otra casa y cruzando la calle hay un edificio de varios pisos cuyos balcones más altos tienen vista directa al patio.
A Sandra la fui desnudando. Le saqué la remera y el jogging. Seguía con la concha peluda, pero más prolija. La muy trola se había emprolijado para mi. Se arrodilló y empezó a chuparme la pija. Mientras ella me la chupaba yo miraba al edificio de en frente buscando algún movimiento o alguna cabeza curiosa. Hasta el momento no había nada.
Me chupaba la pija con muchas ganas, se la metía entera y jugaba con mis huevos. A mí el sol me pegaba en la espalda y ya me estaba empezando a arder. Le dije que me esperara ahí que ya volvía. Busqué el protector solar, unas toallas y una jarra de jugo con hielo (era temprano para escabiar) y le dije que íbamos a ir despacio. La hice acostar en el pasto sobre unas toallas y le empecé a pasar el bronceador por la espalda. Yo estaba sobre ella y le fui masajeando la espalda mientras mi pija hacía fricción con su culo. La notaba cada vez más mojada. La di vuelta y le pasé el protector por las tetas y por todo su cuerpo. Aproveché que la tenía en esa posición para que me haga una turca.
Era la primera vez que me hacían una. Hasta el momento yo había cogido sólo con chicas de mi edad y ninguna tenía las tetas suficientes para hacerlo. En cambio Sandra hacía que mi verga desapareciera en sus pechos. Levanté la cabeza y vi que en una de las ventanas del edificio asomaba una cabeza.
Y: Ya tenemos un espectador. Arrancamos con el show.
Nos paramos, hice que se agarrara a la baranda de la pelopincho y empecé a cogerla en cuatro de parados.
Y: Mirá, ya asomó otro.
Nuestros espectadores eran dos tipos. Uno, el que miraba desde adentro, me pareció que era un adolescente. El otro era un tipo grande que sin ningún tapujo estaba apoyado en la baranda de su balcón mirando hacia nosotros.
Sandra tomó las riendas de la situación y empezó a mover el ojete cada vez más rápido. La situación le estaba gustando y cada vez estaba más mojada. Yo le di un chirlo en la cola que la hizo gritar de placer pero me frenó.
S: AY Hijo de puta. Me encanta que me cachetees el culo pero si me dejás un moretón se me arma quilombo.
Y: Disculpame, pero este ojete me pide que le dé.
Seguimos cogiendo por otros diez minutos en esa posición. Al pibe del edificio lo había perdido de vista, pero el otro tipo se apretaba la chota sobre el pantalón.
Y: Mirá cómo nos mira ese pajero. ¿Te gusta que te vean?
S: Me encanta pendejo.
Y: Date vuelta que te acabo en las tetas.
Sandra se dio vuelta y se puso de rodillas. Le acabé una buena cantidad en sus tetas. La ayudé a pararse y me dio un beso con tanta lengua que casi me toca la garganta. Sandra estaba exultante y como frutilla del postre se empezaron a escuchar unos aplausos y el tipo del edificio de en frente gritó "GRANDE, TITÁN". Yo me cagué de risa y levanté una mano saludando. Sandra se tapó la cara pero también la escuché reírse.
Esa tarde ya no volvimos a vestirnos. Almorzamos desnudos, lavamos los platos desnudos y a la tarde nos tiramos abajo del aire acondicionado desnudos. Cogimos una vez más, esta vez dentro de casa, y mientras descansábamos empezamos a charla de nuevo.
Y: Bueno, ya cumplimos una fantasía hoy.
S: Que bueno que estuvo! Pero qué vergüenza si algún día me cruzo a ese tipo que nos estaba mirando jajaja.
Y: Jajajaja. Pero esto es el inicio recién. Tenemos que cumplir todas.
S: Mmmm. ¿Qué se te está ocurriendo?
Y: Meternos en lo de los swingers. En vez de ir con tu marido vas conmigo.
S: Estás loco pendejo. Mi marido me mata.
Y: No se tiene por qué enterar. Pensalo y después me decís.
Después de eso Sandra volvió a venir el Jueves y ese día nos dedicamos a coger sin excusas. Volvimos a hacerlo en el patio pero nuestro se vio frustrado cuando una vieja apareció en el balcón y sacó su celular. Lo que menos queríamos era terminar escrachados en alguna red social. Una vez dentro seguimos garchando y en un momento de descanso Sandra me dice:
S: Estuve pensando lo que me dijiste el otro día.
Y: ¿Qué cosa?
S: Ya sabés. Lo de ir de swingers juntos.
Y: ¿Y qué pensás?
S: Hablé con mi amiga y me dijo que el Sábado se juntan varias parejas en una quinta con pileta. Le dije que me lleve con vos.
Y: ¿Al cornudo qué le vas a decir?
S: Le dije que me van a pagar por cuidar una casa todo el finde.
Y: Que trola hermosa que sos.
La idea de juntarnos con más parejas maduras me hizo excitar de nuevo y volví a coger con Sandra. No podía para de imaginarme lo lindo que sería coger con una mujer nueva y desconocida. Sandra también se mostraba caliente y juntos nos pegamos uno de los nuestros mejores polvos. Cuando terminamos organizamos cómo sería lo del sábado. Ella me pasó la dirección de su amiga y me dijo que nos encontrábamos allá y luego ellos nos llevarían al lugar del encuentro.
Era toda una experiencia nueva para mí. Intenté buscar información sobre el tema en internet y en distintos foros, pero la ansiedad era cada vez mayor. Tomé la decisión de no pajearme para juntar leche para el sábado y la verdad es que fue un calvario. Por suerte aguanté.
El sábado me preparé temprano. Me bañé, me vestí, guardé los forros y agarré el auto de mi viejo para ir a la casa de la amiga de Sandra. De la ansiedad que tenía llegué media hora antes de lo acordado. Comprobé que la dirección fuera la correcta y fui hasta la casa a tocar el timbre. Era una casa sencilla en un barrio normal, nada del otro mundo. Toqué el timbre y esperé. Al rato abrió la puerta un hombre pelado, alto y un poco barrigón.
R: Sí ¿Qué querés?
Me puse un poco nervioso y empecé a tartamudear, no sabía ni qué decirle y hasta me entraba la duda de que estuviera en el lugar correcto. Me salió decirle entrecortadamente:
Y: S... Soy Enzo, me dieron esta dirección.
R: A ver. Esperá acá. ¡NORMA!
Un minuto después apareció una mujer detrás de él. Era una mujer morocha, delgada con pocas tetas. Me miró de arriba a abajo.
N: Es el chonguito de Sandra. Pasá, pasá.
Abrí el portón y pasé. Todavía estaba nervioso. Saludé con un apretón de manos al hombre y con un beso en el cachete a Norma. Me hicieron pasar al living donde me senté y enseguida me trajeron una cerveza.
N: Sandra todavía no llegó. Él es mi marido, Ricardo. Sandra no me dijo que eras tan chiquito. Sos un bebé
R: ¿Primera vez en esto, pibe?
Yo asentí con la cabeza. Seguía con timidez. Norma me preguntó cómo había conocido a Sandra y le fui contando toda la secuencia. Cuando terminé soltó:
N: Volvió a ser la trola que era cuando éramos jóvenes jajajaja. Menos mal, desde que se casó con ese boludo que estaba hecha una monja.
Por suerte al rato llegó Sandra. A penas llegó me clavó un beso, se la notaba muy alegre. Enseguida se fue con Norma a cambiarse y mientras tanto yo me quedé con Ricardo. No hablábamos mucho, prendió la tele y miramos un poco de fútbol. Al rato bajaron ambas mujeres. Sandra vestida con un vestido negro con un muy escote y Norma iba con un jean que le apretaba bien el orto. En menos de 15 minutos ya estábamos los cuatro arriba de la camioneta de Ricardo yendo para Pilar, lugar en el que estaba la quinta. Sandra iba en el asiento de atrás conmigo. Íbamos chapando como dos adolescentes. Norma en el asiento de adelante cada tanto giraba para vernos y soltaba alguna risita.
Yo ya me estaba calentando con tanto franeleo y decidí mandarle mano a Sandra. Le subí un poco ese vestidito y noté que no ropa interior. Estaba lista para la guerra. La sentí mojada y empecé a mandarle dedos. Yo ya estaba con la pija dura y me hacía presión sobre el jean. Sandra me iba tocando el bulto por arriba del pantalón. Saqué la pija por la bragueta y vi cómo se le iluminaron los ojitos a Sandra. Enseguida empezó a chuparmela.
N: No aguantaron a llegar a la fiesta estos dos jajajaja.
Ricardo acomodó el espejito retrovisor y pude ver que cada tanto espiaba cómo Sandra me la chupaba. Yo estaba en un estado de éxtasis. Con mi mano en su cabeza iba guiando el ritmo de la mamada. Escuché que Norma le murmuraba algo a Ricardo pero no le di mucho bola. Sandra estaba emputecida chupándome la verga.
R: Voy a parar a cargar nafta. Ustedes sigan si quieren.
La camioneta entró a una YPF, Sandra me guardó la pija en el pantalón.
Y: ¿Ahora te agarró vergüenza de que nos vea el playero jajaja?
S: No, ahora te toca a vos chuparmela.
Se subió más el vestido y levantó una pierna sobre el asiento. Yo me abalancé sobre su concha en una posición completamente incómoda pero se la empecé a chupar. Ricardo se bajó para abrir el tanque de nafta y Norma fue a comprar algo.
S: Ay pendejo, me hacés olvidar que tengo 53 años. Vuelvo a ser la puta que era en mi adolescencia.
Y: ¿Te gusta como nos miran tus amigos?
S: Me encanta bebé, seguí seguí.
Terminaron de llenar el tanque y Ricardo se subió. Norma tardó unos minutos en llegar pero cuando le hizo, dejó una botellas de agua en el asiento de adelante y se vino para los asientos de atrás.
N: Permiiiso, haganme un lugarsito jajaja.
Nos acomodamos mejor y quedé sentado en el medio de estas dos señoras.
N: Sandrita, ¿me convidás un poco de pija? No podía quedarme adelante solo mirando.
Sandra me sacó nuevamente la pija del pantalón y se la ofreció a su amiga.
S: Como cuando éramos pendejas.
Ambas me la empezaron a chupar. Era una experiencia única. Ricardo miraba cada vez más por el retrovisor y a mí ya me estaba entrando el cagazo de que fuera a chocar por no mirar para adelante.
N: MMM cuanto hacía que no me comía una pija de un pendejo tan chico. Sos una robacunas Sandrita
S: ¿Viste? Y no sabés como coge el pendejo.
Las muy putas se iban turnando para chuparmela y por momentos lo hacían las dos a la vez. Yo ya estaba por acabar.
Y: Uff chicas, ya acabo.
R: No me ensucien el tapizado eh.
N: Yo me encargo amor, no va a caer ni una gota
Y se metió mi pija bien profunda en su garganta. Cumplió con su palabra, no cayó ni una gota fuera.
Poco después llegamos al lugar del encuentro. Era una casa quinta grande, de dos pisos y con pileta. Ricardo y Norma iban delante nuestro y se saludaban afectuosamente con cada pareja que se iban cruzando. Llegué a contar por lo menos 10 parejas. Había mucha variedad de personas. Altos, bajos, gordos, flacos, algunos más jóvenes, otros más viejos. Norma nos llevó hacia la pareja que parecían ser los organizadores. Ambos debían rondar los 40 años. Nos explicaron las "reglas" del lugar y nos trajeron un par de tragos.
Las reglas eran muy básicas: siempre se primaba el respeto y el consentimiento. A la primera que alguno se sobrepasaba lo sacaban para afuera. Se podía coger en cualquier lugar del terreno y si había una pareja cogiendo te podías quedar mirando sin molestar a menos que estuvieran en una habitación porque es lugar se consideraba privado. Dicho todo, Ricardo y Norma desaparecieron y con Sandra nos quedamos solos, sin saber muy bien qué hacer.
Y: ¿Cómo te sentís?
S: Un poco nerviosa, no te voy a mentir.
Y: Mal, yo también. Tengo el pitito metido para adentro del cagazo jajajaj
S: Jajajaja.
Y: ¿Ves alguna pareja que te guste? Vos encará que yo te sigo.
S: ¿Ahora te agarró la timidez, pendejo?
Estuvimos un rato tomando birra y fernet. Cuando ya estuvimos un poco entonados agarramos valor y empezamos a deambular por el lugar. La gente charlaba, algunos chapaban y poco más. Se notaba que la mayoría se conocía de hace rato y que nosotros éramos los nuevos. Finalmente una señora se apiadó de nosotros y vino a darnos charla. Era por lejos la mujer más vieja del lugar, tenía el pelo rubio teñido por los hombros, era petisa y tendía a la obesidad, pero era sumamente simpática. Le sorprendió la diferencia de edad que teníamos con Sandra y me decía que nunca había visto a alguien tan joven frecuentar esas fiestas. Su nombre era Mariela y estaba con su marido Víctor.
La noche fue pasando y cada vez estábamos más en pedo. Mariela ya me había estado tocando más de la cuenta pero yo no estaba muy atraído, pero fue ella la que nos empujó a la acción. Habíamos estado charlando y bailando más de media hora cuando dijo:
M: Tengo a la pareja perfecta para ustedes. Víctor, traé a Coni y a Javier.
Víctor hizo caso y se fue. Yo abracé a Sandra y le di un largo beso.
Y: Llegó la hora de cumplir la fantasía.
Coni tendría poco más de 40 años, se la notaba en buen estado físico, traía el pelo suelto de un color rojo totalmente artificial. Javier era un tipo promedio, también en buen estado físico, un poco más bajo que yo y con el pelo casi rapado.
M: Coniiii, divina, vení que te presento a Enzo y Sandra. Son los nuevitos. Mirá lo nene que es este.
Nos saludamos los cuatro con mucho afecto. Coni me devoraba con la miraba, tenía unos ojos de loca que me asustaban un poco. Javier le agarró la mano a Sandra y la alejó un poco de nosotros. Quedamos cara a cara con Coni.
C: Ayy que ternura, estás cagado de miedo. Me encantan los nenitos inexpertos.
Y: S... Sí, es la primera vez acá.
C: Y espero que no sea la última. A ver cómo venimos por acá... (me manoteó la verga sobre el pantalón) Estás a punto caramelo. ¿Vamos?
La seguí hasta una habitación donde ya estaban Javier y Sandra. Ambos estaban en bolas, Sandra recibiendo un oral. Coni me desvistió y me tiró sobre una cama; ella dominaba la situación. Puso un poco de música y empezó a bailar sensualmente. Tenía una silueta envidiable, muy diferente a Sandra. Yo ya estaba al palo. Encima escuchaba los gemidos de Sandra. Yo ya quería tener mi verga dentro de Coni, pero ella seguía bailando. Yo empecé a pajearme muy despacio pero cuando Coni me vio me pegó en la mano.
C: No te di permiso para que te pajees pendejo.
Ese jueguito de dominación me estaba volviendo loco. Obedecí la orden y levanté las manos.
C: Muy bien, guachito.
El baile sensual siguió su curso, Coni me pasaba todo su culo entangado sobre mi pija. Mientras tanto a Sandra se la estaban cogiendo en cuatro.
C: ¿Te gusta ver como se cogen a tu novia?
Y: Si
C: Vamos a ver cual de las dos grita más.
Se corrió la tanga para un costado, me puso un forro y muy suavemente introdujo mi pija en su concha. Era una concha muy estrecha, completamente depilada. La calidez de su interior me encantó y ella empezó a gemir. De a poco empezó con los sentones, ella controlaba todo.
C: AAA Si bebé, si. Mirá como te cojo todo.
Y: Que trola que sos
Me pegó un cachetazo.
C: Nene maleducado. Soy una señora yo y me vas a respetar.
Javier se reía y Sandra seguía gozando. Yo estaba entregado a Coni. En un momento se bajó de arriba mio, me agarró de la pija y me llevó a donde estaban Javier y Sandra.
C: ¿La estás pasando bien San?
S: Ayy si, que pija tiene tu marido.
C: Vení nene, dale pija en la boca a tu mujer.
Obediente fui y mientras Javier se la cogía Sandra me chupaba la pija. Coni se pajeaba mirando la escena. Seguimos así por unos minutos hasta que me sobresalté. Coni se había puesto detrás mío y me estaba chupando el culo mientras yo le daba pija a Sandra por la boca. Era la primera vez que alguien me tocaba el culo y la verdad es que no estaba nada mal. Coni siguió jugando con su lengua en mi asterisco y eso hizo que me dieran ganas de acabar.
Y: Frená porque acabo.
C: Y acabá pendejo. Tenemos toda la noche para seguir.
Le agarré la cabeza a Sandra y le enterré la verga mientras largaba chorros y chorros de leche en su boca. Enseguida Coni me agarró de los pelos y me llevó para la otra cama.
C: Ahora te toca a vos chuparmela. Espero que seas bueno.
Abrió las gambas de par en par y yo empecé a besarle las piernas. Fui subiendo de a poco, recorriendo cada centímetro de sus muslos. En frente mío tenía una concha impoluta, pulcra y estilizada. Jugué con sus labios, le fui pasando la lengua por todo el canal vaginal hasta llegar al clítoris. Coni estaba gozando. La dominante había domada. Seguí chupando mientras ellas jugaba con sus dedos en mi pelo y cuando sentí que acababa decidí ir con mi lengua a otra parte. Ella supo al instante lo que yo pretendía así que recostó más su cuerpo, dejando el culo en una posición perfecta para recibir mis lengüetazos.
C: Ayy bebé, que lindo. Me lo estás devolviendo.
Y: Que puta que sos.
C: Sii nene, muy puta.
Y: A las putas hay que romperle el culo. (Metí un dedo)
C: AAAY SI SI
Ahora el que dominaba era yo. Era la primera vez que iba a hacer un culo y al parecer estaba haciendo bien las cosas porque pronto ya tenía dos dedos en su ano. Empecé a jugarle con la cabeza de la pija y de a poco fue entrando.
C: AAAH. Despacito.
Y: No me digas que te duele. Al final eras puro chamuyo.
Esta frase la encendió porque de repente empezó a mover el orto hasta que toda mi pija estuvo dentro. Yo empecé a bombearla suavemente. Mi verga ya entraba a gusto en su culito apretado y ya íbamos agarrando el ritmo de cogida. Esas nalgas me pedían un buen chirlo y se lo di.
C: AAAAY Dame otro
*PLAF*
C: OTRO MÁS
*PLAF PLAF*
C: AAAAH Más duro.
Le dejé los cachetes del culo colorados, algo que Sandra no me había permitido nunca. Coni estaba completamente loca. Gritaba, se movía y cada vez estaba más mojada.
C: Rompeme la concha.
Se la saqué del culo, la cambié de posición y con sus piernas en mis hombros empecé a darle en la concha. Cuando levanté la mirada, Sandra y Javier nos estaban mirando. Sandra tenía leche por las tetas y Javier tenía la chota dormida sobre una pierna. Sandrita se estaba tocando mientras miraba la escena. Eso me calentó más todavía y me hizo querer acabar.
Y: Preparate yegua porque te acabo en la boca
C: Acabame donde quieras.
Me saqué el forro y rápidamente se la llevé a la boca. Coni empezó a chuparla, con momentos de succión. Le vacié el semen en la boca y vi como se lo tragaba todo. Caí rendido a un costado.
Estaba agotado. Nunca había cogido tan fuerte. Nos quedamos los cuatro recostados un rato, el olor a sexo y sudor inundaba la habitación. Al rato Javier trajo unas botellas de agua y algo de comida para recuperarnos. Nos quedamos un rato charlando entre todos, como si fuera una reunión de amigos. Coni nos contó que con Javier eran novios desde la secundaria y que hacía unos años habían decidido abrir la pareja y que eso les salvó el matrimonio. Sandra y yo les contamos nuestra historia. Después de ese recreo ya todos habíamos recuperado las fuerzas y habíamos arrancado a coger de nuevo. En eso se abre la puerta y entran Mariela y Víctor.
M: Permiiiso. Que olor a sexo que hay acá eh. ¿Hay lugar para una más?
C: Pasá Mari, vení que este pendejo todavía tiene leche.
Mariela se acercó, ya desnuda. Víctor se fue a un rincón y empezó a pajearse mirando todo el panorama. Como dije antes, Mariela no era nada linda, pero ya estábamos en el juego. No le iba a decir que no. La gorda me manoteó la pija y me la empezó a chupar. ¡Que hija de puta! Nunca me habían chupado la pija tan bien. Era una chupada suave, su lengua parecía estar en todos lados al mismo tiempo.
Y: uf que bien que la chupás gorda hija de puta
M: Va a ser la mejor de tu vida.
Y no mentía. Enseguida me dieron ganas de acabar, pero me contuve. Quería retribuirle el gusto que me estaba dando. Así que cerré los ojos y me concentré en no acabar. En mi cabeza estaba repasando mentalmente los once titulares del River de Ramón Díaz. No podía más, me iba a explotar la verga.
Y: Pará pará que no quiero acabar.
Le saqué la pija y me acosté.
Y: Sentate en mi cara.
Mariela obedeció y me puso su inmenso orto en la cara. Que linda sensación. Ella se movía para atrás y para adelante, yo chupaba por donde podía y de a ratos parecía asfixiarme. Mariela estaba chocha.
M: Cogeme hijo de puta.
La tiré sobre la cama y cumplí sus deseos. El bamboleo de esas tetas obesas me ponía loco. Ella disfrutaba y pedía más y más.
M: Ahhh me vas a hacer acabar, seguí seguí seguí.
Yo ya no daba más, no tenía energías pero sus gritos me daban la vitalidad necesaria para seguir embistiéndola hasta saciar sus deseos. Caí rendido a su lado cuando la escuché gritar de placer. Ella tomó la iniciativa y subiéndose arriba mío me cabalgó con locura.
Y: Que hija de puta, me vas a sacar toda la leche.
M: Damela en la boca.
Se bajó, me sacó el forro y con su gran maestría me la chupó hasta acabar.
Y: AAAAAH
No puedo parar de recalcar que fue una chupada de verga descomunal. Me vació los huevos y empezó a escupir la leche sobre sus tetas. Nuevamente quedé rendido.
C: De esta noche no te olvidás más pendejo.
Agotado de tanto sexo me fui con Sandra que también la había pasado bien. Tomamos un par de birras más y nos fuimos antes de que amaneciera. Pedimos un remís que me salió un ojo de la cara y nos fuimos a mí casa. Una vez ahí charlamos de lo que acabábamos de vivir.
S: Nunca me sentí tan bien. Que placer
Y: Gracias por llevarme.
S: Gracias a vos pendejo por cumplirme la fantasía.
Vimos el amanecer juntos y esta vez no garchamos, sino que hicimos el amor suavemente y luego nos bañamos juntos. A eso de las 8 de la mañana ella se fue a su casa con el cornudo de su marido. Yo me fui a dormir con ardor en la pija y calambres en las piernas.
Al otro día me desperté a las 5 de la tarde con una resaca infernal. Me bañé, me hice un café y empecé a recordar lo vivido. Estaba lleno de alegría. En eso me llega un WhatsApp de mi mamá que decía:
"Mañana volvemos a casa con Papá, espero que esté todo bien. Te hago una consulta, ¿el Viernes vas a la facultad? Porque tu tía Denise nos invitó a todos a la pileta. Besos"
Continuará...
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Muchas gracias a todos por los comentarios y los puntos que tuvo el primer capítulo. Espero que disfruten de éste tanto como lo hice yo al escribirlo. Creo que quedó un poco largo, pero quería terminar con Sandra para poder avanzar y contarles sobre otras mujeres maduras con las que estuve. Como dije en el capítulo anterior: esto es 80% realidad y 20% exageración. Tal vez fue 70-30 en este capítulo jajaja.
7 comentarios - Comeviejas. Capítulo 2: Las Fantasías de Sandra