La típica cena trabajo . Estaba desanimada porque discutimos con mi pareja pero a modo de venganza decidí ir igualmente a la cena. Me puse muy sexy y coqueta, en parte para molestarlo. No le gusta que vaya muy provocativa. También quería “lucirme” delante de mis compañeros.
Tras cenar y haber bebido una considerable cantidad de vino y licor, fuimos a bailar a una discoteca. Casi al final de la noche yo creía no poder más, había bebido demasiado y estaba completamente borracha. Así que decidí pedirle a los compañeros que quedaban que nos fuéramos ya. 😍
Sólo quedábamos cuatro, tres chicos y yo. Entre ellos Juan, sin duda de entre todos mis compañeros el que más me gustaba y me ponía caliente. Habíamos estado casi toda la noche juntos, bailando muy pegados y yo estaba bastante excitada. Pese a todo jamás pensaba que aquello pasase de allí, o al menos eso creía yo.
Fui al lavabo para arreglarme antes de irnos, pero cuando entré, los tres entraron conmigo al baño y se encerraron conmigo en uno de los lavabos. En ese momento no había nadie en el baño, así que nadie sé dio cuenta de nada. Yo me asusté mucho e intenté salir de allí, pero no me dejaron. Estaban tan borrachos como yo y no escuchaban nada.
Comenzaron a tocarme y a desabrocharme la blusa, me comenzaron a besar los tres por todo el cuerpo y a bajarme la minifalda. Aquella situación, tantas veces soñada, se estaba haciendo realidad. Pero una cosa es una fantasía y otra la realidad. Así que de nuevo intenté escaparme de aquello, pero cuanto más me resistía más se excitaban ellos. Finalmente y tras dejarme casi desnuda, se desnudaron ellos.
Juan, el más caliente de todos me pidió que se la chupara. Aquello me sobrepasó. Ya no sé si por miedo o por lo excitante de la situación deje de luchar y decidí disfrutar de la situación, además, pensé, “es la venganza perfecta para mi marido
¿No te gusta tontear con tus amiguitas? ¡Pues toma! Comencé a chupar aquel enorme miembro, disfrutando como nunca y mientras acariciaba las pijas de los demás. Pronto, otro de ellos se acercó a mí y me sentó en la taza del lavabo. Los tres se acercaron y comenzaron a masturbarse delante de mí. Mientras hacían yo me dedicaba a chupársela un rato a cada uno.
Aquello no duró mucho, ya que estaban muy calientes. Cuando estaban a punto de acabar acercaron sus pijas a mi cara y ante mi enorme placer se corrieron dos de ellos a la vez en mi cara. Mientras Juan aguantó un poco más y me pidió que abriera la boca y se la chupara hasta el final.
. Con mi cara repleta de semen se la terminé y él se corrió en mi boca.
Cuando yo creía que ya no podía estar más excitada, me levantaron de nuevo y Juan, empotrándome fuertemente contra la pared comenzó a cogerme
Yo estaba disfrutando una barbaridad, pero le pedí que no se corriera dentro. Ni caso, en poco rato pude notar como toda su leche se vertía dentro de mi cuerpo. Aquello me enfadó mucho, pero no pude hacer nada, ya que los otros dos me cogieron y continuaron pasándoselo en grande.
Uno de ellos se colocó detrás de mí y comenzó a metérmela por el culo. Al principio el dolor fue muy intenso, pero casi no tuve tiempo de darme cuenta, porque el otro se colocó delante y comenzó a fcogerme también.
No me lo podía creer. Ya no sabía ni donde estaba, sólo hacía que disfrutar e incluso empecé a pedirles más, “más fuerte, más fuerte“. Me volví loca
Ellos acabaron a la vez, vertiendo aún más leche dentro de mí. Cuando acabaron yo me quedé completamente exhausta, de pie contra la pared. Las piernas me temblaban y de mis orificios salia el semen
Poco a poco nos vestimos, a mí me dolía todo, pero el placer que había sentido compensaba las molestias. Tras aquello nos fuimos, a mí se me fue pasando la borrachera poco a poco y me fui dando cuenta de lo que había hecho.
jamás le dije nada de aquello. Supongo que es uno de esos secretos que toda mujer guarda para sí misma,
Tras cenar y haber bebido una considerable cantidad de vino y licor, fuimos a bailar a una discoteca. Casi al final de la noche yo creía no poder más, había bebido demasiado y estaba completamente borracha. Así que decidí pedirle a los compañeros que quedaban que nos fuéramos ya. 😍
Sólo quedábamos cuatro, tres chicos y yo. Entre ellos Juan, sin duda de entre todos mis compañeros el que más me gustaba y me ponía caliente. Habíamos estado casi toda la noche juntos, bailando muy pegados y yo estaba bastante excitada. Pese a todo jamás pensaba que aquello pasase de allí, o al menos eso creía yo.
Fui al lavabo para arreglarme antes de irnos, pero cuando entré, los tres entraron conmigo al baño y se encerraron conmigo en uno de los lavabos. En ese momento no había nadie en el baño, así que nadie sé dio cuenta de nada. Yo me asusté mucho e intenté salir de allí, pero no me dejaron. Estaban tan borrachos como yo y no escuchaban nada.
Comenzaron a tocarme y a desabrocharme la blusa, me comenzaron a besar los tres por todo el cuerpo y a bajarme la minifalda. Aquella situación, tantas veces soñada, se estaba haciendo realidad. Pero una cosa es una fantasía y otra la realidad. Así que de nuevo intenté escaparme de aquello, pero cuanto más me resistía más se excitaban ellos. Finalmente y tras dejarme casi desnuda, se desnudaron ellos.
Juan, el más caliente de todos me pidió que se la chupara. Aquello me sobrepasó. Ya no sé si por miedo o por lo excitante de la situación deje de luchar y decidí disfrutar de la situación, además, pensé, “es la venganza perfecta para mi marido
¿No te gusta tontear con tus amiguitas? ¡Pues toma! Comencé a chupar aquel enorme miembro, disfrutando como nunca y mientras acariciaba las pijas de los demás. Pronto, otro de ellos se acercó a mí y me sentó en la taza del lavabo. Los tres se acercaron y comenzaron a masturbarse delante de mí. Mientras hacían yo me dedicaba a chupársela un rato a cada uno.
Aquello no duró mucho, ya que estaban muy calientes. Cuando estaban a punto de acabar acercaron sus pijas a mi cara y ante mi enorme placer se corrieron dos de ellos a la vez en mi cara. Mientras Juan aguantó un poco más y me pidió que abriera la boca y se la chupara hasta el final.
. Con mi cara repleta de semen se la terminé y él se corrió en mi boca.
Cuando yo creía que ya no podía estar más excitada, me levantaron de nuevo y Juan, empotrándome fuertemente contra la pared comenzó a cogerme
Yo estaba disfrutando una barbaridad, pero le pedí que no se corriera dentro. Ni caso, en poco rato pude notar como toda su leche se vertía dentro de mi cuerpo. Aquello me enfadó mucho, pero no pude hacer nada, ya que los otros dos me cogieron y continuaron pasándoselo en grande.
Uno de ellos se colocó detrás de mí y comenzó a metérmela por el culo. Al principio el dolor fue muy intenso, pero casi no tuve tiempo de darme cuenta, porque el otro se colocó delante y comenzó a fcogerme también.
No me lo podía creer. Ya no sabía ni donde estaba, sólo hacía que disfrutar e incluso empecé a pedirles más, “más fuerte, más fuerte“. Me volví loca
Ellos acabaron a la vez, vertiendo aún más leche dentro de mí. Cuando acabaron yo me quedé completamente exhausta, de pie contra la pared. Las piernas me temblaban y de mis orificios salia el semen
Poco a poco nos vestimos, a mí me dolía todo, pero el placer que había sentido compensaba las molestias. Tras aquello nos fuimos, a mí se me fue pasando la borrachera poco a poco y me fui dando cuenta de lo que había hecho.
jamás le dije nada de aquello. Supongo que es uno de esos secretos que toda mujer guarda para sí misma,
3 comentarios - jamás ir a un a Reunión enojada con tu pareja
Esta es la real, Mayra