Textual de mi amiga. Ella joven, linda, culta, fina, proviene una familia muy religiosa. Mestra jardinera se casó con un arquitecto, muy apetecible y exitoso, la pareja perfecta. Hicieron hermosa casa en villa parque chacabuco, Catamarca. Ya llevan seis años casados, felices muy cumpas, sin hijos. Sus vidas muy tranquilas y rutinarias, trabajando todo el dia ambos y los fines de semana con algun encuentro con matrimonios de su nivel, todo muy serio. A esta altura muy poco sexo, no mas de una vez al mes, rapidito y a dormir de espalda contra espalda, de vez en cuando algun ligero y timido orgasmo, pero feliz por que se autocensura hasta en sus pensamientos. Su escuela estaba en refaccion, a su aula le toco pintura, lo cual supervisó personalmente. El pintor un viejo, regordete, grandote, morrudo y desliñeado. El viejo no disimula en mirarle su hermoso culo, lo descubrio babeandose de su trasero. El día que termiron las obras el viejo la saludo efusivamente y en descuido le paso su gran manota por la espalda y bajó por sus nalgas y sintió algunos dedos recorrer suavemente su raya del culo, lo cual la enojó y se lo hizo saber con una firme actitud de reproche, el viejo se disculpó. Al retirarse a acomodar sus cosas le dijo "nos vemos" no le dio importancia. Esa noche los recuerdos del dia la asaltaron, sobre todo la amenaza de "nos vemos" que no llegaba a entender. Pero la rara sensación de sus gruesos dedos recorriendole el culo le tenían algo exitada, pensó en desquitarse con el marido, lo busco, jugueteo un rato, pero no le dio mas bola y se puso a dormir. Ella pensó en masturbarse, nunca lo había hecho ni se lo habían hecho jamas, no sabía como hacerlo se reprimio de sus pensamientos y trató de dormir, lo cual no logró del todo. Al dia siguiente al ir a su trabajo se dio cuenta que no tenía su abrigo favorito, apreciado regalo de su marido. No dijo nada, en la escuela no lo encontró y recordó que el dia anterior , al retirarse, lo había colocado sobre la verja de calle. Al indagar se dio con que posiblemente se lo llevó el pintor, el último en retirarse. Nadie pudo decile si el viejo tenía teléfono, pensó en hacer una denuncia policial, pero no le recomendaron por que era gente que odia a la policia. La diectora le indicó como llegar a su casa, en el barrio Los Bajos, no tan lejos de su domicilio. Al salir de clase le avisó a su marido que se demoraria con unas compañeras. Temerosa y desafiante se fue a la casa del viejo, en un horrible barrio, el vecindario la miraba como para comersela y o violarla. Golpeó la puerta, el viejo salió la invitó a pasar, se negó, el viejo le cerró la puerta en sus narices y le dijo "esperaré adentro" . Se cansó de llamar a la puerta y el viejo no respondió mientras los vecinos pasaba y curiosaban indisimuladamente. Ante tal panorama empujó la puerta y entró. Hizo dos pasos el viejo la tomo por sus brazo desde atras, mientras le afirmaba su contundente vientre en su cintura, su pene en su culo. Mientras la besaba apasionadamente en la nuca y cuello. Ella pujaba por zafar pero era imposible. En pocos segundos y hábilmente le desprende el delantal y sus asperas manos masajean suave y persistente sus tetas, ombligo y concha, que para este momento, pese al enojo y rebeldia se le habia humedecido bastante. Sin embargo no se entregaba y seguía poniendo resistencia, pero el viejo la dominaba intuyendo que algo le gustaba. Cuando logró sacarle el delantal la hizo sentar en un sillon y sacó se enorme pija, 20 cm por lo menos, gorda y venosa, con mucho olor a bolas, y se lo puso en la boca. Ella no quería abrir su boca el viejo le tomó la cara con las dos manos y con los dedos gordos le tapó los orificios de la nariz. Al abrir la boca para respirar el perverso le metió todo su pene, ella cerró los ojos y trató de respirar y apaciguarse. Asi la cogió como 10 minutos, con ahogadas, lagrimones, tosidas y reflujos esperando que la tortura pasara. Por fortuna el viejo no le eyaculó alli, nunca habia probado el semen ni siquiera habia chupado una pija. El viejo la alzó y la depositó en una mesa, tomo sus piernas, arrancó su bombacha y se dedico a chupar y lenguar su concha, clitoris y ano, pese a su pataleo, que cada vez eran mas débiles. Asi estuvo 15 mintuos, hasta llego a tener un pequeño orgasmo cuando el viejo con su lengua se ocupaba de su clítoris. Para esto se sentía sometida, mojada y con incierto estado de culpa y placer. Terminó esta faena y encaró con su pija bien erecta y dura a su mojada concha, la penetro de un solo envion, hasta que sus huevos golpeaban su tierno culito mientras le tenía las piernas sobre su hombro. Confesó que nunca había sentido tanta carne en sus entrañas, el glande del viejo, cabezon y redondo, la golpeba adentro como en un mortero, le sacudia todo el cuerpo, mientras sus dedos urgaban su lubricado, estrecho y virgen orto. Ya no habia pataleo, pero le rogaba que termine pero que no la preñe. Confesó que a desgano y contrariada disfrutó de la torpeza y virilidad del viejo, que le saco dos orgasmos mas. Cuando este sacó su pija de su vagina, se sentía ahuecada profundamente, y la verguenza fue la ruidosa sopapa de su argolla. De lo cual se disculpo educadamente. El viejo le dijo que no eyaculó aun y que se lo haría en su orto, lo cual discutió y se opuso inútilmente, ya que el fornido viejo la levantó en brazos y la arrojó boca abajo en el sillón, la levantó de caderas y metio su cara en el tierno culito. Su ágil lengua trabajó como 10 minutos en su orto, dilatando y lubricandolo, hasta que decidió encarar con su chota dura en el virgen y preprado ojete. Fue penetrando y saliendo de a poco, en medio de sus gritos y alaridos de dolor, cuando estaba todo, pero todo adentro, dice que sentia una incontenible sensacion de defecar, lo cual la obligaba a mover su culo y el viejo mas pujaba, las bolas del viejo tocaban campana en la concha de ella, hasta que sintio en lo profundo de sus intestinos el palpitar del pene del viejo y una inundación cremosa, cálida y abundante. El viejo se desparramó encina unos segundos. Se levanto y le entregó el abrigo a la vez que agradeció el haber llegado a su humilde casa. No pudo ocultar su placer por haber llegado al final de su imprudente incursión y no ocultó con un educado gemido su último orgasmo. Nunca le contó a su marido de como recuperó su abrigo tan preciado ni como le profanaron, como nadie lo habia hecho, sus orificios
Verídico, es dificil mantener el invicto, cuando se tiene
Textual de mi amiga. Ella joven, linda, culta, fina, proviene una familia muy religiosa. Mestra jardinera se casó con un arquitecto, muy apetecible y exitoso, la pareja perfecta. Hicieron hermosa casa en villa parque chacabuco, Catamarca. Ya llevan seis años casados, felices muy cumpas, sin hijos. Sus vidas muy tranquilas y rutinarias, trabajando todo el dia ambos y los fines de semana con algun encuentro con matrimonios de su nivel, todo muy serio. A esta altura muy poco sexo, no mas de una vez al mes, rapidito y a dormir de espalda contra espalda, de vez en cuando algun ligero y timido orgasmo, pero feliz por que se autocensura hasta en sus pensamientos. Su escuela estaba en refaccion, a su aula le toco pintura, lo cual supervisó personalmente. El pintor un viejo, regordete, grandote, morrudo y desliñeado. El viejo no disimula en mirarle su hermoso culo, lo descubrio babeandose de su trasero. El día que termiron las obras el viejo la saludo efusivamente y en descuido le paso su gran manota por la espalda y bajó por sus nalgas y sintió algunos dedos recorrer suavemente su raya del culo, lo cual la enojó y se lo hizo saber con una firme actitud de reproche, el viejo se disculpó. Al retirarse a acomodar sus cosas le dijo "nos vemos" no le dio importancia. Esa noche los recuerdos del dia la asaltaron, sobre todo la amenaza de "nos vemos" que no llegaba a entender. Pero la rara sensación de sus gruesos dedos recorriendole el culo le tenían algo exitada, pensó en desquitarse con el marido, lo busco, jugueteo un rato, pero no le dio mas bola y se puso a dormir. Ella pensó en masturbarse, nunca lo había hecho ni se lo habían hecho jamas, no sabía como hacerlo se reprimio de sus pensamientos y trató de dormir, lo cual no logró del todo. Al dia siguiente al ir a su trabajo se dio cuenta que no tenía su abrigo favorito, apreciado regalo de su marido. No dijo nada, en la escuela no lo encontró y recordó que el dia anterior , al retirarse, lo había colocado sobre la verja de calle. Al indagar se dio con que posiblemente se lo llevó el pintor, el último en retirarse. Nadie pudo decile si el viejo tenía teléfono, pensó en hacer una denuncia policial, pero no le recomendaron por que era gente que odia a la policia. La diectora le indicó como llegar a su casa, en el barrio Los Bajos, no tan lejos de su domicilio. Al salir de clase le avisó a su marido que se demoraria con unas compañeras. Temerosa y desafiante se fue a la casa del viejo, en un horrible barrio, el vecindario la miraba como para comersela y o violarla. Golpeó la puerta, el viejo salió la invitó a pasar, se negó, el viejo le cerró la puerta en sus narices y le dijo "esperaré adentro" . Se cansó de llamar a la puerta y el viejo no respondió mientras los vecinos pasaba y curiosaban indisimuladamente. Ante tal panorama empujó la puerta y entró. Hizo dos pasos el viejo la tomo por sus brazo desde atras, mientras le afirmaba su contundente vientre en su cintura, su pene en su culo. Mientras la besaba apasionadamente en la nuca y cuello. Ella pujaba por zafar pero era imposible. En pocos segundos y hábilmente le desprende el delantal y sus asperas manos masajean suave y persistente sus tetas, ombligo y concha, que para este momento, pese al enojo y rebeldia se le habia humedecido bastante. Sin embargo no se entregaba y seguía poniendo resistencia, pero el viejo la dominaba intuyendo que algo le gustaba. Cuando logró sacarle el delantal la hizo sentar en un sillon y sacó se enorme pija, 20 cm por lo menos, gorda y venosa, con mucho olor a bolas, y se lo puso en la boca. Ella no quería abrir su boca el viejo le tomó la cara con las dos manos y con los dedos gordos le tapó los orificios de la nariz. Al abrir la boca para respirar el perverso le metió todo su pene, ella cerró los ojos y trató de respirar y apaciguarse. Asi la cogió como 10 minutos, con ahogadas, lagrimones, tosidas y reflujos esperando que la tortura pasara. Por fortuna el viejo no le eyaculó alli, nunca habia probado el semen ni siquiera habia chupado una pija. El viejo la alzó y la depositó en una mesa, tomo sus piernas, arrancó su bombacha y se dedico a chupar y lenguar su concha, clitoris y ano, pese a su pataleo, que cada vez eran mas débiles. Asi estuvo 15 mintuos, hasta llego a tener un pequeño orgasmo cuando el viejo con su lengua se ocupaba de su clítoris. Para esto se sentía sometida, mojada y con incierto estado de culpa y placer. Terminó esta faena y encaró con su pija bien erecta y dura a su mojada concha, la penetro de un solo envion, hasta que sus huevos golpeaban su tierno culito mientras le tenía las piernas sobre su hombro. Confesó que nunca había sentido tanta carne en sus entrañas, el glande del viejo, cabezon y redondo, la golpeba adentro como en un mortero, le sacudia todo el cuerpo, mientras sus dedos urgaban su lubricado, estrecho y virgen orto. Ya no habia pataleo, pero le rogaba que termine pero que no la preñe. Confesó que a desgano y contrariada disfrutó de la torpeza y virilidad del viejo, que le saco dos orgasmos mas. Cuando este sacó su pija de su vagina, se sentía ahuecada profundamente, y la verguenza fue la ruidosa sopapa de su argolla. De lo cual se disculpo educadamente. El viejo le dijo que no eyaculó aun y que se lo haría en su orto, lo cual discutió y se opuso inútilmente, ya que el fornido viejo la levantó en brazos y la arrojó boca abajo en el sillón, la levantó de caderas y metio su cara en el tierno culito. Su ágil lengua trabajó como 10 minutos en su orto, dilatando y lubricandolo, hasta que decidió encarar con su chota dura en el virgen y preprado ojete. Fue penetrando y saliendo de a poco, en medio de sus gritos y alaridos de dolor, cuando estaba todo, pero todo adentro, dice que sentia una incontenible sensacion de defecar, lo cual la obligaba a mover su culo y el viejo mas pujaba, las bolas del viejo tocaban campana en la concha de ella, hasta que sintio en lo profundo de sus intestinos el palpitar del pene del viejo y una inundación cremosa, cálida y abundante. El viejo se desparramó encina unos segundos. Se levanto y le entregó el abrigo a la vez que agradeció el haber llegado a su humilde casa. No pudo ocultar su placer por haber llegado al final de su imprudente incursión y no ocultó con un educado gemido su último orgasmo. Nunca le contó a su marido de como recuperó su abrigo tan preciado ni como le profanaron, como nadie lo habia hecho, sus orificios
4 comentarios - Verídico, es dificil mantener el invicto, cuando se tiene
van 10