Ya habían pasado algunos meses en esta relación de amantescon Veronica, y realmente la pasábamos genial. Yo gozaba de la libertad de notener una relación formal, pudiendo tener mis amoríos por ahí, pero al mismotiempo quería estar con ella, la pasaba bien, no solo en la cama, nos reíamosmucho, íbamos al cine, teatro, a caminar, a cenar. Cualquiera que nos vieracreería que éramos novios formales. Incluso cuando se iba a visitar a suspadres, la extrañaba, su sonrisa, su mirada picara, estar abrazados sin pensaren nada…
Como para el marido yo era el vecinito de toda la vida, senotaba que había aceptado que me hiciera amigo de su mujer. Y como a veces me“mostraba” con alguna chica por el barrio, estábamos tranquilos pensando que nosospechaba nada. Un montón de veces iba yo a la casa de ellos a pasar el rato comoamigos, o ella venía a casa. Incluso una noche, después de cenar y tomar unostragos, Tito se durmió en el living, y con Vero fuimos a la cocina para nomolestarlo, y terminamos echándonos un “rapidin”. Por dios, cuanta adrenalina,y cuanto alcohol teníamos en sangre, jajaja. Fue increíble, chuparle la conchahasta que se pegó una brutal acabada, chorreandose todos los jugos en mi cara,e inmediatamente penetrarla y sacarle otro buen orgasmo, para luego hacerlarebalsar de leche. Y todo esto mientras ella vigilaba por la puertaentreabierta, que el marido no se despertara. Hoy pienso lo que hicimos y no meanimaría a repetirlo, pero el alcohol y la calentura pueden más.
Una tarde viene Vero a casa, ella sabía que días yo estabasolo, y como era de esperar, nos pusimos a besarnos muy apasionadamente. Peroesta vez, mientras me bajaba el shorcito (la única ropa que llevaba puesta) medice:
V – Solo vine a verte un ratito y a hacerte un pete
S – Ahhh, bueno, solo eso? Que pasa, te están vigilandoahora?
V – Jajajaja, quien? Cuernito?? Que ni lo piense!!!! Perosolo quiero petearte y que me llenes la boca de lechita…
S – sabes que nunca pude resistirme a tus pedidos…
Y asi fue que me sentó al borde de la cama y se arrodillópara petear. Había mejorado mucho desde los primeros encuentros, pero era laprimera vez que me pedía que le acabe en la boca. Ya había sucedido algunasveces, pero no a pedido de ella. La señora hizo un excelente trabajo, tomándosesu tiempo para hacerme desear, y por supuesto disfrutando ella de mis caras.Por mi lado, cuando ella se arrodilló, me las ingenié para arrimar mi pie a suentrepierna, ella siempre usaba minifaldas, pudiendo introducirle un poquitodel dedo gordo. Esto fue algo muy bien aprovechado por ella, subiendo y bajandopara “cogerse” al dedo, al ritmo de su boca. No recuerdo si ella pudo acabar,pero sí recuerdo cómo acabé yo, fue interminable, se diría que le tire más deun litro de esperma. Sin más, se levantó, se acomodó la ropa, y se fue. Ni unapalabra. La seguí (les recuerdo que eramos vecinos) y vi que entrando a su casahizo una pausa, como si estuviera tragando, y luego ingresó al hogar. No supemás nada hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente, cuando vi que Tito y sus empleados yano estaban, la llamé para que me cuente, y me pidió que fuera a la casa. Despuésde unos besos y un poco de franela habitual, comenzamos a hablar:
S – Que paso ayer? Que hiciste con la leche?
V – La cosa es asi, justo antes de entrar a casa me latragué, no me animé a tenerla, pero igual fui directo a buscar a Tito, queestaba mirando la tele, y le comí la boca como hacía años no sucedía, de lamisma forma y con la misma pasión con la que te beso a vos.
S – Queeeeee?????
V – Si, y después de unos instantes así, noté que se leempezó a parar la pija. Ya ni me acordaba que tenía. Lo miré fijo mientrasbuscaba meterle la mano en el calzón, y cuando la alcancé, lo volví a besar mientras lo pajeaba hasta que acabóenchastrandose toda la ropa. Me levanté y me fui, dejándolo solito. A la noche,como si nada, hablamos de cualquier cosa, menos de lo sucedido.
S – Pero… por que se te ocurrió hacer esto?
V – Te acordas la semana pasada, que volvimos ya de día?Bueno, resulta que me fui a acostar, como siempre, y cuando me levanto loencontré a Tito oliendo y lengüeteando la tanga que me había sacado, y vi comoempezaba a pajearse.
S – Y que hiciste? Le dijiste algo?
V – No!!! No se dio cuenta que lo había visto, me volví aacostar y esperé a que se fuera a seguir trabajando.
S – Y por que lo besaste con sabor a leche?
V – No sé, se me ocurrió que quizás le gustaba. Al verlochupando la tanga con los restos de tu leche y pajeándose. Y evidentemente algole gusta…
S – Y que decis, que es un puto reprimido, y por eso no tecoge?
V – No sé que pensar… no sé si es puto o qué, pero me dio lasensación de que se excitó con el gusto en mi boca más que con el beso en sí.
S – Y si descubrís que se la morfa que vas a hacer, lo vas adejar?
V – No sé, tengo la cabeza a mil…
S – Bueno, calmate, tratá de pensar en otra cosa, no sé,mirá la tele, anda a ver a tu hermanita, cualquier cosa que no tenga que vercon Tito ni con el sexo, así te despejas un poco. Y a la noche, o mañana, ocuando quieras, nos vemos y hablamos o hacemos lo que quieras. Sabes quesiempre estoy para apoyarte… en todos los sentidos.
Y con esas últimas palabras, nos dimos un abrazo eterno, nosexual, sino de amor, cariño, afecto, amistad, todo junto. No sé cuánto habrádurado, pero fue larguísimo, y nos despedimos con un tierno besito.
Como para el marido yo era el vecinito de toda la vida, senotaba que había aceptado que me hiciera amigo de su mujer. Y como a veces me“mostraba” con alguna chica por el barrio, estábamos tranquilos pensando que nosospechaba nada. Un montón de veces iba yo a la casa de ellos a pasar el rato comoamigos, o ella venía a casa. Incluso una noche, después de cenar y tomar unostragos, Tito se durmió en el living, y con Vero fuimos a la cocina para nomolestarlo, y terminamos echándonos un “rapidin”. Por dios, cuanta adrenalina,y cuanto alcohol teníamos en sangre, jajaja. Fue increíble, chuparle la conchahasta que se pegó una brutal acabada, chorreandose todos los jugos en mi cara,e inmediatamente penetrarla y sacarle otro buen orgasmo, para luego hacerlarebalsar de leche. Y todo esto mientras ella vigilaba por la puertaentreabierta, que el marido no se despertara. Hoy pienso lo que hicimos y no meanimaría a repetirlo, pero el alcohol y la calentura pueden más.
Una tarde viene Vero a casa, ella sabía que días yo estabasolo, y como era de esperar, nos pusimos a besarnos muy apasionadamente. Peroesta vez, mientras me bajaba el shorcito (la única ropa que llevaba puesta) medice:
V – Solo vine a verte un ratito y a hacerte un pete
S – Ahhh, bueno, solo eso? Que pasa, te están vigilandoahora?
V – Jajajaja, quien? Cuernito?? Que ni lo piense!!!! Perosolo quiero petearte y que me llenes la boca de lechita…
S – sabes que nunca pude resistirme a tus pedidos…
Y asi fue que me sentó al borde de la cama y se arrodillópara petear. Había mejorado mucho desde los primeros encuentros, pero era laprimera vez que me pedía que le acabe en la boca. Ya había sucedido algunasveces, pero no a pedido de ella. La señora hizo un excelente trabajo, tomándosesu tiempo para hacerme desear, y por supuesto disfrutando ella de mis caras.Por mi lado, cuando ella se arrodilló, me las ingenié para arrimar mi pie a suentrepierna, ella siempre usaba minifaldas, pudiendo introducirle un poquitodel dedo gordo. Esto fue algo muy bien aprovechado por ella, subiendo y bajandopara “cogerse” al dedo, al ritmo de su boca. No recuerdo si ella pudo acabar,pero sí recuerdo cómo acabé yo, fue interminable, se diría que le tire más deun litro de esperma. Sin más, se levantó, se acomodó la ropa, y se fue. Ni unapalabra. La seguí (les recuerdo que eramos vecinos) y vi que entrando a su casahizo una pausa, como si estuviera tragando, y luego ingresó al hogar. No supemás nada hasta el día siguiente.
A la mañana siguiente, cuando vi que Tito y sus empleados yano estaban, la llamé para que me cuente, y me pidió que fuera a la casa. Despuésde unos besos y un poco de franela habitual, comenzamos a hablar:
S – Que paso ayer? Que hiciste con la leche?
V – La cosa es asi, justo antes de entrar a casa me latragué, no me animé a tenerla, pero igual fui directo a buscar a Tito, queestaba mirando la tele, y le comí la boca como hacía años no sucedía, de lamisma forma y con la misma pasión con la que te beso a vos.
S – Queeeeee?????
V – Si, y después de unos instantes así, noté que se leempezó a parar la pija. Ya ni me acordaba que tenía. Lo miré fijo mientrasbuscaba meterle la mano en el calzón, y cuando la alcancé, lo volví a besar mientras lo pajeaba hasta que acabóenchastrandose toda la ropa. Me levanté y me fui, dejándolo solito. A la noche,como si nada, hablamos de cualquier cosa, menos de lo sucedido.
S – Pero… por que se te ocurrió hacer esto?
V – Te acordas la semana pasada, que volvimos ya de día?Bueno, resulta que me fui a acostar, como siempre, y cuando me levanto loencontré a Tito oliendo y lengüeteando la tanga que me había sacado, y vi comoempezaba a pajearse.
S – Y que hiciste? Le dijiste algo?
V – No!!! No se dio cuenta que lo había visto, me volví aacostar y esperé a que se fuera a seguir trabajando.
S – Y por que lo besaste con sabor a leche?
V – No sé, se me ocurrió que quizás le gustaba. Al verlochupando la tanga con los restos de tu leche y pajeándose. Y evidentemente algole gusta…
S – Y que decis, que es un puto reprimido, y por eso no tecoge?
V – No sé que pensar… no sé si es puto o qué, pero me dio lasensación de que se excitó con el gusto en mi boca más que con el beso en sí.
S – Y si descubrís que se la morfa que vas a hacer, lo vas adejar?
V – No sé, tengo la cabeza a mil…
S – Bueno, calmate, tratá de pensar en otra cosa, no sé,mirá la tele, anda a ver a tu hermanita, cualquier cosa que no tenga que vercon Tito ni con el sexo, así te despejas un poco. Y a la noche, o mañana, ocuando quieras, nos vemos y hablamos o hacemos lo que quieras. Sabes quesiempre estoy para apoyarte… en todos los sentidos.
Y con esas últimas palabras, nos dimos un abrazo eterno, nosexual, sino de amor, cariño, afecto, amistad, todo junto. No sé cuánto habrádurado, pero fue larguísimo, y nos despedimos con un tierno besito.
3 comentarios - Entrando al cuckold sin saberlo