Autor Ferlo
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La vi cuando llegué del colegio, era parecida como la había visto en las fotos de su matrimonio, blanca, de unos 28 años, mediana estatura unos 1.65 mts diría yo, cara agradable con un par de ojos alegres y enmarcada con una cabellera negra hasta los hombros, pechos medianos a grandes, pero lo destacable eran sus nalgas, abundantes y paradas, el pantalón negro resaltaba su cola de infarto pero no me permitió analizar sus piernas, en fin era mi excepcional cuñada, tan mencionada por José mi hermano mayor desde su matrimonio hacia 5 años pero por vivir en otra ciudad yo no la conocía, ya que cuando mis padres viajaron a la boda yo por motivos de estudio y mi edad no fui, ahora se veía mas madura que en las fotos y más buena pensé yo, que a mis 17 años tenia las hormonas aceleradas.
-“Hola, así que este es Fernando, el nene de la casa”, dijo dirigiéndose a mí,
besando mis mejillas, aspiré su suave perfume,
José dijo, “Fernandito te va a acompañar y atender cuando yo no esté, así que mi amor devuélvele las atenciones lo mejor que puedas”
Ella dijo, “Menos mal que ya conseguí quien me acompañe, porque José con sus ocupaciones nunca tiene tiempo para mí, o también tu me vas a dejar sola?”.
Yo me puse a la orden puesto que estaba terminando el curso y en mí tiempo libre podía atenderla, ya que mi hermano que estaba en comisión de auditoria en nuestra ciudad para el banco donde trabaja estaba bastante ocupado, por lo que me dice,
- “Bueno hermanito no sabes en lo que te has metido con esa promesa de atención, porque Virginia es hiperactiva y absorbente, ahora ayúdanos a subir las maletas porque hemos tomado por asalto tu alcoba, que es más grande y tiene baño interno, tu te pasas al cuarto de al lado pero te puedes seguir bañando ahí mismo, eso solo mientras estemos acá de visita, esto fue sugerido por nuestros padres”,
Resignadamente me tocó maldecir para mis adentros por esta expropiación inconsulta, pero es que José a sido el hijo preferido y porque ayuda económicamente a mis padres, así que subí las maletas al segundo piso donde estaba mi cuarto ya que mis padres duermen en el primer piso.
Esa noche me quedé estudiando en la sala para mis exámenes finales hasta tarde, cuando siento pasos en la escalera, era mi cuñada Virginia que baja, se sorprendió al verme, ya que solo tenia un piyama cortica, al fin pude ver sus macizas piernas, suavemente dijo,
- “ No sabias que estabas despierto, solo baje a tomar agua de la nevera, sigue estudiando”.
Pasó a mi lado y la pequeña falda solo apenas cubría sus nalgas, ahora si pude observar sus piernas torneadas con gruesos pero firmes muslos, pero lo mejor fue cuando abrió la nevera y se inclino para sacar una jarra pude ver su culo, ¡ No llevaba bragas!, Las grandes nalgas me impresionaron y la luz interior dejó ver entre sus piernas un mechón de vellos oscuros, solo fue un instante pero fue una visión gloriosa. Volvió hacia mí y se translucía a través de su pijama los pezones y una oscura mancha en su entrepierna, se colocó un dedo en al boca pidiéndome silencio y me susurró al oído,
- “No hables que de pronto alguien se despierta y me ven así vestida delante de ti”.
Al subir las escaleras volví a ver la parte inferior de sus nalgas y a medida que subía se veían más, yo me agaché para mejorar mi ángulo y observar mejor como se movían las carnosas masas de su trasero, al final de la escalera veía totalmente su culo, cuando en eso volteó y me sorprendió fisgoneándola, casi me muero del susto, hice que recogía un lápiz pero quedé pálido.
Al otro día mi hermano se bañó muy temprano y salió al trabajo, yo necesitaba usar la ducha por lo que con cierto temor y pena a las 8 a.m. toqué la puerta,
-“Adelante, Fernando no tienes necesidad de tocar la puerta entra nomás que es tu cuarto, además así no me despiertas, yo si duermo hasta muy tarde, oye, esta tarde me acompañas a unas compras, cuando regreses del colegio”.
Estaba arropada con una manta hasta la cintura, la pijama por su gran escote dejaba ver parte de sus senos hasta cerca de los pezones y estos por la tela se entreveían,
-“Ok. Lo que digas”.
Solo atiné a contestar y entré en el baño cerrando la puerta, la visión de las tetas me encendió, pero no me atreví a pajearme teniendo tan cerca de mi cuñada. Cuándo salí estaba dormida boca abajo y la manta se había corrido y la pijama se subió descubriendo ahora una parte de sus glúteos y la espalda, seguía sin interiores, pude ver una nalga blanca con suaves y cortos vellos oscuros sobre la blanca piel y entre la parte superior de la hendidura algo más largos, me detuve silenciosamente a su lado y acercando mi cara a la raja la observe detalladamente me dieron ganas de acariciarla o de lamerla, la piel tersa invitaba a tocarla, un leve movimiento de su pierna me llenó de pánico, se había despertado!.…, uf,… solo había sido un reflejo involuntario, pero la manta se deslizó y la raja quedó expuesta al recoger uno de sus gruesos muslos, ambas nalgas aparecieron, que belleza¡!.. había abierto la separación de su cola, el vello suave entre sus nalgas y al fondo el anillo carnoso y algo brotado de su ano, algo me impulsaba a tocarlo, pequeñas estrías se perdían en el rosado agujero, me pareció un siglo el mirar en detalle su hueco trasero y al fondo su suave maraña de vellos negros que cerraban el panorama,… mi inerme cuñada me daba todo un morboso espectáculo, quise quedarme, pero mas pudo mi temor a ser descubierto y silenciosamente salí para en mi cuarto donde pude pajearme a gusto.
Esa tarde salimos de compras, pensé que me iba a comentar algo de mi intento de ver su culo en las escaleras pero no me mencionó nada, iba muy linda en una falda a medio muslo sin medias y una blusa pegada a su cuerpo, entramos a varios centros comerciales, comimos helados, en realidad estuvimos como viejos amigos, luego insistí para subieramos a unos juegos mecánicos donde con la complicidad de los movimientos bruscos, mas de una vez toqué sus senos, incluso en un juego que era un tobogán sobre rieles por parejas, yo me coloqué en la parte de atrás y ella entre mis piernas, sentí sus duras nalgas contra mi polla y puse un brazo alrrededor de su cintura,
“Apriétame fuerte que me da miedo”, me dijo,
Cuando arrancamos mi mano cayó sobre su teta y ahí la deje, mi cuñada ni se inmutó, sentí su suave masa de carne en mi mano podía sentir el pezón con mis dedos y en cada giro se la apretaba, mi verga empujaba su trasero, cuando nos bajamos mi erección era evidente pero lo disimulé.
Llegamos a un sitio de juegos para niños que por la hora estaba solitario, donde quiso que subiéramos a un deslizador, ella inició su ascenso por la escalera y yo la seguí, sus nalgas empezaron a verse tan pronto subió las primeras escalas y su panty que estaba dentro de la raja de su culo generosamente me entregó la visión total de sus nalgas a solo 50 cm de mi cara, desde luego ella sabia lo que me mostraba, cuando subía cada peldaño sus piernas se habrían y los gruesos labios se notaban claramente, algunos vellos se escapaban por los lados, al llegar al final se lanzó y yo la seguí impactado por la visión. Luego caminamos toda la tarde y rendidos llegamos a la casa, no había nadie en esta aun, nos sentamos a mirar TV en la sala, mi cuñada se veía agotada por la caminada y se acostó en el sofá.
Me dice, “Fernandito, perdona tanta molestia pero como eres mi pequeño cuñadito te voy a pedir un masaje en las piernas porque estoy muerta, sube y en mi maleta hay crema para masajes con la que José me lo hace”,
Ni corto ni perezoso traje la crema, ella acostada en el sofá y yo me arrodillé a su lado, levantando un poco la falda mas arriba de medio muslo, comencé a sobar sus piernas gruesas y firmes, cerró sus ojos mientras que yo seguía subiendo mis manos sobre sus muslos pero solo hasta donde la falda levantada me lo permitía, yo quería ver sus bragas pero no me atrevía a subir mis manos, al rato me dice mi cuñada,
-” Bueno, somos cuñados y sé que puedo confiar en ti, me da algo de pena, pero necesito un buen masaje en toda la pierna, lo que pasa es que mi panty es pequeño y vas a ver mucho, nada del otro mundo pero algo diferente para ti que eres tan joven, espero que no te escandalices, pero creo que entre cuñados no debe haber pena y me parece que eres muy discreto y respetuoso, cierto? Me voy a subir la falda puedes mirar lo que quieras, pero masajeame solo hasta el comienzo de mis pantys”.
A lo que contesté “Tranquila, no te preocupes que soy la discreción en persona y además eres la esposa de mi hermano”.
Subió su falda totalmente hasta el ombligo y pude apreciar una abultada vulva, el pequeño panty semitransparente solo cubría una parte de la chocha y los pelos se abrían paso por los lados, tenia tiempo sin depilarse al lado de las piernas y en la línea del bikini y los vellos eran cortos pero gruesos, el Monte de Venus formaba un promontorio por la masa de pelo que contenía, nunca había visto tanto vello junto, la verdad es que mi experiencia era limitada, haber tocado en cine a dos de mis únicas novias, sus conchitas casi sin pelos, pero esto era otra cosa, esto que tenia enfrente era una verdadera cosota.
Tratando de no temblar y que no se notara mi erección, comencé a masajear los muslos subiendo mis manos hasta llegar a la frontera entre la piel y la zona velluda de la pierna, la piel de sus muslos era suave y la crema deslizaba mis manos, decidí subir hasta los vellos al lado de la pierna, froté con delicadeza y subí mis dedos por el pliegue entre la pierna y la vulva, ahí si estaban largos los pelos, llegué al llegar al borde de los pantys, tocando ya los pendejos negros que se salían del panty y escurrían entre mis dedos, me tomé mi tiempo en frotarlos, mi cuñada respiraba suavemente con los ojos cerrados, el abultado monte de Venus fue mi objetivo y pasé mis dedos temerosos a la propia vulva, me sentí atrevido e introduje mis dedos bajo sus bragas jugando con sus hebras, delicadamente las estiré, aparté sus bragas, apareció en toda su dimensión la más esplendorosa chucha que pudiera imaginar y toqué sus labios carnosos, Virginia abrió los ojos y miro mi mano juguetear sobre su Monte de Venus seguí masajeando su vulva y revisando los vellos, donde se inicia su abertura de su raja eran los más largos, luego ella con calma me quitó la mano de su chocho, miró a mi entrepierna, mi verga estaba a explotar, una mancha húmeda me delataba, me miró sonriendo,
“Te gusta lo que ves?, Puedes mirarla pero solo eso, recuerda que somos cuñados, ayer y hoy me conociste las nalgas, cierto?. Te gustaron? Me puedes ver cuanto quieras, pero hasta ahí, asi que…..”,
Cuando en esas el sonido de un coche nos alertó la llegada de mi hermano, apresuradamente Virginia bajo su falda, metió la crema debajo del sofá y me lanzó un cojín para tapar el bulto bajo mi cintura.
Cuando José abrió la puerta y entró, Virginia ya estaba en otra silla, besó a su mujer en la boca y me acarició en el pelo, diciendo,
-“Bueno Fernando, como les fue?, espero que hallas sido un buen compañero, de cómo te portes así será tu regalo de navidad”.
Virginia, se explayo en elogios por mi paciencia para acompañarla. José venia a buscar a Virginia para ir a cenar con otros ejecutivos del banco, ella se bañó y vistió muy linda con un traje ceñido a media pierna por lo que se le marcaban los pantys y mientras José se bañaba se lo comenté, me dijo,
- “Si me voy sin pantys, será que se me nota?, Me los voy a quitar y tu me dices.”
Levantándose el vestido se bajó lentamente la pequeña tanga, al fin pude ver su ingle descubierta con todo su pelambre, la gran mancha de pelos le daban un toque exótico a su vientre, y se bajó el vestido otra vez, los vellos presionaban haciéndose notar como un suave bulto,
Me dijo “ El sitio es una taberna a media luz así que ni cuenta se darán los amigos de José, es nuestro secreto, además después de cada salida José me los quita y me hace el amor, así que para que quiero esos calzones”.
Me entregó la tanguita. La olí, tenia olor a pecado. Se giró como desfilando y yo aproveché para darle una suave nalgada y le dije,
“Que suerte tiene mi hermano”, solo sonrió.
Cuando se fueron mi arrechera no daba espera, un pajazo en la cocina me calmó la fiebre.
Esperé a mis padres y cené con ellos, luego vi televisión y nos acostamos, en la madrugada sentí que llegó mi hermano, subió pesadamente la escalera, estaba medio ebrio, abrí algo la puerta de mi cuarto y vi que Virginia empujaba a José, salí en calzoncillos y la ayude a acostarlo en la cama, mi hermano por lo mareado ni cuenta se dio. Me quedé en la puerta y mi cuñada encendió una pequeña luz de la mesa y mirándome comenzó a desvestirse, se quitó el vestido, seguía sin pantys quedando solo en sostenes, con sus grandes nalgas a mi vista, llegó hasta la puerta y me dijo
-“ Voy a cumplir mis deberes conyugales, te acuestas o quieres ver?. Asentí con la cabeza,
“ Bueno hazlo en silencio, es para que veas como se hace”.
Medio cerró la puerta y comenzó a desvestir a mi hermano quien al sentir que le quitaban la ropa comenzó a reaccionar, cuando terminó de bajar sus calzoncillos, salió una verga mediana pero gruesa, estaba semiflacida, Virginia se subió a la cama y se introdujo en la boca la polla que empezó a endurecerse, yo podía ver claramente como se la chupaba ahora hasta el fondo por estar aguada, pero la verga de mi hermano se fue templando y ella la metió al fondo, mientras podía ver como levantaba las hermosas nalgas con su raja abierta, se puso en cuatro apuntando con su culo parado en mi dirección, podía ver sus labios peludos húmedos, el ojo único de su ano me miraba directamente, me lo estaba mostrando todo!!. . Al rato Virginia giró de forma que su vulva quedó sobre la boca de su marido cubriéndole la cara con sus amplias caderas, se sacó el brasier y quedó totalmente desnuda, sus pezones estaban paradísimos, luego se agachó y reinició una mamada espectacular, hacía un 69 en forma, mientras movía y frotaba su coño contra la cara de su esposo, siempre mirando a la puerta donde veía como yo la observaba actuar, me guiño un ojo, ya no pude mas y me saqué la picha y comencé a masturbarme y como mi hermano no podía verme por tener sepultada su cara entre la vulva de su mujer, abrí la puerta a la mitad para ver mejor y que Virginia viera mi paja, sobaba mi tranca parada que era tan o mas grande y gruesa que la que tenia entre sus labios, Virginia me miraba con ojos lujuriosos mientras yo ordeñaba mi polla, lamía el glande de mi hermano y lo introducía en la boca, aceleró las chupadas y en eso su marido comenzó a venirse….. La leche le saltó a la cara y abrió su boca para recibir las nuevas descargas, chorreaba semen por las mejillas, mi leche no aguantó mas y salió disparada cayendo en el piso ante el asombro de Virginia que seguía chupando, pero con una mano me hacia señales para que me fuera, mi mano goteaba la leche, cerré la puerta, tembloroso por la excitación y la demostración de mi cuñada me fui a mi cuarto, sorprendido hasta donde habíamos llegado, mi cuñada me había mostrado sus intimidades, le había acariciado sus vellos púbicos y me había demostrado lo que es una mamada profesional, solo dos días antes no me lo hubiera imaginado,….me dormí de un tirón. ….
Continuará..
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La vi cuando llegué del colegio, era parecida como la había visto en las fotos de su matrimonio, blanca, de unos 28 años, mediana estatura unos 1.65 mts diría yo, cara agradable con un par de ojos alegres y enmarcada con una cabellera negra hasta los hombros, pechos medianos a grandes, pero lo destacable eran sus nalgas, abundantes y paradas, el pantalón negro resaltaba su cola de infarto pero no me permitió analizar sus piernas, en fin era mi excepcional cuñada, tan mencionada por José mi hermano mayor desde su matrimonio hacia 5 años pero por vivir en otra ciudad yo no la conocía, ya que cuando mis padres viajaron a la boda yo por motivos de estudio y mi edad no fui, ahora se veía mas madura que en las fotos y más buena pensé yo, que a mis 17 años tenia las hormonas aceleradas.
-“Hola, así que este es Fernando, el nene de la casa”, dijo dirigiéndose a mí,
besando mis mejillas, aspiré su suave perfume,
José dijo, “Fernandito te va a acompañar y atender cuando yo no esté, así que mi amor devuélvele las atenciones lo mejor que puedas”
Ella dijo, “Menos mal que ya conseguí quien me acompañe, porque José con sus ocupaciones nunca tiene tiempo para mí, o también tu me vas a dejar sola?”.
Yo me puse a la orden puesto que estaba terminando el curso y en mí tiempo libre podía atenderla, ya que mi hermano que estaba en comisión de auditoria en nuestra ciudad para el banco donde trabaja estaba bastante ocupado, por lo que me dice,
- “Bueno hermanito no sabes en lo que te has metido con esa promesa de atención, porque Virginia es hiperactiva y absorbente, ahora ayúdanos a subir las maletas porque hemos tomado por asalto tu alcoba, que es más grande y tiene baño interno, tu te pasas al cuarto de al lado pero te puedes seguir bañando ahí mismo, eso solo mientras estemos acá de visita, esto fue sugerido por nuestros padres”,
Resignadamente me tocó maldecir para mis adentros por esta expropiación inconsulta, pero es que José a sido el hijo preferido y porque ayuda económicamente a mis padres, así que subí las maletas al segundo piso donde estaba mi cuarto ya que mis padres duermen en el primer piso.
Esa noche me quedé estudiando en la sala para mis exámenes finales hasta tarde, cuando siento pasos en la escalera, era mi cuñada Virginia que baja, se sorprendió al verme, ya que solo tenia un piyama cortica, al fin pude ver sus macizas piernas, suavemente dijo,
- “ No sabias que estabas despierto, solo baje a tomar agua de la nevera, sigue estudiando”.
Pasó a mi lado y la pequeña falda solo apenas cubría sus nalgas, ahora si pude observar sus piernas torneadas con gruesos pero firmes muslos, pero lo mejor fue cuando abrió la nevera y se inclino para sacar una jarra pude ver su culo, ¡ No llevaba bragas!, Las grandes nalgas me impresionaron y la luz interior dejó ver entre sus piernas un mechón de vellos oscuros, solo fue un instante pero fue una visión gloriosa. Volvió hacia mí y se translucía a través de su pijama los pezones y una oscura mancha en su entrepierna, se colocó un dedo en al boca pidiéndome silencio y me susurró al oído,
- “No hables que de pronto alguien se despierta y me ven así vestida delante de ti”.
Al subir las escaleras volví a ver la parte inferior de sus nalgas y a medida que subía se veían más, yo me agaché para mejorar mi ángulo y observar mejor como se movían las carnosas masas de su trasero, al final de la escalera veía totalmente su culo, cuando en eso volteó y me sorprendió fisgoneándola, casi me muero del susto, hice que recogía un lápiz pero quedé pálido.
Al otro día mi hermano se bañó muy temprano y salió al trabajo, yo necesitaba usar la ducha por lo que con cierto temor y pena a las 8 a.m. toqué la puerta,
-“Adelante, Fernando no tienes necesidad de tocar la puerta entra nomás que es tu cuarto, además así no me despiertas, yo si duermo hasta muy tarde, oye, esta tarde me acompañas a unas compras, cuando regreses del colegio”.
Estaba arropada con una manta hasta la cintura, la pijama por su gran escote dejaba ver parte de sus senos hasta cerca de los pezones y estos por la tela se entreveían,
-“Ok. Lo que digas”.
Solo atiné a contestar y entré en el baño cerrando la puerta, la visión de las tetas me encendió, pero no me atreví a pajearme teniendo tan cerca de mi cuñada. Cuándo salí estaba dormida boca abajo y la manta se había corrido y la pijama se subió descubriendo ahora una parte de sus glúteos y la espalda, seguía sin interiores, pude ver una nalga blanca con suaves y cortos vellos oscuros sobre la blanca piel y entre la parte superior de la hendidura algo más largos, me detuve silenciosamente a su lado y acercando mi cara a la raja la observe detalladamente me dieron ganas de acariciarla o de lamerla, la piel tersa invitaba a tocarla, un leve movimiento de su pierna me llenó de pánico, se había despertado!.…, uf,… solo había sido un reflejo involuntario, pero la manta se deslizó y la raja quedó expuesta al recoger uno de sus gruesos muslos, ambas nalgas aparecieron, que belleza¡!.. había abierto la separación de su cola, el vello suave entre sus nalgas y al fondo el anillo carnoso y algo brotado de su ano, algo me impulsaba a tocarlo, pequeñas estrías se perdían en el rosado agujero, me pareció un siglo el mirar en detalle su hueco trasero y al fondo su suave maraña de vellos negros que cerraban el panorama,… mi inerme cuñada me daba todo un morboso espectáculo, quise quedarme, pero mas pudo mi temor a ser descubierto y silenciosamente salí para en mi cuarto donde pude pajearme a gusto.
Esa tarde salimos de compras, pensé que me iba a comentar algo de mi intento de ver su culo en las escaleras pero no me mencionó nada, iba muy linda en una falda a medio muslo sin medias y una blusa pegada a su cuerpo, entramos a varios centros comerciales, comimos helados, en realidad estuvimos como viejos amigos, luego insistí para subieramos a unos juegos mecánicos donde con la complicidad de los movimientos bruscos, mas de una vez toqué sus senos, incluso en un juego que era un tobogán sobre rieles por parejas, yo me coloqué en la parte de atrás y ella entre mis piernas, sentí sus duras nalgas contra mi polla y puse un brazo alrrededor de su cintura,
“Apriétame fuerte que me da miedo”, me dijo,
Cuando arrancamos mi mano cayó sobre su teta y ahí la deje, mi cuñada ni se inmutó, sentí su suave masa de carne en mi mano podía sentir el pezón con mis dedos y en cada giro se la apretaba, mi verga empujaba su trasero, cuando nos bajamos mi erección era evidente pero lo disimulé.
Llegamos a un sitio de juegos para niños que por la hora estaba solitario, donde quiso que subiéramos a un deslizador, ella inició su ascenso por la escalera y yo la seguí, sus nalgas empezaron a verse tan pronto subió las primeras escalas y su panty que estaba dentro de la raja de su culo generosamente me entregó la visión total de sus nalgas a solo 50 cm de mi cara, desde luego ella sabia lo que me mostraba, cuando subía cada peldaño sus piernas se habrían y los gruesos labios se notaban claramente, algunos vellos se escapaban por los lados, al llegar al final se lanzó y yo la seguí impactado por la visión. Luego caminamos toda la tarde y rendidos llegamos a la casa, no había nadie en esta aun, nos sentamos a mirar TV en la sala, mi cuñada se veía agotada por la caminada y se acostó en el sofá.
Me dice, “Fernandito, perdona tanta molestia pero como eres mi pequeño cuñadito te voy a pedir un masaje en las piernas porque estoy muerta, sube y en mi maleta hay crema para masajes con la que José me lo hace”,
Ni corto ni perezoso traje la crema, ella acostada en el sofá y yo me arrodillé a su lado, levantando un poco la falda mas arriba de medio muslo, comencé a sobar sus piernas gruesas y firmes, cerró sus ojos mientras que yo seguía subiendo mis manos sobre sus muslos pero solo hasta donde la falda levantada me lo permitía, yo quería ver sus bragas pero no me atrevía a subir mis manos, al rato me dice mi cuñada,
-” Bueno, somos cuñados y sé que puedo confiar en ti, me da algo de pena, pero necesito un buen masaje en toda la pierna, lo que pasa es que mi panty es pequeño y vas a ver mucho, nada del otro mundo pero algo diferente para ti que eres tan joven, espero que no te escandalices, pero creo que entre cuñados no debe haber pena y me parece que eres muy discreto y respetuoso, cierto? Me voy a subir la falda puedes mirar lo que quieras, pero masajeame solo hasta el comienzo de mis pantys”.
A lo que contesté “Tranquila, no te preocupes que soy la discreción en persona y además eres la esposa de mi hermano”.
Subió su falda totalmente hasta el ombligo y pude apreciar una abultada vulva, el pequeño panty semitransparente solo cubría una parte de la chocha y los pelos se abrían paso por los lados, tenia tiempo sin depilarse al lado de las piernas y en la línea del bikini y los vellos eran cortos pero gruesos, el Monte de Venus formaba un promontorio por la masa de pelo que contenía, nunca había visto tanto vello junto, la verdad es que mi experiencia era limitada, haber tocado en cine a dos de mis únicas novias, sus conchitas casi sin pelos, pero esto era otra cosa, esto que tenia enfrente era una verdadera cosota.
Tratando de no temblar y que no se notara mi erección, comencé a masajear los muslos subiendo mis manos hasta llegar a la frontera entre la piel y la zona velluda de la pierna, la piel de sus muslos era suave y la crema deslizaba mis manos, decidí subir hasta los vellos al lado de la pierna, froté con delicadeza y subí mis dedos por el pliegue entre la pierna y la vulva, ahí si estaban largos los pelos, llegué al llegar al borde de los pantys, tocando ya los pendejos negros que se salían del panty y escurrían entre mis dedos, me tomé mi tiempo en frotarlos, mi cuñada respiraba suavemente con los ojos cerrados, el abultado monte de Venus fue mi objetivo y pasé mis dedos temerosos a la propia vulva, me sentí atrevido e introduje mis dedos bajo sus bragas jugando con sus hebras, delicadamente las estiré, aparté sus bragas, apareció en toda su dimensión la más esplendorosa chucha que pudiera imaginar y toqué sus labios carnosos, Virginia abrió los ojos y miro mi mano juguetear sobre su Monte de Venus seguí masajeando su vulva y revisando los vellos, donde se inicia su abertura de su raja eran los más largos, luego ella con calma me quitó la mano de su chocho, miró a mi entrepierna, mi verga estaba a explotar, una mancha húmeda me delataba, me miró sonriendo,
“Te gusta lo que ves?, Puedes mirarla pero solo eso, recuerda que somos cuñados, ayer y hoy me conociste las nalgas, cierto?. Te gustaron? Me puedes ver cuanto quieras, pero hasta ahí, asi que…..”,
Cuando en esas el sonido de un coche nos alertó la llegada de mi hermano, apresuradamente Virginia bajo su falda, metió la crema debajo del sofá y me lanzó un cojín para tapar el bulto bajo mi cintura.
Cuando José abrió la puerta y entró, Virginia ya estaba en otra silla, besó a su mujer en la boca y me acarició en el pelo, diciendo,
-“Bueno Fernando, como les fue?, espero que hallas sido un buen compañero, de cómo te portes así será tu regalo de navidad”.
Virginia, se explayo en elogios por mi paciencia para acompañarla. José venia a buscar a Virginia para ir a cenar con otros ejecutivos del banco, ella se bañó y vistió muy linda con un traje ceñido a media pierna por lo que se le marcaban los pantys y mientras José se bañaba se lo comenté, me dijo,
- “Si me voy sin pantys, será que se me nota?, Me los voy a quitar y tu me dices.”
Levantándose el vestido se bajó lentamente la pequeña tanga, al fin pude ver su ingle descubierta con todo su pelambre, la gran mancha de pelos le daban un toque exótico a su vientre, y se bajó el vestido otra vez, los vellos presionaban haciéndose notar como un suave bulto,
Me dijo “ El sitio es una taberna a media luz así que ni cuenta se darán los amigos de José, es nuestro secreto, además después de cada salida José me los quita y me hace el amor, así que para que quiero esos calzones”.
Me entregó la tanguita. La olí, tenia olor a pecado. Se giró como desfilando y yo aproveché para darle una suave nalgada y le dije,
“Que suerte tiene mi hermano”, solo sonrió.
Cuando se fueron mi arrechera no daba espera, un pajazo en la cocina me calmó la fiebre.
Esperé a mis padres y cené con ellos, luego vi televisión y nos acostamos, en la madrugada sentí que llegó mi hermano, subió pesadamente la escalera, estaba medio ebrio, abrí algo la puerta de mi cuarto y vi que Virginia empujaba a José, salí en calzoncillos y la ayude a acostarlo en la cama, mi hermano por lo mareado ni cuenta se dio. Me quedé en la puerta y mi cuñada encendió una pequeña luz de la mesa y mirándome comenzó a desvestirse, se quitó el vestido, seguía sin pantys quedando solo en sostenes, con sus grandes nalgas a mi vista, llegó hasta la puerta y me dijo
-“ Voy a cumplir mis deberes conyugales, te acuestas o quieres ver?. Asentí con la cabeza,
“ Bueno hazlo en silencio, es para que veas como se hace”.
Medio cerró la puerta y comenzó a desvestir a mi hermano quien al sentir que le quitaban la ropa comenzó a reaccionar, cuando terminó de bajar sus calzoncillos, salió una verga mediana pero gruesa, estaba semiflacida, Virginia se subió a la cama y se introdujo en la boca la polla que empezó a endurecerse, yo podía ver claramente como se la chupaba ahora hasta el fondo por estar aguada, pero la verga de mi hermano se fue templando y ella la metió al fondo, mientras podía ver como levantaba las hermosas nalgas con su raja abierta, se puso en cuatro apuntando con su culo parado en mi dirección, podía ver sus labios peludos húmedos, el ojo único de su ano me miraba directamente, me lo estaba mostrando todo!!. . Al rato Virginia giró de forma que su vulva quedó sobre la boca de su marido cubriéndole la cara con sus amplias caderas, se sacó el brasier y quedó totalmente desnuda, sus pezones estaban paradísimos, luego se agachó y reinició una mamada espectacular, hacía un 69 en forma, mientras movía y frotaba su coño contra la cara de su esposo, siempre mirando a la puerta donde veía como yo la observaba actuar, me guiño un ojo, ya no pude mas y me saqué la picha y comencé a masturbarme y como mi hermano no podía verme por tener sepultada su cara entre la vulva de su mujer, abrí la puerta a la mitad para ver mejor y que Virginia viera mi paja, sobaba mi tranca parada que era tan o mas grande y gruesa que la que tenia entre sus labios, Virginia me miraba con ojos lujuriosos mientras yo ordeñaba mi polla, lamía el glande de mi hermano y lo introducía en la boca, aceleró las chupadas y en eso su marido comenzó a venirse….. La leche le saltó a la cara y abrió su boca para recibir las nuevas descargas, chorreaba semen por las mejillas, mi leche no aguantó mas y salió disparada cayendo en el piso ante el asombro de Virginia que seguía chupando, pero con una mano me hacia señales para que me fuera, mi mano goteaba la leche, cerré la puerta, tembloroso por la excitación y la demostración de mi cuñada me fui a mi cuarto, sorprendido hasta donde habíamos llegado, mi cuñada me había mostrado sus intimidades, le había acariciado sus vellos púbicos y me había demostrado lo que es una mamada profesional, solo dos días antes no me lo hubiera imaginado,….me dormí de un tirón. ….
Continuará..
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