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Secret2

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pija
Mariano me contactó a través de mi perfil por Contactossex. En su perfil tenía algunas fotos de su cuerpo y era un chico marcado, lindo cuerpo. Un poco de vello en su pecho y abdomen. Fue sincero desde el primer momento: tenía cero experiencia y, aunque tenía mucha curiosidad, no sabía si se animaba a concretar y la situación le generaba demasiado nerviosismo y vergüenza: “mira si nos conocemos o tenemos amigos en común”. Aunque me parecía, y se lo dije, poco probable era un tema que lo preocupaba bastante. Después de hablar mucho y que yo me calentara muchísimo con él, le dije lo siguiente: “si tenes verguenza de que te conozca, hagamos lo siguiente: venis a mi depto, entras y subís solo, te cubris el rostro, te peteo y te vas. No me ves y no te veo”. No respondió y cuando pensé en que mi propuesta no había sido bien recibida me dijo “dale”. Mi siguiente mensaje fue “bueno, vos avisame” y al toque me dijo “salgo de la facultad y te aviso”. En la conversación previa me había contado que era de Pilar, pero entre semana se quedaba en un depto familiar en Barrio Norte porque estudiaba medicina acá en Capital. “Dale. Espero tu mensaje” le respondí y no hablamos más durante un rato. “Salí. ¿Cómo hacemos?” retomó la conversación Mariano y entonces le pasé mi dirección y le expliqué cómo hacíamos para que entrara y todo. Un rato más tarde me mandó otro mensaje diciendome que estaba por entrar a mi edificio. Yo ya estaba toda vestida y en la puerta de mi depto le había dejado un antifaz para proteger su identidad, que era lo que le preocupaba. Escuche que el ascensor se abrió en el pasillo, apoyaba una mochila en el piso y luego tímidamente empujó la puerta y dijo casi susurrando: “¿Moni?”. El depto estaba a media luz, Mariano estaba cubierto de los ojos con el antifaz y además se había tapado la cabeza con su remera. “Hola” le dije, mientras le empecé a tocar su pene por encima del ambo. Era tal la calentura que me parece que ya había entrado con la pija al palo. Me fui arodillando y lentamente le bajé el pantalón hasta que su pene quedó frente a mí y entonces empecé a chupárselo. Mientras lo hacía Mariano estaba de pie y contra la pared en mi living. Su torso desnudo y muy marcado me calentaba y hacía que le chupara su pene con más ganas. Además, era su primera vez y quería que tuviera una linda impresión. Tomé aire, preparándome para meterme su pene hasta el fondo de mi garganta y ni bien lo hice, él me tomó de la cabeza con sus dos manos para hacer que entrara aún más, ahogó un gemido y yo sentí como tu leche me ahogaba. Salió de mi garganta, se quedó de pie. Vulnerable. Yo me levanté y fui a buscar unas servilletas. "¿Moni? ¿En donde estas?” Me preguntó y yo me acerqué y empecé a límpiarlo. Luego le subí su boxer y después el pantalón. “Perdón, estaba muy caliente” me dijo y le dije que no pasaba nada. Lo acompañé a la puerta del depto, él seguía a ciegas, y cuando estaba en el pasillo cerré la puerta. Entonces se sacó la remera, el antifaz y se fue. Pasaron algunos días y volvió a escribirme. “¿Puedo pasar?” y le contesté que sí. Sus visitas comenzaron a ser semanales y poco a poco fuimos haciendo otras cosas con las que después yo también jugaba con otros machitos. A veces, en lugar de vendarse los ojos, ponía en la mesa un mantel largo y hasta el suelo, dejaba la notebook con una peli porno y yo lo esperaba bajo la mesa. Entonces él llegaba se sentaba en bolas y yo se la chupaba hasta que acababa. Teníamos ya confianza, entonces, me tragaba su lechita. Otras veces, lo esperaba en el baño totalmente a oscuras y me pegaba unas lindas cogidas de garganta. Incluso, hasta me armé un gloyhole (porque él había visto esos videos porno y quería experimentarlo) que claramente use con otros machos también. Algunas veces Mariano acababa, se la seguía chupando, se le volvía a parar y me regalaba un segundo lechazo. A medida que los encuentro iban avanzando, él se iba soltando más: se animaba a juguetear apoyandome la cola, nos besábamos y proponía cosas también; por ejemplo: ayudarlo a mear mientras él tenía los ojos vendados. Varias veces, mientras él estaba con los ojos vendados, lo acosté en mi cama y lo desnudé. Después de chupársela muy largo rato, me sentaba en su pene y, mientras lo besaba, lo cogía hasta hacerlo acabar. La imagen de Mariano entregado completamente al placer me calentaba. Tirado en la cama, desnudo, con sus labios y pene al aire, esperando por mi. Alguna vez me dijo de “vernos” pero me confesó que más allá de la vergüenza incial del primer encuentro, ahora el tema de estar a ciegas lo calentaba. “Me genera otras sensaciones” me decía. Nos encontramos a lo largo de un año, una vez por semana en promedio (a veces pasaba dos). Siempre sus mensajes empezaban con un “¿puedo pasar?” Y yo sabía que quería descargar. Nos funcionaba a amos la dinámica. Sin vueltas, con confianza y morbo. Nunca nos vimos las caras y duró hasta que Mariano se puso de novio

2 comentarios - Secret2

kpo79
excelente relato y a mariano ni se lo conocio muy bien💦👌😋👁💦👌😋