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Club sorpresa

Fui invitado por una compañera del trabajo donde laboramos en una prestigiosa Universidad. Según ella los chicos le dijeron que me podía invitar y que ellos me ayudaban con parte de lo que cuesta el servicio de placer. La mayoría son estudiantes que viven una vida sin control. La experiencia que voy a contarles sucedió recién en medio de las manifestaciones de protestas que vive el país. En nuestras funciones de trabajo tenemos contacto permanente con los estudiantes, tal vez por eso fuimos incluido en el supuesto club que fuimos invitados. Después de una reunión de café en una cafetería cerca de la Universidad estábamos reunido varios de los que hacen parte de estas actividades sexuales. Me contaron que a la media noche de ese día llegara a tal punto donde me recogerían para ir a un municipio cercano a la ciudad para disfrutar de placer oral de manera grupal. La idea es que entre ellos se postula cierta persona que es la encargada de darle placer a toda la manada del grupo hasta hacerlos tener un orgasmo y esta persona es compensada con dinero para solventar sus “necesidades” económicas. Me convencieron al darme más de la mitad de lo que costaba el “servicio” y la cuota de entrada al club. A pesar que me entusiasmé, dejé claro que no sería fácil salir de casa ya que estoy casado, me propusieron que eso no tardaría mucho tiempo fuera de casa, que de noche el tráfico fluía rápido. Decidí ir sabiendo que mi esposa una vez dormida no despierta sino hasta bien avanzada la madrugada. La idea era regresar a mi casa aproximadamente a las 3.00 de la mañana. Ese día hice todo lo acostumbrado para dormir; me bañé, me puse la pijama y nos acostamos a terminar de ver la telenovela que acostumbramos a ver. A las 10:45 era la hora que debía estar en la esquina cerca de mi casa allí estaría el carro esperándome. A las 10:30 pm ya estaba mi esposa dormida, tenía la ropa que iba a ponerme en mi maleta de ir al trabajo, la tomé, me puse los zapatos y salí sigilosamente. Al salir divisé el vehículo, me hicieron señal que entrara y así salimos directamente al lugar del encuentro.
Empecé a cambiarme la camiseta, pero ellos me dijeron que no era necesario, que allá lo único que me iban a bajar era los pantalones e interiores, así que no me molestara. Compartimos en el camino una cerveza. Llegamos pronto a una casa antigua como abandonada que contenía varias habitaciones con pocas cosas dentro. En ese momento me pidieron completar lo del pago y ahí estaba en la casa algunas personas y la chica que sería hoy la que recibiría una cuantiosa suma. En total estábamos 12 personas, todos reconocidos y sin sorpresa alguna. Recogieron el dinero y lo depositaron en el bolso de la chica que iba a complacernos hoy. Curiosamente pensé que todos recibirían sexo oral por parte de ella. Luego me explicaron que hay otra cuota solo por ver. Así seriamos 6 personas que nos darían el plato fuerte y los otros 5 harían el papel de observadores. La chica empezó a quitarse parte de la ropa de manera sexy, nos fue ubicando a manera de semicírculo. Al desprenderse de su camiseta, descubrí un tatuaje en su espalda, pero también nos causó curiosidad que no se depilaba las axilas, era una chica muy atractiva pero el vello en sus axilas hacía ver un estereotipo totalmente diferente al común. Quedó tan solo con una delgada tanga negra que encajaba con su tatuaje. Mientras se desnudaba nos bajaba los pantalones y nos tocaba por encima de nuestros interiores. Hay que resaltar que entre los 6 en el semicírculo había 2 chicas. Eso generaba aún más morbo por descubrir sus zonas íntimas.
Una vez desnuda, pasaba su boca por cada uno de nosotros. Al parecer todo este ritual hacía parte del código del club. Empezó con ayuda de sus dientes a bajar nuestra ropa interior dejándonos ver a los chicos nuestra erección. Tenía un gran trabajo, 6 orgasmos no era tarea fácil y mucho más sin ayuda, tan solo con el uso de su boca. Mi erección estaba a reventar, me causó aún más placer saber que los que nos observaban empezaron a bajarse la ropa y mientras disfrutaban de nosotros, ellos se masturbaban. Mientras la chica estaba lamiendo la vagina de su compañera, quería tocarme y acabar pronto, pero me controlaba esperando mi turno de sentir su lengua en verga y ese sueño de llenarle toda la boca de leche. Pero la idea era prolongar ese placer y deseo, porque cuando creía que iba a eyacular, ella sacaba su boca y continuaba con el próximo… Continuará SEGUNDA PARTE

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