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Los inicios del amor tribal II

Cuando me desperté en la mañana siguiente, se me había hecho un poco tarde, la sesión de chat con Kili y la magnifica faena de sexo oral con Esteban habían ocasionado que me durmiera un poco más tarde de lo normal, así que no escuché el despertador y cuando desperté ya iba media hora tarde para el trabajo. Esteban aún dormía a mi lado, decidí no despertarlo ya que sabía que le esperaba un día complicado en la oficina y agradecería cinco minutos más de sueño.




 Me di una ducha rápida y me lavé el pelo, gracias al cielo no tuve que rasurar nada (no hubiera tenido el tiempo y desde siempre he odiado el pelo en partes indeseadas) ya que hace algún tiempo me hice la depilación total con láser y el tratamiento fue lo efectivo que esperaba, toda mi piel está siempre lisa y tersa y ningún rincón de mi cuerpo tiene ningún vello fuera de lugar.




 Me coloqué un poco de perfume y salí a vestirme al cuarto envuelta en la toalla. Mientras buscaba que ponerme traté de hacer el menor ruido posible para no despertar a Esteban. Me coloqué un sostén negro totalmente liso súper bajito que escasamente cubría mis pezones (siempre me ha gustado la ropa interior sensual) y un hilo dental que por detrás se perdía entre mis suculentas nalgas y por delante cubría lo justo. Cuando me había terminado de colocar la última de mis medias de seda tipo liguero, hasta el muslo, Esteban se despertó y su mirada picara se clavó en mi cuerpo.




-          ¡Guaaaaaau nena, siempre es un placer verte en las mañanas, estas buenísima!
-          Gracias por el cumplido corazón.
-          No más al verte ahí vistiéndote, mira como me pusiste…




 Mientras me abotonaba la blusa de satín azul, Esteban se quitó la sábana de encima mostrándome su delicioso pene totalmente empalmado, estaba allí mostrándose descaradamente erecto como un animal ansioso en aquella fría mañana de viernes.


Los inicios del amor tribal II

-          Mi amor, tápate que es una tentación muy grande y voy muy tarde, no tengo tiempo.
-          Ven, hagamos un rapidito, te prometo que no nos demoramos nada.
-          Te prometo que en la noche cuando regrese del trabajo hacemos lo que quieras, pero ahora no puedo corazón, no es que no quiera, no puedo,   tengo una junta en media hora.




Mientras me colocaba la minifalda, con el rabillo del ojo, observaba como esteban acariciaba su monumental pija lentamente, sensualmente, induciéndome a abalanzarme sobre ella… y ganas no me faltaban, pero esa maldita junta era importante y no podía llegar tarde.
anal



 Fui al baño a lavarme los dientes y a maquillarme. Me acerqué al espejo a colocarme un poco de sombras en los párpados y al inclinarme por simple cuestión de balance levanté mi trasero un poco. En ese preciso momento, sentí como Esteban colocaba su portentosa verga contra mis nalgas, al mismo tiempo que con sus manos aprisionaba mis senos con firmeza.


oral

-          Que tetas tan ricas tienes Amanda, sabes que me ponen muy duro, ¿lo sientes?
-          Sabes que tienes la polla más deliciosa del mundo, la adoro, me trae loca, pero me tengo que ir a trabaja.
-          Un rapidín y ya, te prometo que no nos demoramos mucho…
-          Mmmm, ¿Me lo prometes?
-          Si, te juro que me vengo rápido.
-          Bueno, pero dame duro para que nos corramos rápido, te lo juro, no puedo llegar tarde a esa junta…
-          ¡Tus deseos son órdenes mi vida!




Mientras nos besábamos con lujuria, Esteban desabotonó mi blusa y me bajó el sostén dejando mis grandes tetas totalmente libres, las tomó con firmeza y apretó mis pezones. Yo descargué todo el peso de mi torso hacia adelante, para que mis nalgas aprisionaran la verga de Esteban. Me subí la minifalda hasta la cintura y con una de mis manos, tomé la hebra de mi hilo dental que se perdía entre mis nalgas y la corrí hacia un lado para liberar mi sexo y mi culo dejándolos prestos para la acción. Con mis manos separé totalmente mis nalgas exhibiéndole mi ano ansioso a mi amante.
trio

-          ¡No te vengas con niñerías puto, métemela en el culo, si me vas a hacer llegar tarde al trabajo, por lo menos que valga la pena!
-          ¡Estoy muy duro, te la voy a encajar toda!
-          ¡Si mi vida métemela toda, lo deseo!




Esteban dejó caer un suculento hilo de saliva que acertadamente cayó en mi culo humedeciéndome el ano, yo seguí su ejemplo, escupí en mi mano y esparcí la saliva sobre mi agujero anal que esperaba ser poseído brutalmente.




-          ¡Listo puto, estoy lista, sodomízame como sólo tú sabes hacerlo!
-          ¡Te voy a dar muy duro Amanda!
-          ¡Dámela toda y dame duro porque te prometo que si no me haces venir en dos minutos y tú no te vienes en cinco, me largo a mi reunión y te dejo iniciado!




Esteban rozó su glande magnífico contra mi concha húmeda para recoger algo de mis fluidos y facilitar así la penetración, luego colocó la cabeza de su verga contra mi ano y poco a poco empezó a empujar, mientras tanto con mis manos, separaba mis nalgas para facilitar la entrada del pene enardecido de mi amante a mi culo excitado. 


El glande magnífico de mi hombre no demoró en entrar, total, Esteban me había dado tanto por el culo que mi esfínter ya se había acostumbrado a su gran tamaño. Mi hombre siguió empujando delicadamente hasta que 27 centímetros de polla se clavaron totalmente en mi cuerpo, luego empezó a sacarla lentamente para que mi culo se fuera acostumbrando a sus envestidas. 


lesbicoPoco a poco la velocidad de penetración fue aumentando y el torso de mi amante al estrellarse con mis nalgas producía unos deliciosos sonidos de contacto piel con piel que me excitaban aún más. Mientras que con una de mis manos me separaba las nalgas para facilitar las envestidas con la otra acariciaba y retorcía mis pezones que erectos reclamaban mis mimos. Esteban me penetraba analmente a buena velocidad y mi culo se sentía lleno con su inmensa polla.




-          ¡Ahhhhh, me siento llena con tu deliciosa verga, la siento en el estómago, que rico!
-          ¡Siiiiii mi nena, tu culo es tan estrecho que me encanta!
-          Dame más duro nene ¡rómpeme el culo, lo deseo, dame verga que me quiero venir como una golfa!
-          ¡Te la tengo toda adentro, que delicia!
-          ¡Ahhhhh, si, adoro el sexo anal, es como una droga, soy adicta!, ¡dame duro, dame duro!


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Esteban empezó a penetrarme como poseído, la velocidad de sus penetraciones era frenética y cada vez las sentía más adentro, su deliciosa verga relajaba todos mis músculos anales estimulando mi punto G, una ola de calor se concentró en mi coño, llegando como un corrientazo a mi clítoris. Mis tetas se colocaron duras, mis pezones firmes y gotas de pasión empezaron a caer de mi coño, no habían pasado ni dos minutos de deliciosas y brutales embestidas y un poderoso multiorgasmo ya empezaba a gestarse en mí. Esteban bufaba como un toro, sonidos que se confundían con mis gritos de placer. Esteban me propinó una deliciosa palmada en mi nalga derecha, luego otra en la izquierda, slap, slap!




-          ¡Ahhhhh, si ahhhhhh, me viene un orgasmo por el culo, dame duro, siiii, rómpeme el culo con tu pija, lo quiero!
-          ¡Siiii, que culo tan rico, quiero que te vengas duro para mí, toma verga nena, métetela toda!
-          ¡Ahhh, no pares, pégame en el culo, déjame rojas las nalgas, que no me pueda sentar hoy!
Los inicios del amor tribal II



Esteban, me embestía sin piedad, toda su tranca me entraba hasta el fondo de mi esfínter anal, al mismo tiempo, me cacheteaba las nalgas sin clemencia aumentando mi placer exponencialmente. De un momento a otro mi cuerpo se vio lleno de un temblor repentino, un shock eléctrico recorrió mi médula y llegó a mi punto G, mi ano empezó a sentir temblores intensos y mi vagina empezó a contraerse y dilatarse rítmicamente, un fuerte chorro de fluidos, salió de  mi concha y fue a estrellarse contra el cuerpo de Esteban.
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-          ¡Ahhhhhh, puto, me hiciste correr con un squirting, me viene Ahhhhh, no pares, sígueme dando, sígueme dando, más duro, si, más duro,  reviéntame por dentro puto, más quiero más dale como un macho a tu hembra Ahhhhh!
-          ¡Toma puta, toma, te viniste en dos minutos, eres una zorra!




Un multiorgasmo de antología invadió cada rincón de mi cuerpo. Esteban continuaba clavándome su tranca sin clemencia alguna, mientras mi coño arrojaba chorros de líquido con una potencia demente. Un orgasmo anal me saturó el culo de placer y uno clitorideo hizo lo mismo con mi concha, gritaba como una total posesa. Esteban totalmente excitado por mi húmedo orgasmo, continuó penetrándome analmente sin restricciones, no paraba de clavármela y yo no paraba de eyacular, sentía que las tetas, el culo y la concha me iban a explotar, todos al tiempo.
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-          ¡Ahhhhh Amanda, ahora me vengo yo, me corro, me corro!
-          ¡Siii, sácamela y vente en la entrada de mi culo, quiero los chorros de leche sobre mi ano, dámelos ahí!
-          ¡Viene amor, viene!


Esteban sacó su verga de mi culo colocando su glande a la entrada, con mis manos separe mis nalgas he hice movimientos de dilatación con mi esfínter anal para inducir a mi amante a que me eyaculara en ese delicioso lugar. Esteban comenzó a masturbarse a las puertas de mi ano y luego de un par de segundos su semen caliente empezó a emanar a borbotones, estrellándose los chorros de leche fresca en la entrada de mi ano, la esperma sin mucho esfuerzo saturó la entrada de mi esfínter anal con su dulce elixir, otros chorros de leche cayeron en mis nalgas y el copioso semen empezó a escurrir desde mi ano hasta mi almeja. Esteban bramaba como toro enardecido mientras sendos chorros de esperma llenaban todo mi culo de leche.
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-          ¡Ahhhhh si, córrete en mi culo mi vida, quiero que me manches toda de leche!
-          ¡Siiiiii, que rico es correrme en la entrada de tu culo y verte escurrir leche!
-          ¡Si mi vida córrete rico para mí que yo ya me vine para ti!
-          ¡Toma leche nena, toma leche fresca!
-          ¡Dámela toda nene, no dejes si una gota, siiii!




Cuando Esteban terminó de eyacular el piso del baño estaba lleno de leche y de mis fluidos vaginales. De mi culo y de mi concha emanaban ríos de semen fresco. Con una de mis manos limpié algo de esperma de mi ano y lo bebí con gusto, el resto lo esparcí seductoramente sobre mis tetas.


-          Si mi vida, quiero llevarme algo de tu leche conmigo al trabajo…para acordarme de ti...




Lentamente, nos dimos un beso de amantes satisfechos. Esteban entró a bañarse y yo salí hacia el trabajo, no pude reponerme de sendos orgasmos como yo hubiera querido pues ya iba demasiado tarde, así que solo tuve tiempo para limpiarme afanosamente el semen de mi cuerpo, volverme a acomodar la ropa y salir a prisa para la reunión. Llegué tarde a la junta, pero evidentemente valió la pena.




Luego de la aburrida reunión, fui a mi oficina y la cerré con seguro pues quería ver las fotos que ya me debería haber mandado Kili y que deberían estar en mi buzón de entrada.




Evidentemente había un correo de Kili Sanint que se llamaba: “fotos picaras para mis futuros amantes”. Tan sólo al leer dicho enunciado mi sexo empezó a humedecerse y mi corazón a palpitar a mil por hora. No había texto en el correo, sólo había tres archivos adjuntos. Apresuradamente abrí el primero.




No podía creer lo que estaba viendo, en la primera foto, mi exuberante diosa de piel canela se exhibía usando un bikini descaradamente pequeño. Al ver el cuerpo de infarto de aquella mujer fatal sólo pude tragar saliva. 


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Su piel morena era como la de una muñeca de porcelana perfecta, abdomen totalmente plano y su mirada lanzaba chispas de lujuria. La empecé a detallar de abajo hacia arriba lentamente. Tenía una micro tanga verde que escasamente tapaba la rajita de su concha, al imaginarme su coño mis muslos se tensaron y mis pezones se colocaron erectos inmediatamente.




 Poco a poco fui subiendo hasta encontrarme con el par te tetas más deliciosos que había visto en la vida, hubiera deseado que no tuviera sostén, pero igual, así lo tuviera, sus senos se mostraban con una majestuosidad plena. 


infidelidad consentidaTetas enormes y súper paradas, perfectamente redondas; no podía creer que fueran naturales, sin duda maravillas de su raza morena. Se notaba que cuando se tomó la foto estaba excitada pues sus pezones se marcaban descaradamente sobre la tela del sostén. Me imaginé el tenerla en frente para poderle devorar las tetas sin restricción quería chuparlas, morderle sus pezones, escupirlas, apretarlas, acariciarlas, palmotearlas; nunca me había comido unas tetas en mi vida y quería que esos suculentos melones fueran mi puerta de entrada al mundo lésbico.


Los inicios del amor tribal II

Si la primera foto me mojó, la segunda me obligó a empezar a consentirme mi sexo. Kili estaba en la misma pose de la foto anterior, con sus muslos un tanto separados y su espalda erguida, pero en esta ocasión,  aquella mujer perfecta estaba totalmente desnuda. Sus piernas separadas, dejaban ver un delicioso coño totalmente depilado de labios menores carnosos y clítoris expectante, no pude contenerme y empecé a desabotonar mi blusa para dejar mis tetas libres, lo necesitaban, inmediatamente empecé a jugar con mis pezones. Por primera vez pude ver en su total magnificencia las tetas de Kili.
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 Firmes, tersas, grandiosas, con unos delicados pezones que las coronaban deliciosamente, me llamó mucho ver ese contraste de tonos de piel en sus senos, tetas canela y pezones hermosos, me cautivó y me humedeció aún más; entonces recordé que me había comentado que su padre era un hombre de color y su madre una rubia Holandesa, entendí como esa mezcal de razas se sublimaba en sus portentosas tetas.


Apresuradamente descargué la tercera foto, para ese momento ya tenía dos dedos en mi almeja y estaba lamiendo mis pezones. Esta foto hizo que todos mis sentimientos lésbicos afloraran sin restricción. Kili se encontraba de espaldas en cuatro, con su torso recostado contra el suelo y todo su monumental trasero parado en pompa hacia la cámara, con sus manos separaba sus deliciosas nalgas, exhibiendo sin tapujos su almeja en forma de orquídea salvaje y su delicioso agujero anal. 
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Recordé entonces que la noche anterior me había confesado que le encantaba que le comieran el culito, entonces me acerque a la pantalla del computador, saqué mi lengua y empecé a moverla frenéticamente sobre su agujero anal, no importaba que fuera el yo virtual de Kili, creía en las conexiones energéticas y sabía que estuviera donde estuviera ahora iba a sentir mis caricias orales sobre su ano. Ahhhhh, puta, no sabes los besos negros tan ricos que te voy a regalar, pensé para mi misma.




Estaba demasiado caliente, tenía que desahogar un poco de energía, así que pensé en complementar las fotos que ayer nos habíamos tomado con Esteban con otras mías, tal cual me encontraba ahora, en ropa de trabajo.




Coloqué la cámara en una repisa de la biblioteca justo al frente de mi escritorio, cuya altura era perfecta para tomar unas buenas instantáneas. Coloqué la cámara en automático, lo cual me daba 15 segundos para cuadral sensualmente la pose de la fotografía.




En la primera foto me quité el hilo dental y me subí la mini hasta la cintura. Me subí sobre el escritorio y me coloqué de rodillas sobre él separando mis piernas. Enderecé mi torso para que las tetas se me vieran súper paradas, con mis pezones erectos apuntando al cielo, ejercí un poco de presión con mis brazos extendidos sobre mis senos juntándolos y con dos dedos me separé mis labios menores exhibiendo mi clítoris, dejé caer un poco de mi cabello castaño sobre mi rostro y me coloqué las gafas de leer en el computador para darle un toque sexy intelectualoide a la foto.




En la segunda foto me coloqué  de espaldas, girando un poco mi torso para que no sólo se viera mi culo, sino que mis tetas también se vieran de perfil. Con mis manos separé mis nalgas mostrando los labios de mi almeja y haciendo énfasis en mi esfínter anal, quería que Kili se diera cuenta que mi culito estaba listo a ser devorado por ella.
En la tercera foto me coloqué en cuclillas sobre el tapete y tomé una foto desde el piso hacia arriba, un zoom delicioso a mi coño y al fondo un poco distorsionadas mis enormes tetas prestas a la acción.




Le escribí un correo a Kili contándole todo lo que me habían calentado sus fotos, diciéndole que no veía el momento en que estuviéramos juntos, y que en compensación a su esfuerzo y a sus eróticas fotos, adjuntaba también algunas instantáneas de una faena de sexo oral con Esteban y otras más exclusivamente mías, para que viera en detalle como era mi cuerpo, el cual estaba desde ya a su plena disposición.




El resto de la tarde no pude concentrarme, cada dos minutos buscaba en mi correo la respuesta de Kili, pero ésta no llegaba. Finalmente a eso de las cinco de la tarde llegó un correo de mi diosa canela con un video adjunto, el correo decía:




“Nunca nadie me había regalado unas fotos tan calientes. Las vi una y otra vez, masturbándome mil veces. Eres una mujer de ensueño Amanda, no veo la hora de devorar tus deliciosas tetas y de comerme tu exquisito coño y tu culito. La pija de tu hombre es increíble, sueño con el día en que la devoremos entera entre tu y yo, que te regale unos buenos chorros de leche a ti y otros a mi…estoy tan ansiosa, no veo la hora de que estemos juntos…para la muestra un botón, por favor, ver el video adjunto”.


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Inmediatamente la temperatura subió un par de grados, mi corazón empezó a galopar y mi sexo a exigir mis mimos. Recliné mi silla y abrí mis piernas de par en par colocándolas sobre los brazos de la silla, corrí mi tanguita e inmediatamente y sin esfuerzo, dos dedos entraron a mi concha, como pude le di reproducir al video.




La primera imagen era la habitación de Kili, la cámara se encontraba muy cerca de su cama, entonces podía imaginarme el show que estaba a punto de observar. A los pocos segundos entró en escena Kili, tenía puesto el conjunto descarado de color verde conque se tomó la primera foto, se recogió su largo cabello negro en una coleta y se colocó al frente de la cámara de rodillas sobre el colchón, lentamente empezó a acariciar sus muslos y con cadencia y extrema lujuria subió hasta que sus manos se posaron sobre sus suculentas tetas.


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“Bueno mis amores, me dejaron súper caliente con esas fotos tan deliciosas que me mandaron, así que yo no podía quedarme atrás. Con este video quiero mostrarles como me los comería a ambos…espero les guste mi forma de amar, porque la verdad es un poco…extrema, adoro el sexo, dar y recibir placer…”




“Amanda, esas tetas tuyas son de antología, espero te hubieran gustado las mías…”
Kili desanudó su sostén quedando sus monumentales senos exhibidos ante la cámara, lentamente los aprisionó con sus manos y empezó a jalar sus hermosos pezones rosados. Yo hice lo mismo con los míos, los liberé del sostén, los apreté con firmeza y los acerqué a mi boca para lamerlos con frenesí, estaba muy excitada.




“Nena, ¿te gustaron mis tetas?, pues están ahí para ti, para que me las comas cuando quieras, no importa ni cuando ni donde, si me lo pides, me las sacaría y te las ofrecería sin tapujos, para que me las chupes, si como chupas verga chupas tetas, me harías correr de una. ¡Ten… toma mi nena, chúpame las tetas, cómete mis pezones, escúpelos y muérdelos!, ¡ Ahhhhh, si, lo puedo sentir, así me gusta, que los muerdas hasta arrancarlos, que rico me comes las tetas, apriétalas con tus manos y si, regálame sonoras cachetadas en ellas, me gusta que me peguen en las tetas mientras me las comen! Chúpame mi nena, chúpame mucho…”




Mientras Kili hablaba, hacía lo que describía, así que observé como mi diosa canela se apretaba las tetas, succionaba y mordía sus propios pezones y se palmoteaba los senos. Mis dedos entraban y salían velozmente de mi concha, estaba atónita con el video, no podía esperar a comerme esas deliciosas tetas en persona, no podía esperar más…




“Y sabes qué nena, luego de una buena comida de tetas, quiero que bajes y me comas el coño, sé que nunca has devorado uno, pero sólo con verte se sabe que eres una maestra come concha. ¡Ahhh si, cómete mi cuquita, yo me sentaría sobre tu cara y me abriría la concha tal y como lo estoy haciendo en este momento para que me devoraras todo el coño!, ¡Siiii, succiona mis labios y con tu lengua tortura mi clítoris, mira lo duro que esta, siente lo mojado de mi concha!, ¡Cómetela toda sin restricción, mi conejito es tuyo, chúpame mucho, si méteme dos dedos y sigue chupando!”




Kili se acercó a la cámara, corrió su tanguita y al mismo tiempo que decía lo anterior, con la cámara hacía un zoom a su almeja, separando sus labios y mostrándome su clítoris ardiente, estaba erecto listo par la acción, sus labios carnosos se confundían con sus dedos y su humedad era evidente. Yo estaba en el paraíso, me imaginaba comiéndome ese delicioso coño, Kili sentada sobre mi rostro era algo que debería ser muy bueno para ser cierto, pero sabía que ese sueño, pronto se haría realidad.


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“Y tu…Esteban te habías demorado en aparecer, si ven nene, pon esa deliciosa pija entre mis tetas que mientras Amanda me come el coño con locura, yo te haré gozar con mis tetas…¡si, así que rico se siente tener esa enorme pija entre mis senos!, ¿notas lo duros que están, ves como se hinchan mis pezones?, es por tu verga caliente entre mis tetas, déjame masturbarte con ellas, déjame te hago una deliciosa rusa, lo deseo. ¡Ahhhh, si así, que rico, pégame vergazos en las tetas, no pienses, hazlo, todo mi cuerpo es para que lo utilices como plazcas!”




Mi diosa canela sacó un juguete en forma de verga, era bastante grande, la réplica de una polla deliciosa, lo escupió y lo colocó entre sus suculentas tetas, apretándola con ellas, lo movía de arriba a bajo entre sus senos y de vez en cuando se pegaba en las tetas con el falo artificial. Saqué mis dedos de la concha y metí dos en mi ano, con una de mis manos me separaba las nalgas y con la otra me satisfacía analmente, Kili era súper juguetona en la cama y eso me encantaba.




Kili se colocó de perfil en cuatro, ahora con una de sus manos separaba sus suculentas nalgas y con la otra sostenía la verga artificial mientras la mamaba con cadencia. Propinaba largos lametazos desde la base de los huevos hasta el glande, una vez allí jugaba con su lengua sobre el hongo artificial y poco a poco la iba engullendo toda, succionaba con cadencia y de vez en cuando se propinaba sonoras palmadas en sus nalgas. Yo no podía quedarme atrás e hice lo mismo, cachetee mi culo.


Los inicios del amor tribal II

“Ahhhh mis amores, me pongo en cuatro para que todos podamos gozar. Así en cuatro, me abro las nalgas y te ofrezco mi culo Amanda para que me regales un beso negro de antología, sabes que me encanta que me coman el culito y quiero que tú me lo lamas y me lo chupes sin restricción. Y así en cuatro también puedo hacerte gozar a ti Esteban, comiéndome tu deliciosa verga como posesa, me encanta mamar polla, sentir como me clavan una buena pija hasta la garganta es lo mejor, lo adoro, idolatro las pollas grandes y la tuya es monumental Esteban, te voy a dar mucho placer oral. ¡Si, así Amanda, pégame en el culo mientras me lo comes, me encanta que me den palmadas en mis suculentas nalgas mientras me hacen disfrutar de un buen beso negro, Siiii, pégame en el culo!”




Aunque sabía que estaba en la oficina no podía contener mis gemidos. Ese video era el video más erótico que jamás había visto en mi vida, mi concha empezaba a emanar jugos y mis senos estaban como rocas, mientras me penetraba analmente, con la otra mano acariciaba mi clítoris. Mi corazón latía a toda velocidad y mi cuerpo se estremecía deliciosamente.




Kili colocó el falo sobre la cama y poco a poco se sentó sobre él introduciéndolo en su vagina. Sus rodillas apoyadas sobre el colchón le servían como punto de balance para empezar a cabalgar ese monumental pene artificial. El cuerpo de mi morena, empezó a subir y a bajar rítmicamente sobre el dildo, primero a una velocidad moderada y luego fue incrementando las penetraciones hasta hacerse a la velocidad del rayo.




“Ahhhh si, déjame montarte puto, clávame la verga en la concha quiero ser penetrada sin restricción. ¡Siiiii, así, dame verga rica, lléname la concha con tu pija! Y tu Amanda, ven, ponte de pie y ponme tu concha en la cara, te la quiero chupar toda. ¡Si, ahhhh, estoy feliz, plena, soy una zorrita ninfómana! ¿Qué puedo hacer? me encanta que me den pija y comer concha, hacerlo al mismo tiempo es lo mejor, ¡que rico es ser bisexual!, ¡si estoy muy arrecha, clávamelo en el culo Esteban, ¡por favor, te lo ruego!
Estaba a punto de venirme, mi concha pulsaba cíclicamente y mi culito se estrechaba y se dilataba en total sincronía con mi concha. No podía creer que aquella nena totalmente sexual del video, iba a ser mía muy pronto, el pensar que en un par de días, de horas quizás, iba a poder estar con ella, hacía que la adrenalina fluyera por todo mi cuero.




Mi nena canela, se colocó en cuatro exhibiendo su suculento trasero a la cámara, y sin pensarlo dos veces, se metió ese portentoso pene artificial en su culo, éste no puso restricción y en un par de envestidas ya lo tenía clavado hasta la empuñadura. Kili con una mano se penetraba analmente, mientras que con la otra jugaba con su clítoris masajeándolo en movimientos circulares.


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“Si, nuevamente en cuatro para hacer un delicioso 69 contigo, en el cual chupas mi concha y yo chupo la tuya, mi cuquita abierta para ti y mi culo abierto para recibir la verga de Esteban. ¡Adoro el sexo anal, me encanta que me enculen como a una puta!, ¡Siiii, ven Esteban destrózame el culo, dame duro que ve quiero venir!, amo el sexo anal, me gusta que me den por el culo, mi culo goza y yo gozo. Puta, chúpame la concha que me vengo, ¡Siiiii, me vengo voy a hacer tu fantasía realidad, ya lo vas a ver! Y tu Esteban ¡sígueme dando duro, no pares, dame pija por el culo, la quiero, lléname con tu verga, me corro, me corro!”




En ese preciso momento, Kili se vino con un squirting brutal, no podía creer lo que estaba viendo, verdaderamente iba a hacer todas mis fantasías realidad, me iba a regalar sendas eyaculaciones femeninas en todo mi cuerpo como siempre lo había soñado…Yo no pude contener más mi orgasmo y de la misma manera ve viene salvajemente. Chorros poderosos salían de mi concha empapando el escritorio, el computador, el tapete. Tuve que morderme los labios para no gritar como posesa y que mis compañeros se dieran cuenta de lo que en realidad hacía en mis horas de oficina.




“Ahhhh, si, que rico me hicieron venir mis amores…ves Amanda yo puedo hacer todas tus fantasías realidad y eyacularte toda, yo también me vengo como tu en chorros…¿Qué deli no?, te prometo que me vendría sobre tus tetas mojándote toda, sólo si tu me prometes que harías lo mismo conmigo…pero aquí hay alguien que no se ha venido aún, ven Amanda, ayúdame a mamar y sacar ese delicioso semen que a ambas nos gusta tanto”




Kili se colocó de rodillas con su torso erguido y empezó a mamar el pene artificial como una verdadera posesa, en ocasiones se lo sacaba de la boca y simulaba que me lo ofrecía a mí, luego volvía a sus labores fálicas. De un momento a otro de ese pene artificial ¡empezó a salir leche! Debía de ser un juguete muy especial porque parecía que estuviera eyaculando de verdad. Kili abrió la boca y extendió su lengua, poco a poco chorros de leche (también artificial supongo) llenaron la boca de mi chica canela, ella gemía de la excitación, se notaba que le gustaba recibir sendas descargas en su boca.
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 Pero cuando su boca se llenó, el falo no dejaba de eyacular y poco a poco, la leche que tenía Kili en su boca se rebosó y empezó a descender por su cuello y a humedecerle los senos. Kili continuaba masturbando el falo y este seguía brindándole semen artificial, Kili se encontraba encantada. Cuando el pene paró de eyacular Kili estaba literalmente bañada en semen, con sus manos lo esparció por todo su cuerpo, cerró su boca y tragó toda la leche que tenía.




“Esas son las descargas que me encantan, así que mi querido Esteban, no espero menos de ti…espero que les hubiera gustado el video…besos espero que nos veamos pronto”




Kili se acercó a la cámara y con una sonrisa sensual, la apagó. Yo estaba en éxtasis, nunca había visto un video tan sexual y menos dedicado exclusivamente para mí. Mi corazón estaba ansioso y mi mente se obsesionó aún más por poseer a esa deliciosa mujer. Sabía que era lo que siempre había estado buscando y que nos complementaríamos  los unos a los otros en las deliciosas sesiones de sexo obsesivo-compulsivo que sabía se vendrían muy pronto.
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Cuando llegué a casa, Esteban aún no había arribado del trabajo, pero sabía que no demoraría, así que conecté el computador al televisor de las sala, quería que ambos viéramos tan magnífico video, me coloqué un baby-doll negro muy insinuante y sensual y esperé a mi hombre sentada en el sofá.




No tuve que esperar demasiado, a los cinco minutos llegó y al verme usando esa delicada prenda de lencería de inmediato, supo lo que yo deseaba.




-          Hola mi vida ¿cómo estás?
-          Bien, nena, un poco cansado, pero bien…además, al verte así el cansancio se esfuma…
-          Ven Esteban, siéntate aquí a mi lado que quiero que veamos algo, es una sorpresa…
-          ¿Qué será?
-          ¡Ya lo averiguarás!




Esteban me besó y se sentó junto a mí en el  sofá. Yo hundí el botón de reproducción y la imagen de Kili entrando a escena, dejó absorto a mi hombre, sus ojos se abrieron de par en par al ver el cuerpo extremadamente voluptuoso de esa escultural mujer. Yo sin pensarlo dos veces, saqué la polla de Esteban y sin dudarlo me la metí entera a la boca. 
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Mientras disfrutaba de tan delicioso miembro, de reojo observaba el video y también observaba a Esteban…sobraban las palabras, le encantaba…“vida hazme un favor no pienses que soy yo la que te esta mamando, piensa que es Kili”...Le susurré sensualmente a mi hombre.


Querido lector, creo que no hace falta aclarar, que para el final del video, yo había tenido un  par de orgasmos…y mejor aún…tenía la cara llena de deliciosa leche…




Los inicios del amor tribal II

Continuará…

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