Entregada a mi hermano 9

Cuando llegamos a casa mamá nos esperaba en su sillón favorito.
M- Carla, tengo que hablar con vos! Seba dejanos solas.
Nos quedamos duros sin saber como reaccionar. Callados, cada uno hizo lo que ella dijo.
Me senté a su lado con cara de no entender.
M- Te crees que no me doy cuenta lo que hacés con tu hermano?
Pensé que me moría... Pero siguió hablando.
M- Vos le presentás una trola para que se entretenga y no te esté encima!
Respiré, tratando de no parecer muy aliviada.
M- Pero él no necesita cogerse a una putita afuera!
Como si hubiera sido un ataque directo, le respondí:
Y- Claro, si tiene a mamá en casa!
Ahora ella palideció.
Y- Los vi, mamá. Vi como te cogías a tu hijo!
Me dio un cachetazo muy fuerte, pero eso no me detuvo.
Y- Sabés quien es la putita que se lo coge? Yo mamá! Soy tan puta como vos!
Su cara de miedo, se transformó en horror. Estaba escandalizada.
Y- No me digas que no te gustó! Admití que te lo querés coger otra vez! Que querés sentir su pija otra y otra vez!
M- Como... Como me podés hablar así? Por que me decis todo esto, hija?
Y- Porque es lo que me pasa a mí. Quiero entregarme a él una y otra vez. Me digo que está mal, que somos hermano y hermana, pero lo deseo y él me desea a mí! Nos amamos! Y eso no puede estar mal!
M- Ay, no sé que decir ni que pensar de todo esto... Somos una familia descarriada! Si tu padre se entera...
Y- No se puede enterar. Tiene que ser nuestro secreto!
M- Sí. Aunque no esté bien, es lo mejor...
Mamá se quedó pensativa. Le dije que me iba a acostar. Lo busqué a Seba y hablamos. Le dije que mamá nos había descubierto y se lo contaría a papá. Lo convencí de bajar a hablar con mamá y dejarla contenta a ella.
S- Con todo lo que hicimos no creo que pueda...
Y- Usá tu imaginación! Dale un masaje de los tuyos.
Bajó y se sentó con ella. No entendí muy bien lo que se decían y no quise asomarme para no ser descubierta. Parecía que mamá lloraba.
Unos minutos después escuché unos suaves "no, no, no" y luego nada más. Espié como antes y vi a Seba sobre mamá chupándole las tetas. Ella le susurraba cosas al oido y él asentía o negaba. Gemían suave los dos. En un par de forcejeos, mamá quedó desnuda de la cintura para abajo y Seba se arrodilló en el piso a chuparle la concha.
Mamá había acabado en dos minutos, pero Seba no la soltaba. Ella lo tenía agarrado de los pelos y el lamía despacio, como un perro obediente. 
Se levantó y se sacó la ropa. Tenía la pija muy parada! Y me había dicho que no iba a poder! Mamá no se hizo rogar. Se dio vuelta y ofreció su concha chupada arrodillada en el sillón con la cara hundida en el respaldo para no gritar. Mi hermano la ensartó hasta el fondo y se quedó empujando más, haciendo sufrir a mamá que no estaba habituada a algo tan duro como la pija de Seba. 
La cogía con una energía renovada, pero sin prisa. No le daba tan duro como a mí, conciente de la edad y los límites de ella. Se chupó un dedo y se lo metió en el culo. Ella se retorcía, resistiéndose un poco. Él le dijo algo al oído, ella dijo que sí. Seba dejó en paz el culo de mamá, la sujetó bien de las nalgas y empezó a taladrarla. Fueron unas cuantas embestidas que casi hacen que mamá pierda la cabeza y Seba acabó adentro. Cuando la sacó y se sentó a su lado pude ver una gota de semen chorreando por la concha de mamá.
Mientras se reponían de semejante polvo, me acerqué sigilosamente desde atrás y le acaricié el culo y la espalda a mamá, que se sobresaltó.
M- Carla! Qué? Yo... Ah...
Y- Tranquila ma. Ves que necesitamos a Seba? No te parece que deberíamos seguir así? Él nos ama a las dos, no?
S- Siempre!
Y- Y nos vas a coger a las dos?
S- Obvio!
Mamá estaba entre medio de los dos, con las piernas abiertas. Le metí dos dedos y los saquécon restos de semen y sus jugos. Ella abrió la boca por la sorpresa y se los hice chupar.
Y- Mmm... Ves lo rico que es? No te parece que lo mejor para todos sería seguir con nuestro secreto, seguir disfrutando de esto?
Mamá me miró, miró a Seba y sonrió.
M- Uff... Me parece que tenés razón hija. Puedo ser una madre que se divierte con sus hijos!
Esa noche todos dormimos más felices.