Hace unos años, cuando vivia por Recoleta, era muy de tomar la D para todo. Y creo que varios aca sabemos lo que era pre-pandemia (seguira igual?) esa linea a las 5/6 de la tarde mano a provincia. No solo llena hasta el orto, si no ademas cientos de oficinistas facheros que ademas gustan del manoseo furtivo entre la multitud, con ganas de darse mutuamente una mano con otro colega para hacer mas entretenido el regreso a casa. Una tarde de primavera calurosa, me disponia a volver a casa desde el centro, abordando esta linea. Lo de siempre, llenisima. Pero eso, lejos de amendrentarme o hacerme putear a todos los intendentes de la ciudad desde la colonia, me dibuja una sonrisa aun mas grande. Pesca asegurada! Me estaba acomodando entre la aglomeracion de tipos que estaba llenando aun mas el vagon, cuando quedo practicamente de frente con un tipo con ambo de medico. No era LA facha, pero habia quedado lejos de los tipos mas apetecibles del vagon, y no iba a andar quedando obvio moviendome hasta donde esta la accion que me importaba. Empezo el viaje, y no hubo siquiera que llegar a la proxima estacion para notar la verga gomosa de mi compañero de travesia debajo de su ambo. Y a medida que eso iba creciendo, su mano se va posando en mi entrepierna, con muchisima timidez. El medico iba entrecortando aun mas su respiracion a medida que la sobada de chota que le estaba pegando iba en aumento. Y la verdad que, a pesar de no ser un Adonis, el galeno cargaba algo bastante importante bajo su uniforme. Y eso me hacia seguir con mi trabajo con mas ganas. Llegue a mi estacion. Hice como pude para bajarme. Y, sorpresa! El doctor bajo conmigo. Inmediatamente me empezo el dialogo con un timido "como estas?". Y siguio con la tipica "me re calentaste, nunca habia hecho algo asi, soy casado, nunca me fije en ningun tipo pero ya viste que me puse al palo mal...". Me pregunta si vivo solo. Obvio que sabia a que iba la pregunta, y aunque vivia solo, no iba a andar metiendo a un NN en mi casa, asi que le dije que no. Me pidio el celular para que coordinemos un dia que el se pueda liberar de la mujer un rato y arreglar bien en un lugar tranqui. Me parecio una buena opcion. Intercambiamos celus, y se tomo el siguiente tren para seguir camino. La verdad, no paso mucho tiempo (no mas de un mes) hasta que me escribio, diciendome que no se sacaba la escena del subte de la cabeza, que se pegaba tremendas pajeadas pensando en mi agarrandole la chota y el agarrando la mia, que era capaz de dejarse coger pero que lo tenia re caliente, que cuando la mujer estaba de humor le daba mansa garchada pero pensando en mi... Ya fue, le dije que se venga a casa. Un sabado a la tarde. El estaba super nervioso. Se notaba que se habia bañado, pero estaba transpirando igual. Estaba rojo! Le propuse que hagamos de cuenta que estabamos en el subte. Pero que aca nadie nos miraba. Y asi comenzo. Me empezo a sobar la chota por arriba del pantalon, y yo lo imite. Seguia con ese pedazo tan o mas grande y grueso que el dia del subte. De a poquito me fui acercando mas, hasta que con la otra mano lo agarre suavemente de la nuca y le comi la boca. Ahi enloquecio. Se prendio a full con la franeleada y el chape. Y resulto que el medico besaba muy bien! No paraba de besarme, con desesperacion. Yo ya tenia mis manos en sus hombros, y ya habia desabrochado mi pantalon. Fue notar que estaba en su momento maximo de calentura, cuando empuje sus hombros apenas un poco hacia abajo. Entendio. Me saco la pija del boxer y se la mando entera a la garganta. Una mamada un poco torpe, con mucho diente. Claramente era un principiante. Pero como la estaba disfrutando. Decidi devolverle el favor (ademas de que esa verga se notaba muy prometedora al tacto). Y si, era tan o mas grande y gruesa de lo que imaginaba! Costaba chuparla toda de una. El no paraba de suspirar. Asi que antes de que reviente en mi boca, lo lleve a mi cuarto. Una tremenda revolcada. Chupadas, franeleadas, mucha transa, y un vuelta y vuelta que lo dejo loco. Como pedia verga! Tuve que parar, mas que por mi, por el, que en cualquier momento se venia de solo tenerla en el orto. Y ya que estaba ahi, no queria irse sin probar mi culo. Y asi lo hizo. Costo, mucho, porque de verdad era muy gruesa. Y cuando por fin logro meterla, era tal la calentura que apenas fueron unas pocas embestidas hasta que pego un grito de victoria y gozo. Y me pedia perdon. Repetidas veces, sin parar. No queria acabar tan rapido, pero estaba muy caliente, mas caliente que nunca en su vida. El forro fue la confirmacion: estaba que rebalsaba. Se dejo la vida en ese polvo. Enseguida me mando un dedo (casi tan grueso como una chota) y me empezo a pajear, con ganas. No queria ser injusto conmigo, despues de lo bien que la paso. Y a mi tambien me hizo acabar en cantidad. Nos vimos varias veces mas. En mi casa, en la suya. Ah, porque se termino separando de la mujer. Y fue ahi cuando decidi no darle mas bola. Se estaba tornando medio raro todo, y mas de una vez me tiro la onda de que conocerme le habia cambiado la vida, y que queria verme mas y mas seguido. Y cuando no le contestaba, me armaba dramas de que ya no lo queria mas, que el habia dejado todo por mi... No estaba en mis planes ser un rompehogares.
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