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Diario de una Puta, parte 4

Diario de una Puta:

Nota: Antes de seguir con mi relato, me gustaría contestar por este medio algunas preguntas que me hacen por mail:

1- Soy Argentina, vivo en Buenos Aires. En el barrio de Palermo.
2- Tengo 30 años, en Diciembre cumplo años. ¿ Que me van a regalar? Ja ja.
3- Deje de ejercer la prostitución cuando fui madre de una niña (Ana) ,hace 2 años.
4- Termine mi secundario en un colegio nocturno.
5- Trabajo de administrativa en un comercio en el barrio de Balvanera.
6- No busco citas , ni Amistad por esta plataforma. (Perdón).
 7. Escribo para sacarme los demonios de mi interior y para poder entenderme un poco más. Por eso, me es muy grato leer sus opiniones. Gracias. 


Parte 4:

Por mis rasgos faciales y por mi amor al dialecto Guarani, me bautizaron con el apodo "Paraguaya".

 . Apodo que amo porque mi abuela materna lo era.
Por tres años "camine la calle"y dormí más en hoteles que en mi propia cama.
Cuando venían los nuevos clientes me preguntaban si yo era la "Paraguaya". Era evidente que muchos se habían contentado con mis servicios.
Un día me vino a visitar una señora cincuentona, bajita y regordeta , le decían la "Negra"; me ofreció trabajar como "copera"en un "puti club"( lugar con mucha música, donde los hombres beben y tienen relaciones con las chicas de la barra). Estaba ubicado en la provincia de Buenos Aires. La paga era muy buena !!!.

En aquel momento estaba muy preocupada por mi seguridad y considere la propuesta por el hecho de estar más protegida en mis actividades.

El lugar era muy bonito, luces de colores, música nacional y por sobre todo canilla libre de cerveza. Había dejado los porros, pero no podía superar mi alcoholismo. El ambiente estaba controlado por personal de seguridad y en la parte de atrás teníamos habitaciones para dormir o para habitar permanentemente.


Teníamos un vestuario dónde nos cambiamos e intercambiamos ropas y zapatos. En uno de las paredes  había una frase escrita, que decía:

"Nada bueno pasa después de las dos de la mañana". 

Y era cierto, después de esa hora los hombres se emborrachaban, se dormían y hasta se peleaban. Teníamos que dar nuestro mejor esfuerzo antes de la hora indicada.

Recuerdo que mi primer cliente se llamaba Rolo, era un morocho de 1.90, albañil y "vergón". Tenía la picha gorda y unos huevos como dos naranjas.
En la barra me trataba con mucha dulzura y me regalaba medias de nylon de color negra. Me las tenía que poner antes del coito.
El se sentaba en la cama y me pedía que camine por la habitación . Cuando se exitaba me levantaba en sus brazos y me tiraba en la cama, me arrancaba las medias y me montaba con furia. Después de terminar me volvía a tratar con dulzura, me dejaba una buena propina y se iba hasta la otra quincena.

Ir y volver a la casa de mi amiga Andrea me resultaba muy incómodo. Perdía mucho tiempo y dinero. Un fin de semana le expliqué a mi amiga las razones del porque me quedaría en el club y nos largamos a llorar como dos criaturas. Habíamos convivido muchos años y la separación nos resultaba muy dolorosa. Con la promesa de venir la a visitar , me despedí.

Me instale en uno de los cuartos , junto a la cocina, y
En poco tiempo me hice de Buenos amigos. Me cuidaban y me daban de comer como a una reina.

La "Negra" me vino a ver y me pidió que posará para las fotos de la publicidad del club. Me dió una muy buena comisión y me compro muchísima ropa de marca. 
Contrataron una maquilladora profesional y dos fotógrafos que vinieron con un montón de lámparas y pantallas blancas..
La sesión de fotos duro mas de cinco horas y habían quedado muy bonitas.
Una de las fotos fue seleccionada para hacer un mural en el salón principal y cuando los clientes me veían , preguntaban si era la misma de la imagen, parecía que eso los exitaba aun mas.....Sin querer me había vuelto la favorita del lugar, hecho que le cayó mal a más de una compañera.
La envidia y los celos hizo que tuviera varias peleas en los pasillos y si no fuera por la " Negra" , que me defendía, me tendría que haber ido.

Para evitar los roces me prepararon una habitación para mí sola en el primer piso, con un guardaespalda en la puerta. Todas las paredes y el techo estaban espejadas , la cama era redonda cubierta con frazadas rojas. En un rincón había un jacusi y un montón de toallones blancos.
Hombres de mucho dinero pagaban muy bien por el servicio especial y mis comisiones se habían triplicado. Me habían cambiado el apodo, ahora me llamaban "la pantera ".
Por cada sesión me tenía que cambiar la ropa interior y las sandalias. Siempre tenía que brindar una imagen fresca y renovada.

Este tipo de clientes me pedían un sexo más excéntrico. Algunos eran muy pasivos y me pedían que los penetre con grandes consoladores que traían a escondidas. Otros, me ataban y se expresaban sobre mi cuerpo de mil maneras: caricias con plumas, besos interminables, caricias faciales con pichas y huevos, etc, etc.
Pero, lo que más me costaba era cuando me pedían la lluvia dorada. Tenía que tomar un litro de agua mineral para poder cumplir con sus fantasías .

Cada vez que terminaba la jornada laboral, me venía a ver la "Negra". Se acostaba en la cama y me pedía que me recueste a su lado para cepillarme el pelo. Por una hora me peinaba hasta que quedaba totalmente dormida y soñando con el amor de mi madre.

Continúa :

Besosssss!!!!

@Sandraguarani90

sandperalta90@gmail.com






Diario de una Puta, parte 4

3 comentarios - Diario de una Puta, parte 4

Corredor_1718
Interesante historia Sandra. Veo por lo que escribiste hoy, que ya saliste del ámbito de la prostitución y tenés un trabajo administrativo y una linda hija, me alegro mucho por vos y por tus ganas de superación (no es fácil volver a estudiar de grande).
Sabiendo eso, voy a seguir tu historia, seguramente aprenderemos mucho de ella.
Muchas gracias por compartirla y espero te ayude para exorcizar tu demonios, como decís. Saludos y adelante!
pajaroblanc
Muy bueno espero las siguientes partes con ansias