Cuando entró a mi habitación, ya se me había pasado la calentura pero no los celos. Hablamos unos minutos, me contó alguna cosa que se me escapó y me dijo que si quería repetirlo, por él no había problema. Yo me quedé dura de bronca.
Y- Te excediste con mamá!
S- Pero si fue tu idea que fuera tan lejos como ella lo permita!
Y- Sí, pero vos te la querías coger!
S- Me calenté, lo admito. No pude contenerme...
Y- No va a volver a pasar. Mamá no va a querer.
S- Yo no estoy tan seguro...
Hijo de puta! Se la quería coger otra vez! Le dije que tenía sueño y lo eché para no discutir. Ya íbamos a hablar mañana.
Para nuestra "charla" le dije que me pasara a buscar por la práctica de hockey y de ahí ir a algún lugar tranquilo para hablar.
Cuando llegó yo estaba con mi pollera sin la calza abajo, solo tanga y el top del club. Su mirada de lobo me hizo entender que esto iba a ser fácil.
Paramos con el auto en una zona muy poco transitada el domingo. Fui directa.
Y- No quiero que te vuelvas a coger a mamá! No me gusta!
Seba puso una mano en mi pierna.
S- Carla, no entiendo que te molesta...
Y- Es que no me parece...
Me costaba decirle mis razones. Él me besó, primero suave y después más intenso. A los 2 minutos sus manos estaban en mis tetas y yo le abría el pantalón.
Me fui derecho a chupársela. Mientras me atragantaba con ese pedazo, le supliqué.
Y- Esta tiene que ser solo mía! No soporto que te cojas a nadie más! Menos a mamá!
Me levantó la cara, me besó con amor y me confesó que es lo que quería oir.
S- Esta noche salimos, le decimos a mamá que vamos a comer a lo de Agus, que vos me querés hacer gancho con ella. Pero nos vamos a un telo... Llevá el uniforme!
Llegó la noche. Yo me había preparado con todo. Llevaba tanga y corpiño de encaje negro y mi uniforme en un bolso que usaba de cartera. Le dijimos a mamá que nos íbamos a cenar a lo de Agus, mi amiga. Creí sentir una mirada de odio de su parte.
Cuando llegamos a nuestra habitación como novios me fui a preparar. Salí con la pollerita bien arriba, así se veía la cola y el top más ajustado. A Seba le brillaban los ojos y la sonrisa. Ahora iba a saber de lo que yo era capaz por él.
Lo senté en la cama, se sacó la remera y yo le bajé el pantalón. Le chupé la pija babeándosela toda, mirándolo a los ojos. Cuando estuvo bien dura me acomodé para cogerlo, pero él me frenó, me acostó, me levantó las piernas y me comió con un salvajismo que le desconocía. Me hizo acabar casi enseguida.
Me dió vuelta, me puso en 4 y se dedicó a mi culo. Corrió la tanga y usó su lengua y no se cuantos dedos para estimularme, sin dejar de meter otros dedos por la concha.
Por fin se decidió a cogerme. Que placer fue sentirlo llegar hasta lo más íntimo de mí de una sola vez. Me golpeaba el útero con cada movimiento. Sentía que encajábamos a la perfección, como hechos el uno para el otro.
Seba avisó que iba a acabar.
S- Te lleno mi amor!
Y- Aaah... Damela toda! Quiero tu lecheee!
S- Aaahh! Seeee!
Y- Aaay como la sientooo!
Soltó chorro tras chorro sacudiéndose en un orgasmo intenso. No se me había escapado que me dijo mi amor.
Descansamos unos minutos, acariciándonos.
Se puso encima mío y me sacó el top y el corpiño. Me chupó las tetas con tantas ganas que nos calentamos los dos. Me sacó la pollera y la tanga y me la metió de nuevo sin esperar. Nos besábamos como dos enamorados mientras él me penetraba con dulzura. Acabé fuertísimo!
Y- Aaaaaaahh sí, sí, siiiií! Sos el mejooor!
Recuperé el aliento y me levanté. Fui a mi bolso y saqué un consolador que al lado de la pija de Seba era chico. Busqué el lubricante y me subí arriba, me lo cogí un poco y le dije:
Y- Poneme lubricante y después meteme esto en el culo. Se que te morís de ganas!
Me puso el lubricante jugando con 2 dedos, cuando me tuvo lista, agarró el juguete y me lo clavó todo de una vez!
Y- Aaay hijo de puta! Me lo estás abriendo todoo!
Me dio duro y sin pausa por los dos lados. Cuando me acostumbré al juguete llegó el momento de pasar al plato fuerte. Me saqué el consolador y me puse la punta de su pija en su lugar.
Y- Esto no lo hice por nadie. Si lo hago ahora es porque te amo solo a vos y soy solo tuya!
Empecé a moverme despacio, subiendo y bajando centímetro a centímetro. Era una tortura, mezclada con algo de placer y la excitación de ser la que manejaba la situación. En poco tiempo yo lo torturaba a él. Me agarraba de los cachetes y me los abría.
Y- Te gusta mi colita?
S- Me encanta!
Y- Me vas a coger a mí nada más?
S- Soy solo tuyo!
Y- Me vas a llenar de leche el culo?
S- Siiiií!
Acabó como una bestia. Yo no dejaba de cabalgarlo, aumentando su placer y su tortura.
S- Aaah aahhh... Por favooor... Bastaaa!.
Me tiré a su lado a descansar. Nos quedamos unos minutos abrazados. Me llenaba con sus besos y caricias. No podíamos dejar de tocarnos. Bajó una mano a mi clítoris y me lo estimulaba con restos de su semen. Eso logró que me excitara otra vez.
Agarró el juguete y me lo metió mientras la otra mano seguía pajeándome. Mi concha ardía y lo deseaba con la misma intensidad. Acabé lentamente. Él me sacó el dildo y me lo hizo chupar.
S- Esto es para que te acuerdes quien manda... Te amo hermanita!
Me besó, me dio vuelta y me levantó las caderas. Metió el juguete entero en mi castigada colita ayudado por la gran cantidad de leche que me había dejado. Me dio duro un poco y después me puso en cuatro. Sin sacarlo, me puso su pija en la concha y empezó a bombearme como si no lo hubiera hecho en días. Me daba durísimo. Después de eyacular 2 veces aun tenía energía.
S- Te voy a llenar de nuevo. Una última dosis, mi amor!
Y- Hijo de putaaa! Me estás matando! No puedo maaas!
S- Te gusta la doble penetración? Vamos a meter este amiguito más adentro, que se está saliendo!
Me lo clavó hasta el fondo, junto con un pijazo profundo. Acabó en el acto.
S- Aaahhh! Que bueno es estooo!
Me sacó todo y me dejó descansar. Estaba agotada. El se acostó a mi lado y me acarició el pelo y la espalda hasta que me dormí.
Cuando desperté nos bañamos juntos y nos fuimos a casa. Habíamos estado más de 3 horas en el telo!
Y- Te excediste con mamá!
S- Pero si fue tu idea que fuera tan lejos como ella lo permita!
Y- Sí, pero vos te la querías coger!
S- Me calenté, lo admito. No pude contenerme...
Y- No va a volver a pasar. Mamá no va a querer.
S- Yo no estoy tan seguro...
Hijo de puta! Se la quería coger otra vez! Le dije que tenía sueño y lo eché para no discutir. Ya íbamos a hablar mañana.
Para nuestra "charla" le dije que me pasara a buscar por la práctica de hockey y de ahí ir a algún lugar tranquilo para hablar.
Cuando llegó yo estaba con mi pollera sin la calza abajo, solo tanga y el top del club. Su mirada de lobo me hizo entender que esto iba a ser fácil.
Paramos con el auto en una zona muy poco transitada el domingo. Fui directa.
Y- No quiero que te vuelvas a coger a mamá! No me gusta!
Seba puso una mano en mi pierna.
S- Carla, no entiendo que te molesta...
Y- Es que no me parece...
Me costaba decirle mis razones. Él me besó, primero suave y después más intenso. A los 2 minutos sus manos estaban en mis tetas y yo le abría el pantalón.
Me fui derecho a chupársela. Mientras me atragantaba con ese pedazo, le supliqué.
Y- Esta tiene que ser solo mía! No soporto que te cojas a nadie más! Menos a mamá!
Me levantó la cara, me besó con amor y me confesó que es lo que quería oir.
S- Esta noche salimos, le decimos a mamá que vamos a comer a lo de Agus, que vos me querés hacer gancho con ella. Pero nos vamos a un telo... Llevá el uniforme!
Llegó la noche. Yo me había preparado con todo. Llevaba tanga y corpiño de encaje negro y mi uniforme en un bolso que usaba de cartera. Le dijimos a mamá que nos íbamos a cenar a lo de Agus, mi amiga. Creí sentir una mirada de odio de su parte.
Cuando llegamos a nuestra habitación como novios me fui a preparar. Salí con la pollerita bien arriba, así se veía la cola y el top más ajustado. A Seba le brillaban los ojos y la sonrisa. Ahora iba a saber de lo que yo era capaz por él.
Lo senté en la cama, se sacó la remera y yo le bajé el pantalón. Le chupé la pija babeándosela toda, mirándolo a los ojos. Cuando estuvo bien dura me acomodé para cogerlo, pero él me frenó, me acostó, me levantó las piernas y me comió con un salvajismo que le desconocía. Me hizo acabar casi enseguida.
Me dió vuelta, me puso en 4 y se dedicó a mi culo. Corrió la tanga y usó su lengua y no se cuantos dedos para estimularme, sin dejar de meter otros dedos por la concha.
Por fin se decidió a cogerme. Que placer fue sentirlo llegar hasta lo más íntimo de mí de una sola vez. Me golpeaba el útero con cada movimiento. Sentía que encajábamos a la perfección, como hechos el uno para el otro.
Seba avisó que iba a acabar.
S- Te lleno mi amor!
Y- Aaah... Damela toda! Quiero tu lecheee!
S- Aaahh! Seeee!
Y- Aaay como la sientooo!
Soltó chorro tras chorro sacudiéndose en un orgasmo intenso. No se me había escapado que me dijo mi amor.
Descansamos unos minutos, acariciándonos.
Se puso encima mío y me sacó el top y el corpiño. Me chupó las tetas con tantas ganas que nos calentamos los dos. Me sacó la pollera y la tanga y me la metió de nuevo sin esperar. Nos besábamos como dos enamorados mientras él me penetraba con dulzura. Acabé fuertísimo!
Y- Aaaaaaahh sí, sí, siiiií! Sos el mejooor!
Recuperé el aliento y me levanté. Fui a mi bolso y saqué un consolador que al lado de la pija de Seba era chico. Busqué el lubricante y me subí arriba, me lo cogí un poco y le dije:
Y- Poneme lubricante y después meteme esto en el culo. Se que te morís de ganas!
Me puso el lubricante jugando con 2 dedos, cuando me tuvo lista, agarró el juguete y me lo clavó todo de una vez!
Y- Aaay hijo de puta! Me lo estás abriendo todoo!
Me dio duro y sin pausa por los dos lados. Cuando me acostumbré al juguete llegó el momento de pasar al plato fuerte. Me saqué el consolador y me puse la punta de su pija en su lugar.
Y- Esto no lo hice por nadie. Si lo hago ahora es porque te amo solo a vos y soy solo tuya!
Empecé a moverme despacio, subiendo y bajando centímetro a centímetro. Era una tortura, mezclada con algo de placer y la excitación de ser la que manejaba la situación. En poco tiempo yo lo torturaba a él. Me agarraba de los cachetes y me los abría.
Y- Te gusta mi colita?
S- Me encanta!
Y- Me vas a coger a mí nada más?
S- Soy solo tuyo!
Y- Me vas a llenar de leche el culo?
S- Siiiií!
Acabó como una bestia. Yo no dejaba de cabalgarlo, aumentando su placer y su tortura.
S- Aaah aahhh... Por favooor... Bastaaa!.
Me tiré a su lado a descansar. Nos quedamos unos minutos abrazados. Me llenaba con sus besos y caricias. No podíamos dejar de tocarnos. Bajó una mano a mi clítoris y me lo estimulaba con restos de su semen. Eso logró que me excitara otra vez.
Agarró el juguete y me lo metió mientras la otra mano seguía pajeándome. Mi concha ardía y lo deseaba con la misma intensidad. Acabé lentamente. Él me sacó el dildo y me lo hizo chupar.
S- Esto es para que te acuerdes quien manda... Te amo hermanita!
Me besó, me dio vuelta y me levantó las caderas. Metió el juguete entero en mi castigada colita ayudado por la gran cantidad de leche que me había dejado. Me dio duro un poco y después me puso en cuatro. Sin sacarlo, me puso su pija en la concha y empezó a bombearme como si no lo hubiera hecho en días. Me daba durísimo. Después de eyacular 2 veces aun tenía energía.
S- Te voy a llenar de nuevo. Una última dosis, mi amor!
Y- Hijo de putaaa! Me estás matando! No puedo maaas!
S- Te gusta la doble penetración? Vamos a meter este amiguito más adentro, que se está saliendo!
Me lo clavó hasta el fondo, junto con un pijazo profundo. Acabó en el acto.
S- Aaahhh! Que bueno es estooo!
Me sacó todo y me dejó descansar. Estaba agotada. El se acostó a mi lado y me acarició el pelo y la espalda hasta que me dormí.
Cuando desperté nos bañamos juntos y nos fuimos a casa. Habíamos estado más de 3 horas en el telo!
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