En ese entonces tenía 24 años, estaba juntado con mí mujer desde los 19 años y tenía 2 hijos, estaba sin trabajo y me llamaron de una constructora y era para trabajar en el interior de mí provincia a más de 700 km y como tenía mucha necesidad lo acepte.
Al mes de estar trabajando en esa localidad, estaba en la obra haciendo unos tendidos de cable y ya no quedaba nadie, solo estaba yo y la música muy fuerte, de repente escucho que golpean la puerta con muchas ganas y voy a atender, al abrir la puerta me encuentro con dos mujeres una morocha flaquita y petisa blanquita y me preguntan por un compañero, yo lo llamo por teléfono ya que el estaba en la casa que alquilaba la empresa, a los 15 minutos apareció y yo estaba hablando con las dos y ya había entrado en confianza. Mí compañero llego y se fue para adentro de la obra con la flaquita y yo me quedé con la petisa hablando y muy cerca de la petisa cuando veo que me queda mirando fijo a los ojos y ahí empiezo a besarla y manosearla por todos lados, la siento arriba mío de frente, ella estando con un vestidito quedó fácil acceder a su conchita depilada y ya chorreando flujos de la calentura que tenía, yo ya tenía la verga como un mástil, no la tengo muy grande es de 19 x 5. Después de un rato de estar calentandonos en el umbral de la obra decidimos entrar y fuimos a una habitación donde teníamos varios colchones, la tire arriba de uno le saque la tanguita y la empecé a chupar su conchita rica, estaba muy rica y depilada con rico olor, me concentre en su clítoris y la penetraba con 3 dedos ella muy exitada me pidió que pare y me ponga de pie donde ella me saco la verga y me la empezó a mamar bien rico, no tenía mucha experiencia pero lo hacía bastante bien. En un momento me deja de chupar y me pide que la penetrara que ya no aguantaba más, cuando la penetre se notaba que no tuvo mucho sexo porque su conchita era estrecha y se sentía bien rico le estaba dando bien duro hasta que sentí que iba a acabar así que la saqué y la hice poner en cuatro, le di bien rico que ella acabo y grito bien fuerte que me asusto pensé que le había dolido algo, nunca me pasó que gritaran tan fuerte, se recostó en el colchón y me pidió que la cojiera en la posición del misionero y cuando continje penetrandola estaba más mojada y se sentía bien rico, ella empezaba a gemir otra vez y me pidió acabar juntos y que le termine adentro, a todo esto me acordé que nunca me puse el preservativo y todas las consecuencias que podía haber pero de la calentura que teníamos no nos importó, en eso me dice que ya estaba por acabar y acelere el ritmo y terminamos los dos juntos, fueron muchos chorros de leche míos y de ella, terminamos acostados abrazados y muy sudados. Nos vestimos y salimos de la pieza y la otra pareja ya habían terminado y estaban escuchando como cojiamos, eso me puso al dura la verga y mí compañera de sexo me dijo que por hoy ya era mucho y que teníamos que continuar otro día porque ya se tenían que ir.
Al final se fueron y mí compañero y yo nos fuimos a comprar unas cervezas para celebrar la azaña del día
Es mí primer relato, espero que les haya gustado, dejen puntos y comentarios
Al mes de estar trabajando en esa localidad, estaba en la obra haciendo unos tendidos de cable y ya no quedaba nadie, solo estaba yo y la música muy fuerte, de repente escucho que golpean la puerta con muchas ganas y voy a atender, al abrir la puerta me encuentro con dos mujeres una morocha flaquita y petisa blanquita y me preguntan por un compañero, yo lo llamo por teléfono ya que el estaba en la casa que alquilaba la empresa, a los 15 minutos apareció y yo estaba hablando con las dos y ya había entrado en confianza. Mí compañero llego y se fue para adentro de la obra con la flaquita y yo me quedé con la petisa hablando y muy cerca de la petisa cuando veo que me queda mirando fijo a los ojos y ahí empiezo a besarla y manosearla por todos lados, la siento arriba mío de frente, ella estando con un vestidito quedó fácil acceder a su conchita depilada y ya chorreando flujos de la calentura que tenía, yo ya tenía la verga como un mástil, no la tengo muy grande es de 19 x 5. Después de un rato de estar calentandonos en el umbral de la obra decidimos entrar y fuimos a una habitación donde teníamos varios colchones, la tire arriba de uno le saque la tanguita y la empecé a chupar su conchita rica, estaba muy rica y depilada con rico olor, me concentre en su clítoris y la penetraba con 3 dedos ella muy exitada me pidió que pare y me ponga de pie donde ella me saco la verga y me la empezó a mamar bien rico, no tenía mucha experiencia pero lo hacía bastante bien. En un momento me deja de chupar y me pide que la penetrara que ya no aguantaba más, cuando la penetre se notaba que no tuvo mucho sexo porque su conchita era estrecha y se sentía bien rico le estaba dando bien duro hasta que sentí que iba a acabar así que la saqué y la hice poner en cuatro, le di bien rico que ella acabo y grito bien fuerte que me asusto pensé que le había dolido algo, nunca me pasó que gritaran tan fuerte, se recostó en el colchón y me pidió que la cojiera en la posición del misionero y cuando continje penetrandola estaba más mojada y se sentía bien rico, ella empezaba a gemir otra vez y me pidió acabar juntos y que le termine adentro, a todo esto me acordé que nunca me puse el preservativo y todas las consecuencias que podía haber pero de la calentura que teníamos no nos importó, en eso me dice que ya estaba por acabar y acelere el ritmo y terminamos los dos juntos, fueron muchos chorros de leche míos y de ella, terminamos acostados abrazados y muy sudados. Nos vestimos y salimos de la pieza y la otra pareja ya habían terminado y estaban escuchando como cojiamos, eso me puso al dura la verga y mí compañera de sexo me dijo que por hoy ya era mucho y que teníamos que continuar otro día porque ya se tenían que ir.
Al final se fueron y mí compañero y yo nos fuimos a comprar unas cervezas para celebrar la azaña del día
Es mí primer relato, espero que les haya gustado, dejen puntos y comentarios
1 comentarios - La primera vez que le puse los cuernos a mí mujer