PIDO MIL DISCULPAS POR HABER TARDADO TANTO PERO TUVE PROBLEMAS PERSONALES. LAS HISTORIAS PASARAN A PUBLICARSE LOS SÁBADOS PERO AQUELLOS QUE ME AYUDEN CON CAFECITOS PODRAN LEERLOS DOS DIAS ANTES DE SU PUBLICACIÓN EN LA PÁGINA.
Aquí el link (cada cafecito vale $150): https://cafecito.app/susurrosenlanoche
(La historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
Pueden leer el capítulo anterior en el siguiente link:
Capítulo 10: http://www.poringa.net/posts/relatos/3981305/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-10.html
Empecé por comerle la boca a Kari, las ganas que le tenía a la pendeja se hacían sentir en mis besos calientes, ella me correspondía con tanta o más calentura aún. Mimi se arrodilló para chupármela, se habían invertido los papeles con respecto a la última vez que estuvimos los 3 juntos. Mi calentura era tanta y lo bien que la chupaba Mica me iban a hacer acabar rápido y no quería eso. Kari me abrazaba, enredaba sus manos en mi pelo, acariciaba mi espalda, el pecho y adonde fuera que llegaran sus dedos, estaba demasiado excitada y lo supe al bajar mis manos a su concha para notarla tan mojada que parecía derretirse a cada caricia. Entonces la di vuelta, crucé mis manos sobre sus tetas y empecé a pajearla con fuerza con mi mano libre. La pendeja empezó a gemir con fuerza, tanto que tuve que taparle la boca con la mano y como castigo pajearla aún más fuerte. Segundos más tarde sus piernas temblaban y sus ojos se ponían blancos indicándome que estaba acabando en un orgasmo por demás intenso. Mimi soltó mi pija y se puso a lamer y tomarse todo el jugo que salía de la concha de nuestra hermanita menor. Los espasmos seguían azotando a Kari, tanto que tuvo que apoyar sus manos en los hombros de Mica para no caerse, yo mientras tanto la rodeaba a mi hermanita y me ponía en posición para metérsela entera en esa conchita rosada. Cuando el glande entró entero Kari pegó su espalda a mi pecho casi instantáneamente, Mica seguía chupándole la concha, estábamos volviéndola loca de placer y nos descuidamos. Sentimos un golpe en la puerta y alguien quiso entrar, para nuestra fortuna me había acordado de cerrar con la traba.
- Chicos, ¿Qué son esos ruidos? ¿Todo bien ahí adentro? - era la voz de mi padre.
- Si pa, estamos viendo una peli de terror, ahora le bajamos el volumen. - contesté sin dudarlo, mientras tenía sujeta a Kari por los brazos, cogiéndola despacio y sintiendo la lengua de Mimi en mi pija y mis huevos.
- Bueno, no se queden hasta tarde que acá desayunamos a las 8, hasta mañana. - se escucharon los pasos de las pantuflas alejarse antes de que pudiera responderle.
Mica se paró, tomó a Kari del cuello y susurró en la oreja de Kari algo que apenas llegué a escuchar:
- Sos muy gritona pendeja, te voy a tener que hacer callar - caminó a la cama, abrió sus piernas y abrió las piernas, nos hizo señas para que nos acercáramos.
Sin sacársela de la concha a Kari nos acercamos, mi hermanita se dejó caer para quedar con la cara en la concha de mi melliza a la cual empezó a comer con muchas ganas. El sommier nos ayudaba mucho amortiguando nuestros movimientos por lo que empecé a cojerla con más fuerza, apenas sí se sentía un movimiento en los resortes. Mimi se mordía los labios para no gritar, Kari era buena chupando, eso ya lo había comprobado, ahora le tocaba a ella hacerlo.
El ano de Kari me invitaba a entrar, lo veía contraerse y relajarse casi como si me dijera que quería que lo cojiera. Ahí noté que si seguía cojiéndola no tardaría mucho en acabar, por lo que para calmarme un poco saqué la pija y empecé a frotarla por la cola de Kari, hacía un poquito de fuerza y volvía a sacarla para pasarla por entre sus labios vaginales. Eso le provocaba chuparle la concha a mi melliza con más intensidad haciéndola acabar nuevamente.
- Metela, estuve practicando, cojeme el orto Nacho! - dijo Kari con la boca húmeda de los jugos de su hermana.
Era la primera orden que me daba, por un momento parecía que nosotros la mandábamos a ella, aunque no iba a negarme a tal petición. Dejé caer algo de saliva y volví a apoyar mi glande en ese ano rosadito y hambriento, presioné más y más, costaba pero cedía. Escuchaba sus quejidos mientras seguía chupándole la concha a Mica, cuando la mitad estuvo dentro la saqué, volví a humedecer mi pija con saliva y entró de nuevo, ahora más fácil y casi entera. Si bien no iba a durar mucho, lo poco que fuera a cojerla para mí sería mucho. Sabía que no tardaría en repetirse todo esto. Cuando faltaba poquito para que entrara entera ella misma hizo su culo para atrás clavándosela toda. No había duda que mis hermanas eran más parecidas de lo que pensaban.
Su cola estaba por demás apretada, su concha no dejaba de gotear y mi melliza no dejaba de ahogar sus gemidos. Estaba pronto a acabar y se los hice saber. Al sacarla del orto de Kari me quedé mirando como había quedado de abierto, se abría y cerraba al compás de su respiración. Mis hermanas se pusieron ambas de rodillas y yo me paré para acabarles en la cara a las dos. Sacaron la lengua al mismo tiempo que mi leche saltó a la cara de Mica primero y a la de Kari después, iban un chorro para cada una, ambas reían y no dejaban que ninguna gota se les escapara. Una vez se aseguraron de que no me saldría nada más empezaron a besarse aún con los restos de mi semen en la boca. No nos habíamos dado cuenta pero eran casi las dos de la mañana. Yo me vestí y fui al baño, me urgía una ducha, las chicas me pidieron que revisara si los viejos dormían, ellas también necesitaban darse un baño. Al salir y volver a la pieza de Kari ya habían preparado la cama en el suelo en la que dormiría yo, ellas dos en el sommier, no tenía queja alguna. Ellas fueron a bañarse y al volver me besaron y se durmieron en tanga.
- Buenas noches Chito, mañana me toca... - dijo Mimi antes de darse vuelta para abrazar a Kari.
*
La mañana siguiente empezó con un sobresalto que me dió mucho gusto, de nuevo soñé que estaba en el espacio un agujero negro me traía hacia adentro, al abrir los ojos ví a Kari tomándose hasta mi última gota de leche.
- Buenos días, ya está listo el desayuno Chito. - me dijo apoyando mi pija en su mejilla, era tan tierna y tan calentona a la vez.
Sonriendo salió de la habitación dejándome con la pija seca y una mueca de satisfacción en la cara. Aunque me levanté algo cansado ya que había dormido poco y me había "esforzado" mucho la noche anterior.
Fui al baño, me lavé la cara, los dientes y me afeité la poca barba que me había dejado crecer. En la mesa del comedor me esperaban Kari, Mimi y mis padres, cada uno con su propio mate (mi madre se tomaba muy en serio lo de las medidas para evitar contagios). Desayunamos muy a gusto, mis hermanas me lanzaban sonrisas cómplices e incluso una de ellas, no sabría decir cuál, se animó a tocarme la pija con los pies por debajo de la mesa mientras cargaba un mate, eso me hizo saltar y mi madre preguntó si me pasaba algo, yo dije que no, que me había caído una gota de agua caliente en el dedo, todos rieron, incluso yo, y me dijeron que tuviera más cuidado. Mientras tomaba mate recibí una llamada, atendí y era de un local de muebles, me llamaban para preguntar qué día podían entregar la cama que había comprado días atrás y que no pudieron entregarla aún por la falta de personal, comuniqué esto a mi familia y me dijeron que si podían que fueran hoy, si total era recibirla y volver. Retomé la conversación y le dije a la gente que ese día podrían pasar, me dieron un horario (entre las dos y siete de la tarde) y dije que me iría luego de almorzar.
*
Mi madre nos preparó unos fideos con salsa boloñesa riquísimos, de nuevo un ambiente de risas y anécdotas familiares que tanta falta me hacían. Terminé de comer y me preparé para salir, mi madre me dijo que fuera con Kari ya que "recordó" que se había olvidado de algo en mi departamento, Mimi se quedaría porque una amiga suya, de las pocas que conservaba en el barrio y que vivía cerca, pasaría a dejarle unos libros. Hablé con Mimi y me dijo que fuera con la "enana", total volveríamos a la noche y ya le tocaría a ella que me la cojiera. Dije que estaba bien, pedí un Uber y con Kari fuimos al departamento, apenas cruzamos la puerta le dije sin vueltas:
- ¿Así que te olvidaste algo acá? - sonreí y la tomé por la cintura, teníamos 5 horas hasta que llegara la cama.
- Me olvidé de decirte que quería que me cojas la cola como a Mimi, en tu cama... - dijo mi hermanita menor para luego besarme y empezar a desnudarse.
"Esta pendeja me va a dejar seco" pensé para mis adentros mientras ella me acariciaba la pija por encima del pantalón. Súbitamente me soltó y caminó a mi habitación, se sacó la calza que llevaba y se puso en 4 en la cama. Se corrió la tanga a un costado mostrando su conchita algo húmeda.
- Dale, ¿O te lo tengo que repetir? - me dijo ella mirándome, yo seguía rígido mirando ese panorama tan caliente como prohibido.
Subí a la cama con la botellita de lubricante en la mano y con ella bañé mi pija. Dejé caer un poco sobre la cola de Kari y de a poco empecé a cojerla... Sin saberlo en ese mismo momento estaba sonando el portero eléctrico y mi teléfono vibraba al recibir una llamada, la cama había llegado, pero con Kari estábamos ocupados, ella gimiendo y yo empujando mi verga más y más adentro, esta vez dejando toda mi leche dentro de ella.
*
A las seis de la tarde, después de cojer y dormir una siesta, Kari me despertó (por segunda vez en el día, pero sin estar chupándomela) dándome la noticia de que tenía mensajes y llamadas perdidas de la mueblería y de nuestra madre. Traté de hablar primero con la mueblería, de muy mala gana prometieron volver al día siguiente muy temprano, que esperaban que estuviera, luego hablé con mi madre, a ella no le gustó la idea pero si no quedaba de otra que me quedara. Le dije que iría para el mediodía y que llevaría helado, ella sonrió y dijo que nos esperaría con la comida hecha, que haría ravioles caseros con salsa blanca (mi plato favorito), nos dejó saludos a ambos y con Kari nos pedimos algo para cenar. Mimi, mientras tanto, nos puteaba en todos los idiomas por estar allí sin ella, sabía que nos íbamos a pasar la noche cojiendo.
*
Efectivamente la noche fue caliente, la pendeja era insaciable, 3 polvos al hilo y recién ahí se durmió. Le acabé dos veces en la boca y una vez más adentro del orto. Ella acabó más veces de las que pude contar, llamamos a Mimi para que nos escuchara y escucharla a ella pajeándose, todo fue demasiado excitante.
Lo malo vino el día siguiente, al llamar a mi madre para avisar que la cama ya había llegado me atendió Mica, primero me pidió que me tranquilizara y me dijo que los viejos se habían levantado con fiebre, por lo visto su amiga era asintomática y contagió a nuestros padres. Ella ya había llamado a la gente de la obra social y estaban por llegar, me dijo que me avisaría por cualquier novedad, me pidió que le avisara a Kari y a Lucas, si ella les decía algo seguramente le echarían la culpa. Lo entendí y me encargué de avisar a ambos, Kari lloró abrazada a mí un rato, me costó hacerla entender que todo estaría bien, que seguro iban a recuperarse. Lucas dijo que esa misma noche saldría para acá en un vuelo privado, su jefe se encargaría de traerlo, llegaría al país en plena madrugada, me pidió también que preguntara si había un departamento libre en el edificio.
Fueron horas caóticas, tener todo listo para la llegada de Lucas, que Mica me confirmara que mis padres se habían infectado y tener a Kari detrás mío preguntándome si estaba todo bien me estaban agotando mentalmente, antes de que me diera cuenta eran casi las seis de la tarde nuevamente y ni siquiera había comido. Karina me preparó un almuerzo rápido de sánguches de fiambre, unos mates y me pidió que por favor me calmara. Pero me costaba hacerlo, me tiré a dormir y al despertar ya era de noche, Kari dormía en tanga al lado mío. Me levanté y revisé que ya eran las dos, Lucas me mandó un mensaje diciendo que a eso de las cuatro de la mañana llegaría. Calenté agua, preparé el mate y esperé la llegada de mi hermano mayor.
Continuará...
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(La historia es completamente ficticia, cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
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Capítulo 10: http://www.poringa.net/posts/relatos/3981305/La-Cuarentena-Mi-Melliza-y-Yo-Capitulo-10.html
Empecé por comerle la boca a Kari, las ganas que le tenía a la pendeja se hacían sentir en mis besos calientes, ella me correspondía con tanta o más calentura aún. Mimi se arrodilló para chupármela, se habían invertido los papeles con respecto a la última vez que estuvimos los 3 juntos. Mi calentura era tanta y lo bien que la chupaba Mica me iban a hacer acabar rápido y no quería eso. Kari me abrazaba, enredaba sus manos en mi pelo, acariciaba mi espalda, el pecho y adonde fuera que llegaran sus dedos, estaba demasiado excitada y lo supe al bajar mis manos a su concha para notarla tan mojada que parecía derretirse a cada caricia. Entonces la di vuelta, crucé mis manos sobre sus tetas y empecé a pajearla con fuerza con mi mano libre. La pendeja empezó a gemir con fuerza, tanto que tuve que taparle la boca con la mano y como castigo pajearla aún más fuerte. Segundos más tarde sus piernas temblaban y sus ojos se ponían blancos indicándome que estaba acabando en un orgasmo por demás intenso. Mimi soltó mi pija y se puso a lamer y tomarse todo el jugo que salía de la concha de nuestra hermanita menor. Los espasmos seguían azotando a Kari, tanto que tuvo que apoyar sus manos en los hombros de Mica para no caerse, yo mientras tanto la rodeaba a mi hermanita y me ponía en posición para metérsela entera en esa conchita rosada. Cuando el glande entró entero Kari pegó su espalda a mi pecho casi instantáneamente, Mica seguía chupándole la concha, estábamos volviéndola loca de placer y nos descuidamos. Sentimos un golpe en la puerta y alguien quiso entrar, para nuestra fortuna me había acordado de cerrar con la traba.
- Chicos, ¿Qué son esos ruidos? ¿Todo bien ahí adentro? - era la voz de mi padre.
- Si pa, estamos viendo una peli de terror, ahora le bajamos el volumen. - contesté sin dudarlo, mientras tenía sujeta a Kari por los brazos, cogiéndola despacio y sintiendo la lengua de Mimi en mi pija y mis huevos.
- Bueno, no se queden hasta tarde que acá desayunamos a las 8, hasta mañana. - se escucharon los pasos de las pantuflas alejarse antes de que pudiera responderle.
Mica se paró, tomó a Kari del cuello y susurró en la oreja de Kari algo que apenas llegué a escuchar:
- Sos muy gritona pendeja, te voy a tener que hacer callar - caminó a la cama, abrió sus piernas y abrió las piernas, nos hizo señas para que nos acercáramos.
Sin sacársela de la concha a Kari nos acercamos, mi hermanita se dejó caer para quedar con la cara en la concha de mi melliza a la cual empezó a comer con muchas ganas. El sommier nos ayudaba mucho amortiguando nuestros movimientos por lo que empecé a cojerla con más fuerza, apenas sí se sentía un movimiento en los resortes. Mimi se mordía los labios para no gritar, Kari era buena chupando, eso ya lo había comprobado, ahora le tocaba a ella hacerlo.
El ano de Kari me invitaba a entrar, lo veía contraerse y relajarse casi como si me dijera que quería que lo cojiera. Ahí noté que si seguía cojiéndola no tardaría mucho en acabar, por lo que para calmarme un poco saqué la pija y empecé a frotarla por la cola de Kari, hacía un poquito de fuerza y volvía a sacarla para pasarla por entre sus labios vaginales. Eso le provocaba chuparle la concha a mi melliza con más intensidad haciéndola acabar nuevamente.
- Metela, estuve practicando, cojeme el orto Nacho! - dijo Kari con la boca húmeda de los jugos de su hermana.
Era la primera orden que me daba, por un momento parecía que nosotros la mandábamos a ella, aunque no iba a negarme a tal petición. Dejé caer algo de saliva y volví a apoyar mi glande en ese ano rosadito y hambriento, presioné más y más, costaba pero cedía. Escuchaba sus quejidos mientras seguía chupándole la concha a Mica, cuando la mitad estuvo dentro la saqué, volví a humedecer mi pija con saliva y entró de nuevo, ahora más fácil y casi entera. Si bien no iba a durar mucho, lo poco que fuera a cojerla para mí sería mucho. Sabía que no tardaría en repetirse todo esto. Cuando faltaba poquito para que entrara entera ella misma hizo su culo para atrás clavándosela toda. No había duda que mis hermanas eran más parecidas de lo que pensaban.
Su cola estaba por demás apretada, su concha no dejaba de gotear y mi melliza no dejaba de ahogar sus gemidos. Estaba pronto a acabar y se los hice saber. Al sacarla del orto de Kari me quedé mirando como había quedado de abierto, se abría y cerraba al compás de su respiración. Mis hermanas se pusieron ambas de rodillas y yo me paré para acabarles en la cara a las dos. Sacaron la lengua al mismo tiempo que mi leche saltó a la cara de Mica primero y a la de Kari después, iban un chorro para cada una, ambas reían y no dejaban que ninguna gota se les escapara. Una vez se aseguraron de que no me saldría nada más empezaron a besarse aún con los restos de mi semen en la boca. No nos habíamos dado cuenta pero eran casi las dos de la mañana. Yo me vestí y fui al baño, me urgía una ducha, las chicas me pidieron que revisara si los viejos dormían, ellas también necesitaban darse un baño. Al salir y volver a la pieza de Kari ya habían preparado la cama en el suelo en la que dormiría yo, ellas dos en el sommier, no tenía queja alguna. Ellas fueron a bañarse y al volver me besaron y se durmieron en tanga.
- Buenas noches Chito, mañana me toca... - dijo Mimi antes de darse vuelta para abrazar a Kari.
*
La mañana siguiente empezó con un sobresalto que me dió mucho gusto, de nuevo soñé que estaba en el espacio un agujero negro me traía hacia adentro, al abrir los ojos ví a Kari tomándose hasta mi última gota de leche.
- Buenos días, ya está listo el desayuno Chito. - me dijo apoyando mi pija en su mejilla, era tan tierna y tan calentona a la vez.
Sonriendo salió de la habitación dejándome con la pija seca y una mueca de satisfacción en la cara. Aunque me levanté algo cansado ya que había dormido poco y me había "esforzado" mucho la noche anterior.
Fui al baño, me lavé la cara, los dientes y me afeité la poca barba que me había dejado crecer. En la mesa del comedor me esperaban Kari, Mimi y mis padres, cada uno con su propio mate (mi madre se tomaba muy en serio lo de las medidas para evitar contagios). Desayunamos muy a gusto, mis hermanas me lanzaban sonrisas cómplices e incluso una de ellas, no sabría decir cuál, se animó a tocarme la pija con los pies por debajo de la mesa mientras cargaba un mate, eso me hizo saltar y mi madre preguntó si me pasaba algo, yo dije que no, que me había caído una gota de agua caliente en el dedo, todos rieron, incluso yo, y me dijeron que tuviera más cuidado. Mientras tomaba mate recibí una llamada, atendí y era de un local de muebles, me llamaban para preguntar qué día podían entregar la cama que había comprado días atrás y que no pudieron entregarla aún por la falta de personal, comuniqué esto a mi familia y me dijeron que si podían que fueran hoy, si total era recibirla y volver. Retomé la conversación y le dije a la gente que ese día podrían pasar, me dieron un horario (entre las dos y siete de la tarde) y dije que me iría luego de almorzar.
*
Mi madre nos preparó unos fideos con salsa boloñesa riquísimos, de nuevo un ambiente de risas y anécdotas familiares que tanta falta me hacían. Terminé de comer y me preparé para salir, mi madre me dijo que fuera con Kari ya que "recordó" que se había olvidado de algo en mi departamento, Mimi se quedaría porque una amiga suya, de las pocas que conservaba en el barrio y que vivía cerca, pasaría a dejarle unos libros. Hablé con Mimi y me dijo que fuera con la "enana", total volveríamos a la noche y ya le tocaría a ella que me la cojiera. Dije que estaba bien, pedí un Uber y con Kari fuimos al departamento, apenas cruzamos la puerta le dije sin vueltas:
- ¿Así que te olvidaste algo acá? - sonreí y la tomé por la cintura, teníamos 5 horas hasta que llegara la cama.
- Me olvidé de decirte que quería que me cojas la cola como a Mimi, en tu cama... - dijo mi hermanita menor para luego besarme y empezar a desnudarse.
"Esta pendeja me va a dejar seco" pensé para mis adentros mientras ella me acariciaba la pija por encima del pantalón. Súbitamente me soltó y caminó a mi habitación, se sacó la calza que llevaba y se puso en 4 en la cama. Se corrió la tanga a un costado mostrando su conchita algo húmeda.
- Dale, ¿O te lo tengo que repetir? - me dijo ella mirándome, yo seguía rígido mirando ese panorama tan caliente como prohibido.
Subí a la cama con la botellita de lubricante en la mano y con ella bañé mi pija. Dejé caer un poco sobre la cola de Kari y de a poco empecé a cojerla... Sin saberlo en ese mismo momento estaba sonando el portero eléctrico y mi teléfono vibraba al recibir una llamada, la cama había llegado, pero con Kari estábamos ocupados, ella gimiendo y yo empujando mi verga más y más adentro, esta vez dejando toda mi leche dentro de ella.
*
A las seis de la tarde, después de cojer y dormir una siesta, Kari me despertó (por segunda vez en el día, pero sin estar chupándomela) dándome la noticia de que tenía mensajes y llamadas perdidas de la mueblería y de nuestra madre. Traté de hablar primero con la mueblería, de muy mala gana prometieron volver al día siguiente muy temprano, que esperaban que estuviera, luego hablé con mi madre, a ella no le gustó la idea pero si no quedaba de otra que me quedara. Le dije que iría para el mediodía y que llevaría helado, ella sonrió y dijo que nos esperaría con la comida hecha, que haría ravioles caseros con salsa blanca (mi plato favorito), nos dejó saludos a ambos y con Kari nos pedimos algo para cenar. Mimi, mientras tanto, nos puteaba en todos los idiomas por estar allí sin ella, sabía que nos íbamos a pasar la noche cojiendo.
*
Efectivamente la noche fue caliente, la pendeja era insaciable, 3 polvos al hilo y recién ahí se durmió. Le acabé dos veces en la boca y una vez más adentro del orto. Ella acabó más veces de las que pude contar, llamamos a Mimi para que nos escuchara y escucharla a ella pajeándose, todo fue demasiado excitante.
Lo malo vino el día siguiente, al llamar a mi madre para avisar que la cama ya había llegado me atendió Mica, primero me pidió que me tranquilizara y me dijo que los viejos se habían levantado con fiebre, por lo visto su amiga era asintomática y contagió a nuestros padres. Ella ya había llamado a la gente de la obra social y estaban por llegar, me dijo que me avisaría por cualquier novedad, me pidió que le avisara a Kari y a Lucas, si ella les decía algo seguramente le echarían la culpa. Lo entendí y me encargué de avisar a ambos, Kari lloró abrazada a mí un rato, me costó hacerla entender que todo estaría bien, que seguro iban a recuperarse. Lucas dijo que esa misma noche saldría para acá en un vuelo privado, su jefe se encargaría de traerlo, llegaría al país en plena madrugada, me pidió también que preguntara si había un departamento libre en el edificio.
Fueron horas caóticas, tener todo listo para la llegada de Lucas, que Mica me confirmara que mis padres se habían infectado y tener a Kari detrás mío preguntándome si estaba todo bien me estaban agotando mentalmente, antes de que me diera cuenta eran casi las seis de la tarde nuevamente y ni siquiera había comido. Karina me preparó un almuerzo rápido de sánguches de fiambre, unos mates y me pidió que por favor me calmara. Pero me costaba hacerlo, me tiré a dormir y al despertar ya era de noche, Kari dormía en tanga al lado mío. Me levanté y revisé que ya eran las dos, Lucas me mandó un mensaje diciendo que a eso de las cuatro de la mañana llegaría. Calenté agua, preparé el mate y esperé la llegada de mi hermano mayor.
Continuará...
4 comentarios - "La Cuarentena, Mi Melliza y Yo" Capítulo 11
de relatos
no puedas continuAR con la actual , mira si no la continuas que hacemos jajajajja con las ganas jaajajjajaja
no puedas continuAR con la actual , mira si no la continuas que hacemos jajajajja con las ganas jaajajjajaja