A la mañana siguiente me desperté como si fuera mi cumple de 15. Era pura euforia. Había tenido el mejor sexo y era un secreto prohibido. Sin embargo, estaba ansiosa de algo más.
Pasaron varios días tranquilos. Seba actuaba con total naturalidad, salvo por las miradas y sonrisas que compartíamos cuando nadie nos veía.
Una noche, mientras miraba la tele con mamá, él se acercó a desearnos las buenas noches muy cariñoso. Se inclinó sobre mamá y le dió un beso ruidoso casi en la boca, a lo que ella reaccionó riendo.
M- Ay Sebi! Que demostrativo!
Luego me tocó a mí y me hice la tonta. Lo dejé acercarse más y le puse una mano en la espalda mientras le ofrecía mi cachete. Me besó suave y apoyó un papelito entre mi cola y el asiento sin que mamá lo notara. Yo suspiré en su oreja.
M- Epa mi amor! Estás alzado? Con nosotras no eh! Jajaja
Miré a mamá y me di cuenta que estaba mirando en bulto de Seba que se marcaba en su short. Me puse colorada mal!
Esperé unos minutos y me fui a acostar también. Leí la nota. "Te espero cuando mamá esté roncando. Te quiero desnuda en mi cama"
Mi corazón se aceleró y me excité. Me preparé para él. Me puse aquel pijama de raso rosa sin ropa interior. Mis pezones y mi cola se marcaban muy bien.
Llegó el momento. Fui a su habitación y entré sin golpear. Lo encontré sentado con un pañuelo largo en la mano. Se acercó a mi, me besó dulcemente los labios y me sacó el top. Lamió mis tetas con paciencia y dedicación. Mi cuello y mi boca también recibían atención. Me hizo lamer un dedo y lo metió directo a abrir mi ya mojadísima concha. Me terminó de desnudar.
S- Acostate.
Lo hice y me vendó los ojos. Siguió con los besos por todas partes hasta que bajo a comerme perdiendo la delicadeza que tenía hasta ese entonces. Sus labios, su lengua, sus dedos me estimulaban a más no poder. Yo sentía todo sin ver nada.
S- Ponete en cuatro.
Obedecí otra vez. Se puso a pajearme duro con una mano mientras con la otra me abría la cola y me clavaba su lengua en mi hoyito cerrado, que me hizo estremecer. Poco a poco fui cediendo, sintiendo como mi culo gozaba de su lengua, lo que dio paso a un dedo y luego a dos.
Me tenía llena de sus dedos por los dos lados. La puta no decía nada. Yo solo quería más, ser más suya.
Y- Ponémela ahora!
S- Paciencia hermanita.
Apoyó su pija en mi entrada y la frotó unas veces bien suave. Después pasó a golpear mi concha con la punta. Me estaba enloqueciendo!
Y- Cogeme con esa pija por favor!
S- Si me lo pedís así...
Se la salivó bien y la metió toda. Eso era lo que quería! Me cogía de perrito golpeando hasta el fondo, muy intensamente, agarrándome fuerte de las nalgas. Con cada estaqueada lo sentía llenarme toda.
Y- Aahhhh... Me vas a matar Seba!
S- Quiero que acabes para mí!
Y- Dame más duro entonces!
Empezó a bombearme como un animal. Yo no resistí mucho y acabé fuerte. Tuve que morder la almohada para no gritar.
Y- Mmmmmhh!
Caí rendida. Seba se acostó a mi lado, recuperando el aire. Cuando me repuse me subí arriba de él.
Y- Ahora quiero sacarte la leche!
Lo que dije sonó tan trola que me di cuenta que Carla la puta y yo ya éramos una. Me rei sola de ese pensamiento.
Me puse a cogerlo como una gata. Lo acariciaba, lo lamía y me lo clavaba bien al fondo. Le susurré al oído.
Y- Quiero tu leche adentro Seb...
El me miró serio.
S- No podemos Carla. Quedarías embarazada seguro!
Tenía razón, pero igual puse cara de nena fastidiada y lo hice sonreír. Me saqué la pija y le hice una paja especial frotando la punta contra mi clítoris mientras con mi mano subía y bajaba a lo largo de todo el tronco velozmente. Cuando estuvo por acabar la apunté hacia él y toda la leche cayó en su abdomen y pecho.
S- Peeero... Mirá el desastre que hiciste! Vas a tener que limpiarlo!
Su sonrisa perversa no daba lugar a objeción. Me agarró de pelo y me puso a lamer. Fui su gatita. No paré hasta la última gota.
Cuando me fui a mi cama, me propuse como objetivo lograr que pierda la cabeza y acabe en mi interior. Ya iba a ver...
Pasaron varios días tranquilos. Seba actuaba con total naturalidad, salvo por las miradas y sonrisas que compartíamos cuando nadie nos veía.
Una noche, mientras miraba la tele con mamá, él se acercó a desearnos las buenas noches muy cariñoso. Se inclinó sobre mamá y le dió un beso ruidoso casi en la boca, a lo que ella reaccionó riendo.
M- Ay Sebi! Que demostrativo!
Luego me tocó a mí y me hice la tonta. Lo dejé acercarse más y le puse una mano en la espalda mientras le ofrecía mi cachete. Me besó suave y apoyó un papelito entre mi cola y el asiento sin que mamá lo notara. Yo suspiré en su oreja.
M- Epa mi amor! Estás alzado? Con nosotras no eh! Jajaja
Miré a mamá y me di cuenta que estaba mirando en bulto de Seba que se marcaba en su short. Me puse colorada mal!
Esperé unos minutos y me fui a acostar también. Leí la nota. "Te espero cuando mamá esté roncando. Te quiero desnuda en mi cama"
Mi corazón se aceleró y me excité. Me preparé para él. Me puse aquel pijama de raso rosa sin ropa interior. Mis pezones y mi cola se marcaban muy bien.
Llegó el momento. Fui a su habitación y entré sin golpear. Lo encontré sentado con un pañuelo largo en la mano. Se acercó a mi, me besó dulcemente los labios y me sacó el top. Lamió mis tetas con paciencia y dedicación. Mi cuello y mi boca también recibían atención. Me hizo lamer un dedo y lo metió directo a abrir mi ya mojadísima concha. Me terminó de desnudar.
S- Acostate.
Lo hice y me vendó los ojos. Siguió con los besos por todas partes hasta que bajo a comerme perdiendo la delicadeza que tenía hasta ese entonces. Sus labios, su lengua, sus dedos me estimulaban a más no poder. Yo sentía todo sin ver nada.
S- Ponete en cuatro.
Obedecí otra vez. Se puso a pajearme duro con una mano mientras con la otra me abría la cola y me clavaba su lengua en mi hoyito cerrado, que me hizo estremecer. Poco a poco fui cediendo, sintiendo como mi culo gozaba de su lengua, lo que dio paso a un dedo y luego a dos.
Me tenía llena de sus dedos por los dos lados. La puta no decía nada. Yo solo quería más, ser más suya.
Y- Ponémela ahora!
S- Paciencia hermanita.
Apoyó su pija en mi entrada y la frotó unas veces bien suave. Después pasó a golpear mi concha con la punta. Me estaba enloqueciendo!
Y- Cogeme con esa pija por favor!
S- Si me lo pedís así...
Se la salivó bien y la metió toda. Eso era lo que quería! Me cogía de perrito golpeando hasta el fondo, muy intensamente, agarrándome fuerte de las nalgas. Con cada estaqueada lo sentía llenarme toda.
Y- Aahhhh... Me vas a matar Seba!
S- Quiero que acabes para mí!
Y- Dame más duro entonces!
Empezó a bombearme como un animal. Yo no resistí mucho y acabé fuerte. Tuve que morder la almohada para no gritar.
Y- Mmmmmhh!
Caí rendida. Seba se acostó a mi lado, recuperando el aire. Cuando me repuse me subí arriba de él.
Y- Ahora quiero sacarte la leche!
Lo que dije sonó tan trola que me di cuenta que Carla la puta y yo ya éramos una. Me rei sola de ese pensamiento.
Me puse a cogerlo como una gata. Lo acariciaba, lo lamía y me lo clavaba bien al fondo. Le susurré al oído.
Y- Quiero tu leche adentro Seb...
El me miró serio.
S- No podemos Carla. Quedarías embarazada seguro!
Tenía razón, pero igual puse cara de nena fastidiada y lo hice sonreír. Me saqué la pija y le hice una paja especial frotando la punta contra mi clítoris mientras con mi mano subía y bajaba a lo largo de todo el tronco velozmente. Cuando estuvo por acabar la apunté hacia él y toda la leche cayó en su abdomen y pecho.
S- Peeero... Mirá el desastre que hiciste! Vas a tener que limpiarlo!
Su sonrisa perversa no daba lugar a objeción. Me agarró de pelo y me puso a lamer. Fui su gatita. No paré hasta la última gota.
Cuando me fui a mi cama, me propuse como objetivo lograr que pierda la cabeza y acabe en mi interior. Ya iba a ver...
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