Fer y Sebas adquieren un nuevo nivel de confianza entre ellos, ayudando a que aquellos encuentros íntimos sean más íntensos y frecuentes.
Martes.10:30 pm. En silencio, la familia reunida se encuentra cenando. Tom ha llegado cansado por su arduo día, la situación le parece algo extraña ya que regularmente Sebas y Fer se la pasan bromeando sobre alguna cosa, mientras él escucha atentamente y trata de entender sobre que. Sin embargo, esta noche su hija cena con la cabeza agachada mirando fijamente su plato, como cuando era una niña y estaba triste porque la habían castigado. Por su parte, Sebas habia puesto un video en su celular, el cual veía mientras consumía sus alimentos, con los audífonos puestos.
Tom termino de cenar y para tratar de cambiar el ambiente, llamo a sus dos hijos a que prestaran atención.
- Chicos, no sé que tienen hoy, pero tengo que hacerles un anuncio – dijo mirando a ambos – la constructora me ha encargado que vaya a revisar una de sus obras en Guadalajara, por lo que estaré fuera una semana. Así que, espero que no estén peleados o algo así, por que durante ese tiempo, ambos tendrán que hacerse cargo de la casa y de ustedes mismos.
Fer y Sebas se voltearon a mirar, era la primera vez que se veían desde hace unas horas cuando el momento de la masturbación tuvo lugar. Ninguno sonrió, solo miro fijamente al otro, como una mirada de complicidad.
- Claro viejo – dijo Sebas – no tienes nada de que preocuparte, todo está bien entre nosotros ¿verdad Fer?
- Si, por supuesto – se apresuro a decir.
Tom nuevamente miro a ambos, cuando la mirada se poso en Fer, esta sonrió ligeramente. Tom no muy convencido, dio su visto bueno.
- ¿Y cuando te irás? – pregunto Fer.
- El viernes por la noche o el sábado por la mañana, aún no tengo bien definido el momento, pues en la constructora no me han dicho nada concreto.
- Mmm ya veo – dijo Fer haciendo una mueca – te vamos a extrañar mucho papi.
- Y yo también peque – dijo acariciando la mejilla de su hija – pero sé que mis niños se van a portar bien, que la casa va a estar intacta cuando regrese y no van a hacer nada indebido.
- ¿Porqué me miras a mi? – dijo Sebas
- Mmm no lo sé, quizás porque a lo mejor, uno de esos días se te ocurre tener una reunión con amigos para desestresarte del trabajo y quizás esa reunión se sale de control.
- Jajaja no me hagas reír viejo – dijo Sebas entre risas – tengo tanto trabajo que hacer, que lo ultimo en que pienso es en hacer un fiesta o en ponerme a beber.
- Bueno – dijo en tono serio Tom – voy a creerte, espero no traiciones esa confianza.
Fer subió a su cuarto, mientras Sebas y su padre siguieron platicando de trivialidades mientras recogían la mesa y lavaban los platos. Al enterarse de aquella noticia, su mente comenzó a volar con miles de ideas.
Una semana, ¡una semana sola con Sebas! Era en lo único que podía pensar en aquellos momentos, para colmo, lo único que recordaba de su hermano era en aquel extraño y morboso momento en que lo había visto masturbarse hasta eyacular largos chorros de semen. ¿Qué pasara ahora? ¿Esos momentos, serán más frecuentes?, se mordía las uñas mientras pensaba esto y mil cosas más, y al mismo tiempo. Un calorcito rico y excitante comenzaba a manifestarse en su entrepierna, como si su conchita estuviera feliz de escuchar que por una semana entera, podría tener a su disposición a aquella vergota.
Miércoles.8:00 am. Fer despertó sobre saltada. Rabia tenido un sueño bastante raro, en él, ella e Irving habían ido a un bar gay, bailaban y cantaban mientras tomaban algunas cervezas, nada fuera de lo normal pues esto era costumbre en ellos. De repente, la gente comenzaba a acumularse entorno a una mesa donde personas se subían a bailar. Entre aplausos y chiflidos, un joven con antifaz y casi totalmente desnudo era subido a la mesa.
Al principio, se encontraba algo nervioso pues solo se encontraba en boxer. La música paraba y por las bocinas, una voz comenzaba a llamar a las mujeres que estuvieran dispuestas a subir para bailar con aquel hombre, sin embargo, había una regla y es que la mujer fuera hetero, pues dado que era un bar gay, esto no era un impedimento para que ingresarán muchas personas con diferentes gustos sexuales, de hecho, ver a un hetero era totalmente raro.
Los chiflidos y gritos comenzaron a aumentar, pues la regla le pareció absurda a la mayoría de los asistentes. Hasta que Irving tratando de jugarle una broma,grito “¡Aquí, a mi amiga le gustan las vergas!”, entonces todos comenzaban a demandar que subiera. Empujones, aplausos, chiflidos y gritos, Fer sentía que todos se iban contra ella y no pudiendo aguantar más la presión social, llena de nervios subía a la mesa junto con el joven. Entonces, la música comenzaba a sonar y al ritmo del reggaetón, ambos comenzaban a bailar. Sin embargo, el publico demandaba más espectáculo, por lo que comenzaban a pedir mejores movimientos y más sensuales. Ante esto, Fer y el chico se pegaban el uno al otro y comenzaban a bailar de forma mucho más sensual, Fer mostrando unos movimientos de cadera que hacían saltar su culo de forma obscena y sumamente sexy, el chico por su parte, se coloco atrás de Fer, pegando su miembro al culo de la chica y simulando movimientos de sexo, la agarro de la cintura, la nalgueaba ligeramente y acompaña sus movimientos con la pelvis.
Fer se dejo llevar, estaba ya algo tomada y la sensación de su culo pegada al miembro del chico le parecía excitante, pues todos estaban viendo aquella acción.
Continuaron así toda la canción, hasta que escucho una voz muy clara que decía “Ya se le paro, que se la saque” Fer entonces volteaba a ver al chico, mejor dicho, a la verga del chico, que se asomaba erecta y desafiante, saliéndose del boxer. Y esa verga, era idéntica a la de su hermano, entonces Fer despertó.
Fer miro por 5 minutos el techo, aliviada pues todo había sido un sueño, sin embargo, notaba las tetas hinchadas, los pezones duros y algo de jugo escurriendo de su conchita. Aquel sueño le había excitado. Bajo su mano, la metió en su pantalón y haciendo a un lado su tanguita, acaricio toda la raja de su conchita. ¡Dios que rico se sintió! Dio un gemido y sus piernas temblaron ligeramente, ella pensaba que solo había sido un poco, pero su cuerpo y más específicamente, su sexo le decía que aquello había sido demasiado excitante.
Ante esto, no quedaba otra forma que masturbarse nuevamente. Aunque con la excitación que tenia encima, seguro en menos de 5 minutos estaría corriéndose de forma sumamente rica y sensual en medio de su cama. Pero cuando se disponía a iniciar aquella labor, alguien toco a su puerta.
- Fer, ¿ya estás despiertas?
- Si… si papá ¿Qué sucede?
- Que bueno hija, no quería tener que despertarte. Oye, me tengo que ir ya pues hubo un accidente anoche en la obra mientras descargaban algunos materiales. Te encargo que despiertes ya de una vez a tu hermano, se le va a hacer tarde, por favor.
- Si papá no te preocupes, yo despierto a Sebas.
- Pero despiértalo ya, muchas gracias hija, te amo.
- Te amo papá, ten un buen día.
Fer entonces se levanto, tendió su cama rápidamente y así como se encontraba, salió de su habitación. Escucho a lo lejos, la puerta de la casa cerrarse.
- Sebas, ¿ya estás despierto?
Fer no obtuvo respuesta, toco más fuerte.
- Sebas, ya son las ocho y cuarto, se te va a hacer tarde.
Pero nuevamente no obtuvo respuesta.
Entonces Fer abrió la puerta y entro. Encontró la cama totalmente destendida y bajo las cobijas, se encontraba posiblemente su hermano. Se fue acercando y cuando estuvo al pie de la cama, pudo ver que algunas partes de su cuerpo desnudo se asomaban, una de ellas, su cara, la cual le decía que dormía plácidamente. Por otro lado, en su entrepierna, una maciza erección le decía a Fer que tenia un sueño bastante agitado.
Por supuesto, la calentura con la que se había despertado no había desaparecido del todo, y la imagen de aquella dura erección, volvía a avivar el fuego. Fer se le quedo viendo, solo una parte de la base de la verga se dejaba ver, los redondos y grandes testículos y parte de la base, casi la mayoría del tronco y la cabeza permanecían ocultos por las cobijas, sin embargo, esa verga luchaba por salir. Como si aquel impedimento, fuera en realidad un reto para ella.
Fer se relamia, ya pasaba una mano por su conchita y lentamente, unos dedos comenzaban a colarse por ahí. Viendo sin pestañear, esas torneadas piernas y esos huevos enormes. Lentamente se fue acercando, entonces se sobresalto, pues su hermano se movió un poco. Lo que hizo que más de su verga quedara a la vista, solo la gorda cabeza se encontraba cubierta.
Fer movía cada vez más rápido su mano y sus dedos, se chupaba los dedos saboreando sus jugos y volviendo a su tarea masturbatoria mientras no apartaba la vista del a verga de su hermano.
Pero la calentura la tenia tan alta, necesitaba verla completa, desafiante, imponente, necesitaba verla en toda su longitud totalmente erguida apuntando al cielo, entonces se acerco hasta queda sentada a lado de su hermano y lentamente, hizo un lado la cobija para dejar al descubierto la vergota erecta.
Ahí estaba una vez más, no importaba que ya la hubiera visto antes, le seguia pareciendo enorme de larga, muy gorda, llena de venas a punto de estallar y la cabeza rosada, brillante y seductora, como pidiendo fervientemente, que le dieran un buen chupetón. Fer no paraba de colarse los dedos, ya su concha era un autentico charco, en aquel cuarto únicamente se oía el chapoteo de sus dedos entrando desesperadamente en su conchita y dulces gemidos que trataba de disimular.
Veía la verga, le encantaba, era grande, muy grande, era gruesa, muy gruesa y lo mejor, era de su hermano, estar ahí en su cuarto, viendosela en todo su esplendor mientras dormía y ella como posesa colándose los dedos, le hacían sufrir la peor calentura de su vida. Entonces, un pensamiento cruzo por su mente ¿Cuándo volvería a cruzarse por su camino un hombre tan bien dotado?, es decir, no todos la tienen asi de grande… y hermosa. ¿Estaría mal que quisiera sentirla?
Pensaba en ello, pero casi de inmediato estiro la mano y la poso sobre la verga.
En cuanto la tomo, sintió que la verga por mero instinto, dio un ligero salto. Fer entonces la tomo con firmeza y se dio cuenta que era tan gruesa que su pequeña manita era insuficiente para rodearla por completo, se sentía suave, se sentía caliente, puso atención e incluso pudo sentir como si aquella verga latiera, como si el contacto de otra piel despertara en ella su instinto animal. Fer la movía, le agradaba la sensación, la admiraba, se maravillaba con tan suculento pedazo de carne sin dejar de pensar, como sería cuando aquella bestia decidiera perforar un hoyo o una boca. “Ay no, seguro que no te puedes sentaren un mes” pensaba Fer, aunque esto en vez de asustarle, solo la excitaba aún más. Le calentaba tener en la mano una verga tan hermosa y grande, sobre todo siendo que era de su misma familia.
Bajo la mano y tomo los gordos huevos, eran mucho más suaves que el resto de la verga, los sintió pesados y algo duros, seguro a eso era lo que se refería Sebas cuando decía que le dolían. Pasaba sus dedos queriendo hacerles cosquillas, luego con sus dedos jugaba con ellos como si fueran bolas antiestrés, lo que parecía gustarle a su hermano. Pues escucho un ligero gemido, una tensión ligera en las piernas y la verga dio un salto que le golpeo el antebrazo. Fer sonrió, le daba gusto saber que sus caricias, surtían efecto en aquella verga enorme.
- Tienes mucha leche verdad – dijo casi murmurando – pobrecita, tiene mucho que no te tratan como te mereces ¿no?
Fer acariciaba la enorme cabeza mientras le hablaba bajo y dulce, como si de un bebe se tratara.
- Seguro te mueres por meterte en un hoyito muy apretado y húmedo verdad, siento como vibras, ¿te gustan estás caricias? No tienes que contestarme, puedo sentir como te tensas de repente, como si gritaras, “Por favor, vaciame los huevos”.
Bueno – dijo ahora tomándola a medio tronco firmemente – no te preocupes, hoy tu hermanita te va a hacer acabar como nunca.
Comenz óentonces a masturbar a su hermano. Primero con movimientos lentos y suaves, como dándole mimos a esa vergota, pero tras unos minutos, comenzó a aumentar la velocidad. Subía y bajaba la mano cada vez más rápido, cada vez con más fuerza. Algunas veces, soltaba la verga y masajeaba los huevos durante unos segundos, solo para posteriormente, volver a frotar toda su mano en toda esa carne.Recordó entonces lo que hacia Sebas, subió hasta la gorda cabeza y con su muñeca, hizo movimientos circulares. Sebas hizo una expresión de placer mientras dejaba escapar un gemido. Fer lo noto pero no le importo, estaba tan concentrada en aquella tarea que nada para ella existía, más que la visión de esa enorme verga siendo estimulada por su manita.
Durante 10 minutos, la mano de Fer continuo con la tarea, la verga lucia ya roja de la mitad hacia arriba por la estimulación, sin embargo, Fer solo aumentaba la velocidad, deseando que eyaculara antes que su hermano despertara. La concha le quemaba, aunque paradójicamente, parecía un rio ahí abajo, su clítoris ya se encontraba tan hinchado que haría falta solo una estimulación pequeña para alcanzar el tan deseado orgasmo. Sin embargo, quería correrse viendo eyacular a esa maravilla de la naturaleza, si, quería tener un orgasmo al mismo tiempo que Sebas.
Pero entonces, debido a los intensos movimientos de Fer y al placer que le daba, Sebas despertó. Al principio, no supo que pasaba, sin embargo, pocos segundos bastaron para que oleadas de placer le hicieran mirar hacia abajo. Abrió los ojos como platos.
- ¡¿Fer que estás haciendo?!
Ante aquel grito, Fer salió del trance y salto espantada. Solo la verga de inmediato y miro la cara de Sebas. No era de enojo, sino más bien de asombro. Se puso roja como un tomate, el pulso se le acelero, no hubiera deseado otra cosa más que la tierra se la tragara.
- Fer, contesta – insistió Sebas - ¿qué crees que estabas haciendo?
Fer bajo la cabeza llena de vergüenza, no sabia ni que decir.
- Fer, mírame – dijo después de unos minutos su hermano – mírame por favor.
Ante la insistencia, Fer lo hizo, sin embargo, al hacer contacto con sus ojos,sintió que no podía sostenerle la mirada e incluso, que iba a comenzar a llorar.
- Fer – dijo Sebas acariciando su mejilla – no estoy enojado, solo… sorprendido. Por favor, no llores, es solo que todo esto es muy repentino y… extraño. Pero no te preocupes, no pasa nada, solo… dime que es lo que pasa.
Fer se tomo unos minutos, lo miro fijamente, Sebas incluso le dedico una sonrisa. Más tranquila, comenzó a hablar.
- Sebas… yo… este… papá me dijo que te viniera a despertar, porque se te iba a hacer tarde para el trabajo.
- Bueno, pues gracias, te lo agradezco – dijo sonriendo – pero, ¿por qué me la estabas jalando?
- Ay Sebas es que… no sé, entre y vi que estabas… excitado y tu… verga estaba queriendo salir y luego te moviste y todo se te vio y… y… y… y no me pude aguantar las ganas de tocarla.
Sebas miro a Fer, decir eso le había costado toda su fuerza de carácter, por lo que habia vuelto a bajar la cabeza. Sabia que Fer se lo decía de la forma más sincera posible, y pensándolo bien, creyó que era justo que ella también se excitara, que también sintiera algo de morbo. ¡Dios lo había visto masturbarse dos veces! Seguro Fer también necesitaba aliviarse, pensó.
- Fer – dijo tomándola por la barbilla para verla directamente a los ojos – muchas gracias por venirme a despertar. Ha sido… muy genial. No tienes porque avergonzarte, ni sentir algún tipo de culpa o algo así. Yo, te lo repito, no estoy enojado contigo, solo un poco sorprendido.
Pero – continuo – para ser justos, te entiendo. Debe de ser difícil para ti haberme visto masturbarme y tu sola en tu cuarto. Sé que quizás debes de tener ganas acumuladas, por eso no te preocupes, te entiendo hermanita.
Fer volvió a ruborizarse, ¿Cómo es que su hermano siempre fuera tan lindo y comprensivo con ella? Instintivamente se lanzo a abrazarlo.
- Igual – dijo después de un minuto – si te sirve de algo verme o algo así, hazlo sin preocupaciones.
- ¿Lo dices en serio? – pregunto sorprendida Fer.
- Si, tu hazlo sin miedo hermanita, si puedo ayudarte de alguna forma a que te desahogues un poco, con gusto te ayudo. Si quieres ver mi… verga, solo pidemelo y ya. Dime, ¿te has masturbado mirándome?
- Si… - decía nerviosa – si me he tocado un poco.
- Me da gusto – sonrió Sebas – así como tu me dijiste que dejáramos los tabúes atrás, yo ahora te digo lo mismo, si tienes que hacerlo o quieres mi ayuda, sin miedo siempre hermanita.
Fer sonrio, le dio un beso a Sebas en su mejilla, le encantaba aquel hombre. Se sentía protegida y comprendida a su lado, pero aun con eso, no podía pasar por alto que la vergota de Sebas, no había disminuido para nada en tamaño y grosor.
- Sebas – dijo Fer – tu verga sigue muy dura y grande.
- Si hermanita, es que, la verdad que lo que me estabas haciendo se sentía muy rico.
- ¿En serio? ¿Te gusto mucho?
- Tanto que me desperté y casi a punto de vaciarme.
- ¿En serio estabas apunto de correrte?
- Si hermanita.
Fer con más confianza, volvió a tomar la verga de su hermano iniciando un lento vaiven. Sebas al ver esa escena, sintió un rico cosquilleo en la verga.
- Sebas – dijo dulcemente Fer – me dejas hacerte acabar.
Sebas no respondió, solo paso sus manos por detrás de su cabeza y se recostó plácidamente, dándole vía libre a Fer para que hiciera lo que quisiera. Y así lo hizo, durante los siguientes minutos, su hermana se dedico a jalarle la verga. Lo hacia suave, después subía la velocidad, la apretaba, se entretenía especialmente con la gruesa cabeza y los gordos huevos. Lo que le fascinaba a Sebas.
- ¿Te gusta esto?
- Si Fer, se siente muy rico.
- ¿Y esto?
- Si Fer, lo haces de maravilla.
A Fer le encantaba oír eso, por eso de tanto en tanto, le preguntaba a Sebas,solamente para recibir una respuesta que ya conocía. A pesar que aumentaba el ritmo y la machacaba fuerte, tras otros 6 minutos intensos, la verga seguía firme y en pie de guerra.
- ¡Ay Sebas cuanto aguante tienes!
- Sigue Fer – decía gimiendo – sigue, por favor, sigue.
Escuchar a su hermano en esa situación, disparo su lado más morboso.
- Esto es lo que quieres, ¿qué te siga jalando tu vergota? Te excita, lo puedo sentir. ¿te vuelve loco que tu hermanita te la haya venido a jalar?
- Si, me tienes a punto.
- ¿Apunto de qué? ¿a punto de llenarle la mano a tu pequeña hermanita de tu leche? Serás cabron.
- ¡Ay no Fer, me vas hacer acabar mucho!
- Vaciate entonces Sebas, déjame ver que tanto gusto te estoy dando. Déjalo salir todo, no te detengas, muéstrale a tu hermanita, cuanta leche tienes ahí guardada en esos huevotes enormes. Enséñame como acaba una verdadera verga como la tuya.¡Ay la tienes bien gorda y larga! Mi pobre manita no puede con ella, seguro pocas te la aguantan. Pero te digo algo, a mi me encanta. Me encanta vertela bien parada, con esas venas apunto de reventar y que se te ponga tan tiesa que parece un fierro.
Fer entonces se recostó a su lado, sin dejar de jalársela ni por un segundo, mientras Sebas tenia los ojos cerrados totalmente concentrado en su placer, y con una mueca que denotaba, estaba apunto de estallar.
- Sabes algo – le dijo surrandole al oído – me gusta tanto, que te la voy a venir a jalar cada mañana.
Sebas ya no pudo más, las piernas se le tensaron, la verga se le inflamo y creció un poco más a lo ancho y a lo largo. Gimio e incluso dio un pequeño brinco. La leche comenzó a salir, como una manguera a presión, chorro tras chorro fueron saliendo, parecía una fuente. Los disparos eran abundantes y muy largos, la mano de Fer apunto hacia su cara, lo que hizo que los primeros chorros fueran a parar al pecho y mentón de Fer, los siguientes fueron igual de abuntantes pero no tan largos, por lo que fueron a parar al pecho de Sebas.
Fer perdió la cuenta de los chorros que salieron de la vergota de Sebas, solo miraba fascinada como en el pecho de su hermano, se iba formando poco a poco un pequeño lago de semen. No supo cuanto tiempo duro, pero cuando por fin termino, la verga satisfecha quedo recostada sobre uno de los muslos de su hermano.¡Santo dios si parecía una tercera pierna!
La leche, había alcanzado a salpicarla en sus pechos e incluso en su mentón, ¿cómo un hombre podía producir tal cantidad de semen?
Sebas aprovecho que su hermana seguía anonadada con aquella eyaculación, giro su cabeza y la beso. No fue un beso largo, ni sensual, fue un beso tierno y no duro mucho. Fer no supo que había pasado, de repente su mente se quedo en blanco y solo cerro los ojos, dejo a su hermano jugar con sus labios.
- Gracias Fer – dijo Sebas cuando se separo de ella – jamás había acabado de esa forma.
- Este…
- Hermanita, te adoro, eres la mejor.
Sebas le dedico una sonrisa que le hizo ruborizarse. El se levanto, tomo una toalla que se encontraba cerca y se limpio la mayor parte del semen en su cuerpo y rápidamente, entro al baño para darse una ducha.
Fer, por puro instinto, llevo la mano a su conchita que parecía implorarle, por favor le diera la satisfacción del orgasmo. Cerro los ojos, pellizco e hizo círculos en su clítoris y rápidamente, comenzó a convulsionarse, su cuerpo se tenso, arqueo la espalda. Dio un grito tan fuerte que deseo que el ruido del agua fuera tan fuerte como para amortiguarlo, pues seguro que su hermano se hubiera espantado.
Le temblaron las piernas, sintió corrientes eléctricas por todo su cuerpo y entonces, en la cúspide de su orgasmo, sintió que se orinaba. Un gran chorro a presión salió de su conchita mojando parte de la cama y su pijama dejandola empapada, por un momento, se quedo en blanco, solo sintiendo placer y cuando por fin un pensamiento cruzo su mente, fue el recuerdo de aquella verga enorme vaciándose gracias a las caricias de su manita.
Continuará...
Martes.10:30 pm. En silencio, la familia reunida se encuentra cenando. Tom ha llegado cansado por su arduo día, la situación le parece algo extraña ya que regularmente Sebas y Fer se la pasan bromeando sobre alguna cosa, mientras él escucha atentamente y trata de entender sobre que. Sin embargo, esta noche su hija cena con la cabeza agachada mirando fijamente su plato, como cuando era una niña y estaba triste porque la habían castigado. Por su parte, Sebas habia puesto un video en su celular, el cual veía mientras consumía sus alimentos, con los audífonos puestos.
Tom termino de cenar y para tratar de cambiar el ambiente, llamo a sus dos hijos a que prestaran atención.
- Chicos, no sé que tienen hoy, pero tengo que hacerles un anuncio – dijo mirando a ambos – la constructora me ha encargado que vaya a revisar una de sus obras en Guadalajara, por lo que estaré fuera una semana. Así que, espero que no estén peleados o algo así, por que durante ese tiempo, ambos tendrán que hacerse cargo de la casa y de ustedes mismos.
Fer y Sebas se voltearon a mirar, era la primera vez que se veían desde hace unas horas cuando el momento de la masturbación tuvo lugar. Ninguno sonrió, solo miro fijamente al otro, como una mirada de complicidad.
- Claro viejo – dijo Sebas – no tienes nada de que preocuparte, todo está bien entre nosotros ¿verdad Fer?
- Si, por supuesto – se apresuro a decir.
Tom nuevamente miro a ambos, cuando la mirada se poso en Fer, esta sonrió ligeramente. Tom no muy convencido, dio su visto bueno.
- ¿Y cuando te irás? – pregunto Fer.
- El viernes por la noche o el sábado por la mañana, aún no tengo bien definido el momento, pues en la constructora no me han dicho nada concreto.
- Mmm ya veo – dijo Fer haciendo una mueca – te vamos a extrañar mucho papi.
- Y yo también peque – dijo acariciando la mejilla de su hija – pero sé que mis niños se van a portar bien, que la casa va a estar intacta cuando regrese y no van a hacer nada indebido.
- ¿Porqué me miras a mi? – dijo Sebas
- Mmm no lo sé, quizás porque a lo mejor, uno de esos días se te ocurre tener una reunión con amigos para desestresarte del trabajo y quizás esa reunión se sale de control.
- Jajaja no me hagas reír viejo – dijo Sebas entre risas – tengo tanto trabajo que hacer, que lo ultimo en que pienso es en hacer un fiesta o en ponerme a beber.
- Bueno – dijo en tono serio Tom – voy a creerte, espero no traiciones esa confianza.
Fer subió a su cuarto, mientras Sebas y su padre siguieron platicando de trivialidades mientras recogían la mesa y lavaban los platos. Al enterarse de aquella noticia, su mente comenzó a volar con miles de ideas.
Una semana, ¡una semana sola con Sebas! Era en lo único que podía pensar en aquellos momentos, para colmo, lo único que recordaba de su hermano era en aquel extraño y morboso momento en que lo había visto masturbarse hasta eyacular largos chorros de semen. ¿Qué pasara ahora? ¿Esos momentos, serán más frecuentes?, se mordía las uñas mientras pensaba esto y mil cosas más, y al mismo tiempo. Un calorcito rico y excitante comenzaba a manifestarse en su entrepierna, como si su conchita estuviera feliz de escuchar que por una semana entera, podría tener a su disposición a aquella vergota.
Miércoles.8:00 am. Fer despertó sobre saltada. Rabia tenido un sueño bastante raro, en él, ella e Irving habían ido a un bar gay, bailaban y cantaban mientras tomaban algunas cervezas, nada fuera de lo normal pues esto era costumbre en ellos. De repente, la gente comenzaba a acumularse entorno a una mesa donde personas se subían a bailar. Entre aplausos y chiflidos, un joven con antifaz y casi totalmente desnudo era subido a la mesa.
Al principio, se encontraba algo nervioso pues solo se encontraba en boxer. La música paraba y por las bocinas, una voz comenzaba a llamar a las mujeres que estuvieran dispuestas a subir para bailar con aquel hombre, sin embargo, había una regla y es que la mujer fuera hetero, pues dado que era un bar gay, esto no era un impedimento para que ingresarán muchas personas con diferentes gustos sexuales, de hecho, ver a un hetero era totalmente raro.
Los chiflidos y gritos comenzaron a aumentar, pues la regla le pareció absurda a la mayoría de los asistentes. Hasta que Irving tratando de jugarle una broma,grito “¡Aquí, a mi amiga le gustan las vergas!”, entonces todos comenzaban a demandar que subiera. Empujones, aplausos, chiflidos y gritos, Fer sentía que todos se iban contra ella y no pudiendo aguantar más la presión social, llena de nervios subía a la mesa junto con el joven. Entonces, la música comenzaba a sonar y al ritmo del reggaetón, ambos comenzaban a bailar. Sin embargo, el publico demandaba más espectáculo, por lo que comenzaban a pedir mejores movimientos y más sensuales. Ante esto, Fer y el chico se pegaban el uno al otro y comenzaban a bailar de forma mucho más sensual, Fer mostrando unos movimientos de cadera que hacían saltar su culo de forma obscena y sumamente sexy, el chico por su parte, se coloco atrás de Fer, pegando su miembro al culo de la chica y simulando movimientos de sexo, la agarro de la cintura, la nalgueaba ligeramente y acompaña sus movimientos con la pelvis.
Fer se dejo llevar, estaba ya algo tomada y la sensación de su culo pegada al miembro del chico le parecía excitante, pues todos estaban viendo aquella acción.
Continuaron así toda la canción, hasta que escucho una voz muy clara que decía “Ya se le paro, que se la saque” Fer entonces volteaba a ver al chico, mejor dicho, a la verga del chico, que se asomaba erecta y desafiante, saliéndose del boxer. Y esa verga, era idéntica a la de su hermano, entonces Fer despertó.
Fer miro por 5 minutos el techo, aliviada pues todo había sido un sueño, sin embargo, notaba las tetas hinchadas, los pezones duros y algo de jugo escurriendo de su conchita. Aquel sueño le había excitado. Bajo su mano, la metió en su pantalón y haciendo a un lado su tanguita, acaricio toda la raja de su conchita. ¡Dios que rico se sintió! Dio un gemido y sus piernas temblaron ligeramente, ella pensaba que solo había sido un poco, pero su cuerpo y más específicamente, su sexo le decía que aquello había sido demasiado excitante.
Ante esto, no quedaba otra forma que masturbarse nuevamente. Aunque con la excitación que tenia encima, seguro en menos de 5 minutos estaría corriéndose de forma sumamente rica y sensual en medio de su cama. Pero cuando se disponía a iniciar aquella labor, alguien toco a su puerta.
- Fer, ¿ya estás despiertas?
- Si… si papá ¿Qué sucede?
- Que bueno hija, no quería tener que despertarte. Oye, me tengo que ir ya pues hubo un accidente anoche en la obra mientras descargaban algunos materiales. Te encargo que despiertes ya de una vez a tu hermano, se le va a hacer tarde, por favor.
- Si papá no te preocupes, yo despierto a Sebas.
- Pero despiértalo ya, muchas gracias hija, te amo.
- Te amo papá, ten un buen día.
Fer entonces se levanto, tendió su cama rápidamente y así como se encontraba, salió de su habitación. Escucho a lo lejos, la puerta de la casa cerrarse.
- Sebas, ¿ya estás despierto?
Fer no obtuvo respuesta, toco más fuerte.
- Sebas, ya son las ocho y cuarto, se te va a hacer tarde.
Pero nuevamente no obtuvo respuesta.
Entonces Fer abrió la puerta y entro. Encontró la cama totalmente destendida y bajo las cobijas, se encontraba posiblemente su hermano. Se fue acercando y cuando estuvo al pie de la cama, pudo ver que algunas partes de su cuerpo desnudo se asomaban, una de ellas, su cara, la cual le decía que dormía plácidamente. Por otro lado, en su entrepierna, una maciza erección le decía a Fer que tenia un sueño bastante agitado.
Por supuesto, la calentura con la que se había despertado no había desaparecido del todo, y la imagen de aquella dura erección, volvía a avivar el fuego. Fer se le quedo viendo, solo una parte de la base de la verga se dejaba ver, los redondos y grandes testículos y parte de la base, casi la mayoría del tronco y la cabeza permanecían ocultos por las cobijas, sin embargo, esa verga luchaba por salir. Como si aquel impedimento, fuera en realidad un reto para ella.
Fer se relamia, ya pasaba una mano por su conchita y lentamente, unos dedos comenzaban a colarse por ahí. Viendo sin pestañear, esas torneadas piernas y esos huevos enormes. Lentamente se fue acercando, entonces se sobresalto, pues su hermano se movió un poco. Lo que hizo que más de su verga quedara a la vista, solo la gorda cabeza se encontraba cubierta.
Fer movía cada vez más rápido su mano y sus dedos, se chupaba los dedos saboreando sus jugos y volviendo a su tarea masturbatoria mientras no apartaba la vista del a verga de su hermano.
Pero la calentura la tenia tan alta, necesitaba verla completa, desafiante, imponente, necesitaba verla en toda su longitud totalmente erguida apuntando al cielo, entonces se acerco hasta queda sentada a lado de su hermano y lentamente, hizo un lado la cobija para dejar al descubierto la vergota erecta.
Ahí estaba una vez más, no importaba que ya la hubiera visto antes, le seguia pareciendo enorme de larga, muy gorda, llena de venas a punto de estallar y la cabeza rosada, brillante y seductora, como pidiendo fervientemente, que le dieran un buen chupetón. Fer no paraba de colarse los dedos, ya su concha era un autentico charco, en aquel cuarto únicamente se oía el chapoteo de sus dedos entrando desesperadamente en su conchita y dulces gemidos que trataba de disimular.
Veía la verga, le encantaba, era grande, muy grande, era gruesa, muy gruesa y lo mejor, era de su hermano, estar ahí en su cuarto, viendosela en todo su esplendor mientras dormía y ella como posesa colándose los dedos, le hacían sufrir la peor calentura de su vida. Entonces, un pensamiento cruzo por su mente ¿Cuándo volvería a cruzarse por su camino un hombre tan bien dotado?, es decir, no todos la tienen asi de grande… y hermosa. ¿Estaría mal que quisiera sentirla?
Pensaba en ello, pero casi de inmediato estiro la mano y la poso sobre la verga.
En cuanto la tomo, sintió que la verga por mero instinto, dio un ligero salto. Fer entonces la tomo con firmeza y se dio cuenta que era tan gruesa que su pequeña manita era insuficiente para rodearla por completo, se sentía suave, se sentía caliente, puso atención e incluso pudo sentir como si aquella verga latiera, como si el contacto de otra piel despertara en ella su instinto animal. Fer la movía, le agradaba la sensación, la admiraba, se maravillaba con tan suculento pedazo de carne sin dejar de pensar, como sería cuando aquella bestia decidiera perforar un hoyo o una boca. “Ay no, seguro que no te puedes sentaren un mes” pensaba Fer, aunque esto en vez de asustarle, solo la excitaba aún más. Le calentaba tener en la mano una verga tan hermosa y grande, sobre todo siendo que era de su misma familia.
Bajo la mano y tomo los gordos huevos, eran mucho más suaves que el resto de la verga, los sintió pesados y algo duros, seguro a eso era lo que se refería Sebas cuando decía que le dolían. Pasaba sus dedos queriendo hacerles cosquillas, luego con sus dedos jugaba con ellos como si fueran bolas antiestrés, lo que parecía gustarle a su hermano. Pues escucho un ligero gemido, una tensión ligera en las piernas y la verga dio un salto que le golpeo el antebrazo. Fer sonrió, le daba gusto saber que sus caricias, surtían efecto en aquella verga enorme.
- Tienes mucha leche verdad – dijo casi murmurando – pobrecita, tiene mucho que no te tratan como te mereces ¿no?
Fer acariciaba la enorme cabeza mientras le hablaba bajo y dulce, como si de un bebe se tratara.
- Seguro te mueres por meterte en un hoyito muy apretado y húmedo verdad, siento como vibras, ¿te gustan estás caricias? No tienes que contestarme, puedo sentir como te tensas de repente, como si gritaras, “Por favor, vaciame los huevos”.
Bueno – dijo ahora tomándola a medio tronco firmemente – no te preocupes, hoy tu hermanita te va a hacer acabar como nunca.
Comenz óentonces a masturbar a su hermano. Primero con movimientos lentos y suaves, como dándole mimos a esa vergota, pero tras unos minutos, comenzó a aumentar la velocidad. Subía y bajaba la mano cada vez más rápido, cada vez con más fuerza. Algunas veces, soltaba la verga y masajeaba los huevos durante unos segundos, solo para posteriormente, volver a frotar toda su mano en toda esa carne.Recordó entonces lo que hacia Sebas, subió hasta la gorda cabeza y con su muñeca, hizo movimientos circulares. Sebas hizo una expresión de placer mientras dejaba escapar un gemido. Fer lo noto pero no le importo, estaba tan concentrada en aquella tarea que nada para ella existía, más que la visión de esa enorme verga siendo estimulada por su manita.
Durante 10 minutos, la mano de Fer continuo con la tarea, la verga lucia ya roja de la mitad hacia arriba por la estimulación, sin embargo, Fer solo aumentaba la velocidad, deseando que eyaculara antes que su hermano despertara. La concha le quemaba, aunque paradójicamente, parecía un rio ahí abajo, su clítoris ya se encontraba tan hinchado que haría falta solo una estimulación pequeña para alcanzar el tan deseado orgasmo. Sin embargo, quería correrse viendo eyacular a esa maravilla de la naturaleza, si, quería tener un orgasmo al mismo tiempo que Sebas.
Pero entonces, debido a los intensos movimientos de Fer y al placer que le daba, Sebas despertó. Al principio, no supo que pasaba, sin embargo, pocos segundos bastaron para que oleadas de placer le hicieran mirar hacia abajo. Abrió los ojos como platos.
- ¡¿Fer que estás haciendo?!
Ante aquel grito, Fer salió del trance y salto espantada. Solo la verga de inmediato y miro la cara de Sebas. No era de enojo, sino más bien de asombro. Se puso roja como un tomate, el pulso se le acelero, no hubiera deseado otra cosa más que la tierra se la tragara.
- Fer, contesta – insistió Sebas - ¿qué crees que estabas haciendo?
Fer bajo la cabeza llena de vergüenza, no sabia ni que decir.
- Fer, mírame – dijo después de unos minutos su hermano – mírame por favor.
Ante la insistencia, Fer lo hizo, sin embargo, al hacer contacto con sus ojos,sintió que no podía sostenerle la mirada e incluso, que iba a comenzar a llorar.
- Fer – dijo Sebas acariciando su mejilla – no estoy enojado, solo… sorprendido. Por favor, no llores, es solo que todo esto es muy repentino y… extraño. Pero no te preocupes, no pasa nada, solo… dime que es lo que pasa.
Fer se tomo unos minutos, lo miro fijamente, Sebas incluso le dedico una sonrisa. Más tranquila, comenzó a hablar.
- Sebas… yo… este… papá me dijo que te viniera a despertar, porque se te iba a hacer tarde para el trabajo.
- Bueno, pues gracias, te lo agradezco – dijo sonriendo – pero, ¿por qué me la estabas jalando?
- Ay Sebas es que… no sé, entre y vi que estabas… excitado y tu… verga estaba queriendo salir y luego te moviste y todo se te vio y… y… y… y no me pude aguantar las ganas de tocarla.
Sebas miro a Fer, decir eso le había costado toda su fuerza de carácter, por lo que habia vuelto a bajar la cabeza. Sabia que Fer se lo decía de la forma más sincera posible, y pensándolo bien, creyó que era justo que ella también se excitara, que también sintiera algo de morbo. ¡Dios lo había visto masturbarse dos veces! Seguro Fer también necesitaba aliviarse, pensó.
- Fer – dijo tomándola por la barbilla para verla directamente a los ojos – muchas gracias por venirme a despertar. Ha sido… muy genial. No tienes porque avergonzarte, ni sentir algún tipo de culpa o algo así. Yo, te lo repito, no estoy enojado contigo, solo un poco sorprendido.
Pero – continuo – para ser justos, te entiendo. Debe de ser difícil para ti haberme visto masturbarme y tu sola en tu cuarto. Sé que quizás debes de tener ganas acumuladas, por eso no te preocupes, te entiendo hermanita.
Fer volvió a ruborizarse, ¿Cómo es que su hermano siempre fuera tan lindo y comprensivo con ella? Instintivamente se lanzo a abrazarlo.
- Igual – dijo después de un minuto – si te sirve de algo verme o algo así, hazlo sin preocupaciones.
- ¿Lo dices en serio? – pregunto sorprendida Fer.
- Si, tu hazlo sin miedo hermanita, si puedo ayudarte de alguna forma a que te desahogues un poco, con gusto te ayudo. Si quieres ver mi… verga, solo pidemelo y ya. Dime, ¿te has masturbado mirándome?
- Si… - decía nerviosa – si me he tocado un poco.
- Me da gusto – sonrió Sebas – así como tu me dijiste que dejáramos los tabúes atrás, yo ahora te digo lo mismo, si tienes que hacerlo o quieres mi ayuda, sin miedo siempre hermanita.
Fer sonrio, le dio un beso a Sebas en su mejilla, le encantaba aquel hombre. Se sentía protegida y comprendida a su lado, pero aun con eso, no podía pasar por alto que la vergota de Sebas, no había disminuido para nada en tamaño y grosor.
- Sebas – dijo Fer – tu verga sigue muy dura y grande.
- Si hermanita, es que, la verdad que lo que me estabas haciendo se sentía muy rico.
- ¿En serio? ¿Te gusto mucho?
- Tanto que me desperté y casi a punto de vaciarme.
- ¿En serio estabas apunto de correrte?
- Si hermanita.
Fer con más confianza, volvió a tomar la verga de su hermano iniciando un lento vaiven. Sebas al ver esa escena, sintió un rico cosquilleo en la verga.
- Sebas – dijo dulcemente Fer – me dejas hacerte acabar.
Sebas no respondió, solo paso sus manos por detrás de su cabeza y se recostó plácidamente, dándole vía libre a Fer para que hiciera lo que quisiera. Y así lo hizo, durante los siguientes minutos, su hermana se dedico a jalarle la verga. Lo hacia suave, después subía la velocidad, la apretaba, se entretenía especialmente con la gruesa cabeza y los gordos huevos. Lo que le fascinaba a Sebas.
- ¿Te gusta esto?
- Si Fer, se siente muy rico.
- ¿Y esto?
- Si Fer, lo haces de maravilla.
A Fer le encantaba oír eso, por eso de tanto en tanto, le preguntaba a Sebas,solamente para recibir una respuesta que ya conocía. A pesar que aumentaba el ritmo y la machacaba fuerte, tras otros 6 minutos intensos, la verga seguía firme y en pie de guerra.
- ¡Ay Sebas cuanto aguante tienes!
- Sigue Fer – decía gimiendo – sigue, por favor, sigue.
Escuchar a su hermano en esa situación, disparo su lado más morboso.
- Esto es lo que quieres, ¿qué te siga jalando tu vergota? Te excita, lo puedo sentir. ¿te vuelve loco que tu hermanita te la haya venido a jalar?
- Si, me tienes a punto.
- ¿Apunto de qué? ¿a punto de llenarle la mano a tu pequeña hermanita de tu leche? Serás cabron.
- ¡Ay no Fer, me vas hacer acabar mucho!
- Vaciate entonces Sebas, déjame ver que tanto gusto te estoy dando. Déjalo salir todo, no te detengas, muéstrale a tu hermanita, cuanta leche tienes ahí guardada en esos huevotes enormes. Enséñame como acaba una verdadera verga como la tuya.¡Ay la tienes bien gorda y larga! Mi pobre manita no puede con ella, seguro pocas te la aguantan. Pero te digo algo, a mi me encanta. Me encanta vertela bien parada, con esas venas apunto de reventar y que se te ponga tan tiesa que parece un fierro.
Fer entonces se recostó a su lado, sin dejar de jalársela ni por un segundo, mientras Sebas tenia los ojos cerrados totalmente concentrado en su placer, y con una mueca que denotaba, estaba apunto de estallar.
- Sabes algo – le dijo surrandole al oído – me gusta tanto, que te la voy a venir a jalar cada mañana.
Sebas ya no pudo más, las piernas se le tensaron, la verga se le inflamo y creció un poco más a lo ancho y a lo largo. Gimio e incluso dio un pequeño brinco. La leche comenzó a salir, como una manguera a presión, chorro tras chorro fueron saliendo, parecía una fuente. Los disparos eran abundantes y muy largos, la mano de Fer apunto hacia su cara, lo que hizo que los primeros chorros fueran a parar al pecho y mentón de Fer, los siguientes fueron igual de abuntantes pero no tan largos, por lo que fueron a parar al pecho de Sebas.
Fer perdió la cuenta de los chorros que salieron de la vergota de Sebas, solo miraba fascinada como en el pecho de su hermano, se iba formando poco a poco un pequeño lago de semen. No supo cuanto tiempo duro, pero cuando por fin termino, la verga satisfecha quedo recostada sobre uno de los muslos de su hermano.¡Santo dios si parecía una tercera pierna!
La leche, había alcanzado a salpicarla en sus pechos e incluso en su mentón, ¿cómo un hombre podía producir tal cantidad de semen?
Sebas aprovecho que su hermana seguía anonadada con aquella eyaculación, giro su cabeza y la beso. No fue un beso largo, ni sensual, fue un beso tierno y no duro mucho. Fer no supo que había pasado, de repente su mente se quedo en blanco y solo cerro los ojos, dejo a su hermano jugar con sus labios.
- Gracias Fer – dijo Sebas cuando se separo de ella – jamás había acabado de esa forma.
- Este…
- Hermanita, te adoro, eres la mejor.
Sebas le dedico una sonrisa que le hizo ruborizarse. El se levanto, tomo una toalla que se encontraba cerca y se limpio la mayor parte del semen en su cuerpo y rápidamente, entro al baño para darse una ducha.
Fer, por puro instinto, llevo la mano a su conchita que parecía implorarle, por favor le diera la satisfacción del orgasmo. Cerro los ojos, pellizco e hizo círculos en su clítoris y rápidamente, comenzó a convulsionarse, su cuerpo se tenso, arqueo la espalda. Dio un grito tan fuerte que deseo que el ruido del agua fuera tan fuerte como para amortiguarlo, pues seguro que su hermano se hubiera espantado.
Le temblaron las piernas, sintió corrientes eléctricas por todo su cuerpo y entonces, en la cúspide de su orgasmo, sintió que se orinaba. Un gran chorro a presión salió de su conchita mojando parte de la cama y su pijama dejandola empapada, por un momento, se quedo en blanco, solo sintiendo placer y cuando por fin un pensamiento cruzo su mente, fue el recuerdo de aquella verga enorme vaciándose gracias a las caricias de su manita.
Continuará...
1 comentarios - Ayuda Familiar (3)
Que delicia de relato