A los 26 años terminé yendo a Neuquén por trabajo, con mi título de Contador viajé al sur en busca de aventuras, legado a Neuquen capital me anoté como contador y administrador de un aserradero propiedad de un hombre gay llamado Eduardo P. Al que apodaban " La mosquito", dueño de un aserradero en Cipolleti que disfrazaba un prostibulo másculino para clientes gays de la alta sociedad sureña.
Llegué ahí muy novato creyendo que mi trabajo solo consistía en calcular los salarios de los "obreros golondrinas" temporales...
Pero Eduardo , " el propietario" tenía una idéa muy distinta de " empléo y trabajo"...
Si bien contrataba pibes de todo el país llegados a Neuquén por "una changa"... dependiendo de su dotación y destreza sexual; les ofrecía trabajar haciendo "horas extras" en un prostibulo masculino.
Las ganancias sexuales triplicaban el salario promedio que recibían por apilar madera e incluían una " habitación privada " en una mansión donde todo alquiler consistía en ser parte de un equípo de hombres dispuestos a complacer y aceptar las reglas de la casa.
Chabóncitos con buenas vergas venidos de todo el país se "anotaban" para hacer "extras" en el oficio de prostituto.
Pendejos vergudos de todo el país cojiendo por plata; olvidandosé de todo prejuicio.
Llegué ahí muy novato creyendo que mi trabajo solo consistía en calcular los salarios de los "obreros golondrinas" temporales...
Pero Eduardo , " el propietario" tenía una idéa muy distinta de " empléo y trabajo"...
Si bien contrataba pibes de todo el país llegados a Neuquén por "una changa"... dependiendo de su dotación y destreza sexual; les ofrecía trabajar haciendo "horas extras" en un prostibulo masculino.
Las ganancias sexuales triplicaban el salario promedio que recibían por apilar madera e incluían una " habitación privada " en una mansión donde todo alquiler consistía en ser parte de un equípo de hombres dispuestos a complacer y aceptar las reglas de la casa.
Chabóncitos con buenas vergas venidos de todo el país se "anotaban" para hacer "extras" en el oficio de prostituto.
Pendejos vergudos de todo el país cojiendo por plata; olvidandosé de todo prejuicio.
1 comentarios - "El Jardín de los Faunos"