No sé cómo empezar, les diré que escribo esto ya que por la naturaleza de los hechos no puedo platicarlo a alguien más.
Mi nombre es José, vivo en una zona suburbana, mi pequeña familia está confirmada de mi madre y mi hermana.
Mi mamá se llama Fernanda, una mujer de de 35 años, se casó muy chica con mi padre, pensó que sería una salida a los maltratos que mis abuelos le daban, sin embargo se equivocó, mi padre después de años de carencias la engañó dejándonos abandonados. Ella apesar de todo mantiene una muy buena figura, no una espectacular y despampanante, pero si llama mucho la atención de quién la ve.
Mi hermana se llama Laura, ella ha recibido muy buena herencia genética por parte de mi madre, sus senos son grandes, sus nalgas respingadas, es delgada, alta y con cara aniñada, hacen que sea un deleite mirarla.
Desde que mi padre nos dejó yo me encargue de proveer al hogar, trabajando en lo que me fuera posible, mi madre, queriendo ayudarme quería lavar ropa ajena, incluso ya había conseguido entrar como trabajadora doméstica, pero sabiendo lo creídos y arrogantes que llegan ser las personas de dinero le dije que no.
entonces se dedicó a vender productos por catálogo.
Desde que cumplí la mayoría de edad logré emplearme en el almacén de una fábrica, entre como ayudante general, después fui auxiliar y así fui subiendo puestos hasta lograr ser supervisor y con ellos logrando aumentar mis ingresos.
Había logrado solventar los gastos del hogar, había comida, ropa, zapatos, todo lo necesario y a mí me dio oportunidad de terminar la preparatoria y ver la posibilidad de estudiar alguna carrera universitaria aunque fuera en línea.
Vivía, si así se le puede llamar a diez horas de trabajo, llegar a casa, comer, conectarme a la red de la universidad y hacer tareas, estudiar, comer, dormir y al día siguiente la misma rutina.
Hasta que... navegando en esta página encontré un pack que me dejo pasmado, era mi hermana en calzones haciendo poses eróticas, en una de esas fotos aparecía una P! en su pubis, mismo lugar donde se miraban bastantes vellos púbicos a pie de la foto se leía.
"Mi conchita virgen quiere una vergota".
Sentí que quería gritar, estampar la palma de mi mano en su rostro, hacer mil cosas.
Lo que quedó del horario laboral no me pude concentrar en realizar mis deberes.
Apenas dio la hora de salida, encargué aún subordinado que entregará la documentación que yo debía entregar a la gerencia de almacenes dentro de la planta industrial.
Salí a toda prisa hacia mi casa.
Quería ordenar mis pensamientos para tener algo claro para decir, pero mi mente no fórmulaba ninguna idea precisa. Lo único que podía hacer era mirar en la pantalla de mi teléfono las fotografías de mi hermana.
La verdad era que a mis 20 años solo tenía una experiencia sexual que había ocurrido antes de que mi padre nos dejara, después de esto yo había dedicado mi vida a trabajar y darles a mi familia lo más que podía, novias no podía tener, era salir con alguien o comer, tiempo tampoco tenía tenía que trabajar o estudiar.
Básicamente me había privado del ámbito sexual y mi hermana muy campante enseñando su cuerpo semidesnudo a desconocidos o quizá hasta algunos conocidos ya la habían visto.
Además de que no era la educación que se le había dado y eso me dolía más.
Llegué a casa toque fuerte.
¿Quien toca así?
Dijo ella desde adentro.
Apenas abrió la puerta y le dije. Dónde está mamá.
Salió, tuvo que ir por sus pedidos.
¡Dame tu teléfono! Le dije en voz fuerte.
¿Por qué, que te pasa?
La tome de la mano y la lleve a su habitación, al llegar hice que se sentará en su cama.
Saque mi teléfono y prendiendo la pantalla donde estaban sus fotografías lo dirigi hacía ella.
Me puedes explicar que chingada es esto pendeja puta.
Ella se quedó callada.
¡Que es esto chingada madre!
Le volví a pregunta y ella nuevamente no contesto.
A ver puta, te gusta enseñar los calzones, quiero que te desnudes.
En ese momento llevaba puestos unos jeans negros y una blusa tipo bandeau top fruncido que yo le regale a petición de ella y ahora veía mi error, pues apesar de que la blusa básicamente solo le tapaba los pechos y lo proporcional en la parte de la espalda a mí no me hacía importado pues me interesaba lo contenta que se puso cuando se lo compre.
Laura se empezó a quitar el pantalón, en el preciso momento en el que ella se bajó los jeans le vi un calzón "normal", de los que cubren tres cuartas partes de las nalgas color beige, por enfrente se notaba un monte de Venus estético, sus labios vaginales se marcaban también, ella prosiguió con la blusa dejando a mi vista sus pechos.
Me dio más coraje ver frente a mí lo que seguramente ya muchos habían visto a través de la pantalla de un teléfono o de un monitor.
¡Cómo es posible chingada madre! Cómo es posible que te estés sacando fotos así, yo rompiendome la madre para que tengas que tragar, para comprarte ese teléfono y no seas la única sin uno y así me pagas, portandote como una prostituta.
Ya no me digas así. Me contesto ella.
Pues es lo que eres...
Quítate el calzón. Le ordene.
Ella al principio no accedía, pero le volví a ordenar una segunda vez.
Mientras ella bajaba la prenda mire algo extraño, había una segunda prenda bajo el calzón.
Un borde fruncido de encaje se miraba.
¿Que esto? Pregunte mientras me acercaba y tomaba la segunda prenda.
baje el calzón que estaba encima y ante mi mirada aparecía una tanga rosa.
Realmente no me molestaba que usará ese tipo de ropa, si no el fin de hacerlo.
¿De dónde chingada sacaste eso?
No me contestaba.
Hasta que confeso.
Me la regaló un amigo.
Ni siquiera intento mentir diciendo que la había comprado.
A partir de ahorita no quiero que salgas de aquí y si lo haces mamá tiene que ir contigo, yo no me voy a estar partiendo la espalda para que seas una puta cualquiera, ni mucho menos para que cualquier imbesil te ande cogiendo. Quiero que borres esas pinches fotos en este momento.
Lo hizo imediatamente.
Le volví a quitar el teléfono y me marche ha mi habitación.
Pensaba en que debía hacer, de cualquier manera yo estaba fuera de casa por once o doce horas al día y no podía vigilarla siempre.
Me recosté en mi cama, cerré los ojos y al poco tiempo escucho que se abre la puerta, era ella iba aún desnuda.
¿Que quieres? Le pregunté.
Me era imposible no mirar sus pechos y su pubis poblado de bellos, no era de aquellos que cubren todo, no, el de ella permitía ver si blanca piel.
Perdoname.
Me dijo al borde del llanto.
Ya vete a tu cuarto a vestirte.
Le contesté.
Por la tarde se le notaba el nerviosismo y miedo a que le dijera a mi madre lo que había descubierto de ella.
Esto sucedió el día de ayer, la verdad no sé que hacer y quisiera un consejo suyo he pensado en esas imágenes y aquella frase. Se que mi hermana ya no es una niña y que está en edad de "querer", como decimos por acá.
No quisiera algún día llegar a casa y me dijeran que ya la embarazaron.
También he pensado en regalarle algunas tangas, no tengo nada en contra de esas prendas lo que si es que las muestre a quien se lo pida o se tome fotos con ellas o que "amigos", se las regalen.
Mi nombre es José, vivo en una zona suburbana, mi pequeña familia está confirmada de mi madre y mi hermana.
Mi mamá se llama Fernanda, una mujer de de 35 años, se casó muy chica con mi padre, pensó que sería una salida a los maltratos que mis abuelos le daban, sin embargo se equivocó, mi padre después de años de carencias la engañó dejándonos abandonados. Ella apesar de todo mantiene una muy buena figura, no una espectacular y despampanante, pero si llama mucho la atención de quién la ve.
Mi hermana se llama Laura, ella ha recibido muy buena herencia genética por parte de mi madre, sus senos son grandes, sus nalgas respingadas, es delgada, alta y con cara aniñada, hacen que sea un deleite mirarla.
Desde que mi padre nos dejó yo me encargue de proveer al hogar, trabajando en lo que me fuera posible, mi madre, queriendo ayudarme quería lavar ropa ajena, incluso ya había conseguido entrar como trabajadora doméstica, pero sabiendo lo creídos y arrogantes que llegan ser las personas de dinero le dije que no.
entonces se dedicó a vender productos por catálogo.
Desde que cumplí la mayoría de edad logré emplearme en el almacén de una fábrica, entre como ayudante general, después fui auxiliar y así fui subiendo puestos hasta lograr ser supervisor y con ellos logrando aumentar mis ingresos.
Había logrado solventar los gastos del hogar, había comida, ropa, zapatos, todo lo necesario y a mí me dio oportunidad de terminar la preparatoria y ver la posibilidad de estudiar alguna carrera universitaria aunque fuera en línea.
Vivía, si así se le puede llamar a diez horas de trabajo, llegar a casa, comer, conectarme a la red de la universidad y hacer tareas, estudiar, comer, dormir y al día siguiente la misma rutina.
Hasta que... navegando en esta página encontré un pack que me dejo pasmado, era mi hermana en calzones haciendo poses eróticas, en una de esas fotos aparecía una P! en su pubis, mismo lugar donde se miraban bastantes vellos púbicos a pie de la foto se leía.
"Mi conchita virgen quiere una vergota".
Sentí que quería gritar, estampar la palma de mi mano en su rostro, hacer mil cosas.
Lo que quedó del horario laboral no me pude concentrar en realizar mis deberes.
Apenas dio la hora de salida, encargué aún subordinado que entregará la documentación que yo debía entregar a la gerencia de almacenes dentro de la planta industrial.
Salí a toda prisa hacia mi casa.
Quería ordenar mis pensamientos para tener algo claro para decir, pero mi mente no fórmulaba ninguna idea precisa. Lo único que podía hacer era mirar en la pantalla de mi teléfono las fotografías de mi hermana.
La verdad era que a mis 20 años solo tenía una experiencia sexual que había ocurrido antes de que mi padre nos dejara, después de esto yo había dedicado mi vida a trabajar y darles a mi familia lo más que podía, novias no podía tener, era salir con alguien o comer, tiempo tampoco tenía tenía que trabajar o estudiar.
Básicamente me había privado del ámbito sexual y mi hermana muy campante enseñando su cuerpo semidesnudo a desconocidos o quizá hasta algunos conocidos ya la habían visto.
Además de que no era la educación que se le había dado y eso me dolía más.
Llegué a casa toque fuerte.
¿Quien toca así?
Dijo ella desde adentro.
Apenas abrió la puerta y le dije. Dónde está mamá.
Salió, tuvo que ir por sus pedidos.
¡Dame tu teléfono! Le dije en voz fuerte.
¿Por qué, que te pasa?
La tome de la mano y la lleve a su habitación, al llegar hice que se sentará en su cama.
Saque mi teléfono y prendiendo la pantalla donde estaban sus fotografías lo dirigi hacía ella.
Me puedes explicar que chingada es esto pendeja puta.
Ella se quedó callada.
¡Que es esto chingada madre!
Le volví a pregunta y ella nuevamente no contesto.
A ver puta, te gusta enseñar los calzones, quiero que te desnudes.
En ese momento llevaba puestos unos jeans negros y una blusa tipo bandeau top fruncido que yo le regale a petición de ella y ahora veía mi error, pues apesar de que la blusa básicamente solo le tapaba los pechos y lo proporcional en la parte de la espalda a mí no me hacía importado pues me interesaba lo contenta que se puso cuando se lo compre.
Laura se empezó a quitar el pantalón, en el preciso momento en el que ella se bajó los jeans le vi un calzón "normal", de los que cubren tres cuartas partes de las nalgas color beige, por enfrente se notaba un monte de Venus estético, sus labios vaginales se marcaban también, ella prosiguió con la blusa dejando a mi vista sus pechos.
Me dio más coraje ver frente a mí lo que seguramente ya muchos habían visto a través de la pantalla de un teléfono o de un monitor.
¡Cómo es posible chingada madre! Cómo es posible que te estés sacando fotos así, yo rompiendome la madre para que tengas que tragar, para comprarte ese teléfono y no seas la única sin uno y así me pagas, portandote como una prostituta.
Ya no me digas así. Me contesto ella.
Pues es lo que eres...
Quítate el calzón. Le ordene.
Ella al principio no accedía, pero le volví a ordenar una segunda vez.
Mientras ella bajaba la prenda mire algo extraño, había una segunda prenda bajo el calzón.
Un borde fruncido de encaje se miraba.
¿Que esto? Pregunte mientras me acercaba y tomaba la segunda prenda.
baje el calzón que estaba encima y ante mi mirada aparecía una tanga rosa.
Realmente no me molestaba que usará ese tipo de ropa, si no el fin de hacerlo.
¿De dónde chingada sacaste eso?
No me contestaba.
Hasta que confeso.
Me la regaló un amigo.
Ni siquiera intento mentir diciendo que la había comprado.
A partir de ahorita no quiero que salgas de aquí y si lo haces mamá tiene que ir contigo, yo no me voy a estar partiendo la espalda para que seas una puta cualquiera, ni mucho menos para que cualquier imbesil te ande cogiendo. Quiero que borres esas pinches fotos en este momento.
Lo hizo imediatamente.
Le volví a quitar el teléfono y me marche ha mi habitación.
Pensaba en que debía hacer, de cualquier manera yo estaba fuera de casa por once o doce horas al día y no podía vigilarla siempre.
Me recosté en mi cama, cerré los ojos y al poco tiempo escucho que se abre la puerta, era ella iba aún desnuda.
¿Que quieres? Le pregunté.
Me era imposible no mirar sus pechos y su pubis poblado de bellos, no era de aquellos que cubren todo, no, el de ella permitía ver si blanca piel.
Perdoname.
Me dijo al borde del llanto.
Ya vete a tu cuarto a vestirte.
Le contesté.
Por la tarde se le notaba el nerviosismo y miedo a que le dijera a mi madre lo que había descubierto de ella.
Esto sucedió el día de ayer, la verdad no sé que hacer y quisiera un consejo suyo he pensado en esas imágenes y aquella frase. Se que mi hermana ya no es una niña y que está en edad de "querer", como decimos por acá.
No quisiera algún día llegar a casa y me dijeran que ya la embarazaron.
También he pensado en regalarle algunas tangas, no tengo nada en contra de esas prendas lo que si es que las muestre a quien se lo pida o se tome fotos con ellas o que "amigos", se las regalen.
3 comentarios - Encontré el pack de mi hermana