No se como llegamos a esta situación pero cusndo me di cuenta yo estaba sentado en la cama recostado contra la cabecera y vos y ella estaban a los pies de la cama, besandosé apasionadamente. Las manos de ambas recorrían con desesperación sus cuerpos, como si les costara aguantarse las ganas de acariciarse. O como si se hubieran aguantado las ganas de hacerlo durante mucho tiempo.
Estaban las dos a medio desvestir. En tanha y con las remeras puestas. El beso, cada vez más apasionado. Sus manos apretaban tus nalgas mientras te presionaba contra ella. Tus manos la tomaban del cuello como si mo quisieras que se alejara.
Yo, solo en boxer, contemplaba desde la otra punta de la cama ese mágico momento.
De repente ella se separó. Te giró de forma brusca y quedaste de frente a mi. Ella desde atrás comenzó a besarte el cuello mientras sus menos se colaban bajontu remera. Vos levantabas la cabeza como dejando el cuello lo más expuesto posible para que ella mordiera cada centímetro. Sus manos levantaron tu remera hasta sacaralam y mientras bajabas los brazos desabrochó tu corpiño dejando completamente libres tus tetas.
Volvió a concentrarse en tu cuello mientras sus manos recorrían tu vientre y subían hasta llegar a acariciar tus tetas, para después pellizcar tus pezones. Cada pellizco iba acompañado de un mordisco en tu cuello, y se un gemido casi silencioso que dejabas escapar. Fueron algunos minutos contemplando esa escena hasta que te giraste y avanzaste vos sacándole la remera. Sus tetas se liberaron y quedaron a tu mercede. Te agachastes un poco para darle unos mordiscos a sus pezones mientras tus manos bajaban lo único que le quedaba puesto. Cuando estaba completamente desnuda la llevaste a la cama. Te termimaste de desnudar mientras ella se acomodaba quedando a mi lado. Le separaste las piernas y ti lengua comenzó a jugar en su concha. To me acerqué a sus pezones y comencé a morderlos como lo habías hecho vos antes. Ella gemia con cada caricia de tu lengua mientras tus dedos también hacían su juego.
Pude sentir que su mano comenzaba a acariciar mi pija ya bastante dura.
Me incorporé y ella la sacó y buscó con su boca para empezar a recorrerla de apoco. Vos empezabas a acelerar el ritmo. Sus gemidos se hacía más frecuentes.
Me dejó para concentrarse en el placer que sentía. Sus manos em ti cabeza te empujaban contra ella.
Te vi en el borde de la cama arrodillada y no lo dude. Me paré atrás tuyo y comencé a metertela de a poco, pero bien profundo. Cada empujon era un gemido que te haciá dejar por un segundonsu concha.
Sua gemidos eran cada vez más intensos. Tu lengua se aceleraba mientras yo seguí enntrando bien profundo para que lo disfrutaras.
Su respiración se aceleró. Sus manos apretaron la sábana. Su cuerpo se contorneo y soltó un fuerte gemido mientras se sentaba en medio de un orgasmo intenso. Dejaste de jugar con tu lengua para concentrarte en disffutar. Empecé a acelerae mientras más gemias. Ella seguín frente a vos, desnuda y abierta mirando como empezabas a acelerar tu respiración y te aferrabas a la sábana. Te sentí temblar y en ese momento exploté. Explotamos. Los dos mientras bajaba la intensidad de los movimientos pero me movía para descargar hasta la última gota de placer adentro tuyo.
Caímos rendidos en la cama. Nos miramos los tres. Reímos en silencio. La habíamos pasado bien, pero los tres queríamos un poco más.
Estaban las dos a medio desvestir. En tanha y con las remeras puestas. El beso, cada vez más apasionado. Sus manos apretaban tus nalgas mientras te presionaba contra ella. Tus manos la tomaban del cuello como si mo quisieras que se alejara.
Yo, solo en boxer, contemplaba desde la otra punta de la cama ese mágico momento.
De repente ella se separó. Te giró de forma brusca y quedaste de frente a mi. Ella desde atrás comenzó a besarte el cuello mientras sus menos se colaban bajontu remera. Vos levantabas la cabeza como dejando el cuello lo más expuesto posible para que ella mordiera cada centímetro. Sus manos levantaron tu remera hasta sacaralam y mientras bajabas los brazos desabrochó tu corpiño dejando completamente libres tus tetas.
Volvió a concentrarse en tu cuello mientras sus manos recorrían tu vientre y subían hasta llegar a acariciar tus tetas, para después pellizcar tus pezones. Cada pellizco iba acompañado de un mordisco en tu cuello, y se un gemido casi silencioso que dejabas escapar. Fueron algunos minutos contemplando esa escena hasta que te giraste y avanzaste vos sacándole la remera. Sus tetas se liberaron y quedaron a tu mercede. Te agachastes un poco para darle unos mordiscos a sus pezones mientras tus manos bajaban lo único que le quedaba puesto. Cuando estaba completamente desnuda la llevaste a la cama. Te termimaste de desnudar mientras ella se acomodaba quedando a mi lado. Le separaste las piernas y ti lengua comenzó a jugar en su concha. To me acerqué a sus pezones y comencé a morderlos como lo habías hecho vos antes. Ella gemia con cada caricia de tu lengua mientras tus dedos también hacían su juego.
Pude sentir que su mano comenzaba a acariciar mi pija ya bastante dura.
Me incorporé y ella la sacó y buscó con su boca para empezar a recorrerla de apoco. Vos empezabas a acelerar el ritmo. Sus gemidos se hacía más frecuentes.
Me dejó para concentrarse en el placer que sentía. Sus manos em ti cabeza te empujaban contra ella.
Te vi en el borde de la cama arrodillada y no lo dude. Me paré atrás tuyo y comencé a metertela de a poco, pero bien profundo. Cada empujon era un gemido que te haciá dejar por un segundonsu concha.
Sua gemidos eran cada vez más intensos. Tu lengua se aceleraba mientras yo seguí enntrando bien profundo para que lo disfrutaras.
Su respiración se aceleró. Sus manos apretaron la sábana. Su cuerpo se contorneo y soltó un fuerte gemido mientras se sentaba en medio de un orgasmo intenso. Dejaste de jugar con tu lengua para concentrarte en disffutar. Empecé a acelerae mientras más gemias. Ella seguín frente a vos, desnuda y abierta mirando como empezabas a acelerar tu respiración y te aferrabas a la sábana. Te sentí temblar y en ese momento exploté. Explotamos. Los dos mientras bajaba la intensidad de los movimientos pero me movía para descargar hasta la última gota de placer adentro tuyo.
Caímos rendidos en la cama. Nos miramos los tres. Reímos en silencio. La habíamos pasado bien, pero los tres queríamos un poco más.
0 comentarios - Te hice recordae un trío que no sabemos como empezó