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Chica de ciudad: Tercer año. Capítulo 4

Chica de ciudad: Tercer año. Capítulo 4

No leíste la primera o la segunda parte de "Chica de ciudad"? En total son 25 capítulos super calientes y te van a encantar! Acá te dejo el link para que entres y te deleites:
PRIMER AÑO. CAPITULO 1
SEGUNDO AÑO. CAPITULO 1


Esta es la historia de Celeste, una pueblerina que a los 20 años sigue viviendo su experiencia como chica de la gran ciudad y se va entrelazando con distintas personas con el sexo como único fin tras un año lleno de fracasos amorosos. Esta historia es ficción, eso no quiere decir que algunos hechos no sean reales…

CAPITULO 1

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Capítulo 4: Una última noche
   Lucas se movía de manera muy violenta. Su cuerpo iba hacia adelante y hacia atrás mientras que él mío ese dejaba llevar por el curso de su cintura. Le encantaba dominar y lo hacía demostrando su manera bien salvaje de coger, con mucha furia y con el único fin de dar y tener placer. Su pija, bien dura y totalmente exquisita, entraba y salía de mi conchita mientras me cogía en cuatro contra el borde de la cama. Entonces decidió repetir el mismo movimiento de la vez anterior, llevó su mano hasta mi cola, la cacheteo y después la abrió para meter su dedo gordo en mi culito luego de llenarlo de saliva. Pero esta vez no esperó a que yo actuara y antes de que pudiera hacer algo, él me penetró con su dedo y me siguió cogiendo por la cola mientras que con este abría mi culito.
   El mes de Febrero había terminado y el mes de Marzo había arrancado de la mejor manera. Con Lucas habíamos decidido mantener en pie nuestro proyecto de hacerlo simplemente cuando estuviéramos calientes y nada más y la verdad es que venía funcionando. En tan solo 3 semanas lo habíamos hecho 7 veces y después habíamos decidido seguir como nada y cada vez que nos encontrábamos en la facultad o en la calle, era como si dos viejos amigos se reencontraran una vez más.
   Valentín, el mejor amigo de Lucas, sospechaba algo, sobre todo la noche de su cumpleaños que nos terminamos yendo los dos juntos para poder sacarnos la calentura que veníamos conteniendo desde hacía varias horas. Sin embargo por alguna extraña razón yo había decidido mantener todo en las sombras y no le había contado ni siquiera a mis mejores amigas y por lo visto él había optado por hacer lo mismo. Cada encuentro que teníamos era cien por ciento clandestino y eso lo hacía aun más excitante y si a eso le sumamos lo bien que cogíamos juntos, el placer era increíble.
   Había dos infaltables en cada encuentro que teníamos. Siempre que lo hacíamos, en algún momento del sexo yo me ponía en cuatro y él me daba por la conchita mientras que con uno de sus dedos jugueteaba con mi cola. Nunca me había pedido cogerme la cola y de hecho nunca había amagado a hacerlo, pero parecía que meter su dedo ahí adentro lo calentaba muchísimo y a mí me excitaba aún más. El otro infaltable era la forma en la que terminábamos. Después de nuestra primera vez solos en la que yo se la empecé a chupar mientras él estaba acostado y me terminó acabando toda la cara, la boca y las manos, parecía encantado de concluir el sexo de esa manera y siempre que estaba por terminar se recostaba sobre la cama y me obligaba a chupársela hasta llenar mi rostro de semen. Lujuria pura.

   El comienzo de clases se dio casi tan de golpe que cuando me di cuenta ya teníamos varios días de cursado que habían pasado. Maipi y Guillermina me decían que yo estaba completamente ausentada de las clases y que cuando nos juntábamos mi cerebro parecía irse de sí mismo. Martina también coincidía con las chicas, pero como ella era más despelotada que yo, no me reprochaba tanto las cosas. En la tercer semana de Marzo, Mateo y Nicolás trajeron al grupo a Lorenzo, un chico un año más grande que estaba recursando una materia y que al parecer conocía a Mateo de otro lado. ¡Lorenzo era hermoso! Alto, flaco, musculoso, bronceado y con una cola bien marcada. Tenía una carita divina, ojos celestes, pelo marrón clarito, una nariz chiquita y una sonrisa divina que te derretía. Obviamente que me atrajo, pero lo mismo le pasó a las chicas que tuvieron que disimular que se estaban babeando por él. En tan solo un momento de la clase, hubo un cruce de miradas entre nosotros y sentí que algo pasaba.
   Otra de las cosas que hice ese año fue tomar un curso de primero como ayudante de cátedra. Era una de las materias que más me había gustado de ese año y como la profesora tenía excelentes recuerdos de mí, vino a buscarme cuando uno de sus ayudantes decidió dejar el curso. “¡Me encanta profe!” le dije emocionada y salí corriendo a contarle a mis amigas la buena noticia. La sorpresa me la llevé a la semana siguiente cuando me enteré que el otro chico que estaba como ayudante era Santino. Para los olvidadizos, Santino era el mejor amigo de Luciano y con quien yo había tenido sexo en un trío muy fogoso una noche en la que él estaba en su casa estudiando. Como yo no pude esperar a que se fuera, decidí salir a buscar a Luciano en ropa interior y Santino que estaba sentado en la misma mesa que él terminó participando del sexo de manera muy activa. Además de eso, él tenía muy buena relación conmigo y me sorprendió que me recibiera de manera tan feliz.
   - Nunca me terminó de cerrar ese chico.- Me dijo Vanina a los pocos días.
   Ella y yo volvíamos a llevarnos bastante bien y nos habíamos contado muchas de las cosas que nos habían pasado en ese año y medio que estuvimos peleadas. Azul, quien ahora era algo así como su mejor amiga, era la otra chica con la que compartíamos las dos una clase y a pesar de que a veces era algo hueca, solía ser muy simpática y divertida. Las 3 habíamos formado algo así como un nuevo grupito al que Valentín y Lucas se habían allegado teniendo en cuanta que ellos dos también compartían esa clase con nosotras. Facundo y Lautaro habían quedado solos, aunque de vez en cuando se los veía con Laura y Florencia, que parecían haberse olvidado de todo lo que había pasado el año anterior.

   Además de todas mis historias con Lucas que podrías estar mucho tiempo contándolas y serían muy excitantes, en esos meses hubo otra historia que es un poco más importante y que sirvió para cerrar (o dejar guardada por unos meses) una historia que al parecer había quedado inconclusa. Para resumir, la historia de la cual les hablo es la que tuve con Luciano, con quien estuve saliendo durante casi todo el año anterior y de golpe se terminó abruptamente porque los dos decidimos que era lo mejor. A pesar de eso él me había vuelto a hablar con las intensiones de estar conmigo de nuevo, obviamente en mi cabeza se analizaba esa posibilidad, pero como yo tenía mi escapadas con Lucas y no quería nada serio pensé que lo mejor era decirle que no.
   El último fin de semana de Marzo, el sábado 25, decidimos salir a bailar con las chicas. Nos juntamos en la casa de Guille con Maipi y Marti y mientras nos preparábamos y nos maquillábamos, empezamos a hablar de distintas cosas con el chico con el que estaba saliendo Martina que según ella era su amor incondicional o sobre lo lindo que estaba Lorenzo en la última foto que había subido a Instagram. Cuando les conté de mis conversaciones con Luciano todas coincidieron en que no tenía que volver con él y que era preferible dejarlo ir. Pero como toda chica que recibe sus consejos de amigas, decidí ignorar lo que me decían y minutos después empecé a mensajearme con él y acordamos en encontrarnos a la salida del boliche. “Yo te paso a buscar” me dijo y dio por terminada la conversación.
   Cuando Luciano llegó con el auto, mis amigas me dijeron que era una boluda mientras se reían y después de que Luciano las acercó a la casa de Maipi, fuimos a mi depto y subimos a los besos en el ascensor. Entramos a mi casa y él automáticamente me estampó contra la pared y mientras metía su mano por debajo de mi remera, me seguía besando muy apasionadamente. “Que ganas que tenía de estar con vos” me decía mientras bajaba su boca por mi cuello y me seguía tocando con sus dedos, “Me moría por volver a cogerte una vez más”. Yo disfrutaba de sus besos bien fogosos y de sus manos que de a poco me iban levantando la remera mientras y que acariciaba su espalda y jugaba con su pelo.
   Se deshizo de mi remera y a los pocos segundos de mi corpiño y bajó su boca hasta mis tetas. A Luciano le encantaba pasar un buen rato divirtiéndose con las tetas, chupándolas como loco y jugueteando con ellas. Las tocaba, las acariciaba, les pasaba la lengua de una a la otra y mordisqueaba los pezones mientras que yo seguía apoyada contra la pared y estaba prisionera de sus movimientos. Su boca y sus manos calentaban mi pecho mientras que mi respiración se iba agitando cada vez más a medida que pasaba el tiempo.
   Pasados unos minutos me tomó de la mano y me llevó hasta mi pieza y me recostó sobre la cama contra el borde de esta. El se arrodilló de frente a mi cuerpo y volvió a jugar durante unos segundos con mis tetas, pero enseguida siguió bajando su camino hasta mi pancita y después llegó a mi cintura y mientras me seguía besando me fue sacando el short y la bombachita. Suavemente me fui recostando sobre la cama y abrí mis piernas para darle lugar a que una vez más volviera a darme placer con su boca y Luciano lo hizo tan bien como lo había hecho siempre.
   Su lengua pasó muy pegada a mi cuerpo una primera vez y después de repetir ese movimiento comenzó a lamerme de manera más intenta la conchita. Revivir esa sensación de placer después de casi 4 meses era algo increíble, completamente hermoso. Como sus labios tocaban mi piel, como su lengua se abría camino por mi cuerpo hasta llegar a mi clítoris y como sus dedos tocaban mis piernas y las abrían para que su boca me besara aun con mayor intensidad. Era un deja vú hermoso que iba y venía por segundos a medida que Luciano seguía dándome placer con su boca.
   Entonces me levanté de golpe cuando sentí una ola de calor inmensa por todo mi cuerpo y él también se levantó y tomándolo de la cara lo besé. Lo fui trayendo sobre mi cuerpo hasta que quedó recostado encima de mí y casi sin intentarlo su pija fue entrando en mi conchita que estaba totalmente mojada. Abrí bien grande la boca y lancé un suspiro de placer puro al sentir como esa verga bien dura y parada entraba en mi cuerpo una vez más y él me miró con cara de ganador y comenzó a cogerme muy ferozmente.
   Mientras me volvía loca con su carne, se iba terminando de sacar la ropa y se acomodaba bien sobre la cama hasta que los dos quedamos completamente recostados en ella y entonces estuvimos más cómodos. Así empezó a darme bien duro, moviendo su cintura hacia arriba y hacia abajo, hacia atrás y hacia adelante, haciendo que su pija entrara y saliera de mi concha que resbalaba de lo mojada que estaba. Mis brazos recorrían su cuerpo mientras que mi boca lanzaba profundos gemidos de placer que iban a parar a su oreja y lo volvían loco. Mientras tanto Luciano ponía una de sus manos sobre mis tetas y las acariciaba a medida que jugueteaba con ellas.
   Minutos más tarde se levantó y me dio vuelta y ni bien me puse en cuatro sobre la cama el agachó nuevamente su cabeza y metió su boca entre mi cola para presionar fuertemente su lengua contra mi cola. “¡Mmm sí!” lancé yo al sentir como de golpe su lenguita dibujaba círculos sobre mi colita, pero fue por solo unos segundos, ya que Luciano volvió a arrodillarse detrás de mí y comenzó a cogerme de manera bien zarpada como lo estaba haciendo. Fue en ese entonces cuando un deseo fugas pasó por mi mente y la intensión de repetir lo que hacía siempre con Lucas revivió.
   - Meteme un dedito en la cola.- Le pedí entre gemidos.
   Luciano rápidamente llevó uno de sus dedos hasta mi culito y después de juguetear unos segundos en la superficie, comenzó a meterlo y de los mojada que estaba terminó entrando sin ningún problema. Él se emocionó mucho con esa situación y me empezó a dar tan duro que me fue muy difícil contener los gritos de placer al sentir como mi conchita gozaba con su pija y mi cola con sus dedos. Mi boca y mi cuerpo pedían más y él me dio más, cogiéndome con más fuerza y metiéndome el dedito bien hasta el fondo. Mi culito estaba deseoso de que se lo cogieran bien duro.
   Él sacó su verga de mi concha y la apoyó sobre mi cola y lentamente comenzó a hacer fuerza y sentí como me iba penetrando despacito. Relajé todo mi cuerpo y pude sentir como suavemente mi colita se iba abriendo, haciéndole camino a su pija que me llenó por completo. Una vez la tuve adentro, Luciano volvió a tomarme por la cintura y comenzó a moverse suavemente hacia adelante y hacia atrás mientras me decía lo mucho que le gustaba cogerme por la cola. Mis gemidos de placer salían cuando él la metía por completo adentro mío y cada vez que lo hacía sentía una ola de placer que recorría todo mi cuerpo y me ponía los pelos de punta. Mis manos se aferraban fuertemente a las sábanas, mientras que sus dedos se calvaban en mi cintura y sostenían mi cuerpo a medida que aceleraba su velocidad.
   Entonces me empezó a coger bien fuerte, con ganas y era una cosa increíble. Era como si todas esas veces que Lucas había jugueteado con mi cola hubiesen incrementado mi placer anal y ahora lo gozaba, pero con otra persona. Luciano me daba bien duro por atrás mientras que sus manos sujetaban mi cuerpo que se movía frenéticamente sobre el colchón. “¡Mmm que apretadita que tenés la cola!” me decía mientras seguía dándome con todas sus ganas y me hacía gemir de lo bien que la estaba pasando.
   Después volvió a darme vuelta y me recosté boca arriba sobre el colchón y contra el borde de este. Luciano se paró en frente mío, levantó mis piernas y las llevó a sus hombros y abriendo mis cachetes con sus manos volvió a meterme su pija en la cola. Yo abrí bien grande la boca y dejé escapar un aullido bien agudo mientras que estiraba mis manos a los costados y me aferraba fuertemente a los bordes de la cama. “¿Te gusta que te coja el culito? ¿Te gusta?” me preguntó Luciano y entre gemidos y alaridos de placer yo le dije que sí y él emocionado volvió a mover su cintura hacia adelante y hacia atrás, haciéndome la cola con muchas ganas. Nuestras miradas se cruzaban mientras que él se aferraba a mis piernas que se apoyaban en sus hombros y su cuerpo chochaba contra el mío cada vez más fuerte y hacía un ruido seco que se oía casi tan fuerte como mis gemidos.
   - ¿Querés la lechita? ¿La querés?- Me preguntó él.
   - Sí.- Le respondí yo jadeando y gimiendo mientras que él me seguía cogiendo bien duro.
   - ¿Dónde la querés?- Preguntó después Luciano dándome más rápido que antes.
   - Donde queiras.- Le respondí yo.
   - No. Decime vos donde querés que te la de. Decime donde querés mi leche, putita.
   - ¡En la boca!- Le respondí yo gritando desesperada.- ¡La quiero en la boca! ¡Me la quiero tragar toda!
   Entonces Luciano se alejó un paso de la cama y mientras comenzaba a pajearse yo me arrodillé rápidamente en frente de su cuerpo y abrí la boca y saqué la lengua dispuesta a recibir su semen. Pero él se pegó a mí y metió su pija adentro mío y comenzó a acabar de una manera sorprendente. Tuve que tragar dos veces para que mi boca no explotara de toda la lechita que sacaba y me la comí todo como le había prometido. Luciano mi miró con los ojos brillosos llenos de fascinación.
   Nos recostamos en la cama respirando de manera muy agitada y disfrutando de lo que acabábamos de hacer. Él empezó a quedarse dormido y yo decidí dejarlo en la cama, me levanté, tomé mi ropa y después de cambiarme me fui a recostar al sillón del living. No tenía ganas de dormir con él desnuda, no era lo mismo que antes, no tenía ganas de revivir nuestra historia que no había terminado bien. Lo mío con Luciano se había terminado. Nos habíamos acostado una última vez.


SIGUIENTE


OTRAS HISTORIAS:
LA MAMÁ DE MI MEJOR AMIGO (FANTASÍA)
LA CASADA (HISTORIA CORTA)
UN GANADOR. CAPÍTULO 1

2 comentarios - Chica de ciudad: Tercer año. Capítulo 4

juuli88 +1
que lindo coger con la pija en la concha y el dedo en la cola... aunque me gusta mas cuando estoy yo arriba 🙂
esta buena la tercer termporada! 😛
HistoriasDe +1
Jajaja si sabrás vos de eso!
Gracias hermosa!!
juanp4288 +1
Esto amerita una serie en Netflix jajaja
Tus historias nunca decepcionan, muy excitante
HistoriasDe
En que categoría la pondría Netflix? Jaja
Gracias!!