La vida da tantas vueltas, tenia 16 años y no era una adolescente poco común, iba a misa los domingos, hacia mis oraciones y todo eso... Creo en Dios pero no con tal ferviente devoción jaja en fin espero que no me odie el Señor Barbon.
En esos tiempos los domingos en la tarde iba a mi reunión de jóvenes después ayudabamos en misa, ¿que linda, no? En fin había un chico el cual era el popular, el lindo, el guapo, ay era un caballero. El chico ideal jaja supongo en fin volviendo al tema, siempre fui la tímida aunque intentaba integrarme, me costaba mucho trabajo socializar con ellos.
—Daniela!!– Escuché una voz mientras regresaba de camino a casa después de la misa, voltee en ese momento, ví a aquel chico, me alcanzó sonriendo.
—Hola! Oye el próximo sábado vamos a ir a una cafetería y estaría bien que fueras jeje–
Cuando lo escuché me sonroje, por qué me me haya invitado.
—Ammm se... sería lindo ir ¿¿a qué horas será??– me dijo que seria a las 4 de la tarde, que se verían en la plaza que estaba cerca de la iglesia, no sabía que mi mamá me daría permiso así que le dije que si me gustaría pero no sabía si me darían permiso.
—Ya veo, si quieres me avisas– me dejó su número y pasaron los días, pese a lo que pensé mi madre me dió permiso para ir jaja finalmente llegó el sábado, toda la semana pensaba en que haría o como me vestiria, también la autoestima baja me hacía preguntarme si solo me había invitado por lástima. En fin mientras me arreglaba pensaba en todas esas cosas, sentía mi estómago raro, terminen de arreglarme me habia puesto un vestido lila, me había recogido el cabello y pintado los labios, me sentía tan rara nunca me había arreglado tanto para salir, llegué a la plaza, llegó la hora pero nadie llegaba.
"¿Me habrán jugado una broma?" pensaba mientras estaba sentada en la banca, pensé en mandarle un mensaje a Diego el chico que me había invitado pero no tenía saldo, sentía un vacío en el pecho estaba por irme cuando el llegó.
—Hola... Wow que bonita te vez...– su mira se notaba asombro, normalmente no soy mucho de arreglarme, solo para ir a la iglesia me arreglaba un poco. Jaja nótese el interés en salir.
—Hola... ¿Y los demás?– estaban tan nerviosa que ni el algo que me dió lo agradeci, ni había notado lo apuesto que se via, Diego me dijo que no tardaban en llegar, se sentó a mi lado, empecé a relajarme, la verdad no era de salir mucho, normalmente con mis amigas del colegio ibas a alguna casa o ellas venían pero nunca había salido sola a la plaza paso una media hora en silencio, se me hizo eterna, nos mirábamos y sonreiamos así en esa media hora.
—¿Crees que tarden mucho en llegar?– le pregunté mientras lo veía y observaba como la camisa entallaba su pecho, un poco disimuladamente me mordi el labio, me lo imagine sin la camisa, me dijo que no sabía que nadie le había mandado mensaje y pues nos pusimos a platicar de cualquier cosa que se nos ocurria, al principio me contaba hablar con el, la timidez me estaba jugando una mala pasada, fuimos a comer y después fuimos a un karaoke jaja era tan lindo me hizo sentir bien. Cayo la tarde y pues ya se acercaba la hora de regresar a casa íbamos caminando por la calle cuando cayó un aguacero.
Nos refugiamos en una esquina y pero no dejaba de llover después me mandó mensaje mi madre que iban a ir a casa de mis tíos y estaban hasta el otro estado por lo que llegarían hasta mañana en la tarde. Mi casa estaba relativamente cerca por lo que le dije a Diego que si gustaba podíamos ir a mi casa para que metiera su ropa a la lavadora y se secara, la lluvia no paraba, el accedió. Nos fuimos corriendo a mi casa, cuando entramos la casa estaba silenciosa y cálida, fui corriendo a mi cuarto para ir por una toalla para secarnos.
Regrese con la toalla y el se había quitado su camisa y tenía el torso desnudo mientras hablaba con su padre.
—Muy bien entonces mañana te veo...– colgó y se escapó una leve carcajada.
—¿Que paso? Le dije mientras me acercaba con al toalla, el me decía que su padre pensaba que estaba en la casa y no iba a llegar a la casa, por lo cual podría quedarse a dormir si es que seguía lloviendo así. Me sonroje del hecho de que se pudiera quedar a dormir aparte que su pecho se veía lindo, se veía marcado para su edad, juro que me hormigueaban los labios y se humedecian se verlo he imaginarlo sobre mi, le dí la toalla para que secara y se quitó el pantalón, y por dios les juro que quería avalanzarme a el para besarlo, acariciar su cuerpo, como comprenderán no lo hice por más que quería. Me sonroje más
Tímidamente tome la ropa para lavarla en la lavadora y que se secara, cuando tome el pantalón me di cuenta que también estaba su ropa interior, así que si no fuera por la tuya que le di estaría desnudo fui al cuarto de lavado saque su ropa interior del pantalón, para este punto ya no estaba pensando bien, parecía poseída por la lujuria, tome su ropa, la olí sin embargo no me quedé ahí me empecé a masturbar con su ropa interior, me imagina como me frotaba su pene en mi conchita mojada sentía la textura de su ropa, como se humedecia con los fluidos de mi vagina húmeda lista para ser penetrada, recuerdo que me vine en su ropa después la metí a la lavado.
Mientras la ropa se lavaba, me fui a cambiar la ropa para después echar la mía, cuando ví Diego estaba en la sala viendo unas cosas en su celular, aún que me había masturbado aún está muy caliente y no pensaba bien, me senté a su lado y platicábamos intentaba no ver su cuerpo para no calentarme más. El se dió cuenta de ello por lo cual empezó a provocarme.
—Hace un poco de frío ven para abrazarnos– me dió tiernamente, mientras palmeaba el sillón para que me acercara, la poca cordura que me quedaba salío al rescate.
—Si quieres te traigo una cobija para que te cubras– le dije evitando la petición.
El nada tonto se acercó y me abrazo puso mi cabeza en mi su pecho sentí su calor, su pecho en mi cara.
—Asi está mejor, ves podemos calentarnos juntos para que no perdamos el calor.–
En mi mente pensaba “Diego yo no tengo frío tengo mucho calor”, le respondí que si con la cabeza, me levanto el rostro y me besó, sus labios carnosos se frotaron con los míos, así estuvimos un rato hasta que el se detuvo.
—Sabes debo confesar algo, la verdad no nos íbamos a reunir con los otros del grupo, yo quería salir contigo pero no sabía como, eres tan linda pero tan tímida que pensé que sería buena idea decir que los demás saldrían también, me sonroje no sabía que decir. Mi mente quedaba en blanco me atraía tanto sexualmente hablando pero también me gustaba amorosamente.
–¿Lo dices en serio? Que me viste soy tímida y soy distraída y torpe–.
El sonrió después me dió un pequeño beso en los labios me tomo del rostro, acaricio mi rostro.
–Pues me gustas mucho– volvió a besarme sin embargo los besos se calentaron, ya se imaginarán que la biología del cuerpo hizo su magia sentí su bulto en mis piernas.
Mi mano juro que se movió sola mientras nos besábamos tomé si falo y lo empecé a masturbar lentamente sintiendo esa sensación rara entre calor y dureza, a él no le molestó por su parte empezó a agarrar las nalgas me quito la ropa mojada mientras nos besamos estábamos desnudos besándonos. Entre besos fuimos a dar al sillón estuvo encima de mi besando mi cuello, jugando con mis tetas mientras yo gemia y le acaricia la espalda.
–Te amo, hacerme uno contigo– me decía en el oído con la respiración agitada mientras frotaba su pene en mi conchita.
–Esperaa... Diego...–me besaba los labios mientras le decía esto y proseguí –¿No crees que este momento es especial?– le dije que quería que mi primera ves fuera especial, el se levantó y tomo en sus brazos cargandome hasta la habitación más cercana era la cama de mis padres pero estaba tan caliente que poco me importo me recosto y se volvió a subir sobre mi, nos besábamos nuestras lenguas bailan dentro de nuestras bocas, estaba tan sonrojada y caliente que sentía como escurría un líquido de mi conchita quería tenerlo dentro mío pero ese grueso falo lo quería probar no solo con mis labios si no con mi boca. No recuerdo cómo hice para voltearlo pero quede arriba de el, bese su cuello acaricie sus pectorales que para su edad se veía muy bien, bese su vientre y finalmente baje a su pene como si fuera un helado me puse a lamer la glande, si voz gruesa no tardó en escucharse gimiendo la verdad no podía dejar se meterme los dedos mientras engullia su trozo de carne, el se sentó y me tomo de la cabeza empujando más a dentro mi respiraciones eran insuficientes sentía que me ahogada hasta que se vino en mi boca; la sensación en mi vida de esa cosa viscosa con sabor raro me lo trague el me beso y me recordó de nuevo para después abrirme las piernas y hacer lo mismo que yo hice con el.
Me enloqueció sentía que mi entrepierna estallaba jugaba con mi clítoris y enterraba su lengua dentro la movía tan rápido que gemia como gata en celo me acariciaba mis pechos, me retorcía no sabía que hacer. Por fin llegó el momento en el que me iba a desvirgar me abrió los piernas y las doblo para después tomar su pene e irlo frotando en mi vagina, no podría creer que lo haría su trozo grueso se empezaba a abrir paso entre mis labios sentí algo que se rompió el llegó al fondo.
–Auch ahhh duele– mis rodillas estaba en mi pecho empezo a besarme el cuello se movió dentro pero me dolía mucho.
–Diegooo ahhh esperaaaa me lastimas– después se dió cuenta que era virgen, se quedó un rato dentro mientras me estaba acostumbrando.
–Perdon.. amor– me besó el cuello, me besaba los labios y nos manteniamos calientes, pasado un rato le dije que se moviera.
Se sentía tan extraño y rico, me abrace a su cintura mientras me daba era muy tosco me estaba dando tan duro que pensé que me partiría.
–Ahhh Diegooo ummm me vas a partir–
–Es que estás tan rica que no puedo evitarlo– me callo con un beso mis gemidos se escuchaba ahogados también los de el, le mordía el labio y en respuesta el me daba más duro me hizo gritar tanto que pensé que los vecinos vería a ver qué pasaba, acaricie su espalda sentí sus músculos como se movían cuando me embestía.
–Te quiero dar de otra manera– me dijo mientras se liberaba de mis piernas. Se recostó en la cama y me hizo que me subiera en el, me subí y fui introducidome su pene se sentía más raro, empecé a cabalgarlo mis nalgas chocaban con su ingle se escuchaba nuestra pieles me tuvo así un rato, en ayudaba tomándome de la cadera y también me embestia, en algún punto si vagina empezo a succionar su pene, el gemia me tomo de las manos mientras seguíamos igual, no tarde mucho me vine senti como me mojaba más, poco después el se vino dentro sentí como ese líquido caliente se alojaba dentro mío después cai sobre el, jadeabamos y me abrazo.
Finalmente nos quedamos dormidos entre sangre y fluidos.
Al día siguiente me di cuenta que sabré jaja .
Bueno espero que les haya gustado el relato, es una fantasia que siempre tuve con un compañero de la iglesia, sin mas que pasen un lindo 14 de febrero, cogan bien rico rico y si no pues una buena paja es buena los quiero 🥵😘
En esos tiempos los domingos en la tarde iba a mi reunión de jóvenes después ayudabamos en misa, ¿que linda, no? En fin había un chico el cual era el popular, el lindo, el guapo, ay era un caballero. El chico ideal jaja supongo en fin volviendo al tema, siempre fui la tímida aunque intentaba integrarme, me costaba mucho trabajo socializar con ellos.
—Daniela!!– Escuché una voz mientras regresaba de camino a casa después de la misa, voltee en ese momento, ví a aquel chico, me alcanzó sonriendo.
—Hola! Oye el próximo sábado vamos a ir a una cafetería y estaría bien que fueras jeje–
Cuando lo escuché me sonroje, por qué me me haya invitado.
—Ammm se... sería lindo ir ¿¿a qué horas será??– me dijo que seria a las 4 de la tarde, que se verían en la plaza que estaba cerca de la iglesia, no sabía que mi mamá me daría permiso así que le dije que si me gustaría pero no sabía si me darían permiso.
—Ya veo, si quieres me avisas– me dejó su número y pasaron los días, pese a lo que pensé mi madre me dió permiso para ir jaja finalmente llegó el sábado, toda la semana pensaba en que haría o como me vestiria, también la autoestima baja me hacía preguntarme si solo me había invitado por lástima. En fin mientras me arreglaba pensaba en todas esas cosas, sentía mi estómago raro, terminen de arreglarme me habia puesto un vestido lila, me había recogido el cabello y pintado los labios, me sentía tan rara nunca me había arreglado tanto para salir, llegué a la plaza, llegó la hora pero nadie llegaba.
"¿Me habrán jugado una broma?" pensaba mientras estaba sentada en la banca, pensé en mandarle un mensaje a Diego el chico que me había invitado pero no tenía saldo, sentía un vacío en el pecho estaba por irme cuando el llegó.
—Hola... Wow que bonita te vez...– su mira se notaba asombro, normalmente no soy mucho de arreglarme, solo para ir a la iglesia me arreglaba un poco. Jaja nótese el interés en salir.
—Hola... ¿Y los demás?– estaban tan nerviosa que ni el algo que me dió lo agradeci, ni había notado lo apuesto que se via, Diego me dijo que no tardaban en llegar, se sentó a mi lado, empecé a relajarme, la verdad no era de salir mucho, normalmente con mis amigas del colegio ibas a alguna casa o ellas venían pero nunca había salido sola a la plaza paso una media hora en silencio, se me hizo eterna, nos mirábamos y sonreiamos así en esa media hora.
—¿Crees que tarden mucho en llegar?– le pregunté mientras lo veía y observaba como la camisa entallaba su pecho, un poco disimuladamente me mordi el labio, me lo imagine sin la camisa, me dijo que no sabía que nadie le había mandado mensaje y pues nos pusimos a platicar de cualquier cosa que se nos ocurria, al principio me contaba hablar con el, la timidez me estaba jugando una mala pasada, fuimos a comer y después fuimos a un karaoke jaja era tan lindo me hizo sentir bien. Cayo la tarde y pues ya se acercaba la hora de regresar a casa íbamos caminando por la calle cuando cayó un aguacero.
Nos refugiamos en una esquina y pero no dejaba de llover después me mandó mensaje mi madre que iban a ir a casa de mis tíos y estaban hasta el otro estado por lo que llegarían hasta mañana en la tarde. Mi casa estaba relativamente cerca por lo que le dije a Diego que si gustaba podíamos ir a mi casa para que metiera su ropa a la lavadora y se secara, la lluvia no paraba, el accedió. Nos fuimos corriendo a mi casa, cuando entramos la casa estaba silenciosa y cálida, fui corriendo a mi cuarto para ir por una toalla para secarnos.
Regrese con la toalla y el se había quitado su camisa y tenía el torso desnudo mientras hablaba con su padre.
—Muy bien entonces mañana te veo...– colgó y se escapó una leve carcajada.
—¿Que paso? Le dije mientras me acercaba con al toalla, el me decía que su padre pensaba que estaba en la casa y no iba a llegar a la casa, por lo cual podría quedarse a dormir si es que seguía lloviendo así. Me sonroje del hecho de que se pudiera quedar a dormir aparte que su pecho se veía lindo, se veía marcado para su edad, juro que me hormigueaban los labios y se humedecian se verlo he imaginarlo sobre mi, le dí la toalla para que secara y se quitó el pantalón, y por dios les juro que quería avalanzarme a el para besarlo, acariciar su cuerpo, como comprenderán no lo hice por más que quería. Me sonroje más
Tímidamente tome la ropa para lavarla en la lavadora y que se secara, cuando tome el pantalón me di cuenta que también estaba su ropa interior, así que si no fuera por la tuya que le di estaría desnudo fui al cuarto de lavado saque su ropa interior del pantalón, para este punto ya no estaba pensando bien, parecía poseída por la lujuria, tome su ropa, la olí sin embargo no me quedé ahí me empecé a masturbar con su ropa interior, me imagina como me frotaba su pene en mi conchita mojada sentía la textura de su ropa, como se humedecia con los fluidos de mi vagina húmeda lista para ser penetrada, recuerdo que me vine en su ropa después la metí a la lavado.
Mientras la ropa se lavaba, me fui a cambiar la ropa para después echar la mía, cuando ví Diego estaba en la sala viendo unas cosas en su celular, aún que me había masturbado aún está muy caliente y no pensaba bien, me senté a su lado y platicábamos intentaba no ver su cuerpo para no calentarme más. El se dió cuenta de ello por lo cual empezó a provocarme.
—Hace un poco de frío ven para abrazarnos– me dió tiernamente, mientras palmeaba el sillón para que me acercara, la poca cordura que me quedaba salío al rescate.
—Si quieres te traigo una cobija para que te cubras– le dije evitando la petición.
El nada tonto se acercó y me abrazo puso mi cabeza en mi su pecho sentí su calor, su pecho en mi cara.
—Asi está mejor, ves podemos calentarnos juntos para que no perdamos el calor.–
En mi mente pensaba “Diego yo no tengo frío tengo mucho calor”, le respondí que si con la cabeza, me levanto el rostro y me besó, sus labios carnosos se frotaron con los míos, así estuvimos un rato hasta que el se detuvo.
—Sabes debo confesar algo, la verdad no nos íbamos a reunir con los otros del grupo, yo quería salir contigo pero no sabía como, eres tan linda pero tan tímida que pensé que sería buena idea decir que los demás saldrían también, me sonroje no sabía que decir. Mi mente quedaba en blanco me atraía tanto sexualmente hablando pero también me gustaba amorosamente.
–¿Lo dices en serio? Que me viste soy tímida y soy distraída y torpe–.
El sonrió después me dió un pequeño beso en los labios me tomo del rostro, acaricio mi rostro.
–Pues me gustas mucho– volvió a besarme sin embargo los besos se calentaron, ya se imaginarán que la biología del cuerpo hizo su magia sentí su bulto en mis piernas.
Mi mano juro que se movió sola mientras nos besábamos tomé si falo y lo empecé a masturbar lentamente sintiendo esa sensación rara entre calor y dureza, a él no le molestó por su parte empezó a agarrar las nalgas me quito la ropa mojada mientras nos besamos estábamos desnudos besándonos. Entre besos fuimos a dar al sillón estuvo encima de mi besando mi cuello, jugando con mis tetas mientras yo gemia y le acaricia la espalda.
–Te amo, hacerme uno contigo– me decía en el oído con la respiración agitada mientras frotaba su pene en mi conchita.
–Esperaa... Diego...–me besaba los labios mientras le decía esto y proseguí –¿No crees que este momento es especial?– le dije que quería que mi primera ves fuera especial, el se levantó y tomo en sus brazos cargandome hasta la habitación más cercana era la cama de mis padres pero estaba tan caliente que poco me importo me recosto y se volvió a subir sobre mi, nos besábamos nuestras lenguas bailan dentro de nuestras bocas, estaba tan sonrojada y caliente que sentía como escurría un líquido de mi conchita quería tenerlo dentro mío pero ese grueso falo lo quería probar no solo con mis labios si no con mi boca. No recuerdo cómo hice para voltearlo pero quede arriba de el, bese su cuello acaricie sus pectorales que para su edad se veía muy bien, bese su vientre y finalmente baje a su pene como si fuera un helado me puse a lamer la glande, si voz gruesa no tardó en escucharse gimiendo la verdad no podía dejar se meterme los dedos mientras engullia su trozo de carne, el se sentó y me tomo de la cabeza empujando más a dentro mi respiraciones eran insuficientes sentía que me ahogada hasta que se vino en mi boca; la sensación en mi vida de esa cosa viscosa con sabor raro me lo trague el me beso y me recordó de nuevo para después abrirme las piernas y hacer lo mismo que yo hice con el.
Me enloqueció sentía que mi entrepierna estallaba jugaba con mi clítoris y enterraba su lengua dentro la movía tan rápido que gemia como gata en celo me acariciaba mis pechos, me retorcía no sabía que hacer. Por fin llegó el momento en el que me iba a desvirgar me abrió los piernas y las doblo para después tomar su pene e irlo frotando en mi vagina, no podría creer que lo haría su trozo grueso se empezaba a abrir paso entre mis labios sentí algo que se rompió el llegó al fondo.
–Auch ahhh duele– mis rodillas estaba en mi pecho empezo a besarme el cuello se movió dentro pero me dolía mucho.
–Diegooo ahhh esperaaaa me lastimas– después se dió cuenta que era virgen, se quedó un rato dentro mientras me estaba acostumbrando.
–Perdon.. amor– me besó el cuello, me besaba los labios y nos manteniamos calientes, pasado un rato le dije que se moviera.
Se sentía tan extraño y rico, me abrace a su cintura mientras me daba era muy tosco me estaba dando tan duro que pensé que me partiría.
–Ahhh Diegooo ummm me vas a partir–
–Es que estás tan rica que no puedo evitarlo– me callo con un beso mis gemidos se escuchaba ahogados también los de el, le mordía el labio y en respuesta el me daba más duro me hizo gritar tanto que pensé que los vecinos vería a ver qué pasaba, acaricie su espalda sentí sus músculos como se movían cuando me embestía.
–Te quiero dar de otra manera– me dijo mientras se liberaba de mis piernas. Se recostó en la cama y me hizo que me subiera en el, me subí y fui introducidome su pene se sentía más raro, empecé a cabalgarlo mis nalgas chocaban con su ingle se escuchaba nuestra pieles me tuvo así un rato, en ayudaba tomándome de la cadera y también me embestia, en algún punto si vagina empezo a succionar su pene, el gemia me tomo de las manos mientras seguíamos igual, no tarde mucho me vine senti como me mojaba más, poco después el se vino dentro sentí como ese líquido caliente se alojaba dentro mío después cai sobre el, jadeabamos y me abrazo.
Finalmente nos quedamos dormidos entre sangre y fluidos.
Al día siguiente me di cuenta que sabré jaja .
Bueno espero que les haya gustado el relato, es una fantasia que siempre tuve con un compañero de la iglesia, sin mas que pasen un lindo 14 de febrero, cogan bien rico rico y si no pues una buena paja es buena los quiero 🥵😘
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