(la historia es completamente ficticia cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)
- ¿Qué? - pregunté haciéndome el sorprendido, no había excusa, debía hacer tiempo, pensar algo para salir de esta pero tenerla a pocos centímetros de mí, con la calza y la tanga en el suelo, sumado al sonido del chorro de pis, lo cual de alguna forma me excitaba, todo eso no me dejaba pensar con claridad. Mi pija saltaba pidiendo continúe con lo que había empezado.
- Que si te estabas pajeando por lo que te mandé tonto, aunque haya sido por error me viste desnuda y no sos de madera. O sos gay? - ella había terminado, cortó algo de papel, se secó y aún seguía sentada, esperando mi respuesta. Yo de espaldas y mi verga al palo aún.
- ¿Para qué querés saber? Si seguro ya sabes la respuesta. No soy gay boluda, pero tampoco soy tan enfermo como para pajearme con fotos de mi hermana. Ahora salí que quiero terminar de bañarme. - Mentí aún a pesar de que ella no me creyera, porque seguro no me creía, ni yo mismo lo hacía.
- Bueno, si vos lo decís... Igual cocino yo hoy. Seguí con tu "baño" - Ella se levantó, se subió la tanga y la calza y salió del baño riéndose. Yo me puse de frente a la ducha y seguí con el baño.
Al salir la veo preparando las cosas para el mate, eran casi las seis de la tarde y teníamos que llamar a mis padres, por lo que casi no hablamos del "incidente". Mi padre nos preguntó cómo iba la convivencia, a lo que ella respondió que mejor de lo que esperaba, que poco a poco empezábamos a comportarnos más como hermanos. Debajo de la mesa ella me apretó el muslo, como devolviéndome a la realidad, aún estaba perdido pensando en la imagen de su concha húmeda. Yo apoyé sus palabras diciendo que sí, que nos estábamos llevando muy bien. Mi madre le dijo a Mica que no me hiciera renegar, que yo era un "hombre ocupado", ella dijo que no se preocupara... Aunque el que se preocupaba era yo. Luego de eso vendría la rutina de yoga. Cortamos la llamada y ella fue a me sorprendió al volver con el pijama y el top deportivo. El pantalón liviano que llevaba no me ayudaría mucho a esconder la erección, eso sumado que el otoño había empezado pero el verano se resistía a irse dándonos algunos días más de calor.
- ¿Hoy no usas calza? - le pregunté extrañado.
- No, hoy voy más cómoda, aparte se me manchó y no tengo otra. - dijo Mica encogiendo los hombros. - ¿Empezamos? - Me sonrió y se sentó en el suelo con las piernas abiertas, la tela apenas cubría su conchita mientras yo trataba de mirar lo menos posible.
El mejor momento sin dudas fue verla en 4, en la posición de "Saludo al sol", ví perfectamente la tela de la tanga tratando de cubrir lo más posible la superficie de su concha, aunque sin éxito. Yo no daba más, y recién íbamos por la tercer semana.
Esa noche Mica cumplió con su promesa y cocinó unos fideos con salsa exquisitos, luego de dos platos y una copa de vino no podía moverme de lo lleno que estaba. Ella lo notó y se puso a lavar todo mientras yo, desde mi silla veía ese orto moverse. Tal vez fuera el efecto del vino o la calentura o ambas cosas, pero sentía deseos de cojerme a mi melliza. Me levanté, caminé hacia ella y estuve a punto de abrazarla por detrás, pero ella se giró en el último instante.
- ¿Qué pasó? - me preguntó con una mirada fija y calmada.
- Te faltó esto... - dije y le entregué mi copa, ella abrió la canilla y el chorro salió tan fuerte que al chocar con el fondo de la copa el agua salpicó para todos lados. Cayendo un poco sobre el top, marcando los pezones de Mica. Ella no le dió importancia, terminó de lavar y fue al baño. Dijo que necesitaba bañarse. La ví irse sarandeando la cola, yo me quedé aturdido en la cocina.
Minutos más tarde me preparé para acostarme, puse una película en el televisor del comedor y acosté, al poco rato sale Mica del baño, con la blusa del pijama y en tanga.
- ¿Qué haces así Mimi? - creo que a ella le sorprendió más que la llamara de esa forma, que era un apodo que usábamos de chicos que la pregunta que le hice.
- En mi casa duermo en tanga, me traje el pijama solo por vos, pero como ya me viste hasta el alma... Buenas noches Chito... - ella me decía así antes...
*
Era de madrugada, me despertó el calor, era tanto que sudaba mucho, me quedé solo en boxer. Luego me levanté, fui al baño y a la cocina, tenía la garganta seca. Al rato la puerta de mi habitación se abre, Mica sale bostezando y con media teta afuera.
- ¿Tampoco podés dormir? - Me preguntó refregándose los ojos. Abrió la heladera y se agachó mostrándome ese orto entero, el ano apenas cubierto por el hilo de la tanga y los labios brillantes de su concha, por lo visto se pajeaba antes de dormir.... - Tenés que comprar un aire, sino estamos jodidos... Y ponete hielo ahí abajo, o vas a apuñalar a alguien. - No me había dado cuenta pero mi pija había reaccionado ante lo que había visto y se mostraba en todo su esplendor, convirtiendo al boxer en una notoria carpa.
Nuevamente me dejó aturdido en la cocina y volvió a la pieza.
Al acostarme tuve una idea, saqué algunas fotos y se las mandé, seguidas de un video corto donde se veía a mi pija escupiendo leche. Ella vio los mensajes y pasado unos segundos borré todo. Por último un texto que decía "Ahora estamos a mano". Se lo mandé, me di vuelta y me dormí.
*
Abrí los ojos, había amanecido, el sol entraba por la ventana, sentía un suave perfume en el aire y una linda sensación en la entrepierna, como si alguien se frotara contra ella. Corro la sábana, abro los ojos y... ¡Mi verga estaba entre los cachetes de la cola de Mica! ¡¿Cuándo había pasado eso?! ¡¿Cómo llegué a mi cama?! Y lo más importante ¿Por qué ella apretaba su cola contra mi pija?
Continuará...
- ¿Qué? - pregunté haciéndome el sorprendido, no había excusa, debía hacer tiempo, pensar algo para salir de esta pero tenerla a pocos centímetros de mí, con la calza y la tanga en el suelo, sumado al sonido del chorro de pis, lo cual de alguna forma me excitaba, todo eso no me dejaba pensar con claridad. Mi pija saltaba pidiendo continúe con lo que había empezado.
- Que si te estabas pajeando por lo que te mandé tonto, aunque haya sido por error me viste desnuda y no sos de madera. O sos gay? - ella había terminado, cortó algo de papel, se secó y aún seguía sentada, esperando mi respuesta. Yo de espaldas y mi verga al palo aún.
- ¿Para qué querés saber? Si seguro ya sabes la respuesta. No soy gay boluda, pero tampoco soy tan enfermo como para pajearme con fotos de mi hermana. Ahora salí que quiero terminar de bañarme. - Mentí aún a pesar de que ella no me creyera, porque seguro no me creía, ni yo mismo lo hacía.
- Bueno, si vos lo decís... Igual cocino yo hoy. Seguí con tu "baño" - Ella se levantó, se subió la tanga y la calza y salió del baño riéndose. Yo me puse de frente a la ducha y seguí con el baño.
Al salir la veo preparando las cosas para el mate, eran casi las seis de la tarde y teníamos que llamar a mis padres, por lo que casi no hablamos del "incidente". Mi padre nos preguntó cómo iba la convivencia, a lo que ella respondió que mejor de lo que esperaba, que poco a poco empezábamos a comportarnos más como hermanos. Debajo de la mesa ella me apretó el muslo, como devolviéndome a la realidad, aún estaba perdido pensando en la imagen de su concha húmeda. Yo apoyé sus palabras diciendo que sí, que nos estábamos llevando muy bien. Mi madre le dijo a Mica que no me hiciera renegar, que yo era un "hombre ocupado", ella dijo que no se preocupara... Aunque el que se preocupaba era yo. Luego de eso vendría la rutina de yoga. Cortamos la llamada y ella fue a me sorprendió al volver con el pijama y el top deportivo. El pantalón liviano que llevaba no me ayudaría mucho a esconder la erección, eso sumado que el otoño había empezado pero el verano se resistía a irse dándonos algunos días más de calor.
- ¿Hoy no usas calza? - le pregunté extrañado.
- No, hoy voy más cómoda, aparte se me manchó y no tengo otra. - dijo Mica encogiendo los hombros. - ¿Empezamos? - Me sonrió y se sentó en el suelo con las piernas abiertas, la tela apenas cubría su conchita mientras yo trataba de mirar lo menos posible.
El mejor momento sin dudas fue verla en 4, en la posición de "Saludo al sol", ví perfectamente la tela de la tanga tratando de cubrir lo más posible la superficie de su concha, aunque sin éxito. Yo no daba más, y recién íbamos por la tercer semana.
Esa noche Mica cumplió con su promesa y cocinó unos fideos con salsa exquisitos, luego de dos platos y una copa de vino no podía moverme de lo lleno que estaba. Ella lo notó y se puso a lavar todo mientras yo, desde mi silla veía ese orto moverse. Tal vez fuera el efecto del vino o la calentura o ambas cosas, pero sentía deseos de cojerme a mi melliza. Me levanté, caminé hacia ella y estuve a punto de abrazarla por detrás, pero ella se giró en el último instante.
- ¿Qué pasó? - me preguntó con una mirada fija y calmada.
- Te faltó esto... - dije y le entregué mi copa, ella abrió la canilla y el chorro salió tan fuerte que al chocar con el fondo de la copa el agua salpicó para todos lados. Cayendo un poco sobre el top, marcando los pezones de Mica. Ella no le dió importancia, terminó de lavar y fue al baño. Dijo que necesitaba bañarse. La ví irse sarandeando la cola, yo me quedé aturdido en la cocina.
Minutos más tarde me preparé para acostarme, puse una película en el televisor del comedor y acosté, al poco rato sale Mica del baño, con la blusa del pijama y en tanga.
- ¿Qué haces así Mimi? - creo que a ella le sorprendió más que la llamara de esa forma, que era un apodo que usábamos de chicos que la pregunta que le hice.
- En mi casa duermo en tanga, me traje el pijama solo por vos, pero como ya me viste hasta el alma... Buenas noches Chito... - ella me decía así antes...
*
Era de madrugada, me despertó el calor, era tanto que sudaba mucho, me quedé solo en boxer. Luego me levanté, fui al baño y a la cocina, tenía la garganta seca. Al rato la puerta de mi habitación se abre, Mica sale bostezando y con media teta afuera.
- ¿Tampoco podés dormir? - Me preguntó refregándose los ojos. Abrió la heladera y se agachó mostrándome ese orto entero, el ano apenas cubierto por el hilo de la tanga y los labios brillantes de su concha, por lo visto se pajeaba antes de dormir.... - Tenés que comprar un aire, sino estamos jodidos... Y ponete hielo ahí abajo, o vas a apuñalar a alguien. - No me había dado cuenta pero mi pija había reaccionado ante lo que había visto y se mostraba en todo su esplendor, convirtiendo al boxer en una notoria carpa.
Nuevamente me dejó aturdido en la cocina y volvió a la pieza.
Al acostarme tuve una idea, saqué algunas fotos y se las mandé, seguidas de un video corto donde se veía a mi pija escupiendo leche. Ella vio los mensajes y pasado unos segundos borré todo. Por último un texto que decía "Ahora estamos a mano". Se lo mandé, me di vuelta y me dormí.
*
Abrí los ojos, había amanecido, el sol entraba por la ventana, sentía un suave perfume en el aire y una linda sensación en la entrepierna, como si alguien se frotara contra ella. Corro la sábana, abro los ojos y... ¡Mi verga estaba entre los cachetes de la cola de Mica! ¡¿Cuándo había pasado eso?! ¡¿Cómo llegué a mi cama?! Y lo más importante ¿Por qué ella apretaba su cola contra mi pija?
Continuará...
7 comentarios - La Cuarentena, Mi Melliza y Yo, Capítulo 2