Foto: http://www.poringa.net/posts/gay/3636392/Hombres-en-tanga-12.html
Las vacaciones, cuando son en familia, habitualmente es tiempo para conocerse y más si vas con parte o toda la familia, a la que muchos llaman ampliada. Este relato es excesivamente reciente, pasó hace muy poco tiempo, todavía puedo sentir el olor, el calor y el sentimiento.
Costa entrerriana aquella que linda con el rio Uruguay, lugar a donde muchos de nosotros hemos ido de vacaciones alguna vez o al menos un par de días para despejar un poco del estudio, del trabajo o de la vida diaria. Cabaña enorme, la más grande del complejo, para 12 personas, dos habitaciones con camas matrimoniales, padres en una, tíos en la otra. Dos habitaciones con dos camas cuchetas, mujeres por un lado, varones por el otro. Todos primas y primos de distintas edades pero en un rango entre 16 y 20 años. La cantidad de días algo excesivo pero necesario, 10 días de estadía. Obviamente no todos eramos de los mismos padres, es decir, no eramos solo dos familias si no que la división quedó de esa manera.
Nosotros llegamos a eso de las 10 de la mañana, fuimos los primeros. Entramos y obviamente elegimos las mejores camas, a mi no me gusta dormir arriba por lo que elegí una de abajo. A medida que iban llegando nuestros familiares la habitación se iba llenando, tengo tres primos Alex, Javier y Ramiro (estos últimos son hermanos) los cuales ocuparon las demás camas. Luego de dejar en claro las respectivas reglas de convivencia, salimos a recorrer el complejo. Cuando pasamos por la cabaña de los padres de Ramiro y Javier, yo iba retrasado, miro hacia la ventana y veo a mi tía, Estela, sacándose el corpiño, quedando en tetas, unas tetas hermosas, grandes, redondas con los pezones marrones. Me quedé con la boca abierta, sin aliento, le había dedicado muchas pajas y era como ver mi regalo. Pero velozmente saqué la mirada y seguí caminando tratando de no tropezarme y bajando la calentura como podía. Estuve todo el día pensando en esas tetas hermosas, no daba más, ansiaba llegar a la noche y hacerme una paja y eso fue lo que hice. Llegada la noche, comimos y rápidamente fui a acostarme, atrás mío llegaron mis primos con lo que no pude hacer nada. Trate de dormir pero no podía, esperé a que ellos lo hicieran. Escuche algunos ronquidos, cerré los ojos, recordé las tetas de mi tía y empecé a tocarme, cada vez más rápido, me mojé la mano para lubricar y acabé tanta leche que no tenía tanto papel para secarme. Me serené y fui al baño, por suerte no había nadie dando vueltas y pude entrar al baño sin problemas. Después de limpiarme, volví a la habitación, sin prender la luz me acosté. Veo alrededor para cerciorarme de que nadie me vio y lo veo a Alex justo le daba el reflejo de luz que entraba por la ventana, estaba sonriendo. Si bien me dio algo de miedo, lo dejé pasar, cuando lo hice nadie estaba despierto me decía a mi mismo y me quedé dormido.
Al otro día, fui el primero en despertarme, prepare el desayuno, prendí la tele y estuve algunos minutos. El segundo en despertarse fue Alex, me saludó y sonrió de nuevo. Todos los malos pensamientos volvieron, pero se sentó y no preguntó ni nada, es más nos pusimos a charlar de nuestras vidas, hacía mucho que no nos veíamos, ambos habíamos comenzado la facultad a los 18 años y eso nos separó bastante, los primeros años suelen ser duros. Después se fueron despertando la otra parte de la comitiva y ya todo era un caos, así que salí y fui directamente a la cabaña de mi tía, tenía que verla de nuevo. Pero lo que ocurrió hizo dar un vuelco en las vacaciones.
Estaba cerca de la ventana, sabía que a esa hora debía despertarse y obviamente cambiarse. Abren la ventana, mi tía desnuda, mi verga quería salir de mi short e ir a cogerla. Atrás de ella, aparece mi tío, desnudo también. Se pone atrás y con la ventana abierta, se ponen a coger. Tenía asiento preferencial, veo alrededor y no había nadie o eso es lo que yo pensaba. Atrás mio estaba Alex, que también vio todo, se me pone al lado, saca su verga y empieza a pajearse. Hago lo mismo, saco mi verga y empiezo a pajearme, lo veía a Alex y era enorme su pija, en cambio la mía era más chica. Su verga cada vez se hinchaba más, se ponía más gorda, más grande, los huevos se le inflaban. Dejé de mirar a mis tios y empece a mirar su enorme verga. Acabamos los dos al mismo tiempo y nos fuimos corriendo sin que nuestros tíos nos vieran. Corrimos tan deprisa que entramos los dos al baño a secarnos, volví a ver su enorme pija y le dije:
Yo: Es enorme boludo.
Alex: Gracias. Te gusta?
Yo: Me gustan las mujeres pero está linda.
Alex: Jajaja gracias.
Todo quedó ahí pero algo había cambiado en mí, ver esa pija enorme me hizo dudar, tambalear. Ya no me importaba si me había visto pajearme a la noche o si mientras nos pajeabamos vi todo el tiempo su verga. Pasó y así fuimos a disfrutar de un día soleado y de mucho calor.
Cenamos, jugábamos a unos juegos de mesa y de a uno se fueron a acostar. Alex se quedó, destapamos una cerveza y nos quedamos un rato afuera charlando un poco. Íbamos por la tercera cerveza y le pregunto ¿Con esa verga debes coger un montón, no? Se sonríe y me confirma con la cabeza. ¿Las minas deben estar locas con vos? Se pone serio y me pregunta si yo no sabía nada, si no me habían contando. A lo que obviamente respondo que no. Entonces se creo un silencio eterno, “soy gay”, el silencio siguió, “es mentira” y se echó a reír, ambos nos tentamos. Nos fuimos a dormir pero mientras entrabamos a la cabaña, al baño a lavarnos los dientes y a la habitación, me tocó el orto, las tres veces seguidas y entonces supe que algo había y que también me excitaba.
Al otro día nos volvimos a despertar casi al mismo tiempo y nos fuimos a desayunar, vivía pegado a mi. Casi sin decirnos una palabra, fuimos a la cabaña de mi tía pero esta vez creo que no fui por mi tía, fui por mi tío. Abrieron las ventanas y mi tío en cuero, creo que me había excitado un poco. Alex dijo que no iba a pasar nada y fuimos a caminar. Fuimos al centro del pueblo, en el camino, Alex me tocaba, eso sí me excitaba al instante y mi verga no mentía, se me fue poniendo gomosa. Volvimos para el almuerzo, comimos y todos se iban a la playa, yo decidí quedarme y obviamente Alex también.
Fuimos a acostarnos, algo queríamos los dos pero no lo decíamos. El arriba de la cucheta de al lado y yo abajo. Nos mirábamos, nos sonreíamos, hablábamos pero no pasaba nada, había un ambiente de mucha excitación, mucha tensión.
Entonces tuve una idea, le pregunto que le había excitado de nuestros tíos mientras cogian. Me responde que la tanga de Estela. Ya vengo, le digo. Fui a la cabaña de mi tía, procuré que no haya nadie y entré, fui al bolso y saqué una de las tangas de ella, blanca. Volví a la cabaña, al baño y me puse la tanga y el short arriba. Entré a la habitación y la tensión no había ido, estaba ahí inerte. Los dos excitados no daba para más, había que cortar. Lo miro y le digo “cerra los ojos”. Me hizo caso, me saqué el short y quede con la tanga de mi tía, mi verga se asomaba por encima. “Abrilos”.
La cara de Alex se transformó y bajó tan rápido de la cama de arriba que la pija le bailo de arriba a abajo. Se sacó el short y el calzoncillo y puse la verga en mi boca. La abrí sin pensar y entró, la tomé, la masturbé y le pasaba la lengua por la cabeza. El agarró mi verga y empezó a pajearme. Acabamos los dos casi al instante, primero él en mi boca y después sobre mi pecho. Fuimos al baño, nos miramos, sonreímos, volvimos a la habitación y llegaron los demás. La tanga de mi tía abajo de la cama, toda manchada.
Los dos sabíamos que queríamos coger, yo sabía que me tocaba dar la cola pero primero quería chupársela bien, sentirla toda, no había otra y en realidad lo deseaba.
Al día siguiente, nos despertamos y le digo “hoy te la chupo” a lo que él respondió “hoy vamos a un telo”. No desayunamos y nos fuimos.
Entramos, me agaché y se la empecé a chupar, primero la cabeza, después el tronco y por ultimo los huevos y volvía a repetir, toda la verga en mi boca hacía que mi pija también se parara. Se la chupe lo más que pude, me saqué las ganas y me dejé llevar. Me puso boca abajo en la cama, los dos ya estábamos desnudos casi al abrir la puerta. Me separó las piernas y empezó a chuparme el culo, me excité tanto que caían gotitas de semen de mi verga que la veía casi por explotar. Se puso el forro, se puso crema y empezó de a poco, muy de a poco, como un experto. Cuando vio que ya estaba del todo dilatado intentó más, me gustó y siguió. Entró toda y lo sentí en mi espalda. Me cogió varias veces en la misma posición. Después de unos largos minutos se puso boca arriba yo me senté arriba de él y bajaba y subía, primero despacio y después más rápido, yo jugaba, me gustaba. Me acosté, me puse de costado y me cogió de atrás y al oído siento “¿donde querés la leche?”. En la boca de nuevo, le respondí. Cogimos un rato largo, sentía su verga dura bien adentro. Hasta que no pudo más, la sacó, se sacó el forro y me tiró la leche en la boca. La saboree, se la chupe de nuevo y quedamos los dos desparramados en cama. “Viste que soy gay”, lo confirmé, “ahora yo también”.
Las vacaciones, cuando son en familia, habitualmente es tiempo para conocerse y más si vas con parte o toda la familia, a la que muchos llaman ampliada. Este relato es excesivamente reciente, pasó hace muy poco tiempo, todavía puedo sentir el olor, el calor y el sentimiento.
Costa entrerriana aquella que linda con el rio Uruguay, lugar a donde muchos de nosotros hemos ido de vacaciones alguna vez o al menos un par de días para despejar un poco del estudio, del trabajo o de la vida diaria. Cabaña enorme, la más grande del complejo, para 12 personas, dos habitaciones con camas matrimoniales, padres en una, tíos en la otra. Dos habitaciones con dos camas cuchetas, mujeres por un lado, varones por el otro. Todos primas y primos de distintas edades pero en un rango entre 16 y 20 años. La cantidad de días algo excesivo pero necesario, 10 días de estadía. Obviamente no todos eramos de los mismos padres, es decir, no eramos solo dos familias si no que la división quedó de esa manera.
Nosotros llegamos a eso de las 10 de la mañana, fuimos los primeros. Entramos y obviamente elegimos las mejores camas, a mi no me gusta dormir arriba por lo que elegí una de abajo. A medida que iban llegando nuestros familiares la habitación se iba llenando, tengo tres primos Alex, Javier y Ramiro (estos últimos son hermanos) los cuales ocuparon las demás camas. Luego de dejar en claro las respectivas reglas de convivencia, salimos a recorrer el complejo. Cuando pasamos por la cabaña de los padres de Ramiro y Javier, yo iba retrasado, miro hacia la ventana y veo a mi tía, Estela, sacándose el corpiño, quedando en tetas, unas tetas hermosas, grandes, redondas con los pezones marrones. Me quedé con la boca abierta, sin aliento, le había dedicado muchas pajas y era como ver mi regalo. Pero velozmente saqué la mirada y seguí caminando tratando de no tropezarme y bajando la calentura como podía. Estuve todo el día pensando en esas tetas hermosas, no daba más, ansiaba llegar a la noche y hacerme una paja y eso fue lo que hice. Llegada la noche, comimos y rápidamente fui a acostarme, atrás mío llegaron mis primos con lo que no pude hacer nada. Trate de dormir pero no podía, esperé a que ellos lo hicieran. Escuche algunos ronquidos, cerré los ojos, recordé las tetas de mi tía y empecé a tocarme, cada vez más rápido, me mojé la mano para lubricar y acabé tanta leche que no tenía tanto papel para secarme. Me serené y fui al baño, por suerte no había nadie dando vueltas y pude entrar al baño sin problemas. Después de limpiarme, volví a la habitación, sin prender la luz me acosté. Veo alrededor para cerciorarme de que nadie me vio y lo veo a Alex justo le daba el reflejo de luz que entraba por la ventana, estaba sonriendo. Si bien me dio algo de miedo, lo dejé pasar, cuando lo hice nadie estaba despierto me decía a mi mismo y me quedé dormido.
Al otro día, fui el primero en despertarme, prepare el desayuno, prendí la tele y estuve algunos minutos. El segundo en despertarse fue Alex, me saludó y sonrió de nuevo. Todos los malos pensamientos volvieron, pero se sentó y no preguntó ni nada, es más nos pusimos a charlar de nuestras vidas, hacía mucho que no nos veíamos, ambos habíamos comenzado la facultad a los 18 años y eso nos separó bastante, los primeros años suelen ser duros. Después se fueron despertando la otra parte de la comitiva y ya todo era un caos, así que salí y fui directamente a la cabaña de mi tía, tenía que verla de nuevo. Pero lo que ocurrió hizo dar un vuelco en las vacaciones.
Estaba cerca de la ventana, sabía que a esa hora debía despertarse y obviamente cambiarse. Abren la ventana, mi tía desnuda, mi verga quería salir de mi short e ir a cogerla. Atrás de ella, aparece mi tío, desnudo también. Se pone atrás y con la ventana abierta, se ponen a coger. Tenía asiento preferencial, veo alrededor y no había nadie o eso es lo que yo pensaba. Atrás mio estaba Alex, que también vio todo, se me pone al lado, saca su verga y empieza a pajearse. Hago lo mismo, saco mi verga y empiezo a pajearme, lo veía a Alex y era enorme su pija, en cambio la mía era más chica. Su verga cada vez se hinchaba más, se ponía más gorda, más grande, los huevos se le inflaban. Dejé de mirar a mis tios y empece a mirar su enorme verga. Acabamos los dos al mismo tiempo y nos fuimos corriendo sin que nuestros tíos nos vieran. Corrimos tan deprisa que entramos los dos al baño a secarnos, volví a ver su enorme pija y le dije:
Yo: Es enorme boludo.
Alex: Gracias. Te gusta?
Yo: Me gustan las mujeres pero está linda.
Alex: Jajaja gracias.
Todo quedó ahí pero algo había cambiado en mí, ver esa pija enorme me hizo dudar, tambalear. Ya no me importaba si me había visto pajearme a la noche o si mientras nos pajeabamos vi todo el tiempo su verga. Pasó y así fuimos a disfrutar de un día soleado y de mucho calor.
Cenamos, jugábamos a unos juegos de mesa y de a uno se fueron a acostar. Alex se quedó, destapamos una cerveza y nos quedamos un rato afuera charlando un poco. Íbamos por la tercera cerveza y le pregunto ¿Con esa verga debes coger un montón, no? Se sonríe y me confirma con la cabeza. ¿Las minas deben estar locas con vos? Se pone serio y me pregunta si yo no sabía nada, si no me habían contando. A lo que obviamente respondo que no. Entonces se creo un silencio eterno, “soy gay”, el silencio siguió, “es mentira” y se echó a reír, ambos nos tentamos. Nos fuimos a dormir pero mientras entrabamos a la cabaña, al baño a lavarnos los dientes y a la habitación, me tocó el orto, las tres veces seguidas y entonces supe que algo había y que también me excitaba.
Al otro día nos volvimos a despertar casi al mismo tiempo y nos fuimos a desayunar, vivía pegado a mi. Casi sin decirnos una palabra, fuimos a la cabaña de mi tía pero esta vez creo que no fui por mi tía, fui por mi tío. Abrieron las ventanas y mi tío en cuero, creo que me había excitado un poco. Alex dijo que no iba a pasar nada y fuimos a caminar. Fuimos al centro del pueblo, en el camino, Alex me tocaba, eso sí me excitaba al instante y mi verga no mentía, se me fue poniendo gomosa. Volvimos para el almuerzo, comimos y todos se iban a la playa, yo decidí quedarme y obviamente Alex también.
Fuimos a acostarnos, algo queríamos los dos pero no lo decíamos. El arriba de la cucheta de al lado y yo abajo. Nos mirábamos, nos sonreíamos, hablábamos pero no pasaba nada, había un ambiente de mucha excitación, mucha tensión.
Entonces tuve una idea, le pregunto que le había excitado de nuestros tíos mientras cogian. Me responde que la tanga de Estela. Ya vengo, le digo. Fui a la cabaña de mi tía, procuré que no haya nadie y entré, fui al bolso y saqué una de las tangas de ella, blanca. Volví a la cabaña, al baño y me puse la tanga y el short arriba. Entré a la habitación y la tensión no había ido, estaba ahí inerte. Los dos excitados no daba para más, había que cortar. Lo miro y le digo “cerra los ojos”. Me hizo caso, me saqué el short y quede con la tanga de mi tía, mi verga se asomaba por encima. “Abrilos”.
La cara de Alex se transformó y bajó tan rápido de la cama de arriba que la pija le bailo de arriba a abajo. Se sacó el short y el calzoncillo y puse la verga en mi boca. La abrí sin pensar y entró, la tomé, la masturbé y le pasaba la lengua por la cabeza. El agarró mi verga y empezó a pajearme. Acabamos los dos casi al instante, primero él en mi boca y después sobre mi pecho. Fuimos al baño, nos miramos, sonreímos, volvimos a la habitación y llegaron los demás. La tanga de mi tía abajo de la cama, toda manchada.
Los dos sabíamos que queríamos coger, yo sabía que me tocaba dar la cola pero primero quería chupársela bien, sentirla toda, no había otra y en realidad lo deseaba.
Al día siguiente, nos despertamos y le digo “hoy te la chupo” a lo que él respondió “hoy vamos a un telo”. No desayunamos y nos fuimos.
Entramos, me agaché y se la empecé a chupar, primero la cabeza, después el tronco y por ultimo los huevos y volvía a repetir, toda la verga en mi boca hacía que mi pija también se parara. Se la chupe lo más que pude, me saqué las ganas y me dejé llevar. Me puso boca abajo en la cama, los dos ya estábamos desnudos casi al abrir la puerta. Me separó las piernas y empezó a chuparme el culo, me excité tanto que caían gotitas de semen de mi verga que la veía casi por explotar. Se puso el forro, se puso crema y empezó de a poco, muy de a poco, como un experto. Cuando vio que ya estaba del todo dilatado intentó más, me gustó y siguió. Entró toda y lo sentí en mi espalda. Me cogió varias veces en la misma posición. Después de unos largos minutos se puso boca arriba yo me senté arriba de él y bajaba y subía, primero despacio y después más rápido, yo jugaba, me gustaba. Me acosté, me puse de costado y me cogió de atrás y al oído siento “¿donde querés la leche?”. En la boca de nuevo, le respondí. Cogimos un rato largo, sentía su verga dura bien adentro. Hasta que no pudo más, la sacó, se sacó el forro y me tiró la leche en la boca. La saboree, se la chupe de nuevo y quedamos los dos desparramados en cama. “Viste que soy gay”, lo confirmé, “ahora yo también”.
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