La aventura comienza con ésta captura de pantalla desde mi celular. La chica de la foto es una colega del trabajo. Todo inició cuando llevó un short ajustado al trabajo, jamás me había fijado en ella hasta ese entonces, la ignoraba porque siempre usaba ropa olgada/suelta y porque es lesbiana. Ni aunque fuera el hombre más apuesta sobre la tierra ella me haría caso. Total, aquél día verla vestida así provocó que fuera al baño y me masturbara rápidamente, algo bastante breve.
Los días posteriores no pude sacarme de la cabeza como se remarcaban sus piernas, su trasero y sus caderas. Entonces comencé a prestar más atención a su figura, concluí que aunque no tenía demasiado pecho, sus tetas eran bonitas, o al menos lo que su escote dejaba ver. Si piel blanca me permitió deducir que sus pezones debían ser del rosa más dulce.
En aproximadamente mes y medio me había armado un perfil falso de facebook haciéndome pasar por una chica lesbiana. Agregué contactos aleatorios, gente extraña. La mayoría de mis contactos evidentemente debían ser mujeres, pero para no levantar sospechas agregué un par de hombres. Subí fotografías, compartí publicaciones, di likes a páginas que pudieran gustarle a una chica de su edad y su sexualidad, escribí estados e incluso comenté publicaciones de las personas extrañas que había agregado. Fui bastante meticuloso y perseverante. Entonces llegó el día. La busqué en facebook y la agregué, al mismo tiempo le envié un mensaje, no fue nada de temática sexual, simplemente planté una semilla. Le saludé y le mencioné que me parecía interesante. No más de 10 palabras, suficientes. Entonces esperé. Pasó un día, luego dos, tres, cuatro y al quinto día recibí respuesta.
Ella sólo me respondía con un "Hola" bastante simple y un emoji de una carita feliz. Eso era todo. Estaba en línea así que continué. Pensé lo suficiente en las palabras correctas, el error más mínimo podría terminar con todo. Le comenté que era amiga de un amigo suyo, esto funcionó porque fungió como un gancho. Implanté en ella la curiosidad. Respondió queriendo saber de quien se trataba, le comenté entre broma que no podía decirle pero que yo estaba muy interesada en ella. Tenía que escribir todo el tiempo pensando que soy mujer, debía ser muy cuidadoso en eso.
Me permitiré saltar toda la aburrida charla que tuve al principio. Los días pasaron, no quería que se sintiera fastidiada así que no escribía constantemente pero si lo suficiente para que viera que sentía interés por ella. Bien, pues una mañana comenzamos a charlar de manera más profunda, todos sabemos como surgen esos momentos, sólo aparecen y ya, no se planean. De estar platicando sobre nuestros empleos, la familia, y el hartazgo de vivir, pasamos a hablar sobre nuestras inseguridades y nuestra vida sexual. Aquí yo le pedí una foto de su rostro, le dije que se me hacía muy bonita, sorprendentemente ella acepto sin protesta alguna. En la foto aparecía ella con un top negro deportivo, al fondo su cama y su perro echado en el suelo. En general su habitación era un desastre. Luego ella me pidió una foto a mí, por suerte yo tenía todo cubierto. Las fotos que utilizaba eran de una chica extraña de otra nacionalidad, pero cuidé de manera meticulosa que tuviera un aspecto y unos rasgos de mi nación. Se supone que la chica falsa que soy es mexicana, obvio no pondría a una rusa o una asiática. Eso haría perder credibilidad. Además busque a alguien de belleza promedio, que pudiera confundirse un poco con cualquier otra mujer. Cuando vio la foto me hizo un cumplido. Le di las gracias y seguimos. Pasando unas dos horas de charlas, le pedí otra foto, esta vez le comenté que me sorprendiera. Esperé y esperé, pasaron casi 3 minutos sin respuesta hasta que recibí la foto. Era de sus pechos, su cuello, hombros y parte de su mentón. Aunque sus pechos no se veían del todo, los tapaba con su brazo. Me quedé sin palabras por unos instantes, ya estaba dentro del juego. Ella ya estaba caliente. Le comenté a modo de broma que si me había sorprendido mucho, luego le pedí una foto más. Y en vez de enviarme una recibí un vídeo, no duraba más de 08 segundos. Era de su torso, estaba en calzones y se dejaba ver un tatuaje. Rápidamente le comenté que me estaba sintiendo excitada, ella habría de imaginar que quizá estaba metiendome los dedos o me estaba sobando las tetas, pero la realidad, si ella supiera, es que era su compañero de trabajo sacándose (sacándome) el pene y comenzando a masturbarme.
Los días pasaron, yo la veía en el trabajo y ocasionalmente veía el vídeo que me había enviado. Lo hacía frente a ella sólo porque me parecía más excitante.
Un día, de nuevo charlando por facebook le comenté la verdad, excepto de quien era yo en realidad. Con la verdad le envié una foto de mi pene erecto y anexo a todo ese mensaje le hice saber que todas las fotos y vídeos que me había estado compartiendo de su cuerpo las había utilizado para mi placer pero que ya estaban borradas, que no se preocupara por esa parte.
Los días posteriores no pude sacarme de la cabeza como se remarcaban sus piernas, su trasero y sus caderas. Entonces comencé a prestar más atención a su figura, concluí que aunque no tenía demasiado pecho, sus tetas eran bonitas, o al menos lo que su escote dejaba ver. Si piel blanca me permitió deducir que sus pezones debían ser del rosa más dulce.
En aproximadamente mes y medio me había armado un perfil falso de facebook haciéndome pasar por una chica lesbiana. Agregué contactos aleatorios, gente extraña. La mayoría de mis contactos evidentemente debían ser mujeres, pero para no levantar sospechas agregué un par de hombres. Subí fotografías, compartí publicaciones, di likes a páginas que pudieran gustarle a una chica de su edad y su sexualidad, escribí estados e incluso comenté publicaciones de las personas extrañas que había agregado. Fui bastante meticuloso y perseverante. Entonces llegó el día. La busqué en facebook y la agregué, al mismo tiempo le envié un mensaje, no fue nada de temática sexual, simplemente planté una semilla. Le saludé y le mencioné que me parecía interesante. No más de 10 palabras, suficientes. Entonces esperé. Pasó un día, luego dos, tres, cuatro y al quinto día recibí respuesta.
Ella sólo me respondía con un "Hola" bastante simple y un emoji de una carita feliz. Eso era todo. Estaba en línea así que continué. Pensé lo suficiente en las palabras correctas, el error más mínimo podría terminar con todo. Le comenté que era amiga de un amigo suyo, esto funcionó porque fungió como un gancho. Implanté en ella la curiosidad. Respondió queriendo saber de quien se trataba, le comenté entre broma que no podía decirle pero que yo estaba muy interesada en ella. Tenía que escribir todo el tiempo pensando que soy mujer, debía ser muy cuidadoso en eso.
Me permitiré saltar toda la aburrida charla que tuve al principio. Los días pasaron, no quería que se sintiera fastidiada así que no escribía constantemente pero si lo suficiente para que viera que sentía interés por ella. Bien, pues una mañana comenzamos a charlar de manera más profunda, todos sabemos como surgen esos momentos, sólo aparecen y ya, no se planean. De estar platicando sobre nuestros empleos, la familia, y el hartazgo de vivir, pasamos a hablar sobre nuestras inseguridades y nuestra vida sexual. Aquí yo le pedí una foto de su rostro, le dije que se me hacía muy bonita, sorprendentemente ella acepto sin protesta alguna. En la foto aparecía ella con un top negro deportivo, al fondo su cama y su perro echado en el suelo. En general su habitación era un desastre. Luego ella me pidió una foto a mí, por suerte yo tenía todo cubierto. Las fotos que utilizaba eran de una chica extraña de otra nacionalidad, pero cuidé de manera meticulosa que tuviera un aspecto y unos rasgos de mi nación. Se supone que la chica falsa que soy es mexicana, obvio no pondría a una rusa o una asiática. Eso haría perder credibilidad. Además busque a alguien de belleza promedio, que pudiera confundirse un poco con cualquier otra mujer. Cuando vio la foto me hizo un cumplido. Le di las gracias y seguimos. Pasando unas dos horas de charlas, le pedí otra foto, esta vez le comenté que me sorprendiera. Esperé y esperé, pasaron casi 3 minutos sin respuesta hasta que recibí la foto. Era de sus pechos, su cuello, hombros y parte de su mentón. Aunque sus pechos no se veían del todo, los tapaba con su brazo. Me quedé sin palabras por unos instantes, ya estaba dentro del juego. Ella ya estaba caliente. Le comenté a modo de broma que si me había sorprendido mucho, luego le pedí una foto más. Y en vez de enviarme una recibí un vídeo, no duraba más de 08 segundos. Era de su torso, estaba en calzones y se dejaba ver un tatuaje. Rápidamente le comenté que me estaba sintiendo excitada, ella habría de imaginar que quizá estaba metiendome los dedos o me estaba sobando las tetas, pero la realidad, si ella supiera, es que era su compañero de trabajo sacándose (sacándome) el pene y comenzando a masturbarme.
Los días pasaron, yo la veía en el trabajo y ocasionalmente veía el vídeo que me había enviado. Lo hacía frente a ella sólo porque me parecía más excitante.
Un día, de nuevo charlando por facebook le comenté la verdad, excepto de quien era yo en realidad. Con la verdad le envié una foto de mi pene erecto y anexo a todo ese mensaje le hice saber que todas las fotos y vídeos que me había estado compartiendo de su cuerpo las había utilizado para mi placer pero que ya estaban borradas, que no se preocupara por esa parte.
2 comentarios - Cuando convencí a una lesbiana.